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La «muerte» del sub Marcos y la madurez de las comunidades zapatistas

La reciente “muerte” del personaje Marcos es también una decisión colectiva del movimiento autónomo que de ese modo pasa a una etapa diferente de su largo caminar. Por Raúl Zibechi.

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El subcomandante insurgente Marcos fue una creación de las comunidades zapatistas, que también crearon el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), los más de treinta municipios autónomos y los cinco Caracoles donde funcionan las Juntas de Buen Gobierno. La reciente “muerte” del personaje Marcos es también una decisión colectiva del movimiento autónomo que de ese modo pasa a una etapa diferente de su largo caminar. Por Raúl Zibechi.

La «muerte» del sub Marcos y la madurez de las comunidades zapatistas
Lo anterior es una obviedad necesaria, ya que los medios comerciales han invertido la realidad, como suelen hacer en los hechos que cubren: Marcos sería según ellos el creador del zapatismo y no el producto del movimiento. La cultura occidental no puede pensar en la existencia de sujetos colectivos, menos aún si son indígenas, y atribuye un papel casi sobrenatural a los dirigentes, sobre todo si no son indios, aunque éstos se empeñen en aclarar que son apenas voceros de un amplio conjunto de voluntades. La cultura política hegemónica no cree que la gente común sea capaz de algo más que de ir a votar cada cuatro o cinco años, limitándose a actuar apenas como consumidores durante el resto de sus vidas.
En estos veinte años las comunidades han sido capaces de crear una impresionante red de poderes autónomos en las tierras recuperadas a los terratenientes (que a su vez habían robado a los campesinos e indígenas empujándolos a sobrevivir montaña arriba en las peores tierras). Se calcula que alrededor de medio millón de hectáreas fueron recuperadas. En ellas las familias organizadas en comunidades establecieron sus cultivos, familiares y colectivos, escuelas, casas de salud, cooperativas de producción de mujeres y diversos emprendimientos en las áreas de agricultura familiar, salud, educción, cultura, deporte y vivienda.
Algo similar hicieron a escala de municipios y regiones, conformando un vasto entramado de creaciones autónomas cuya más visible manifestación son los Caracoles, complejos de construcciones que incluyen hospitales, centros de educación secundaria, talleres de producción artesanal y de procesamiento de la producción agropecuaria, y sedes de los diversos escalones del poder autónomo, en particular las Juntas de Buen Gobierno que administran toda una región integrada por varios municipios y cientos de comunidades. En cada Caracol suele haber una radio comunitaria, servicios de internet, de alimentación y transporte para la región, y la infraestructura suficiente para albergar a las bases de apoyo, incluyendo tiendas colectivas que venden los productos que no producen las comunidades.
La autonomía zapatista se ha construido de abajo arriba y su núcleo fuerte son las comunidades. Es una autonomía completa, integral, ya que las comunidades se autoabastecen y no dependen del mundo del capital. Desde la alimentación hasta la administración de justicia, todo se resuelve dentro del entramado autónomo creado por el zapatismo.
¿Qué sentido tiene la “muerte” del subcomandante Marcos? En lo inmediato, es una respuesta al cobarde asesinato del maestro José Luis Solís López, “Galeano” en la organización zapatista, quien el 2 de mayo fue asesinado en una emboscada a decenas de zapatistas en La Realidad por miembros de la organización campesina oficialista CIOAC-H (Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos-Histórica). El maestro Galeano, quien había sido Votán (guía) en la escuelita zapatista, fue asesinado de forma cruel y cobarde: le dispararon tres balas, lo machetearon y arrastraron.
La COIAC-H es una de las tantas organizaciones que nacieron hace décadas en el campo popular, pero fueron cooptadas por las “políticas sociales” del Estado, comprando a sus dirigentes con fondos públicos y a sus bases con alcohol y pequeñas donaciones que van desde alimentos hasta materiales para construir viviendas. Como parte de la política contrainsurgente de la guerra asimétrica, las fuerzas armadas utilizan a estas organizaciones para acosar a los zapatistas, destruir lo que construyen y promover el enfrentamiento de pobres con pobres, de modo que el conflicto se busca presentar como una pugna entre comunidades donde el ejército debe intervenir para “pacificar”. En La Realidad, miembros de CIOAC-H cortaran el suministro de agua a la población que simpatiza con el EZLN y les robaron un vehículo.
La “muerte” de Marcos, quien renace como subcomandante insurgente Galeano, es un homenaje al compañero asesinado, un modo de “desenterrarlo” para mantener viva su lucha. El EZLN consideró el ataque como parte de un plan para destruir el Caracol de La Realidad, el sitio más emblemático del zapatismo.
La segunda razón de esa decisión, vinculada al recambio de vocero del EZLN que pasa a ser el subcomandante insurgente Moisés, viene explicada en el último comunicado de Marcos del 25 de mayo. En el texto se explica que en los 20 años transcurridos desde la aparición pública del zapatismo, “ha habido un relevo múltiple y complejo en el EZLN”.
El comunicado, leído ante miles de personas en La Realidad, destaca los diversos relevos han: el más visible es el generacional, ya que “ahora están haciendo la lucha y dirigiendo la resistencia quienes eran pequeños o no habían nacido al inicio del alzamiento”. Aclara que “algunos estudiosos no se han percatado de otros relevos”, tan importantes como éste, que se resume en que la mitad de los zapatistas tienen menos de 20 años.
Luego enumera los otros cambios: “El de clase: del origen clase mediero ilustrado, al indígena campesino. El de raza: de la dirección mestiza a la dirección netamente indígena. Y el más importante: el relevo de pensamiento: del vanguardismo revolucionario al mandar obedeciendo; de la toma del Poder de Arriba a la creación del poder de abajo; de la política profesional a la política cotidiana; de los líderes, a los pueblos; de la marginación de género, a la participación directa de las mujeres; de la burla a lo otro, a la celebración de la diferencia”.
Todos esos relevos los pudimos comprobar directamente, sin la presencia de Marcos, sin discursos, sino compartiendo la vida cotidiana y el trabajo, quienes participamos en la escuelita “La Libertad según los zapatist@s”. Como señala el propio Marcos, quienes siguen aferrados a una concepción vanguardista, focalizada en caudillos y líderes, no pueden creer “que ahora un indígena sea el vocero y el jefe”.
Con esta decisión el EZLN profundiza sus señas de identidad, se hace más indio, más de abajo, a imagen y semejanza de los pueblos que lo formaron y lo sostienen. Se abre un tiempo nuevo, en el cual los que sigan simpatizando con el movimiento, los que mantengan su solidaridad, ya no tendrán un ícono mestizo como referente sino indígenas que no hablan “correctamente” el castellano, ni se expresan con los modos de los académicos y los políticos.
Esta nueva etapa pondrá a prueba a los medios de comunicación y a las diversas izquierdas, tanto las de norte como las del sur, incluyendo a las más radicales. “Porque también hay racismo en la izquierda, sobre todo en la que se pretende revolucionaria”, dijo el subcomandante Marcos la noche de su despedida.

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Orgullo

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Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.

Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.

Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.

Eso es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.

Y no es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

El podcast completo:

Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

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Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.

Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos Juan Valeiro

El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.

Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.

Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.

Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.

La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”. 

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:

  1. “Que no te vendan gato por león”.
  2. “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”. 

Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:

Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.

Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.  

Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.

Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.

Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.

La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.

Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.

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