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#NosEstánMatando: otro periodista asesinado en México

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El periodista Javier Valdez Cárdenas fue asesinado el 15 de mayo en Culiacán, Sinaloa. Es el sexto reportero que matan en lo que va del año y su nombre se suma a la trágica lista de más de 100 periodistas masacrados desde que se inició la llamada “guerra contra el narcotráfico”. Valdez Cárdenas lo resumió a la perfección en 2011: “Esta es una guerra, sí, pero por el control del narco. Pero nosotros, los ciudadanos, ponemos los muertos”. Esta semana cientos de periodistas salieron a las calles para gritar que este genocidio -que lleva 200 mil muertes y más de 30 mil desaparecidos- no se sepulte en el silencio, y gritan: #NosEstánMatando.

#NosEstánMatando: otro periodista asesinado en México

Foto: La Jornada

La imagen está captada desde un drone en el monumento del Ángel de la Independencia, en la Ciudad de México. Se ve una plaza, un grupo de personas, algunos autos y una frase escrita en el asfalto que no es consigna sino un grito desesperado y urgente:

“En México #NosEstánMatando. No al silencio”.

La organización civil Por el Derecho a Informar realizó esa acción en el marco de una jornada de protesta en la que cientos de periodistas y fotógrafos exigieron justicia por el asesinato del corresponsal de La Jornada y editor del semanario Riodoce, Javier Valdez Cárdenas, el lunes en Culiacán, Sinaloa. Es el sexto reportero asesinado en México en lo que va del año y se suma así a la trágica lista de más de 100 periodistas asesinados entre 2000 y 2017, El 23 de marzo, en Chihuahua, mataron de 8 balazos a la periodista Miroslava Breach, de 54 años, en la puerta de su casa y frente a su hijo.

  • El 14 de abril, en Baja California, mataron de 15 balazos al periodista Maximino Rodríguez, de 73 años, en el estacionamiento de un centro comercial. Estaba con su esposa.
  • El 2 de mayo, en Morelos mataron el periodista Filiberto Álvarez, de 71 años. Fue acribillado cuando volvía a su casa en su auto.
  • El último 15 de mayo a Valdez lo sacaron de su auto y lo masacraron a tiros.

    #NosEstánMatando: otro periodista asesinado en México

    “El país más mortífero”

    La subprocuradora de Derechos Humanos, Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad, de la Procuraduría General de la República (PGR), Irene Herrerías Guerra, reconoció que desde 2000 a 2017 han registrado 114 asesinatos a periodistas en México. El dato que ilustra la impunidad es que sólo hay tres sentencias por esos casos. La subprocuradora precisó algunas cifras desde la creación de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle):

    • Entre 2010 y 2017 se abrieron 368 expedientes por amenazas a periodistas.
    • 159 son por abuso de autoridad.
    • 70 por lesiones.
    • 70 por robo.
    • 55 por privación ilegal de la libertad.
    • 48 por daño en propiedad ajena.

    La organización Article 19 publicó una infografía en la que alertaba de 105 comunicadorxs asesinados: 97 hombres y 8 mujeres. La mayoría se produjo en la presidencia de Felipe Calderón.

    Según las cifras de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México, los periodistas asesinadas sumaban 122 tras del crimen de Ricardo Monlui, en Veracruz. Luego ocurrieron cuatro crímenes más, incluido el de Valdez Cárdenas.

    Después del asesinato de Valdez, Reporteros Sin Fronteras (RSF) se expresó a través de un comunicado firmado por el director de la Oficina de América Latina, Emmanuel Colombié: “Una vez más, esta oleada de violencia pone en evidencia el estado de emergencia en que se encuentran los periodistas mexicanos, sobre todo los que cubren temas delicados como el narcotráfico y el crimen organizado, que se han convertido en un blanco de estos grupos criminales. El gobierno mexicano debe actuar de manera proporcional a la gravedad de la situación y reforzar cuanto antes los mecanismos de protección de periodistas”.

    La organización denunció que un centenar de hombres armados atacó el 13 de mayo a siete reporteros de La Jornada, Vice News, Hispano Post, Quadratin, Imagen TV y Bajo Palabra, cerca de la ciudad de Acapetlahuaya, en el estado de Guerrero (el mismo estado en el que desaparecieron a lxs 43 estudiantes el 27 de septiembre de 2014). Según RSF, los periodistas regresaban de la ciudad de San Miguel Totoplán cuando los hombres armados los interceptaron, detuvieron el vehículo, los amenazaron de muerte y les quitaron el material. Luego, los dejaron ir. La asociación enmarca el hecho en el ataque sistemático a los reporteros en México: RSF confirma que en cuatro de los seis periodistas asesinados este año el crimen “estuvo relacionado directamente con su actividad periodística, lo que hace de México el país más mortífero del mundo para la profesión”.

    Por su parte, Amnistía Internacional señaló: “Ser periodista en México parece más una sentencia a muerte que una profesión. El continuo derramamiento de sangre del cual las autoridades prefieren hacer caso omiso genera un profundo vacío que afecta el ejercicio de la libertad de expresión en el país”.

    El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) envió una carta al Embajador de México en Argentina, Fernando Jorge Castro Trenti, en la que exige su compromiso “con la protección de los colegas que desarrollan su trabajo en su territorio, frente a la creciente y sostenida ola de violencia que tiene a los periodistas como uno de los principales blancos del crimen organizado”. La periodista Cecilia González sumó que el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) reveló que México “es el país más letal después de Siria”. Dice González: “En 2016, en mi país fueron asesinadas 23 mil personas. 63 cada días. Más que en Afganistán y que en Irak”.

    “Te van a matar”

    “Se lo decían los amigos, los familiares, los compañeros del gremio. Cabrón, cuídate. Estos güeyes no tienen madre. Son unos malditos”, recordó a Valdez Cárdenas el diario Riodoce. “Pero él seguía escribiendo críticas y denuncias en su columna, en uno de los diarios de la localidad: apedreando con sus teclas, sus palabras, el ejercicio del poder político, la corrupción, la complicidad entre criminales y servidores públicos, la policía al servicio de la mafia”.

    Y agrega: “Una denuncia había puesto en el ojo del huracán a uno de los legisladores. Él se unió a quienes criticaron su poderío y sus lazos con las cumbres del poder político, económico y criminal. Fueron pocos los detractores y casi ninguna pluma, pero no se quedó callado. En el feis publicó una de esas fierezas, de palabras valientes, y le dijeron güey, bájale. Estos cabrones te traen ganas. Te van a matar. É
    l contestó Ba. No me hacen nada. Me la van a pelar. Pasaron tres horas después de esa publicación en redes sociales cuando lo alcanzaron y le dispararon, de cerca para no fallar”.

    El diario La Jornada también lo recordó desde su editorial: “Es imprecisa la idea de que nuestro compañero se había vuelto un periodista especializado en temas de narcotráfico, delincuencia organizada y corrupción gubernamental. Fue más bien la realidad de su estado la que se deslizó por una pendiente de descomposición generalizada y por la pérdida de control por parte de las autoridades constituidas. Y Javier hablaba de la realidad. Y fue ese proceso de desintegración lo que retrató en sus crónicas, en sus despachos y en sus libros, a sabiendas de que tal fenómeno era una amenaza de muerte para cualquier ciudadano, pero especialmente para los informadores”.

    El diario recuerda a Miroslava Breach Verducea, también corresponsal de La Jornada, también asesinada el 23 de marzo de este año: “El hecho es que la responsabilidad última de las muertes de Javier, de Miroslava y de todos los informadores caídos en el país, cuyo número creció de manera exponencial desde que Felipe Calderón declaró una ´guerra´ disparatada y contraproducente contra la delincuencia organizada, recae en los gobernantes que no han sido capaces de garantizar el derecho a la vida de los ciudadanos, que han actuado con indolencia, en el mejor de los casos, ante el agudo deterioro de la seguridad pública, que han alimentado la espiral de violencia al convertir un problema originalmente policial en un asunto de seguridad nacional y que han sido omisas en la procuración e impartición de justicia”.

    “Vivimos en una redacción infilitrada por el narco”

    Valdez Cárdenas también publicó los libros Miss Narco (2009), Los Morros del Narco (2011), Con una granada en la boca: heridas de guerra del narcotráfico en México (2014), Huérfanos del narco (2015). El periódico Proceso recordó que Valdez dijo en octubre a la agencia EFE que el periodismo “valiente” y “digno” que se practica en México “no tiene sociedad alrededor, está solo”. En una entrevista a La Jornada en 2016, con motivo de la presentación de Narcomedios, el reportero asesinado dijo que el libro partía de “esa preocupación de mirarnos de frente”.

    Ese ejercicio propuesto es el fiel reflejo de lo que significa ejercer el periodismo hoy en México.

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    Orgullo

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    Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.

    Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.

    Eso es Orgullo.

    Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

    Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.

    Eso es Orgullo.

    Orgullo

    Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

    Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.

    Y no es Orgullo.

    Orgullo

    Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

    Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

    Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

    Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

    Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

    Orgullo

    Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

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    Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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    (Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

    El podcast completo:

    Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

    Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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    Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

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    Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.

    Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

    Fotos Juan Valeiro

    El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.

    Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

    Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
    Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

    El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.

    Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

    Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
    Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

    La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.

    Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.

    La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”. 

    Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
    Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

    Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:

    1. “Que no te vendan gato por león”.
    2. “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”. 

    Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:

    Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.

    Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.  

    Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

    Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

    Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.

    Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

    Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
    Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

    Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.

    Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.

    La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

    Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
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    Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.

    Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.

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