Nota
Tecnopolis 2016: la revolución en tiempos de youtubers
Lecciones para ser una IT girl, un rapero que canta contra el aborto, consejos para sumar seguidores en las redes sociales y otros misterios con hashtag. Las novedades del parque temático que colma el público del conurbano.
Lecciones para ser una IT girl, un rapero que canta contra el aborto, consejos para sumar seguidores en las redes sociales y otros misterios con hashtag. Las novedades del parque temático que colma el público del conurbano.
No hay más lugar en el estacionamiento y un sinfin de padres, madres, niños y más niñas deambula por las calles siguiendo el ritmo que marca la multitud. Por los parlantes se escucha el estribillo que proclama: “Sex, drugs and rock and roll”.
Así: en inglés y con ritmo tecno.
“Bienvenidos a la revolución educativa”, anuncia el hangar del ministerio de Educación, el único que todavía no está terminado y el primero de este universo ecléctico llamado #Tecnópolis 2016.
Así: con hashtag.
Futuro & youtubers
“Esta es una propuesta de cambio cultural que mira al futuro”, advirtió el titular del Sistema Federal de Medios, Hernán Lombardi, al inaugurar esta edición. Su firma está estampada en la pared del Club de Creadores, al lado de la del presidente Mauricio Macri y encima del youtuber Kamikazi Capilar. El espacio es uno de los cuatro que montó la empresa Club Media Network, que se presenta a sí misma como un equipo de expertos dedicados a difundir a “creadores de contenidos”. A ellos les ofrece en su web el siguiente mensaje: “Te ayudamos a optimizar tu canal, construir audiencia y generar ingresos para que hagas de tu pasión una carrera”.
Aquí en Tecnopolis ha cumplido: sus youtubers están atrapados en una rutina de presentaciones que los lleva a trasladarse de un espacio a otro, custodiados.

En el Club de Estilo, la bailarina que «atrae público»
Rap contra el aborto
En la entrada del Club de Estilo hay una bailarina –Flavia- sonriendo mientras se sacude. ¿El objetivo? Romina Dinamita- se presenta como conductora y con su nick de Instagram, para que lo anote- responde: “Atrae a la gente”. Dirá también: “Esto es increíble, super divino” al sintetizar lo que sucede en ese espacio, ubicado justo enfrente del stand del Inadi.
El Club de Estilo tiene dos largas filas de espejos frente a los cuales se maquilla a las niñas, luego tres salones dedicados al Selfie Time, diseñados para enseñar a tomar y compartir autoretratos; por último está el auditorio, donde ahora Romina Dinamita entrevista a tres jóvenes, a quienes presenta como famosas youtubers. El objetivo: aprender a ser una it girl y/o ganar seguidores en las redes sociales.
¿Qué es lo más loco que les pasó con sus fans?, interroga Romina Dinamita.
Responden tres jóvenes muy diferentes que tienen en común la época en que crecen:
- Mica Selser –pelo corto, gran mechón azul- es la hacedora de los videos Mi ex novia me maquilla (976.505 visitas) y Coger, Matar o Casarse (168.930 visitas).
- Hola Mery –puntas de color rosa- protagonista del video Trucos de belleza (325.174 visitas)
- Naty Guida, de Esenciales para el invierno (4.836 seguidores en Instagran).
¿Qué onda con los comentarios malos?, dispara Romina Dinamita.
“Se ignoran”, coinciden Naty y Mary.
“Les respondo para que se sientan mal”, asegura Mica.
¿Una pregunta del público?
¿Qué se siente al ser mirada?
“Nada”.
Luego, definen lo que hacen como “un juego que terminó siendo un trabajo” .
¿En qué consiste ese trabajo?
Lo define José Luis Massa, el propietario de la empresa que montó este espacio en una entrevista que brindó al diario La Nación: “Ningún youtuber vive de lo que paga YouTube, sino de las presentaciones”.
Y esta es una.
Las chicas se van y el público -42 personas, entre padres y niños- confiesa no conocerlas. Una mamá intenta googlear para tener más datos, pero la conexión es demasiado lenta y su interés, demasiado efímero.
¿Por qué está acá?
Responde Ana María, conurbano oeste, dos hijos, empleada de limpieza, turno noche:
“Quería sentarme”.
A continuación, el Club de Estilo anuncia que se presentará Acid oMC, que en su video Era solo una niña (59.867 visitas) rapea contra el aborto.

Selfies Time
Hits
En otro galpón están bailando los integrantes de Hecatombe (582.493 visitas para su video Cuatro chicos en auto). La rutina se basa en interpretar breves estrofas de los más diversos hits. Se presentan a sí mismos como “un grupo de amigos cordobeses que hacemos producciones en Youtube para que termines desfigurado de la risa”. No hay mucho público y los que ocupan menos de la mitad del salón no parecen desfigurados.
¿Por qué está acá?
Responde Sara, conurbano sur, dos hijas adolescentes, vendedora en La Salada:
“Porque no había que hacer cola”.

En el Club de Estilo, maquillaje para todas
Plataformas
En el Club de Creadores la charla mezcla tres nacionalidades:
- El mexicano Alberto Villarreal: 38.100 seguidores en Facebook, igual promedio en Youtube para sus videos del canal Abriendo Libros.
- El chileno Fabio Torres: 310.579 seguidores para su video Productos Eróticos del Japón y 569.701 seguidores para El día del agarrón del trasero.
- El argentino radicado en España Kion: 71.623 visitantes para su video Mi sexy culito.
En el auditorio hay 56 personas -65 es el máximo permitido-, pero minutos antes se presentaron en el galpón central para un público más numeroso y entusiasta: un centenar de adolescentes que los acosaron con sus celulares en busca de selfies. No están aquí para dar fotos, aclaran, sino para explicar el fenómeno que representan. Es Alberto Villareal, con tonada mexicana, quien lo sintetiza: “En la vida cotidiana puedes lograr que te ame una persona, pero si eres famoso te aman 100”.
Un pequeño que no sobrepasa el metro pregunta: Si no hubieran sido youtubers, ¿qué serían?
El mexicano responde:
“Albañil”
El chileno:
“Indigente”.
El cordobés:
“Lo mismo, pero me hubiera llevado más tiempo”.
Sigue:
“Hoy estamos en Youtube y mañana, en alguna otra plataforma. Una vez que armás tu fans-base sólo tenés que moverla. Lo que te da Internet es velocidad, pero una vez que alguien dice ‘me gusta lo que él hace’, ya está”.
El chiquito de menos de un metro lo escucha atento.
Es de Haedo, su papá electricista, su mamá portera. No es fan de Facebook, sino de River, aunque nunca fue a la cancha.
¿Por qué estás acá?
“Hablaban de los youtubers y no sabía qué eran”

Uno de los tres Selfies Time
Medios
En el pasillo está la oficina de producción de la empresa encargada de montar estos shows. En la pared hay un cartel que proclama: “Los cameraman deben ser jóvenes, los editores deben ser jóvenes, los periodistas deben ser jóvenes”. Cecilia, integrante Club Media Network, tiene más de 30 y pico. Aclara: “El cartel ya estaba cuando llegamos”. Luego, también trata de explicar las otras cosas que estuvimos viendo. “Son creadores de contenidos para plataformas digitales. Durante estos 14 días de vacaciones de invierno participan diferentes creadores de canales de beauty, humor, stand up, fitness, que han logrado transformar su hobby en un trabajo. Y eso implica todo un proceso que tiene que ver con la frecuencia y la continuidad. Hoy en día hay muchos, demasiados, y lo que comenzó, entonces, es otra etapa en la cual la calidad es determinante. Ya no es sólo la propuesta ni tampoco la técnica, porque todas estas cosas ahora se pueden filmar con un teléfono. La calidad, entonces, la define la forma en que el mensaje conecta con la época. Algo es definitivo: estos canales están capturando a las audiencias de entre 10 y 18 años. Los medios de comunicación tradicionales pierden protagonismo y crecen y se multiplican otras formas de conectarse”.
¿Por qué no le explican eso a la gente?
Cecilia, entonces, refiere a la clásica euforia del público adolescente y nos deriva a la agente de prensa.
Por los parlantes la voz de una locutora incita a mandar fotos con el hashtag #Tecnópolis2016
La plaza de juegos está colmada y en el césped hay mate y sándwiches que se traen en tuppers.
¿Por qué están acá?
Responden Alicia y Jaime, abuelos de San Justo:
“Porque es gratis”.

Mica Selser, Mery y Naty Guida: lecciones de it girl

Romina Dinamita y las preguntas del público

Los postit del hangar de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación

La oficina de producción de la empresa Club Media Network

Los youtubers Kion, Fabio Torres y Alberto Villarreal

La charla de los youtubers culminó con una selfie

La firma del Presidente y el ministro de Cultura, junto a la de los youtubers en el espacio Club de Creadores

Fotos: Nacho Yuchark/lavaca
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
Nota
Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.


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