Nota
18F: los sonidos del silencio en la marcha por Nisman
Se realizó la marcha en homenaje al fiscal Alberto Nisman. Los convocantes, la gente que fue, los diálogos, los silencios y las sorpresas. Las otras voces sobre el tema, fuera del cuadrilátero gobierno-oposición: derechos humanos del presente (Vanesa Orieta), la palabra del pueblo mapuche (Jorge Nawel), Esquel (Marta Sahores) y la mirada de una educadora, Cristina Devita.

Marcha del silencio. Foto: Télam
Diez minutos antes de las 6 de la tarde, hora convocada para la marcha en homenaje al fiscal Alberto Nisman organizada por un puñado de sus colegas, se largó la lluvia. Una dama sin edad, coqueta con su paraguas rosa, se resignó: “Es la maldición kirchnerista”. Alguien dijo: “Ojalá que se vayan”, pero ella contestó: “No, acá no vinimos para que se vayan. Que se queden hasta el último día, porque si se van antes encima van a presentarse como víctimas”. El paraguas rosa se sacudía con cada palabra, amenazando ojos ajenos.
La Policía Metropolitana cotizó generosamente la marcha en 400.000 personas, y la Federal calculó mezquinamente 50.000. El oficialismo le rebaja el tamaño, pero si la marcha hubiese sido propia, y bajo la lluvia, hubiera sido catalogada como una epopeya griega.
Hubo ciertas geometrías: un recorrido recto desde Congreso a Plaza de Mayo, un cuadrado o corralito dentro del cual caminaron los convocantes, lluvia oblicua, fiscales y políticos sinuosos.
Fue visible cierta homogeneidad social relacionada con ese enigma llamado clase media. Y fue notable también la enorme presencia del abanico generacional que va desde el medio siglo de vida hasta la tercera edad.
Salvo excepciones, los jóvenes de la marcha representaron una minoría que no bajaba de 40 o 45 años. Y la mayoría de veteranas y veteranos aguantaron la lluvia persistente bajo la lenta marcha de 10 cuadras. Hubo relativo silencio, algunas veces se cantó el Himno, algunas veces se gritó “justicia” y otras “Nisman”. En muchos momentos se masificó un prolongado aplauso.
Verónica, que trabaja en una empresa marítima: “Este acto es impresionante y ordenado. Vinimos a rendir homenaje a un fiscal. El gobierno no lo hizo, y hasta la Presidenta pareció burlarse al decir que dejaba el silencio para la marcha y la alegría para el gobierno. No entiendo la alegría cuando estamos hablando de una muerte”.
Los bares, incluido Mu.Punto de Encuentro, fueron refugio para algunos que huían del primer aguacero fuerte. Diálogo de dos hombres canosos:
-Vamos a ver, con esta marcha, qué hace la cerda.
-¿La cerda? No, no, nosotros la llamamos de formas peores.
-Uy, perdón, no soy de acá, vine del campo, entonces soy más delicado.
Un par de señoras se sacudían el agua. La que tenía más botox dijo: “Increíble, no había taxi para venir. Tuvimos que llegar en subte”. Asombrada, aunque sin poder estirar más las cejas, reveló: “Yo no sabía. ¿Vos viste el calor que hace ahí abajo en el subte? ¿Cómo hace la gente para viajar?”
En la vereda de Avenida de Mayo al 1400 una señora sub 60 con smartphone y paraguas al tono reclamaba: “Roberto, venime a buscar”. Silencio. “¿Y qué subte me decís que tome, Roberto?”. Silencio. “No, nunca ando por estos lugares Roberto. Vení por favor”. Habrá que resetear la idea de que la Argentina termina en la General Paz: tal vez haya encogido y finalice en Rivadavia. No se supo si Roberto logró zafar del reclamo telefónico.
A los 15 minutos de iniciada la lluvia, Jorge ya estaba vendiendo bolsas de plástico que servían como poncho-piloto a 20 pesos, y su compañero Diego tenía en la mano derecha un revoltijo de billetes mojados que no alcanzaba a guardar, cual personaje de Breaking Bad. “La embocamos con los pilotos. ¿La marcha? No me interesa nada. Yo vine a vender”.
La marcha era lenta, encabezada por una camioneta de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN). El copiloto a cargo del micrófono planteaba: “Ciudadanas, ciudadanos, este acto es de todos, demostremos que podemos marchar en paz y unidos por el fiscal Pablo Nisman”, en referencia a Alberto Nisman. “Ciudadanas, ciudadanos, el acto es de todos, pero córranse por favor que no podemos pasar, y cuidado con la camioneta”.
Unos metros más atrás se acercaba el corralito de los fiscales convocantes. Un señor con sus lentes y sus bigotes blancos mojados: “¿Por qué van ahí separándose del resto? ¿Qué tenemos, sarna?” Su señora, al lado: “Está perfecto”, dijo, y al tenerlos cerca les gritó: “¡Fuerza fiscales!” Los citados seguían su caminata con un gesto ante las cámaras acorde a la convocatoria. Se sumó la ex esposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado con sus hijas, en lo que resultó tal vez la presencia más fuerte y genuina dentro de ese corralito.
El grupo iba precedido por patovicas que empezaron a intentar acelerar la marcha. “Pero qué me empuja este negro” dijo un señor corrido de su lugar, en referencia a uno de los guardias. Los patovicas gritaron varias veces: “Córranse por favor, que viene la familia de los fiscales”. Más allá de que ostensiblemente no sabían de qué hablaban, la frase puede ser releída no como un error, sino como un involuntario editorial político.
Ya de noche la movilización llegó a Plaza de Mayo. Hubo velas encendidas, y la gente no permaneció sino que tomaba a la izquierda para desconcentrarse velozmente por Diagonal Norte.
En un bar estaban María Inés, María Laura y María Delia, tres primas todas en el rango de los 70-80 años. Casi no hicieron falta preguntas:
-Nos mojamos bastante pero estamos sinceramente felices. Salimos desde Palermo y no nos importó mojarnos.
-Lo que pasa es que se pide que no haya más tragedias como la de Nisman, basta de impunidad, y está el hartazgo de la gente que viene a decir basta de corrupción, basta de impunidad, basta de atropellos.
-Yo le digo, este es un país hermoso, era el granero del mundo. Cuando yo era chica llegué a tener institutriz in-gle-sa, y eso que mi padre era un chacarero. Y mi hijo que falleció hace poco, siendo ingeniero agrónomo, era menos que un peón. ¿Qué me dice?
-No sé.
-Mire, lo que falta aquí es libertad. Nos quieren someter.
-¿De qué modo la quieren someter?
-¡En todo! Los jóvenes no trabajan en lo que quieren. Entonces no hay libertad. El Himno es un rock. La escarapela no se conoce. En un país fantástico, estamos en el 5º mundo por los gobernantes que tenemos.
-¿Qué opina de los opositores que tenemos?
María Inés calla. María Laura toma la posta:
-Lo último que se pierde es la ilusión. Yo veo que alguien hace obras y digo: vamos a tirarnos a la pileta.
-Se refiere a Macri.
-Sí, porque si un gobernante hace obra, gestión, es lo mejor. Las bicisendas, el Metrobús. Y es darle la oportunidad a alguien distinto. Y que no haya más impunidad.
-Pero Macri intentó colocar en la Metropolitana a una de las personas acusadas de encubrimiento por lo de la AMIA, el comisario Palacios.
-Y bueno, por eso digo tirarte a la pileta. Pero al menos a ese lo sacaron. Macri arma buenos equipos de trabajo. Y por eso lo va a votar toda la gente que anda por acá.
Tres personas que opinaron cosas similares contestaron “no te lo puedo decir” cuando les pregunté por su trabajo o actividad. Si se descarta que sean agentes secretos, es posible que la marcha haya estado bastante poblada por empleados del gobierno de la Ciudad. El que sí lo reconoció fue Eduardo: “Estamos como indignados. Si no respetás la esencia del ser humano, ¿cómo hablás de derechos humanos?”. Luego dijo, textualmente y moviendo los brazos: “La Argentina tiene una falta de cualitividad que hace que tengamos una democracia que no es como la europea, que implica grados culturales en los que se le da a la gente sociológicamente su tiempo para que se lleve el contexto de cómo está educada la sociedad”. Inundado en mis propios zapatos, empecé a aceptar que tal vez sea cierto: el periodismo es un sacerdocio.
Una señora pasó, performáticamente, con una mordaza negra, para las fotos, pese a lo cual seguía hablándole a su marido, el único silencioso de la familia.
Mariana, una de las que no puede decir de qué trabaja: “Aquí vi ciegos, vi gente con bastón, con sillas de ruedas, movilizándose pese al diluvio. Creo que todos marchamos por la desprotección que muestra que maten a un fiscal que estaba por denunciar al gobierno. Aquí mucha gente piensa que a Nisman lo mandaron matar, o que no lo protegieron lo suficiente. Es cierto que el Poder Judicial también tiene sus peros, porque una causa como la AMIA no puede estar 20 años sin que se avance nada. ¿De qué tamaño son los cajones de los jueces para tener un expediente 20 años? Lo bueno hoy fue que los políticos que vinieron, ni se notaron”.
En Avenida de Mayo, un vendedor se quejaba: “Este público no es de choripán”. Una señora, como para desmentirlo, se acercó, pidió uno y dijo: “A nosotros no nos lo regalan. Lo compramos”, dijo con orgullo engulléndose el choripán bajo lo que a esa altura era una garúa de despedida.
Otras voces
Mientras la marcha parecía centrar todas las miradas, ¿cómo ven el presente experiencias que están trabajando en diferentes territorios, en diferentes realidades, que casi nunca son reflejadas en los medios oficialistas ni opositores? lavaca propuso estos contactos con Jorge Nawel, vocero del pueblo mapuche, Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga, Cristina Devita, fundadora de la escuela de gestión social Creciendo Juntos, y Marta Sahores, de la asamblea de Esquel.
Fiscales, mafias, barrabravas
Luciano Arruga es el adolescente desaparecido cuyo cadáver se encontró el año pasado. Su hermana, Vanesa Orieta, se ha transformado en un referente de las nuevas generaciones que discuten y encaran el tema de los derechos humanos del presente. En viaje hacia Buenos Aires, Vanesa dijo a lavaca:
“Una cosa tiene que ver con lo que es el pedido de esclarecimiento de lo que ocurrió, que eso lo tiene que realizar la justicia, una investigación eficiente que nos permita saber que ocurrió con el fiscal Nisman. Pero aquí creo que se están jugando otras cuestiones. Escuchábamos hace un tiempo al que fue ex ministro de seguridad Calos Stornelli el que llama a la gente a marchar. Pero también sentimos que tiene que ver con una movida que intenta desestabilizar, no voy a decir al gobierno de turno, sino a la misma democracia. Son personas que han tenido cargos dentro del gobierno, que lo que han hecho fue darle mucho más poder a las policías mafiosas, como en el caso de Stornelli. Gente que no ha aportado para nada a la resolución de hechos terribles que hubo por en la provincia de Buenos Aires, que tiene que ver con la inseguridad. Un hombre ligado a barrabravas, que hoy le pide al sector político un mayor compromiso y acompañamiento. Así que lo que uno siente es una contracción muy grande”.
“Aquí se están trabajando otros temas que no tiene que ver con el esclarecimiento de lo de Nisman, sino con sacar ventaja para posicionarse con sus políticas de derecha. En ese sentido nos parece que hay que estar atentos, hay que informarse y tener una mirada propia, objetiva y por sobre todas las cosas sincera, no especulativa como es este caso, y entender que lo que se juega aquí en este momento es el futuro de todos nosotros y la democracia”.
“Los medios monopólicos de la derecha lo que están haciendo es aprovechar por supuesto también este hecho para afianzar su poder, seguir implementando medidas de control en una sociedad que está bastante dañada por el miedo que le provocan diferentes hechos de inseguridad. Este es un hecho más que se utiliza para seguir generando temor en nuestra sociedad mientras no toman otros hechos emblemáticos de nuestro país como han tomado ese caso”.
“Es grave lo de Nisman porque es una persona que estaba investigando un hecho terrible que ocurrió en nuestro país, pero siempre la investigación iba en beneficio de unos pocos. Y lo que uno entiende es que tiene que ver con una cuestión de clase. Las clases altas, poderosas, son los que generan esa marcha y los que seguimos denunciando hechos de inseguridad nunca somos escuchados ni por los medios, ni sectores políticos ni judiciales. Los judiciales y los fiscales salen a marchar para pedir que se garantice la justicia. Ellos deberían garantizarla. Uno se siente desamparado y no encontramos la forma de canalizar nuestro dolor y angustia en los poderes judiciales ni políticos. Y los medios monopólicos, como siempre, se ocupan de las noticas que les sirven a ellos, que generan miedo en la gente, y desestabilizan a los gobiernos que no cumplen exactamente con lo que ellos disponen”.
El gobierno que viene
Desde Neuquén el mapuche Jorge Nawel dijo a lavaca: “Nosotros nos hemos mantenido al margen de este debate no porque no tengamos una opinión, sino porque creemos que todo lo que está pasando con la muerte del fiscal y toda la disputa ente gobierno y oposición es un reflejo claro de las instituciones que están cada vez más degradadas. Porque esta situación muestra un sistema jurídico degradado, absolutamente oscuro, lleno de interrogantes hacia la sociedad civil. Y eso para nosotros no es nuevo, porque la justicia para nosotros está degradada desde su misma naturaleza porque responde a los factores del poder. A los pueblos indígenas nos han oprimido, nos han avasallado nuestro territorio. Y muestra también una degradación del sistema político, porque no es ni participativo, ni democrático, ni representativo, por lo menos de los intereses más populares. También del poder legislativo, que se ha convertido en cualquier cosa menos en un espacio de participación y representación”.
“En la última década los pueblos indígenas hemos sido marginados, destruidos, somos totalmente periféricos a la agenda que manejan los poderes tanto político, legislativo o judicial. Y no solamente estamos señalando al gobierno actual, sino a todos los que lo antecedieron”.
Sobre la oposición: “Creemos que lo que se viene después del gobierno de Kirchner es un gobierno todavía más discriminador. Entonces creemos que vamos a vivir momentos todavía muchos más duros. Y creo que van a ser momentos mucho más genuinos, porque vamos a estar peleando todos contra un claro enemigo de los sectores populares. Fueron tiempos de mucha confusión para los sectores populares y los movimientos sociales porque hay un doble discurso. Pero con el próximo gobierno va a ser diferente la disputa y la pelea que vamos a tener”.
El pueblo mapuche continúa reclamando por el avasallamiento que sufren sus territorios por parte de la industria petrolera, bajo la tecnología de la fractura hidráulica o fracking.
Condolencias y media asta
Desde Esquel, Mara Sahores, una de las fundadoras de la Asamblea vecinal que logró detener el proyecto de minería de oro en la región: “A nivel nacional y a nivel político la verdad que la muerte de Nisman no se sabe mucho como fue, pero que vino después fue mucho maltrato del poder político, porque se sabía amenazado. Lo menos que se podría haber hecho es poner la bandera a media asta, o dar las condolencias a la familia. Eso le critico por supuesto al poder político. Ellos saben por qué lo hacen y tendrán que explicarlo en algún momento. En cuanto a Esquel, no estoy de acuerdo en marchar por este tema porque si bien envío mis condolencias y me parece un desastre que estas cosas pasen en Argentina, no coincido con muchos de los políticos convocantes a la marcha. Me hace acordar a épocas muy nefastas donde estas marchas llevaban a otra cosa, no a precisamente a lo que se enuncia”.
“Pero además hay otra cosa que me preocupa y es el tema de que la justicia o los servicios de inteligencia han estado todo este tiempo con el gobierno y fallando en su accionar, es decir, no han actuado como deberían frente a tantísimas muertes y violaciones a los derechos humanos que han ocurrido en esta época. Sin ir más lejos lo que en estos días se ve con los qom en Formosa”.
“Además, si ganara a nivel nacional la oposición, Esquel quedaría igual o peor. Desde Massa, Macri y hasta Scioli, tienen intereses con la minería. Yo no creo más en el partidismo, en esta democracia entre comillas. Creo que la democracia en el mundo está en picada fuerte y que tiene que terminar de estrolarse contra el piso, porque tiene que surgir otra democracia, la verdadera, la que surge del pueblo. No sé si lo veré, pero siento que es lo que se viene”.
Toda la provincia de Chubut continúa movilizada promoviendo la prohibición de la megaminería a nivel provincial.
Cristina Devita es una de las fundadoras de la escuela de gestión social Creciendo Juntos, de Moreno: “A veces me tomo la política y la vida con humor. Y pensé en esta marcha, y el ‘yo soy’ usado todo el mundo. Parece que el verbo ser, el soy, ya no es más lo que sos sino lo que te dicen que tenés que ser. Entonces se me ocurría ir a la marcha y decir ‘no soy Nisman, soy Cristina’. Pero ahí iba a tener serios problemas, ataques. Pero resulta que yo soy Cristina. Y me parece que no quieren que seamos lo que queremos ser”.
“Yo vivo donde estoy, así que pienso donde piso. Te puedo decir a veces con los medios pasa que me pudre estar escuchando todo el tiempo lo mismo. Y que no hay otra noticia. Se instala una noticia. Te marcan la agenda. Yo mucho no sé qué es eso, y me gustaría que el periodismo de todo tipo informara de otras cosas, porque se están haciendo cosas interesantes en otros lugares. Y tenemos voz, pero nadie nos pone micrófono. Si me decís a nivel país, hoy iba en tren a Luján, se armó una pavada que empezaron todos a decir: ‘los ferroviarios son todos chorros, si hay un gremio que no labura son los ferroviarios’. Otro dijo: ‘Asi estamos’, y otro agregó: ‘hay que matarlos a todos’, y otro terminó diciendo ‘con los militares estábamos mejor’. Esa charla la escuché hoy. Se me pararon los pelos. Es todo un clima de queja, cuando siento que estamos haciendo esfuerzos enormes todos por la educación y de esas cosas tendríamos que hablar. Y que no nos marquen la agenda, para que encima ande tanta gente quejándose todo el tiempo”.
Fotos: CC BY-NC-ND 3.0 – M.A.ƒ.I.A
Nota
Blas Correa, y la condena a 11 policías responsables de su muerte: “Esto recién comienza”

11 agentes policiales fueron condenados por la muerte de Blas Correas en agosto de 2020 en Córdoba, después de 7 meses, 36 audiencias y el testimonio de más de medio centenar de testigos. La sentencia es histórica no solo porque demostró cómo funciona la máquina de violencia institucional, sino porque incorpora la capacitación a todos los agentes de la policía en el trato a víctimas, en el uso de armas de fuego, y obliga que se profundicen los exámenes psicotécnicos periódicos. Estos argumentos fueron planteados por la familia de Blas, que dice: “Marchando el 24 de marzo por mi hijo entendí en el lugar que estoy: vi mujeres marchando durante 40 años y así voy a morir yo, como las abuelas. Ese es el camino”.
Por Bernardina Rosini desde Córdoba. Fotos: Amnistía Internacional Argentina | Nicolás Bertea

“Prometo hacer todo lo posible para que las cosas cambien”.
Soledad Laciar en una carta dirigida a su hijo.

Soledad Laciar es la mamá de Valentino Blas Correas, el joven de 17 años que la noche del 5 de agosto de 2020 salió a comer una pizza junto a cuatro amigos -Mateo, Cristóbal, Camila y Juan Cruz- y quien horas se convertiría en una nueva víctima de la policía de Córdoba.
Vale recordar: los cinco jóvenes regresaban a casa a bordo de un Fiat Argo cuando divisan un control vehicular; Juan Cruz (19 años, quien conduce) al ver que uno de los policías tiene un arma en la mano, se asusta, se saltea el control. Entonces se escuchan disparos. Seis. Uno de impacta en la espalda de Blas, quien siente la herida y le pide a Camila que le de la mano. Van rápidamente a un clínica, la primera que ven, lo bajan a Blas pero en la puerta se niegan a recibirlo, lo suben nuevamente al auto, intentan llegar al Hospital de Urgencias pero nuevamente son detenidos por un control policial; no los dejan avanzar y los obligan bajarse del auto; los amigos de Blas desesperados ruegan que atiendan al amigo herido pero los agentes policiales niegan cualquier asistencia, les piden documentos y hablan por radio.
Así muere Blas, en el asiento trasero del auto, solo.
Pero el horror no termina ahí: en minutos las dos duplas policiales que participaron del tiroteo se reúnen y resuelven plantar un viejo revólver calibre 22 y así intentar justificar sus disparos. El elenco policial interviniente lo conforman 13 agentes. 11 acaban de ser condenados (debajo de la nota, el detalle de las condenas).

Hacer historia
La sala del primer piso de Tribunales II en la ciudad de Córdoba está repleta, desborda hacia los pasillos. Amigos de Blas y de los sobrevivientes, hinchas de Belgrano (club del cual Blas era fanático), Abuelas de Plaza Mayo, el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, madres que llevan remeras de sus hijos también víctimas fatales de la policía, mucha prensa, y ningún funcionario.
Es una jornada histórica, no sólo por la cantidad de agentes policiales condenados, sino porque la sentencia reconoce a Blas Correas, a su familia y a los sobrevivientes, como víctimas de actos de violencia institucional. Soledad Laciar, la madre, luego señalaría que éste reconocimiento fue el momento más conmovedor de la lectura, puesto que señala a la maquinaria en su totalidad.
Y es que la Cámara 8ª del Crimen de la ciudad de Córdoba dió lugar al señalamiento de la familia de Blas, por un lado, con respecto a la ampliación del alcance de responsabilidades y ordenó investigar al ahora ex Ministro de Seguridad de Córdoba y actualmente legislador por el oficialismo, Alfonso Mosquera, y a la actual jefa de la Policía, Liliana Zárate.
Al primero, por presuntos actos de corrupción y malversación de caudales públicos al entregar un vehículo judicializado a uno de los comisarios. Mosquera declaró en el juicio que se trató de “una gauchada personal”.
En cuanto a Zárate -que se desempeñaba como titular de Recursos Humanos de la fuerza para aquel entonces- se la responsabiliza de que los policías Lucas Gómez y Javier Alarcón (autores de los disparos) se encontraran en ejercicio a pesar de que sus legajos estaban nutridos con varias imputaciones anteriores al hecho y, en el caso particular de Alarcón, de no haber aprobado una práctica de tiro. A Zárate se la investigará por omisión de los deberes de funcionario público y por las falencias en la formación y el control de los agentes policiales.



El Tribunal también indicó que se inicie investigación judicial y se identifique a los uniformados policiales que durante esa madrugada detuvieron el Fiat Argo y no permitieron que los amigos de Blas lo llevaran al hospital a pesar de la evidente necesidad de atención médica.
Conforme con la sentencia, la mamá de Blas expresó: “Siento que me acerqué enormemente a la justicia, confieso que tenía muchas dudas. Pero para mí es importantísimo que hayan incorporado la capacitación a todos los agentes de la policía en el trato a víctimas, en el uso de armas de fuego, que se profundicen los exámenes psicotécnicos periódicos. Un mes más o menos en las condenas no me significa nada, pero que se realicen cambios para asegurar que ésto no siga pasando, es lo que me importa”.
Además de las capacitaciones a la totalidad de los agentes de la fuerza, se indicó al Ministerio de Seguridad que se retenga el armamento a todo policía que repruebe las evaluaciones de tiro.
“Esto recién comienza” añadió Soledad, porque ahora asegura que irá tras los demás responsables, estará pendiente de la implementación efectiva de lo expresado en la sentencia, y acompañará a las demás familias que buscan justicia por sus hijos. “Ahora será buscar justicia para Joaquín Paredes, tenía 15 años. Les pido que nos acompañen, que no les quede lejos Cruz del Eje”.
Unas horas antes de conocerse la sentencia Soledad ya lo había adelantado “Marchando el 24 de marzo por mi hijo entendí en el lugar que estoy: vi mujeres marchando durante 40 años y así voy a morir yo, como las abuelas. Ese es el camino”.


Las condenas:
- Lucas Gómez (37) y Javier Alarcón (33) ,autores del homicidio calificado por ser integrantes de la Policía y agravado por el uso de arma de fuego y por la tentativa de homicidio contra los cuatro otros chicos: condena a reclusión perpetua, inhabilitación absoluta y especial para desempeñar empleo y cargo público.
- Wanda Esquivel (34), la oficial que plantó el arma que luego se quebró y confesó el delito fue condenada a 3 años de prisión domiciliaria.
- La oficial Yamila Martínez (25) fue condenada a cuatro años y tres meses de prisión e inhabilitación especial por tres años.
- Leando Alexis Quevedo, condenado a cuatro años de prisión.
- El cabo Ezequiel Vélez (25), a dos años y seis meses de prisión, por lo que no irá a prisión al ser la pena menor a tres años.
- El subcomisario Sergio González (44); subcomisario Enzo Quiroga (36); comisario inspector Walter Soria (45); el comisario inspector Jorge Galleguillo (46) el comisario Juan Antonio Gatica (46) condenados por falso testimonio, encubrimiento por favorecimiento personal a cuatro años y diez meses de prisión.
Nota
Daniel Solano: la Corte confirmó la detención de los 7 policías condenados por homicidio

Los siete policías condenados a prisión perpetua por el asesinato de Daniel Solano, el joven salteño de 27 años desaparecido en Choele Choel el 5 de noviembre de 2011, fueron detenidos tras el rechazo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación a un recurso de queja de los efectivos, y así deberán empezar a cumplir la pena en prisión por primera vez desde la sentencia. El juicio concluyó el 1 de agosto de 2018, pero desde entonces los oficiales Sandro Berthe, Pablo Bender, Juan Barrera, Pablo Albarrán Cárcamo, Pablo Quidel, Diego Cuello y Héctor Martínez estaban en libertad, a la espera de la resolución de la Corte. “Nunca los sacaron de la policía: tenían libertad, cobrando sueldo y portando armas”, dice Leandro Aparicio, uno de los abogados de la familia Solano, que subrayó su “satisfacción” por el fallo: “Uno está golpeado, pero esto da energías para poder avanzar. No hay muchos casos en los que se detengan a 7 policías”.
La desaparición de Daniel se produjo tras un episodio de violencia policial en la vereda de un boliche de la ciudad. Antes había reclamado por su sueldo y el de sus compañeros como trabajadores rurales de la empresa Agrocosecha, tercerizada de Expofrut Argentina. Aparicio: “Fue un homicidio más allá de la desaparición, y fue un homicidio en un contexto de trata de personas, que está denunciada en la justicia federal de Roca, como está denunciado el narcotráfico, pero la causa no se mueve como se debería. Está parada. Pero esto va a servir para darle un impulso a toda esas cuestiones pendientes”.

Entre esas cuestiones, en abril habrá audiencias por la acusación a otros cuatro policías, entre ellos Tomás Vega, a quien la familia lo señala como el “nexo” con la empresa: “Vega estuvo cuando le pegaban a Solano en el boliche. Vio todo eso. Y fue el que estuvo a cargo de la investigación los primeros día de la desaparición”.
Daniel sigue desaparecido. Gualberto, su papá, murió en medio del juicio, sin poder llegar a la sentencia por homicidio, y fue el principal motor de la causa que denunció la desaparición forzada y la connivencia judicial y estatal bajo un reclamo concreto que repitió una y otra vez a lo largo de seis años y medio: “Quiero encontrar el cuerpo y llevarlo”. No se detuvo un día: hizo huelgas de hambre, inició acampes y se encadenó al juzgado para exigir respuestas. Así reveló la trama de explotación laboral en Río Negro, la corrupción judicial que cubrió el caso y logró la detención de los oficiales que hoy están presos. Aparicio lo recuerda: “Nosotros tenemos esperanza de que el cuerpo aparezca. Algún policía capaz que se puede quebrar, o Vega mismo, sabiendo lo que se viene, puede dar información. Hemos hecho lo imposible para que aparezca el cuerpo”.
Compartimos la investigación de MU sobre este caso:
Nota
Sí, podemos: 20 años del No a la Mina de Esquel

Esquel está cumpliendo 20 años del histórico plebiscito en el que por más del 81% de los sufragios la comunidad votó «No a la Mina» y rechazó así la instalación de la megaminería en la región. A qué le dijeron que «Sí», desde la nota histórica que se hizo desde MU en uno de los tantos viajes, el primero, a la madre de muchas batallas.

El 23 de marzo se cumplieron 20 años del rechazo a la megaminería en Esquel, símbolo de lucha contra los proyectos contaminantes, inconsultos, impuestos en silencio y con violencia, y símbolo también de la democracia participativa, la organización y una lucha que se contagió a otros lugares del país.
En estos días hubo recitales, charlas, caminatas, marcha el 23 de marzo, y este domingo culminará la celebración con un ascenso al cerro Calfu Mahuida, un modo de simbolizar ese contacto permanente de la comunidad de Esquel con la naturaleza.
La historia viva cuenta que un puñado de vecinas y vecinos, que fueron cada vez más, comenzaron a reunirse, a estudiar la situación, a ir a escuelas, clubes, barios, difundiendo capilarmente, en una movilización a la vez inmensa, lo que se estaba tramando para hundir a Esquel en la megaminería. El 4 de diciembre de 2002 fue la primera marcha que reunió a más de 6.000 personas. Nunca desde entonces se dejó de marchar el 4 de cada mes.
Esa creación de movilización involucró otro hecho histórico: se había formado la Asamblea No a la Mina, grupo apartidario, horizontal, democrático, diverso, expresión de las nuevas formas de organización social que emergían en el país tras la crisis de 2001.
El mecanismo asambleario en el que participaba todo el que quisiera, llevó a presionar la situación hasta obtener la posibilidad de la que se celebraron ahora 20 años: el 23 de marzo de 2003 se realizó un plebiscito en el que la comunidad rechazó por más del 81% de los votos al proyecto que intentaban imponer la empresa Meridian Gold y el Estado. Esquel hizo nacer aquel No, pero además generó un contagio en diferentes lugares en que se manifestaban conflictos ambientales en todo el país (Gualeguaychú, Famatina, Andalgalá, como emblemas de una actitud ciudadana no ha dejado de crecer hasta hoy frente a diferentes situaciones territoriales, de salud, y hasta de derechos humanos). Se ponía en foco al modelo extractivo.
Desde aquellos años Esquel ha pasado por situaciones de todo tipo que han sido reflejadas tanto en lavaca.org como en la revista MU:
- la intención de dar vuelta la decisión de la población a través de campañas de acción psicológica y desinformación;
- el espionaje a vecinas y vecinos que integraban la Asamblea, por parte de la AFI, como forma de amedrentamiento y control social;
- las presiones políticas y hasta laborales que sufría toda persona involucrada con el proceso asambleario;
- el contagio fundamental de la acción de Esquel a toda Chubut, que se pobló de asambleas en todo el territorio, incluyendo a las comunidades de pueblos originarios, siempre rechazando los proyectos y negociados minero-estatales;
- las trampas legislativas detectadas cuando se obtuvo la foto del diputado Gustavo Muñiz (del Frente para la Victoria) chateando por celular con el gerente Gastón Berardi de Yamana Gold, la empresa que había asumido el proyecto para impedir y ningunear la Iniciativa Popular presentada por la ciudadanía para que se convirtiera en Ley;
- las represiones a los manifestantes en Rawson, cuando la lucha debió concentrarse en la capital provincial; el acoso mediático a toda esta movida en defensa de la naturaleza por parte de buena parte del sistema mediático, dependiente de pautas publicitarias estatales y privadas.
- Y, por nombrar algo de lo más relevante en los últimos tiempos, el Chubutazo, o “Chubutaguazo”, con que la provincia movilizada logró dar vuelta de un modo comovedor en 2020 un nuevo intento de legislación que bajo el disfraz de una “zonificación” provincial buscaba lo de siempre: ir por la minería. La ciudadanía logró tumbar esa intentona y reponer la ley que prohíbe los megaproyectos extractivos.
- Otro detalle de estos tiempos: ya hay una tercera generación de integrantes de las asambleas participando plenamente, un sub-17 que demuestra el alcance de todo lo que se ha realizado, también desde el punto de vista inter-generacional.
Esquel fue el nacimiento de la resistencia de Chubut, que no significa solamente un rechazo al saqueo y la contaminación, un No, sino también múltiples Sí:
- Sí: sí a la vida.
- Sí a la reivindicación por la positiva de otras formas de producción que no impliquen la destrucción.
- Sí a la necesidad de licencia social para cualquier proyecto, de cuidado de ambiente como forma de preservación de la vida y el trabajo.
- Sí a nuevas formas de relación entre lo humano y la naturaleza. A nuevas relaciones también entre las personas para plasmar la idea de que el agua vale más que el oro, y de que el futuro es posible.
Como homenaje a todo eso aquí puede verse la primera de las notas publicadas en MU sobre la asamblea de Esquel: “La madre del No”, para conocer esa experiencia histórica hecha de resistencia, inteligencia, generosidad y, también, alegría.
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