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Síndrome sojero: China empezó a cuestionar los transgénicos

“Garantizar la seguridad absoluta del suministro de alimentos es una política firme de Estado. Sobre la cuestión masiva de la salud humana y la vida, no tenemos espacio para el ensayo y error” plantea el artículo.

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“Garantizar la seguridad absoluta del suministro de alimentos es una política firme de Estado. Sobre la cuestión masiva de la salud humana y la vida, no tenemos espacio para el ensayo y error” plantea el artículo Debemos enfrentar los daños causados ​​por la soja transgénica importada a 1.300 millones de chinos, escrito por el teniente general chino Mi Zhen-Yu, ex vicepresidente de la Academia de Ciencias y representante ante el Congreso Nacional del Pueblo. Los alcances del artículo son difíciles de predecir, incluso para las economías volcadas a un modelo de monocultivo de soja transgénica destinada a ese mercado que parece empezar a preguntarse por sus efectos.

Síndrome sojero: China empezó a cuestionar los transgénicos

El artículo con las declaraciones del militar chino Mi Zhen-Yu


Una secuencia de hechos es la siguiente:

  1. El artículo fue publicado el 25 de abril en Science & Technology Abstracts Newspaper, como se conoce en inglés a la publicación del Ministerio de Ciencia y Tecnología de China.
  2. A mediados de mayo se supo que el Ejército es ese país empezó a prohibir el suministro de alimentos transgénicos a sus soldados.
  3. En julio el propio Mi Zhen-Yu y otros militares, científicos y académicos chinos, participaron en un Foro internacional organizado por la Universidad de Yunnan en la ciudad de Beijing, junto a invitados de diversos países entre quienes se encontraban personalidades como Vandana Shiva (India), Irina Ermakova (bióloga, de la Academia de Ciencias de Rusia), Don Huber (Estados Unidos), Monika Krueger (Alemania), Stephanie Seneff (del MIT-Massachusett Institute of Technology) entre otros 30 invitados.

Entre los argentinos participó el médico Medardo Ávila Vázquez, de la Red Universitaria de Ambiente y Salud, quien explicó a lavaca: “Se nota un ambiente de preocupación porque están consumiendo masivamente alimentos provenientes de la soja con residuo de glifosato, y empezaron a aparecer casos de cáncer y malformaciones entre otras enfermedades”.

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El foro de Seguridad Alimentaria y Agricultura Sustentable

¿Qué se está comiendo?

Mi Zhen-Yu participó en ese foro llamado Food Safety & Sustainable Agriculture (Seguridad Alimentaria y Agricultura Sustentable) realizado el 25 y 26 de julio en Beijing, junto al General de División Peng Guang-Qian, autor de Ocho cuestionamientos a los Alimentos Básicos modificados genéticamente.
El artículo escrito por Mi Zhen-Yu, editado también por la publicación del Foro, plantea el pasaje de China de exportadora a importadora de soja, a partir de 1994, con un volumen que en 2010 llegó a 50 millones de toneladas impoertadas y en 2012 a 63,38 millones. “Las semillas de soja GM (genéticamente modificadas, o transgénicas) importadas por China son principalmente las Roundup Ready (RR) de soja tolerantes al glifosato desarrolladas por la empresa transnacional Monsanto. Roundup es un herbcida patentado introducido por Monsanto en los años 70, que tiene especial afinidad con el Agente Naranja utilizado por el ejército estadounidense durante la guerra de Vietnam. La principal composición activa del Roundup es el glifosato, mezclado con surfactantes tóxicos, como el POEA”.
Explica luego que la fumigación con glifosato “no sólo causa una disminución grave de la composición de la nutrición en la soja RR debido a la falta de aminoácidos aromáticos, sino también hace que el glifosato penetre y se acumular dentro de las raíces, los tallos y las hojas de los cultivos, que no se pueden lavar y quitar. Los residuos de glifosato son difíciles de limpiar del cuerpo humano después de ser ingeridos con los alimentos con ingredientes transgénicos”.
Toma en cuenta un parámetro argentino: “En abril de 2013, Testbiotech, una institución alemana independiente, tomó muestras de soja RR cultivadas en Argentina para llevar a cabo la medición de los análisis de sus niveles de residuos de glifosato y encontró que el nivel de residuos de glifosato de 7 muestras, dentro de las 11 recogidas, superó 20 mg / kg , las más altas alcanzando 97,36 mg / kg”. O sea: sobre un piso ya alto de 20 miligramos, se encontró casi 5 veces más.
Mi Zhen Yu luego menciona trabajos de Anthony Samsel y Stephanie Seneff que “explican la relación causal entre la contaminación por glifosato y la diabetes , infertilidad, cáncer, desarrollo embrionario anormal, autismo, TDAH , enfermedad del hígado graso, enfermedades cardiovasculares, depresión , enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson, trombosis cerebral y hemorragia cerebral”.
Como las normas nacionales de China no se aplican a restricciones a los residuos de glifosato de la soja, el autor plantea que “hasta la fecha no hemos visto los informes oficiales de la medición en el nivel de residuos de glifosato de la soja GM importada”.
El artículo enumera más adelante datos sobre el deterioro del nivel de salud de la población china (malformaciones de recién nacidos, cáncer infantil en aumento, entre muchas otras menciones). “La salud nacional se ha deteriorado considerablemente en los últimos años . Aunque el clima, la contaminación del agua y otros factores también existen, el daño de la soja genéticamente modificada no se puede descartar. Garantizar la seguridad absoluta del suministro de alimentos es una política firme del Estado. Sobre la cuestión masiva de la salud humana y la vida, no tenemos espacio para el ensayo y error”.
Concluye: “Ahora es el momento de desmantelar la barrera de la información sobre los alimentos transgénicos Departamentos interesados ​​deben seriamente llevar a cabo investigaciones epidemiológicas, enfrentarse a la realidad, al control de los riesgos, llevar a cabo el principio de prioridad de la prevención, y adoptar medidas eficaces para garantizar la vida y la seguridad de la salud de las personas”.
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“Buscan información”

El foro chino sobre Seguridad Alimentaria y Agricultura Sustentable contó con la presencia de más de 300 miembros de diversas áreas gubernamentales e instituciones académicas de China. “Buscaban tener información directa de los actores sociales y científicos del tema para que les contáramos qué era lo que nosotros pudimos detectar y cuál es la evidencia que tenemos”, explica Medardo Ávila Vázquez a lavaca. La invitación les llegó a través de la Cancillería Argentina. El médico asegura que las autoridades chinas habían hecho traducir trabajos de la página web de la bían subido a la página web de la Red Universitaria de Ambiente y Salud.
“Es que en el área médica, los que más experiencia tenemos en impacto de agrotóxicos en humanos, somos nosotros en Argentina”, subraya. “Tenemos datos y un seguimiento de muchos años a través de la Red de Pueblos Fumigados con médicos que están en todas las provincias. Tenemos información clínica, que se suma a las investigaciones en laboratorios”.

Internas chinas

Ávila Vázquez precisa que la preocupación de los chinos se debe a que la soja forma parte de la dieta habitual de la población. Los porotos importados son industrializados y, con ellos, realizan concentrado de proteínas y aceite de soja, que es usado en la mayoría de las casas chinas debido a su bajo costo. “Y tienen residuos de glifosato”, dice. “Entonces están teniendo una epidemia de cáncer, y empiezan a aparecer las malformaciones. Ellos usan mucho los porotos para consumo humano. En Europa, la soja que vendemos se usa principalmente para forraje, pero en China termina yendo a la mesa de las familias”.
El teniente coronel Mi Zhen-yu menciona esto en su artículo. “El residuo de glifosato contenido en aceite de soja y en el polvo de proteína de soja procesada es incluido en las tres comidas diarias de la dieta china, penetrando continuamente en los cuerpos de la mayoría de los chinos, incluidos los niños de jardín de infantes, de primaria y de secundaria, universitarios y profesores, miembros del personal y los soldados del ejército chino, miembros del personal del Gobierno y otros consumidores”, escribe.
Ávila Vázquez expresa que hay un gran debate que se está dando en la sociedad china. “Hay encuestas de opinión donde el 75 por ciento está en contra de los transgénicos”, observa. “Tienen un problema muy grande porque ellos viven básicamente de arroz, y el arroz transgénico está prohibido. Pero, en junio, detectaron que había este tipo de arroz en dos provincias. Eso generó mucho debate, porque se está poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de lo que ellos mismos producen”.
Los cuestionamientos sociales, como pudo apreciarse en el Foro organizado por la Universidad de Yunnan, treparon hasta los despachos gubernamentales. “Hay algunas grietas dentro del Gobierno”, señala Ávila Vázquez. “El Ejército ya emitió una resolución ordenando a todas sus unidades proveerse de alimentos no transgénicos, pero a la vez el área de comercio exterior del Estado chino está muy vinculada a las empresas que comercializan los granos, y muy influenciada por Monsanto. Entonces aparecieron estos generales alertando sobre las consecuencias de estos productos para la salud humana”.

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El teniente general chino Mi Zhen-Yu, ex vicepresidente de la Academia de Ciencias

Contramarcha militar

El médico Ávila Vázquez señala otro antecedente asiático, ocurrido en Taiwan, que en 2013 comenzó a revisar los niveles de glifosato en la soja transgénica importada de Argentina, Brasil y otros países del mundo. Según consignó la agencia EFE, la decisión fue tomada por el subdirector de la Administración de Alimentos y Medicamenos, Tsai Shu-jen, tras la denuncia de un legislador que remarcó que los niveles de glifosato eran superiores a lo permitido en la normativa taiwanesa.
“Y la República Popular va por el mismo camino”, dice el médico argentino. “Los chinos no estaban midiendo los residuos. Uno de los reclamos que surge de este Foro es que van a empezar a medir la cantidad de pesticidas y, lo más probable, es que, cuando lo hagan, empiecen a cuestionar y quizás a devolver los embarques de soja que están excedidos en tóxicos. Y esto, obviamente, va a tener consecuencias porque nosotros estamos dentro de un sistema que, cada año, aplica más glifosato. Cuando empezaron con este sistema en 1996, acá se aplicaban tres litros de glifosato por hectárea. El año pasado aplicaron 12 litros”.
En mayo de este año, la página web de la oficina de granos de la ciudad de Xiangyang, en la provincia china de Hubei, anunció: “En años recientes, al desarrollarse continuamente el mercado de granos y aceite de China, ciertos granos y aceites productos de transgénesis han entrado al mercado chino. En vista de que no se han podido aclarar de manera satisfactoria las dudas sobre el efecto de los transgénicos para la salud, y de acuerdo con la petición del Departamento de Logística del Comando Militar de Guangzhou y el Centro de Suministros militares en granos y aceite, a partir de esta fecha sólo se permite a las estaciones militares de suministros comprar aceites y alimentos no-transgénicos a las empresas procesadoras designadas. Esto con el fin de asegurar la salud de los cuerpos militares de nuestra ciudad, por medio de garantizar la seguridad absoluta de sus alimentos y bebidas. Queda terminantemente prohibido suplir productos o aceite transgénicos a las unidades militares en sus áreas de administración”.

Mercado tóxico

Medardo Ávila Vázquez cuenta que, en su disertación durante el Foro de Beijing, explicó la lucha y el acampe que la localidad de Malvinas Argentinas, en Córdoba, mantiene contra la instalación de la planta que Monsanto, y la lucha de las Madres del Barrio Ituzaingó-Anexo, que se organizaron para reclamar por el impacto de los agroquímicos en la salud de las vecinas y los vecinos, que lograron llevar a juicio y a condena por homicidio a un productor y a un fumigador. Vandana Shiva se quedó con una de las camisetas del acampe.
“Hay formas de producir de otra manera. De hecho, en Europa están disminuyendo las tasas de uso de agrotóxicos porque los estados desalientan su uso”, apunta Ávila. “Pero, de repente, en Estados Unidos, Brasil y Argentina se promueve el uso y se oculta la peligrosidad de estos productos. Yo pienso que si los chinos empiezan a cuestionar este modelo, se van a poner de manifiesto los problemas que genera este mercado de agricultura tóxica. En muchas regiones se repiten estas luchas, que a su vez están convergiendo, y eso da la noción de que puede haber modificaciones. Desgraciadamente, lo más probable es que esas modificaciones en Argentina lleguen más rápido por problemas comerciales que por temas sanitarios o ecológicos, que son los que verdaderamente nos están impactando”.
Además del médico cordobés participaron en el Foro, por Argentina, Ana Broccoli, de la cátedra de Agricultura Familiar de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, y Miguel Ángel Fernández y Liliana Maldonado, de la Federación de Organizaciones de la Agricultura Familiar, junto a la doctora Judy Carman (de Australia, especialista en bioquímica nutricional y regulación metabólica, demostró en ratas la toxicidad de los trangénicos), la alemana Monika Krueger (denunció la presencia de glifosato en ciudadanos europeos, por la ingesta de alimentos con residuos del pesticida), o la norteamericana Stephanie Seneff (investigadora senior del MIT, que estudia el vínculo del Alzheimer y el autismo con la exposición a pesticidas).

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Aviso de una ONG francesa presentado en el Foro

Desde otra perspectiva

La misma preocupación sobre las mutaciones de los chinos frente a los transgénicos parece reflejarse en el artículo de David Talbot “La investigación de transgénicos en China va más rápido que las aprobaciones” publicado en el MIT Tecnology Review, en el que se menciona el debate surgido por el permiso a experimentar con plantaciones de arroz transgénico: “Haber dado luz verde a estas nuevas variedades de arroz parece haber tocado un punto sensible de la opinión pública. Se han extendido los rumores en los foros de internet sobre los supuestos peligros medioambientales y para la salud de los alimentos transgénicos cultivados en el país, además de las inmensas importaciones de cereales transgénicos (hasta el punto de que los responsables militares de una provincia china prohibieron el uso de aceite de cocina con origen transgénico en la dieta de las tropas). ‘Necesitamos los transgénicos, pero por ahora nos enfrentamos a una importante oposición de la opinión pública en China.  Esto es un problema’, afirma el antiguo director del Instituto de Biotecnología dentro de la Academia China de Ciencias Agrícolas, Dafang Huang”.
Todo el artículo es una expresión de optimismo sobre el futuro de los transgénicos en China, lo cual muestra que la disputa está apenas comenzando y todavía es difícil determinar su alcance frente a una dinámica cotidiana y masiva centrada en productos transgénicos que empiezan a generar desconfianza. De allí la alarma de este tipo de medios por lo que perciben en la sociedad frente a los transgénicos: “Una reacción violenta, nacionalista y popular”.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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