Ambiente
Nuevo Atlanticazo anti petrolero en la costa argentina: “Si contamina, no es progreso”

Las asambleas de distintos lugares de la costa atlántica (Mar del Plata, Villa Gesell, Santa Teresita, Necochea, Bahía Blanca, Comodoro Rivadavia, Las Grutas, Puerto Madryn, Golfo San Matías, entre tantas) concretaron este 4 de noviembre un Abrazo al Mar contra el asedio de la explotación petrolera.
“Las Comunidades Costeras, con la fuerza del Océano, nos seguimos uniendo en esta enorme Red, desde Buenos Aires hasta Tierra del Fuego e Islas del Atlántico Sur” plantearon en un comunicado.
“Ante la avanzada del extractivismo petrolero y el inicio de la exploración sísmica a 300 km de Mar del Plata por parte de las empresas Equinor e YPF, seguimos en estado de alerta y movilización. Advertimos que los bombardeos acústicos llevados a cabo por el buque BGP Prospector generarán impactos irreversibles sobre ecosistema marino, y exigimos al gobierno nacional que detenga el ecocidio iniciado en el mes de octubre”. Ese ecocidio que menciona la asamblea ha sido permitido a partir de la decisión de la Corte Suprema de descartar los reclamos de las comunidades y dar vía libre a las corporaciones petroleras para seguir sus exploraciones y trabajos.
Dos de los planteos de la movilización implican todo un debate sobre el presente y el futuro del modelo productivo del país:
- “Si contamina no es progreso”.
- “Con extractivismo no hay democracia”.

Un aspecto de la acción en Mar del Plata.
“Petroleras, no pasarán” cantó la multitud al ritmo de los tambores en la tarde marplatense. Desde la Municipalidad hasta la playa se marchó desde las primeras horas de la tarde en defensa del Mar Argentino y su biodiversidad.
La Red de Comunidades Costeras se extiende desde Santa Teresita hasta Ushuaia y pretende continuar visibilizando el inminente ecocidio que supone extender la frontera hidrocarburífera en el Mar Argentino, por ello también se marchó en Puerto Madyn, por ejemplo, ciudad movilizada por el inminente impacto que tendrá la construcción del oleoducto Vaca Muerta Sur que llegará hasta Punta Colorada, a unos 30 km del Golfo San Matías, refugio de la ballena franca austral.

Bahía Blanca.
El problema no es solo ambiental sino socioambiental, teniendo en cuenta el reclamo de las diferentes asambleas por la falta de estudios de impacto ambiental que implica todo el proyecto de desarrollo petrolífero, y el impacto social sobre actividades como la pesquera.
La noticia más temida se produjo esta semana cuando la Corte Suprema de Justicia, con los votos de los jueces Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz desechó los planteos realizados por las asambleas comunitarias y dio vía libre la exploración “off shore” de la cuenca del Mar Argentino por parte de las empresas Equinor e YPF. El buque de exploración sísmica pertenece a la primera de esas empresas. Otra de las corporaciones favorecidas por la Corte es Shell.

Frente al desprecio al mar, las comunidades organizan autogestivamente el cuidado de las costas.
“Con extractivismo no hay democracia” define Silvina Álvarez, integrante de la Asamblea Mar Libre de Petroleras desde la columna que transita las calles marplatenses.
“El buque prospector comenzó las actividades el día 9 de octubre, y no tenemos conocimiento oficial de qué es lo que está ocurriendo en altamar”, advierte Silvina y suma que la Asamblea está “en contra obviamente de seguir explorando y explotando los territorios con un ecosistema que está absolutamente ya impactado por el rebrote de gripe aviar”.

Villa Gesell.
Los primeros casos de la influenza fueron alertados en agosto pasado en varios puntos del territorio costero, como Rio Grande, Rio Negro, Necochea y Punta Loyola, en Santa Cruz. “Estamos viendo cientos de animales mamíferos marinos muertos en la playa de toda la Costa Atlántica, situación sumada a la sobre pesca, por eso consideramos que intervenir el territorio marino con una nueva actividad extractiva es poner en serio riesgo la vida que comprende esos ecosistemas tan ricos y tan valiosos”, agrega Álvarez.
El Atlanticazo tiene la genética de puebladas como las de Esquel, Mendoza, Catamarca, Jujuy, entre tantos, donde se advierte que sin importar el color partidario que gobierne, el modelo de explotación de bienes comunes es el mismo
Pero a la vez aparece una esperanza: “Para frenar eso la fuerza está en la calle”, asegura Martín, otro de los integrantes de la Asamblea marplatense.
En el medio, la discusión real de transición energética, el cumplimiento de las metas en términos de cambio climático que se esperan para 2030 y la deuda histórica que tienen las democracias latinoamericanas con sus comunidades en materia de derechos socioambientales siguen intactas. Las comunidades continuarán organizándose frente al próximo Atlanticazo previsto para diciembre.

Santa Teresita.
Actualidad
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Diario de un incendio

Una crónica en primera persona desde Capilla de Monte, Córdoba, a un año de los incendios. Una reflexión que no olvida lo frágil que puede ser un ecosistema cuando el entramado del modelo capitalista avanza sin dar tregua a la vida. Reproducimos el artículo publicado en CDM Noticias por María Eugenia Marengo, un año después de que el fuego encandilara todo durante casi un mes con los pulmones cargando humo en medio de una primavera postergada.
María Eugenia Marengo / CDM Noticias (cdmnoticias.com.ar),
“La fila de fuegos ardió, partiendo el paisaje en mitades. Hubo dos noches, una a cada lado. No había estrellas en el cielo, había chispas que intentaban llegar y se morían antes”. Alejandra Kamiya
Durante la noche el cielo es un manto anaranjado con olor a quemado. Hay una herida abierta que se hace un tajo extenso y enciende la cintura del cerro Overo, justo frente a la ventana de mi habitación en Capilla del Monte. Se siente el calor que crece en la piel y el resplandor enrojecido toma la forma de los ojos. Los pájaros saltan desde los nidos, los caballos relinchan y apresuran su trote hacia algún lado, los zorros, son un quejido agudo en el barrio. Y los árboles -pienso- mueren de pie. Prendo la luz a las 3 de la madrugada del 19 de septiembre de 2024, y ya son más de 40mil las hectáreas incendiadas en la provincia de Córdoba.
Hace dos días los focos comenzaron a desperdigarse de un lado a otro de la Ruta Nacional 38. Una chimenea gigante humea sin cesar y mi casa se llena de cenizas. Un pronóstico de lluvias desalentador y la sensación de que todo lo quemado ya ocupa un espacio en mi vida. Negocio inmobiliario. Ganadería. Cableado eléctrico en mal estado. Basurales a cielo abierto. Autovía de Montaña: las principales razones que dan origen cada año a los incendios en la provincia.
Una chimenea gigante humea sin cesar y mi casa se llena de cenizas. Un pronóstico de lluvias desalentador y la sensación de que todo lo quemado ya ocupa un espacio en mi vida.
En casi todas, la necesidad del desmonte –incluso en muchas zonas protegidas por la Ley Provincial 9.814 de Ordenamiento Territorial de Bosque Nativo– es un factor común que se hilvana en el entramado del modelo capitalista que avanza sin dar tregua a la vida. En otras, la idea de ganar más a costa de precarizar todo lo posible.
¿Cuándo llega el amanecer? La pregunta es una alerta que me mantiene despierta. Todavía es de noche. Hace dos horas mi hija, Julieta, se cruzó por la cámara de fotos colocada en un trípode que tiene casi su altura: 1,20. Su cara, congelada en el visor, parecía estar en medio de una noche de bombardeos fuera de foco. Son las 3:30. La madrugada hace ruido. Cruje. Le toco la frente a July. Arde, como todo lo que está afuera.
En un incendio los montes pueden levantar una temperatura superior a 400 grados. “Si se cayó un quebracho o un algarrobo, y hay suelo barroso, está cocinado como un ladrillo. En los quebrachales, puede subir hasta más de 1000 grados. En una casa, hasta los 1500”, me dirá después Duncan Hogg, guía de montaña, paramédico y bombero profesional, a cargo de las guardias en el cerro Uritorco de Capilla del Monte.
6:30 am. La mañana no se distingue, el paisaje quedó suspendido entre la tarde del día anterior y la noche anaranjada. Desde la tierra crece el fuego que deja al sol acorralado. Hay un silencio que nos habita y se quiebra. Las avionetas cortan el cielo, hacen una estela entre el dique y el fuego, como si ese aire fuera un puente que se vuelca con el agua que falta.
Negocio inmobiliario. Ganadería. Cableado eléctrico en mal estado. Basurales a cielo abierto. Autovía de Montaña: las principales razones que dan origen cada año a los incendios en la provincia.
7 am. Me tocan la puerta. Es la vecina de la esquina que nunca me habla. Me dice que hay que irse. Me tiemblan las manos. Se me viene una fugaz imagen del flyer sobre todo lo que hay que sacar en riesgo de incendio: las garrafas. Sigo por la computadora, algunos libros, ropa y cámara de fotos. La levanto a July. Mira desorbitada sobre la cama, cuál de todos sus muñecos debe dejar.
7:30 am. Cruzo el cerco que me separa de mi vecina Patricia. Ahora, soy la que toca la puerta. Insisto. Le digo que hay que irse. Me dice que no, que tiene los gatos, que no me preocupe. Nos abrazamos. Lloramos paradas sobre el piso del porche de su casa, lo único que apenas se distingue en medio del humo que nos invade.
Los incendios forestales del año 2024 fueron un círculo de fuego que llegó hasta San Marcos Sierras, unos 30 kilómetros al norte de mi casa. La superficie quemada fue menor a la del año 2020, pero se llegaron a perder alrededor de 40 viviendas y el doble de familias evacuadas. Casi un mes entero con los pulmones cargando humo en medio de una primavera postergada.
7:45 am. Los bordes del patio se vuelven frágiles. Veo desde la ventana las pequeñas partículas negras que lo cubren todo. Son los restos del monte, algo del algarrobo, otro poco del quebracho colorado, un poco más de los espinillos y chañares. Nos queda en la piel el color de la belleza que se pierde, arrastrada en una huella de fuego que surca Sudamérica.
La sensación de muerte es tan real como cinematográfica. El paisaje que vendrá será como pisar una superficie lunar, un gris inerte de película futurista que dejó la vida en otra era. Un ecosistema de pastizal puede tardar cuatro años en recuperarse, pero el monte chaqueño, que ocupa apenas un 3% del norte cordobés, para volver hacer un bosque sano, tiene ciclos de hasta ochenta.
8 am. Los jotes, esos pájaros enormes y oscuros, planean sobre la zona incendiada. El horizonte es una cicatriz ennegrecida con árboles humeantes. El suelo está caliente. Los bomberos nos piden evacuar. Hace rato que todo dejó de ser una posibilidad.

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