#NiUnaMás
#JusticiaPorMelina: la causa va a juicio pero con un solo acusado
En la audiencia de hoy por el femicidio de Melina Romero se resolvió que el caso será elevado a juicio, pese a que la fiscal María Fernanda Belloni desistió de acusar a los sospechosos. La familia mantuvo la querella sobre uno de ellos, apodado Chavito. Videos y entrevistas de una mañana en el Tribunal 5 de San Martín.
Ana María, mamá de Melina Romero, llegó junto a su hijo Gustavo y el abogado Marcelo Biondi a las 9.15 de la mañana. Sólo estaban presentes en el juzgado lavaca y miembros de las organizaciones Mumala y Movimiento Evita. Pese a que el Tribunal Oral en lo criminal n° 5 llamó a audiencia pública, no dejaron ingresar a ninguno de los acompañantes ni a este medio, que tenía previsto filmar la audiencia. El antes y el después de lo que pasó, y cómo se perfila el juicio que busca acabar con la impunidad.
Video 1. no dejan pasar a medios ni acompañantes
Hay una audiencia clave que iba a ser pública a la cual no la dejaron entrar ¿qué fue lo que ocurrió?
Silvia Saravia (Mumala): El juez a cargo plantea que no hay espacio físico para que ingresemos dos personas más. Lamentablemente creemos que este es un paso más de impunidad del femicidio de Melina Romero. Evidentemente hay intereses muy fuertes para que esto no se esclarezca y quizás quede solo imputado un perejil, como decimos nosotros, y no los responsables políticos y los responsables de ejecutar esto que tiene evidentemente vínculos muy fuertes. Estamos entrando en una trama de complicidades que no es fácil y la propia justicia no está dispuesta a desentrañarla.
Daiana (Movimiento Evita): No nos dejaron entrar pero no es la única situación injusta que vemos que viene sucediendo en el accionar de esta causa. Cuestionamos el accionar de la justicia, cuestionamos el accionar de la fiscal Belloni, cuestionamos también el accionar de los abogados porque luego de dos años de investigación no se ha llegado a nada y el planteo hoy de la fiscalía es liberar a la mayoría de los imputados. Queremos seguir acompañando a Ana María, queremos decirle a esta justicia machista, a esta justicia corrupta y cómplice que vamos a estar en la calle y vamos a hacer todo lo posible por acompañar este caso, para que se esclarezca y haya justicia por Melina Romero.

Daiana, Marcela, Silvia y Natalia acompañaban a Ana, mamá de Melina, pero no las dejaron entrar a la audiencia.
¿La fiscal no acusó a nadie?
No, presentó un desistimiento hace siete días y considero que es prematuro. Tampoco dice nada con respecto a una fabulación en esta causa, por el contrario lo que dice es que la testigo tiene una personalidad anti social y altamente influenciable, lo que se contrapone con una pericia a poco tiempo del hecho hecha por una perito departamental que decía que no fabulaba, que había vivido una situación traumática. Yo consideré que los tres imputados tenían que ir a juicio oral, pasar por un debate oral sobre todo por los pilares que tiene el juicio oral que es la inmediatez, la oralidad y la publicidad en una causa tan compleja. Pero más allá de eso sostuve la acusación a Joel Fernández porque considero que hay otros elementos, distintos testimonios que acreditan el vínculo con Melina, la obsesión que tenía con Melina y el querer realizar con Melina prácticas como las que refiere la testigo presencial. Creo que él tiene que pasar por un juicio oral y sostenemos la acusación sobre él; y si no apelé los sobreseimientos del Pai Cesar y de Elías Fernández fue porque no tengo elementos independientes a Melody que puedan sostenerme la acusación. Yo hoy la tengo como una testigo de juicio, una testigo creíble. Será en ese momento en el que vamos a dilucidar bien con todas las pruebas en una investigación que tiene muchas falencias, pero que vamos a sacar adelante . Va a haber juicio oral por la muerte violenta de Melina Romero.
¿Joel Fernández actuó solo?
Evidentemente hay personas que han participado en este hecho que no están a la fecha individualizadas. Yo tengo la convicción que este hipótesis de acusación sobre Joel Fernández tiene un asidero técnico y jurídico, vamos a ver si lo podemos apoyar probatoriamente como corresponde en el juicio oral para que un juzgado popular sea el que levante la mano o no con respecto a este imputado. Después, hay muchas cuestiones que no se investigaron que tienen que ver con comercialización de estupefacientes, con la noche, con quién suministraba estupefacientes y la bebida a chicas como Melina, como Melody, que no tenían recursos prácticamente. Eso es algo muy interesante que no se investigó que capaz después del juicio oral se pueda profundizar.
¿Por qué se habla de presiones en la causa?
Después hay una cuestión me parece que tiene que ver con una presión fuerte dentro del Ministerio Público Fiscal porque recordemos que el fiscal general, Lapargo, al momento de pedirse el sobreseimiento del imputado menor en el fuero de menores, él consintió ese sobreseimiento. Entonces me parece que más allá que en su momento fue consentido ese sobreseimiento por el fiscal general, un juicio oral dentro del mismo Ministerio Público, otra fiscal acusando a tres personas y que en esos supuestos que puedan llegar a resultar condenadas deja muy mal parado al Ministerio Público Fiscal de San Martin y al fiscal general. Creo que por ahí vienen las presiones también que hicieron y tuvieron mucha influencia para que hoy la fiscal desista de la acusación. Estas cosas no pueden pasar y esta causa merece un juicio oral como va a tener con respecto al imputado que yo considero que tenemos más elementos para tener sentado en el banquillo en un juicio oral.

Gustavo, hermano de Melina, su mamá Ana María y el abogado Marcelo Biondi, minutos antes de entrar a la audiencia.
¿Cómo será el juicio?
Va a haber juicio oral: obviamente hay que redoblar el trabajo. No es lo mismo llevar un juicio por homicidio con el Ministerio Público Fiscal que sin el Ministerio Público Fiscal, porque tenés más apoyo. No es lo mismo citar un testigo en una fiscalía que llamarlo uno, llamar a un policía para que vaya a buscarlo, que lo llame un fiscal o uno como abogado particular. Hay una serie de cuestiones que te dejan un poco en posición de desventaja. Trataremos de redoblar los esfuerzos para hacer un buen juicio y ver más que nada que se reconstruya la verdad histórica. Si tenemos las pruebas para acusar a Joel Fernández y si el jurado nos acompaña que sea condenado y ver después para donde continua la investigación, no que esto quede acá. Si no tenemos las pruebas no lo acusaremos, veremos, yo creo que vamos a tener elementos y por los propios dichos de él en la causa y de otros testigos estoy convencido que él participó en el hecho.
Video 3. Ana María, mamá de Melina
¿Cómo fue la audiencia?
El más implicado hasta el día de la fecha es Chavito, los dos acusados anteriores quedaron sobreseídos en el mismo momento de la audiencia que se hizo. La idea nuestra y la esperanza que tengo es llevar a Chavito a juicio que es el más implicado, dado que mi hija ya venía recibiendo hostigamientos de parte de él.
¿Qué opinión te genera que la fiscal no haya querido acusar a ninguno de los imputados?
Mal procedimiento. No se investigó bien. Se empezó la investigación prácticamente 12 días después que yo hice la denuncia: eso no es culpa mía ni es culpa de mi abogado. 12 días después se comenzó la búsqueda y el cuerpo apareció un mes después en avanzado estado de putrefacción dado que no se pudo determinar ningún ADN de los autores en el hecho. Otra cosa que me parece completamente repulsiva: que digan que no había reactivos. Como Melina era una persona pobre, no era adinerada, no había reactivos. Si vamos al caso si el hijo de alguien importante ahí si hubiera habido reactivos porque hay plata en el medio.
En estos dos años y medio, ¿qué marca te queda con respecto a cómo funciona la justicia?
Repulsiva. Mal funcionamiento. Mal procedimiento. Esto no es justicia. Mi hija tuvo hemorragia intracraneal, marca de ataduras en las manos y le faltaban piezas dentales entre otras cosas, ¿se lo hizo sola? ¿Se tiró sola? ¿Se violó sola? ¿Se mató sola? No, está fuera de lugar. Que sigan trabajando. Siento que cuanto tenés es cuanto vales. Es como que pretenden que Melina quede en el olvido, pero mientras yo tenga un aliento de vida, esto no va a pasar. Es una situación que me parece completamente repulsiva, antes de Melina y después de Melina. En cada piba hay un poco de Melina y en Melina hay un poco de cada piba. Entonces: que hagan algo de verdad y que se dejen de derramar sangre de nuestras pibas. Va a haber juicio. Tengo un poco de esperanza: voy a pelear por esa llamita para que no se apague del todo.
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Cecilia Basaldúa: el cuerpo desaparecido

Daniel y Susana denunciaron que desapareció el cuerpo de su hija, Cecilia Basaldúa, que reclamaban para realizar nuevas pericias. La historia de lo ocurrido y el rol de la fiscal de Córdoba Paula Kelm “que hizo todo lo posible para que los asesinos de Cecilia sigan hoy libres e impunes”.
Por Claudia Acuña
El 7 de noviembre Cecilia Basaldúa hubiese cumplido 42 años y no hay festejo porque no hay Cecilia: la desaparecieron, violaron y mataron en abril del año 2020, en Capilla del Monte y en pleno aislamiento por la pandemia de Covid. Su familia, como cada año, reunió amistades y familiares de otras víctimas de femicidios territoriales –el padre de Natalia Melman, el hermano de Laura Iglesias– en el mural que la recuerda en su barrio de Belgrano. Fue ese el marco elegido por Daniel y Susana, los padres de Cecilia, para compartir lo que significa buscar justicia para este tipo de crímenes. Con la voz partida por el dolor narró cómo fue la última reunión con la nueva fiscal responsable de la investigación: es la cuarta. La primera – Paula Kelm– desvió las pruebas para atrapar a un perejil, que fue liberado en el juicio oral y así la investigación del femicidio de Cecilia volvió en punto cero; el segundo estaba a meses de jubilarse y pidió varias licencias para acortar su salida; el tercero –Nelson Lingua– no aprobó el examen para ocupar el puesto y, finalmente, desde hace pocos meses, llegó ésta –Sabrina Ardiles– quien los recibió junto a dos investigadores judiciales y los abogados de la familia. Antes se habían reunido con el ministro de Justicia de la provincia de Córdoba, Julián López, quien le expresó el apoyo para “cualquier cosa que necesiten”. Fue entonces cuando Daniel y Susana creyeron que había llegado el momento de trasladar el cuerpo de su hija hasta Capital, donde viven y, además, habían logrado conseguir que se realice una pericia clave para la causa y que siempre, en estos cinco años, les negaron. Fue la joven investigadora judicial quien soltó la noticia: el cuerpo de Cecilia no está.

Gustavo Melmann, que sigue buscando justicia por su hija Natalia, junto a Daniel Basaldúa y Susana Reyes, los padres de Cecilia.
Según pudo reconstruir la familia después del shock que les produjo la noticia, fue en 2021 –cuando todavía estaban vigentes varias restricciones originadas por la pandemia– cuando el cuerpo fue retirado de la morgue judicial, a pesar de que Daniel y Susana habían presentado un escrito solicitando lo retuvieran allí hasta que se realicen las pruebas por ellos requeridas. La fiscal Kelm no respondió a ese pedido ni notificó a la familia de lo que luego ordenó: retirar el cuerpo de la morgue y enterrarlo.
¿Dónde? La familia está ahora esperando una respuesta formal y sospechando que deberán hacer luego las pruebas necesarias para probar la identidad, pero no dudan al afirmar que con esta medida han desaparecido el cuerpo de su hija durante varios años y definitivamente las pruebas que podía aportar su análisis.
A su lado está Gustavo Melmann, en el padre de Natalia, asesinada en 4 de febrero de 2001 en Miramar, quien desde entonces está esperando que el Poder Judicial realice el análisis de ADN del principal sospechoso de su crimen: un policía local. Por el femicidio de Natalia fueron condenados a prisión perpetua otros tres efectivos policiales. Uno ya goza de prisión domiciliaria. Falta el cuarto, el del rango más alto.
Melmann cuenta que se enteró de la desaparición de Cecilia Basaldúa por su sobrina, quien había ido al secundario con ella. “Fue el primero que nos llamó”, recuerda Daniel. También rememora que no entendió por qué le ofrecía conseguir urgente a un abogado “si yo la estaba buscando viva. Hoy me doy cuenta de mi ingenuidad”.
El silencio entre quienes los rodean es un grito de impotencia.
Daniel y Susana lo sienten y responden: “Nosotros no vamos a parar. Nada nos va a detener. Ningún golpe, por más artero que sea, va a impedir que sigamos exigiendo justicia. Elegimos contar esto hoy, rodeados de la familia y los amigos, porque son ustedes quienes nos dan fuerza. Que estén hoy acá, con nosotros, es lo que nos ayuda a no parar hasta ver a los responsables presos, y esto incluye a la fiscal Kelm, que hizo todo lo posible para que los asesinos de Cecilia sigan hoy libres e impunes”.

Los padres y hermanos de Cecilia, junto al mural que la recuerda en el barrio de Belgrano.
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Femicidios, cifras y vidas: lo que Bullrich oculta

Por el Observatorio de violencia patriarcal Lucía Pérez
Todas las administraciones del Estado se han adjudicado falsamente la baja de femicidios y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich acaba de rendirle tributo a esta tradición. Pero las cifras del Observatorio Lucía Pérez, construidas a partir de casos judiciales, denuncias y relevamientos provinciales, demuestran una realidad diferente.
Antes de los números, una aclaración: el 2023 fue el primer año en que el Estado nacional publicó estadísticas criminales sin clasificar. Lo hizo con un archivo Excel desordenado que abarcaba una década, sin distinguir delitos ni consolidar provincias. Algunas jurisdicciones directamente no informaron datos en categorías sensibles, como violaciones. Así, la ciudadanía no puede verificar ni auditar los números oficiales.
En ese vacío, las declaraciones de Bullrich remiten a una lógica conocida: la de la inflación. Como con los precios, la diferencia entre los números oficiales y la vida real se amplía cuando se manipula o se oculta información.
Por eso, este Observatorio público y autogestionado carga 12 padrones de manera diaria. Para realizar un seguimiento estructural de la violencia machista, y también para controlar el rol del Estado.
A diferencia de los 178 registrados que mencionó la ministra, el Observatorio Lucía Pérez contabiliza 217 femicidios y travesticidios en lo que va del 2025. Estos son las cifras que pueden verse y verificarse, ya que el OLP es un padrón público:

Otro dato que se oculta es el que representan los femicidios cometidos y sufridos por integrantes de fuerzas de seguridad, que están bajo la responsabilidad de la ministra.
En 2025, el primer femicidio del año fue el de una mujer policía asesinada con su arma reglamentaria (Guadalupe Mena). Y el último, ocurrido apenas el 26, también: Daiana Raquel Da Rosa.
Si bien existen medidas para en estos casos limitar su acceso por parte de los uniformados por “representar un riesgo inminente para la víctima”, como indica la resolución 471/2020 del Ministerio de Seguridad de la Nación, los datos muestran que esto no siempre se cumple. Según el relevamiento de funcionarios denunciados por violencia de género del Observatorio Lucía Pérez, 71 de ellos pertenecen a las fuerzas de seguridad. Es decir que muy probamente porten armas.
Armas reglamentarias, vínculos jerárquicos y falta de sanción disciplinaria conforman una trama donde la violencia institucional se reproduce dentro y fuera de las comisarías. ¿Y Bullrich?
Más preguntas que emergen: ¿cómo se mide el porcentaje de crueldad? Los “narcofemicidios” de Lara, Brenda y Morena muestran una violencia cada vez más planificada y asociada a redes delictivas con complicidad del Estado.
Otra cifra invisibilizada en este crimen social que es un femicidio es la de las infancias huérfanas. En lo que va de 2025, el Observatorio registra 139 infancias huérfanas por femicidios. En todo 2024 fueron 173. Y detrás de cada una hay un Estado que sigue sin garantizar la Ley Brisa, que establece una reparación económica y acompañamiento a hijas e hijos de víctimas de femicidio.
Mientras la violencia machista sigue cobrando vidas, multiplicando huérfanos y exponiendo la precariedad institucional, el Estado tergiversa y oculta.
La pregunta es: ¿por qué?
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Un mes sin Brenda, Lara y Morena: lo que se sabe de la trama narcofemicida

Este lunes se está cumpliendo un mes del triple narcofemicidio. La causa que investiga el asesinato de Brenda (20), Morena (20) y Lara (15) tiene nueve personas detenidas y tres prófugas. Una de ellas es Alex Ydone Castillo, acusado de ser el dueño de los 30 kilos de cocaína que habrían sido robados, posible móvil de los brutales asesinatos.
Lo increíble: Castillo estaba preso pero fue excarcelado “por razones humanitarias” durante la pandemia del coronavirus, según lo reveló el periodista de Infobae Federico Fahsbender. En su artículo se detalla que Ydone Castillo había sido detenido en Argentina por una circular roja de Interpol –emitida desde Perú, su país de origen– por “un movimiento de 51 kilos de cocaína”. Fue la Sala II de Casación la que lo excarceló. Desde que quedó en libertad, el gobierno peruano tampoco envió en los plazos pertinentes el pedido formal de extradición. Y siguió libre.
Los otros dos prófugos de la causa del triple narcofemicidio son David González Huamani (“El loco David” o “El Tarta”, por tartamudo) y Manuel Valverde, tío de Tony Janzen Valverde, alias “Pequeño J”, que está detenido en Perú a la espera de un juicio de extradición.
Los narcos robados
A Huamani, Celeste Magalí Guerrero (una de las detenidas que mayor información aportó) lo reconoció dentro de su casa del barrio Villa Vatteone. Fue una de las personas reconocida por tener guantes de látex. Huamani también aparece en la declaración de Víctor Sotacuro, detenido en Villazón, frontera con Bolivia, acusado de manejar el auto de apoyo a la Chevrolet Tracker blanca que levantó a las chicas en las calles de Ciudad Evita el 19 de septiembre. Sotacuro dijo que fue Huamani quien lo contrató para hacer los viajes de esa noche y que le pidió que le llevara ropa para cambiarse. Sotacuro declaró que lo fue a buscar a Varela y lo llevó hasta la 1-11-14, en el Bajo Flores, y dijo que Huamani estaba sucio de barro, al igual que otros dos hombres que se subieron a su auto. La mamá de Morena lo señaló como el que maneja la droga en Las Antenas, un barrio de Lomas del Mirador, y en la Palito, en San Justo, dos localidades de La Matanza.
Según una de las hipótesis de la investigación, los prófugos Castillo, Huamani y Valverde integran la organización cuya droga había sido robada. Sobre ellos pesan órdenes de captura internacional. Esa línea también busca a otros tres sospechosos, todavía no identificados, pero que en el expediente aparecen como “NN Paco”, “NN Nero”, y el “canoso de la Glock”, en referencia al arma que llevaba un hombre que Guerrero ubicó en su casa, bajándose de la camioneta con Pequeño J, en las calles Río Samborombón y Chañar.
Quiénes están en prisión
Hasta el momento las nueve personas detenidas son:
- Daniela Ibarra (19) y Maximiliano Parra (18), quienes encontraron limpiando con lavandina la casa de Varela.
- Celeste Magalí Guerrero (28) que alquilaba la casa. Su declaración aportó múltiples detalles que la justicia debe corroborar. Por un lado, explicó la estructura del clan, con jerarquías divididas en “Abuelos”, “Papás”, “Tíos”, “Pequeños” y “Mulos”, según el orden de importancia en la organización. Según su declaración, Pequeño J, que era presentado como el líder de una banda narco transnacional, en realidad tenía un rol menor, aunque lo ubicó en la escena del crimen. También declaró cómo esa noche fueron a comprar artículos de limpieza y bidones de nafta.
- Miguel Villanueva Silva (25), pareja de Guerrero. A ambos los detuvieron en un hotel alojamiento. Ella declaró que, al llegar a la casa de madrugada, lo vio con la mano ensangrentada y, según dijo, le confesó que había matado a una de las chicas al intentar escaparse. Un kiosquero del barrio de Florencio Varela dijo que Silva había ido a comprar con otro chico y que le dejó una mancha de sangre en la reja del comercio, que su mujer terminó limpiando.
- Ariel Giménez (29), uno de los acusados de cavar la fosa en la casa.
- Víctor Lázaro Sotacuro (41). Al principio se creía que solo era remisero pero, según Guerrero, tiene un lugar importante en la estructura. El hombre declaró que nunca estuvo en la escena, que no era el dueño de la droga robada, que tampoco era el jefe de la banda y que su apodo no era “El Duro”, como había dicho Guerrero. De todas formas, según La Nación, Sotacuro pagaba las cocheras en las que se estacionaban los cuatro vehículos de la banda: la Chevrolet Tracker blanca (que fue incendiada), el Volkswagen Fox blanco que manejó, un Renault 19 gris y un Chevrolet Cruze negro. Sus abogados pidieron un careo con Guerrero por supuestas “contradicciones”.
- Florencia Ibáñez (30), sobrina de Sotacuro, acompañante en el Volkswagen Fox, fue detenida luego de salir de los estudios de A24, donde defendió a su tío y dijo que habían pasado por el recorrido de la Tracker de casualidad. El fiscal Arribas dijo que Ibáñez reconoció que el móvil de los femicidios había sido un robo de un cargamento de droga que pertenecía a su pareja, el prófugo Alex Ydone Castillo.
- Tony Janzen Valverde, alias “Pequeño J”, 20 años. Guerrero lo ubicó en su casa con Sotacuro y el “canoso de la Glock”. También dijo que Pequeño J había llamado a Villanueva para pedirle la casa para una fiesta. Está detenido en el penal de Cañete, en Perú, a la espera de la extradición. La declaración de Guerrero lo rebajó en la estructura: hoy está acusado de organizar dealers. Según la investigación, el abuelo y el papá de Valverde también se dedicaban al negocio narco. Su padre fue asesinado. Una cámara de seguridad ubicó a “Pequeño J” el 6 de septiembre a la salida de un pool de Flores con Lara y otra joven.
- Matías Ozorio (28), ladero de Pequeño J. Su historia es increíble y grafica una época: el periodista Carlos Burgueño contó que el joven tenía un trabajo en relación de dependencia en el Hospital Italiano –obra social, aportes, vacaciones, aguinaldo–, lugar del que se hizo echar, según sus familiares, para cobrar una indemnización que invirtió en el mundo cripto. Entre sus apuestas estuvo $Libra, bendecida por el presidente Javier Milei, cuyo desplome hizo a Ozorio perder todo y pedir un préstamo a un transa. Ya no se despegó de lo narco. Según Guerrero, fue una de las tres personas que cavó los pozos en la casa de Varela. Como Pequeño J, fue detenido en Perú. Guerrero también declaró que Ozorio le traía cocaína en 100 o 120 envoltorios que ella vendía a un valor de $10.000 cada uno.
Vínculo de confianza
Según publicó La Nación, el fiscal Carlos Arribas describió: “Tras producirse la referida sustracción cuyos autores fueran presumiblemente allegados o conocidos las víctimas, fue que mediante maniobras de engaño, y ardides y aprovechándose de su especial condición de vulnerabilidad, integrantes de la organización mencionada precedentemente, en su mayoría de sexo masculino, lograron establecer un vínculo de confianza con las tres jóvenes, por lo que el 19 de septiembre de 2025, a las 21.29, consiguieron las jóvenes abordaran una Chevrolet Tracker blanca con dominio que había sido robado, en la que viajaban al menos tres personas. El vehículo contaba con el apoyo de un Volkswagen Fox blanco en el que circulaban al menos otras dos personas de la organización y de Chevrolet Cruze negro”.
Según las publicaciones, todavía no está claro quiénes integran el grupo que habría robado el cargamento de cocaína. Pero la descripción de la estructura hace presumir que la causa está próxima a pasar a la órbita de la Justicia Federal.
Ya pasó un mes.
Las familias de Brenda, Lara y Morena siguen exigiendo justicia.

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