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¿Dónde está Luciano Arruga?

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A dos años de la desaparición de Luciano Arruga, familiares y amigos convocaron a una jornada cultural realizada el sábado 29 de enero en Lomas del Mirador. Duró todo el día y hubo talleres, ferias, teatro, recitales, charlas y la pregunta de siempre: ¿Dónde está Luciano Arruga?

¿Dónde está Luciano Arruga?Apenas se cruza la General Paz, sobre el puente que atraviesa la avenida Juan Manuel de Rosas aparece un mensaje prometedor: La Matanza. Capital de la esperanza. A cien metros de esta consigna un cartel indica que algo no anda bien. Una inscripción simulando ser un símbolo vial señala: Comisaría 8va. Ex centro clandestino de dentención y tortura (también conocida como Sheraton).
A media cuadra tres policías desvían el tráfico porque detrás del vallado se montó un escenario desde el cual se pide y exige por Luciano Nahuel Arruga, desaparecido desde el 31 de enero de 2009 por policías bonaerenses del destacamentoe de Lomas del Mirador, partido de La Matanza. Testigos y peritajes determinaron que Luciano estuvo en ese lugar y en la comisaría octava de la zona. Tenía 16 años. Desde aquel día no se supo qué sucedió con Luciano.
La inscripción en la remera de un muchacho que pasa caminando da una pista: La policía sabe qué le pasó.
La jornada
Un escenario en medio de la avenida, una seguidilla de puestos dan forma a la feria armada frente a la plaza Güemes de Lomas del Mirador, una carpa blanca construida para charlas, mucho espacio para bailar y debatir, chicos con handies en sus manos para comunicarse, organizarse y cuidarse dan marco a la jornada gestada por los dos años de la desaparición de Luciano Arruga.
Las murgas hacen de las suyas sobre la pista de baile que hasta hace unas horas fue calle, malabaristas manipulan y juegan con clavas, mientras en la carpa se preparan los abogados del caso Luciano Arruga que comentarán el estado de la causa (ver más abajo), algunos de los organizadores de la muestra itinerante Ningún pibe nace para chorro que contarán cómo fue esa experiencia y dos de los integrantes de la revista Barcelona que dialogarán sobre la absurda participación del Estado, los medios-periodistas comerciales y la policía en la búsqueda de Luciano Arruga.
Muchas familias y jóvenes pasean por el predio, toman mate, leen, se miran, charlan, y en el escenario van pasando las bandas que de tanto en tanto son interrumpidas por Vanesa Orieta, hermana de Luciano, para convocar a alguna actividad en la plaza, para alertar a las personas que tengan cuidado si salen del perímetro delimitado por las vallas porque la policía está parando a los chicos, o para sembrar la necesidad de recordar a Luciano con la alegría que lo caracterizó.
La causa
Pablo Pimentel, Juan Manuel Combi, Damián Piraino, Eva Asprella y Paula Livachky componen la mesa que contará en qué estado está el caso de Luciano Arruga. Eva y Paula son dos abogadas pertenecientes al CELS que hace unos meses se incorporaron a la causa.
Pablo Pimentel, presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza (APDH), es el único que no es abogado de la mesa pero es el primero que toma el micrófono y de manera señala de manera contundente: «Cuando Vanesa nos contó que en septiembre de 2008 Luciano había sido invitado por un miembro de la policía de la provincia de Buenos Aires, concretamente del destacamento de Lomas del Mirador, a que robe para él y que Luciano se negó, ahí recordamos que meses antes varios vecinos de Lomas del Mirador nos habían venido a denunciar la misma problemática. Entendimos entonces que la desaparición de Luciano evidentemente tenía un montón de cosas para decir».
Pablo Pimentel habla claro y conciso. Y con bronca. Afirma que lo que le pasó a Luciano no es algo aislado. Es el hecho más grave que tiene la provincia de Buenos Aires y uno de los hechos más graves que tiene la república Argentina. Y agrega: «Ni el gobernador Daniel Scioli ni la presidenta Cristina Fernández de Kirchner han tomado conciencia de la gravedad de lo que significa tener a un joven desaparecido en manos de una Institución que tiene que ser conducida y controlada por el poder político».
Juan Manuel Combi, uno de los primeros abogados de la causa de Luciano junto a Damián Piraino, afirma que Pimentel no será abogado pero «fue el primero y único que logró cambiar de fiscalía la causa dado que la fiscal inicial (Roxana Castelli, fiscalía N° 7 de La Matanza) había derivado la investigación del caso a la policía. Y a modo de denuncia cuenta que en la causa se secuestraron libros de detención totalmente adulterados y suprimidos. Y agrega: «Esto es grave porque quiere decir que la policía maneja los libros policiales con mera arbitrariedad. Si pueden adulterar un libro, se pueden llevar a un pibe, no registrarlo y que ese pibe no aparezca por ningún lado. De esta causa me llevo la falta de interés por parte de la Justicia».
A dos años de la desaparición de Luciano no hubo avances en la causa. «Ni Luciano apareció con vida, ni los policías que nosotros creemos responsables están presos, ni el destacamento se cerró. Con el orden simbólico que encierra que una casa sea un lugar en el que se detiene a la gente. Y en la causa está demostrado que Luciano en septiembre de 2008 estuvo allí», se lamenta Combi.
Con la inclusión de Eva y Paula, las dos abogadas del CELS, se espera algún viraje en el caso.
Paula Livachky apunta a la indiferencia que demostró el Estado en todos sus niveles y describe como tortuosa la investigación. Paula considera al igual que Pablo que el caso de Luciano no es un caso aislado y «muestra lo que le sucede en el cuerpo, a la gente, cuando las políticas de seguridad están enfocadas en las lógicas de control territorial sobre jóvenes varones de barrios humildes y cuando la política deja que la policía trabaje en forma autónoma y tenga sus propios negocios».
Por su parte, la abogada del CELS Eva Asprella resumió: «Hablar de la causa es hablar de una situación en donde la justicia ha colaborado para llegar a un momento de impunidad. Donde la justicia puso a trabajar en la investigación en los momentos claves de la desaparición que son los primeros días, a quienes están sospechados de esa desaparición. El otro día el perito oficial dijo una frase que nos quedó grabada: ‘nos llevan dos años de ventaja’. Y es esa la sensación que tenemos todos».
Damián Piraino es más visceral y más directo. Sentencia: «Ser abogados en este país es una mierda. Es tener que enfrentarte todo el tiempo con un sistema de justicia que no permite que podamos avanzar en ninguna causa. Pero con Juan siempre supimos a lo que nos enfrentábamos y estamos en crisis porque nos dimos cuenta que no pudimos hacer nada. El pobre es el que mejor conoce la muerte, por eso estos festivales nos hacen más fuertes».
El periodismo, el Estado, la policía
Pablo Marchetti y Daniel Riera son dos de los periodistas que integran la revista Barcelona. En el marco de la jornada mantuvieron un diálogo sobre el absurdo papel que juegan los medios, el Estado y la policía en el caso de Luciano Arruga.
Aquí va un fragmento (escuchar audios):
-Ése es el problema. La culpa la tiene Luciano Arruga porque al no definir su caso como de inseguridad, o de Derechos Humanos, entonces después no tenemos cómo encuadrarlo.
-Vos decís que «algo habrá hecho Luciano Arruga». Claro, a veces es muy fácil poner la culpa en el otro, en la policía, en las autoridades y no mirar hacia adentro. Me resulta un poco confuso todo esto.
-Mirá es muy sencillo todo esto. Si el pibe se compraba un estéreo, ya era un caso de inseguridad. Si iba a una marcha, ya era un caso de Derechos Humanos. Pero se colgó y entonces…
-Entonces el Gobierno no debería lanzar un plan estéreo para todos. Y ahí sí, cualquier cosa que le pase a una persona es un episodio de inseguridad. Y ahí sí, lo tenemos a Lapegüe, a Andino, a Feinmann. No vinieron, ¿no?

[audio:https:///media.lavaca.org/audios/2011/lucianoarruga-jornada-barcelona.mp3]
Pablo Marchetti y Daniel Riera, de Revista Barcelona, en la Jornada Cultural por Luciano Arruga

Ningún pibe nace para chorro
Una vez acomodados en ronda entre la sombra de unos árboles y la carpa, se dispone a comenzar la charla sobre la muestra itinerante Ningún pibe nace para chorro a cargo de Julieta Colomer, Sasa Guadalupe y Néstor Saracho, tres de los muchos organizadores que tuvo la iniciativa lanzada por lavaca. Sasa, Néstor y Juli cuentan cómo fue que nació la idea:  el caso de Penélope Lauman, baleada en mayo de 2010 en su barrio cuando llegaba de trabajar, como motor primero . Lo que se persiguió con la idea de crear algo sin tener nada. La única herramienta disponible que se puso en juego fueron las ganas de escuchar a los chicos para entenderlos. Lo que liberó la palabra de ellos, lo que se creció con esa experiencia. Lo que se creó juntos a ellos: fotos, grafitis, poesías, hip hop, obras de teatro. Y lo que se logró:
-Que en la escuela los llamen por su nombre y no «negro» o «mapu» (por mapuche).
-Que en las escuela tengan amigos.
-Que el chico que antes no veía su futuro, hoy quiera ser rapero.
-Que recuperen la autoestima.
Los participantes escuchan atentos. Se abre el debate. El primero en tomar la palabra es un adolescente que levanta la mano, abre la boca y calla a todos:
-¿Qué policía queremos? ¿Institucional o ciudadana?
No tiene más de 14 años ese niño y sin embargo en esas pocas palabras pone toda la complejidad del asunto. Nadie contesta. El niño entonces la mira a Sasa y le pregunta asombrado:
-¿Está bien lo que pregunté o dije una boludez?
Un señor entonces trata de justificar su cantidad de años más que aquel niño y agrega:
-¿Para qué queremos policía? Si nos mata por ser negros. Si nos mata por ser pobres. Si los mata por ser jóvenes.
«El caso de Luciano se repite permanentemente en todas la comisarías y lo vamos a revertir con un fuerte compromiso de cada ciudadano», afirmó Pablo Pimentel .
Apenas algunos ejemplos de la afirmación:
Matías Pena – Apareció ahorcado el 04/03/2010 en una celda a los 40 minutos de ser detenido – Lanús.
Luciano Arruga – Desaparecido el 31/01/2009 – Lomas del Mirador
Atahualpa Martínez Vinaya – Asesinado el 15/06/2008 – Viedma
Iván Torres – Desaparecido el 02/10/2003 – Comodoro Rivadavia
Miguel Bru – Desaparecido el 17/08/1993 – La Plata

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Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos

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Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.

Por Claudia Acuña

Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.

Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.

Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.

A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Hasta lograrlo.

Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.

Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.

Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.

Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.

Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.

Quizá.

Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.

Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.

La presentación

Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.

Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.

Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».

El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.

Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
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La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

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La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.

Por Francisco Pandolfi

Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.

La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”. 

Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».

Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.

En la conferencia de prensa convocada por la familia de Pablo Grillo, fotógrafo que fue impactado por una granada de gas lacrimógeno lanzada por las Fuerzas comandadas por Patricia Bullrich, Fabián, su papá, habló sobre la salud de su hijo.

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:35:39.538Z

Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.

Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”. 

En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.

La causa, sin avances

Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.

Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”. 

La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.

Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.

Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.

Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, es junto a Paula Litvachky, del CELS, la abogada que representa a la familia jurídicamente. En este video cuenta los avances de la causa judicial:

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:54:48.310Z

Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.

Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.

Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.

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La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

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Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.

Por Franco Ciancaglini.

La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo. 

En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso. 

“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.

La que habla es una de sus hijas, Paula.

El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10. 

Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.

El arma y la palabra

Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.

Es jubilada.

Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.

Tiene tres hijas.

Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.

Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.

Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.

La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.

Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.

El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.

Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.

Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.

Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.

“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.

Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.

Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.

Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.

Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.

La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”. 

¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.

La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.

¿Necesitan algo? “Sí: paz”.

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