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La fruta prohibida: Corrientes, de las fumigaciones a la agroecología

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Una familia fumigada. Una niña muerta por comer una mandarina. Vecinos que cuentan que la escena se encubrió. La voz del único imputado. Una historia que conecta con otra localidad donde se está empezando a transformar el dolor en vida. ▶ FRANCO CIANCAGLINI
Rocío Milagros Pared (12 años) y su sobrino Damián(10 años) salen de su casa rumbo a la clase de catequesis de todos los sábados. Viven con sus 11 hermanos y padres al lado de una chacra de limones que se fumiga día tras día.
La capilla de Santa Librada, a donde los esperan las catequistas Soledad y Ayelén, queda a unos 500 metros de distancia. En el camino, más quintas: limones, arándanos, sandías, mandarinas.
Los tractores pasan y levantan la tierra colorada; no hay vereda. Sólo pueden caminar pegaditos al paredón que marca la propiedad de Luis Ángel Brest, dueño de todas esas quintas. Es un sábado caluroso, son las 14:30, y Rocío y Damián deciden jugar una carrera.
Rocío va ganando, pero se detiene. A la altura del portón de los Brest encuentra una mandarina. La agarra. Damián, que llega desde atrás, le pregunta: “¿Me das un pedazo?”. Rocío la parte al medio y muerde su mitad.
Rocío queda paralizada. Se agarra la panza; se retuerce de dolor. Damián muerde la mandarina, pero le da asco el sabor: escupe. Luego, vomita. Con las fuerzas que le quedan, ayudado por un palito, desanda los 90 metros hasta su casa, para pedir ayuda.
La madre, Vicenta, se queda con Damián, mientras Ricardo y Ramona salen corriendo a buscar a Rocío. La escena: “Estaba paralizada, como borracha. La respiración se le iba. La cáscara de mandarina estaba ahí al lado. Y yo le dije ¿qué tomaste, Rocío? Me responde en guaraní “ha´u mandarina”. Tomé una mandarina”.
Ramona, hermana de Rocío, cuenta que se cansó de llamar a la ambulancia que nunca llegó. La explicación: “La ambulancia no está en el hospital: hace de remís”. Entonces llamaron a Laura, la remisera, que ahora recuerda: “Cuando llego veo que van saliendo con el nene y después veo a Rocío, que la llevaban en brazos. Ahí me desesperé: nunca manejé tan rápido”.
En el centro de salud de Mburucuyá los hacen esperar. Vicenta: “Eran las 3 y el doctor estaba durmiendo la siesta. Se lo fue a despertar recién cuando puse a los chicos en la camilla. Y ahí les pusieron suero, pero no les hicieron lavado de estó- mago. Dijo que no hay elementos para hacerlo. ¿Cómo no va a haber? Nos dijo que la trasladaban a Saladas. Volvimos a buscar ropa para ella y los documento. Pensamos que se iba a salvar”.
Ramona: “Llegamos a Saladas y no nos dejaron entrar. Le dije a una doctora que si no me dejaba ver a mi hermanita, que me diga qué tenía. Ahí me dice: falleció”.
Silencio.

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Las mujeres Pared, en el camino a la altura donde Rocío mordió la mandarina.
Foto: Nacho Yuchark


La pared
Ese es el relato que la familia Pared reconstruye recuerdo por recuerdo, sentados todos juntos a la sombra de un árbol, en su terreno en el paraje El pago, Mburucuyá. Son 13: Evaristo, Vicenta, Rita, María, Ramona, Armando, Damián, Mariana, Abigaíl, Fermín, Luana, Mariana y Caterina. Y los perros, Diablo y Pulqui. Falta Rocío.
Son padres, hijos y nietos de generaciones mezcladas: todos le dicen “mamá” a Vicenta. Los padres de los más más pequeños no viven en ninguna de estas dos casas.
Vicenta se crió en la zona, en Manantiales, probó dos veces suerte en Buenos Aires, pero regresó a El Pago para formar familia con Evaristo. Tiene la cara arrugada. Ha criado hijos de nariz repingada, pelo negrísimo, facciones que parecen delicadamente talladas y cuerpos esbeltos: guaraníes. “Les digo que tienen que hablar castellano, pero entre nosotros hablamos mucho en guaraní”. En esa lengua fue que Rocío le dijo a su madre sus últimas palabras: “Ella era muy guaranga. Le pregunté ahí en el portón qué había pasado. Ahí nomás le levanté el pelo, esperando que venga la ambulancia. Nunca llegó. Ya en el remís, cuando iba alcanzando la mitad del camino, yo la tenía con la cara en mi pecho y empezó a salirle espuma de la boca”. Vicenta hace un gesto de asco, o de bronca, o de todo eso junto, y concluye: “Ni aunque me paguen 50 mil dólares ni aunque me compren una estancia, yo lo que perdí no lo voy a recuperar: mi chinita”.
Evaristo, el padre, fue el encargado de limpiar el terreno hace 10 años para empezar a levantar una casa y una familia que aún se siguen edificando. Años después, el monte correntino del que estaba rodeado –palmeras, lagunas, animales- pasó a ser monocultivo de frutas y verduras con altas dosis de agroquímicos. “Justo acá se pusieron, con todo el monte que hay. No podés estar del veneno”. Una de las hijas, cuenta, se desmaya seguido. Otra acaba de perder un embarazo. ¿Por qué pasó lo que pasó? “Eso es lo que hasta ahora pienso y me está doliendo a mí. Tengo mis hijos, mis nietos, van a catecismo, salen por la calle y agarran frutas. ¿Cómo no van a agarrar?”. ¿Qué reclaman? “Justicia: eso es lo que estamos pidiendo”. ¿Cuál sería la justicia? “Que no vuelva a pasar”.
Evaristo trabajó en la cosecha gran parte de su vida, pero ahora ya no puede “por un problema de cintura”. Conoce muy bien a todos en la zona. “Que vengan a poner la cara, que digan qué pasó, qué fue. Nunca más aparecieron”.
La mitad de la familia Pared es de River, y la otra mitad es de Boca. Ambas hinchadas se lamentan que el fútbol ahora es pago y sacan cuentas ficticias sobre cuánto les saldría poder seguir viendo a sus ídolos por televisión. Rocío no era la excepción: “Le gustaba mucho ver televisión”.
Sus hermanos apuntan más recuerdos:
“No le gustaba salir mucho, le gustaba mirar novelas”.
“Sus novelas preferidas eran El Zorro y Pasión de gavilanes”.
“A mí me peleaba el control remoto de la cama”.
“Era de Boca”.
“Jugábamos a la pelota, a la escondida, a la rayuela. Ahora la extrañamos”.
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Los niños Pared, hermanos y sobrinos de Rocío, en su casa en Mburucuyá. Detrás, la quinta de limones que es fumigada todos los días.
Foto: Nacho Yuchark


El veneno
Damián, remera de Pokemón, jean largo y en patas, es el testigo de la muerte de su tía y el paciente de distintos hospitales correntinos, cuyos estudios viajaron al hospital Gutiérrrez de Buenos Aires, especializado en toxicología. La madre alcanza un exámen realizado en Hospital Pediátrico Juan Pablo II, de Corrientes capital, que certifica un primer diagnóstico: “Intoxicación con carbofluorado”.
La autopsia que le hicieron a Rocío le puso nombre al veneno: Furadán. Fue encontrado por el cuerpo médico forense correntino en su mano y también en su estó- mago, junto a restos de mandarina. “Damián se salva porque escupe la mandarina y vomita tres veces”, interpreta su madre, Rita. Rocío ingirió con un mordisco una cantidad fatal.
El Furadán está prohibido en la Unión Europea, Canadá y también en Corrientes, según la resolución provincial Nº 1246/12. Es un pesticida altamente tóxico que si bien se utiliza para el control de plagas, tiene otra antigua función: se le suele inyectar a las frutas para dejarlas como carnadas de veneno en las cosechas y matar así a las aves que se acercan a picotear. El abogado de la familia Pared, Francisco Pisarello, relata el método: “Con tal de evitar los gastos se utiliza esta técnica retrógada de inyectarle con jeringa a la mandarina para poner debajo de las plantas, y después encontrar el tendal de pájaros muertos”.
Esto explicaría por qué la mandarina tenía un veneno prohibido, pero no por qué estaba allí, en el portón de los Brest, al alcance de Rocío. El fiscal de instrucción de Saladas Osvaldo Ojeda coincide con la hipó- tesis del abogado Pisarello: la fruta se habría caído en el traslado de mandarinas envenenadas de una quinta a otra.
La familia también conoce ese relato desde adentro: una de las seis peones de chacra de los Brest que trabajaron ese día en la quinta donde todo sucedió es Susana Pared, 29 años, una de las hermanas de Rocío. “Costó mucho que hable, porque tiene miedo a perder el trabajo”, dice el abogado Pisarello.
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La quinta de limones donde se cayó la mandarina durante un traslado. Está al lado de la casa de los Pared, en el paraje rural de Mburucuyá, camino a la parroquia.
Foto: Nacho Yuchark


La investigación
La causa judicial que investiga la muerte de Rocío fue recaratulada: de “muerte por envenanamiento” a “homicidio culposo”. El único imputado es el capataz de la estancia del paraje El Pago, Faustino Mendoza, a quien la familia conoce bien: viven al lado. Incluso después de la muerte de Rocío, las familias se siguen saludando.
El fiscal Ojeda tomó las riendas de la investigación, sin la participación de la querella familiar durante los primeros 30 días. Ordenó la autopsia que confirmó el veneno, imputó a Mendoza y llamó a declarar al empresario Luis Brest, empleador de Mendoza, como testigo. También allanó la quinta de los limones, tres días después de la muerte de Rocío.
La única casa que queda en diagonal al portón de los Brest es la de Ayelén, la profesora de catequesis que esperaba a Rocío aquel 9 de septiembre: “El lugar donde murió Rocío ya no es el mismo. Se pusieron carteles que no habían, candados que no estaban, alambres que no tenía. Es más: esa misma noche sacaron cosas. En el peritaje que se hizo hay cosas que no van a estar porque las asacaron. Los dueños de la empresa mandaron a desmantelar el escenario”.
El encubrimiento que describe Ayelén sigue la línea del relato de los hechos que intenta imponer el patrón Brest: que Rocío cruzó el alambrado.
A lo lejos, irrumpe un tractor. Vicenta y sus dos hijas tienen una enorme capacidad de ver desde lejos y anticipan: “Ahí viene Faustino”.
Faustino Mendoza es el único imputado en la causa que investiga la muerte de Rocío. Es un hombre mayor, de piel curtida por el sol y una forma de hablar que se asemeja a un ronroreo. Sin apagar el motor del tractor, y con pocas, pero precisas palabras, accede a responder las preguntas que aún no le hizo la justicia.
¿Qué pasó el 9 de septiembre?
La criatura entró a la quinta. Afuera no había nada.
¿La mandarina de dónde la agarró?
De adentro.
¿Por qué tenía Furadán?
Porque hay muchas ratas. Para las ratas. Para matar las ratas del galpón, ahí adentro.
¿Se usa Furadan para matar a las ratas?
Sí.
¿Entonces, según usted, la mandarina no estaba en la puerta?
No, no. No había nadie, los sábados salimos temprano. Ya a las 12 nos fuimos todos.
La familia dice que estaba del lado de afuera
No, no. El portón estaba abierto.
También los vecinos dicen que los carteles de “prohibido pasar” se pusieron después
Tenía cartel. Había carteles. Y había una cadena.
La familia de Rocío también cuenta que fumigan en el campo de al lado de su casa, ¿eso no puede traerles problemas?
Pero ahora fumigamos con otras máquinas.
¿Hace cuánto?
Hace un tiempo ya.
¿Qué pesticidas utiliza?
Cobre y Mango-C.
¿Usted para quien trabaja?
Para el encargado.
¿Luis Brest?
Sí.
¿Tiene miedo por la causa judicial que lo tiene como imputado?
No.
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En el centro, Damián, el sobrino de Rocío que se salvó porque escupió y vomitó la mandarina.
Foto: Nacho Yuchark


Los Brest
Cuentan que los Brest arrancaron hace menos de 10 años con una estación de servicio en Saladas, a 50 kilómetros de Mburucuyá, y así –o más o menos así- edificaron una fortuna que se tradujo en tierras en éste y otros departamentos correntinos. Los Brest son “una generación de nuevos empresarios con viejas mañas”, según la definición del abogado de Pisarrello, en referencia al uso de técnicas como la del Furadán en mandarinas como cebo para espantar aves.
Los Brest son una hermana y tres hermanos de alto perfil: un ingeniero agrónomo; un abogado y político que acaba de ser electo presidente del Colegio de Abogados del departamento de Goya; y Luis Ángel Brest, el más conocido por los parajes rurales, que figura como propietario de las quintas de Mburucuyá.
Mburucuyá es un pueblo de 7 mil habitantes famoso en Corrientes por ser la tierra del chamamé. Si en Corrientes capital se hace el Festival del Chamamé, en Mburucuyá le dieron otra vuelta al marketing: La Fiesta del Auténtico Chamamé. La diferencia, explicada por un autóctono: “Acá no se enchufa nada”.
Mburucuyá es un casco urbano rodeado por distintos parajes rurales como El Pago, donde viven dispersas familias campesinas como los Pared. “En Mbucurucyá la mayoría de los habitantes trabajan en la cosecha”, relata el propio Evaristo Pared. “Limones, sandía, mandarinas, arándanos”, enumera.
Según el sindicato UATRE, el sueldo oficial de un peón rural es de 12 mil pesos al mes, a razón de 556 pesos por jornal. Pero se sabe: la gran mayoría de los peones trabajan en negro. Evaristo calcula que así el sueldo desciende hasta la mitad. Una de las hermanas de Susana, la Pared que trabaja en la cosecha, precisa: “Pagan mil quinientos por semana”. Otra cosa que no especifica el convenio son las horas y días de trabajo: “Lunes a sábado, de 7 a 12 y de 2 a 6”.
¿No hay inspecciones ni control? Todos coinciden: “Les avisan que va a venir el Renatea (Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios) un día antes, y te dicen: mañana no vengas”.
Desde que murió Rocío, en la chacra vecina a los Pared pasaron de trabajar 10 personas a sólo 3. “Allá están trabajando Arnaldo y José”, alcanzan a ver los Pared desde la medianera.
Los guardianes
Con un mapa de la provincia de Corrientes de fondo, Emilio Spataro traza con el dedo líneas imaginarias que conectan Mburucuyá con la localidad de Lavalle. La coincidencia no es imaginaria: es la trama que une la muerte de Rocío con la de otros casos de niños muertos por agroquímicos. Y también a los Brest: uno de los hermanos fue el abogado de Ricardo Prieto, el productor absuelto por la muerte por agrotóxicos de Nicolás Arévalo (4 años) y los daños irreversibles a Celeste Estévez (5 años), en Lavalle.
Allí estamos ahora.
Cuenta Spataro: “Lo que encontrás en Lavalle y Mborucuyá es la continuidad de ese viejo modelo en el que la familia que es dueña del establecimiento tiene nexos locales. Y el campesinado son sus peones que trabajan en negro”. El otro ingrediente que completa el paisaje del interior correntino: “El modelo de agrotóxicos acá es de altas dosis por las temperaturas. Altas dosis y de exposición muy directa a gente en poblaciones socialmente muy vulnerables”.
Emilio es parte de Guardianes del Iberá, un grupo de jóvenes que se agrupó, primero, en defensa de los esteros que atraviesan la parte noreste de la provincia, enfrentándose a magnates extranjeros y mafias locales. Luego extendieron sus redes a otras localidades del interior correntino. Los Guardianes fueron una de las organizaciones que acompañaron -junto a la organización Infancia Robada, dirigida por la hermana Marta Pelloni- los juicios por la muerte de Nicolás Arévalo, los daños a Celeste. Luego, otro juicio por otra muerte agrotóxica: la de José Carlos Rivero (4 años), en mayo de 2012, también en Lavalle. “Los productores correntinos asumieron una defensa totalmente corporativa, que se expresa en la sentencia del caso de Nicolás Arévalo, donde absuelven a Prieto por falta de mérito: dicen que no se puede establecer que la contaminación fue la causal de la muerte. Lo que les preocupaba más era el impacto corporativo”.
Cortes de ruta, movilización, escraches a empresarios, jueces y políticos. Los Guardianes del Iberá siguieron y siguen gritando “paren de fumigar”. Pero en estos años no sólo han estado a la defensiva. “Después de los juicios que absolvieron a los productores hicimos la lectura de que teníamos que pasar al nivel de la producción, sino la lucha era insostenible”.
La historia puede contarse desde el principio o desde este final: el último fin de semana de octubre, más de 300 delegados de distintas localidades se reunieron en la localidad de Boquerón para discutir el plan de lucha contra las fumigaciones, y para compartir experiencias en agroecología. El encuentro fue la punta del iceberg de la flamante Federación Campesina, una organización que reúne a más de 700 familiares, entre cooperativas agropecuarias y comunidades guaraníes, que representan unas 4 mil personas en toda la provincia. “El 80% produce en forma agroecológica”, cuenta Emilio. La Federación Campesina es la contracara del modelo extractivo y del monocultivo arrocero y sojero, y también de las quintas hortícolas de medianos productores que utilizan agroquímicos.
Corrientes es una de las provincias más bellas del país. “Tiene de todo: monte, tierras altas, bajas, lagos, lagunas, ríos, animales”. Esta descripción –a la que habría que sumarle hasta monos- no es precisamente un anuncio de marketing turístico, sino un tesoro: “Tiene las condiciones perfectas para producir de manera agroecológica”. ¿Qué tiene en contra? “Sin puentes, sin caminos, sin las exenciones impositivos que favorecen a los pooles de siembra. Ahí está la decisión del Estado de favorecer a uno y dejar de forma precarizada la producción que realmente alimenta a la gente. En Corrientes no se come ni arroz ni pinos”, señala Spataro en referencia a las dos actividades fomentadas desde el gobierno: el monocultivo y la deforestación. La propuesta de cambiar el paradigma productivo queda así expuesta, en medio de una provincia azotada con 40% de pobreza, según las cifras del INDEC. “Lo que tenemos en nuestras manos es la decisión de otras formas de vida y de ser protagonistas de esas formas de vida. Eso es lo que defendemos con uñas y dientes”.
La fruta prohibida: Corrientes, de las fumigaciones a la agroecología

En Lavalle, uno de los invernaderos agroecológicos que quieren dar vuelta la historia.
Foto: Nacho Yuchark


Uñas, dientes y agroecología
En Lavalle hay más de 200 familias produciendo de manera agroecoló- gica, casi el 30% de un total de 2.000 habitantes. Josefina y Mauro son una de las parejas que formaron una familia a la vera de un brazo del Paraná, en una zona parecida al paraíso. Ellos son los tíos de Nicolás Arévalo y Celeste, y también una de las familias que se complementan con los vecinos que producen de manera agroecológica: “Nos convidan las chauchas y la lechuga, y nosotros les damos las leñas”. Paradojas de la vida en este paraíso: “Pescamos de noche, porque no dejan”.
Pilar es una de las vecinas que tiene, junto a su compañero Papu, la huerta de las chauchas: “Él trabajó hasta que se quedó rengo. Otro ingreso no teníamos. Ahora hicimos huerta. Primero afuera, ahora con tendal. Y con eso que teníamos vendíamos nomás. Hicimos con la ayuda de Guardianes”. Papu suma: “Le pongo abono de vaca, con eso lo mantenemos. Los que nos vendieron las semillas de melón nos dijeron que sin agroquímicos no iba a salir; y la chaucha, para que sea más grande la vaina, que teníamos que ponerle sí o sí. Y mirá”. El almuerzo está servido: ensalada de chaucha y papa con pescado fresco, del río.
A un costado, un balde muestra un líquido que en cualquier que en otro contexto resultaría peligroso. Checho, uno de los sabios agroecológicos que tiene Guardianes del Iberá, cuenta: “Es el purín de ortiga: sirve como abono orgánico y también como repelente, justamente para suplantar al herbicida. Tiene mucho fósforo. Y esto no es un agrotóxico que te hace daño: son ingredientes naturales”. La pauta es clara: “No usar agroquímicos”. ¿Cuál es el próximo paso? “Plantar pepino”.
Muchas de estas familias han logrado dedicar su tiempo completo a estos emprendimientos gracias a subsidios que le arrancaron al Estado. Josefina cuenta :“Vivo de mi pension”. Su marido Mauro: “de los microemprendimientos”. Y aclara: “Sabemos que va a llegar la temporada en que eso se termina. Y los empresarios siguen”.
En Lavalle, lento pero sin pausa, ha comenzado otro proceso. “Desde hace dos años los vecinos nos apoyan más, porque se dan cuenta que hay una producción que engorda a los patrones, y no al pobre. Ahora con estos microemprendimientos ellos mismos empiezan a comer de lo que producen”, conecta Josefina.
David y Eugenia son los padres del otro niño muerto en esta localidad, José Carlos Rivero (7 años), intoxicado con el agrotóxico endosulfán. En su casa mantienen desde hace años un vivero repleto de plantas originarias de la zona. Chanchos y gallinas aprovechan el resto del terreno. Desde afuera se oyen pasar los autos por la calle que ahora lleva el nombre de su hijo.
A David la tristeza le marca la mirada y las palabras le salen a borbotones para contar cómo su familia es parte de esa nueva generación agroecológica. “Se creó una confianza en el pueblo. Hoy están contando la realidad que tenían miedo de contar. Están con estudios, tienen pruebas de que el veneno les está matando, pero tenían miedo de hablar por perder el trabajo. Salieron muchas cosas a la luz… y lo que queda por salir: falta, pero está”, dice David. Eugenia suma: “Las marchas que vamos haciendo también quitan el miedo. Primero nos miraban, pero nosotros entendimos mal ese silencio: de varios vecinos nos perdimos un abrazo, un apretón de manos porque estaban con nosotros, pero tenían miedo”.
Uno de los impactos notables y concretos que ha tenido esta nueva forma de vincularse con la tierra y entre vecinos fue el electoral: en Lavalle siempre ganaba un intendente dueño de un establecimiento tomatero. En la última elección fue la primera vez que ganó una intendenta que está posicionada en contra de los agrotóxicos. David: “Mucha gente se sintió menos coercionada en su voto, gracias a que hoy ya no dependemos del tomate”. Otro de los candidatos era el productor que está procesado por homicidio por la muerte de José, su hijo. David: “Pagaba 500 pesos cada voto y sacó 133 votos. Todavía lo están buscando para cobrar”.
¿Qué puede ver en el caso de Rocío, en Mburucuyá, que ya haya visto en la muerte de su hijo?
Puedo ver el futuro de lo que va a pasar con ese juicio. Están por meter preso a un inocente, a un capataz. Y los verdaderos responsables siempre quedan libres. Los asesinos de mi hijo se presentan a elecciones y siguen trabajando como si nada hubiese pasado

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Tres audiencias ante la CIDH que cuestionaron las políticas de Milei sobre mujeres, derechos humanos y economía popular

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La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concedió tres audiencias temáticas a las organizaciones de la sociedad civil de Argentina para escuchar el impacto de las medidas regresivas que adoptó el Estado en políticas sociales, económicas y culturales. El gobierno de Javier Milei debió responder en Washington, sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), ante las autoridades internacionales respecto a la vigencia de los derechos humanos en nuestro país. Hubo en total tres audiencias:  

  • Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular;
  • Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género;
  • Impacto de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en los derechos humanos.

En el caso de violencia contra las mujeres y niñas, la presidenta de la CIDH Roberta Clarke planteó que se trata de “delitos de lesa humanidad”. La actitud del gobierno argentino, y los detalles de cada una de las audiencias.

Por Lucrecia Raimondi

Las audiencias ante la CIDH que se llevaron a cabo el jueves 14 noviembre reunieron a organizaciones sociales y de derechos humanos en la sede de la Ex Esma, desde donde se realizó la conexión. Fueron solicitadas por entidades de derechos humanos, políticas, sindicales, feministas, sociales, académicas y religiosas.

Durante el 191º Período de Sesiones, en un hecho inédito, la CIDH otorgó a la Argentina el tratamiento de tres temas:

  • El “Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular”;
  • la “Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género”;
  • el “Impacto de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en los derechos humanos”.

En 10 meses de gestión, el gobierno de Milei debió presentarse cuatro veces a la CIDH para dar respuesta ante los reclamos de la sociedad civil por la violación a los derechos humanos. La primera fue en julio de este año sobre la “Situación de la protesta social y el derecho a la libertad de expresión” a partir de la represión durante el tratamiento de la Ley Bases en el Congreso Nacional. 

Los representantes del Estado argentino sostuvieron la postura ultraliberal del presidente Javier Milei en todos los ámbitos internacionales de derechos humanos. Ante la CIDH, las intervenciones del gobierno y de la sociedad civil mostraron un país con una profunda división. En la exposición de los funcionarios oficiales quedó explícita su postura en “concordancia con los principales lineamientos del gobierno” en relación a la “racionalización de la gestión de los recursos disponibles”, según ellos como consecuencia de “la herencia institucional, económica y social recibida por la actual administración”.

En las tres audiencias el ex juez Alberto Baños, a cargo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, argumentó que “los recortes de las partidas presupuestarias y el cierre de organismos ineficientes y la reducción de personal ineficiente, tienen que ver con la búsqueda de saneamiento que permita un renacimiento de la economía”. Las intervenciones de Baños se vieron plagados de un tono entre irónico y agresivo hacia las políticas de derechos humanos, con la habitual retórica oficialista que justifica la regresión en materia social amparándose en la crisis económica. 

Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil presentaron informes detallados del impacto negativo de las políticas de ajuste y desregulación del Estado en tres áreas donde Argentina es un ejemplo para el mundo:

  • la colaboración comunitaria contra la pobreza en los barrios vulnerables,
  • la lucha social por la erradicación de la violencia de género,
  • las políticas de memoria, verdad y justicia por la no repetición del terrorismo de Estado.

La sociedad civil peticionó a la CIDH una visita a la Argentina para monitorear la situación con el fin de impulsar al Estado a cumplir con sus obligaciones y respetar los estándares internacionales de derechos humanos. 

Milei pretende diferenciarse de la Agenda 2030, consensuada en la ONU como el “Pacto del Futuro”, que reúne esfuerzos para garantizar derechos de tercera generación y de incidencia colectiva.  “Aunque bienintencionado en sus metas, es un programa de gobierno supranacional de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados-nación y violentan el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de las personas”, disertó el presidente de Argentina en septiembre ante la 79º Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Al cierre de su discurso advirtió que “la Argentina no acompañará ninguna política que implique la restricción de las libertades individuales, del comercio, ni la violación de los derechos naturales de los individuos, no importa quién la promueva ni cuánto consenso tenga esa institución”. En esa línea fue la intervención de Baños, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Tres audiencias ante la CIDH que cuestionaron las políticas de Milei sobre mujeres, derechos humanos y economía popular

La economía popular y el avance narco

La primera audiencia sobre el “Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular” fue solicitada por la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) junto con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y Mujeres en Empleo Informal Globalizando y Organizando (WIEGO).

La principal denuncia de este sector fue la falta de entrega de alimentos a los comedores comunitarios, el desmantelamiento de los programas de empleo social, la persecución y la estigmatización de las organizaciones sociales. Natalia Zarza, referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos e integrante de la UTEP describió la dramática situación de los barrios populares ante la falta de alimentos: “No llegamos a fin de mes, no tenemos a la noche un plato de comida todos los días. Los espacios que brindan los alimentos a los pibes se hacen de manera amorosa y con compromiso, son una herramienta fundamental de contención. Pero cuando el Estado se retira avanza el narcotráfico que le destruye el proyecto de vida a nuestros pibes. Estoy acá con mucha bronca, vengo para que me escuchen. No somos fantasmas, somos los que sostenemos los comedores comunitarios dándole de comer a los chicos y los ancianos de todos los barrios de la Argentina”. 

Alejandro Gramajo, secretario general de la UTEP, explicó las consecuencias de la política de ajuste: “En nuestro país hay 10 millones de indigentes, hay más de 20 millones de compatriotas que están en la pobreza que no pueden comer todos los días, que saltean comida. El gobierno congeló el salario social complementario, implica que el Potenciar Trabajo, que percibían trabajadores y las trabajadoras de la economía popular producto de una tarea socio productiva, cayera en peores condiciones sociales de las que estaban en términos de pobreza. El gobierno tomó una decisión de avanzar en un proceso de ajuste, no solo en la política de economía popular, sino en muchas políticas. Nosotros hacemos mucho hincapié en que cuando se destruye la comunidad avanza el narcotráfico, se rompen las redes de contención social y de contención comunitaria”.

Además Gramajo detalló: “Lo que hemos planteado hasta acá es producto de las decisiones que ha tomado el gobierno. Los trabajadores de la economía popular y trabajadores formales van perdiendo su trabajo y su poder adquisitivo, los jubilados y jubiladas caen en la pobreza, millones de niños y niñas van todos los días a dormirse sin comer, más de 10.000 empresas han cerrado, privatizó las empresas del Estado. El gobierno decidió desfinanciar la educación y la salud pública” y concluyó que para la sociedad civil peticionante “esto representa un plan de miseria planificado, un plan de exterminio social y una gran crisis humanitaria que necesita el acompañamiento de los diferentes organismos internacionales. Porque el avance en el narcotráfico que se ve en el territorio argentino y también la gran tasa de suicidios que ha aumentado violentamente, son producto del deterioro económico y social que está viviendo nuestro pueblo”. 

En respuesta a los planteos de las organizaciones, Baños acusó a Gramajo de tener un “discurso político”, habló de infiltrados en las manifestaciones, de comedores fantasmas y tildó a la militancia social de coercitiva. Además sostuvo que “las políticas de intermediación y asistencialismo clientelar llevaron al país años de pobreza estructural” y agregó que “durante épocas de pobreza estructural y asistencialismo clientelar, tampoco se presentó ningún pedido de audiencia pública”, cosa que en la Ex Esma fue interpretada como una chicana.

Ante la pregunta del comisionado Caballero sobre si era una proyección o un dato concreto que la pobreza disminuyera a la par de la baja de la inflación, Baños agitó el discurso libertario: “No es que en el segundo semestre del 2024 la pobreza bajó sino que en este segundo semestre estamos viendo que la pobreza empieza a bajar a partir de una sostenida baja en los índices de inflación”.

Al cierre de su intervención sobre este tema, Baños describió para quién gobierna el presidente: “La gestión encabezada por el presidente Milei es para mejorar la calidad de vida de los argentinos de todas las clases socioeconómicas, apuntar a lograr una vida en libertad y hacer de la propiedad de cada uno un fin en sí mismo”. 

La voz de los marginados

Roberta Clarke, presidenta de la CIDH, se dirigió a los funcionarios en relación a las respuestas insuficientes del Estado y la evidente falta de diálogo ante los reclamos de los trabajadores de la economía popular: “Quiero invitarles a las dependencias del Estado a que básicamente reconozcan los derechos humanos y políticos en el marco de los derechos humanos. ¿Entienden esta lucha de poder que existe entre las instituciones y las personas? Por ejemplo, eso tiene que ver con la distribución de recursos. Cuando hay desigualdades muchos quedan afuera en sus necesidades, no son cumplidas. Esta es la historia que vive nuestra región, de arriba hacia abajo. Entonces, el marco de los derechos humanos dicta que los Estados tienen que proteger los derechos y los defensores de los derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil tienen el papel de monitorear lo que están haciendo los Estados para cumplir con los derechos humanos. La Comisión también tiene que ser la voz de los marginalizados”. 

Además, se refirió a la denuncia por la estigmatización y las campañas de desprestigio al sector de la economía popular que sostiene los comedores en los barrios: “La sociedad civil y los defensores de derechos humanos no deben recibir ningún tipo de represalia. Deben en forma sustantiva ser esa voz, no solamente una voz desde afuera, sino una voz que puede sentarse a la mesa de negociaciones para que se vean sus perspectivas, para que se vea el monitoreo que han realizado en cuanto a las políticas. Los defensores de derechos humanos están trabajando con mucho valor en contra de los poderes que tiene el Estado y por supuesto esto lo vemos en toda nuestra región. Así que quiero honrar la integridad del trabajo que están haciendo ustedes y sus intenciones”. 

“La violencia contra mujeres y niñas es un crimen de lesa humanidad”

En la segunda audiencia sobre la “Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género” participaron como peticionantes Amnistía Internacional, el CELS, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), la Fundación Mujeres x Mujeres y la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables. Los principales ejes de denuncia fueron el cierre del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades y su posterior cartera disminuida en Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, la reducción drástica de los Centros de Acceso a la Justicia, el desfinanciamiento de la línea telefónica 144, del Programa Acompañar y el Programa Acercar que brindaba asistencia integral a las víctimas de violencia de género.

Destacaron la falta de políticas de prevención del abuso sexual en la infancia, las barreras para el acceso al aborto legal, el cierre del Plan ENIA de prevención de embarazos no deseados en la adolescencia, más el desmantelamiento de programas que promovían la equidad de género en empresas y de ayuda económica para personas trans. La audiencia comenzó con un claro mensaje de Clarke: “Dediqué casi toda mi vida profesional a este tema y no se ha visto una disminución en las estadísticas. Tal vez no contemos con cifras exactas por subregistro, pero la violencia contra mujeres y niñas es un crimen de lesa humanidad”.

Natalia Gerardi, directora ejecutiva de ELA, puso en contexto a la CIDH: “Desde que asumió el 10 de diciembre de 2023, el actual gobierno ha atacado sistemáticamente los derechos de las mujeres, niñas, adolescentes y personas LGBT. Desmanteló políticas públicas exitosas, desprestigió sin evidencias las instituciones encargadas de garantizarlas, recortó de manera arbitraria las partidas presupuestarias y redujo el personal que sostenía la implementación de las políticas públicas mediante despidos masivos. Con estas acciones el Estado incumple pactos y tratados internacionales vigentes como la Convención de Belém do Pará y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)”.  Gerardi explicó que el desmantelamiento sistemático de estas políticas “se enmarca en un acelerado proceso de des responsabilización, el Estado Nacional abandona a las mujeres renunciando a su rol de rectoría en materia de política pública y garante de un piso mínimo de derechos en todo el país” y enfatizó en que “son medidas regresivas tomadas en manifiesto incumplimiento de los principios de progresividad y no regresividad en derechos humanos”.

Juliana Miranda, del Centro de Estudios Legales y Sociales, cuestionó ante la CIDH la actitud internacional del Estado argentino: “Nuestro país fue el único que se negó a firmar la Declaración sobre Igualdad de Género y Empoderamiento de las Mujeres del G20. Hoy mismo, hace unas horas, en la Asamblea General de Naciones Unidas, Argentina fue el único estado de 184 países que votó en contra de una resolución que llama a intensificar esfuerzos contra la violencia contra mujeres y niñas en el entorno digital. Estas acciones regresivas del Estado, en términos de protección del colectivo de mujeres y personas LGBT, es contraria a los estándares fijados por la normativa internacional y los antecedentes del sistema interamericano e incluso los compromisos que asumió en la emblemática solución amistosa por el intento de feminicidio y actuación estereotipada y discriminatoria en perjuicio de Ivana Rosales”. 

En ese sentido, Miranda analizó lo discordante de esta posición en relación a los derechos adquiridos con que cuentan las niñas, mujeres y disidencias en Argentina: “Este giro en la política exterior alejó al país de sus alianzas en América Latina y de los foros multilaterales regionalistas en los que promovió el avance de la protección de este colectivo, con la excusa de considerar los derechos humanos como ineficaces e ideológicamente dirigidos. Argentina se está alejando de su rol de liderazgo histórico en la promoción de derechos de las mujeres, iniciativas contra la violencia de género y la promoción y protección de derechos sexuales y reproductivos”. 

La respuesta de Baños fue la misma: la crisis económica y la ineficacia del Estado. “Los recortes de las partidas presupuestarias y el cierre de organismos ineficientes. La reducción de personal ineficiente tiene que ver con la búsqueda de saneamiento que permitan un renacimiento de la economía. Por la reestructuración total, los programas del ministerio fueron asumidos por la entonces Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, donde se evaluaron oportunamente las estructuras organizativas. El análisis realizado puso en evidencia la superposición de tareas y duplicación de funciones con el consecuente exceso de personal, incluyendo coordinaciones y programas con objetivos similares. Se detectaron inconsistencias en materia patrimonial, incluyendo el incumplimiento de la aplicación de la normativa vigente en relación al seguimiento, supervisión y rendición de cuentas. Atento a eso, fue necesario llevar adelante un realineamiento de las acciones y programas provenientes de la ex subsecretaria”, justificó Baños. 

Además, el Secretario de Derechos Humanos desacreditó y desconoció la especificidad de las políticas llevadas adelante hasta el momento, diseñadas y articuladas con actores sociales especializados en materia de género: “No existe, como pretenden las organizaciones peticionantes, un retroceso o proceso de desarme, desmantelamiento y el remanido y machacante uso de la violación al principio de progresividad y no regresividad porque son inexistentes las políticas orientadas a proteger, acompañar y asistir a la persona que se encuentra en situación de vulnerabilidad”. 

Proyectos de vida y niñas violadas

Ante la falta de reconocimiento del Estado de Argentina a las políticas iniciadas contra la violencia de género y por la igualdad de las mujeres, el comisionado José Luis Caballero Ochoa apuntó: “Lo que no se nombra no existe. Esta es una convicción que me parece muy importante en el terreno del derecho de los derechos humanos. Si decían ustedes que la violencia no tiene género, si decimos que la violencia no tiene género, la protección del género no existe cuando hay discriminación estructural de años sobre grupos o colectivos tradicionalmente invisibilizados como las mujeres y el colectivo LGBTI, en violencia de género o en políticas de cuidado. Si no se protege, no existe. Este es un principio básico del derecho internacional de los derechos humanos, del derecho discriminatorio, de la igualdad. En ese sentido, debemos tener visiones muy claras desde la Comisión Interamericana”.

Amplió su llamado de atención dirigiéndose al Estado argentino luego de escuchar su postura: “El principio de progresividad es un principio que forma los derechos humanos. Los derechos humanos son universales, progresivos, interdependientes, indivisibles, inalienables. La prohibición de regresividad es un piso mínimo que tenemos en el patrimonio de la evolución del derecho internacional de los derechos humanos”.

En línea con su colega, la presidenta de la CIDH reforzó: “Me siento dando un sermón. A pesar de la ideología de igualdad de género, los actores estatales tienen que responder. Gran parte de la arquitectura del Estado comparte la cultura prevaleciente en donde se normaliza e invisibiliza esa violencia específica contra las mujeres. Entonces les pido como funcionarios del gobierno tener la conversación sobre por qué se tiene que nombrar, nombrar específicamente es importante porque tiene importancia simbólica”. 

El secretario de Derechos Humanos cuestionó a las peticionantes respecto al acceso al aborto legal con una postura antiderechos: “La Convención Americana de Derechos Humanos protege la vida en general desde la concepción. La República Argentina es parte de la Convención sobre los Derechos del Niño que su preámbulo establece que la vida se debe proteger tanto antes como después del nacimiento. Seguramente los solicitantes están al tanto de que la Plataforma de Beijing y la del Cairo, no incluyen el aborto entre los derechos sexuales y reproductivos”.

Sobre el desmantelamiento del Plan ENIA, Baños sostuvo: “No es razonable exigir que se lleve adelante una política pública en donde les fallamos a las niñas y adolescentes”.

En respuesta, Clarke interpeló al Estado en relación a la violencia contra niñas, niños y adolescentes: “¿Dónde está la voluntad de proteger a los niños? ¿Cuál es el enfoque del Estado para darles a los niños y adolescentes lo necesario para protegerse? Los adultos tienen la responsabilidad de protegerse, pero se les pueden dar herramientas a los niños a través de la escuela, la educación sexual tiene relación. Doctor Baños, usted en la sesión anterior habló de darles autonomía a los niños para el proyecto de vida. Una niña de diez años que ha sido violada y quedó embarazada, ¿Cómo es su proyecto de vida en realidad? Pregunto para hacerme una idea de cuál es el enfoque de protección de los niños en tales situaciones”.

En su momento de réplica, Gerardi aseveró que “no hay una sola manera de garantizar la implementación de políticas públicas, pero sí hay una sola manera de garantizar su existencia y es con financiamiento en el presupuesto nacional. ¿De qué manera piensan que pueden implementar una política pública de atención y de distribución de recursos económicos para atención de violencia doméstica con cero presupuesto para el 2025? Al mismo tiempo, este presupuesto contiene una enorme cantidad de partidas dedicadas a exenciones tributarias y regímenes especiales como el régimen de minería”. También, contrapuso el cuestionamiento de Baños respecto al aumento de las denuncias a la Oficina de Violencia Doméstica: “Claro que aumentó a lo largo de los años la cantidad de consultas recibidas, porque aumentó el conocimiento y la percepción social de las mujeres, en particular de que hay algo que está mal en las formas de violencia que vivimos y que hay lugares donde podemos recurrir. Eso habla bien de la existencia de una política de conocimiento y difusión de derechos y de conocimiento y existencia de los lugares a los que se puede recurrir para conocer si aumenta o disminuye la incidencia de la violencia en el país”. 

Estela de Carlotto: “Vengo a pedir su ayuda”

Tres audiencias ante la CIDH que cuestionaron las políticas de Milei sobre mujeres, derechos humanos y economía popular

Estela Carlotto (Abuelas) junto a Taty Almeida (Madres Línea Fundadora) y, a su derecha, Carlos Pisoni, de H.I.J.O.S.

El auditorio de la Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo, en el Espacio por la Memoria Ex ESMA, estuvo repleto de movimientos sociales, organizaciones religiosas, sindicatos, universidades, equipos de investigación, organizaciones feministas, clubes y redes de comunicación comunitaria que acompañaron a los organismos de derechos humanos.

En conexión por videoconferencia expusieron sus opiniones Estela de Carlotto por Abuelas, Taty Almeida por Madres y Carlos Pisoni por H.I.J.O.S. De forma presencial en Washington, participó una comitiva de los organismos integrada por Paula Litvachky, directora ejecutiva del CELS; la nieta restituida Claudia Poblete, Carolina Vilella, integrante del equipo jurídico Abuelas de Plaza de Mayo; Verónica Torras, directora de Memoria Abierta, y el escritor Martín Kohan. 

“Vinimos por primera vez a pedir su ayuda cuando en nuestro país nos cerraban todas las puertas y negaban las graves violaciones a los derechos humanos que estaban cometiendo. Desde ese entonces para nosotras y todos los organismos fue siempre fundamental y de gran importancia su acompañamiento. Ya con 94 años, vengo a pedir una vez más su ayuda ante todos los retrocesos que se viven en la Argentina en materia de derechos humanos y el Proceso histórico de Memoria, Verdad y Justicia. Todavía buscamos a 300 hombres y mujeres que hoy son padres y madres, por lo que también nos encontramos buscando a nuestros bisnietos”, expresó Estela de Carlotto como peticionante.

Durante la audiencia los organismos de derechos humanos expusieron el retroceso en las políticas públicas de memoria restaurativa. Explicaron cómo desde diciembre de 2023 el Poder Ejecutivo concretó sus promesas de campaña en la destrucción simbólica y material de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, de Reparación y No Repetición. A través del desfinanciamiento del Banco Nacional de Datos Genéticos y de las recompensas para la búsqueda de prófugos de delitos de lesa humanidad, el cierre de líneas de trabajo en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI) para la búsqueda de los nietos apropiados y del Equipo de Relevamiento y Análisis documental del Ministerio de Defensa orientado a la apertura de los archivos. En paralelo avanzó con despidos masivos de trabajadores, vaciamiento de instituciones y la puesta en venta de sitios de memoria. 

El secretario de Asuntos Internacionales de la Defensa del Ministerio de Defensa, Juan Battaleme, volvió a justificar el ajuste por “la necesidad de optimizar recursos” frente a la crisis económica. A los trabajadores de los organismos de derechos humanos los acusó de que “actuaban como vengadores”, al Ente Público Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos (ex ESMA) y sus representantes los definió como un “ente opaco e inorgánico que funcionaban sin un superior jerárquico que imponga los criterios de actuación” y que “la arbitrariedad en esta dependencia era moneda corriente”. Battaleme expresó la posición del Gobierno en relación a la apertura de los archivos de integrantes de las fuerzas armadas para identificar su participación en el terrorismo de Estado: “No podemos permitir bajo ninguna circunstancia indagaciones generales o excursiones de pesca. Quiero recordar que toda la información de los legajos personales de militares se encuentran clasificados como secreto militar”. 

En el cierre de su exposición, Battaleme quiso dejar un mensaje: “La lucha por la justicia es para nosotros un compromiso con todos los argentinos, no debe ni puede transformarse en un terreno de venganza o abuso de poder. Avancemos juntos en la búsqueda de un futuro donde la justicia sea para todos y la memoria completa una base sólida de libertad”, aclaró el funcionario con sentimientos de “profundo deber y convicción”. Por su parte, Alberto Baños, reafirmó esta posición del gobierno de Milei: “El problema aquí es que se consideran dueños del relato. Hablan de negacionismo y que se abandona la política de memoria. Pero la memoria es para todas las víctimas. Sin excusas ni banderas. Por las señoras que hoy participaron en el video uno no puede tener sino empatía por la situación que han vivido y siguen viviendo. Pero eso no las puede convertir en directoras de las políticas públicas a más de 40 años de perpetrados los hechos. Nosotros seguimos respetando la memoria de quienes hayan perdido sus vidas y hayan sido víctimas. Pero también el Gobierno está respetando la memoria de aquellos que hayan sido víctimas del accionar terrorista. Hablan de negacionismo pero en realidad pretenden dirigir las políticas públicas en materia de derechos humanos de las que el Estado hace honra y no cede ante las presiones ideológicas”. 

La indignación en el auditorio de Abuelas pesaba en el aire. Estela y Taty negaban con la cabeza, se agarraban la mano, resoplaban por el desagrado de escuchar a los funcionarios argentinos hablar de esa manera ante un organismo internacional de derechos humanos. Los participantes aguantaron las ganas de chiflar y putear. Cuando terminó la audiencia, pudieron descargar: “¡30 mil detenidos desaparecidos presentes, ahora y siempre!”, gritaron entre abrazos y dedos en V en alto, con la convicción de no bajar jamás los brazos. 

El representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Arif Bulkan, transmitió por videollamada la opinión de la ONU respecto a la Argentina: “La Oficina que represento comparte las preocupaciones de diversos actores sobre el cambio de narrativa de políticas y de institucionalidad en torno al proceso de memoria, verdad y justicia desde la recuperación de la democracia argentina”. Bulkan reconoció el esfuerzo del Estado y de la sociedad “por enfrentarse al legado de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura cívico militar”. Destacó el trabajo de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, puso en valor los museos y sitios de memoria, en particular la Ex ESMA como Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Arif Bulkan fue categórico en remarcar que la situación económica no puede ser motivo de regresiones en materia de derechos humanos: “La existencia de una crisis económica no debería significar la limitación de recursos humanos y financieros para ciertas áreas de crucial importancia para los procesos de justicia transicional y reconciliación, como lo son las entidades dedicadas al esclarecimiento de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura. La oficina expresa su preocupación por los riesgos que esto podría implicar para la garantía de los derechos a la verdad, justicia y reparación y garantías de no repetición”. 

Además, expresó que en el Alto Comisionado de la ONU “preocupa la retórica de algunas autoridades que parecerían banalizar o relativizar los crímenes de la dictadura y cuestionar el proceso de juzgamiento de los responsables, lo que tiene un impacto real victimizante en las víctimas de la dictadura y además afecta al derecho a la memoria ante la sociedad en su conjunto. La Oficina quisiera alertar a la Comisión que todos estos cambios podrían contribuir a debilitar el proceso de justicia transicional que fue y es tan importante para nuestra región y al mundo”.

Taty Almeida valoró la postura de los organismos internacionales: Las mentiras que hemos escuchado por parte del Gobierno es lamentable, pero fue muy buena la postura de la ONU y de la CIDH. Los invitamos a que nuevamente vengan para que comprueben personalmente que todo lo que se ha denunciado es la verdad”. Por su parte, Miguel “Tano” Santucho, hijo de desaparecidos y parte del directorio de Abuelas, también expresó a lavaca sentir vergüenza de los funcionarios argentinos: “Una vez más hablaron de revanchismo y de organismos militantes, que lo somos, de una justicia y una verdad histórica que estamos reconstruyendo. Los que niegan toda la información son justamente el Estado Nacional y en particular las Fuerzas Armadas. Ellos saben perfectamente dónde están los 300 hombres y mujeres que estamos buscando. Desde que perpetraron los crímenes de lesa humanidad nunca permitieron acceder ni dieron ninguna información. Y ahora, en una tribuna tan importante como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, nos injurian de esta manera”.

Uno de los comisionados habló de la reconciliación en relación a la justicia transicional, un tema sensible en la lucha por el esclarecimiento de los crímenes de la última dictadura, que fue utilizado para instalar la teoría de los dos demonios y evitar el juzgamiento de los responsables. “Desde los 90 que vengo escuchando la palabra reconciliación -siguió Santucho- y yo siempre dije que la reconciliación es posible en la medida que se pueda hacer justicia, que se puedan hablar, que se puedan aclarar los casos que pasaron, que se puedan recuperar los nietos. Pero no hay ningún tipo de colaboración de parte de los perpetradores del terrorismo de Estado, que no hay ninguna persona que haya abierto los archivos o la información. Es muy difícil plantear una reconciliación porque todavía nos falta mucho por reconstruir y mucha justicia por obtener. Mi postura particular es que cuando tengamos justicia y encontremos los 300 nietos, nos sentaremos a hablar de reconciliación”.

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Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas

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Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

En el atentado número 30 contra su vida, Andrés “Pillín” Bracamonte –líder de la barra brava de Rosario Central desde hace al menos 25 años– fue asesinado a balazos este sábado junto a su segundo, Daniel “Rana” Atardo. Ocurrió en el marco de un partido de Central contra San Lorenzo. Hubo una posible zona liberada, luces cortadas en la zona, y un crimen que se veía venir pese a la aparente calma de la violencia en Rosario en los últimos meses. Publicamos aquí las crónicas del medio cooperativo rosarino El Ciudadano, que dan cuenta del hecho, las primeras hipótesis, un perfil de Bracamonte y el contexto. Todo puede seguirse además en El Ciudadano (elciudadanoweb.com). Y agregamos una reflexión del periodista y diputado Carlos del Frade quien anticipa que estos asesinatos tendrán igual o mayores efectos que todo lo que ocurrió tras el crimen del “Pájaro” Cantero.  

La muerte de Pillín: las hipótesis detrás del crimen que agita la pelea entre bandas y un sugestivo corte de luz antes de las balas

Quizás por haber sido víctima de 29 ataques a balazos, estaba regalado en una calle donde tampoco le llamo la atención que la luz estuviera cortada antes de que lo asesinaran. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).

Con 29 ataques a balazos en el lomo, Andrés Bracamonte, único barrabrava capaz de sostenerse 25 años en el paravalancha canalla sabía que lo querían matar. Desde antes del último ataque, en agosto pasado, tenía esa certeza. Pero igual estaba regalado en la esquina de Avellaneda y Reconquista, con la luz cortada, sin sospechar lo que vendría. Algunos aseguran que contaba dinero de la recaudación.

El asesinato de Samuel Medina, el Gordo Samu, yerno del Guille Cantero abrió una serie de hipótesis que hoy desembocan en la muerte de Pillín. Una daba cuenta de una pelea entre Los Monos y Bracamonte que sus allegados desmienten. El Gordo Samu era allegado a Pillín, viajaban juntos y su muerte está orientada hacia una banda de un barrio periférico manejada desde Buenos Aires que la fiscalía tenía entre manos, según allegados a la investigación. Uno de los integrantes de esa banda fue golpeado personalmente por Pillín, algo que en la jerga se considera una especie de humillación.  Pillín lo sabía, pero llama la atención que estuviera tan regalado en la esquina de Reconquista y Avellaneda. También llama la atención que un rato antes del ataque a balazos cortaran la luz de la calle en el marco de un partido de Central. Lo mataron a oscuras; a él y a su sucesor. Una versión da cuenta de que la pelea con el grupo del barrio periférico fue para evitar comercialización de sustancias en la cancha: Pillín no quería la Federal encima de ellos.

Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas

La escena del crimen, en las afueras del estadio de Rosario Central.

La banda señalada, que ya fue allanada, está vinculada directamente con una banda contraria a Los Monos. Si esta hipótesis se confirma habrá dos sectores en disputa, por un lado las dos grandes bandas que operan en Rosario y por otro lado la sucesión del paravalancha.

El perfil de un duro: a Pillín lo habían intentado matar 29 veces en los 25 años que estuvo al frente de la barra de Central

Andrés Bracamonte estuvo al frente de la barra canaya desde fines de siglo pasado, cuando era uno de los 7 jefes de fracciones internas y se quedó con todo. Desde entonces hubo plomos contra él: lo hirieron, lo rozaron, pero logró reponerse una y otra vez. Esta vez no pudo. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).

Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas

—¿Es verdad que a Pillín lo balearon 29 veces?

—Sí, de locos, pero sí. Espero que podamos festejar las 30 con él sentado a mi lado.

Así confirmaba el número de gambetas a la muerte que llevaba Andrés Bracamonte un amigo que había ido a acompañar al hospital donde lo revisaban por heridas menores y roces de bala. Era el sábado 10 de agosto y Rosario Central acababa de vencer 1 a 0 en el Gigante de Arroyito a su archirrival Newell’s Old Boys. Y en medio de un torrente de personas a pie que caminaban por los bordes del parque Alem iba Pillin en su auto, despacio, junto a su pareja, y en avenida de los Trabajadores y José María Drago rociaron a ambos a balazos.

No habían ido a ver el partido, Pillín tenía restricción para entrar.

Según contaron testigos, un motociclista se acercó al auto y disparó ocho veces. Escapó. El entorno del jefe de la barra reaccionó rápido, pero no logró dar con el tirador. A Pillín una bala le entró en la espalda; también salió. No afectó ningún órgano, dijeron después en el hospital. A su pareja las balas le dieron en la zona costal derecha y en el codo derecho. También la atendieron sin que su vida estuviera en riesgo.

Pillín un cuarto de siglo al frente de la barra de Central. Había llegado a la cima antes del año 2000: era 1999 cuando quedó como jefe indiscutible de todas las fracciones. Y en los 25 años que se mantuvo fue acusado, condenado, detenido, liberado y baleado 29 veces.

De esos ataques, hay pocos registros en las crónicas policiales. Pero en el entorno del mandamás los tienen contados.

En julio de 2002, Pillín atacado por un desconocido que logró impactarle tres balas en el cuerpo. Fue en la puerta de un gimnasio ubicado en Ovidio Lagos al 1000. Pillín estaba en la puerta y vio a un desconocido cruzar la calle. Ese hombre extrajo un arma y le efectuó cuatro disparos, tras lo cual escapó a la carrera hacia la esquina donde al parecer lo aguardaba un auto.

Pillín recibió tres impactos de bala, dos en cada brazo y un tercero en la pierna derecha; el tirador falló el cuarto, que tenía como destino la otra pierna. Un balazo le provocó una fractura y el que recibió en el otro brazo le cortó una vena, lo que le produjo una importante pérdida de sangre.

En 2006 fue baleado por desconocidos en la puerta de su casa donde vivía entonces, en la zona norte. Recibió cuatro balazos: uno en el abdomen con orificio de salida, uno en cada pierna y otro en un tobillo. Rápidamente recibió el alta.

En febrero de este año, desconocidos balearon el frente de Los Álamos Club de Campo, el country de Ybarlucea donde vivía actualmente. Dejaron una nota amenazante contra el líder de la pesada.

Mediático

Pillín no pudo entrar a la cancha desde 2018. Antes del partido que Central disputó ante Talleres por la Copa Argentina, Bracamonte fue detenido mientras repartía entradas de protocolo, destinadas a dirigentes, en las inmediaciones del estadio de Lanús, donde se disputó el partido. Sólo quedó unas horas demorado. Pero la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) dispuso su prohibición de ingreso a los estadios.

En junio de 2010 fue uno de los diez barrabravas argentinos que no pudieron ingresar a Sudáfrica y fue deportado a la Argentina. Bracamonte, quien tenía tres causas judiciales en trámite, había sido autorizado por la Justicia local a salir del país.

Tres años antes el programa Crónicas Extremas del canal América filmó desde adentro a Los Guerreros, la barra canalla, con Pillín como estrella principal. Eso incluyó una visita a La Carpita, que el capo de la pesada también administra.

Causas judiciales

En diciembre pasado, Pillín pasó una semana preso, pero recuperó la libertad antes de la Navidad. Fue por una causa que involucra a un dirigente de la Uocra local por asociación ilícita, pero finalmente logró que sólo pesara sobre él una causa por extorsión.

Esa causa contra el gremio de albañiles reflotó un caso por lavado de activos que pesaba sobre Bracamonte, a raíz de la incautación de un cheque por el pase de un futbolista en su vivienda de Ybarlucea. Tras la imputación cuatro años atrás la causa quedó congelada, pero en diciembre la Justicia local decidió pasarla al fuero federal. Ante la apelación, la Cámara definió, finalmente, que la causa debía seguir bajo la órbita provincial.

Parecía intocable desde cualquier arista. Pero la suerte, si de tal cosa se trataba, esta vez le falló.

Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas

Daniel “Rana” Atardo, segundo de Pillín. Ambos asesinados ayer en Rosario.

Vienen días bravos

Este es el texto que escribió y distribuyó el periodista y diputado provincial santafesino Carlos del Frade, que este domingo a las 21 organizará un vivo en su Instagram @defradecarlos sobre las causas y consecuencias del asesinato de Pillín.

Por Carlos Del Frade

El asesinato del Pillín corta en dos la historia del presente criminal en Rosario.

Tendrá la misma o una mayor profundidad de lo que sucedió después del asesinato del Pájaro Cantero.

Era el único jefe de una barrabrava de primera división que permaneció por treinta años liderando esos negocios que surgen desde la cancha chica del fútbol y se expanden en la cancha grande de la realidad.

Más allá de las primeras informaciones, es claro que los últimos tres atentados contra él y su gente en los partidos de Central como local exhibían una voluntad manifiesta de matarlo.

Vienen días bravos en la ex ciudad obrera.

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Hasta siempre, Mirta

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Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Lo dijo con una sonrisa, amorosa, y con la mirada encendida, directo a los ojos: “El miedo es para los cobardes”. Fue un jueves de puro sol, cuando le preguntamos si tenía miedo en este contexto, antes de comenzar una nueva ronda que justo ella, con otras trece madres, fundó el 30 de abril de 1977, cuando buscaban con desesperación a sus hijos e hijas.

Mirta Acuña de Baravalle buscaba, además, a un nieto o nieta: su hija Ana María, a quien secuestraron el 26 de agosto de 1976 junto a su compañero Julio César Galizzi, estaba embarazada. Mirta murió este viernes sin saber qué pasó con ellos.

Su despedida será de 16 a 19 en el hall del Municipio de San Martín, el partido donde ella vivía, donde jugaba al scrabble sin cansarse, y donde seguía todos los jueves las rondas de Madres Línea Fundadora por las transmisiones de medios comunitarios, mandando saludos en vivo y recordatorios que una hermana leía sobre otras personas desaparecidas.

Tenía 99 años, la mirada encendida y la sonrisa amorosa, para indicarle a nuevas generaciones que la lucha sigue.

Gracias, Mirta.

Presente, ¡ahora y siempre!

Hasta siempre, Mirta

Mirta en las marchas masivas del 24 de Marzo, marchando por la memoria, la verdad y la justicia junto a sus compañeras de Madres Líneas Fundadora. Foto Lina Etchesuri para lavaca

24 de Marzo de 2017. Mirta acompañada por Victoria Moyano, nieta recuperada. Foto Lina Etchesuri para lavaca

Hasta siempre, Mirta

Esta foto fue tomada el 29 de febrero de este año y fue el último jueves de ronda donde estuvieron las tres Madres Líneas Fundadora juntas: Nora Cortiñas (fallecida el 30 de mayo), Mirta Baravalle (en el centro) y Elia Espen. Consultada sobre si tenía miedo en un contexto de discursos de odio y negacionistas, Mirta respondió a Lavaca con una sonrisa: “El miedo es para los cobardes”. Foto Lina Etchesuri para lavaca

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