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Histórico Malón del Orgullo: a descolonizar

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Un hecho histórico se produjo en Plaza Lavalle en la tarde de este sábado 4 de noviembre, en el marco del día en el que la comunidad LGBTQ+ festeja el Orgullo saliendo cada año a las calles desde hace tres décadas. Esta vez, por iniciativa de la artista Susy Shock y la activista Marlene Wayar, tuvo lugar el encuentro de la comunidad LGBTQ+ y el Tercer Malón de la Paz de Jujuy, que resiste en Plaza Lavalle y en el Congreso de la Nación desde hace tres meses en defensa de los recursos naturales y en contra de la reforma (in) constitucional impulsada por el gobernador Gerardo Morales. El abrazo incluyó la escucha a representantes de comunidades indigenas que contaron su realidad en Jujuy y en Buenos Aires, y sus reclamos que van más allá de una sola provincia. Hubo música en vivo y un fin de fiesta a pura chacarera. Lxs asistentxs aportaron a la caja con la leyenda “Doná al Malón” y recibíeron a cambio el pañuelo con la bandera trans diseñado entre otras personas, por Marlene Wayar. Se juntaron $140.000 para contribuir al Malón, más allá de que la mayoría había llevado bidones de agua y alimentos no perecederos. Eloy, integrante del Tercer Malón de la Paz aseguró: “Quieren destruir nuestra naturaleza. Lo que estamos haciendo acá es defender el futuro”.

Texto: María del Carmen Varela

Fotos: Sol Tumi

Histórico Malón del Orgullo: a descolonizar

El color del Malón de Jujuy, combinado con el color de la diversidad. Fotos: Sol Tunni.

“Es un orgullo que nos estén apoyando, no estamos solos”, dijo Eloy Mamani, integrante del Tercer Malón de la Paz, en la conferencia de prensa que se improvisó con los medios presentes antes de iniciar el show musical. “Nosotros como pueblos originarios —continuó —estamos defendiendo los derechos de cada ciudadano, venimos defendiendo la soberanía de cada argentino porque en la provincia de Jujuy se hizo una reforma inconstitucional. La provincia de Salta intentó hacer otra reforma quitando el derecho a la protesta, en Catamarca pasa lo mismo. Hoy los argentinos deberían estar llenando las plazas, reclamando el orden republicano. Nosotros pedimos la intervención a la provincia de Jujuy y la nulidad de la reforma”. El sol de las dos de la tarde hacía resplandecer la estatua dorada de una mujer originaria que sostiene la whipala, a un costado del escenario, donde se fueron acumulando todas las provisiones que la gente llevaba a la Plaza Lavalle.

Histórico Malón del Orgullo: a descolonizar

Susy Shock: descolonización y construcción de la paz. Fotos: Sol Tunni.

¿Qué sos?

¿Qué representa para ustedes estar hoy acá acompañando al Malón? Preguntó una periodista a Marlene y a Susy. Marlene tomó la palabra y respondió: “Poder mostrarnos en la profunda humanidad que tenemos. Hay una trampa en la que caemos con la identidad, cuando te dicen: ¿qué sos? Soy salteña, soy jujeña, soy migrante, soy joven, soy trava, soy puto. Y la verdad es que todas esas identidades esconden algo que tiene que ver con que algunas travestis, algunos trans, algunos no binaries, algunas tortas, algunas maricas… también nos duele nuestro país, nos duele el ecosistema y nos duele profundamente que haya tanta crueldad con nuestros pueblos originarios”.

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Al fin reciprocidad: apoyos para la resistencia del Malón. Fotos: Sol Tunni.

Con Tribunales de fondo, sede de la Corte Suprema que jamás se dignó a recibir a los representantes de Jujuy, Marlene aseguró: “Nuestros cuerpos están exigiendo: no nos contaminen el ambiente, no nos corran de nuestro territorio, no nos vengan a asesinar, no nos desaparezcan. Construyamos comunidad, amorosidad y empecemos  a imaginar algo nuevo. Podemos pensarnos de manera más diversa, podemos pensarnos como un pueblo que le dice a quienes nos gobiernan hacia dónde queremos ir”. Susy Shock agregó: “Nos da vergüenza cómo esta ciudad trata a los hermanos y hermanas que están hace ya tres meses. Todo el mundo que va al Norte se sorprende y dice lo maravillosa que es la gente. Vinieron a esta ciudad y ni un vaso de agua les están ofreciendo. Lo que falta es reciprocidad”.

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Las hermanas Ferni y Luchi De Gydenfeldt. La alegría de la música junto a las palabras y los derechos de los pueblos originarios. Del litio a la chacarera. Fotos: Sol Tunni.

El agua y el litio

La gente siguió llegando a Plaza Lavalle con sus disfraces, maquillajes, banderas y pancartas. La cultura ballroom se hizo presente a través de la House of Tropikalia, sus integrantes trajeron todo su glamour y posaron para las fotos con su despliegue de brillos y colores.

“Maloneros, maloneras, maloneres”, así dio inicio Eloy desde el escenario. “En este día tan importante para nosotros por recibir un apoyo como este, para nosotros es un orgullo ser también protagonistas. Esta lucha es larga, venimos resistiendo hace cinco siglos, somos esencia de lucha y un día más para decirles a todos los politicos de turno que no los vamos a dejar gobernar atropellando nuestros derechos. El pueblo se está uniendo, Argentina está de pie. El Tercer Malón de la Paz ha venido a unificar la lucha”.

Maria Eguenia Talavera de Tilcara sumó: “Nosotros también estamos en esa conquista de seguir ganando más derechos. Gracias por estar acá, que comience la fiesta, la algarabía para todos y todas”.  Patricia Cruz, de la comunidad aborigen maimara, pueblo kolla de la Quebrada, agradeció: “Que no se sigan violentando más derechos. Nosotros somos la cara de las llamas, de las vicuñas, de los cóndores, y de toda la flora y la fauna que se está dañando con la minería en Jujuy. La explotación de litio se está llevando toneladas de agua dulce. Les agradezco de corazón, me llevo una muy bonita experiencia de esta lucha, el recuerdo de todos los rostros de ustedes, acercándose con un granito de arena, los abrazo a todos”.

Histórico Malón del Orgullo: a descolonizar

Fotos: Sol Tunni.

Infancias libres

Arriba los derechos, abajo la reforma, gritó toda la plaza. Gabriela Mansilla y su hija Luana –la primera niña trans del mundo en obtener el documento con su nombre autopercibido– llegaron y se unieron a les compañeres de la Asociación Civil Infancias Libres. Lohana Berkins hecha una títere gigante, paseaba entre la gente, con su sonrisa eterna. Sobre el escenario, Patricia Rivas de las Históricas Argentinas, dijo: “Nosotras fuimos perseguidas y cazadas como animales. Quiero que nos escuche la juventud, un pueblo que olvida está condenado a reptetir. Ni un paso atrás. Vivas nos queremos”.

Histórico Malón del Orgullo: a descolonizar

Fotos: Sol Tunni.

La Banda de les Mostres y Anita, de Mujeres Creando de Bolivia, organizaron un espacio para las infancias, donde podían dibujar y pintar mariposas. Una infancia escribió: “Malón de la Paz, les queremos”.

El show comenzó y la primera en cantar sus canciones fue Nayla Beltrán, le siguió la Banda de les Mostres, con sus temas pegadizos y Giancarlo girando con sus larguisimas alas de mariposa. Andrea Bazán y Caro Bonillo cantaron un tema dedicado a Tehuel Torre, que sigue desaparecido (en democracia). Al momento de la chacarera, se armó una gran ronda de baile colectivo. Aldana Bello cantó “Ramita seca” y toda la plaza cantó: “La tierra es de los que luchan, ramita seca tu corazón”.

Histórico Malón del Orgullo: a descolonizar

Fotos: Sol Tunni.

Chacareras para el corazón

Valen Bonetto y Tomi Llancafil también hicieron bailar a les presentes. Las  gemelas Ferni y Luchi De Gyldenfelt: “Ya vienen las maricas cantando la tonada / ya vienen las mariposas derribando las miradas / diaguita también trava / y nos nos van a derribar / sus insultos, sus maltratos, nos van a respetar”. Y otra vez la chacarera, propiciando la danza colectiva. Así finalizó este encuentro de hermandad, de lucha, de saberse acompañaxs.

Cerró Susy: “Queremos seguir construyendo en paz, tengamos estrategias amorosas. Tenemos que decir que somos disidentes de un mundo violento y mal repartido. El malón nos ha ofrecido este espacio de lucha para que podamos hacer este encuentro. Las travestis somos milenarias y estábamos antes de la conquista con roles fundamentales en nuestras comunidades. Hay algo de descolonizarse, de desconquistarse que tiene que ser parte de la agenda de nuestro  colectivo”. 

Y Patricia sintetizó el espiritu de la jornada: “Abrazarnos desde el corazón”.

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Marlene Wayar, una de las inspiradoras del encuentro entre el orgullo y el derecho indígena. Fotos: Sol Tunni.

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5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

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Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.

Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar

25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..

Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.

      – Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.

Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.

–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.

Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.

La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:

Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género.  Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.

El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.

Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.

Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como  granaderos.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado  notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón  se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje
Susana, Daniel y Daniela Pavón

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar  que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.

 El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.

La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?

Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.

La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el  centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:

 “Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación  y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.

Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.


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Imágenes de la marcha a Plaza de Mayo: los jubilados siguen haciendo lío

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Jubilados y jubiladas se movilizaron desde el Congreso de la Nación hasta Plaza de Mayo en una nueva jornada de reclamos y denuncia por los ingresos de pobreza que perciben y el fin de la moratoria previsional, cuya prórroga sigue durmiendo en Diputados. Como siempre, los carteles manuscritos fueron una forma de expresión y creatividad. En uno se leía: «Francisco está feliz. Jubilados haciendo lío!!!»

La marcha comenzó nuevamente con un operativo desproporcionado con las cuatro fuerzas federales -PFA, Gendarmería, Prefectura y PSA- que reprimió la protesta pacífica: la Comisión Provincial por la Memoria contabilizó una persona detenida y 13 heridos por efectos de los gases lacrimógenos, entre ellos jubilados y trabajadores de prensa.

Frente a la Rosada, realizaron un acto donde distintas agrupaciones de jubilados se manifestaron contra el acuerdo con el FMI y cantaron por la salud de Pablo Grillo.

«Hasta el próximo miércoles», saludaron los jubilados y jubiladas.

La próxima semana, la marcha contará con la participación de los gremios de la CGT como previa al Día del Trabajador y la Trabajadora del 1 de mayo.

Imágenes de la marcha a Plaza de Mayo: los jubilados siguen haciendo lío

Foto: Juan Valeiro para lavaca

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Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos

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Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.

Por Claudia Acuña

Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.

Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.

Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.

A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Hasta lograrlo.

Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.

Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.

Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.

Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.

Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.

Quizá.

Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.

Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.

La presentación

Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.

Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.

Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».

El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.

Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
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