Nota
La ciencia prendida
Más de 20 mil docentes, estudiantes e investigadorxs de universidades nacionales realizaron una Marcha de Antorchas de Congreso a Plaza de Mayo contra el ajuste en educación, ciencia y tecnología. El atraso salarial y las subjecuciones de presupuesto. Ideas en plena calle sobre feminismo, economía política y ética. Nuestra crónica y reportaje fotográfico.
Cuando las primeras antorchas y velas se encienden en Avenida de Mayo, un vendedor grita:
-¡Cerveza más fría que corazón de Macri!
La estrategia de venta da resultado, y en esta movilización en la que más de 20 mil docentes marcharán a Plaza de Mayo contra el recorte en ciencia y tecnología, la bióloga e investigadora de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), Lía Ramos, brinda algunos datos que permiten unir un vendedor ambulante con una docente universitaria: “Tenemos que ser creativos, porque estamos mal”.
Ramos investiga contaminantes en ambientes urbanos y ahora está desarrollando su primer proyecto sobre Ecofeminismo. “Siempre me interesó el ambiente y la relación con el ser humano. Históricamente, la relación del hombre como género fue avasalladora, extractivista, mientras que la de la mujer fue distinta. Es empezar a ver esas prácticas ambientales en lugares como Avellaneda”.

Más de 20 mil docentes, estudiantes e investigadorxs marcharon de Congreso a Plaza de Mayo. Foto: Vero Ape.
La propuesta es interesante, pero no tiene recursos. “Estamos pagando de nuestros bolsillas muchas cosas: insumos, viajes a los territorios para hacer estudios y análisis, muestras. Hasta los parciales de los alumnos los estamos imprimiendo nosotras. Y todo eso es dinero de nuestro sueldo, que ya viene deteriorado. Eso sin hablar de los ayudantes: yo fui seis años ayudante ad honorem, y no quiero que le pase de nuevo a mis pasantes. También lo ves en alumnos: a muchos la SUBE se la estamos financiando nosotros. Le ponen empeño, pero que tengan que dejar por una cuestión económica no es bueno para nadie”.
Será por eso que, en la calle, además del vendedor de cervezas, se oye un grito unánime:
- “Universidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode”.
De Telefé a Science
Los gremios universitarios (Conadu, Conadu Histórica, Fedun y Fatun) habían comunicado que la marcha era el epicentro de una serie de protestas que habían definido por unanimidad en su ultimo plenario. El conflicto incluye a las 57 universidades nacionales que abarcan la formación de casi 2 millones de estudiantes (el 80% en instituciones públicas, uno de los porcentajes más altos de América) y en las que trabajan alrededor de 180 mil docentes investigadores. Luego de cuatro meses de negociaciones, a comienzos de abril los gremios lograron aprobar el cierre de la paritaria 2018 con un aumento promedio del 44%.
Sin embargo, denuncian que el Gobierno suspendió las reuniones para debatir el aumento de este año, y luego ofreció un 15% en cuotas hasta octubre. La propuesta fue rechazada por los docentes.

Foto: Vero Ape.
El conflicto se enmarca en un contexto de desguace del sistema público:
- Apuntan que las transferencias a las universidades nacionales crecieron por debajo (25 puntos porcentuales menos) que la inflación de 2018.
- El presupuesto destinado a inversiones sufrió un recorte del 67%.
- La ejecución del presupuesto universitario por parte de los diversos Ministerios y Secretarías fue sólo del 27,9%.
- Al finalizar 2018, se adeudaban casi 12 mil millones en todas las actividades, con niveles altos de retraso en actividades de investigación, gastos de funcionamiento, hospitales universitarios y becas.
La movilización también llega en un contexto de fuerte difusión del recorte a la ciencia. La semana pasada, la bióloga molecular y doctora en Ciencias Biológicas, Marina Simian, que dirige una investigación sobre cáncer de mama y células tumorales, fue al programa ¿Quién quiere ser millonario?, en TELEFE, y reveló que los 500 mil pesos que ganó los usará para paliar las escasas inversiones en ciencia. Las denuncias también tuvieron eco en la prestigiosa revista Science, que especificó: “Desde que llegó al poder en 2015, la administración del presidente Mauricio Macri recortó los esfuerzos de sus predecesores para hacer que crezca la comunidad científica. En el último impulso, el Conicet anunció el 5 de abril que este año tiene solamente 450 puestos de nuevos investigadores para los 2600 aspirantes, lo que deja una cantidad récord de investigadores formados sin trabajo. El gobierno anterior había proyectado que estarían disponibles alrededor de 1400 nuevos puestos”.
Mientras tanto, ahora, en la calle, la marcha avanza.

Foto: Vero Ape.
Clases de economía política
Hernán Ludueña y Sonia Filipetto son integrantes de la Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de General Sarmiento (AdiUNGS). Dice Ludeña: “Desde que asumió este gobierno hay un ataque sistemático a las universidades públicas y, en particular, a las del conurbano. Sobre todo, desde los medios hegemónicos, que nada dicen de los presupuestos por debajo de la inflación. Pero ya ves: en esta marcha somos miles, y esto está lejos de ser sólo un reclamo salarial”.
Filipetto también es investigadora en el campo de la Economía Política. Cuenta que más allá de las partidas que se empobrecen, los alumnos están viviendo situaciones difíciles. “No tienen becas y no pueden comprar apuntes. Todo ese combo también es parte de nuestra realidad”.

Foto: Vero Ape.
Daniela Triador, también docente e investigadora en Economía Política. “Todos los índices de este país demuestran cómo las medidas no sólo nos impactan a nosotros, sino a toda la población. En nuestro caso, cada vez que queremos organizar una actividad, tenemos que buscar fondos externos. La Universidad tiene un sistema de contención de becas y de formación docente que cada vez se ve más afectado. Eso impacta en tareas de investigación, porque tenemos muchos becarios”.
Triador estudia la industria automotriz. “De los ´90 en adelante, viendo los cambios estructurales. ¿Qué vemos hoy? Cómo la industria está operando en capacidad ociosa. Y esa es la regla general, que no sólo impacta en los salarios, sino en la depresión del mercado interno”.

Foto: Vero Ape.
Lecciones de ética
Desde el escenario, el secretario general de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU), Carlos de Feo, apunta: “Desde esta marcha decimos no a la destrucción de la universidad y del futuro de la Argentina. Estamos hablando de un recorte de más del 25 por ciento de presupuesto en tres años y medio. De más del 55 por ciento en el de ciencia y tecnología. Eso demuestra un gobierno anacrónico que pretende llevarnos al siglo XIX exportando granos del campo, minería, y ese es un modelo que significa exclusión y miseria”.
De Feo anuncia que el 29 de mayo los gremios universitarios adherirán al paro general convocado por la CGT. Claudia Baigorria, de la Conadu Histórica, recuerda que el 15 de mayo es el Día de la Docencia Universitaria en homenaje a Juan José Cabral, asesinado en 1969 cuando docentes y estudiantes de Corrientes luchaban contra la privatización del comedor universitario. “Por eso les decimos: no pasarán si lo que quieren es destruir la universidad pública”.

Foto: Vero Ape.
Una de las miles de docentes que escuchan es Cecilia Pourrieux, del Departamento de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa). Enseña Ética de forma transversal a distintas carreras que no son parte de Humanidades. Se ríe: “Todo un desafío”.
Cuenta hoy el Gobierno está cuestionando la posibilidad de muchos jóvenes de continuar con sus estudios porque está asfixiando a las universidades con el ahogo presupuestario. “Casi te diría que la UNLa funciona para cumplir con los salarios de los docentes, y eso es inadmisible”.

Foto: Vero Ape.
-¿Qué lecciones de Ética podemos sacar en la calle de un momento así?
-En estos momentos, es cuestionar todo lo que la gente no se anima a cuestionar. Y de participar. Es difícil salir del estado de conservación, donde queremos que la cosa sea normal y funcione bien. Bueno: las cosas no están bien, y hay que asumirlo. Por eso, tenemos que llevar adelante acciones para darle más participación a la gente y llegar a poner un freno a este ajuste que se da en todos los ámbitos. Hoy esta marcha puede molestar a algunas personas que no pueden circular, o que no pueden atender sus bares con normalidad, pero lo importante es que piensen que estamos defendiendo los derechos de la universidad pública e invitando a que se manifiesten y también defiendan los suyos, porque este gobierno está atacando a todas las áreas de este país.
-¿Este Gobierno es ético?
– El pilar de la Ética es la reivindicación de los derechos humanos, pero este Gobierno vulnera los derechos de todas las personas. La regla de oro de la Ética es ponerse en el lugar de otro. Este Gobierno es profundamente inmoral.

Foto: Vero Ape.

Foto: Vero Ape.
Nota
Mía: Cuando el arte abraza

Mía es una obra de teatro que podríamos encuadrar dentro del biodrama o autoficción. Y es mucho más: es grito, es abrazo y, también es un espejo. La actriz y médica psquiatra Mercedes Bertuzzi expone en escena su propia historia: una situación de violencia machista que sufrió por parte de una ex pareja. Este sábado 18 de marzo y en el marco del 8M, esta obra testimonial se presenta en MU Trinchera Boutique a las 21 hs, entradas a la gorra.
“Los primeros años, luego de salir, fueron de mucha confusión, angustia y mucha bronca. Escribir me permitía depositar esas emociones en el texto. El primer objetivo fue descargar. Siempre estuvo el deseo de poder denunciar a través de ese texto que iba escribiendo, pero no estaba segura de si iba a encontrarle la forma. En el proceso empecé a entrenar con Marina Otero, ella hace autoficción, y ahí algo se destrabó, la vi, vi la obra”, cuenta Mercedes. Al terminar de escribir el texto, tomó conciencia de que no era exclusivamente autorreferencial sino que involucraba la historia de muchas otras. Así tomó coraje para llevarla a la escena. “En cada función se me acercan decenas de mujeres emocionadas a abrazarme diciéndome ‘somos muchas’. Todas pasaron por una situación de violencia o acompañaron a otra mujer que la pasó. Siempre termino la función con ganas de gritar cada vez más fuerte el texto de esta obra. Siento que estoy entregando mi historia al colectivo y eso hace que ya no me pese, ya no lucho contra ella. Cada mujer que se identifica con la historia se la apropia un poquito y le va dando más cuerpo al personaje de Mía”.
Con sus herramientas artísticas, Mercedes logró una obra poética, sin golpes bajos, con ironía y momentos muy divertidos.
En una escena, dos niñas juegan a ser actrices, prueban vestuario y declaman en nombre del amor. Las palabras son extraídas de las típicas canciones románticas de cantantes famosos, las que hemos aprendido y cantado a lo largo de los años. “Para quienes fueron víctimas, no es fácil hablar. La violencia nos deja mudas, vacías, solas, no hay palabras que alcancen para explicar. El arte nos habilita un lenguaje a través del cual poder decir lo indecible, nos devuelve la voz, en la forma que cada una elija expresarse. Y para quienes son público, adentrarse a la temática desde una propuesta artística creo que les permite hacerlo sin tantas resistencias. Te permite escuchar con otra disponibilidad. El relato atravesado por la dramaturgia, la música, los cuerpos. Mantiene su fuerza y su crudeza, pero es amortiguado de ternura, poesía, risa. Y eso permite que hablemos de violencia con personas que quizás no se acercarían de otras formas”.

Cada vez que Mía fue presentada en distintos teatros —Mercedes quiere que la obra circule y abra a la reflexión— los comentarios de personas del publico se multiplican: “Presencié ese mismo diálogo”, “sentí exactamente eso”, “estuve en pareja con un tipo igual”. No solo es reparador para ella sino para muchas. “Romper el silencio es imprescindible. Me sigue sorprendiendo la cantidad de mujeres que se acercan después de la función a abrazarme emocionadas por haber ‘contado su historia’, estuvieron ahí mismo o acompañaron a otra. De todas las edades, todas las clases sociales. Es escalofriante, es triste. Pero es también esperanzador encontrarnos. Ya no nos estamos quedando calladas, estamos denunciando y estamos convencidas de cambiar esa realidad. El haber sido víctima de violencia ya no queda solo como una herida que duele y mejor callar y olvidar. Hoy somos víctimas enojadas, creativas y sobre todo, en red. Compartir Mía me abrió los ojos a eso… Es mi historia, es la de muchas otras y, por suerte, es parte de la historia que estamos modificando”.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143
Sábado 18 de marzo a las 21 hs
Actúan: Mercedes Bertuzzi, Juliana Gotta, Gonzalo Pungitore, María Tibi
Entradas “a la olla”.
Podés reservar en este link:
Nota
Punitivismo y feminismo en el caso de Lucía Pérez: una mirada sobre esa falsa dicotomía

La abogada trans Cristina Montserrat Hendrickse analiza por qué es falsa la dicotomía que pretenden instalar sectores que siempre trabajan para categorizar las divisiones del movimiento feminista. Así crean grietas sociales que les permiten alentar congresos, investigaciones y polémicas de las cuales viven.
Por Cristina Montserrat Hendrickse
Una corriente muy minoritaria de los feminismos entiende que reclamar la sanción penal del femicidio es una actitud punitivista.
Llegan a tal conclusión partiendo del concepto de que el castigo refuerza la violencia.
Evidentemente la idea de la que se parte es correcta, pero el error de la conclusión reside en asociar pena a castigo. En no distinguir la finalidad de la pena que impone nuestro Derecho de la triste realidad de castigo que significa la ejecución efectiva de las penas privativas de libertad.
Los feminismos en nuestro país se encuentran justificados jurídicamente en la Convención Contra Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) incorporada a nuestra Constitución en 1994; la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra La Mujer (Convención de Belem do Pará) que es un tratado internacional de jerarquía superior a las leyes; y las leyes nacionales y provinciales que reglamentan a estos tratados.
Nótese que la convención de Belem do Pará obliga a los Estados a “sancionar” la violencia de género, además de prevenirla y erradicarla. El marco jurídico “sancionatorio” por excelencia es el Derecho Penal.
De allí que en nuestro sistema de derecho pretender eludir o abolir la punición de la violencia de género resulta jurídicamente anticonvencional, y por tanto anticonstitucional.
No por ello se deja de valorar el aporte del antipunitivismo feminista en cuanto sostiene que el castigo refuerza la violencia. Pero el problema del antipunitivismo reside en cuestionar al sistema (de origen convencional interamericano) de sanción de la violencia de género, y no al sistema de castigo que en los hechos (y apartándose del Derecho) sucede con la aplicación de la pena.
En efecto, la finalidad esencial de las penas privativas de la libertad es la reforma y la readaptación social de los condenados (art. 5.6. de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, también incorporada a nuestra Constitución en 1994), sin olvidar el mandato de que “…Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas…” (artículo 18 de la Constitución Nacional). De ambas reglas de jerarquía superior surge que la finalidad jurídica de las penas no es el castigo, como erradamente lo entiende cierta expresión del feminismo antipunitivista, sino la resocialización.
De allí que se impone una diferenciación entre “antipunitivismo” y “abolicionismo” que permita distinguir: si se pretende que la pena no se constituya en castigo sino como resocialización (antipunitivismo); o si se pretende abolir todo tipo de pena (abolicionismo penal).
La primera debería hacer foco en una reforma penitenciaria feminista, que lejos de reforzar el patriarcado lo deconstruya, no aboliendo las penas, sino modificando su ejecución a la finalidad que el impone el Derecho.
La segunda implicaría la abolición de todas las prisiones; y además, el desafío de construir respuestas ante los crímenes o lo que cada sociedad considera crímenes.
Evidentemente el castigo refuerza la violencia. Por lo que el mismo debe ser eliminado del sistema de ejecución penal, pero no el sistema de sanción; salvo que se sostenga el abolicionismo, teoría también respetable, pero que resulta anticonstitucional en nuestro sistema de Derecho, al menos en materia de violencia de género ya que la República Argentina se obligó ante la comunidad interamericana a sancionarla.
Toda decisión que se aparte de ese compromiso violentaría el sistema jurídico argentino y comprometería a nuestra Nación frente a la Comunidad Interamericana exponiéndonos a ser destinatarios de reclamos, cuando no de sentencias condenatorias, ante el sistema interamericano de Derechos Humanos.
En resumen: debatamos sobre las cárceles, no sobre las penas.
Cristina Montserrat Hendrickse
Nota
Pergamino: sentencia contra los agrotóxicos y triunfo de la comunidad frente a un intendente

La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó la distancia de 1.095 metros dentro de las cuales están prohibidas las fumigaciones terrestres con agrotóxicos, y de 3.000 metros para las aéreas. De ese modo denegó el recurso de amparo presentado por el intendente pro agronegocio de Pergamino, Javier Martínez. La denuncia original había sido presentada por Sabrina Ortiz (en la foto principal), vecina de Pergamino, que en su reclamo contra el envenenamiento cotidiano que sufrían ella, su familia y sus vecinos, y sin encontrar quien la defendiera legalmente, terminó recibiéndose de abogada para encarar sus propias causas. La sentencia de primera instancia había sido dictada por el juez del juzgado penal 2 de San Nicolás Carlos Villafuerte Ruzo.
Frente a la ratificación de la Corte dijo a Sabrina Ortiz a lavaca, entre otras cosas:
- “Se me vinieron a la mente un montón de recuerdos de personas que la pasaron muy mal, personas que ya no están incluso, que fueron víctimas de este modelo y que perdieron la vida por esta causa”.
- “Celebro por duplicado porque cada batalla que damos tenemos oponentes muy fuertes, corporaciones, intereses políticos, corrupción, sectores del agronegocio. Entonces, en parte estoy feliz porque aunque sabemos que la solución sería que sea agrotóxicos cero para todo el mundo, no sólo para esta región, podemos decir que es un pasito más que estamos dando hacia el buen vivir”.
Publicamos además la nota completa realizada en la revista MU.
Por Francisco Pandolfi

Un fallo de la Corte Suprema de Justicia ratificó la distancia de 1.095 metros de prohibición de fumigaciones terrestres y de 3.000 metros para las fumigaciones aéreas, denegando el recurso de amparo que había presentado nada menos que el intendente de Pergamino, Javier Martínez, pretendiendo fumigar en todas partes, pese a las denuncias sobre los efectos de los agrotóxicos en la comunidad, el suelo, el aire y el agua.
El fallo en primera instancia, apelado por Martínez, había sido del Juez Carlos Villafuerte Ruzo, titular del Juzgado Penal Número 2 de San Nicolás, en septiembre de 2019, como medida protectoria paliativa urgente frente a las masivas fumigaciones.

Quien realizó la denuncia original ante la justicia federal fue la activista ambiental y abogada Sabrina Ortiz, también víctima de los agrotóxicos. Ante este fallo de la Corte Suprema de la Nación, explica a lavaca: “Esperábamos la resolución desde hace bastante tiempo, con muchas expectativas, pese que los últimos fallos que ha tenido la Corte en materia ambiental no han sido para nada alentadores. Sin embargo, para nosotros era casi seguro que iba a fallar a favor. Se me vinieron un montón de situaciones a la cabeza, sobre todo por cómo comenzó esta causa, por la salud de mis hijos, por las afectaciones que tuvieron, con las afectaciones que tuve en mi cuerpo; se me vinieron a la mente un montón de recuerdos de personas que la pasaron muy mal, personas que ya no están incluso, que fueron víctimas de este modelo y que perdieron la vida por esta causa. Fueron recuerdos muy tristes, muy angustiantes, dolorosos, del vivir cotidiano, de hecho todavía están en controles mis hijos y hay un montón de gente que la sigue sufriendo”.

Relata también con asombro: “Me da mucho dolor, que sea el propio municipio el que intenta ir en contra de la salud de las personas. Me da mucha impotencia que el intendente Javier Martínez sea quien quiere que nos fumiguen en la cabeza. Al mismo tiempo, celebro por duplicado porque cada batalla que damos tenemos oponentes muy fuertes, corporaciones, intereses políticos, corrupción, sectores del agronegocio. Entonces, en parte estoy feliz porque aunque sabemos que la solución sería que sea agrotóxicos cero para todo el mundo, no sólo para esta región, podemos decir que es un pasito más que estamos dando hacia el buen vivir”.
Aquí, el viaje, la investigación y la nota completa sobre la situación en Pergamino publicada en la revista MU: La capital del veneno.
https://lavaca.org/mu163/mu-en-pergamino-la-capital-del-veneno/

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