Nota
Un anuncio, varios desafíos: el IVA, la concentración y el futuro del periodismo
La quita del IVA fue uno de los principales reclamos de la Asociación de Revistas Culturales Independientes de la Argentina (AReCIA) –de la cual lavaca es socia fundadora- y forma parte de uno de los artículos del proyecto de Ley de Fomento que elaboró y fue presentado en mayo del año pasado por el diputado Jorge Rivas.
Mayo de 2001. En uno de los momentos de mayor debilidad institucional de Argentina, las corporaciones periodísticas lograron que el gobierno de Fernando De la Rúa impusiera el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a las publicaciones gráficas. La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), a través de un comunicado, señaló entonces que por esa medida “el gobierno de Fernando de la Rúa podrá pasar a la historia con la responsabilidad de haber iniciado un proceso de extinción del pluralismo informativo en la Argentina».Para comprender por qué un impuesto favoreció la concentración de la prensa gráfica hay que ubicarse en el contexto en que se aplicó: al borde del abismo de la peor crisis financiera de la historia moderna. También hay que entender en qué se habían convertido las corporaciones periodísticas: la multiplicidad de negocios les había generado un débito fiscal que les acumuló deudas millonarias con el Estado. Por eso, en el mismo acto en que se aplicó el IVA a la prensa gráfica, se les perdonó las deudas fiscales y previsionales. Así, con la aplicación del IVA se garantizaban crédito fiscal para achicar deudas en el futuro. Y con el perdón, la impunidad de las deudas del pasado. De yapa, vaciaron dos cajas del Estado: la fiscal y la previsional.
Así llegaron al precipicio del corralito, ahí donde las Pymes periodísticas se estrellaron. Las corporaciones se encargaron de garantizar que se hundieran colocándoles en la mochila la alícuota del IVA: un 10,5% de peso extra.
Muchas de las que sobrevivieron fueron invitadas a aliviar sus padecimientos. La oferta era tentadora: las pequeñas empresas se quedaban a cargo de la elaboración de contenidos y las corporaciones, de la comercialización y distribución. En pocos años, los grupos Clarín y La Nación lograron apropiarse así de más de 35 títulos que no crearon: se los tragaron.
Los desafíos
Este jueves 5 de junio la presidenta Cristina Fernández anunció dos medidas que reconocen el reclamo de los medios no corporativos. Las dos apuntan en la misma dirección:
- La reducción de la alícuota del IVA. Por primera vez, se reconoce una escala diferenciada en la presión fiscal de acuerdo al monto de facturación anual. A más facturación, mayor es la alícuota. Así, se ven favorecidas con una tasa más baja (2,5%) quienes menos tienen. Principio elemental para combatir la desigualdad que debería servir de ejemplo para todas las actividades productivas, si de lo que se trata es de combatir la concentración.
- La creación de un sistema nacional de medición de audiencias. La Presidenta citó que la pauta anual privada está en el orden de los 1.300 millones. ¿Cómo se reparte? Concentratariamente. Para las empresas, especialmente las multinacionales, esa concentración se justifica con un argumento: ¿cómo decidir dónde pautan? Las corporaciones periodísticas diseñaron su propio sistema. Se llama Ibope y tal como lo anuncian en su página web “realizamos alianzas con las principales cámaras empresariales del sector”. Es decir, la dominan las propias empresas que controlan esas cámaras. Imaginen cuáles son.
Según el anuncio presidencial, 11 universidades nacionales conformarán este nuevo sistema de medición de audiencias. La primera buena noticia: las universidades comenzarán, al fin, a trabajar para democratización de las herramientas de la comunicación social. Y no sólo a hablar de ella. Segunda noticia: es responsabilidad ética de la Academia garantizar la transparencia y rigor de la información que genere. Y la nuestra, controlar que así sea. Tercera noticia: los medios sociales deben colocarse a la altura del desafío, generando productos cuyo impacto social pueda medirse. ¿Cómo? Debemos encontrar, proponer y exigir que el nuevo sistema contemple otras formas de mensurar la producción de comunicación. No se trata de aplicar la vara que construyó lo Clarín –en el sentido más profundo de es este concepto- sino de crear nuevas formas que se adecuen a nuevos medios. Se trata de construir el futuro de la comunicación y esto incluye, entre otras cosas, todas sus herramientas, entre ellas sus reglas de medición.
Un paso hacia la ley
La quita del IVA fue uno de los principales reclamos de la Asociación de Revistas Culturales Independientes de la Argentina (AReCIA) –de la cual lavaca es socia fundadora- y forma parte de uno de los artículos del proyecto de Ley de Fomento que elaboró y fue presentado en mayo del año pasado por el diputado Jorge Rivas. El anuncio de la considerable reducción que formuló la Presidenta el jueves 5 de junio es, en ese contexto, evaluado por AReCIA como un paso decisivo para lograr la pronta sanción de esa ley, ya que ese era uno de los puntos objetados por la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados de la Nación. Salvado ese obstáculo, no hay otra cuestión técnica que demore su sanción en esa cámara.
Este miércoles 11, desde las 14 y hasta las 18, AReCIA convoca a una jornada en la Plaza Congreso para difundir los aspectos claves del proyecto y seguir recolectando firmas para avalar su rápida sanción. Bajo el lema “Periodismo con futuro” y con una radio abierta, dará desarrollo a la siguiente programación:
Miércoles 11 de junio. Plaza Congreso
14 horas. Apertura y entrevista con Norman Brisky
14.30 horas Música en vivo con Los Patis, a pura cumbia instrumental.
15 horas. Entrevista al diputado Jorge Rivas, responsable de la presentación del proyecto de ley en el Parlamento.
16 horas Panel con los familiares de Luciano Arruga y Daniel Solano, desaparecidos en democracia.
17 horas. AReCIA explica qué propone el proyecto y su situación legislativa actual
18 horas: Cierre a cargo de la artista Susy Shock.
Más información sobre el proyecto y las actividades de AReCIA en www.revistasculturales.org
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Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
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