Nota
Confluencia Arabia Saudí-Israel: la mano que mece el puñal
La ofensiva militar israelí contra la Franja de Gaza no sucedería sin el apoyo de algunos gobiernos aliados. Washington sostiene con firmeza cualquier iniciativa israelí, así como algunos países europeos. Por Raúl Zibechi.
La ofensiva militar israelí contra la Franja de Gaza no sucedería sin el apoyo de algunos gobiernos aliados. Washington sostiene con firmeza cualquier iniciativa israelí, así como algunos países europeos. En esta ocasión, sin embargo, el Tsahal contó con el fervoroso concurso de la Casa Saud, empeñada en derribar los gobiernos sirio e iraní. Por Raúl Zibechi.
“Yo te puedo dar una garantía para proteger los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi. Los grupos chechenos que amenazan la seguridad de los juegos son controlados por nosotros”, le espetó el príncipe al presidente. Siguió alardeando sobre la posibilidad de “armar una estrategia ruso-saudí sobre el precio del petróleo”, para mantener la estabilidad de los mercados mundiales. Vladimir Putin apenas pudo contener la ira hasta el final de la reunión, celebrada en Moscú en agosto de 2013, escribe el periodista estadounidense Robert Parry (consortiumnews.com, 31 de diciembre de 2013).
El estilo patotero, pero frontal y sincero del príncipe saudí Bandar bin Sultan, jefe de la inteligencia y secretario general del Consejo de Seguridad Nacional de Arabia Saudí, fracasó en su intento de que Putin soltara la mano del presidente sirio Bashar al-Assad. En aquel momento, la guerra civil siria comenzaba a dar un giro a favor del régimen gracias al potente apoyo ruso, y toda la estrategia saudí amenazaba con venirse abajo.
Peor aún. Se estaban dando los primeros pasos para el acercamiento entre Estados Unidos e Irán, consolidado en noviembre de 2013, llamado a trastocar el tablero geopolítico de Medio Oriente, dejando toda la estrategia saudí flotando en el aire. Para Riad, el enemigo número son Irán y las masas árabes movilizadas, y cualquier cambio en la posición de Washington significa un tembladeral. Fueron momentos difíciles para la Casa Saud, que la llevó a tomar distancias (relativas) de su más firme aliado, pero sobre todo a buscar nuevas alianzas, hasta encontrar en Israel a su socio más firme para lidiar con una región que, desde el comienzo de la Primavera Árabe, amenaza con dejar a las monarquías en fuera de juego.
REPOSICIONAMIENTO SAUDÍ
La tercera semana de febrero de 2014, una nutrida delegación saudí del área de Defensa viajó a Pakistán. Según el periodista brasileño Roberto Lopes, graduado en el Colegio de Estudios para la Defensa Hemisférica de la Universidad de Defensa Nacional de Washington (Fuerte Leslie McNair), asegura que los saudíes se decepcionaron con los anuncios del gobierno de Barack Obama de retirar tropas de Irak y Afganistán, y sobre todo “con la negativa de Washington a atacar las instalaciones nucleares de Irán y derribar al gobierno de al-Assad mediante bombardeos, como sucedió en Libia” (Defesanet, 2 de febrero de 2014).
Riad negocia la compra a Pakistán de misiles chinos Dong Feng capaces de alcanzar Teherán y Bagdad, de submarinos convencionales que compra a Alemania y quizá de cazas multifunción chinos, para depender menos de los estadounidenses F-15. Las fuerzas armadas saudíes cuentan con 250 mil soldados y 300 aeronaves, siendo uno de los diez mayores compradores de armas del mundo.
Tres meses después Riad realizó un gigantesco operativo de defensa, que involucró a 130 mil militares en todo el país, que culminó el 29 de abril con un enorme desfile militar al que fueron invitadas autoridades de los países del Golfo y Pakistán. Los ejercicios coincidieron con el noveno aniversario de la llegada al trono de Abdullah y en ellos se mostraron, por primera vez, misiles de largo alcance Dong Feng-3, probablemente con ojivas nucleares múltiples, comprados a China en 1987, que tienen un alcance de hasta cinco mil kilómetros.
El director de Defesanet, Nelson Düring, destacó que el desfile sucedió pocos días después de la visita del presidente Barack Obama a Riad, lo que fue interpretado como “un claro mensaje a Washington, al régimen de los ayatolás iraníes y a los rusos, de que Arabia Saudita entró en un proceso de independiente en la defensa de sus intereses contra la continua expansión de armamentos nucleares de Irán”. Finaliza su análisis con lo que ya era un hecho consumado, “una creciente aproximación estratégica con Tel Aviv, que sería impensable hace unos años” (Defesanet, 4 de mayo de 2014).
Aunque no hay datos precisos, se sabe que Arabia Saudí contribuyó en su momento a financiar el programa nuclear de Pakistán con 1.500 millones de dólares, país que ahora podría estar suministrando ojivas nucleares a Riad.
GOLPEAR A HAMAS
Apenas 48 horas antes del desfile militar saudí, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu declaró que la amenaza de las armas iraníes es similar a la que representó el nazismo para los judíos. No dijo una palabra de las armas de Riad. En los hechos, israelíes y saudíes comparten las mismas posiciones en el mundo, lo que Parry denomina como “comunidad de intereses”, que se hizo cada vez más evidente con la Primavera Árabe.
Ambos ven a Irán como su principal adversario, los dos apoyaron el golpe de Estado en Egipto contra los Hermanos Musulmanes, rechazan las reformas democráticas en el mundo árabe y abogan por la caída de Al Assad. La Casa de Saud jugó un papel destacado en la caída del régimen de Muammar al Gaddafi y, de hecho, en buena parte de las acciones ilegales encaradas por Washington. Bandar bin Sultan, el “príncipe favorito de la CIA” según el diario israelí Haaretz, fue una pieza clave en el apoyo a la contra nicaragüense y en la financiación de los muyahidines afganos contra los soviéticos (Haaretz, 25 de julio de 2012).
El ataque a la Franja de Gaza es, de hecho, la primera operación de envergadura conjunta entre saudíes e israelíes. “El ataque a Gaza ocurre por designación de Arabia Saudí”, escribe David Hearst, editor jefe de Middle Easte Eye. Diversas autoridades de Tel Aviv hablan de ello en público, asegurando que “los fondos saudíes y de los Emiratos se utilizarían para reconstruir Gaza una vez que se hubiera neutralizado a Hamas” (Middle East Eye, 20 de julio de 2014).
En su opinión, la alianza entre Israel y Arabia Saudí se debe a que comparten los mismos temores. Tienen los mismos enemigos e idénticos aliados. Comparten, además, métodos muy similares, como lo muestra la carrera de Bandar. “Los saudíes están financiando la muy cara campaña de Israel contra Irán”, señala Middle East Eye, para rematar que “por primera vez en la historia de ambos países hay una cooperación abierta entre dos potencias militares”.
Pese a la nueva alianza, los cálculos de Netanyahu están fallando. Consideró que era el momento de golpear a Hamas porque la consideraba debilitada por la reducción de los flujos financieros iraníes y por el giro derechista en Egipto, porque creyó que los habitantes de Gaza se volverían contra Hamas y que el apoyo de Egipto y Arabia Saudita no tendría fisuras.
Ninguna de las tres suposiciones funcionó. Hearst escribe: “Los habitantes de Gaza, cuando comenzaron los bombardeos, se dijeron a sí mismos que tenían básicamente dos opciones: morir ahora, o una muerte lenta después. Eligieron la primera. La resistencia tuvo una segunda oportunidad, sin importar qué organización la encabeza. Hamas se ha visto impulsada porque es el movimiento mayor y más activo, pero incluso en un lugar tan controlado como Cisjordania, donde las lealtades hacia Fatah son profundas, la resistencia ha vuelto a ser la corriente principal” (Middle East Eye, 5 de agosto de 2014).
Los regímenes de Egipto y Arabia Saudí sufren un fuerte desprestigio luego que Tel Aviv ventilara el apoyo a los bombardeos contra Gaza. Más que rechazo, ambos regímenes siente “humillación” según Hearst. Pero da un paso más, al asegurar que los palestinos fuera de Gaza están reaccionando en una corriente de simpatía con la población de la franja que, como se sabe, tiene un comportamiento político bien distinto a la de Cisjordania y a los palestinos que viven en Israel. “La guerra en Gaza podría estar sentando las bases para otra intifada”, es su conclusión.
PUTIN EN LA MIRA
Pese al griterío inicial, las investigaciones sobre el derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines va tomando un rumbo contrario al que esperaba Washington. Un periodista bien relacionado con los servicios de inteligencia estadounidenses como Parry, quien reveló el escándalo Irán-Contras en 1985, para financiar a los contrarevolucionarios nicaragüenses a derribar al gobierno sandinista, reveló que quienes dispararon al avión de pasajeros el 17 de julio fueron militares ucranianos, que en realidad tenían en la mira al avión presidencial de Putin, que volaba cerca de esa zona.
“Fue un intento fallido por parte de extremistas del gobierno de Ucrania para asesinar al presidente ruso”, escribe Parry citando “analistas de inteligencia” (http://consortiumnews.com/, 8 de agosto de 2014). Los servicios llegaron a esa conclusión al no encontrar evidencia de que Rusia o las milicias pro-rusas de Ucrania estuvieran envueltas en el episodio. Por el contrario, el ejército de Kiev dispone de baterías Buk en el recorrido del vuelo. Pero la evidencia mayor es que en los restos del avión de Malaysia se pueden ver con total nitidez huellas de disparos, lo que indica que el avión fue derribado por un ataque aire-aire, probablemente por parte de los dos SU-25 que fueron detectados a pocos kilómetros de la aeronave.
La inteligencia rusa y la estadounidense estarían apuntando a sectores neonazis a los que el nuevo gobierno cedió varios ministerios o al oligarca Ihor Kolomoisky, nombrado gobernador de la región de Dniepropetrovsk, conocido por su odio a Putin. Incluso la ex primera ministra Yulia Tmoshenko hizo un llamado a “ir a matar a esos malditos rusos junto a su líder” (http://consortiumnews.com/, 8 de agosto de 2014). La pregunta sobre si el saudí Bandar, quien decidió renunciar a su cargo como jefe de la inteligencia pero continúa al frente del Consejo de Seguridad Nacional, estaría relacionado con el derribo del vuelo de Malaysia, inquieta a muchos analistas.
Según Parry, la acción descontrolada de elementos ucranianos abre la “posibilidad de una crisis en cascada fuera del control de los políticos racionales”, que se gestó a partir de la caída del gobierno legal el 22 de febrero. De alguna manera, dice, los políticos occidentales deberían reflexionar sobre las consecuencias que hubiera tenido un atentado contra la vida del presidente de Rusia.
Sin embargo, los estrategas del Pentágono parecen estar viendo el mundo de otro modo. El 31 de julio se conoció un documento elaborado por el Comité de Defensa Nacional titulado “Asegurar una fuerte Defensa de los Estados Unidos para el futuro”, en el que se sostiene la necesidad de hacer frente a cinco o seis guerras simultáneamente, incluyendo a naciones que poseen armas nucleares.
La comisión que lo redactó está presidida por William Perry, secretario de Defensa durante el gobierno de Bill Clinton y John Abizaid, ex jefe del Comando Central , además de miembros de ambos partidos y varios generales retirados además de influyentes civiles. El texto de 84 páginas advierte que los principales peligros que enfrenta el país son “el creciente poder de China y Rusia, seguido de Corea del Norte, Irán, Irak, Siria” (http://www.wsws.org/, 6 de agosto de 2014).
El documento supone un cambio radical en la doctrina de guerra, que desde la caída de la Unión Soviética en 1991 se había propuesto luchar dos conflictos importantes en forma simultánea. El texto destaca que las amenazas que enfrenta el país son mayores, lo que lleva a sus autores a considerar que “la capacidad de combate a escala mundial es la condición sine qua non de una superpotencia y esencial para la estrategia de seguridad nacional”. Entre los lugares donde visualizan posibles combates en el futuro, destaca la península de Corea, los mares del Este y Sur de China, Asia del Sur, Oriente Medio y “probablemente Europa”.
El informe elaborado por las diversas alas de los dos partidos, destaca la prioridad del gasto militar por encima de los gastos sociales, como forma de sostener la potencia militar del país. Una apuesta compleja en un país donde hay más personas dependiendo de las ayudas estatales que las que tienen empleo formal sin restricciones y cuyo sistema de pensiones muestra señales de colapso (Geab N° 86, junio 2014).
EL RETORNO DE LOS HIJOS PRÓDIGOS
El rompecabezas del Medio Oriente se va recomponiendo con rapidez sorprendente. A comienzos de agosto Rusia e Irán alcanzaron un importante acuerdo para reducir las sanciones occidentales a Teherán. Empresas rusas participarán en el sector eléctrico iraní, venderán maquinaria, equipos y bienes de consumo a cambio de petróleo cuya venta actualmente está embargada por Occidente (Russia Today, 5 de agosto de 2014).
Rusia prohibió la importación de productos occidentales en represalia por las sanciones que sufre de Estados Unidos y la Unión Europea y, a la vez, Washington comenzó el ataque aéreo de regiones controladas por el Estado Islámico, iniciando un proceso que Barack Obama vaticinó como de largo aliento.
Arabia Saudí vuelve a jugar un papel central en este complejo escenario. Al igual que a Estados Unidos, los inventos para solucionar un problema se le vuelven en contra al cabo del tiempo: el nuevo vástago de Al Qaida, el Estado Islámico, amenaza a la Casa de Saud. Riad movilizó 30 mil soldados a la frontera con Irak luego que los yihadistas anunciaran que su próximo objetivo es Arabia Saudí.
“Después de la campaña del Estado Islámico en Irak se hizo evidente que ni la ciencia militar extranjera, ni los modernos medios de combate, son capaces de frenar los procesos iniciados hace muchos años, incluso por fuerzas influyentes del reino de Arabia Saudí”, reflexiona un periodista ruso (Ria Novosti, 9 de agosto de 2014). Se refiere a la opción saudí de reducir las tensiones internas (insoportables en un país gobernado por una tiranía feudal), exportando a sus portadores. En esa “exportación”, encontraron un apoyo inestimable en la CIA, que contribuyó a mantenerlos ocupados, primero en Afganistán, luego en el resto del mundo.
En mayo pasado Riad reveló una conspiración terrorista ligada al Estado Islámico. Una organización creada para abatir enemigos, amenaza volverse contra el inventor, algo que no es novedoso en ninguna esfera de la sociedad. Para eso es necesario hacer un ejercicio de memoria: en 1979 en el marco del clima creada por la revolución iraní que derribó al sha, 500 extremistas religiosos tomaron la Gran Mezquita en La Meca, exigiendo el fin de la monarquía saudí y la expulsión de los “infieles” del país, entre los que figuraban las grandes empresas occidentales.
En los combates para desalojarla la mezquita fue destruida y 63 terroristas fueron decapitados en público. Uno de los sospechosos, “un tal Mahrous bin Laden”, fue liberado. El príncipe Turki bin Faisal Al Saud, director de la inteligencia hasta diez días antes de los atentados del 11 de setiembre de 2001, le indicó a Bin Laden que se dirigiera a Afganistán para apoyar a los muyahidines. El resto de la historia es más conocido. En 2002, el nombre del príncipe Turki apareció en la multimillonaria demanda de las familias de las víctimas del 11 de septiembre, alegando que pudo haber financiado a los terroristas involucrados en el ataque. El príncipe Turki fue nombrado embajador en Estados Unidos, en el lugar de Bandar bin Sultan, quien había ocupado el cargo durante nada menos que 22 años, incluso durante los atentados a las Torres Gemelas, siendo antes, durante y después, un protegido de la familia Bush y de la CIA.
El último capítulo, por ahora, son los bombardeos al Estado Islámico en el norte de Irak. Con razón, Robert Fisk denuncia la “suprema hipocresía” de la Casa Blanca que no se inmutó mientras los yihadistas asesinaban sirios y chiítas iraquíes, pero ahora se dispone a “salvar” a los refugiados cristianos (La Jornada, 9 de agosto de 2014). Sin embargo, a la vista de la necesidad de Obama de seguir apegado a la Casa de Saud: ¿sería descabellado pensar que los ataques aéreos al Estado Islámico son el modo de salvar, una vez más, a la monarquía feudal de la cual depende desde hace siete décadas, para mantener a raya a los pueblos árabes?
Nota
Blas Correa, y la condena a 11 policías responsables de su muerte: “Esto recién comienza”

11 agentes policiales fueron condenados por la muerte de Blas Correas en agosto de 2020 en Córdoba, después de 7 meses, 36 audiencias y el testimonio de más de medio centenar de testigos. La sentencia es histórica no solo porque demostró cómo funciona la máquina de violencia institucional, sino porque incorpora la capacitación a todos los agentes de la policía en el trato a víctimas, en el uso de armas de fuego, y obliga que se profundicen los exámenes psicotécnicos periódicos. Estos argumentos fueron planteados por la familia de Blas, que dice: “Marchando el 24 de marzo por mi hijo entendí en el lugar que estoy: vi mujeres marchando durante 40 años y así voy a morir yo, como las abuelas. Ese es el camino”.
Por Bernardina Rosini desde Córdoba. Fotos: Amnistía Internacional Argentina | Nicolás Bertea

“Prometo hacer todo lo posible para que las cosas cambien”.
Soledad Laciar en una carta dirigida a su hijo.

Soledad Laciar es la mamá de Valentino Blas Correas, el joven de 17 años que la noche del 5 de agosto de 2020 salió a comer una pizza junto a cuatro amigos -Mateo, Cristóbal, Camila y Juan Cruz- y quien horas se convertiría en una nueva víctima de la policía de Córdoba.
Vale recordar: los cinco jóvenes regresaban a casa a bordo de un Fiat Argo cuando divisan un control vehicular; Juan Cruz (19 años, quien conduce) al ver que uno de los policías tiene un arma en la mano, se asusta, se saltea el control. Entonces se escuchan disparos. Seis. Uno de impacta en la espalda de Blas, quien siente la herida y le pide a Camila que le de la mano. Van rápidamente a un clínica, la primera que ven, lo bajan a Blas pero en la puerta se niegan a recibirlo, lo suben nuevamente al auto, intentan llegar al Hospital de Urgencias pero nuevamente son detenidos por un control policial; no los dejan avanzar y los obligan bajarse del auto; los amigos de Blas desesperados ruegan que atiendan al amigo herido pero los agentes policiales niegan cualquier asistencia, les piden documentos y hablan por radio.
Así muere Blas, en el asiento trasero del auto, solo.
Pero el horror no termina ahí: en minutos las dos duplas policiales que participaron del tiroteo se reúnen y resuelven plantar un viejo revólver calibre 22 y así intentar justificar sus disparos. El elenco policial interviniente lo conforman 13 agentes. 11 acaban de ser condenados (debajo de la nota, el detalle de las condenas).

Hacer historia
La sala del primer piso de Tribunales II en la ciudad de Córdoba está repleta, desborda hacia los pasillos. Amigos de Blas y de los sobrevivientes, hinchas de Belgrano (club del cual Blas era fanático), Abuelas de Plaza Mayo, el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, madres que llevan remeras de sus hijos también víctimas fatales de la policía, mucha prensa, y ningún funcionario.
Es una jornada histórica, no sólo por la cantidad de agentes policiales condenados, sino porque la sentencia reconoce a Blas Correas, a su familia y a los sobrevivientes, como víctimas de actos de violencia institucional. Soledad Laciar, la madre, luego señalaría que éste reconocimiento fue el momento más conmovedor de la lectura, puesto que señala a la maquinaria en su totalidad.
Y es que la Cámara 8ª del Crimen de la ciudad de Córdoba dió lugar al señalamiento de la familia de Blas, por un lado, con respecto a la ampliación del alcance de responsabilidades y ordenó investigar al ahora ex Ministro de Seguridad de Córdoba y actualmente legislador por el oficialismo, Alfonso Mosquera, y a la actual jefa de la Policía, Liliana Zárate.
Al primero, por presuntos actos de corrupción y malversación de caudales públicos al entregar un vehículo judicializado a uno de los comisarios. Mosquera declaró en el juicio que se trató de “una gauchada personal”.
En cuanto a Zárate -que se desempeñaba como titular de Recursos Humanos de la fuerza para aquel entonces- se la responsabiliza de que los policías Lucas Gómez y Javier Alarcón (autores de los disparos) se encontraran en ejercicio a pesar de que sus legajos estaban nutridos con varias imputaciones anteriores al hecho y, en el caso particular de Alarcón, de no haber aprobado una práctica de tiro. A Zárate se la investigará por omisión de los deberes de funcionario público y por las falencias en la formación y el control de los agentes policiales.



El Tribunal también indicó que se inicie investigación judicial y se identifique a los uniformados policiales que durante esa madrugada detuvieron el Fiat Argo y no permitieron que los amigos de Blas lo llevaran al hospital a pesar de la evidente necesidad de atención médica.
Conforme con la sentencia, la mamá de Blas expresó: “Siento que me acerqué enormemente a la justicia, confieso que tenía muchas dudas. Pero para mí es importantísimo que hayan incorporado la capacitación a todos los agentes de la policía en el trato a víctimas, en el uso de armas de fuego, que se profundicen los exámenes psicotécnicos periódicos. Un mes más o menos en las condenas no me significa nada, pero que se realicen cambios para asegurar que ésto no siga pasando, es lo que me importa”.
Además de las capacitaciones a la totalidad de los agentes de la fuerza, se indicó al Ministerio de Seguridad que se retenga el armamento a todo policía que repruebe las evaluaciones de tiro.
“Esto recién comienza” añadió Soledad, porque ahora asegura que irá tras los demás responsables, estará pendiente de la implementación efectiva de lo expresado en la sentencia, y acompañará a las demás familias que buscan justicia por sus hijos. “Ahora será buscar justicia para Joaquín Paredes, tenía 15 años. Les pido que nos acompañen, que no les quede lejos Cruz del Eje”.
Unas horas antes de conocerse la sentencia Soledad ya lo había adelantado “Marchando el 24 de marzo por mi hijo entendí en el lugar que estoy: vi mujeres marchando durante 40 años y así voy a morir yo, como las abuelas. Ese es el camino”.


Las condenas:
- Lucas Gómez (37) y Javier Alarcón (33) ,autores del homicidio calificado por ser integrantes de la Policía y agravado por el uso de arma de fuego y por la tentativa de homicidio contra los cuatro otros chicos: condena a reclusión perpetua, inhabilitación absoluta y especial para desempeñar empleo y cargo público.
- Wanda Esquivel (34), la oficial que plantó el arma que luego se quebró y confesó el delito fue condenada a 3 años de prisión domiciliaria.
- La oficial Yamila Martínez (25) fue condenada a cuatro años y tres meses de prisión e inhabilitación especial por tres años.
- Leando Alexis Quevedo, condenado a cuatro años de prisión.
- El cabo Ezequiel Vélez (25), a dos años y seis meses de prisión, por lo que no irá a prisión al ser la pena menor a tres años.
- El subcomisario Sergio González (44); subcomisario Enzo Quiroga (36); comisario inspector Walter Soria (45); el comisario inspector Jorge Galleguillo (46) el comisario Juan Antonio Gatica (46) condenados por falso testimonio, encubrimiento por favorecimiento personal a cuatro años y diez meses de prisión.
Nota
Daniel Solano: la Corte confirmó la detención de los 7 policías condenados por homicidio

Los siete policías condenados a prisión perpetua por el asesinato de Daniel Solano, el joven salteño de 27 años desaparecido en Choele Choel el 5 de noviembre de 2011, fueron detenidos tras el rechazo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación a un recurso de queja de los efectivos, y así deberán empezar a cumplir la pena en prisión por primera vez desde la sentencia. El juicio concluyó el 1 de agosto de 2018, pero desde entonces los oficiales Sandro Berthe, Pablo Bender, Juan Barrera, Pablo Albarrán Cárcamo, Pablo Quidel, Diego Cuello y Héctor Martínez estaban en libertad, a la espera de la resolución de la Corte. “Nunca los sacaron de la policía: tenían libertad, cobrando sueldo y portando armas”, dice Leandro Aparicio, uno de los abogados de la familia Solano, que subrayó su “satisfacción” por el fallo: “Uno está golpeado, pero esto da energías para poder avanzar. No hay muchos casos en los que se detengan a 7 policías”.
La desaparición de Daniel se produjo tras un episodio de violencia policial en la vereda de un boliche de la ciudad. Antes había reclamado por su sueldo y el de sus compañeros como trabajadores rurales de la empresa Agrocosecha, tercerizada de Expofrut Argentina. Aparicio: “Fue un homicidio más allá de la desaparición, y fue un homicidio en un contexto de trata de personas, que está denunciada en la justicia federal de Roca, como está denunciado el narcotráfico, pero la causa no se mueve como se debería. Está parada. Pero esto va a servir para darle un impulso a toda esas cuestiones pendientes”.

Entre esas cuestiones, en abril habrá audiencias por la acusación a otros cuatro policías, entre ellos Tomás Vega, a quien la familia lo señala como el “nexo” con la empresa: “Vega estuvo cuando le pegaban a Solano en el boliche. Vio todo eso. Y fue el que estuvo a cargo de la investigación los primeros día de la desaparición”.
Daniel sigue desaparecido. Gualberto, su papá, murió en medio del juicio, sin poder llegar a la sentencia por homicidio, y fue el principal motor de la causa que denunció la desaparición forzada y la connivencia judicial y estatal bajo un reclamo concreto que repitió una y otra vez a lo largo de seis años y medio: “Quiero encontrar el cuerpo y llevarlo”. No se detuvo un día: hizo huelgas de hambre, inició acampes y se encadenó al juzgado para exigir respuestas. Así reveló la trama de explotación laboral en Río Negro, la corrupción judicial que cubrió el caso y logró la detención de los oficiales que hoy están presos. Aparicio lo recuerda: “Nosotros tenemos esperanza de que el cuerpo aparezca. Algún policía capaz que se puede quebrar, o Vega mismo, sabiendo lo que se viene, puede dar información. Hemos hecho lo imposible para que aparezca el cuerpo”.
Compartimos la investigación de MU sobre este caso:
Nota
Sí, podemos: 20 años del No a la Mina de Esquel

Esquel está cumpliendo 20 años del histórico plebiscito en el que por más del 81% de los sufragios la comunidad votó «No a la Mina» y rechazó así la instalación de la megaminería en la región. A qué le dijeron que «Sí», desde la nota histórica que se hizo desde MU en uno de los tantos viajes, el primero, a la madre de muchas batallas.

El 23 de marzo se cumplieron 20 años del rechazo a la megaminería en Esquel, símbolo de lucha contra los proyectos contaminantes, inconsultos, impuestos en silencio y con violencia, y símbolo también de la democracia participativa, la organización y una lucha que se contagió a otros lugares del país.
En estos días hubo recitales, charlas, caminatas, marcha el 23 de marzo, y este domingo culminará la celebración con un ascenso al cerro Calfu Mahuida, un modo de simbolizar ese contacto permanente de la comunidad de Esquel con la naturaleza.
La historia viva cuenta que un puñado de vecinas y vecinos, que fueron cada vez más, comenzaron a reunirse, a estudiar la situación, a ir a escuelas, clubes, barios, difundiendo capilarmente, en una movilización a la vez inmensa, lo que se estaba tramando para hundir a Esquel en la megaminería. El 4 de diciembre de 2002 fue la primera marcha que reunió a más de 6.000 personas. Nunca desde entonces se dejó de marchar el 4 de cada mes.
Esa creación de movilización involucró otro hecho histórico: se había formado la Asamblea No a la Mina, grupo apartidario, horizontal, democrático, diverso, expresión de las nuevas formas de organización social que emergían en el país tras la crisis de 2001.
El mecanismo asambleario en el que participaba todo el que quisiera, llevó a presionar la situación hasta obtener la posibilidad de la que se celebraron ahora 20 años: el 23 de marzo de 2003 se realizó un plebiscito en el que la comunidad rechazó por más del 81% de los votos al proyecto que intentaban imponer la empresa Meridian Gold y el Estado. Esquel hizo nacer aquel No, pero además generó un contagio en diferentes lugares en que se manifestaban conflictos ambientales en todo el país (Gualeguaychú, Famatina, Andalgalá, como emblemas de una actitud ciudadana no ha dejado de crecer hasta hoy frente a diferentes situaciones territoriales, de salud, y hasta de derechos humanos). Se ponía en foco al modelo extractivo.
Desde aquellos años Esquel ha pasado por situaciones de todo tipo que han sido reflejadas tanto en lavaca.org como en la revista MU:
- la intención de dar vuelta la decisión de la población a través de campañas de acción psicológica y desinformación;
- el espionaje a vecinas y vecinos que integraban la Asamblea, por parte de la AFI, como forma de amedrentamiento y control social;
- las presiones políticas y hasta laborales que sufría toda persona involucrada con el proceso asambleario;
- el contagio fundamental de la acción de Esquel a toda Chubut, que se pobló de asambleas en todo el territorio, incluyendo a las comunidades de pueblos originarios, siempre rechazando los proyectos y negociados minero-estatales;
- las trampas legislativas detectadas cuando se obtuvo la foto del diputado Gustavo Muñiz (del Frente para la Victoria) chateando por celular con el gerente Gastón Berardi de Yamana Gold, la empresa que había asumido el proyecto para impedir y ningunear la Iniciativa Popular presentada por la ciudadanía para que se convirtiera en Ley;
- las represiones a los manifestantes en Rawson, cuando la lucha debió concentrarse en la capital provincial; el acoso mediático a toda esta movida en defensa de la naturaleza por parte de buena parte del sistema mediático, dependiente de pautas publicitarias estatales y privadas.
- Y, por nombrar algo de lo más relevante en los últimos tiempos, el Chubutazo, o “Chubutaguazo”, con que la provincia movilizada logró dar vuelta de un modo comovedor en 2020 un nuevo intento de legislación que bajo el disfraz de una “zonificación” provincial buscaba lo de siempre: ir por la minería. La ciudadanía logró tumbar esa intentona y reponer la ley que prohíbe los megaproyectos extractivos.
- Otro detalle de estos tiempos: ya hay una tercera generación de integrantes de las asambleas participando plenamente, un sub-17 que demuestra el alcance de todo lo que se ha realizado, también desde el punto de vista inter-generacional.
Esquel fue el nacimiento de la resistencia de Chubut, que no significa solamente un rechazo al saqueo y la contaminación, un No, sino también múltiples Sí:
- Sí: sí a la vida.
- Sí a la reivindicación por la positiva de otras formas de producción que no impliquen la destrucción.
- Sí a la necesidad de licencia social para cualquier proyecto, de cuidado de ambiente como forma de preservación de la vida y el trabajo.
- Sí a nuevas formas de relación entre lo humano y la naturaleza. A nuevas relaciones también entre las personas para plasmar la idea de que el agua vale más que el oro, y de que el futuro es posible.
Como homenaje a todo eso aquí puede verse la primera de las notas publicadas en MU sobre la asamblea de Esquel: “La madre del No”, para conocer esa experiencia histórica hecha de resistencia, inteligencia, generosidad y, también, alegría.
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