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Roberto Martino, desde la cárcel

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«Soy Roberto Martino, estoy detenido acá en la cárcel de Marcos Paz, estoy privado de la libertad desde el 3 de mayo». El dirigente histórico del Movimiento Teresa Rodríguez, acusado de organizar un escrache en contra del Estado israelí, habló para lavaca desde la cárcel.
Roberto Martino, desde la cárcel NOTA CON AUDIOS

Roberto Martino, desde la cárcelEl grabador que dio voz a un Martino silenciado ingresó gracias a otro dirigente perseguido por ese mismo acto, aunque ya absuelto, Ruben Saboulard. La conversación arrojó los verdaderos por qué de la detención, las relaciones entre la DAIA y el gobierno, las diferencias entre sionismo y antisemitismo.

[audio:https://media.lavaca.org/audios/2011/robertomartino1.mp3]
Roberto Martino – Las causas de su detención

Qué
Corría mayo de 2009 y el Gobierno de la Ciudad llamó a festejar el aniversario número 61 del Estado de Israel, a las puertas de la embajada. Fueron casi un centenar las personas que asistieron a manifestar su rechazo a las políticas genocidas de ese Estado, en especial por los bombardeos que tuvieron lugar en Gaza meses antes, hasta enero de 2009. Personal de civil de seguridad de la embajada – supuestamente integrantes del servicio de inteligencia israelí- reprimió los escraches y detuvo a 5 militantes (del MTR, la Asamblea del Pueblo, entre otros). La jornada terminó con varios allanamientos a los locales del MTR y el pedido de captura de Martino, quien no había participado de la manifestación, acusado de ser «el organizador del escrache, incitar al odio contra un grupo de personas a causa de su religión, nacionalidad o ideas políticas; tenencia de ilegítima de arma de guerra, tenencia de material inflamable y tenencia de DNI auténtico ajeno».
Por qué
Estuvo prófugo durante casi 6 meses. El 4 de mayo del pasado año la policía logró detenerlo en la casa de una compañera del MTR, en La Matanza, y desde entonces permanece en el penal de Marcos Paz. Cabe recordar que la captura de Martino coincidió con el comienzo del juicio oral contra militantes de Quebracho y la condena de 5 militantes por una acción contra la Embajada de Grecia. Si las condenas a esas protestas sociales arrojaban un panorama negro entonces, Martino se anima a vaticinar que será peor. En este sentido, repite sobre el gobierno lo que alguna vez escribió en una carta difundida el diciembre pasado: «Tiene un discurso aparentemente más progresista, aparentemente más de izquierda de lo que había sido la JP o Montoneros en su momento, pero por otro lado tenemos el cierre del acuerdo con el Club de París, la vuelta al fondo monetario, la muerte de Mariano Ferreira, los crímenes de Formosa, los últimos sucesos de Soldati… En realidad estamos en presencia de un giro para la derecha». Además, Martino entiende su detención como natural consecuencia de la supuesta amistad que mantiene la querella que lo acusa, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentina (DAIA) y el gobierno: «Está visto que la presión de la DAIA y de la OSA fundamentalmente es muy grande. Seguramente tiene mucho que ver con los últimos acuerdos del gobierno de Cristina con estos sectores. esto está influyendo en las decisiones políticas que se han tomado para que yo siga detenido».
Pero las críticas no acaban en ese «afuera». También reparte culpas a las intenciones y modos de esa izquierda de la que forma parte, que llama «más radical o con más intenciones de formación». Dice al respecto: «No logramos encontrar todavía un rumbo, por varias razones. Una es política, seguramente, que explica las peleas entre nosotros; y otra porque me da la impresión de que no logramos tener la cabeza lo suficientemente abierta como para poder formular política».

[audio:https://media.lavaca.org/audios/2011/robertomartino2.mp3]
Roberto Martino – El rol de la izquierda

Cómo
¿Dónde está entonces la esperanza de Martino? A la par de sus percepciones del «giro conservador», rescata el alto grado de movilización popular hoy día y asegura que «esa gente no está dispuesta a perder mansamente lo que hemos ganado en estos años de lucha. Un poco la consigna que a mí me parecía que podía expresar esto era la de profundizar las conquistas para no perder eso logrado. Y me parece así porque desde la izquierda, digamos, marxista, deberíamos abrir un sector de alianzar y acuerdos con el kirchnerismo». Sus percepciones del «giro conservador», a la vez que negativas, sostienen que muchos sectores ahora afines del gobierno se irán independizando y abriendo esos canales de diálogo. «Hay una equivocación en pensar en expulsar a todo sector que no piense como nosotros. Tenemos que juntar el núcleo duro y que la masa lo pueda tomar. Desde ahí tenemos que pararnos para formar un movimiento de masas».
Entonces Martino sigue en Marcos Paz, codificando el panorama político como dirigente que es, entendiendo que esta discusión no se ganará por las buenas y confiando en su único aliado de siempre: «Idudablemente la única forma que salga en libertad va a ser la lucha popular, que los sectores populares ganen la calle y esta gente se vea obligada a otorgarme la libertad».

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Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

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Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.

Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Darío Santillán.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Maximiliano Kosteki

Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.

El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.

Siguen faltando los responsables políticos.

Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.   

Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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