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Miguel Benasayag: homo sapiens 2.0

Argentino exiliado en Francia, tiene media docena de títulos y otros tantos doctorados, pero su mayor experiencia la adquirió como integrante del ERP. Esa mezcla le permite una mirada única sobre temas inquietantes: cómo se modificó el cerebro de la especie humana y qué tipo de ser originó el sistema de poder actual, dominado por la macroeconomía y la técnica.

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Argentino exiliado en Francia, tiene media docena de títulos y otros tantos doctorados, pero su mayor experiencia la adquirió como integrante del ERP. Esa mezcla le permite una mirada única sobre temas inquietantes: cómo se modificó el cerebro de la especie humana y qué tipo de ser originó el sistema de poder actual, dominado por la macroeconomía y la técnica. Temas difíciles que explica con humor y ejemplos criollos. De los genes a Macri.
Miguel Benasayag: homo sapiens 2.0
 
Estudió Medicina, luego psiquiatría, antropología, espistemología y neuro-fisio-patología, entre otras cosas, pero su formación académica la recibió en el ERP-PRT, que completó con un posgrado en Cárcel y un doctorado en Exilio. Miguel Benasayag es científico y militante, dos formas de adquirir conocimiento que construyeron un estilo propio, muy particular. Para escucharlo hay que deslumbrarse primero con sus definiciones expuestas con carisma y humor, afrontar el desasosiego que producen sus revelaciones sobre la actualidad global a escala humana y celebrar cuando el militante recupera el timón del charla y la ilumina señalando no arriba, no el horizonte, sino este pedacito de suelo que pisamos hoy, a partir del cual podemos construir un destino diferente.
A esa tarea de crear juntos, acá y ahora, una forma de vida mejor él la llama “construir un zócalo”.
Así estamos.
Glup.
¿Cómo llegamos tan abajo?El viaje es largo y su ruta fue construida con la promesa de un falso destino final: el Progreso.
Si tengo que explicarlo con mi nivel de colectivero de la línea Ciudadela-Púan, anunciaría las siguientes paradas:

  • Sociedad feudal: gobierno de las almas. Pastores al poder, controlan los rebaños. Parada Michael Focault, ramal 1.
  • Sociedad moderna: gobierno de las poblaciones. El Estado al poder, controla a los ciudadanos clasificados según su potencia productiva: sexo, raza y clase. Nace el biopoder. Parada Michael Foucault, ramal 2.
  • Sociedad posmoderna: gobierno de las subjetividades. El mercado al poder, controla cómo somos y queremos ser. Nace la sociedad de control a cielo abierto. Parada Gilles Delleuze esquina Félix Guattari.
  • Sociedad transgénica: gobierno de la especie. La ciencia y la técnica al poder, gobiernan los genes. Señoras y señores: llegamos a destino. Parada Miguel Benasayag.

Bajen y lean.

Lo nuevo

Mi doble formación en las llamadas ciencias duras y en las ciencias humanas trato de aplicarla para comprender los cambios de paradigmas entre lo que Focault llama la modernidad y lo que está pasando ahora. Hoy ese cambio es de mutaciones reales: lo vivo está cambiando. No se trata solo de que hoy otro paradigma cultural, tampoco es un cambio de cartografía, sino de territorio, de la materialidad del mundo. Estamos viviendo un cambio absolutamente radical y mayor. Lo que investigo, entonces, desde un laboratorio y cruzando diferentes investigaciones, saberes y disciplinas, responde a una pregunta: veamos qué es lo que empieza ahora, qué está emergiendo.

Pedrito tiene celu

En general la idea que uno tiene es que los seres humanos son objetivamente los mismos aunque vivan en sistemas diferentes. Mi trabajo investiga, en distintos niveles, cómo un ser humano que vive en un sistema no es fisiológicamente igual a otro que vive en una constelación moderna. Y la pregunta es ¿por qué? Lo que está pasando ahora, el cambio que está sucediendo ahora, es un cambio radical en la materialidad del Hombre, en la especie humana. Todos los biólogos que trabajan e investigan la evolución humana están convencidos de eso. Hay algo que está pasando a nivel biológico y que está marcado por las técnicas de la inmediatez y la comunicación, entre otras cosas. Por ejemplo: la idea naif dice que Pedrito antes no tenía un celular y ahora Pedrito tiene un celular. Y punto. Lo que yo estudio es si Pedrito sin el teléfono celular es el mismo Pedrito, pero con teléfono. Culturalmente, por supuesto, es más evidente que hay una diferencia. Mi trabajo es investigar qué cambió en el cerebro de Pedrito: si anatómica y neuronalmente es el mismo.

Pedrito tiene compu

Pedrito ahora tiene una computadora. Perfecto. Po otra parte sabemos que la plasticidad neuronal está relacionada con mecanismos de reciclaje. Un ejemplo: las conexiones y las neuronas que se ocupan de la lectura. El hombre de las cavernas no las necesitaba. Y no es que antes de que se inventara la escritura estaban ahí aburriéndose, esperando que se invente el libro: se ocupaban de otra cosa. ¿En qué? En desarrollar una cierta capacidad de cazador, en la atención y detección de los peligros y potencialidades del medioambiente. Ahora ya sabemos que esas zonas utilizadas por el cerebro del hombre de las cavernas, a partir de la escritura y de la lectura silenciosa, se reciclaron. La especie humana toda perdió en ese reciclaje habilidades que eran imprescindibles para el hombre de las cavernas. A nivel anatómico esto puede verse: el cerebro del hombre de la modernidad es más liso que el del hombre de las cavernas. Ese alisamiento representa un proceso que llamamos de desterritorialización. ¿Qué significa? Que el hombre moderno se transforma en un tonto con respecto al medioambiente. Pero ojo: lo que una especie pierde otra especie se lo apropia. Es lo que llamamos co-evolución. Todo lo viviente está relacionado. ¿Qué está pasando ahora con el cerebro de Pedrito desde que tiene una computadora? Bueno: que desde la lectura silenciosa no se veía una transformación análoga a nivel cerebral. Estamos con el cerebro más lisito. Es decir, más desterritorializados.
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Se me prendió una neurona

Cuando las computadoras aparecen, aparecen sobre todo mecanismos de cálculo y de memoria. Y de repente la especie humana empieza a delegar esas funciones en la computadora. Poco a poco, el cerebro se va transformando: pasa de ser un cerebro esculpido – con recuerdos, olvidos, traumas, intensidades diferentes- a un procesador de información. ¿Qué significa esto? Que estamos otra vez ante un proceso de reciclaje neuronal. En el laboratorio estamos viendo ahora mismo cómo se produce ese reciclaje neuronal, vemos muy bien cuáles son las neuronas que se alumbran y cómo esas neuronas se prendían antes por otra cosa. ¿Po qué? Porque se está produciendo una reorganización del cerebro humano. ¿Cómo? Se está transformando en un aparato de procesar información, pero de una manera especial: esa información en ningún momento hace mella, no esculpe, no marca. Simplemente es flujo, pasa.

Mutantes

Si la tendencia actual pudiera afirmarse, nuestro cerebro terminaría siendo totalmente liso. Pero constatamos que la tendencia actual no se completa, por emergencia de síntomas y disfuncionamientos. O sea: hay algo que disfunciona, rompe el proceso. Pero también notamos que los núcleos subcorticales que se ocupan de las coordenadas espacio-temporales se atrofian. Eso parecería ser una tendencia afirmada. Es decir: no es que el tipo ese que está ahora cruzando la calle ya no sabe dónde está el Obelisco. Lo que seguro no sabe es dónde está el Norte o el Sur, la derecha y la izquierda de su medio ambiente. Ese es el proceso irreversible: vamos perdiendo de a poco la noción de espacio porque la noción cerebral que nos ayuda a situarnos territorialmente se atrofia. Son ejemplos tontos, ya lo sé, pero los uso para dar una idea simple de algo enorme: la raza humana está mutando. La idea tonta es creer que una mutación significa que ahora van a nacer bebés con tres orejas, pero las mutaciones no necesitan ser anatómicamente tan explícitas para tener el efecto de cambiar a toda la especie.

Ser transgénico

¿Es lo mismo una especie humana territorializada que una desterritorializada? Es decir, ¿es lo mismo que seamos seres con conciencia de nuestro espacio vital o no? Nuestra respuesta es clara: no es lo mismo. Y lo demostramos con nuestras investigaciones. El mundo de la desterritorializacion de lo viviente construye un viviente diferente: el viviente transgénico.

Apartheid genético

¿Esto es bueno o malo? ¿Es mejor o peor? Veamos. Hoy en día hay todo un mambo con las llamadas nanotecnologías, la manipulación genética y todas esas tecnologías derivadas de las corporaciones biotecnológicas que nos plantean escenarios muy complejos. Por ejemplo: ponele que en tal lugar hay un problema de salud concreto creado por la contaminación que producen los agrotóxicos de Monsanto. OK. La corporación biotécnológica está en condiciones hoy de ofrecerte una modificación genética que te hace inmune al veneno de Monsanto. ¿Esto qué significa? Que están las puertas abiertas para que se produzca una modificación de lo vivo. Ya lo sabemos a nivel de las semillas de la soja, por ejemplo. Pero a nivel de lo humano lo que representa es nada menos que la posibilidad de romper la unidad de la especie. Un aparheid genético.
Miguel Benasayag: homo sapiens 2.0

Lo que se rompe

Todo esto se hace en nombre del bien, del progreso. Pero los científicos ya sabemos lo que pasa después, las consecuencias: al cabo de una cierta cantidad de mutaciones manipuladas se rompe la unidad de la especie. No te reproducís con cualquiera. Es lo que pasa en las plantas y algunos animales genéticamente modificados.

Lo anormal

Vemos ahora que representan estos cambios a nivel de sistema, de organización social. El fenómeno fundamental de estos tiempos es que hay una organización automatizada del poder, aquello que Focault llamaba “la estrategia sin estrategas”. Esa forma de poder que funciona de manera autónoma está representada por lo que llamamos la macro economía y la técnica. Son las dos cosas que hoy ordenan la realidad. Los nuevos lugares sagrados. Es cierto que hay canallas horribles, políticos corruptos, especuladores inescrupulosos que están destruyendo el mundo y se aprovechan hasta de sus escombros. Pero no hay nadie que esté dirigiendo ese proceso. Pongamos un ejemplo: Magnetto, el malo de la película de estos días. Por más hijo de puta que sea Magnetto, el problema estructural no se llama Magnetto. Él está al servicio de esta combinatoria macro económica. Y si el mañana no quiere hacer más la hijoputez que está haciendo hoy, lo rajan y ponen a otro. Los canallas horribles lo único que pueden hacer es ocupar puestos importantes adentro de una estrategia sin estratega. El poder lo tiene la macroeconomía y la técnica y lo ejerce creando focos de valores. Todo lo que la técnica hace posible se transforma en normatividad: es “normal” porque así es el “progreso”.

La mentira del progreso

El progreso sin un mito -en el sentido antropológico, y con materialidad objetiva- no tiene ningún sentido. Para que alguien pueda decir “hay progreso” tiene que saber que ayer estaba en Chacarita, hoy en Medrano y que, en realidad, a dónde quiere llegar es a Leandro N. Alem. Para que haya progreso primero tiene que haber un trayecto con un objetivo. Es muy importante darse cuenta que hoy cuando nos dicen que tal avance técnico-cientifico es un progreso lo que nos están diciendo es una mentira ideológica.

El nacimiento de la política

La política nace en la modernidad occidental en el momento de la sacralización de la sociedad: hay un desplazamiento de los lugares sagrados hacia la sociedad. La sacralización de lo social le da al hombre – como promesa, como devenir- todos los atributos de cualquier sacralidad: todo le está permitido, no ya, sino cuando llegue el momento. Entonces aparece la idea de que si el Hombre es el sujeto sagrado, tiene que poder decidir de todo. Tiene que poder decidir del fin de la injusticia, de la escasez, dela enfermedad… La política es eso.

El desteje

Hoy en día, ese Hombre de modernidad está desterritorializado de él mismo: se está destejiendo. Y la política manifiesta este desteje en la perdida de potencia de la relación de las personas con sus instituciones. Está pasando exactamente lo mismo que en el Renacimiento, cuando la Iglesia le dice a Galileo: “Te vamos a matar: la Tierra no se mueve” pero las naves del Vaticano navegaban con las cartografías de Galileo. Estamos en ese punto.

Macri y los mediocres

Ahora tenemos a las iglesias modernas – los partidos y sus candidatos-, demostrando que hay que ser muy ignorante para ser político. Y que están muy al pedo. Porque, ¿de qué se ocupa un candidato? Solamente de ser elegido. Si sos muy inteligente olvídate de ser candidato. Para ser candidato tenés que ser un mediocre total. Tenés que querer aprovecharte del poder y esas cosas… Es rarísimo que hoy aparezca un Mandela , aunque es cierto que de vez en cuando aparece un tipo decente. ¿Qué pasa entonces? Esos tipos y tipas, cuando están del otro lado, se dan cuenta de que no es posible hacer nada; o muy poco. No es que traicionan: no pueden hacer nada. Entonces, claro, van a hacer alguito para mantener un consenso, pero no tocar la macroestructura : eso es lo imposible. El secreto que mejor conocen los políticos mediocres es la impotencia. Y les rompe las pelotas que la gente lo empuje, lo empuje… porque no pueden, no pueden. Macri no puede y está chocho. Ese es el secreto del mediocre.

El apartheid social

¿Cuál es la diferencia entre Macri y los otros? Macri tiene una diferencia fundamental que le da una potencia enorme. Macri, como todos los políticos neoliberales, sabe que mañana no va a haber agua para todo el mundo; sabe del desastre. Entonces dice: hay que construir barrios cerrados, ciudades cerradas, hay que construir ya el apartheid social que haga que nosotros, los privilegiados, podamos seguir viviendo.

El arte como resistencia

Donde hay poder hay resistencia, es cierto. Lo que nosotros vemos que resiste a esta fuerza horizontal de la técnica y la macroecnonomía, lo único que vemos que resiste son los cuerpos. Los cuerpos de los bichos, de las plantas y los nuestros también. Pero esa resistencia no se puede comprender como heroica y positiva. La resistencia a eso no son 5 hippies o 3 izquierdistas haciendo tai chi: la resistencia hoy es el desarrollo del cáncer. La resistencia se expresa en la no-viabilidad de esas vidas. La gente se muere de cáncer, la gente se vuelve loca… Lo único positivo de del sufrimiento de esos cuerpos se expresa en el arte. En el teatro y danza en particular, cuando manifiesta esta resistencia, este despedazamiento de los cuerpos, cuando nos recuerda que así no puede ser: no es posible. Ese arte no está dando pistas sobre las nuevas formas de asociación que podrían emerger en este proceso de resistencia que nos enferma.

Hormigas y cucarachas

El otro día escuchaba en la radio a Víctor Hugo. Él tiene una periodista que se ocupa de ecología que informa sobre el desastre. Victor Hugo siempre le dice: ´No hay que dejar de hacer, pero tampoco ser tremendista. Todo sistema se autoregula´. Entonces y así el único problema que no deja dormir a Víctor Hugo en paz es el cretino de Magnetto. Lo que no sabe Víctor Hugo –y si lo supiera capaz que le provocaría un insomnio mayor que Clarín- es que por supuesto que el ecosistema se va a autoregular, pero no tenemos ningún contrato firmado con nadie para que esa autoregulación nos incluya. Las hormigas y las cucharas, sí.

Demagogia cero

Ojo: yo pienso que hay que juzgar a los militares y meterlos en cana, lanzar la Ley de Medios, pero, a la vez, trabajar en un plano más profundo. Para usar una metáfora médica: estoy de acuerdo con las curas paliativas del sida; pero hace falta que alguien se arremangue ya y empiece a estudiar la posibilidad de una vacuna.

Izquierda y desarrollo

Mientras puteamos a Magnetto se está creando en la gente la ilusión de que si este hijo de puta no estuviera más la vida, nuestra vida, sería mejor. Y eso es gravísimo: canaliza la potencia de la gente en un problema que es periférico con respecto al engranaje real. ¿Es una crítica al gobierno? OK Entonces soy opositor y voto a la izquierda. La izquierda gana. Ojo: digo que la verdadera izquierda gana, la más radical. Perfecto. ¿Qué piensa esa izquierda? Que sin desarrollo de las fuerzas productivas no hay posibilidad de justicia social. Seguramente tendrá todas las justificaciones teóricas para pensar eso, pero hay un problema: si sigue este tipo de desarrollo, el planeta explota. Ningún partido, ni por más radical de izquierda que sea, puede hoy decir: “O encontramos nuevos modos de consumo, intercambios, de compartir, o esto se va al carajo”. Y esa es la cruel verdad de estos tiempos. Pero, ¿quién gana una elección diciendo: “Si llegamos al poder van a tener que olvidarse de usar el aire acondicionado y la 4 x 4 se la van a meter en el culo”. No los vota nadie.

La enfermedad del trabajo

No hay más trabajo para todos. Es un hecho. Marx no lo sabía porque no tuvo en cuenta la finitud del modelo productivo en relación al crecimiento poblacional. Pero también es un hecho que la puerta de entrada al cáncer y la locura es el trabajo Hablo del más formal y mejor pago: el corporativo. El sistema enferma y enloquece desde ahí. Esa es otra cruel verdad de estos tiempos. Y así La Verdad se va transformando en algo cada más complejo y difícil. Una amenaza enorme. Yo, que adoro a Sartre, sé que prefirió ocultar el desastre que era la Unión Soviética para “no desesperar a la clase obrera”. Terrible error. Todo el trabajo de base que hacemos, todos los espacios que construyamos, tienen que lograr la potencia de cambio de la que es capaz la gente sin que sea a costa de ocultar la verdad, por más compleja y desesperante que nos parezca. Porque quizás esa complejidad sea la base de la potencia de nuestra acción.

Lecciones de ayer

El conflicto siempre es múltiple. Y hay una gran conflictualidad en Argentina. Conflictualidad quiere decir que no hay dos bordes, sino muchos. Lo aprendí en los años 70, con el feminismo, la contracultura del rock, el hipismo, las pequeñas comunidades, las luchas revolucionarias… La represión, ¿qué hizo? Atacar esos niveles de conflictualidad -culturales, artísticos, sociales-, hasta llegar al enfrentamiento armado. Y cuando llegó ahí, ya habían ganado. Y nosotros -para hablar solamente de lo que conozco, del ERP- caímos en la trampa de ir al enfrentamiento de Los Malos vs Los Buenos. En vez de retroceder y decir: «Bueno, paremos a pensar. Acá el nivel de conflictualidad está desapareciendo y estamos quedando reducidos a una sola cosa». Nosotros, que solidariamente imprimíamos el diario del Frente de Liberación Homosexual, nosotros, para quienes el Che Guevara era el tipo que había defendido el arte surrealista no figurativo frente a la bosta del realismo socialista, nosotros caímos en la trampa de enfrentar el buró político del bien contra el buró político del mal. Aparecieron entonces los grados militares, los uniformes, y toda una manga de horrores que llevaron a decir: «El tipo que canta canciones de protesta tiene que agarrar los fierros». ¿Por qué? Porque así los dirigentes podían dar libre curso a su deseo totalitario de enfrentamiento. Esto es lo que acabo de co-escribir con mi ex comandante Luis Mattini, en un libro donde explico esta posición y él me contesta. Y no lo escribo para renegar de esa experiencia: de todos los doctorados y diplomas que tengo, considero que lo más importante lo aprendí en los años de militancia en el ERP y los años de cárcel.

Pensar el somos

¿Qué haría ahora si estuviese militando en Argentina? Lo primero que haría es decir: «Paremos de decir pelotudeces. Lo segundo, es dejar de pensar en función de la dupla esperanza/desesperanza. Y pensar la acción en función de potencia concreta. Por último, pensar qué queremos ser juntos. El “somos”. Si el somos es la suma se hombres y mujeres absolutamente impotencializados, serializados, el desastre es inevitable. No hay que ceder al nihilismo nazi estilo Macri que proclama “la armonía es para pocos” ni caer en el horror moderno que dice “Como ustedes tienen hambre no hay otra: rompamos la montaña y saquemos oro”. Hay que pensar en términos de la alegría que produce la acción, la potencia concreta. Y pensar ese “somos” más allá de hombres y mujeres, incluso más allá de la especie humana. Pensarla en términos de ecosistemas.

El zócalo

Lo que tenemos que crear en un zócalo común. Pero concretamente ¿Con quiénes? Para encontrarlos recurro a Marcuse, cuando nos habla de la potencialidad de los márgenes: desclasados, villeros, pobres, inmigrantes. Ese es el eje de mi militancia. Ahora mismo, por ejemplo, estoy trabajando en París con inmigrantes islámicos. Y es un desafío. Estamos hablando de una cultura que no solo oculta a las mujeres tras un velo: les cercena el clítoris. ¿Cómo construir con esas personas el zócalo? Tratamos de ver que, en realidad, los cuerpos son un problema que tenemos en común. Eso saca al occidental del lugar de avance que, efectivamente, la lucha del feminismo y los homosexuales había logrado, para mostrar que hoy tanto Occidente como Oriente tienen en común un zócalo horrible: el odio total de los cuerpos. Uno trata de borrarlo técnicamente y el otro, religiosamente.

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Cien

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Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día. 

La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán. 

En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.

En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas. 

Cien

En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica. 

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En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

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Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.

En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

Cien

Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.

Más información en www.observatorioluciaperez.org

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5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

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Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.

Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar

25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..

Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.

      – Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.

Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.

–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.

Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.

La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:

Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género.  Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.

El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.

Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.

Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como  granaderos.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado  notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón  se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje
Susana, Daniel y Daniela Pavón

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar  que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.

 El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.

La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?

Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.

La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el  centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:

 “Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación  y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.

Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.


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