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¿No pasarán? No pasarán

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Reflexiones, visiones y datos de quienes decidieron marchar este lunes en contra de la reivindicación planteada en el Salón Dorado de la Legislatura Porteña, que lució fuertemente vallada mientras las calles eran ocupadas por la gente en una especie de asamblea hecha de encuentros, de conversaciones y de intercambios.

Mucha gente de la llamada “suelta”, autoconvocada, además de algunas estructuras gremiales y de izquierda. Temas: la realidad virtual y la otra. Las redes, los candidatos, las fake, la pandemia. El vacío de dirigencias, versus las ganas de hacer. Los aburguesamientos, la juventud, los precipicios y el asombro sobre cómo se llegó a esta situación. El reclamo por la falta de dirigencias. La comprensión de que mucho de lo que se venga dependerá de lo que la propia sociedad sea capaz de hacer. Por eso aparecen preguntas, enigmas, y no tantas afirmaciones. Voces de quienes decidieron que el lugar perdido de intervención en lo público, de hacerse preguntas y de intentar responderlas, es la calle.

La cita la provocó una candidata a vicepresidenta y fueron miles las personas que rodearon a una custodiada Legislatura para repudiar el acto negacionista en su Salón Dorado. En las calles se pudo asistir a una suerte de asamblea urgente e improvisada de gente suelta que conversó entre sí para hacer un diagnóstico (cuyo subtexto es “cómo nos dormimos”) y darse ánimos y estrategia para lo que viene (“¿cómo hacemos para frenar esto?”) donde la calle promete volver a ser escenario. No solo por actos, sino como ruptura de encierros que hace tres años fueron pandémicos, y hoy resultan muchas veces un producto de la virtualidad.

«A nosotros nos ponen vallas y policías y a ellos le dan el Salón Dorado de la Legislatura». Ese fue el resumen de la mañana en la que distintos referentes de organismos de derechos humanos y de partidos de izquierda brindaron una conferencia de prensa en la Legislatura para llamar a la movilización de las 16.30. Luego, parte de estos políticos y legisladores porteños realizaron un nuevo acto a las puertas del Salón donde horas después ocurriría el encuentro convocado por la candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza Victoria Villarruel.

Mientras tanto, miles de personas rodearon a la Legislatura por Perú y Diagonal Sur, para hacerse escuchar adentro y, sobre todo, escucharse entre sí.

Jóvenes que no votan a Milei

Erika y Julieta sostienen una bandera que reclama por el boleto educativo, algo que, en este contexto, podría parecer una utopía. No la bajan, sino que la suben más alto: son estudiantes de actuación de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático (EMAD) y están junto a una columna que agrupa a distintos centros de estudiantes de la Capital.

Más allá del rechazo al negacionismo, amplían la agenda en disputa: “Venimos luchando hace mucho tiempo por la educación pública y pensamos que esta era una oportunidad de manifestarnos en contra de los de lo que viene diciendo este mismo espacio; sí, motivos diferentes, pero también apoyamos esta causa y no la queremos dejar pasar”, dice Julieta, oriunda de Jujuy.

¿Qué es lo peligroso? “Querer cambiar el curso de la historia. Esto puede ser rutinario si lo dejamos pasar. Como pasa en Jujuy, que ya nos acostumbramos, pero no puede ser. Están todos alineados en ir en contra de los derechos humanos que fueron conquistados todo este tiempo”. ¿Por qué aparecen, ahora, de nuevo? “Yo pienso que hay algo de la distribución de la riqueza que está en juego en este momento”, dice Julieta, y Erika le devuelve la pared: “La represión es la fórmula para meter las medidas de ajuste. Este acto es una manera de meter presión para eso”.

Estas jóvenes politizadas parecen tener claro el combo de represión del Estado + modelo empobrecedor. ¿Es cierto que “los jóvenes votan a Milei”? “Yo entiendo que Milei hizo una muy buena campaña en las redes, por eso su discurso apuntó a mucha gente joven, sí. Pero también hay un desconocimiento general de lo que él verdaderamente propone. Está bueno informarse para decir: no, hasta acá”. Erika: “Hay muchos jóvenes que no saben qué es el tema de Derechos Humanos, porque no se enseña en las escuelas”. Julieta lo confirma: “Jamás lo vi en la escuela, es cierto”. Erika: “La historia argentina se ve recién en 5º año del secundario, de ahí para abajo, nada”. Entre los bombos del acto, ellas hablan del esfuerzo para que no se borre la historia.

Los que duermen vs. un camino

Sebastián de cuarenta y pico, pasa junto a su hijo Salvador. Vinieron desde Luján, sin dudar: “No se puede dudar en rechazar a aquellas personas que secuestraron familias, que torturaron embarazadas, que atraparon niños” dice, y marca lo que resulta más grave: “No me sorprende, pero que la Legislatura Porteña se preste para reivindicar esto es increíble. Me parece terrible que se les dé esta posibilidad a nivel institucional de poder estar en un edificio de la democracia haciendo una reivindicación de lo más nefasto de nuestra historia”.

¿Cómo se llegó a esto? “Es un proceso de años donde no se ha puesto freno o no se ha sido lo suficientemente duro con algunos sectores. Esto demuestra que la táctica que se ha tomado lo único que ha hecho de seguir abonando al crecimiento de una derecha cada vez más rancia, y aunque en algún principio hasta se pintaba de centro derecha hoy abiertamente salen con planteo de ataque a los laburantes y de quita derechos”. Por ejemplo, al suyo propio: Sebastián es docente universitario. Pero ninguna de las centrales que los agrupan en zona norte llamó organizadamente a la convocatoria de hoy: “No hubo una convocatoria tan masiva desde las organizaciones. Pero está sucediendo esto como una expresión clara”. La claridad de Sebastián y Salvador tal vez contraste con la oscuridad de quienes adentro, mientras tanto, organizan el acto planteado por el “Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Vìctimas” sin dejar pasar a la prensa.

Qué pasa ahí adentro es algo que ayuda a interpretar Raúl Godoy, trabajador y referente de la fábrica recuperada Zanon, de Neuquén, e histórico militante del PTS: “Este acto es una provocación para homenajear genocidas que asesinaron a 30 mil compañeros y compañeras y además endeudó a un país, dejando un desastre”.

¿Cómo se relaciona una cosa y la otra? “Hay una frase de Rodolfo Walsh que dice concretamente: la dictadura vino a empobrecer el país, a concentrar más el poder económico. Esta gente tiene los mismos objetivos, tendrán otros métodos, pero el objetivo es el mismo”.

¿En qué momento la derecha se volvió provocadora? Godoy no duda: “Que ellos se hayan agrandado y se empoderen tiene que ver con la pasividad a la que nos han sometido las centrales sindicales, cada vez más adaptadas al poder económico. Hay pibes que no saben lo que es un paro nacional. Ese es el camino que tenemos que retomar, con el estudiantado: la fuerza está, hay que organizarla y darle para adelante”.

El ego o la calle

La tarde es fría, ventosa, pero allí está Ingrid, otra de las que piensa que hay que darle para adelante sin dejar de ver hacia atrás. Tiene 77 años y vino sola: “Hay que estar presentes acá. Se ha luchado tanto y se han conseguido derechos pero hay que seguir peleándola. Tienen que saber que hay una mayoría que no quiere eso, no queremos eso, queremos democracia”, dice y sus palabras resuenan como algo que en otro contexto podría parecer obvio.

¿Dónde nota la falta de democracia? Ingrid sorprende con la respuesta, no dirigiéndola hacia adentro de la Legislatura, sino como espejo hacia la calle: “Podemos hacer uso de la democracia en la calle, por eso digo que eso se perdió en el último tiempo. Yo trato de trabajarlo en el aula donde enseño, en la educación, a los alumnos siempre les digo: hay que rascar, vayan más allá siempre, no nos quedemos en la superficie perdiendo tiempo”.

Ingrid es docente de Comunicación hace más de 40 años, aclara, para contextualizar sobre superficies y profundidades. Señala a los medios que, entre otras cosas, crearon al monstruo. “Estamos en la época de la espectacularidad, no solo en la política sino en todos”, dice y recalcula: “No, por suerte en todo no, pero hay una exaltación del ego”, afirma. Y como a quien se le prende una lamparita, remata: “Hay que salir de ego y volver a la calle”.

Los ojos de Trini

Está junto a las vallas que impiden acercarse a la Legislatura. Trinidad tiene ojos grandes, 17 años y un entusiasmo contagioso. Cuando vamos a conversar, su mamá, Mónica, se acerca: “Preguntas concretas, por favor, porque es una persona con autismo”.

¿Por qué viniste Trini? “Vine para luchar”.

¿A favor de qué? “A favor del pueblo. Del pueblo que busca un mundo mejor”.

Mónica integra la Asociación Civil Sobrevivientes, Familiares y Compañeros de Campo de Mayo, sede donde funcionó uno de los principales centros clandestinos durante la dictadura, manejado directamente por el Ejército. Plantea Mónica a lavaca, señalando a la Legislatura: “Ellos tran el tema, nosotros traemos la lucha. No vamos a permitir que caiga la memoria. Estamos en contra de Milei y esas cosas”. Trini agrega: “Exactamente”.

“Acá estamos diciendo que no vamos a dar ni un paso atrás” explica Mónica.

Trini está en 4º año del secundario. Imagina para después: “Me gusta pintar cuadros, es lo que hago. Voy a seguir haciéndolo”. Para el ahora: “Todo costó mucha sangre, pero hay que pelear por un mundo major. Y más justo”. Le agradezco y dice con esa intensidad de los 17: “Nunca más dictadura militar”. Remata: «Y porque no se puede permitir esto hoy esto ya está traspasando lo que es el negacionismo y reivindicar la dictadura, así que hoy no se nos podemos dejar pasar un acto de reivindicando genocidas».

Sebastián es otro de los que se mandó sin que lo llamen, en una época en la que parecería que toda la movilización dependería de lo electoral: «Siempre que puedo ir con La Cámpora San Miguel vamos, pero bueno, hoy no se dio, yo y vine por mi cuenta. Yo, la verdad, que tenía la necesidad de que convoquen. Estaba esperando pero como no convocaron, me vine«. ¿Por qué? «Yo esto lo venía olfateando desde la pandemia que se venía avanzando estos libertarios … Esto se venía lo venían ofasateando y bueno: se lo dejó caminar mucho y eso debe llevarnos a hacer más actos de estas características».

Sebastián es fletero, tiene 36 años, y llegó con Karen, con quien tienen una hija. “Todo es peligroso. Esta gente de Milei es sanginaria, directamente, quieren destruir a la sociedad. Yo le pongo toda la fe y todas las fichas a que gane Massa”, dice ella.

¿Y cómo se logra eso? “Militando a morir. Organizados, con un plan. Hay gente que votó a Cristina y ahora a Milei, porque hay mucha desinformación, confusión, el bolsillo pesa mucho y hay gente que vota a este engendro, digamos. Pero creo que vamos a ganar igual, pero si no nos quedamos quietos”. 

¿Dónde está la casta?

Asunción, Soledad, Inés y Mariela no paran de hablar salvo para la foto y luego siguen, a grabador y corazón abierto. Una es emprendedora, otra docente, otra artesana tanguera, otra socióloga.

Reflexiones:

“Vinimos para que no vuelva nunca más nada que se parezca a la dictadura ni defienda el terrorismo de Estado. Siento que estamos en un retroceso: pensaba que este tema nos aunaba como sociedad, seas de derecho, de izquierda o lo que sea”.

“Me acuerdo la plaza del 2×1 (la enorme movilización durante el macrismo, en mayo de 2017, que frenó el intento de beneficiar judicialmente a represores y genocidas). Ahora en cambio siento que nos están tratando de disgregar, de socavar. Es una estrateegia que tienen recontrapensada”.

“Pero nosotros no estamos pudiendo manejar cosas. Te manejan las redes, las fake news, todo, y aparece una candidate a vicepresidenta que abre la Legislatura. Y nosotras acá. ¿Dónde està la casta?”.

“¿Sabés que hacen? Te confunden. Esa es la estrategia. Como que te van llevando, yo siento literalmente en el cuerpo que me están empujando hacia un precipicio”.  

“Están operando para el mal en las redes. No me canso de ver la gente que está mintiendo y tergiversando. Ahí empieza parte de la confusión. Si te confunden te controlan. Eso es terrible”.

“Pero es cierto, nos la pasamos hablando de las redes, y lo que perdimos es la calle, puta madre, esa es culpa nuestra, porque ahí sí que perdemos la batalla cultural”.  

“No creo que sea tan así. Estamos recuperando también. Creo que hay otra capacidad de respuesta. No olvidemos que hay una cuestión neofascista en el mundo entero”.

“Pero a mí me importa lo de acá y hablo de acá. No quiero retroceder 50.000 escalones, loca. Hay un límite. Hay cosas que no se transan”.

“Hay puestas en escena de la derecha todo el tiempo. Acá tenés una manipulación de las herramientas democráticas. Todo se puede manejar y convertir en una herramienta para la derecha, para hacer lo que les dé la gana. ¿Viste como lo de Lago Escondido, los jueces y funcionarios con los empresarios? ¿Y qué pasó al final?”.

“La democracia no está dando respuesta a la gente. La gente, la militancia también necesita orientarse, y acá no hay líderes: estamos a tientas, sin saber qué hacer, y también aburguesados: desde la pandemia se nota mucho eso”.

“Pero capaz que no hay que esperar tanto a los líderes sino ponernos a hacer cosas. Empoderarnos, no por la vía de la individualidad sino de los colectivos, y estando en la calle”.

“Hay que salir del botoncito. Creemos que hacemos algo, cuando en realidad no hacemos nada salvo mandar mensajes y apretar botoncitos. Pero ojo, cuando apretamos el botoncito y termina saliendo alguien como Milei, ya no es un hecho virtual sino un hecho real. Por eso tenemos que recuperar la realidad».

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

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Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.

Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.

La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.

El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.

Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.

Pero falta para eso.

Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.

En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.

Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.

Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.

Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.

Fin.

Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.

Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.

Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.

Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.

Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.

Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.

Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.

Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.

Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.

Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.

Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.

¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.

¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.  

Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.

¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.

¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Fotos: Sebastian Smok

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.

Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.

Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.

De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.

Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.

Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.

Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Vera, candidato a presidente por la lista Ruge el cambio del centro de estudiantes del colegio Nicolás Avellaneda.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.

Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.

¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Lila Lemoine apareció vestida de playera de YPF.

Otras celebridades que se llevan las miradas:

El Zorro con la bandera de Argentina.

Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.

Lila Lemoine vestida como playera de YPF.

Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:

  • Castrá
  • Adoptá callejeritos
  • Educá
  • No compres
  • No + piroctenia

Son tatuajes.

En la cara.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?

Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.

La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Carcedo y su libro.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.

¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.

¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.

Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.

Fin.

Equivalencias y bebidas.

Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.

Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.

Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.

Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.

Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.

Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.

La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.

Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.

Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.

Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.

Le han robado el celular.

Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.

El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.

Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:

-Es que está lleno de negros.

Fin.

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