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Luna Ortiz: en una nueva condena a Villareal la justicia consideró el contexto de violencia y vulnerabilidad en el que fue asesinada

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Cientos de personas acompañaron a la familia de Luna Ortiz -joven de 19 años asesinada en 2017 en Tigre- en una audiencia breve en la que el Tribunal n° 7 de San Isidro debía establecer una pena por la figura de «homicidio imprudente» en la que está imputado Isaías Villarreal. Los jueces Ariel Introzzi Truglia y Sebastián Hipólito Urquijo y la jueza Verónica Mara Di Tommaso lo condenaron finalmente al máximo posible solicitado por ese delito: 4 años y 11 meses por “suministro gratuito de estupefacientes destinado al consumo personal en concurso real con homicidio imprudente”. En su exposición final ponderaron el contexto de vulnerabilidad en el que se encontraba Luna al momento de su muerte, un agravante que esperanza a la familia para reclamar en instancias superiores que su muerte sea caratulada como «femicidio» y dar así vuelta un juicio que en 2019 consagró la impunidad. «Hoy conseguimos un poquito de justicia: vamos por el nunca más de nuestras pibas», dijo a lavaca Marisa, madre de Luna, al salir de la audiencia.

Luna Ortiz tenía 19 años cuando fue contactada por Isaías Villarreal el 2 de junio de 2017 mediante Facebook. Se encontraron y él la llevó a su casa, donde la esperaban otros dos hombres: ahí la drogaron, la alcoholizaron y la trasladaron en un raid en el que la intercambiaban como mercancía. Un día después, el 3 de junio de 2017, encontraron el cuerpo de Luna sin vida en la casa del propio Villarreal. 

La familia de la joven reclamó desde un primer momento que su muerte sea tratada como lo que fue: femicidio. Pero en distintas instancias judiciales fiscales y jueces eligieron no mirar el contexto de violencia al que fue sometida, y dividieron su caso en cinco causas distintas. 

La que llegó a una instancia decisiva este martes 4 de julio es la que se encuentra mal caratulada como ‘homicidio imprudente», cuya pena máxima puede ser de hasta cinco años. Los jueces dieron lugar al planteo de la querella y dictaron esa pena máxima.

Pero lo más importante de hoy es que tanto el fiscal como el tribunal consideraron como agravantes tres cuestiones: el contexto de violencia de género, de vulnerabilidad y de diferencia de edades entre Luna y Villareal. Esto, para la familia, abre una puerta para extender el planteo hacia la figura de femicidio en instancias superiores.

Por eso Marisa, su mamá, dijo finalizada la audiencia: “Hoy se vio un poquito de lo que le pasó a Luna, el contexto en el que murió. Es la primera vez que agradezco al Poder Judicial que dejó asentado que Luna murió por ser mujer”. Facundo, su papá, explicó cómo se sigue: “Vamos a presentar el recurso de apelación y plantear la figura de femicidio. Todas las instancias que quedan vamos a agotarlas para conseguir verdadera justicia”. 

Ahora, la familia tiene 8 días hábiles para apelar ante el tribunal de Casación. 

Luna Ortiz: El laberinto de la justicia hasta llegar a la audiencia de hoy:

La audiencia

El Tribunal de San Isidro empezó explicando de qué se trataba el «juicio de cesura» que se desarrolló hoy: fijar la pena en base a la escala correspondiente al delito de homicidio imprudente. “Hoy nuestra competencia es limitada, no tenemos competencia para hacer algo distinto”, explicó el presidente. 

La audiencia fue seguida desde temprano por un centenar de personas desde la puerta del Tribunal Oral en lo Criminal 7 de San Isidro, mediante pantallas que se habían colocado en la calle. Hasta ahí llegaron familiares de la Asamblea Nacional de Familias de Víctimas de Femicidios y Desapariciones. Estuvieron presentes las familias de Lucía Pérez, Cecilia Basaldúa, Yésica Paredes, Viviana Altamirano y Johana Ramallo. Además acompañaron organizaciones sociales y sindicales, principalmente de zona norte de la provincia de Buenos Aires. 

Minutos antes de iniciarse el juicioi la familia de Luna fue convocada a presenciar la audiencia desde la sala donde se encontraban los jueces. Facundo y Marisa entraron al edificio junto a Marta Montero, mamá de Lucia Pérez. El resto de las partes estuvieron presentes de manera virtual.

Primero tomó la palabra el fiscal Santiago Jaimes Munilla, quien asumió en la causa luego de que Fuenzalida pidiera licencia. Jaimes Munilla consideró en su pedido de pena como agravantes: 

  • El grado de vulnerabilidad 
  • La corta edad de la víctima
  • El contexto de violencia de género
  • La asimetría de poder que existió entre imputado y víctima
  • El desprecio y la cosificación a la que fue sometida.

Solicitó 4 años y 11 meses de prisión. 

Luego la abogada de la familia solicitó 5 años. Por último, la defensora oficial rechazó los agravantes y pidió la pena mínima.

El Tribunal decidió entonces darle la palabra a representantes de organismos que estaban presentes vía zoom en la audiencia en calidad de amicus curiae, en apoyo a la familia de Luna. La defensa intercedió para que no se expresen, pero finalmente hablaron representantes de la Defensoría del Pueblo de Provincia de Buenos Aires, del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, y del Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires. Estos organismos junto a la Comisión Provincial por la Memoria forman parte de una mesa de trabajo que acompaña a la familia.

El imputado Isaías Villareal se negó a hablar en la audiencia: «Por el momento, no» dijo ante la invitación del Tribunal. 

Luego, durante hora y media los jueces deliberaron, para concluir finalmente en la pena de 4 años y 11 meses y la obligación de realizar un curso sobre masculinidades y violencia de género dictado por el Ministerio de las Mujeres de la Provincia de Buenos Aires. 

Cómo se sigue

Al salir de la audiencia el papá de Luna interpretó la sentencia: “Sabíamos que la figura era homicidio imprudente. Lo bueno fue que el fiscal Munilla acompañó nuestro pedido donde se reconoce el contexto de violencia de género, la vulnerabilidad y la violencia presente en el contexto de su muerte. Esto nos da pie para presentarnos ante Casación pidiendo que se considere la figura de femicidio”, explicó a lavaca . “Es una puertita que se abrió hoy y que tenemos que seguir hasta el final”.

¿Por qué es tan difícil desarmar la impunidad en los femicidios territoriales? 

Es un conjunto de cosas: el sistema patriarcal y la complicidad con las redes mafiosas. Por eso solo lo podemos dar vuelta con el acompañamiento de la calle.

¿El reciente fallo de Lucía Pérez marca un antecedente? 

Con Marta ya hace seis años que nos conocemos, y el caso de Lucía marca un antes y después en esto que llamamos narcofemicidios. Por eso vamos a citar el fallo de Lucía en nuestra apelación.

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Orgullo

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Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.

Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.

Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.

Eso es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.

Y no es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

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Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

El podcast completo:

Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

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Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.

Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos Juan Valeiro

El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.

Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.

Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.

Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.

La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”. 

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:

  1. “Que no te vendan gato por león”.
  2. “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”. 

Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:

Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.

Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.  

Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.

Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.

Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.

La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
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Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.

Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.

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