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#NiUnaMás

Juntas, revueltas y hermanadas

Las mujeres tenían las palmas de las manos rojas de pintura, para expresarse en medio de la convocatoria más gigantesca, original, emocionante, justa y diversa de los últimos tiempos.

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Las mujeres tenían las palmas de las manos rojas de pintura, para expresarse en medio de la convocatoria más gigantesca, original, emocionante, justa y diversa de los últimos tiempos. Las mujeres, así, iban imprimiendo sus manos en rojo sobre papel blanco, una especie de “basta” que además incluía el nombre y la edad de miles de mujeres asesinadas. Cada palma de cada mano fue pegada a una enorme tela de 50 metros de largo, un mural que simboliza un mapa actualizado del crimen.

Juntas, revueltas y hermanadas
Las mujeres tenían las palmas de las manos rojas de pintura, para expresarse en medio de la convocatoria más gigantesca, original, emocionante, justa y diversa de los últimos tiempos. Las mujeres, así, iban imprimiendo sus manos en rojo sobre papel blanco, una especie de “basta” que además incluía el nombre y la edad de miles de mujeres asesinadas. Cada palma de cada mano fue pegada a una enorme tela de 50 metros de largo, un mural que simboliza un mapa actualizado del crimen.
La convocatoria Ni una menos se concretó durante la tarde del 3 de junio de 2015, que se instalará en la historia, no por lo que ocurrió o se dijo en el escenario montado en la plaza, sino por todo lo que se sacudió alrededor. Ocurrió en Congreso, se ramificó como una red por las calles y avenidas de la ciudad, saltó a otras ciudades del país (Rosario, Salta, Córdoba, Mar del Plata, Posadas, Mendoza, San Luis, Tucumán, Catamarca, Jujuy, La Rioja, Comodoro Rivadavia, Esquel, entre al menos otras 70 localidades) y también al exterior (Chile y Uruguay, principalmente).
El acto fue consecuencia de una catarata social a la que, en días previos, se subieron cantidad de personas maquilladas para las cámaras, cosa que ciertos sectores suponen positiva porque suma, aunque otros suponen que tal aritmética es ilusoria. No fue posible detectar mujer alguna en Congreso que haya concurrido como consecuencia de las adhesiones políticas y faranduleras. Los mismos medios, momias y zombies que ridiculizan, estigmatizan, criminalizan (como en el caso de Melina Romero) y venden como carne fresca a las mujeres, se sumaron pomposamente al Ni una menos.
Pero la concentración mostró algo diferente. Fue conmovedor, por ejemplo, ver la cantidad de mujeres humildes llegadas con sus hijos, hermanas, amigas, desde Florencio Varela, San Fernando, Cañuelas, Avellaneda, para sumarse por las suyas al reclamo. Había infinitos diálogos, infinita predisposición a comunicarse, ganas de hacerlo, de salir de lo virtual y pasar al cara a cara, cuerpo a cuerpo, mirada a mirada.
La creatividad estuvo más en los carteles pintarrajeados a mano que en las prolijas pancartas. Sirven para entender la lógica que contagió la movida.

  • Queremos que se haga justicia, no costumbre.
  • La indiferencia es violencia.
  • Disculpe las molestias, pero nos están asesinando.
  • No quiero ser la próxima.

Una chica sub 20 de pelo anaranjado en medio de un grupo de amigas había escrito a mano su propia consigna sobre la vida cotidiana, aplicable a la política, la ética o la filosofía:

  • Si ser libre es ser puta, yo soy re puta pero no soy tuya.

El monstruo y el agua caliente

Alejandra no quiso lavarse con agua las manos pintadas de rojo, y dijo emocionada: “Me las dejo así. Yo fui una mujer golpeada. Hasta que casi me mató. Cuando empezaron los golpes me puse a estudiar y me recibí de psicóloga. Tengo 53 años. Hablé con un juez y le dije que no quería morirme. Me empezó a pegar en el 92. Fueron 10 años de esa situación. Y recién este año, en noviembre, tendré juicio. Me decía mi propia mamá: ‘él trabaja, vos no, encima no te engaña, no es jugador’. Pero se enojaba cuando el agua caliente para el mate no estaba a punto. Entonces yo decía: ‘claro, hay que comprar un termo’. Nunca pensaba: ‘calentate vos el agua’. ¿Se entiende? Yo buscaba alternativas. En lugar de ‘no me tiene que pegar’, yo me preguntaba: “¿Cómo hago para que no me pegue”?
Sigue Alejandra, mientras más y más mujeres, y también algunos hombres, se acercaban a pintarse la manos en ese ritual propuesto por lavaca como parte del Ni una menos: “El monstruo lo crea una misma. Te enseñan a ser la princesa de la casa, pero propiedad de él. Si te portás mal te pego. Dicen: ‘La tengo como una reina, no sé de qué se queja’. Yo vivía con miedo de que él se enojara. Él decía: no me gusta esta comida. No te hagás problema pá, te hago otra cosa. Y el monstruo va creciendo. No sé si fue un mal marido, o un mal padre. Sé que no supo ser ni una cosa ni la otra. Yo hice una mala elección y tardé mucho en corregirla”.
Luego sintió la muerte en carne propia: “Me acuerdo que esa vez no le grité ‘no me pegues’, sino que grité ‘no me mates’. Ahí dije basta. Fui a una comisaría de la mujer, de ahí me mandaron chorreando sangre de la cara al médico forense. ‘Atiende hasta las 7’. Perome habían pegado a las 2 de la madrugada. ‘Vení mañana’, y yo chorreando sangre. Ese momento es la muerte misma. la gente dice ‘es un loco, un enfermo’. No: es malo. La ley no se cumple. Tipo que pega, tiene que estar preso. Un tipo viola a un chico como pasó ahora, y lo liberan porque el nene de 6 años ya había sido abusado (en referencia al caso del juez Piombo).
Una pancarta: “Sin feminismo no hay revolución posible”. Lo vienen diciendo hace años las Mujeres Creando de Bolivia, lucidez, rebeldía y ovarios para los que el título de esta crónica es un tributo.

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María Elina

Cato Fleitas está en Buenos Aires por unos días con su hija y su hijo. Son de Misiones, y los tres se pintaron las manos, junto a artistas como Susy Shock, Anahí, mientras el proyecto Estampidas estampaba remeras con la consigna Ni una menos tomada de la tapa de la última Mu: “Vine por una responsabilidad como papá, para explicarles e inculcarles y que sientan esto que es un golpe duro para toda la sociedad que no puede seguir existiendo. Yo respeto el amor del hogar”. Sabrina, la hija: “es un abuso sobre la mjer”. Justo, el hijo: “Para pegarle a una mujer el tipo tiene que estar re loco. ¿No sabe que a una mujer no se le pega?”
Rosa, peruana: “Soy ama de casa señor, trabajo por mi cuenta. Hay que tomar conciencia, parece mentira que se haga la vista gorda, matan a mujers cada vez más pequeñas que pueden ser nuestras hijas o hermanas. Yo tengo una nena de 14, otra de 11, no quiero que les pase esto. A mí no me pasó, pero indirectamente sí, a vecinas y amigas. La situación de las inmigrantes es complicada, porque si a las mismas argentinas no les toman las denuncias, la sociedad no les hace caso, y las autoridades no les prestan atención, imagínese a una inmigrante. Hace poco una chica que había desaparecida apareció como NN en un cementerio. Y nada de eso salió en los medios”. ¿Qué les enseña a sus hijas? “Que no las pueden atacar. Ni siquiera verbalmente”.
María Elina, jubilada como empleada de comercio, una joven en la séptima década de la vida: “Vine porque estoy cansada de la justicia que tenemos, y del machismo. A mi me tocó, pero pude salir. Pero es muy asfixiante. Mi marido me golpeaba, yo iba a hacer la denuncia, pero si no tenía marcas no me la tomaban. Al final pude salir. Pero hubo un tiempo en el que dormí con un revólver al lado de la cama, por si quería pegarme. Me lo banqué 6 años y tuve la oportunidad de escaparme. Literalmente. Me defendió un perro boxer que tenía. Ahí me di cuenta de lo que pasaba, cuando vi cómo el perro se le tiraba encima para que no me siguiera pegando´”. María Elina cuenta que su marido era odontólogo: “Se automedicaba, bah, se drogaba. Se hacía las recetitas. Los que se drogan acá no son los chicos de la esquina, son muchas personas como él. Yo sabía que tomaba las pastillitas, pero no entendía lo que entiendo hoy: que se estaba drogando. Por suerte me pude escapar, hacer otra pareja, tener hijos. Pero son momentos muy difíciles que a una le pasan. Hoy prefiero reírme”, dice, y cumple: ríe. Pero se pone seria: “En el momento, la vida se te hace imposible”.
¿Hay más casos o hay más difusión? “El periodismo es una porquería, es inmundo, muestran las cosas con morbo. ¿Te acordás con la mujer que quemó el baterista de Callejeros? Empezaron a quemar mujeres. Y eso fueron los medios”.

La cobardía

Entre las curiosidades pudo contarse el volante de apoyo al acto realizado por un gremio inesperado: Sindicato Unido de Trabajadores Custodios Argentinos. Una pancarta, más lejos, decía: “Varones y mujeres militares decimos Ni una menos”. Varones primero, ojo.
Una chiqutita de 17 años, Milagros, llegó desde San Fernando con algo escrito a pulso: “Con short o pantalón, respetame cagón”.
¿Qué te llevó a escribir esto? “Cada una sufre violencia por el hecho de ser, de salir. Conozco muchos casos a los que le pasó esto. Puse la palabra cagón, porque siempre hay una cobardía, por más que lo quieran adornar”.
Cobardía, psicopatía, maldad. Eduardo Ponce, encargado de edificio, junto a la pancarta que reunía cientos y cientos de manos abiertas. “Yo soy papá de Yamila Celeste Ponce, la mató el propio primo que salía con ella, de cinco puñaladas. Fue hace 3 meses, el 26 de febrero”. ¿Cómo entender la mentalidad del varón que hace esto? “En el caso de mi hija, para mi el primo que la mató es por la droga. Y fue un familiar. Hay que tener pelotas para aguantar todo. Yamila tenía 26 años. Ramiro es mi hijo que tiene 25. Yo estoy de pie con él. El encontró a su hermana tirada, la alzó cuando la vio, y se dio cuenta al rato de que estaba muerta. Para mi hay cada vez más violencia contra las mujeres. Yo lo que busco es que haya justicia y que cambien las leyes. Nosotros tenemos miedo de que el que mató a mi hija salga en libertad. Usted vio cómo es la justicia. la familia vive a tres cuadras de donde vivía mi hija. ¿Como se vive así, cuando hay que compartir la panadería, la carnicería?”

Degollada

Romina llegó desde Máximo Paz, Cañuelas, tomando tren, colectivo y subte. Trabaja en la cooperativa de barrido y limpieza del municipio: “Vinimos varias vecinas, mi familia, mi cuñada, mi hija Anabella, amigas. Es una marcha sin partido político, raza, religión ni nada. Es unión de las mujeres. Creo que hay que tomar conciencia de tantas chicas que mataron en este país sus parejas, hermanos, padres. Tiene que haber leyes que escuchen a las mujeres. Acá culpan a las mujeres.
Solange: “Tengo 16 años, vinimos desde Monte Grande con mi mamá, mi cuñada, mi hermana y mi sobrina. Vinimos por violencia contra las mujeres. A mí no me pasó por suerte, pero sí a mis amigas. Y a mi mamá, por suerte ya no. Hace mucho que tendría que haber marchas como éstas”.
Elizabeth llegó con su hija Bárbara desde Hurlingham. “Vengo a apoyar. No quiero más de esto, ya basta. Pero la mujer se está animando más. Trabajo en la Policía Metropolitana, y veo muchas cosas. Y se ven más mujeres. Y cuanto más difusión, la mujer agarra más coraje, se animan entre todas”. Bárbara: “Hay muchos casos, no quiero estar con miedo de salir porque te puede pasar cualquier cosa. Los hombres no quieren que las mujeres hablen”.
Roxana llegó desde Haedo con dos amigas. Lleva una remera con la foto estampada de Cynthia Filippone. “Era la hermana de una de mis mejores amigas. Cynthia fue asesinada hace 8 meses. La degollaron delante de sus dos hijitos. La causa está abierta. Vinimos de Haedo, en algún momento hay que modificar las leyes para ver si el miedo al castigo frena un poco la violencia”.
Alejandra, 6 hijos, fundó Padres Unidos por el Dolor, con una bandera que denuncia que el hospital Alberto Eurnekián, de Ezeiza, tiene 30 bebés muertos por mala atención a embarazadas. “Todavía no tenemos respuestas de nadie en el Poder Judicial”.
Con buzo azul, mujeres de la Policía Local de Avellaneda. Yanina, Gisella: “Vinimos como mujeres, nos enteramos por Facebook. La institución también adhirió y por eso no hubo problemas para que vengamos. Hay machismo, celos, superioridad para que pase esta violencia. Además la mujer ahora cada vez es más independiente, sale a trabajar, se pone las pilas, y los roles están cambiando. La mujer toma otra posición que antes no tenía. Y el machismo eso no lo acepta”.
Un hombre se pintó las manos de rojo, y de pronto estalló en llanto, cuando vio que una de las manos llevaba el nombre de una chica de una familia conocida. Hubo bebés con las manos pintadas, y señoras con bastón. Todos contaban una historia, todos buscaban el diálogo.
Guadalupe llegó desde San Fernando, con amigas. “Yo fui víctima durante cuatro años. El límite fue el día que la tocó a mi hija. El buscaba la forma retorcida de anularme, amenazarme, aislarme Decía que iba a matar a mi familia. La cuestión: me lo saqué de encima hace 8 años, y soy feliz, inmensamente feliz. En el momento parece que no hay salida”. ¿Cuál es la explicación? “Yo era modelo viva en escuelas de arte, embarazada de él. Entonces dijo: sos una puta. Pero lo mío era la cultura, la belleza, pero todo eso terminó siendo una calamidad. Esta movida es maravillosa. Es otra cosa distinta a todo lo demás.
Hubo además una delegación llegada desde Moreno, de la escuela de gestión social Creciendo Juntos. O sea: una escuela de la comunidad educativa formada por estudiantes, padres y docentes. Eran 50 alumnos, 10 padres y un puñado de docentes. Juan Giménez: “Para nosotros este es un tema de toda la vida. Y ahora es extraordinario que exista un movimiento que haya nacido sin que se sepa bien cómo”. Cristina Devita: “Me da un poco de vergüenza decirlo, pero los que quisieron venir fueron los chicos, pese a la dificultad de moverse desde Moreno. ¿cómo no íbamos a estar y acompañar? Estamos en un barrio en el que el machismo está muy arraigado, así que para nosotros es un tema central, más todavía si los chicos lo piden”.
Desde Esquel, una de las ciudades movilizadas, escribió la docente y asambleísta contra las mineras, Corina Milán: “Me alegro de la masividad de las marchas en todo el país y en Esquel. Me alegro mucho por la ola de difusión sobre la violencia social y sobre las mujeres. Lamento las hipocresías, los oportunismos politiqueros-faranduleros y las miserias humanas que nunca faltan, pero no me asombran ni quitan la sonrisa”.
Durante la noche, la enorme bandera con manos era un centro de atracción de parejas, familias, grupos de amigos, que pasaban a fotografiarla, o fotografiarse con ella. Una mujer es asesinada cada 30 horas, aunque quizás los relevamientos empiecen a mostrar que las cosas son aún peores. El tiempo mostrará en qué medida Ni una menos ayuda a que la vida triunfe sobre el crimen.

Notas relacionadas

 
Después de la marcha, fiesta en Mu Punto de Encuentro, con la música de El Plan de la Mariposa y Paloma del Cerro.

Fotos: Lina M. Etchesuri

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102 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez

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En lo que va del año el Observatorio Lucía Pérez, primer padrón autogestionado y público de violencia patriarcal, registró 102 femicidios y travesticidios en todo el país. Durante el último mes fueron 13 femicidios y un travesticidio: el de Dámaris Julieth León Guamán, en el barrio porteño de Almagro, 38 años. El asesinato de Damaris generó movilizaciones: fue una de las 118 marchas que se registraron durante el año; practicamente una por día.

102 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez

Como resultado de los 102 femicidios y travesticidios se registraron además 65 huerfanxs por femicidios.

Además, en lo que va del 2024, se registraron 75 tentativas de femicidios.

Y llevamos 1174 días preguntándonos ¿dónde está Tehuel de la Torre?

102 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez
102 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez

No son cifras:es la cartografía de la violencia patriarcal.

El Observatorio Lucía Pérez es una herramienta de análisis, debate y acción creada por Cooperativa lavaca. Se elaboran una serie de padrones que compartimos en la web de manera libre, los cuales comenzaron a confeccionarse en talleres que realizamos con víctimas de violencias, familias sobrevivientes de femicidios, organizaciones sociales y activistas del movimiento trans. Los datos así recogidos, sumados al seguimiento de lo publicado en medios de todo el país, son luego chequeados y precisados con fuentes judiciales y periodísticas.

Todo la información que producimos es de público y libre acceso en en www.observatorioluciaperez.org

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4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

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La familia de la joven asesinada en Capilla del Monte volvió a viajar de Buenos Aires a Córdoba para reclamar que se asigne urgentemente un fiscal en la causa y que se investigue su femicidio. Hace 4 años el cuerpo de Cecilia fue encontrado luego de estar 20 días desaparecido; su familia denuncia una trama local que involucra a la última persona que la vio con vida, el ex boxeador Mario Mainardi, jamás investigado, y la complicidad de la justicia de Cruz del Eje, representada por Paula Kelm, que buscó inculpar a un perejil. Gracias a la lucha familiar se logró anular esa línea de investigación, que culminó en un juicio nulo, pero desde entonces no se retomó la instrucción; y pese a que en diciembre se anunció que un nuevo fiscal tomaría la causa, eso no sucedió, y las dilaciones siguen. Crónica de una nueva reunión con promesas y sin hechos, cuando la impunidad se hace cada vez más grande y el reclamo, también: “Verdad y justicia para Cecilia Basaldúa”.

Por Bernardina Rosini

Daniel y Susana, padre y madre de Cecilia Basaldúa ya perdieron la cuenta de las veces que han viajado desde la ciudad de Buenos Aires a Córdoba con el único objetivo de lograr justicia por su hija. Han perdido esa cuenta pero no la cantidad de días que contabiliza la impunidad: 1460, es decir, cuatro años. 

En efecto, hace cuatro años (el 25 de abril de 2020) encontraron el cuerpo de Cecilia Gisela Basaldúa en un codo del Río Calabalumba en Capilla del Monte, luego de veinte días de estar desaparecida. Cuando Daniel y Susana llegaron ayer a los Tribunales en Córdoba Capital, se los ve invadidos por la bronca y el hartazgo. Son cuatro años sin Cecilia y a la par sostienen que las líneas de investigación han sido deliberadamente manipuladas y el material probatorio  de contundencia, ignorado

La última vez que estuvieron parados sobre esa vereda fue el pasado 7 de diciembre, tras reunirse con el Fiscal General Juan Manuel Delgado. Celebraban la noticia: “Tenemos fiscal, vinimos con 3.000 firmas de apoyo pidiendo fiscal y lo tenemos. Es el Nelson Lingua y comienza el 1° de febrero, después de la feria judicial”. Cinco meses después, otra vez viajan 700 kilómetros para golpear la puerta del Palacio de Justicia pues tal designación no sucedió y la causa acumula once meses sin fiscal a cargo de la instrucción.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas
Daniel Basaldúa y Susana Reyes, papá y mamá de Cecilia: viajaron desde Buenos Aires para mantener una reunión y reclamar justicia por su hija.

El baile del fiscal

Mientras los Basaldúa llegaban el 25 de abril nuevamente a Córdoba para pararse frente a Tribunales y exigir justicia, fueron notificados que la Fiscal General Adjunta Bettina Croppi los convocaría a una reunión. 

Antes de ingresar al edificio Daniel comparte la situación actual de la causa “Nos vienen diciendo que no designan fiscal porque falta una firma: me cuesta creerlo. No puedo hacer nada más que venir y reclamar. Hasta ahora la única justicia que logramos fue que no metan preso a un inocente”. 

Hoy le cuesta hablar; tiene un nudo en la garganta y el rostro de su hija estampado sobre el pecho. “Sólo espero que esta investigación vaya tras los verdaderos sospechosos, tras Mario Mainardi, última persona que vio a Cecilia con vida, quien tenía pertenencias de ella y las regaló; la policía y la fiscal Paula Kelm contaban con ésta y más información y nunca lo investigaron. No podemos creer que Mainardi, que dijo trabajar en Uber porque no podía acreditar ingresos, tenga más poder que Diego Concha, quien fue durante décadas Director de Defensa Civil de la provincia y sin embargo hoy está preso”. 

Daniel pasa lista de todos los uniformados que participaron del caso y que hoy se encuentran desplazados, procesados o presos por distintas causas: el común denominador es la violencia de género. 

Mientras las abogadas ingresan junto a los padres de Cecilia a la reunión, afuera les esperan periodistas, agrupaciones feministas, trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos y familiares víctimas de violencia institucional. Repiten el colgado de banderas, los carteles con rostros de otras víctimas, y los cantos que se recitan como mantras: “¡¡Queremos fiscal, queremos fiscal, queremos fiscal!!” y “¡¡Justicia, justicia, justicia!!”.

Al salir, Giselle Videla -una de las abogadas de la familia- comparte lo conversado en la reunión: “Para iniciar nos han pedido disculpas puesto que en noviembre nos dieron la seguridad que tendríamos fiscal apenas finalizada la feria judicial. Como hoy no hay fiscal, y están subrogando fiscales de otros territorios que toman la causa por un plazo corto de tiempo, el avance es mínimo. Nos informaron en relación a esta situación que la designación de Nelson Lingua espera la firma del gobernador, Martín Llaryora. Ahora bien, nos enteramos que será designado como Fiscal reemplazante, y no como Fiscal titular puesto que Lingua no ha rendido el concurso que lo habilita para ese cargo; debe rendirlo ahora y recién en julio- agosto podremos saber si será finalmente el fiscal titular de la causa”. 

Para que se entienda: desde que el tribunal absolviera a Lucas Bustos en julio del 2022 reconociendo su inocencia y su no vinculación al crimen, y ordenara una nueva instrucción para dar con los responsables del femicidio, la causa demoró meses en ser asignada a un fiscal. Luego recaería en el Dr Raymundo Barrera de Cruz del Eje, fiscal que, hábil con el calendario, entre feria judicial y licencias llegó a junio del 2023, mes en el que se jubiló. 

Por la presión de la familia Basaldúa, en diciembre el mismísimo Fiscal General anunció la designación del Lingua el 3 de febrero; eso no sucedió y no hay certeza de que Lingua resulte el fiscal que definitivamente dirigirá la instrucción, puesto que no cumple con los requisitos.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

Preguntas sin respuesta

Es mediodía y el cielo se refleja en las ventanas del edificio neoclásico de la calle Caseros; da la impresión que adentro estuviera vacío, que sólo es una fachada. “Hoy, 25 de abril se cumplen cuatro años de la aparición del cuerpo sin vida de Cecilia Gisela Basaldúa” lee Susana de la pantalla de su celular; ella también lleva una remera con el rostro sonriente de su hija. Sigue:

Cuatro años de impunidad y de violencia sistemática por parte del Poder Judicial a quienes pedimos y exigimos justicia por ella. La causa volvió a foja cero en el 2022 luego de pasar por un juicio vergonzoso.

El tiempo pasa y los asesinos de Cecilia siguen libres e impunes. No tenemos fiscal ni respuestas” y continúa “¿Cómo vamos a llegar a la verdad? ¿Qué fue lo que pasó con Cecilia? ¿Por qué tardó tanto en aparecer? ¿Dónde está Mario Mainardi? ¿Por qué la fiscal Paula Kelm ordenó tan rápidamente detener a un joven sin tener pruebas? Todas estas preguntas nos conducen una y otra vez a un círculo cerrado de impunidad entre funcionarios judiciales que se jactan en demostrar un abuso de poder constante”. 

La carta leída en la vereda, casi sobre la calle, concentra todas las preguntas que la investigación del femicidio debiera responder. 

Y la carta también cierra como se espera que cierre la investigación: “Verdad y Justicia para Cecilia Basaldúa”.

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91 femicidios y ninguna respuesta

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“Nosotras, familias sobrevivientes de femicidios nos dirigimos a usted para solicitar con respeto y esperanza una audiencia” dice la 2ª carta del colectivo que nuclea a familiares de todo el país, dirigida a Javier Milei. Este 8 de abril las Familias Sobrevivientes de Femicidios se reunieron en Plaza de Mayo, como todos los primeros lunes de cada mes, mientras el mundo seguía el eclipse de sol. Denunciaron en un documento –también presentado en la Casa Rosada– que hasta el domingo 7 se produjeron 91 femicidios en el año, que dejaron además 9 víctimas menores asesinadas y 52 huérfanos. Hay, en lo que va de 2024, 18 mujeres desaparecidas. Luego las Familias hablaron sobre las causas, el factor narco y la responsabilidad del Estado.

91 femicidios y ninguna respuesta

Marta, madre de Lucía Pérez y Facundo, el papá de Luna Ortiz. La lectura del documento que exhibe el nivel de violencia contra las mujeres en el país.

En sintonía con el eclipse de sol de este lunes, la Plaza de Mayo presentó de pronto un clima desapacible, frío, ventoso, mientras las Familias Sobrevivientes de Femicidios volvieron a presentarse allí para visibilizar el reclamo sobre las mujeres asesinadas y para solicitar por carta (la 2ª en el año) que el presidente Javier Milei las reciba.

El grupo, alineado en sillas negras de espaldas a la Casa Rosada, aguantó la ventolera y leyó un documento del que se desprenden distintos datos:

  • º Hubo 91 femicidios en los 98 días del año hasta el domingo 7 de abril, registrados por el Observatorio Lucía Pérez.
  • º Además, 9 víctimas menores fueron asesinadas en el transcurso de esos femicidios.
  • º Otro saldo: 52 huérefanxs.
  • º Se contabilizaron otros 62 intentos de femicidios.
  • º Hay en el país 18 mujeres desaparecidas en lo que va de 2024.
91 femicidios y ninguna respuesta

Mariela, y el reclamo por su hija.

Genocidio por goteo

Sobre estas cifras –que revelan lo que Marta Montero (madre de Lucía Pérez) define como “genocidio por goteo”– no ha habido respuesta alguna por parte del Estado.

El texto de la misiva fue presentado por la propia Marta, su esposo Guillermo Pérez, Susana Reyes (madre de Cecilia Basaldúa), Mariela Quintanilla (madre de Iara Nardelli), Facundo Ortiz y Marisa Rodríguez (padres de Luna Ortiz) en nombre del colectivo.  

El texto: “Señor Presidente de la Nación Argentina. Nosotras, familias sobrevivientes de femicidios nos dirigimos a usted para solicitar con respeto y esperanza una audiencia. Creemos necesario y urgente ser escuchados por usted. Desde ya, muchas gracias”. En marzo se había presentado la primera carta en la Casa Rosada y les dijeron que sería derivada a Karina Milei, secretaria general de la Presidencia.

91 femicidios y ninguna respuesta

Susana con imágenes de su hija, Cecilia Basaldúa.

Asesinadas en democracia

Susana Reyes, con una foto de su hija y las palabras “Verdad y justicia”,   recordó que hace cuatro años desaparecía Cecilia Basaldúa en Córdoba, cuyo cuerpo apareció el 25 de abril de 2020. “Y todavía estamos luchando para tener un fiscal en la causa por el crimen de mi hija, porque hubo un primer juicio en el que metieron preso a un inocente. Hay muchas causas armadas en Córdoba. Ahora estamos esperando que nos nombren nuevo fiscal, porque el que nos habían designado se jubiló el año pasado en agosto. Y no salió el decreto del nuevo.  Nosotros vamos a seguir siempre. Estamos luchando no solo por Cecilia sino por todas y todos los asesinados en democracia”.

Susana agrega: “Queremos que nos reciban para ver si nos pueden escuchar, si pueden hacer algo. Cada vez son más muertes que se siguen sumando. Hay niños huérfanos y las madres también quedamos huérfanas por la muerte de nuestras hijas. Así que vamos a seguir peleando hasta las últimas consecuencias”.

91 femicidios y ninguna respuesta

Marisa y Facundo, los padres de Luna Ortiz. El caso de su hija (drogada y muerta por sus captores) fue calificado como “homicidio imprudente”. Las familias reclaman justicia.

Homicidios imprudentes

Facundo suma sobre la historia de su hija, Luna Ortiz (19 años cuando fue asesinada el 2 de junio de 2017): “Hace ya siete años que asesinaron a Luna y todavía no podemos llegar a conseguir justicia, es una lucha interminable. La causa está en Casación, la Sala I. Es algo muy importante. Necesitamos que estos jueces nos escuchen y tomen una buena decisión condenando a Villarreal por femicidio”.

Para comprender: Luna fue contactada por Isaías Villarreal el 2 de junio de 2017 mediante Facebook. Se encontraron y él la llevó a su casa, donde la esperaban otros dos hombres: ahí la drogaron, la alcoholizaron y la trasladaron en un raid en el que la intercambiaban como mercancía. Un día después, el 3 de junio de 2017, encontraron el cuerpo de Luna sin vida en la casa del propio Villarreal. Los jueces Ariel Introzzi Truglia y Sebastián Hipólito Urquijo y la jueza Verónica Mara Di Tommaso lo condenaron finalmente al máximo posible solicitado por un delito menor: 4 años y 11 meses por “suministro gratuito de estupefacientes destinado al consumo personal en concurso real con homicidio imprudente”.

Marisa, la madre de Luna, agrega: “El femicidio sigue impune, nos encontramos en la etapa de Casación otra vez planteando un femicidio. Apelando lo después de siete años de impunidad porque los jueces liberaron a uno de los femicidas de Luna. Vamos a seguir luchando porque queremos justicia por Luna y por todas nuestras hijas”.

91 femicidios y ninguna respuesta

Lucía Pérez y Carla Soggiu. “Luchamos por justicia para todas”.

¿Cuál es la responsabilidad del Estado?

Guillermo (el padre de Lucía Pérez): “Hace 8 años que venimos buscando justicia por nuestra hija (el femicidio ocurrió el 8 de octubre de 2016 y provocó el Primer Paro Nacional de Mujeres). Ahora el 29 de abril tenemos el recurso de Casación”. En el caso de Lucía, en marzo de 2023 hubo sentencia a perpetua en un caso (Matías Farías), y el otro acusado (Juan Pablo Offidani) terminó con una condena menor, 15 años en total, como “partícipe secundario” del crimen, que incluye la condena a ambos por la venta de drogas en la puerta de una escuela secundaria, lo que desencadenó toda la tragedia. La familia apeló la sentencia a Offidani, y las defensas de los acusados apelaron sus condenas. Es lo que comenzará a debatirse en el tribunal de Casación bonaerense.

“Queremos justicia” dice Guillermo, “y que nuestras hijas puedan descansar”.

En el documento presentado el mes pasado al gobierno junto a la solicitud de audiencia, se planteaba una mirada amplia y a la vez profunda de lo que ocurre: “No podemos hablar de femicidios y travesticidios sin hablar de narcotráfico, como no podemos hablar, sin nombrarlo, de ningún otro tema de esta emergencia social que estamos padeciendo hoy: hambre, desocupación, destrucción de la educación y salud pública. Todos fuegos que alimentan el incendio de nuestro futuro y paz social”.

Marta Montero habla sobre el rol estatal: “El Estado es responsable, por eso hablamos de genocidio, con un Estado que no hizo ni hace nada por evitarlo. Y decimos que son narcofemicidios, porque muchísimas veces tienen que ver con esa cuestión de lo narco, donde el Estado no solo está ausente sino que muchas veces está presente, porque ¿quién es el que no hace nada cuando venden droga en la puerta de una escuela? La policía, que es parte del Estado. ¿Y quién deja impunes muchos de estos crímenes? El Poder Judicial, que es parte del Estado”.

¿Y en los casos en que el origen es la violencia dentro de una pareja? “El Estado también es responsable al no avanzar en las investigaciones, al ocultar pruebas muchas veces, al dejar impune al asesino, al no atender a las víctimas, a los huérfanos, a las familias. Pero además, muchas veces esa violencia se genera por lo que hablábamos antes: el tema de la droga, la violencia que se genera territorialmente y en la gente que está en eso, que termina golpeando y matando a las mujeres”.

91 femicidios y ninguna respuesta

Marta y Guillermo, los padres de Lucía.

El caso de Lucía implica una ruptura y un precedente, porque la familia logró que se anule el primer y vergonzoso juicio que absolvió a Farías y Offidani por el femicidio, acusándolos solamente de vender droga en vereda de la escuela marplatense a la que iba Lucía, que tenía 16 años cuando la mataron. Esa anulación permitió el segundo juicio (el que ahora irá a Casación por las respectivas apelaciones) y motivó además un jury: un juicio a los jueces de aquel primer proceso. “Estamos esperando que se concrete, porque ya está todo listo” explica Marta.

El rol de Marta Montero en Mar del Plata generó la invitación a participar con una ponencia en la 5º Asamblea Mundial por la Salud de los Pueblos que se está llevando a cabo en esa ciudad hasta el 11 de abril. Marta intervendrá este martes 9 en una sesión que tratará “Justicia de género en salud. Praxis feminists por la justicia en salud”. En el panel coordinado por Melanie Alperstein (Sudáfrica) intervendrá Marta (Femicidio, luchas por la justicia de género y rendición de cuentas), Julie Dale, de Brasil (Violencia y discriminación contra LGBTQI+), Zahira Bouhabra (en conexión desde Marruecos), y hablará sobre Resistencia a los sistemas violentos y respuesta a las crisis de violencia de género Rawia Mahmoud (en conexión desde Sudán).

Lo crucial del trabajo de la familia continúa en Mar del Plata con La Casa de Lucía, punto de encuentro, de conferencias, recitales, eventos culturales y lugar además de acompañamiento para otras familias víctimas de violencia o de femicidios.

O sea que allí se reúne lo académico con lo barrial y la solidaridad concreta, no discursiva. Sostiene Marta: “Para nosotros es una alegría, porque hay un enorme movimiento alrededor de las cosas que se hacen allí. Vienen mujeres, familias, también estudiantes, abogados, de todo. Estamos empezando un curso de huerta, pero también va a ser lugar para que terminen la secundaria quienes no pudieron hacerlo. Y el acompañamiento a otras familias es fundamental, porque a todos nos pasa que ante la justicia estamos desorientados, te hablan de modos que no entendés muchas veces. Con la experiencia que lamentablemente hemos tenido, ahora podeos ayudar a otra gente que pasa por lo mismo para que conozca y entienda sus derechos, y cómo llevar adelante las causas”.

Vuelve a hablar sobre la casa, y la cantidad y calidad de eventos que allí suceden: “Eso sorprendió incluso a los vecinos. Nos decían que era una casa que había estado siempre cerrada, oscura, abandonada (había pertenecido a un grupo narco, según puede verse en MU 190). Y la gente del barrio nos dice que hoy pudimos transformar esa oscuridad en una luz muy linda, que les da entusiasmo. Imaginate la alegría que es para nosotros” dice Marta, cuando se iban de Plaza de Mayo habiendo presentado la carta y el informe y –sorprendentemente- el lunes frío, ventoso, desapacible y eclipsado se transformaba en un día de otoño cálido y luminoso.

El próximo encuentro está previsto para el 6 de mayo.  

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