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Otra buena: Bienvenida nieta 127

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Abuelas de Plaza de Mayo comunicó la restitución de la nieta 127. «La esperamos después de 40 años con los brazos abiertos, con el amor que hemos construido: la amamos», sintetizaron sus tías en la conferencia, en la que también estuvo presente la nieta 126. Si bien no trascendió su identidad, se supo que es hija de María del Carmen Moyano y Carlos Poblete, militantes de Montoneros, secuestrados entre abril y mayo de 1977 en Córdoba. Estuvieron en el centro clandestino La Perla y a María del Carmen la trasladaron a la ESMA. En el parto intervino el médico represor Jorge Luis Magnacco, excarcelado en diciembre. Qué dice su familia. Cómo fue la búsqueda. Estela de Carlotto, sobre la domiciliaria al genocida Etchecolatz: “No vamos a bajar los brazos, ni callarnos ni aguantar lo que no merece este pueblo”.
«Hoy cerramos el año de nuestro 40 aniversario con otra noticia feliz», comienza diciendo Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Mayo, entre un mar de aplausos y fotos, para anunciar una noticia que regaló un respiro y una sonrisa luego que el Tribunal Oral Federal N°6 otorgara la prisión domiciliaria al genocida Miguel Etchecolatz: la restitución de la nieta 127. Si bien aún no trascendió su nombre para preservar su identidad, Abuelas brindó los siguientes datos:
· Es hija de María del Carmen Moyano y Carlos Poblete.
· Militaban en Montoneros.
· Los secuestraron entre abril y mayo de 1977, en Córdoba.
· María del Carmen estaba embarazada de entre ocho y nueve meses.
· La última vez que les vieron con vida fue en el centro clandestino La Perla, en Córdoba.
· A María del Carmen la trasladaron a la ESMA. «De acuerdo con los testimonios de los sobrevivientes de ese campo de concentración, el parto fue atendido por el médico represor Jorge Luis Magnacco», explicó Abuelas en un comunicado. «Recordamos que este genocida fue recientemente excarcelado por cumplir dos tercios de su condena, a raíz de las bajas penas que recibió. La pareja continúa desaparecida». María del Carmen tenía 23 años. Carlos tenía 33.
· Según un comunicado del Ministerio Público Fiscal, “quedó acreditado” que la nieta 127 nació en cautiverio en junio de 1977 en la ESMA.
En la sede de Abuelas siguen las fotos.
A un lado de Estela se encuentra Adriana Moyano, tía materna. “Hace días que lloro”, dice mientras sostiene una foto de su hermana. “Tengo una hermana. Tengo dos hijos, uno falleció en un accidente. Tengo cuatro nietos hermosos. Todos estamos esperando con los brazos abiertos. El hecho de que mi sobrina esté viva y esté bien nos da la mayor satisfacción”.
Al otro lado de Estela se encuentra Elsa Poblete, tía paterna. “Gracias a la sociedad civil, a los organismos, a Abuelas: gracias y gracias”, dice y sostiene una foto de su hermano. “Vengo en representación de todas mis hermanas: que sepa mi sobrina que tiene dos tíos y ocho tías. Hemos esperado y hemos luchado en conjunto ambas familias a lo largo de 40 años. Vamos a decirle que se quede tranquila. Vamos a permitirle todo el tiempo del mundo para que procese su situación. La esperamos después de 40 años con los brazos abiertos, con el amor que hemos construido. La amamos. Intensamente. Bienvenida. Y solamente decirle que sigamos con la memoria, la verdad y la justicia. Ahora y siempre”.

Otra buena: Bienvenida nieta 127

Foto: Abuelas de Plaza de Mayo

Mamá y papá

María del Carmen Moyano nació en Godoy Cruz, Mendoza, el 9 de mayo de 1954. Tercera de cuatro hermanos, su familia le decía Pichona (por ser la más chica de la familia) o La Gorda. Practicaba natación, jugaba al básquet y al vóley en el club Talleres. Estudió Farmacia y Bioquímica en el Instituto Maza de Mendoza y trabajó en una oficina de Tránsito y Transporte como empleada administrativa. Abuelas comunicó que empezó a militar en la villa San Martín, con un sacerdote –el padre Pedro- que luego sería desaparecido. “Mi hermana era fantástica: aparte de ser sumamente estudiosa era sumamente generosa”, dice Adriana a lavaca. “Participábamos en la Cruz Roja. Ella también en villas, enseñando a escribir. Cuando la buscaban allanaron a mi casa. Se llevaron a mi padre: él también estuvo detenido”.
María del Carmen decidió mudarse a San Juan después del primer allanamiento. Allí conoció a Carlos Poblete, con quien formó pareja. Nacido el 2 de noviembre de 1944 en una familia numerosa, lo llamaban Tula o Guillermo, y estudió Ingeniería Civil. “Era un joven lleno de ideales”, dice Elsa, su hermana. Con María del Carmen compartieron militancia en Montoneros y, después de seis meses de novios, decidieron vivir juntos.
Entre abril y mayo de 1977, fueron secuestrados en Córdoba. Los vieron por última vez en el centro clandestino de detención La Perla, en Córdoba. A María del Carmen la trasladan a la ESMA y, en ese centro de horror, dio a luz.
Su hermana Adriana cuenta hoy: “Por testimonios de otras detenidas, teníamos certeza que había nacido. Me dijeron que me quedara tranquila porque había nacido con muy buen peso y que el que por ahí no había tenido suerte era otro chico (el hijo de Ana Rubel de Castro, también secuestrada) que había nacido pero con muy bajo peso. Hace meses, de casualidad, conocí a ese chico: después de nacer lo pasaron a Casa Cuna. ¿Quién es? El nieto 116 (Jorge Castro Rubel, el hijo de Ana, recuperado en 2014). No podía creerlo. Le dije: ´Yo pensé que no existías. Así que si vos existías, mi sobrina con mayor razón”.

Juicio, castigo y excarcelación

La apropiación de la hija de María del Carmen y Carlos formó parte del juicio oral y público que se desarrolló el TOF N°6 y cuya sentencia –el 17 de septiembre de 2012- condenó a Antonio Vañek, Jorge Eduardo El Tigre Acosta y Reynaldo Bignone. En el marco de esa causa, se consideró: “La niña fue arrancada de los brazos de su madre aproximadamente a los ocho días de nacida, siendo sustraída de la custodia de sus progenitores, y no fue entregada a sus familiares biológicos, continuando desaparecida a la fecha al igual que sus padres”.
Sobre el secuestro de la pareja en el centro clandestino La Perla, 11 represores fueron condenados en 2016 por los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada –respecto de María del Carmen- y por el delito de desaparición forzada agravada por el resultado de muerte –respecto de Carlos-. Por último, el 29 de noviembre de este año fueron condenados 20 represores en el marco de la megacausa conocida como “ESMA Unificada” por la sustracción, retención y ocultación de la ahora nieta 127. Entre los condenados se encontraba el médico que atendió el parto, Jorge Luis Magnacco.
¿Qué ocurrió con Magnacco, uno de los emblemas de la apropiación de menores en la ESMA? El TOF N°5 le dio una pena de 14 años de prisión, menos de lo que pedían las querellas. Esa pena se unificó en un total de 24 años, ya que se computaron 15 años que recibió en una condena anterior que contempló tres casos de apropiación de nietos. Así, con la unificación, Magnacco se vio beneficidado con la excarcelación por acumular dos tercios de su pena.

La búsqueda

Desde el secuestro de María del Carmen y Carlos, sus familias iniciaron la búsqueda. Adriana: “Han sido 40 años de millones de habeas corpus que presentó mi papá apenas aconteció esto. Lo único lamentable es que mi papá hoy no esté para ver que la encontramos. Estuvimos atentos a cada llamada, esperando alguna noticia. Así durante 40 años. La única esperanza era conformarnos diciéndonos que si no había ido a requerir su origen era porque debía estar bien. Era lo único que nos conformaba”.
La Comisión Hermanos de la agrupación H.I.J.O.S Mendoza radicó en 2012 una denuncia ante la Oficina Fiscal de Asistencia en causas por violaciones a los derechos humanos en dictadura sobre posibles casos de personas que podrían ser hijas de desaparecidos. Entre ellas, se encontraba la hija de María del Carmen y Carlos. Abuelas informó que la Unidad de Derechos Humanos de Mendoza, en interacción con la Unidad Especializada para casos de Apropiación durante el Terrorismo de Estado de la Procuración General de la Nación, articuló medidas para saber si esa mujer, “anotada como hija propia de un matrimonio de esa provincia”, era hija de desaparecidos. Luego, el Juzgado Federal N°1 requirió su prueba genética.
Según informó el Ministerio Público Fiscal (MPF), el juzgado dispuso la citación de la joven en marzo de este año. La medida se concretó en octubre y, allí, accedió a dar una muestra de su ADN para el cotejo. Allí intervino la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) para colaborar con el proceso. El 19 de diciembre, a partir del estudio en el Banco Nacional de Datos Genéticos, se pudo determinar que la mujer es, efectivamente, la hija de María del Carmen Moyano y Carlos Poblete.
El MPF señaló que la partida de nacimiento surge que la joven fue inscripta como nacida en julio de 1977 en Mendoza: “El documento no aparece suscripto por ningún profesional de salud, sino que se siguió el procedimiento de inscripción por testigos”. En ese sentido, el MPF solicitó la imputación a los apropiadores y a uno de los testigos por los siguientes delitos:
· Sustracción, retención y ocultamiento de una menor de 10 años.
· Alteración del estado civil de una menor de 10 años.
· Falsedad ideológica de documentos públicos destinados a acreditar la identidad.
Abuelas expresó: “Una vez más destacamos la importancia de que quienes tienen datos sobre hombres y mujeres nacidos entre 1975 y 1980 que podrían ser hijos de desaparecidos, los acerquen o hablen con ellos para acompañarlos en el proceso de búsqueda de su verdadero origen. Hace muy pocos días, las Abuelas pudimos anunciar la restitución de la nieta 126. Hoy cerramos el año de nuestro 40° aniversario con otra noticia feliz, el encuentro de la nieta 127, a quien esperamos conocer pronto para acercarla a su historia y abrazarla en la verdad”.

Estela: “No vamos a bajar los brazos”

Las tías cuentan que aún no pudieron conocer a su sobrina. Elsa dice le dejó mensajes de voz. ¿Qué le dijo? “Que la esperamos. Que la buscamos. Y que el día que sea necesario nos permita conocerla porque la queremos y la amamos desde el día que nació”. A Adriana le preguntan qué le diría a otros familiares que aún siguen buscando a sus familiares y a sus nietos: “Que tengan esperanza, porque nosotros jamás la perdimos”.
Elsa: “Ella existe. Está. Y hay que darle todo el tiempo que necesite para procesar la noticia. No sabemos cómo se llama. No sabemos con qué familia se crió. Pero está viva, y hay que darle tiempo. Si a nosotros nos costó 40 años, y hemos podido construir más amor que odio, ¿por qué no permitirle tiempo a ella que de repente se está enterando de todo?”.
A Estela, por su parte, le preguntan sobre la prisión domiciliaria del genocida Etchecolatz.
Estela responde:
-¿Etchecolatz? ¿Vale la pena hablar de Etchecolatz? No sé si vale la pena hablar, porque estamos viviendo un momento de tanta felicidad que no quisiera empañarlo con esto, pero también es parte de nuestra vida: una de cal y una de arena. Le dio la libertad condicional un juez de Buenos Aires: los jueces de La Plata ya se la habían dado. Faltaba esto para que se vaya a su casa. Creo que no lo va a pasar muy tranquilo porque están diciendo bien dónde vive, números, entre tanto y tanto, y creo que el color de los árboles el color para que los que vayan caminando por ahí se crucen de vereda. Nadie dice que vayan a molestarlo, pero las familias que viven cerca de este personaje se están sintiendo mal, ofendidas, heridas. Él sabe dónde están nuestros nietos y nuestros hijos. Los abogados y los organismos estamos pensando: vamos a ver qué actitud tenemos para frenar y revertir esto, si es posible. En La Plata también: tienen mucho que decir por la desaparición de Julio López. Es un personaje siniestro. Que esté suelto este monstruo es imposible de pensar. No vamos a bajar los brazos, hoy estamos en esto que es muy lindo, pero esta situación la tenemos que resolver estos días: no vamos a bajar los brazos, ni callarnos, ni aguantar lo que no merece este pueblo”.

Bienvenida #Nieta126: la historia recuperada

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De la idea al audio: taller de creación de podcast 

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Todos los jueves de agosto, presencial o virtual. Más info e inscripción en [email protected]

Taller: ¡Autogestioná tu Podcast!

De la idea al audio: taller de creación de podcast 

Aprendé a crear y producir tu podcast desde cero, con herramientas concretas para llevar adelante tu proyecto de manera independiente.

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Contenidos:

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Modalidad: presencial y online por Zoom
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Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.

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Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

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Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.

Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Darío Santillán.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Maximiliano Kosteki

Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.

El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.

Siguen faltando los responsables políticos.

Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.   

Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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