Nota
El oficio de criminalizar a los qom
La Cámara Primera en lo Criminal de Formosa confirmó el procesamiento de Félix Díaz y otros cuatro qompi por “robo de armas” y lesiones a policías, mientras que la causa que investiga la represión que dejó dos muertos sigue congelada, y el reclamo territorial irresuelto. El clima: causas armadas, campañas mediáticas, la presión provincial y la censura de los proyectos que buscan mejorar las condiciones de los qom en Formosa.
El procesamiennto por supuesto robo de armas de integrantes de la comunidad qom mereció estas reflexiones ante lavaca.
Federico Efron, integrante del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) y abogado de la comunidad: “El principal vicio de la causa es que no se ha escuchado a la comunidad y se le ha dado preeminencia a lo que dice la policía, aunque todo esté basado en mentiras. No se escucha a la comunidad, que va con la verdad, con pruebas, con testigos. Eso no le ve nadie, y no les importa”.
Félix Díaz, cacique qom: “Nos quieren encerrar para que no se repita esta decisión política de las comunidades indígenas de defender nuestros territorios”.
El día que todo cambió
El 23 de noviembre del 2010 la comunidad qom La Primavera cortó la ruta nacional 86 en reclamo de una serie de hectáreas que mantienen, al día hoy, en disputa con una familia de apellido Celía; terrenos que plantean como propios dada la preexistencia de los pueblos originarios, avalada por distintas leyes nacionales e internacionales, violada en la práctica en el año 2007 cuando el gobierno formoseño da un reconocimiento de ocupación a los Celía.
Desde entonces se desató un conflicto que lleva muertos casi una decena de qom, un policía, audiencias en la Corte Intermericana de Derechos Humanos, más de cinco causas abiertas, represiones y heridos, todo como colorario de una discusión que tiene que ver con el territorio y que nunca fue tratada en profundidad. Desviar el eje del conflicto es parte de la estrategia que practican el gobierno provincial y el nacional, y vale la figura de Félix Díaz para entenderlo: su aparición como líder de la comunidad como parte de una necesidad práctica, pero también como simplificación mediática (a favor o en contra) que personaliza reclamos colectivos e históricos. En su prontuario figuran entonces tres casuas en curso (en dos fue ya sobreseído) que sintetizan cómo la justicia y el gobierno provincial tratan los problemas territoriales y a los pueblos originarios en Formosa.
La última novedad confirma el procesamiento de Félix, de Clemente Sanagachi y Miguel Kisinakai por la causa de aquél 23 de noviembre del 2010 en que se los acusa de “lesiones graves y leves” y de “robo de armas” (fue revocada la figura de “resistencia a la autoridad”, por la cual los volverán a indagar), durante la mañana del corte; otra de las causas investiga los sucesos que ocurrieron durante la tarde, entre ellos las muertes del qom Roberto López y el policía Heber Falcón. La separación entre mañana y tarde no es menor: “Nosotros estamos seguros que es una causa armada para darle el viso legal a lo que pasó a la tarde, que es la represión”, plantea el abogado del CELS que sigue la causa Federico Efron.
Justicia lenta, justicia rápida
Llamativamente, o no, las causas que investigan el accionar de los qom avanzan mucho más rápido que las que estudian la represión policial – que incluyó armas de fuego- de aquella jornada. Ejemplos:
- En julio del 2013 el Superior Tribunal de Justicia de Formosa – la máxima instancia provincial- revocó el sobreseimiento de Félix Díaz que había pedido el CELS junto a la abogada Marina Morales Ríos, ratificando lo dispuesto por la Cámara Primera en lo Criminal. En su escrito, el Superior Tribunal recomendó además la recalificación de Díaz como “instigador” del homicidio del policía, y confirmó el rechazo a que Erma Peteñi, viuda del qom muerto Roberto López, se constituyera como querellante en la causa.
- Ésas habían sido las últimas cartas que jugó la defensa en la justicia provincial, además de apelar el sobreseimiento de los policías imputados por la presunta autoría del homicidio de López, Gustavo Javier Coronel y Orlando Roberto Paredes. Nada de esto logró tener curso en la justicia formoseña, que ratificó una y otra vez las medidas de la Cámara Primera en lo Criminal, que se han centrado en criminalizar a los qom.
Causas armadas
Sobre la causa que confirma el procesamiento a Félix por “robo de arma”, el abogado Federico Efron dijo a lavaca: “El principal vicio de la causa es que no se ha escuchado a la comunidad y se le ha dado preeminencia a lo que dice la policía, aunque todo esté basado en mentiras. No se escucha a la comunidad, que va con la verdad, con pruebas, con testigos. Eso no le ve nadie, y no les importa”.
El propio Díaz reconoce que el procesamiento no le sorprende, que es lo que esperaba, y que va en la línea con lo que llama “discursos que están dirigidos a mí pero no directamente, que hacen alusiones de que yo soy el que trato de incidir en la violencia en la provincia a través de no acatar las órdenes judiciales y policiales, como forma de justificar el despojo usando la institución judicial”. Para Félix y para el CELS, las causas fueron armadas por el gobierno provincial y plantea su preocupación “porque las instituciones deberían ser independientes”.
En el marco de este procesamiento, la Cámara de Apelaciones, a cargo de Roberto Alberto Sala, revocó una la figura de “resistencia a la autoridad” que caía sobre Félix y cuatro compañeros, lo que habilita una nueva instancia de discusión: “Se lo va a volver a indagar a Félix por el delito de atentado a la autoridad. Ahora se van a disponer nuevas audiencias testimoniales de los policías que nosotros, por suerte, vamos a poder controlar. Luego, deberá resolver nuevamente el juez”, señala el Efron.
En esa causa también hay procesados otros integrantes de la comunidad: a Eugenio Fernández se le imputa el delito de “abuso sexual simple” a una policía. “Es una mentira. Está todo armado”, asegura.
La lectura política de Félix y la comunidad: “Nos quieren encerrar para que no se repita esta decisión política de las comunidades indígenas de defender nuestros territorios”.
El conflicto territorial
La causa que estudia el conflicto territorial está caratulada como “usurpación de tierras”, tiene como procesado a Félix Díaz y está en manos de los mismos magistrados que sostuvieron el procesamiento del qarashe por “robo de armas”.
Así como este revés, a fines del año pasado se concretó un postergado relevamiento de tierras a cargo del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y el gobierno provincial, que dejó afuera 20 hectáreas, justo las del conflicto con los Celía. “Dentro de ese relevamiento nos dejaron afuera, omitieron el lugar donde estamos nosotros, para poder justificar que estamos fuera del reconocimiento oficial tanto de Nación como de Provincia. Eso abre la vía libre para la actuación de la justicia hacia mi persona”, plantea Díaz.
Cercado por distintas instituciones (que incluyen policías, gendarmes, jueces, fiscales, políticos y hasta el INAI) Félix se sincera y dice: “Me siento muy dañado y cansado por la persecución del gobierno nacional y provincial”. Sobre todo, más allá de estas causas que buscan acusarlo, plantea la “ignorancia de nuestra situación social” y enumera: “No nos dan acceso a la salud, y bloquean los proyectos que podrían mejorar nuestra calidad de vida”.
Uno de esos proyectos proponía un programa de cultivos sutentables en la comunidad, desarollado por la Facultad de Agronomía de la UBA: “Pero lastimosamente la Facultad no está aprobando el proyecto porque está a nombre de nuestra comunidad”, denuncia Félix. “Se suma a todo lo demás y eso a mí me preocupa, porque parecería que somos los enemigos”.
Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

- Revista MuHace 2 semanas
Mu 204: Creer o reventar
- MúsicasHace 3 semanas
Susy Shock y Liliana Herrero: un escudo contra la crueldad
- ActualidadHace 4 semanas
Que viva el periodismo: las respuestas a los ataques a la prensa
- ActualidadHace 2 semanas
Los vecinos de Cristina
- AmbienteHace 2 semanas
Contaminación: récord histórico de agrotóxicos en el Río Paraná