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Radio del Plata y Télam: despidos, huelgas y luchas

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En Radio del Plata y en la Agencia Télam se viven días duros: 42 despidos en uno, 2 en otro. En el primer caso, lograron la intervención del Ministerio de Trabajo, que puso en marcha el procedimiento de conciliación obligatoria, suspendiendo temporalmente los despidos. En el segundo, la situación está en pleno tironeo. Voces que relatan el desgaste diario, el plan de achicamiento y la persecución a quienes se organizan.

El desgaste

Cecilia Claps es delegada gremial y lleva 12 años trabajando en Radio del Plata. Cuenta a lavaca: “Hace quince días tuvimos 12 despidos. Este lunes, otros 30. Ayer se realizó una conciliación obligatoria por parte del Ministerio, así que todos pudimos volver a nuestro lugar de trabajo. Este procedimiento dura 15 días. Queremos ver qué nos proponen. Primero, hay que asegurar que los compañeros que quieran seguir trabajando acá no pierdan el empleo. Segundo, hay que asegurar que todos los que no quieran continuar en la emisora puedan cobrar la indemnización que les corresponde”.
 
La situación empeoró considerablemente en las últimas semanas, pero los problemas tienen raíces mucho más largas: remontan al comienzo del gobierno de Mauricio Macri. Sigue la periodista: “Los problemas salariales empiezan en diciembre 2015, apenas cambia el gobierno. La primer señal fue el aguinaldo de ese año, que llegó de manera diferida. Después, en enero 2016, empezamos a cobrar en cuotas: dos, luego tres, hasta cuatro. Dejaron de pagarnos las cargas sociales y los aportes jubilatorios. No tenemos cobertura médica. Los equipos de la radio están deteriorados y no hay inversiones. Además, ocurrió que pararon de pagarnos nuestro salario completo. Así que la empresa tiene hacia nosotros una deuda inmensa, que equivale más o menos a tres salarios y medio, o hasta cuatro. Es en esta situación que llegan los despidos”.
 
Claps define al panorama como una “barbaridad absoluta”, y asegura que el plan intenta eliminar a la vez el 30% de los trabajadores de la radio. “Esto destrozaría toda la estructura. Creemos que la intención es apagar de apoco a la radio, achicarla, vaciarla”.
 
La trabajadora afirma que las razones utilizadas por los empresarios para justificar antes los despidos no son muy claras y se modifican en el tiempo. “Al principio decían que el accionista principal no seguía enviando plata suficiente para cubrir la masa salarial porque tenía el dinero emprendido en obras públicas. Luego empezaron a afirmar que la radio nunca fue sustentable. Después que éramos muchos. Y por fin que el problema es la crisis económica del país”.

La crisis mediática

Radio del Plata es parte de la situación general que afecta la mayoría de los medios de comunicación. “La emergencia en el sector es de una gravedad absoluta. Hay despidos. Hay cierres,  como el de Radio América. Su dueño despareció, 120 trabajadores acabaron en la calle y hoy si ponés el 11.90 no se escucha nada. Esta situación se dio automáticamente con el cambio de gobierno. Hay un grave ataque a la libertad de expresión. Estamos volviendo a grandes concentraciones de medios, al manejo de la información. Y claro: los que estamos sufriendo más estas consecuencias somos sobre todos los que tenemos un discurso alternativo”.
 
El día después de los despidos masivos en Radio del Plata, otras malas noticias llegaron desde la Agencia Télam, la Agencia Nacional de Noticias. Cuenta Ariel Bargach, delegado del Sindicato de Trabajadores de Prensa (SiPreBA): “El lunes al mediodía convocamos una asamblea casi espontánea y llamamos un paro. Acabábamos de saber que dos compañeros estaban despedidos: Fernanda Arce, integrante de la mesa de edicción, y Ángel Jozami, del sector economía. El martes una asamblea oficial decretó el paro indeterminado hasta la reincorporación de ambos”.
 
Las justificaciones de la empresa parecen esconder las verdaderas razones de los despidos. Los dos trabajadores son acusados de haber publicado un cable con una información errónea. Explica Bargach: “No se despidió nunca a nadie por una circunstancia parecida. Sobre todo, sin alguna instancia intermedia. Además, los dos compañeros no son los máximos responsables de aquel material. Hay una gerencia periodística, un jefe de la sección economía, editores en cada sección. Pero ninguno de ellos fue tocado”.
 
El diputado gremial interpreta que “se trata de un intento de disciplinar a la tropa”. De hecho, conflictos con menor intensidad pero en el mismo sentido ya habían empezado dentro de la agencia. “Tuvimos que tomar varias medidas más blandas, como paros de unas horas, porque ocho compañeras, y entre ellas dos delegadas, fueron sumariadas por haber participado al ruidazo del 8M. También, sufrimos una suspensión sin goce de sueldo de dos compañeros del sector audiovisual justificada con argumentaciones muy débiles”.
 
Para Bargach, más allá de los casos singulares, el problema es estructural. “Pasan cosas parecidas en todos los medios públicos. Hay una ofensiva importante contra los que hacen actividad sindical en estos lugares. Por ejemplo, en la televisión pública hay vaciamientos virtuales, achicamientos de las horas de los noticieros, recortes de salarios y no renovación de contratos, que para nosotros equivalen a despidos. Hay una falta de programas del interior de muchos repetidores de la radio nacional. Por no hablar del resto de la prensa privada, donde se encuentran cierres, achicamientos, desguaces de muchos medios”.
 
En esta situación parece no queden otras posibilidades que la lucha y la movilización. En Télam prometen seguir con la huelga por lo menos hasta el viernes, cuando una asamblea decidirá los próximos pasos. Al mismo tiempo, convocan para mañana un acto público callejero en la puerta de la sede de la calle Bolivar, “donde están las autoridades”. Intervendrán legisladores nacionales y porteños, sindicalistas y dirigentes de organizaciones sociales.
 
En cambio, para todos la cita es el miercoles 6 de junio: 24 horas antes del día nacional del periodista, los diferentes gremios llaman a una marcha en defensa del sector que involucrará a trabajadores de todos los medios y sindicatos del país. 

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Mía: Cuando el arte abraza

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Mía es una obra de teatro que podríamos encuadrar dentro del biodrama o autoficción. Y es mucho más: es grito, es abrazo y, también es un espejo. La actriz y médica psquiatra Mercedes Bertuzzi expone en escena su propia historia: una situación de violencia machista que sufrió por parte de una ex pareja. Este sábado 18 de marzo y en el marco del 8M, esta obra testimonial se presenta en MU Trinchera Boutique a las 21 hs, entradas a la gorra.

“Los primeros años, luego de salir, fueron de mucha confusión, angustia y mucha bronca. Escribir me permitía depositar esas emociones en el texto. El primer objetivo fue descargar. Siempre estuvo el deseo de poder denunciar a través de ese texto que iba escribiendo, pero no estaba segura de si iba a encontrarle la forma. En el proceso empecé a entrenar con Marina Otero, ella hace autoficción, y ahí algo se destrabó, la vi, vi la obra”, cuenta Mercedes. Al terminar de escribir el texto, tomó conciencia de que no era exclusivamente autorreferencial sino que involucraba la historia de muchas otras. Así tomó coraje para llevarla a la escena. “En cada función se me acercan decenas de mujeres emocionadas a abrazarme diciéndome ‘somos muchas’. Todas pasaron por una situación de violencia o acompañaron a otra mujer que la pasó. Siempre termino la función con ganas de gritar cada vez más fuerte el texto de esta obra. Siento que estoy entregando mi historia al colectivo y eso hace que ya no me pese, ya no lucho contra ella. Cada mujer que se identifica con la historia se la apropia un poquito y le va dando más cuerpo al personaje de Mía”.

Con sus herramientas artísticas, Mercedes logró una obra poética, sin golpes bajos, con ironía y momentos muy divertidos.

En una escena, dos niñas juegan a ser actrices, prueban vestuario y declaman en nombre del amor. Las palabras son extraídas de las típicas canciones románticas de cantantes famosos, las que hemos aprendido y cantado a lo largo de los años. “Para quienes fueron víctimas, no es fácil hablar. La violencia nos deja mudas, vacías, solas, no hay palabras que alcancen para explicar. El arte nos habilita un lenguaje a través del cual poder decir lo indecible, nos devuelve la voz, en la forma que cada una elija expresarse. Y para quienes son público, adentrarse a la temática desde una propuesta artística creo que les permite hacerlo sin tantas resistencias. Te permite escuchar con otra disponibilidad. El relato atravesado por la dramaturgia, la música, los cuerpos. Mantiene su fuerza y su crudeza, pero es amortiguado de ternura, poesía, risa. Y eso permite que hablemos de violencia con personas que quizás no se acercarían de otras formas”. 

Cada vez que Mía fue presentada en distintos teatros —Mercedes quiere que la obra circule y abra a la reflexión— los comentarios de personas del publico se multiplican: “Presencié ese mismo diálogo”, “sentí exactamente eso”, “estuve en pareja con un tipo igual”. No solo es reparador para ella sino para muchas. “Romper el silencio es imprescindible. Me sigue sorprendiendo la cantidad de mujeres que se acercan después de la función a abrazarme emocionadas por haber ‘contado su historia’, estuvieron ahí mismo o acompañaron a otra. De todas las edades, todas las clases sociales. Es escalofriante, es triste. Pero es también esperanzador encontrarnos. Ya no nos estamos quedando calladas, estamos denunciando y estamos convencidas de cambiar esa realidad. El haber sido víctima de violencia ya no queda solo como una herida que duele y mejor callar y olvidar. Hoy somos víctimas enojadas, creativas y sobre todo, en red. Compartir Mía me abrió los ojos a eso… Es mi historia, es la de muchas otras y, por suerte, es parte de la historia que estamos modificando”.

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143

Sábado 18 de marzo a las 21 hs

Actúan: Mercedes Bertuzzi, Juliana Gotta, Gonzalo Pungitore, María Tibi

Entradas “a la olla”.

Podés reservar en este link:

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Punitivismo y feminismo en el caso de Lucía Pérez: una mirada sobre esa falsa dicotomía

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La abogada trans Cristina Montserrat Hendrickse analiza por qué es falsa la dicotomía que pretenden instalar sectores que siempre trabajan para categorizar las divisiones del movimiento feminista. Así crean grietas sociales que les permiten alentar congresos, investigaciones y polémicas de las cuales viven.

Por Cristina Montserrat Hendrickse

Una corriente muy minoritaria de los feminismos entiende que reclamar la sanción penal del femicidio es una actitud punitivista.

Llegan a tal conclusión partiendo del concepto de que el castigo refuerza la violencia.

Evidentemente la idea de la que se parte es correcta, pero el error de la conclusión reside en asociar pena a castigo. En no distinguir la finalidad de la pena que impone nuestro Derecho de la triste realidad de castigo que significa la ejecución efectiva de las penas privativas de libertad.

Los feminismos en nuestro país se encuentran justificados jurídicamente en la Convención Contra Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) incorporada a nuestra Constitución en 1994; la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra La Mujer (Convención de Belem do Pará) que es un tratado internacional de jerarquía superior a las leyes; y las leyes nacionales y provinciales que reglamentan a estos tratados.

Nótese que la convención de Belem do Pará obliga a los Estados a “sancionar” la violencia de género, además de prevenirla y erradicarla. El marco jurídico “sancionatorio” por excelencia es el Derecho Penal.

De allí que en nuestro sistema de derecho pretender eludir o abolir la punición de la violencia de género resulta jurídicamente anticonvencional, y por tanto anticonstitucional.

No por ello se deja de valorar el aporte del antipunitivismo feminista en cuanto sostiene que el castigo refuerza la violencia. Pero el problema del antipunitivismo reside en cuestionar al sistema (de origen convencional interamericano) de sanción de la violencia de género, y no al sistema de castigo que en los hechos (y apartándose del Derecho) sucede con la aplicación de la pena.

En efecto, la finalidad esencial de las penas privativas de la libertad es la reforma y la readaptación social de los condenados (art. 5.6. de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, también incorporada a nuestra Constitución en 1994), sin olvidar el mandato de que “…Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas…” (artículo 18 de la Constitución Nacional). De ambas reglas de jerarquía superior surge que la finalidad jurídica de las penas no es el castigo, como erradamente lo entiende cierta expresión del feminismo antipunitivista, sino la resocialización.

De allí que se impone una diferenciación entre “antipunitivismo” y “abolicionismo” que permita distinguir: si se pretende que la pena no se constituya en castigo sino como resocialización (antipunitivismo); o si se pretende abolir todo tipo de pena (abolicionismo penal).

La primera debería hacer foco en una reforma penitenciaria feminista, que lejos de reforzar el patriarcado lo deconstruya, no aboliendo las penas, sino modificando su ejecución a la finalidad que el impone el Derecho.

La segunda implicaría la abolición de todas las prisiones; y además, el desafío de construir respuestas ante los crímenes o lo que cada sociedad considera crímenes.

Evidentemente el castigo refuerza la violencia. Por lo que el mismo debe ser eliminado del sistema de ejecución penal, pero no el sistema de sanción; salvo que se sostenga el abolicionismo, teoría también respetable, pero que resulta anticonstitucional en nuestro sistema de Derecho, al menos en materia de violencia de género ya que la República Argentina se obligó ante la comunidad interamericana a sancionarla.

Toda decisión que se aparte de ese compromiso violentaría el sistema jurídico argentino y comprometería a nuestra Nación frente a la Comunidad Interamericana exponiéndonos a ser destinatarios de reclamos, cuando no de sentencias condenatorias, ante el sistema interamericano de Derechos Humanos.

En resumen: debatamos sobre las cárceles, no sobre las penas.

Cristina Montserrat Hendrickse

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Pergamino: sentencia contra los agrotóxicos y triunfo de la comunidad frente a un intendente

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La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó la distancia de 1.095 metros dentro de las cuales están prohibidas las fumigaciones terrestres con agrotóxicos, y de 3.000 metros para las aéreas. De ese modo denegó el recurso de amparo presentado por el intendente pro agronegocio de Pergamino, Javier Martínez. La denuncia original había sido presentada por Sabrina Ortiz (en la foto principal), vecina de Pergamino, que en su reclamo contra el envenenamiento cotidiano que sufrían ella, su familia y sus vecinos, y sin encontrar quien la defendiera legalmente, terminó recibiéndose de abogada para encarar sus propias causas. La sentencia de primera instancia había sido dictada por el juez del juzgado penal 2 de San Nicolás Carlos Villafuerte Ruzo.

Frente a la ratificación de la Corte dijo a Sabrina Ortiz a lavaca, entre otras cosas:

  • “Se me vinieron a la mente un montón de recuerdos de personas que la pasaron muy mal, personas que ya no están incluso, que fueron víctimas de este modelo y que perdieron la vida por esta causa”.
  • “Celebro por duplicado porque cada batalla que damos tenemos oponentes muy fuertes, corporaciones, intereses políticos, corrupción, sectores del agronegocio. Entonces, en parte estoy feliz porque aunque sabemos que la solución sería que sea agrotóxicos cero para todo el mundo, no sólo para esta región, podemos decir que es un pasito más que estamos dando hacia el buen vivir”.

Publicamos además la nota completa realizada en la revista MU.

Por Francisco Pandolfi

Madres fumigadas: Silvana, Erika, Paola, Juana, Natalia. Fotos: Nacho Yuchark.

Un fallo de la Corte Suprema de Justicia ratificó la distancia de 1.095 metros de prohibición de fumigaciones terrestres y de 3.000 metros para las fumigaciones aéreas, denegando el recurso de amparo que había presentado nada menos que el intendente de Pergamino, Javier Martínez, pretendiendo fumigar en todas partes, pese a las denuncias sobre los efectos de los agrotóxicos en la comunidad, el suelo, el aire y el agua.

El fallo en primera instancia, apelado por Martínez, había sido del Juez Carlos Villafuerte Ruzo, titular del Juzgado Penal Número 2 de San Nicolás, en septiembre de 2019, como medida protectoria paliativa urgente frente a las masivas fumigaciones.

Paola, su nieto con sobrepeso, su nieta con déficit de crecimiento, parte de los efectos en la salud de las fumigaciones masivas para cultivos transgénicos. Fotos: Nacho Yuchark.

Quien realizó la denuncia original ante la justicia federal fue la activista ambiental y abogada Sabrina Ortiz, también víctima de los agrotóxicos. Ante este fallo de la Corte Suprema de la Nación, explica a lavaca: “Esperábamos la resolución desde hace bastante tiempo, con muchas expectativas, pese que los últimos fallos que ha tenido la Corte en materia ambiental no han sido para nada alentadores. Sin embargo, para nosotros era casi seguro que iba a fallar a favor. Se me vinieron un montón de situaciones a la cabeza, sobre todo por cómo comenzó esta causa, por la salud de mis hijos, por las afectaciones que tuvieron, con las afectaciones que tuve en mi cuerpo; se me vinieron a la mente un montón de recuerdos de personas que la pasaron muy mal, personas que ya no están incluso, que fueron víctimas de este modelo y que perdieron la vida por esta causa. Fueron recuerdos muy tristes, muy angustiantes, dolorosos, del vivir cotidiano, de hecho todavía están en controles mis hijos y hay un montón de gente que la sigue sufriendo”.

Pedro y Guido, dos de los agricultores que descubrieron que se puede producir de modo sano en las zonas en las que se prohíben los agroquímicos. Fotos Nacho Yuchark

Relata también con asombro: “Me da mucho dolor, que sea el propio municipio el que intenta ir en contra de la salud de las personas. Me da mucha impotencia que el intendente Javier Martínez sea quien quiere que nos fumiguen en la cabeza. Al mismo tiempo, celebro por duplicado porque cada batalla que damos tenemos oponentes muy fuertes, corporaciones, intereses políticos, corrupción, sectores del agronegocio. Entonces, en parte estoy feliz porque aunque sabemos que la solución sería que sea agrotóxicos cero para todo el mundo, no sólo para esta región, podemos decir que es un pasito más que estamos dando hacia el buen vivir”.

Aquí, el viaje, la investigación y la nota completa sobre la situación en Pergamino publicada en la revista MU: La capital del veneno.


https://lavaca.org/mu163/mu-en-pergamino-la-capital-del-veneno/

Salud humana y de la naturaleza: lo que está en juego en Pergamino, como caso testigo de tantos lugares del país.
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LA NUEVA MU. Lo que está en juego

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