Nota
La buena noticia
Apunte para la gestión de medios sociales. Este manual editado por lavaca está en pleno proceso de parto colectivo: la venta anticipada para imprimir los ejemplares que estarán el librería a mediados de este año.
Apunte para la gestión de medios sociales. Este manual editado por lavaca está en pleno proceso de parto colectivo: la venta anticipada para imprimir los ejemplares que estarán el librería a mediados de este año.
La fábrica era famosa por una publicidad que en los 70 proclamaba: “Soy un león vendiendo Durax”. La ley de la selva se la tragó a finales del año 2000 dejando 600 obreros en la calle. Estuvieron doce meses reclamando en la puerta por sus derechos, para impedir que los especuladores financieros la desguazaran. Hasta que amaneció 19 y 20 de diciembre de 2001 y despertaron con ánimos rebeldes y nuevas ideas.
La ocuparon.
Imagínense la escena: entrar a una fábrica abandonada durante años.
Afuera la policía y la amenaza de represión, de procesos penales, quizá cárcel.
Adentro, ruinas y mugre.
En este caso, el predio era de una manzana completa. La escala de lo imposible enorme, paralizante. El congelado silencio del grupo gritaba ¿qué hacemos?
Fue entonces cuando Osvaldo Donato, uno de los veteranos obreros que –por si fuera poco- es el avatar de Carlitos Chaplin en Tiempos Modernos (bigotito, rulos, mirada pícara), le propuso al grupo:
“Ahora, a barrer”.
La crónica que escribimos sobre ese día sobre la Cooperativa Cristal Avellaneda en nuestro portal lavaca.org se tituló La revolución de las escobas y describía exactamente eso: una ceremonia de cambio.
Recibimos con este baile nuestra primera lección de autogestión: el arte de moverse en grupo.
Desde el punto de vista productivo se trataba de un acto inútil: barrer un poquito de mugre en un basural gigante. Pero esa danza de escobas, sin embargo, ponía en acto el principal recurso de la autogestión: el nosotros haciendo algo juntos.
Hacer lo que se quiere no significa hacer cualquier cosa y eso también quedó claro aquel día, donde lo importante, lo vital, era quebrar un destino de parálisis.
En venta
Debemos a muchas de las fábricas recuperadas por sus trabajadores y trabajadoras en Argentina estas lecciones sobre cómo poner en marcha proyectos que logren crear nuevas formas de producción y nuevas relaciones sociales.
Eso es lo que llamamos autogestión.
Nosotros, periodistas profesionales formados en la prensa gráfica tradicional, estábamos siendo desafiados por nuestra época en pleno proceso de revolución tecnológica que -nos habían enseñado a repetir- ponía en jaque el futuro de los medios impresos.
Bla, bla, bla.
Escoba.
Hay que barrer todo lo aprendido.
Estamos en una época en la que la noticia ni siquiera puede considerarse mercancía, porque lo que cotiza es aquello que se oculta. Se venden operaciones de prensa y se vende a precio mayor la impunidad que se construye tanto con sombras como con luces que enfocan aquello que nada importa.
Estamos en una época de grandes transformaciones que comenzaron del otro lado de la vereda, la que caminan las personas concretas, con los pies. Fueron ellas y ellos los que volvieron a poner las cosas en su lugar:
La noticia es la noticia.
El medio es la pared que grita un graffitti o el muro del Face.
Estamos en una época en la que los periodistas profesionales podríamos presentarnos al casting de la próxima Jurassic Park.
Ja, ja,ja y/o buuaaa, buuaaa.
Escoba.
Hay que barrer todos los pronósticos.
El futuro está en (re)construcción y depende de todo lo que hagamos, pero también de todo lo que dejemos de hacer, que nos incluya o nos barra.
Nuevo escenario
La Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina (AReCIA) acaba de realizar el tercer censo del sector. Algunos datos:
- Contabilizan 322 publicaciones de todo el país.
- El 6o,4% se edita en el interior del país.
- Juntas y en promedio, imprimen 360 mil ejemplares mensuales y suman 1,4 millones de lectores al mes.
- El 42% fue creado antes del 2001. Esto significa que sobrevivió a crisis, corralitos, dólar verde, dólar blue y otras pesadillas de la economía argentina.
- La gran mayoría no tiene publicidad ni privada ni oficial. Es decir: las bancaron las y los lectores.
En tanto, en la asociación Diarios y Periódicos Regionales (Dypra) ya hay 6 diarios recuperados por sus trabajadores. Entre ellos, El Diario, de la localidad cordobesa de Villa María, que en 2014 estrenó la película Barquito de papel sobre la epopeya de su recuperación. La historia: es el primer diario recuperado del país (diciembre de 2001), durante un año sobrevivieron gracias a las donaciones que les aportaba a la olla popular el verdulero de la esquina, a los 2 años un incendio destruyó todo lo que tenían y fueron los vecinos quienes se arremangaron durante toda la madrugada para luchar contra el fuego. Otro diario recuperado cordobés, Comercio y Justicia, les imprimió esa misma noche la edición que saldría a la calle a las 6 de la mañana con un título que lo decía todo:
“El fuego de la gente es más fuerte”.
No es un final feliz, sino el principio de otra forma de construir comunicación.
Hoy El Diario de Villa María tiene un coqueto edificio propio y vende 7.000 ejemplares los domingos. Clarín, 300. De sus 68 páginas, 40 están destinadas a informar sobre lo que pasa en esa ciudad. “Nos salvó la gente, así que el diario es de ellos”, sintetiza el periodista Sergio Stocchero, primer presidente de la cooperativa. “El cargo es rotativo y solo dura un año, así todos los integrantes pueden hacer la experiencia de estar en ese puesto. Igual, nuestro máximo órgano de decisión es la asamblea”.
Fuimos testigos de la que realizaron un viernes de 2014: duró 5 horas.
Ese es el principal recurso de la autogestión: el tiempo.
Horas y horas dispuestas a tejer un plan de acción en común.
Horas y horas que se invierten para pensar juntos cómo crear nuevas formas de hacer, de mirar, de relacionarse con el mundo, con la época y con las personas.
Así se barre el espacio de órdenes y de moldes, hasta dejarlo sin patrón.
Las vaquitas de lavaca: aportá $50.-
y recibirás un ejemplar del Manual con el 50% de descuento del precio que tendrá en librerías (no incluye gastos de envío)
Nota
Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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