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Leonie Duquet: los socios del silencio

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Este domingo en la Iglesia Santa Cruz se realizó el funeral de la monja francesa Leonie Duquet, cuyos restos fueron hace pocos días identificados por el Equipo de Antropología forense. Para recordarla, publicamos estos documentos que pertenecen al archivo desclasificado del Departamento de Estado norteamericano donde se reconstruye fielmente quiénes sabían todo acerca de su secuestro. Corresponden a 1978, es decir, apenas transcurrido un año de la desaparición forzada del grupo de Madres, familiares y solidarios colaboradores que fueron infiltrados por Alfredo Astiz.

Entre el 8 y 10 de diciembre de 1977, las religiosas francesas Alice Domon y Leonie Duquet, junto a un grupo de Madres y familiares de detenidos-desaparecidos fueron secuestradas por fuerzas de seguridad de la dictadura militar.
Alice y Leonie eran miembros de la congregación de las Misiones Extranjeras de París. Trabajaban con un grupo de personas que buscaban a sus familiares desaparecidos. Se reunían con ellos en la Iglesia de Santa Cruz, para darles apoyo espiritual y ayudarlos en la búsqueda.
Las doce víctimas fueron secuestradas por un grupo de tareas de la Armada Argentina y luego detenidas y torturadas en la Escuela de Mecánica de la Armada. El marino Alfredo Astiz fue el principal responsable del operativo de secuestro y desaparición. Astiz se había infiltrado tiempo antes en el grupo de familiares con el alias de “Gustavo Niño”, haciéndose pasar por familiar de un desaparecido.
Por lo que hoy se ha podido reconstruir, principalmente gracias a las versiones de testigos de los hechos, las monjas fueron llevadas a la Escuela de Mecánica de la Armada, donde luego de seis días de ser sometidas a torturas y vejámenes, fueron asesinadas según la metodología característica de la Armada: se les aplicó una inyección de pentotal y sus cuerpos fueron arrojados a las aguas del río.
En lo que constituyó una torpe maniobra del Gobierno por distraer a la presión diplomática y la opinión pública internacional, Alice y Leonie fueron fotografiadas en la ESMA bajo una bandera de la agrupación Montoneros, con el objetivo de culpar este grupo del secuestro. La hipótesis fue prontamente descartada en general por todos los sectores.
Los gobiernos de Estados Unidos, Francia y la Iglesia Católica ejercieron presiones sobre la Junta Militar para que se resolviera el caso de las monjas, pero luego de un tiempo las acciones se fueron debilitando y finalmente el asunto quedó en el más completo olvido.
El secuestro de las monjas francesas y las Madres de Plaza de Mayo fue uno de los golpes más duros de la dictadura para con los familiares de las víctimas. Sin embargo, la intimidación no tuvo efecto. Por el contrario, las Madres volvieron a su ronda el jueves siguiente y continuaron demandando por justicia y verdad, hasta el día de hoy*.
Esta publicación contiene una serie de documentos desclasificados por el Departamento de Estado de Estados Unidos y una selección de documentos de la prensa gráfica argentina. Los 16 documentos desclasificados fueron seleccionados por el National Security Archive y la edición del material estuvo a cargo de Virginia Feinmann y Valeria Barbuto del Programa Memoria y Lucha contra la Impunidad del CELS .
LA INFORMACION OBTENIDA
De esta serie de documentos de desprende que:
-Unos días después del secuesro, la madre superiora de la orden a la que pertenecían las monjas asegura, en Francia, que “están vivas y gozan de buena salud” y que esta información la había recibido de la Nunciatura argentina.
– El diario La Nación especula que el secuestro es una provocación para moletar al gobierno y se produjo para perturbar el normal desarrollo del Mundial de Fútbol.
– El Comité del Episcopado argentino se reunió para analizar el tema, pero no resolvió nada en concreto.
– El embajador argentino ante los Estado Unidos, Aja Espil hace declaraciones a la prensa para fortalercer la versión de que el secuestro es responsabilidad de la agrupación Montoneros.
– Un gerente de la empresa Coca-Cola informa a la embajada que dos empleados de seguridad de la empresa -oficiales de las fuerzas armadas argentinas- le comentan sobre el secuestro de las monjas y el problema que implica su liberación: no podían aparecer vivas si el gobierno había atribuído su secuestro al grupo Montoneros.
-Existían diferencias entre los funcionarios de la embajada norteamericana en cuanto al tema. Tex Harris, por ejemplo, escribió un detallado informe conteniendo datos respecto a lo ocurrido con las monjas y lo recibió devuelto y con la información suprimida por parte del equipo con sede en Buenos Aires. En un casette graba, entre otras cosas, un informe sobre las monjas francesas, fechado el 31 de mayo de 1978, donde ya ubica el lugar donde fueron arrojados los restos y detalla el método con que se deshacían de los cuerpos las fuerzas represivas: un “oficial de la policía que alardeó frente a uno de nuestros oficiales de la Embajada sobre el método argentino para deshacerse de los cuerpos. Esto ha sido ahora- de acuerdo con la fuente- centralizado en una operación para todas las acciones que ocurren dentro del Primer Cuerpo. Las personas luego de que han sido interrogadas o se estima que ya no son de ninguna utilidad y se ha tomado una decisión a nivel mayor deberán ser ejecutadas. Entonces se les dice que están siendo trasladadas a la Provincia de Corrientes y que deben recibir una inyección antes de ir por razones de salud. Las personas dócilmente se someten a la inyección que contiene curia, que es un derivado del veneno utilizado por los nativos del Amazonas en sus cerbatanas. Evidentemente tiene el efecto de contraer los músculos. Al recibir la dosis la gente muere muy poco después y uno de los efectos del veneno es contraerles los pulmones. Entonces son introducidos en aviones que despegan del aeropuerto de Campo de Mayo y son arrojados en la boca del río donde se hunden y son rápidamente devorados por los peces…”
-La Embajada de EEUU recibió una carta que un detenido que logró escapar de la ESMA envio a la agencia de noticias AP, donde detalla que las monjas estuvieron allí, que fueron torturadas y luego “trasladadas” (lo que en la práctica significaba la muerte). La Embajada de EEUU recomienda al Dto. de Estado norteamericano que, si esta carta se hiciera pública, deben decir que es una de las muchas recibidas, con una amplia gama de alegaciones y que el Departamento no tiene información para confirmarla o desmentirla. La persona que envió la carta fue luego recapturada y permanece desaparecida al día de hoy.
-El Dto. de Estado norteamericano recomendó a su Embajada presionar sobre el tema de las desaparición de las monjas, y que pidieran una audiencia con Videla para tratar el asunto. Pero que luego, sin embargo, prefirió seguir la misma línea que Francia y el Vaticano y dejar de presionar, en virtud de preservar intereses más amplios de las relaciones bilaterales.
Los documentos
6 de diciembre de 1977– El embajador argentino en Francia, Dr. Tomás de Anchorena, afirma ante la Academia Diplomática Internacional de París, que la “lucha antisubversiva” está terminada y que el gobierno iniciaría el camino hacia la democracia. Culpa de la crisis argentina al “accionar de este nuevo y tremendo mal que está invadiendo occidente: el terrorismo. Nuestras Fuerzas Armadas […] acompañadas por el apoyo y la solidaridad de todo el pueblo, enfrentaron con pleno éxito a este enemigo no convencional. Ello ha exigido un largo esfuerzo de adaptación a una lucha que calificamos de sucia frente a la delincuencia que jugaba a todo o nada.”
Diario La Opinión 7/12/77
8 de diciembre de 1977– Un grupo de Madres y familiares junto a la hermana Alice Domon realizan una reunión en la Iglesia de la Santa Cruz, para elaborar un listado de personas desaparecidas y ultimar los detalles para la publicación de una solicitada en el diario La Nación. Hacia las ocho de la noche, un grupo de hombres armados vestidos de civil, se dirigieron hacia donde se encontraba Alice Domon y los familiares. La esposaron y, arrastrándola por el pelo, la obligaron a subir a los coches. De la misma manera se precipitaron hacia los familiares a los que se acababa de confiar el dinero que habían recaudado para la publicación de la solicitada.
10 de diciembre de 1977– Madres y familiares publican la solicitada con el listado de nombres de desaparecidos exigiendo conocer su destino. El gobierno militar difunde en los medios de comunicación el slogan “Paz para Navidad”. Los familiares afirman que “LA PAZ tiene que empezar por la VERDAD” La Nación 10/12/77
Uno de los que suscribe la solicitada es “Gustavo Niño”, quien luego fuera reconocido como el marino Alfredo Astiz, infiltrado en el grupo de Madres y responsable de su desaparición.
10 de diciembre de 1977– Un comando de las fuerzas de seguridad secuestra a la hermana Leonie Duquet.
11 de diciembre de 1977– Alicia Dellepiane denuncia el secuestro de 8 personas en la Iglesia de la Santa Cruz. Entre ellas reconoce a “Ester Cariaga, María Ponde de Bianco, Patricia Oviedo, José Fondovila, Horacio Anibal Elbert, Eduardo Gabriel Horane, Raquel Bulit y la hermana Alicia, una religiosa misionera del Movimiento Ecuménico.” La Prensa 11/12/77
13 de diciembre de 1977– El General Videla, afirma que la desaparición es una consecuencia de toda acción contra el terrorismo y declara que el gobierno desconoce el paradero de los desaparecidos a raíz de cuatro causas:
“*Paso clandestino a las filas de la subversión;
*Abandono del país con cambio de nombre, luego de militar en las filas extremistas;
*Imposibilidad de reconocimiento de cuerpos mutilados por explosiones, el fuego o los proyectiles, a raíz de enfrentamientos bélicos entre fuerzas legales y elementos terroristas
*Un exceso en la represión” La Opinión 13/12/77
13 de diciembre de 1977– Robert Cox en su editorial del Diario Buenos Aires Herald concluye que los secuestros de quienes estaban trabajando en la elaboración de la solicitada fueron llevados a cabo por “gente que hubiera preferido que esa petición nunca viera la luz del día” . Su texto afirma que los autores tienen que haber pertenecido a las fuerzas de seguridad (dando por tierra con la explicación oficial sobre la responsabilidad de Montoneros). Cox se pregunta:
“Todo esto ¿se relacionaba con la política oficial? ¿O acaso es que quiénes superan cierto nivel pueden crear su propia política, aún en temas sensitivos que afectan la imagen internacional del país? Si los ocupantes de los coches sin identificación no eran integrantes de los cuerpos de seguridad: ¿cómo es posible que hayan podido operar tan desembozadamente en una de las metrópolis más férreamente vigiladas del mundo? Detrás de estas preguntas hay otra que, por supuesto, es mucho más importante ¿quién es el que puede beneficiarse con la prolongación de un clima de incertidumbre que ya debiera ser cosa del pasado” Buenos Aires Herald 13/12/77
14 de diciembre de 1977 – Un vocero de la Cancillería Argentina informa que las autoridades francesas se han “interesado” por el caso de las monjas desaparecidas aunque no han realizado ninguna presentación formal. La Opinión 14/12/77
15 de diciembre de 1977– La Madre Superiora de la orden a la que pertenecen Alice y Leonie, declara en Francia que “se hallan vivas y con buena salud”. Afirma que esta información “le ha llegado por conducto de la Nunciatura”. La Nación 15/12/77
15 de diciembre de 1977– El embajador de Francia en Buenos Aires, Francois de la Gosse, dirige una carta al Ministro de Relaciones Exteriores, recordando que la Convención de Viena, firmada por Argentina, obliga a informar a la respectiva embajada cuando ciudadanos extranjeros son detenidos dentro de las fronteras argentinas. Buenos Aires Herald 15/12/77
15 de diciembre de 1977– El diario La Nación reproduce la versión del diario francés France Soir, que “adelanta hipótesis -por cuenta de observadores extranjeros- de una provocación montada para molestar al gobierno militar que, a pocos meses de la realización del Campeonato Mundial de Fútbol, se muestra deseoso de ofrecer una mejor imagen de la Argentina […] y aporta agua al molino de quienes estiman que el mejor medio para provocar la caída del régimen militar es, precisamente, el de impedir que la copa del mundo se desarrolle en buenas condiciones.” La Nación 15/12/77
17 de diciembre de 1977 – El Comando de Zona 1 del Ejército afirma por medio de un comunicado que las monjas francesas fueron secuestradas por la organización Montoneros. Según esta información, el objetivo del secuestro es conseguir declaraciones de repudio a la Junta militar por parte del Gobierno Francés y la Iglesia, una declaración del Gobierno Argentino para difundir en la opinión pública internacional la situación de los detenidos desaparecidos y la liberación de 21 presos políticos. El mismo día, el Gobierno Nacional lamenta los secuestros de las monjas y expresa su “vivo y categórico repudio a todo intento perturbador de la paz y tranquilidad de los argentinos”. La Nación 18/12/77
19 de diciembre de 1977 – El Comité Permanente del Episcopado se reúne para tratar el tema del secuestro de las religiosas. Sin embargo, de esta reunión -de la que participaron los Monseñores Aramburu, Primatesta y Zaspe, quienes frecuentemente almorzaban con Videla- no surgió ninguna presión dirigida a esclarecer el hecho. Buenos Aires Herald, 19/12/77
19 de diciembre de 1977 – La U.S Catholic Conference, National Council of Churches y la Anti-Defamation League of B´Nai -B´rith, presentan al embajador argentino en Estados Unidos Jorge Aja Espil una carta en la requieren la inmediata liberación de los prisioneros de conciencia detenidos por el gobierno. Buenos Aires Herald 21/12/77
19 de Diciembre de 1977 – Madres de Plaza de Mayo
Memorando de Conversación del Oficial de Seguridad Regional (RSO) James Kelly al Embajador Castro
Sólo diez días después de la desaparición de las Madres, el funcionario de seguridad de la Embajada recibe información de una fuente implicando a la Armada en el crimen. “[El] RSO se encontró recientemente con un miembro mayor de las Fuerzas de Seguridad Argentina que ha estado involucrado en el programa de lucha contra la subversión por aproximadamente 5 años. La fuente ha probado ser confiable en el pasado y tener conocimiento con respecto a las operaciones del Servicio de Seguridad Federal en la región del Gran Buenos Aires. La fuente afirmó que el Servicio de Seguridad Federal y, hasta donde él sabía, el Ejército, no estaban involucrados en el secuestro de las Madres de Plaza de Mayo o de las dos monjas francesas. O bien fueron tomadas en custodia por la Armada o fueron secuestradas por fuerzas de los Montoneros. La explicación más probable es que son víctimas de las ambiciones políticas del Almirante [de la Armada] Massera, quien ha estado buscando formas de socavar la influencia del Presidente Videla. El secuestro de las Madres y las Monjas justo antes de las celebraciones de Navidad perjudicaría la posición de “Paz para Navidad” de Videla y lo haría objeto del ridículo internacional. También, debilitaría su posición como Presidente y líder del Gobierno en Argentina.
20 de Diciembre de 1977 – Desaparición de “Simpatizantes” del Grupo de Madres: últimas novedades
Telegrama del Embajador Castro al Departamento de Estado
El Primer Cuerpo del Ejército, comandado por el conocido violador de los derechos humanos General Carlos Guillermo Suárez Mason, había anunciado que poseían una carta en la que Montoneros insurgentes reconocían su responsabilidad por el secuestro de dos de las colaboradoras de las Madres. Un grupo de familiares de las madres desaparecidas visitó la Embajada el 19 de Diciembre, “para urgir al gobierno de los Estados Unidos a continuar su presión contra el gobierno de Argentina para que libere a sus familiares. Ellos clamaron que la presión internacional de Estados Unidos y Francia era la única esperanza para la liberación de sus familiares. Ellos caracterizaron al documento de Montoneros como un invento. Los familiares argumentaron que todos los eventos tienen el claro sello de una operación de las fuerzas de seguridad… Los familiares están preocupados también porque en el documento “Montonero” sólo fueron mencionadas las dos monjas francesas sin discusión de los otros que fueron llevados. Hemos desplegado los recursos de la embajada lo mejor que pudimos para tratar de llegar al fondo de este oscuro asunto. No es sorprendente que aún nuestros contactos dentro del gobierno desacrediten en privado la “trama Montonera”.
21 de diciembre de 1977– La Comisión Permanente del Episcopado Nacional, difunde el anuncio del Papa Pablo VI, con el lema que regirá a la Iglesia durante 1978: “Esta es nuestra consigna: ¡No a la violencia, sí a la paz! ¡Sí a Dios!” El texto del Papa está fechado 8 de diciembre (el mismo día en que las fuerzas de seguridad secuestraban a Alice Domon) y afirma que “Nuestro “sí” a la paz, se extiende a un “sí” a la vida” La Opinión 21/12/77
21 de diciembre de 1977– El Presidente del Congreso de Francia, declara a la prensa que según sus informantes en Argentina, las monjas francesas fueron secuestradas por fuerzas de seguridad del gobierno, imputando la versión de la responsabilidad de la organización Montoneros a una maniobra de la junta militar. Le Monde 23/12/77
24 de diciembre de 1977 – James Neilson, periodista del Buenos Aires Herald afirma que en Francia “todos están rezando por las monjas” y se pregunta si “aquí en Argentina estarán todos rezando por los desaparecidos” Buenos Aires Herald 24/12/77
24 de diciembre de 1977 – En un mensaje emitido en nochebuena, el presidente francés Valery Giscard D´Estaing, solicita a Videla que de manera urgente haga lo necesario para la liberación de las dos monjas francesas. El mensaje había sido telegrafiado el día anterior. La Opinión 27/12/77
27 de diciembre de 1977 – Aja Espil responde a los religiosos norteamericanos, negando la existencia de presos políticos y de conciencia en argentina: “me sorprende la errónea información contenida en vuestra carta”. “La esperanza expresada por el presidente Videla de una Navidad en Paz sigue en pie a pesar de que la Argentina continua siendo desafiada por los terroristas…” La Opinión 27/12/77
Fines de diciembre de 1977– A casi un mes de los secuestros de las monjas francesas y los familiares de desaparecidos, el hecho desaparece del interés de la opinión pública. El editorial del Buenos Aires Herald afirma que “este asombroso incidente parece ya haber sido excluido de la mente nacional. Poco es el interés que los medios de comunicación demuestran. Es casi como si jamás hubiese ocurrido”. Buenos Aires Herald 12/77
Aproximadamente, Enero de 1978 – Lista de Miembros del Grupo de Madres Que Desaparecieron el 8 y 10 de Diciembre, [1977]
Las víctimas listadas en este documento son:
María Ponce de Bianco
Esther Cariaga
Eduardo Gabriel Orane
Patricia Cristina Oviedo
Raquel Bulit, Angela Aguada
José Julio Fondabila
Gustavo Nino
Remo Berardo
Azucena de Vicenti
Alicia Domon (Sister Alicia)
Renee Duquet (Sister Leonie)
Años más tarde, investigadores argentinos identificaron a Gustavo Niño como el Teniente de navío Alfredo Astiz, quien se había infiltrado en el grupo de Madres. De acuerdo con el informe de 1984 de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, “[e]ntre los meses de octubre y noviembre de 1977, Astiz comenzó a ir a las misas, actos públicos y encuentros llevados a cabo entonces por los familiares de los desaparecidos, usando la identidad de Gustavo Niño”.
El informe concluyó que “[l]as doce personas finalmente secuestradas fueron mantenidas en la “capucha” [de la Escuela de Mecánica de la Armada] por unos pocos días; luego fueron trasladadas. Durante ese tiempo, fueron llevadas al sótano donde fueron interrogadas y torturadas por el Capitán de la [Armada] Acosta, Antonio Pernía, Coronel Mayor del [Ejército], Tte. Schelling o Scheller (alias) ´Pingüino` y el Subprefecto (alias) ´Selva` (Silvia Labayru – Legajo N° 6838).”
16 de Enero de 1978 – Información Concerniente a la Desaparición de Dos Monjas Católicas Francesas
Memorando de Conversación entre el Cónsul General Americano y el Presidente de Coca Cola
El Presidente de Coca Cola informó al Cónsul Americano que “dos oficiales de inteligencia del Ejército Argentino son empleados part time por Coca Cola como asesores de seguridad de planta… Como ellos han sido informantes completamente confiables en el pasado, el Sr. Ornstein se inclina a creer lo que le dijeron con respecto a las monjas. El dijo que uno de estos oficiales ´trabaja en casos de gente detenida bajo el Poder Ejecutivo Nacional´, y que cuando discutió el asunto de las monjas con los oficiales él preguntó, ´¿Por qué ser tan estúpidos como para culpar a los Montoneros por llevarse a las dos en custodia?´ Ellos le respondieron que sus colegas se llevaron a las monjas en custodia porque estaban enojados ante la moderación del gobierno y querían que se tomaran medidas más firmes. Ellos aseguraron que sus colegas consideran a la orden a la que pertenecen las monjas como izquierdista… De acuerdo con los dos oficiales con los que habló el Sr. Ornstein, las monjas están siendo retenidas en una de las unidades de detención de la SIDE [Secretaría de Inteligencia del Estado]… El Sr. Ornstein continuó diciendo que luego cenó con el General Jofre, Subsecretario de la Presidencia, y le preguntó, bromeando, qué era lo que iba a hacer con las monjas. Jofre respondió, ´¿No es esto un desastre?´. De acuerdo con el Sr. Ornstein, Jofre dejó entrever que la Presidencia está desesperada porque les han dado demasiada laxitud a los oficiales de inteligencia y ahora el gobierno no sabe cómo pararlos. El dilema es cómo liberar a las monjas cuando el comandante del regimiento en Buenos Aires anunció que las monjas estaban en las manos de los Montoneros”
20 de Enero de 1978 – Desaparición de las Monjas Francesas y Simpatizantes del Grupo de Madres
Telegrama del Embajador Raúl Castro al Departamento de Estado
El embajador indica que la Embajada no sabe el nivel de responsabilidad por la desaparición. El también afirma que personas influyentes estiman que el grupo de Madres ha sido asesinado, que el Gobierno Argentino considera el caso cerrado, y que las protestas diplomáticas no serán de ayuda.
“Resumen: “Hemos tratado intensamente de clarificar las circunstancias que rodean la desaparición de dos monjas francesas y cerca de 11 otros ciudadanos argentinos en una serie de secuestros entre el 8 y 10 de diciembre. Nuestros descubrimientos son contradictorios e incompletos, y persiste el hecho de que al momento de escribir estas líneas no tenemos ningún conocimiento seguro respecto de los secuestradores de las monjas o de su -paradero actual- nuestras fuentes en general coinciden en que la operación fue llevada a cabo por algún arma de las fuerzas de seguridad, pero qué grupo específico y el nivel de responsabilidad no está claro. La supuesta nota de los Montoneros clamando responsabilidad por el secuestro ha sido en general descartada y el fracaso del gobierno para seguir o usar públicamente esa pista indica que ni siquiera el Gobierno Argentino está seriamente convencido de la participación de los Montoneros. Fin del Resumen”.
“[A] pesar de una ´búsqueda exhaustiva´ el Gobierno Argentino no tiene información sobre lo que les ocurrió a las monjas. [Una fuente] cree que el Ministro del Interior Harguindeguy está sugiriendo que el caso debería ser considerado cerrado.”
“La embajadas de Francia y del Vaticano parecen haber caído en la resignación y la duda de que cualquier tipo de acción más fuerte tendrá algún efecto positivo. Funcionarios de ambas embajadas han especulado privadamente con oficiales de la Embajada que temen que las monjas están muertas. Tampoco hay ningún indicio de que los franceses estén inclinados a tomar ninguna acción dramática que pudiera perjudicar otros intereses bilaterales, incluyendo importantes lazos comerciales. A esta altura parece haber muy poco más que cualquier protesta diplomática pueda producir, excepto probablemente mayor frustración para el gobierno en su incapacidad para determinar qué pasó en este caso — o, más seguramente, reticencia si éste está reteniendo deliberadamente información que sería demasiado perjudicial revelar.

26 de Enero de 1978 – Esfuerzos Diplomáticos en nombre de los Trece Argentinos y Dos Monjas Francesas que Desaparecieron en Diciembre
Memorando del Secretario Asistente de Asuntos Inter-Americanos en funciones John A. Bushnell al Delegado del Secretario de Estado Warren Christopher
El Departamento de Estado estaba preparando su decisión sobre cómo votarían los Estados Unidos en el encuentro de primavera del Banco Mundial próximo a realizarse. Este memorando, basado en el reporte de la Embajada de Estados Unidos, informó al Delegado del Secretario de Estado Warren Christopher que “[l]a cuestión de quién ideó los secuestros permanece totalmente sin resolver. Nuestra Embajada ha buscado constantemente encontrar información confiable, pero no hay ninguna disponible. Algunos culpan a la Armada, algunos culpan al Ejército y algunos culpan a la Policía Federal. Nadie duda de que elementos del Gobierno Argentino están implicados en este asunto, pero los hechos concretos no aparecen. Continuaremos nuestra presión para conseguir información y para hacer presentaciones en nombre de aquellos que desaparecieron”
Pero el Delegado del Secretario no estaba recibiendo toda la información desde la Embajada. Tal como el Oficial Político Tex Harris se quejara a la Secretaria Asistente por los Derechos Humanos Patt Derian unos pocos meses después:
“Nos pidieron justo antes del voto en el Comité Christopher sobre los organismos multilaterales de crédito (1) que enviáramos un balance de las actividades de derechos humanos. Yo presenté una descripción detallada de lo que (les) había pasado. Esto fue vetado por el equipo del país como una mera especulación y la Embajada una vez más afirmó que continuábamos confundidos frente a la desaparición de las monjas…”
Lo que Harris afirmaba era que aunque no estaba claro qué unidad había secuestrado a las Madres, el modus operandi apuntaba claramente a una sanción oficial Argentina del mismo. “Aunque el equipo en el país esté confundido respecto a la desaparición de las monjas, basándose en los hechos presentados queda claro por [en blanco] la evidencia circunstancial de que esta no es una operación fuera de control” [Ver 31 de Mayo de 1978, Informe sobre Derechos Humanos, debajo]
(1) Una de las herramientas que utilizó el Departamento de Estado para ejercer presión sobre la Junta Militar Argentina en el mejoramiento de su accionar en cuanto a los derechos humanos fue el voto de los Estados Unidos sobre préstamos de los organismos multilaterales de crédito. El voto en estas instituciones era decidido por un Comité del Departamento de Estado liderado por el Delegado del Secretario de Estado Warren Christopher, quien generalmente hacía de árbitro entre la Secretaria Asistente por los Derechos Humanos Patt Derian y el Secretario Asistente de Asuntos Inter-Americanos Terence A. Todman.
22 de febrero de 1978 – Posición de Estados Unidos sobre los Préstamos para Argentina del IBRD (Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento)
Guía de Prensa
Estados Unidos se abstuvo de votar por $120 millones que prestaría el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (IBRD) dependiente del Banco Mundial. Considerando los votos pasados de Estados Unidos en contra de fondos para la Junta Militar Argentina, la abstención era un claro reconocimiento hacia la Junta Militar.
(fragmento de conferencia de prensa)
P (periodista): ¿Qué posición tomó Estados unidos con respecto a los dos préstamos que el IBRD aprobó ayer para la Argentina?
R (respuesta): Los representantes de Estados Unidos se abstuvieron respecto de estos préstamos. Nuestra posición refleja nuestra continuada preocupación por la situación de los derechos humanos en la Argentina, particularmente cuando los reportes sobre desapariciones siguen llegando.
P: ¿Pero la abstención no representa un cambio? ¿Acaso los Estados Unidos no habían estado votando “No” previamente?
R: La decisión de Estados Unidos de abstenerse fue tomada en vista de indicios de que el Gobierno Argentino puede estar recientemente tomando medidas para corregir sus prácticas en cuanto a derechos humanos.
P: ¿A qué indicios recientes se refiere?
R: Las acciones recientes del Gobierno de Argentina incluyen la publicación de listas de prisioneros, acciones para acelerar el pedido de opción por el cual los prisioneros políticos pueden optar por el exilio voluntario, y liberaciones recientes de prisioneros.”

28 de marzo de 1978 – El problema de aquellos que desaparecieron
Telegrama del Embajador Raúl Castro al Departamento de Estado
El embajador Castro había pasado meses en conversaciones con funcionarios del Gobierno Argentino sobre publicar una lista de todos los detenidos, estableciendo el derecho de los disidentes al exilio, y trabajando para restituir el estado de derecho. En este cable, el Embajador analiza las opciones de Estados Unidos en el momento en el que la Junta Militar Argentina estaba por publicar una lista final de los detenidos que no necesariamente daría cuenta de muchas de las personas desaparecidas.
“6. El problema del Gobierno Argentino:
Aquellos que han estado manteniendo la esperanza de que sus parientes desaparecidos podrían aparecer sentirán un intenso sentimiento de pérdida. Los grupos específicos, como las Madres de Plaza de Mayo, clamarán para que el gobierno haga una rendición de cuentas por los desaparecidos. El asunto será reportado internacionalmente en forma creciente y dramática. De todos modos, dudamos de que asuma proporciones significativas en la política local … ”
“Las publicaciones de las listas de los detenidos, sin embargo, junto con la implementación del programa de derecho de opción (exilio voluntario) ha preparado el escenario para futuras modificaciones de las prácticas anti-terroristas del Gobierno Argentino. Estas maniobras, por mínimas que sean, crean alguna importancia en la dirección de un retorno al debido proceso y la normalidad. Ya vemos -como en la carta de la Iglesia al gobierno- crecientes presiones para presentar cargos o liberar a aquellos retenidos bajo la autoridad del ejecutivo y para cesar con las prácticas irregulares de detención (secuestros) utilizadas regularmente por las fuerzas de seguridad.”
“8. El problema para el Gobierno de los Estados Unidos:
Cuando los eventos requieran que haya público reconocimiento de muchos miles de presuntos muertos en Argentina, el Gobierno de Estados Unidos tendrá que comentar sobre la situación al tratar con el congreso y organismos internacionales, grupos de derechos humanos y particularmente amigos y parientes de los desaparecidos. La embajada recomienda que Estados Unidos evite apoyar demandas para que el Gobierno Argentino deba dar cuenta sobre los desaparecidos. Creemos que esto sería infructuoso y podría desviarnos de la oportunidad que subyace en la presente situación…. La Embajada recomienda que en la correspondencia y declaraciones públicas acerca del problema de los desaparecidos en la Argentina, el Gobierno de Estados Unidos evite un lenguaje que pueda estigmatizar este gobierno y en cambio focalizar la atención en la perspectiva de mejorar la observancia de los derechos humanos en la Argentina.”
El Embajador Castro propone que este es el momento adecuado para una presentación que “[P]odría ser útil para instaurar algunas reformas específicas que permitirían al Gobierno de los Estados Unidos abstenerse en próximos votos del IFI para préstamos argentinos. Deberíamos concentrarnos en los procedimientos de arresto en esta etapa, pues ellos son el mecanismo de los peores abusos. Deberíamos evitar presionar por liberaciones individuales -una táctica que el Gobierno Argentino utilizó exitosamente para entorpecer la fuerza de las presiones del Gobierno de Estados Unidos- y deberíamos evitar pedir rendición de cuentas por los desaparecidos, ya que esto no hace directamente nada para eliminar mayores abusos.”

30 de Marzo de 1978 – Informe sobre la muerte de las Monjas
Telegrama del Embajador Castro al Departamento de Estado
Una fuente informa a la Embajada “que las monjas fueron secuestradas por agentes de seguridad argentinos y en algún momento trasladadas a una prisión ubicada en la localidad de Junín, que está aproximadamente 150 millas al Oeste de Buenos Aires.
4. La embajada también tiene información confidencial obtenida a través de una fuente del Gobierno Argentino (protegida) de que siete cuerpos fueron descubiertos algunas semanas atrás en la costa del Atlántico cerca de Mar del Plata. De acuerdo con esta fuente, los cuerpos pertenecían a las dos monjas y las cinco madres que habían desaparecido entre el 8 y el 10 de diciembre de 1977. Nuestra fuente confirmó que estos individuos fueron originariamente secuestrados por miembros de las fuerzas de seguridad que actuaban bajo su amplio mandato de combatir a terroristas y subversivos. La fuente detalló que pocos individuos en el Gobierno Argentino estaban al tanto de esta información.
5. Esta fuente ha probado ser confiable en el pasado y tenemos razones para creer que tiene conocimiento con respecto a cuestiones de desapariciones. La Embajada solicita que su reporte sea protegido con el objeto de evitar comprometer a una fuente que ha probado ser de ayuda reportando información concerniente a individuos desaparecidos. Castro”

7 de Abril de 1978 – Reporte de la muerte de las Monjas
Telegrama del Secretario de Estado Cyrus Vance al Embajador Castro
Al enterarse de la horrenda desaparición de las madres, el Departamento de Estado instruyó a la Embajada a realizar una presentación al Presidente Videla.
“El Departamento cree que debemos actuar fuertemente ahora para hacer que el Gobierno Argentino tome conciencia de nuestra indignación frente a semejantes actos… El embajador deberá continuar la presentación sugiriendo que el Gobierno Argentino considere acciones que puedan ser tomadas contra la gente que cometió este crimen. Ellos deberían ser llevados a juicio y si alguien en posición de poder fue cómplice de este crimen, aquellos involucrados deberían ser sancionados”.
10 de Abril de 1978 – Conversación con el Presidente Videla sobre la muerte de las monjas
Telegrama del Embajador Castro al Departamento de Estado
El Embajador Castro hizo una presentación ante el Presidente Videla. “Yo dije que los informes sobre las muertes de las dos monjas habían asestado un duro golpe en la visión de los Estados Unidos con respecto al progreso argentino en cuanto a la observancia de los derechos humanos. Era nuestra opinión que es crucial para el Gobierno Argentino establecer responsabilidad por la muerte de las monjas y castigar a aquellos responsables”.
“En una discusión con el embajador francés el 7 de Abril, él me dijo que el Gobierno de Francia había llegado a la conclusión de que era infructuoso presionar más al Gobierno Argentino sobre el paradero de las monjas – las relaciones bilaterales se habían vuelto ahora severamente tensas. El Gobierno de Francia había decidido actuar de forma parecida a la de la Iglesia Argentina; presionando por un mejor tratamiento de los prisioneros, juicio o liberación de los detenidos del ejecutivo, y regularización de los procedimientos de arresto. Continuaremos reportando sobre cualquier información plausible que recibamos acerca de las monjas y sus compañeros. Castro.”
Posteriormente, los Estados Unidos siguieron el camino de Francia y la Iglesia Católica, así como las sugerencias del Embajador Castro de no presionar para una rendición de cuentas por los desaparecidos. El tema de encontrar y castigar a aquellos responsables del asesinato de las madres y las monjas fue quitado de la presentación hecha en Washington al día siguiente, y de los temas tratados por el Subsecretario de Estado en Asuntos Políticos Newsom en su visita de mediados de año a la Argentina.
10 de Abril de 1978 – [Carta implicando a la Armada Argentina en la Desaparición de las Madres de Plaza de Mayo]
Carta del prisionero escapado de la Armada, Horacio Domingo Maggio, a Associated Press
El 17 de Marzo de 1978 Maggio se escapó de la Escuela de Mecánica de la Armada. En esta carta describe cómo tuvo oportunidad de hablar con la monja francesa Hermana Alicia Domon el día después de que fuera secuestrada. “[E]lla me dijo que había sido secuestrada y que las habían obligado, bajo tortura, a escribir una carta manuscrita en francés, dirigida a la Superiora de su Orden, y que les habían tomado fotografías en lo que les pareció era el sótano del edificio previamente mencionado. También me dijo que 11 personas más habían sido secuestradas con ellas. Ellas permanecieron en la Escuela de Mecánica de la Armada por aproximadamente diez días y luego fueron “trasladadas” junto con otras once personas a un lugar desconocido”.
La Embajada de Estados Unidos dudó de la veracidad de las afirmaciones de Maggio. No fue sino hasta Enero de 1979 que la Embajada creyó en los contenidos de la carta y la envió al Departamento de Estado. Maggio fue recapturado y desaparecido en agosto de 1978.
26 de Abril de 1978 – [Derechos Humanos]
Carta del Oficial Político de la Embajada de Estados Unidos Tex Harris a los funcionarios del Departamento de Estado Michelle y Jim
“Recibimos una carta fabulosa hoy – un informe detallado de las instalaciones de detención y tortura en la Escuela de Mecánica (de la Armada Argentina). El remitente afirma haber visto a las Monjas. El agente $$$$ aquí cree que es una operación negra de inteligencia del Ejército…”
“Uno de los descubrimientos de jerga que hicimos recientemente tiene que ver con los DAMS – Personas bajo disposición autoridad militar. Este es el argot para los desaparecidos vivos no reconocidos como prisioneros. En una conversación informal la semana pasada con un contacto militar, yo pregunté cuándo aquellos DAMS serían reconocidos y me contestaron que el PON (es decir el SOP) era que los nombres de los prisioneros DAMS eran secretos. Estoy tratando de armar un informe listando todos los lugares posibles donde los DAMS podrían estar alojados. La mayoría de los lugares de los que sabemos son pequeños, con una excepción – una prisión militar en las afueras de Junín, Prov. B. A. recientemente construida. Nos han dicho que esta nueva instalación no ha sido puesta en funciones. Los agregados han hecho un informe de inteligencia sobre el lugar y estiman que llegaría a albergar a alrededor de 1000 personas con algo de hacinamiento. Espero poder averiguar algo que sea significativo. El problema es que hay muy pocas personas que sean liberadas de centros de detención ilegales.
“Han empezado a acosar al grupo de madres en la Plaza de Mayo otra vez. Evidentemente, el número de madres que se reúne allí los jueves ha empezado a crecer. Descendió abruptamente luego de que las líderes fueron desaparecidas a principios de diciembre. Recientemente, de acuerdo con las madres, ha habido cerca de 200 madres presentes. El jueves pasado, los policías entraron y vaciaron la plaza entera. No hubo violencia; las madres se están volviendo expertas en la desobediencia civil de que sólo te arrestan cuando quieres ser arrestado. Terminaré con mis saludos y un “bon mot” – Argentina es el único país en el mundo donde estás seguro en las calles, pero no en tu hogar”.
27 de Abril de 1978 – Carta acusando a la Armada Argentina de Violacioes a los Derechos Humanos — Posible Provocación
Telegrama del Embajador Castro al Departamento de Estado
“1. El 20 de abril la Embajada recibió una carta registrada de 20 páginas y tres páginas de adjuntos supuestamente escrita por un Montonero que había escapado recientemente de 13 meses de reclusión en la Escuela de Mecánica de la Armada en Buenos Aires. La carta cita números de casos de argentinos prominentes que han desaparecido durante el año pasado que fueron detenidos y torturados en la Escuela de Mecánica. Afirma que las dos Monjas Francesas que desaparecieron en diciembre de 1977 también estuvieron detenidas allí…”
“2. Un análisis de la carta supuestamente firmada por Horacio Domingo Maggio despertó sospechas en nuestras mentes de que podría ser algún tipo de provocación. Parece demasiado conveniente que muchas de las más destacadas atrocidades del año pasado hayan sido el trabajo de una unidad naval… Estamos tratando de confirmar si existen otras copias de la carta. La embajada está buscando activamente opinión informada en Argentina sobre esta carta y reportará prontamente apenas haya recibido suficiente información”.
15 de Mayo de 1978 – Dibujo de la Escuela de Mecánica de la Armada
Nota del Oficial Político de la Embajada de Estados Unidos Tex Harris a los funcionarios del Departamento de Estado Jim y Michelle
“Estos son los dibujos de la escuela de mecánica de la armada provistos por nuestra misteriosa fuente”
Casino de Oficiales
Entrada al Casino de Oficiales
Tercer Piso
Sótano (cámara de torturas)
31 de Mayo de 1978 – [Reseña de Derechos Humanos]
Transcripción de un reporte en cassette de audio del Oficial Político Tex Harris a la Secretaria Asistente de Estado Patt Derian
En un detallado y amplio informe, Harris describió el estado de situación de los derechos humanos en Argentina, la campaña de contrainsurgencia llevada a cabo por las fuerzas de seguridad, incluyendo aquellas que el Presidente Videla consideró culpables de “malos pensamientos”, y las opiniones disidentes del personal de la embajada con respecto a los reportes de la embajada sobre los derechos humanos.
“Reportando
La Embajada envió un informe sobre las (desaparición de las Madres y las) monjas (francesas) durante mi ausencia; terminó diciendo que estábamos confundidos. Nos pidieron justo antes del voto en el Comité Christopher del IFI que enviáramos un balance de las actividades de derechos humanos. Yo presenté una descripción detallada de lo que (les) había pasado. Esto fue vetado por el equipo del país como una mera especulación y la Embajada una vez más afirmó que continuábamos confundidos frente a la desaparición de las monjas…”
“Aunque el equipo en el país está confundido con respecto a la desaparición de las monjas, basado en los hechos presentados queda claro por [blanco] la evidencia circunstancial de que esta no es una operación fuera de control… Desafortunadamente la posición oficial de la Embajada es que la desaparición de las monjas aún es inexplicable. La razón por la que es inexplicable es porque se trata de otra manifestación concreta de que el gobierno ha cambiado su blanco. La primera fase de los blancos de la represión en el país fue por supuesto la línea dura de Montoneros y (indescifrable) terroristas, ellos han sido virtualmente eliminados. La segunda fase que comenzó hace aproximadamente seis meses y sobre la cual la Embajada no ha reportado aún fue focalizar sus operaciones represivas de medianoche en los intelectuales Marxistas subversivos, personas que en la definición de Videla son culpables de “malos pensamientos”. Nuestros archivos se están abultando con líderes estudiantiles, psicólogos, psiquiatras, miembros de grupos de discusión socialistas, etc. que han desaparecido…” “Yo he hecho un número de cables que unían eventos reportados a la determinación del blanco por parte de las fuerzas de seguridad argentinas sobre individuos por subversión intelectual. Esto ha sido suprimido de todos los mensajes salientes. Esta misma semana uno de nuestros agregados militares recibió uno de sus reportes devuelto por la oficina local, en el que uno de sus contactos militares en la Fuerza Aérea Argentina describía los esfuerzos del gobierno por erradicar Marxistas y subversivos…”
“La historia del cementerio de la Chacarita que ustedes escucharon de (indescifrable) también ha circulado por la embajada francesa. Los franceses están convencidos de que dentro de ese grupo estaban las monjas. Un sargento de la policía que evidentemente se encontró de golpe con el camión que traía los cadáveres a… (un) campo fuera de, en las afueras del Gran Buenos Aires. La gente de la zona no sabía que existían hasta que un helicóptero armado aterrizó y les tomaron las huellas digitales. Otra historia es entre 36 y 40 mujeres que fueron arrastradas por la marea hacia las costas de Amandayaho (sic) que queda cerca de un área balnearia a 200 millas de Buenos Aires bajando por el río.
“Esta reciente aparición con la información que revelamos, pero que otra vez (fuimos) incapaces de reportar, del oficial de la policía que alardeó frente a uno de nuestros oficiales de la Embajada sobre el método argentino para deshacerse de los cuerpos. Esto ha sido ahora de acuerdo con la fuente centralizado en una operación para todas las acciones que ocurren dentro del Primer Cuerpo. Las personas luego de que han sido interrogadas o se estima que ya no son de ninguna utilidad y se ha tomado una decisión a nivel mayor deberán ser ejecutadas. Entonces se les dice que están siendo trasladadas a la Provincia de Corrientes y que deben recibir una inyección antes de ir por razones de salud. Las personas dócilmente se someten a la inyección que contiene curia, que es un derivado del veneno utilizado por los nativos del Amazonas en sus cerbatanas. Evidentemente tiene el efecto de contraer los músculos. Al recibir la dosis la gente muere muy poco después y uno de los efectos del veneno es contraerles los pulmones. Entonces son introducidos en aviones que despegan del aeropuerto de Campo de Mayo y son arrojados en la boca del río donde se hunden y son rápidamente devorados por los peces…”

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La Ronda en la mirada de Alejandra López

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Octava entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, realizada por la fotógrafa Alejandra López.

Toda la producción de La Ronda será entregada a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas estos 40 años a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos. Esta iniciativa es totalmente autogestiva.

Por Alejandra López

Cuando Claudia Acuña me propuso que fotografiáramos la Ronda de las Madres con un grupo de colegas, acepté sin dudar con gran alegría por varias razones. Por una lado, la urgencia del registro ahora que se nos van poniendo viejitas, y por otro, la necesidad de emprender un proyecto colectivo.

La Ronda en la mirada de Alejandra López

He ido muchas veces a la Ronda. Una de mis primeras veces, yo fotógrafa debutante, lloré durante toda la cobertura y una de las Madres (no sé quién fue) me retó con ternura: “Sin llorar”, me dijo, y repitió: “Sin llorar”. 

La Ronda en la mirada de Alejandra López

Siempre hay algo de esa primera vez: la emoción, la admiración sin límites, y,  sobre todo, el asombro ante esa capacidad increíble de sostener el ritual de lucha durante 47 años.

La Ronda en la mirada de Alejandra López

Hice mis fotos el jueves 21 de marzo, en la Ronda número 2397.

Hoy más que nunca #memoriaverdadyjusticia.

Mi humilde homenaje a estas mujeres que, junto con Abuelas, son nuestro faro.

La Ronda en la mirada de Alejandra López
La Ronda en la mirada de Alejandra López
La Ronda en la mirada de Alejandra López
La Ronda en la mirada de Alejandra López

Sobre Alejandra López

Retratista.

Empezó a trabajar profesionalmente en 1990 haciendo fotografía teatral y en la revista El Porteño.

Durante 14 años fue fotógrafa de staff de la revista Viva del diario Clarín, donde fotografió a innumerables personajes del espectáculo y ha publicado en revistas como Elle, La Nación Revista, Brando, Harper’s Bazaar, Le Figaro Magazine, Bacanal.

Actualmente se dedica a la fotografía para gráficas de teatro y cine, colabora con la revista L’Officiel y es reconocida además por sus retratos de escritor, algunos ya icónicos, para editoriales de libros como Penguin Random House y Planeta.

Ha realizado numerosas muestras: Retratos (2001), La máscara (en el Festival Internacional de Teatro), Retratos de la Memoria, (imágenes de sobrevivientes del Holocausto) en el Museo Judío de Frankfurt, Calendario FOE 2009 y en junio del 2011, la exposición Algunos escritores, en la Fotogalería del Teatro San Martín. En 2021, realizó Ese día, una serie de retratos de víctimas sobrevivientes del atentado a la Amia. En 2023, Belleza Marrón, en el Centro Cultural Borges, (ensayo en colaboración con la agrupación Identidad Marrón).

Para ver más: en Instagram @alejandralopezfotografa

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Nota

La historia de las Madres de Plaza de Mayo: Érase una vez 14 mujeres…

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Se cumplen hoy 47 años de la primera aparición de las Madres en la Plaza de Mayo. La fecha llega en un momento en el que lavaca ha puesto en marcha un registro fotográfico colaborativo sobre las actuales rondas de Madres: una forma de homenaje, sabiendo que la memoria no es hablar del pasado, sino comprenderlo para actuar en el presente y el futuro.

Esta es una recorrida entonces, con un resumen del antes, el durante y el después de la instauración del terrorismo de Estado. Cuenta el nacimiento de la organización de estas mujeres que salieron a reclamar por la vida y, frente al horror y la desaparición de sus hijos e hijas, y lograron lo que parecía inconcebible: transformar el dolor en acción. ¿Cómo lo hicieron? Un recorrido por las últimas décadas, y algunas cuestiones prácticas sobre los tejidos, los territorios, las brujas y los alumbramientos. El video que muestra parte de la historia.

Por Sergio Ciancaglini

La historia de las Madres de Plaza de Mayo: Érase una vez 14 mujeres…
La historia de las Madres de Plaza de Mayo.

Había una vez un país con nombre de mujer, donde la muerte andaba suelta persiguiendo a los sueños, acorralando a la vida. Y en ese país de nombre plateado, los sueños y la vida tuvieron que aprender cómo enfrentar a los verdugos.

La historia suele ser infinita, ¿cómo contarla?

Habría que hablar de un siglo XX Cambalache, que empezó con el país granero del mundo, con trabajo para pocos, democracia para pocos, dinero para menos, alguna ilusión de tiempos mejores, seguida de décadas infames. Surgió luego un gobierno que generó una expectativa de más justicia, y más democracia. La política empezaba a estar en las calles, en las plazas, en la cabeza y en el corazón de cada persona.

Ese gobierno fue tumbado en 1955 por los poderes económicos, políticos y militares de siempre. Poco antes los golpistas habían bombardeado con la aviación militar a transeúntes inocentes en plaza de Mayo. Más de 300 muertos. Que hubiera más igualdad de oportunidades, o mejor distribución de la riqueza, era una maldición que había que mutilar. Tierra extraña; aquí siempre hubo una envidia al revés. Los ricos envidiaron a los pobres, odiaron que los pobres pudiesen mejorar.

En 1956 aquella dictadura fue pionera: secuestró ilegalmente a decenas de personas acusándolas de planear una rebelión. Los militares ordenaron los fusilamientos en los basurales de José León Suárez. Fue la Operación Masacre, como la llamó Rodolfo Walsh en un libro inolvidable. Lo que nadie sabía, ni siquiera Walsh, es que la Operación Masacre apenas empezaba.

Poco después, en una pequeña isla del Caribe frente a las narices de los Estados Unidos, hubo una revolución que se proclamó socialista. Los militares argentinos temieron que esa revolución fuese contagiosa, y gatillaron sus armas junto a los de todo el continente.

Siguieron los tiempos de proscripción política, censura, gobiernos civiles derrocados, gobiernos militares que se iban tumbando entre ellos, mientras las fuerzas armadas actuaban como tropas de ocupación en su propio país, como trincheras contra la democracia, en nombre de la lucha contra el socialismo.

Frente a eso, crecía la resistencia de quienes que no se resignaban al silencio, la censura, ni al olvido. Resistían los mayores, con una especie de nostalgia por el pasado. Y resistían también los jóvenes, como añorando el futuro, pero un futuro que querían construir con sus propias manos.

El surgimiento de las Madres de Plaza de Mayo

Un argentino que había puesto la mente y el corazón para aquella revolución en la isla del Caribe, fue capturado y fusilado cuando quiso hacer algo parecido en Bolivia. Le decían Che. Los que lo mataron no sabían que lo estaban inmortalizando. El mundo se ponía violento. En todo el planeta oleadas de jóvenes salían a reclamar justicia, igualdad, rechazo a la guerra y la muerte, un mundo distinto.

En la Argentina las dictaduras seguían tropezando con las resistencias. Hubo un Cordobazo, un Rosariazo, la juventud se movilizaba pintando paredes y pintando proyectos. La democracia seguía presa. La violencia militar seguía libre. Nacieron las organizaciones guerrilleras, que quisieron agregarle armas a toda esa resistencia.

Tal vez esta historia haya que comenzarla, entonces, en 1972. El 22 de agosto en Trelew hubo una nueva versión de la Operación Masacre. Allí habían detenido a miembros de varias agrupaciones guerrilleras. Fueron acribillados a balazos, indefensos, con el falso pretexto de un intento fuga. Mataron a 16. Hubo tres que sobrevivieron por milagro, y contaron lo que había pasado. Tal vez en aquel momento, cuando el crimen fue evidente, los estrategas militares empezaron a diseñar la represión del futuro: matar sin evidencias.

Las movilizaciones protagonizadas fundamentalmente por la juventud, empezaban a ser gigantescas. La trinchera militar no soportó la correntada de tantos sueños, y en 1973 la vida pareció cambiar. Una multitud obligó a liberar a los presos políticos. La ilusión no duró demasiado.

Fue una danza alucinada.

Cámpora ganó las elecciones. Volvió Perón. En Ezeiza las patotas de la derecha peronista acribillaron a las columnas juveniles. Perón apoyó a esos grupos, contra la juventud. Cayó Cámpora. Asumió Lastiri que era el yerno de José López Rega. López Rega era ex policía, nazi militante, secretario privado de Perón, ministro de Bienestar Social, y astrólogo esotérico. Como si su brujería funcionara, concentró cada vez más poder. Lastiri llamó a nuevas elecciones que ganó Perón. Ocho meses después, murió Perón y asumió su esposa Isabel. La sociedad miraba aturdida, mientras el sistema de la muerte se instalaba alrededor de López Rega, que organizó a los matones policiales, militares y a las patotas de la derecha, para crear un monstruo al que llamaron Triple A. Alianza Anticomunista Argentina.

La Triple A era un escuadrón de la muerte, un grupo paramilitar con vía libre para salir a matar. Estudiantes, intelectuales, sacerdotes, artistas, sindicalistas, obreros: la sucesión de fusilamientos se hizo cotidiana, el terror empezó a ser la genética de cada día.
La lista es macabra. Cientos de víctimas. Por recordar algunos: Rodolfo Ortega Peña, diputado nacional y abogado de presos políticos. Carlos Mujica, sacerdote del Tercer Mundo, Silvio Frondizi, uno de los principales intelectuales que dio la izquierda argentina, Julio Troxler, que había sobrevivido a los fusilamientos de 1956. Atilio López, uno de los dirigentes del Cordobazo, que durante la breve etapa camporista fue vicegobernador de Córdoba.

Los bombardeos en Plaza de Mayo y la matanza en los basurales habían sido premoniciones.
Los fusilamientos de Trelew fueron una secuela.

La Triple A fue el perfeccionamiento del crimen mafioso.

El terrorismo de Estado y la desaparición forzada

Pero ahora imaginemos.

Imaginemos por un momento que hubiera miles de masacres como las de los basurales de José León Suárez. Imaginemos que hubiera de pronto miles de fusilamientos como los Trelew. Y miles de Triple A matando por las calles con absoluta impunidad.

Eso fue la dictadura militar, cuando los militares dieron el golpe de Estado para imponer la máquina de matar corregida y aumentada al infinito. Fue hace exactamente 30 años. Le pusieron un nombre que sería cómico, si no fuera tan patético. Proceso de Reorganización Nacional. El comunicado número uno que emitieron decía:

Se comunica a la población que, a partir de la fecha, el país se encuentra bajo el control operacional de la Junta de Comandantes Generales de las FF.AA. Se recomienda a todos los habitantes el estricto acatamiento a las disposiciones y directivas que emanen de autoridad militar, de seguridad o policial, así como extremar el cuidado en evitar acciones y actitudes individuales o de grupo que puedan exigir la intervención drástica del personal en operaciones.

Más que nunca, la muerte andaba suelta persiguiendo a los sueños, acorralando a la vida. Pero esta vez, además, inventaron una especie de acto de magia superior a los de López Rega. La magia más perversa que alguien pueda imaginar.

No más bombardeos, ni basurales, ni fusilamientos en cárceles, ni homicidios mafiosos a la luz del día.

Los perseguidos, las víctimas, iban a desaparecer.

No iban a estar más: secuestrados y esfumados de la noche a la mañana.

Los militares creían que al no haber cuerpos, al no haber pruebas ni quedar en evidencia, nadie podría acusarlos de crimen alguno.

Eso es el terrorismo de Estado. Las Fuerzas Armadas se dedicaron a la muerte clandestina, mientras en público sus jefes iban a misa a ser bendecidos, a comulgar, y a la salida sonreían. En sus discursos hablaban de la ley, el orden, la paz y el progreso.

Empezó la cacería. Zonas liberadas, gritos en la noche, secuestros de gente indefensa, la absoluta desaparición de la justicia.

Hay bibliotecas enteras que podrían leerse para entender lo que pasó. Pero hay también una carta. Apenas un año después del golpe Rodolfo Walsh –otra vez- escribió en la clandestinidad su Carta abierta a la Junta Militar, donde explicó lo que nadie se atrevía a decir.

Hablaba de un lago cordobés convertido en cementerio lacustre. De personas arrojadas desde aviones militares al Río de la Plata, cuyos cadáveres afloraban en las costas uruguayas. Denunciaba un sistema de tortura absoluta, intemporal y metafísica, aplicada tanto con métodos medievales como el potro o el torno, como con la tecnología de la picana eléctrica, para machacar la sustancia humana. Hablaba de las guarniciones y comisarías convertidas en campos de concentración. De las mentes perturbadas de los militares que torturaban. Decía, apenas un año después del golpe y en medio de la censura y el terror: “Quince mil desaparecidos y desaparecidas, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror”.

Pero hay otro párrafo, que cada día se entiende mejor. Le decía a los militares:”Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada”.

Ahí estaba la clave para entender el crimen: la miseria planificada.

Walsh fechó esa carta el 24 de marzo de 1977, distribuyó varias copias, y un día después fue secuestrado por los militares.

Nunca más se supo de él.

Es otro desaparecido.

Érase una vez 14 mujeres: La historia de las Madres de Plaza de Mayo

En esa noche, hubo un parto.

En medio de la oscuridad, un alumbramiento.

Nació una historia.

Muchas madres y padres salieron a buscar a sus hijos. Salieron de sus casas, salieron del útero de su rutina habitual a enfrentar al aparato represivo más imponente de la historia del país. Llevaban impresas en la piel la desesperación y el amor, y de allí les nació el coraje. Recorrieron hospitales, caminaron juzgados, se atrevieron a ir a comisarías y cuarteles. Buscaron a las morgues. Nadie sabía nada. La ley del silencio. Cada día era la esperanza de una noticia. Cada noche era la frustración del silencio.

Los padres varones, de a poco, volvieron a sus trabajos.

La mayoría de las madres eran amas de casa: tenían intacto el tiempo y la sensación de que no había otra cosa que hacer que dedicar cada hora, cada minuto y cada segundo de vida a la búsqueda.

Estaban solas, moviéndose, preguntando inútilmente, aturdidas por tanto silencio. De a poco, empezaron a cruzarse por los mismos laberintos, a reconocerse y a descubrir que había otras que compartían esa especie de señal que cada una llevaba como un código secreto en la mirada: la desesperación y la incertidumbre.

Ese fue un primer triunfo contra el aislamiento. Comenzaron a encontrarse, reunirse, acompañarse. Estar juntas fue el modo de escaparle al terror de estar solas. Pero fue mucho más que eso.

Un día, esas mujeres se descubrieron a sí mismas en una iglesia militar, donde un cura psicópata les recomendaba santa paciencia y las confundía con rumores, insinuaciones y desinformaciones. Intuición femenina: les estaban mintiendo sistemáticamente, nadie hacía nada por salvar a sus hijos.

Una de esas mujeres dijo: Basta.

Y dijo: tenemos que ir a la Plaza de Mayo, tenemos que hacer ver y oír lo que nos pasa. Era una mujer con nombre de flor.

Y ese grupo de mujeres decidió que Azucena Villaflor tenía razón: su lugar sería la Plaza de Mayo.

La plaza sería el territorio de estas madres.

No tenían oficina, pero habían encontrado un lugar espacioso, aireado, iluminado y muy céntrico.

No tenían sillones mullidos, pero había bancos de plaza.

No había escritorios, pero tenían las faldas para apoyar allí las carpetas, expedientes, cuadernos o que hiciera falta.

No tenían alfombras, sólo baldosas y unas palomas revoloteando.

No tenían recepción, pero podían verse de lejos mientras iban llegando. No tenían teléfonos, pero se pasaban papelitos con mensajes, informes, o futuros puntos de encuentro.
Ocultaban esos mensajes en ovillos de lana, por si la policía o los militares se les cruzaban en el camino.

No querían que las descubrieran. Ya que tenían los ovillos, llevaban agujas y tejían en la plaza, mientras iban pasándose información, inventando qué hacer, cómo buscar, cómo evitar la impotencia de no hacer nada. Penélope tejía esperando el regreso de su marido. Ellas tejían juntas las acciones para buscar a sus hijos y denunciar lo que estaba pasando.

La primera vez fue el sábado 30 de abril de 1977. Eran sólo 14 en la Plaza de Mayo. Como no había casi nadie, decidieron volver el viernes siguiente. Después, una de las madres avisó, como atajándose de los malos augurios: “Viernes es día de brujas”. A la semana siguiente empezaron a encontrarse los jueves, el día que nunca más abandonarían, para escaparle a las brujas.

La policía empezó a desconfiar. Por el Estado de Sitio, se impedía cualquier reunión de tres personas o más, por ser potencialmente subversiva.

Para decir la verdad, en este caso tenían razón: buscar la vida era subversivo. Como pájaros de uniforme, los policías empezaron a revolotear alrededor esas mujeres que hablaban y tejían de los asientos de la plaza. Ordenaron: “Caminen, circulen, no se pueden quedar acá”. Ellas se pusieron a caminar y a circular alrededor del monumento a Belgrano, en sentido contrario a las agujas del reloj: como rebelándose contra cada minuto sin sus hijos.

Marchaban, cada jueves, en las narices del gobierno dictatorial más temible. La plaza ya era el territorio de las Madres.

Algunos periodistas extranjeros descubrieron esas raras vueltas y vueltas. Consultaron a los militares. Les contestaron que eran unas mujeres trastornadas, unas Madres Locas que andaban buscando a gente que no estaba en ningún lado. Gran parte de la sociedad prefería no darse por enterada. La censura bloqueaba orejas, cerebros y corazones. Las madres locas eran las únicas que parecían cuerdas, tejiendo y circulando al revés que las agujas del reloj.

En octubre de 1977 se sumaron a la peregrinación a Luján, que congregaba a un millón de jóvenes. El problema era cómo encontrarse y reconocerse en la multitud. Alguien propuso que todas se pusieran un pañuelo del mismo color. Lo del color era un problema, pero entonces una de las madres tuvo una ocurrencia: ¿Por qué no nos ponemos un pañal de nuestros hijos? No existían los pañales descartables y la mayoría de las madres todavía guardaba los de tela, tal vez pensando en los nietos.

Frente a la Basílica, reclamaron y rezaron por los desaparecidos y desaparecidas. Todos los que estuvieron pudieron verlas, identificadas con los pañales blancos en sus cabezas. Poco después hubo una marcha de los organismos de derechos humanos, que terminó con 300 personas detenidas, incluidos –por error- varios periodistas extranjeros. Gracias a tanta eficiencia, el mundo empezaba a enterarse de lo que ocurría. En la comisaría las Madres rezaban Padrenuestros y Avemarías. Los policías no se atrevían a incomodar a mujeres tan devotas. Entre rezo y rezo, haciendo cruces, miraban a los uniformados, les decían “asesinos”, y seguían rezando. Amén.

El hecho de reunirse, romper el aislamiento, buscar a sus hijos, se convirtió en sí mismo en un delito. Diciembre de 1977, un oficial de la marina que se hacía pasar por hermano de un desaparecido organizó el secuestro y desaparición de tres de las madres, dos monjas francesas y otros familiares y amigos. Así era el coraje militar.

Las madres estaban organizando la colecta para publicar una solicitada el 10 de diciembre, denunciando las desapariciones.

El 8 de diciembre secuestraron a Esther Careaga y a Mary Ponce de Bianco en la Iglesia de Santa Cruz, junto a ocho personas más, incluida la monja francesa Alice Domon. Esther era paraguaya. Ya había encontrado a su hija adolescente, a la que los militares habían liberado. Las otras madres le habían pedido que volviera a su casa, que ya no se arriesgara más. Esther no les hizo caso, decidió seguir junto a ellas hasta que encontraran a cada uno de sus hijos.

Dos días después, desapareció la mujer con nombre de flor. El terror de aquellos tiempos superó todo lo imaginable. Desaparecían quienes buscaban a los desaparecidos y desaparecidas. Pero los militares habían sido selectivos: secuestraron a quienes todas siempre consideraron “las tres mejores madres”. Sin Azucena, había que elegir: seguir, esconderse, o volverse a casa. Para las madres no hubo demasiadas dudas: ahora no solo debían buscar a sus hijos e hijas, sino también a sus amigas y compañeras. Lograron sobreponerse a la parálisis y al terror, para seguir su marcha.

Azucena había parido la idea de que las madres se organizaran para nunca más estar solas en su lucha. Y había dicho algo: “Todos los desaparecidos son nuestros hijos”. Así estaba socializó la maternidad, potenció a cada madre y le dio grandeza a cada minuto de resistencia.

Llegó el Mundial 1978. El fútbol tapando de gritos y sonrisas la realidad, mientras a pocas cuadras de la cancha de River seguían torturando gente en la ESMA. El mundial fue oxígeno para los militares: para seguir matando y seguir castigando cada vez a más gente con la miseria planificada. Las madres cambiaron sus lugares y horarios de reunión. No todos los jueves iban a la Plaza, para evitar que las detectaran. Cuando iban, la policía les largaba los perros. Cada una llevaba un diario enroscado para sacarse a los perros de encima, una de las pocas cosas útiles para las que servían los diarios de esa época.

Muchas veces detenían o demoraban a alguna de ellas en las comisarías. Se les ocurrió una idea: cuando una iba presa, se presentaban todas y pedían ir presas ellas también. Los policías veían llegar a decenas y decenas de mujeres que exigían ser encarceladas junto a su compañera. Una vez fueron tantas las que exigieron ser detenidas, que tuvieron que llevarlas en un colectivo de la línea 60.

Madres locas, dirían los policías, que no sabían bien qué hacer: muchas veces las soltaban para sacárselas de encima.

Cuando en la Plaza le pedían documentos a una, todas las demás se acercaban a la policía a entregar también los suyos. Cientos de documentos, cédulas y libretas cívicas, que la policía tenía que verificar. De paso, las madres se quedaban más tiempo en la plaza.

En 1979 llegó al país la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. También el fútbol jugó en contra. El mundial juvenil tenía a todos pendientes de Maradona, y los militares aprovecharon para que relatores de fútbol y periodistas radiales llamaran a la gente a Plaza de Mayo, y que de paso repudiaran a quienes hacían cola para declarar ante la Comisión. Querían mostrar lo que llamaban “la verdadera imagen del país”. Decían: “los desaparecidos algo habrán hecho”, o “por algo será que se los llevaron”. Los hinchas, sin embargo, no molestaron a los que estaban esperando para hacer sus denuncias.

Ya era la época de la plata dulce, la fiesta de las multinacionales, el dólar barato, miles de argentinos gastando en el exterior lo que nunca habían sabido ganarse, gracias a la miseria planificada de millones.

Los diarios y las revistas no sólo censuraban la información para defender su negocio, sino que hacían campañas por los militares: “Los argentinos somos derechos y humanos”. Confirmado: nunca hay que subestimar la estupidez humana, la capacidad de negación, el tamaño de la crueldad.

En ese 1979 hubo otro parto, otro alumbramiento: las Madres decidieron crear la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Si todas estaban en peligro, esa era una forma de mantener la lucha viva. La casualidad, o el destino, determinaron que la asociación fuese creada en una fecha imposible de olvidar: 22 de agosto. Habían pasado siete años de la masacre de Trelew, aunque parecían siete siglos.

Los militares asesinos argentinos inventaron un conflicto contra los militares asesinos de Chile, que a todos les servía para ganar tiempo en el poder. En esos días fue muy próspero el negociado de la fabricación de ataúdes, hasta que el Papa intervino. Secuestros clandestinos y desapariciones en la noche, permitían mirar para otro lado. Guerra abierta entre gobiernos tan vecinos y tan beatos era demasiado. Hasta para el Vaticano. Amén.

Seguían encontrándose en plazas y bares. Para que no las descubrieran cambiaban el nombre. Si iban a ir a Las Violetas, decían Las Rosas. Ellas mismas llevaban en sus carteras las carpetas, las denuncias, los expedientes.

Recién en 1980, gracias a los apoyos internacionales, las Madres pudieron tener una oficina. Pero también ese año decidieron volver a su territorio, la Plaza de Mayo, para nunca más abandonarla.

Fueron un jueves, al jueves siguiente las estaba esperando un escuadrón entero, con las armas gatilladas. Ellas cambiaban el horario, circulaban por donde no las veían. Poco a poco envolvieron a la Pirámide de Mayo con sus marchas que nadie podía detener. Llevaban diarios enroscados. Pronto aprendieron de sus hijos, y llevaban también botellitas de agua y bicarbonato por si las esperaban con gases lacrimógenos. No necesitaban gases para llorar. Pero habían decidido transformar el llanto en acciones.

Los militares eran la rigidez y la violencia. Las madres eran la fluidez y la energía. Los militares y la policía eran la muerte. Los verdugos. Las madres eran la vida.

Se editó el primer boletín de Madres, se iba ganando apoyo afuera y adentro. Los militares llamaron a los viejos políticos a dialogar, como abriendo el paraguas frente a la crisis económica y a su propio desgaste. Pero las Madres estaban simbolizando dónde estaba la verdadera política, y quiénes eran sus nuevos protagonistas. En 1981 lo demostraron retomando la Plaza y haciendo la primera Marcha de la Resistencia. Solas, pocas, pero juntas, resistiendo 24 horas seguidas.

Vinieron épocas de ayunos, de tomas de iglesias y catedrales. Los jóvenes, sobre todo, se conmovían. Nació la consigna “aparición con vida”.

El 30 de abril de 1982, hubo manifestaciones de protesta en Buenos Aires contra la situación económica, la miseria planificada, con la policía reprimiendo a todos. Dos días después, se llenó la Plaza de Mayo para aplaudir a los militares que habían invadido Malvinas, creyendo que así se iban a reciclar en el poder en una especie de brindis perpetuo.

Las Madres dijeron que la guerra era otra mentira. Los militares que secuestraban cobardemente, torturaban clandestinamente y asesinaban tirando cuerpos al río, no podían convertirse de un día para otro en patriotas impecables y valerosos guerreros. Por decir eso, acusaron a las Madres de antinacionales. Ellas inventaron un cartel: “Las Malvinas son argentinas. Los desaparecidos también”. Muchos que acompañaban a las Madres las criticaron: había que estar del lado de la guerra, del lado de los militares. El tiempo mostró quién tenía razón sobre los guerreros, entre ellos el mismo que había delatado a Azucena, Esther y Mary.

La derrota de los militares resucitó la posibilidad de la democracia. Se abrió la multipartidaria, formada por cantidad de partidos y políticos muchos de los cuales, durante los tiempos más duros de la represión, habían sido expertos en el arte de callar.

En 1983 hubo elecciones, Alfonsín llegó a la presidencia, y las madres hicieron la marcha de las siluetas para que nadie olvidara a los ausentes. En los afiches decían que esos hijos e desaparecidas habían luchado por la justicia, la libertad y la dignidad.

El gobierno formó la CONADEP, la comisión nacional para la desaparición de personas. Las madres desconfiaron, no quisieron integrarla. Siempre prefirieron la calle, y no las comisiones. Crearon un periódico, la Asociación iba creciendo y seguía reclamando aparición con vida y castigo a los culpables.

En 1985 Alfonsín las citó, pero luego no las atendió porque tenía que ir al Colón, según la explicación oficial. Las Madres tomaron la Casa Rosada, y se quedaron ahí instaladas como forma de resistencia pacífica. Esas acciones mostraban la grieta entre los discursos sobre los derechos humanos que hacía el gobierno, y la realidad. Y mostraban cómo el protagonismo político se desplazaba de los políticos de museo, a los movimientos generados en la sociedad para enfrentar los problemas tomando las riendas de sus propias decisiones.

Se hizo el juicio a las Juntas, pero sólo hubo dos condenas a prisión perpetua. Las de Videla y Massera. Los otros jefes militares recibieron penas bajas, o fueron absueltos. Las Madres opinaron del siguiente modo: se levantaron y se fueron de la sala de audiencias.

Seguían las acciones, marchas, escraches a los militares en sus casas, viajes y campañas en todo el mundo, la lucha contra las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, La lucha contra las rebeliones de Semana Santa y de los carapintadas, La marcha de las manos, La marcha de los Pañuelos, cuando taparon la casa de gobierno de pañuelos blancos, los premios internacionales.

El apoyo a los conflictos, a las huelgas, a los reprimidos y a los perseguidos.

Empezaban a hacer propia una idea: el otro soy yo.

Las Madres, además de denunciar lo que había ocurrido con sus hijos, hicieron otra cosa: comenzaron a levantar las mismas ideas y sueños por las que esos jóvenes habían luchado.
Por eso sintieron que aún sin estar, sus hijos las estaban pariendo.
Aquellas amas de casa desgarradas por la desesperación, habían logrado transformar el dolor en acción y en pensamiento.

Todas estas luchas se multiplicaron al infinito cuando Menem llegó a la presidencia para perfeccionar, en democracia, la miseria planificada: privatizó el país, regaló el Estado, masificó el desempleo, protegió a toda clase de mafiosos, asesinos y corruptos, y además los puso a gobernar con él. De paso indultó a todos los militares que habían sido condenados.

Hubo más de lo mismo cuando subió De la Rúa, y las madres estuvieron allí, nuevamente en la plaza, el 19 y 20 diciembre, cuando ese gobierno intentó imponer el Estado de Sitio y se dedicó a reprimir a miles y miles de personas hartas de tanta decadencia y de tanta mentira. Nuevamente las plazas se llenaron de balas, y de jóvenes muertos.

La historia reciente es más conocida, las Madres y su universidad llena de jóvenes, de movimiento, de conferencias, de proyectos. Las Madres y su flamante radio, para que se escuche cada cosa que hay que decir. La intervención en cada lucha contra las mafias, contra la miseria, contra la muerte.

Y cada jueves, como siempre, las madres circulando, tejiendo solidaridad, construyendo este territorio de la Plaza para que sea el espacio de todos.

Había una vez un país con nombre de mujer, donde la muerte andaba suelta persiguiendo a los sueños, acorralando a la vida. Y en ese país de nombre plateado, los sueños y la vida tuvieron que aprender cómo enfrentar a los verdugos. Las madres están dejando esa herencia.

Cómo convertir al dolor, en acción.

La parálisis y el miedo, en lucha.

La desesperación, en coraje.

Las lágrimas, en acciones.

Para acorralar a la muerte, como el primer día:

tejiendo luchas,
haciendo circular los sueños,
y alumbrando la vida.

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Nota

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

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La familia de la joven asesinada en Capilla del Monte volvió a viajar de Buenos Aires a Córdoba para reclamar que se asigne urgentemente un fiscal en la causa y que se investigue su femicidio. Hace 4 años el cuerpo de Cecilia fue encontrado luego de estar 20 días desaparecido; su familia denuncia una trama local que involucra a la última persona que la vio con vida, el ex boxeador Mario Mainardi, jamás investigado, y la complicidad de la justicia de Cruz del Eje, representada por Paula Kelm, que buscó inculpar a un perejil. Gracias a la lucha familiar se logró anular esa línea de investigación, que culminó en un juicio nulo, pero desde entonces no se retomó la instrucción; y pese a que en diciembre se anunció que un nuevo fiscal tomaría la causa, eso no sucedió, y las dilaciones siguen. Crónica de una nueva reunión con promesas y sin hechos, cuando la impunidad se hace cada vez más grande y el reclamo, también: “Verdad y justicia para Cecilia Basaldúa”.

Por Bernardina Rosini

Daniel y Susana, padre y madre de Cecilia Basaldúa ya perdieron la cuenta de las veces que han viajado desde la ciudad de Buenos Aires a Córdoba con el único objetivo de lograr justicia por su hija. Han perdido esa cuenta pero no la cantidad de días que contabiliza la impunidad: 1460, es decir, cuatro años. 

En efecto, hace cuatro años (el 25 de abril de 2020) encontraron el cuerpo de Cecilia Gisela Basaldúa en un codo del Río Calabalumba en Capilla del Monte, luego de veinte días de estar desaparecida. Cuando Daniel y Susana llegaron ayer a los Tribunales en Córdoba Capital, se los ve invadidos por la bronca y el hartazgo. Son cuatro años sin Cecilia y a la par sostienen que las líneas de investigación han sido deliberadamente manipuladas y el material probatorio  de contundencia, ignorado

La última vez que estuvieron parados sobre esa vereda fue el pasado 7 de diciembre, tras reunirse con el Fiscal General Juan Manuel Delgado. Celebraban la noticia: “Tenemos fiscal, vinimos con 3.000 firmas de apoyo pidiendo fiscal y lo tenemos. Es el Nelson Lingua y comienza el 1° de febrero, después de la feria judicial”. Cinco meses después, otra vez viajan 700 kilómetros para golpear la puerta del Palacio de Justicia pues tal designación no sucedió y la causa acumula once meses sin fiscal a cargo de la instrucción.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas
Daniel Basaldúa y Susana Reyes, papá y mamá de Cecilia: viajaron desde Buenos Aires para mantener una reunión y reclamar justicia por su hija.

El baile del fiscal

Mientras los Basaldúa llegaban el 25 de abril nuevamente a Córdoba para pararse frente a Tribunales y exigir justicia, fueron notificados que la Fiscal General Adjunta Bettina Croppi los convocaría a una reunión. 

Antes de ingresar al edificio Daniel comparte la situación actual de la causa “Nos vienen diciendo que no designan fiscal porque falta una firma: me cuesta creerlo. No puedo hacer nada más que venir y reclamar. Hasta ahora la única justicia que logramos fue que no metan preso a un inocente”. 

Hoy le cuesta hablar; tiene un nudo en la garganta y el rostro de su hija estampado sobre el pecho. “Sólo espero que esta investigación vaya tras los verdaderos sospechosos, tras Mario Mainardi, última persona que vio a Cecilia con vida, quien tenía pertenencias de ella y las regaló; la policía y la fiscal Paula Kelm contaban con ésta y más información y nunca lo investigaron. No podemos creer que Mainardi, que dijo trabajar en Uber porque no podía acreditar ingresos, tenga más poder que Diego Concha, quien fue durante décadas Director de Defensa Civil de la provincia y sin embargo hoy está preso”. 

Daniel pasa lista de todos los uniformados que participaron del caso y que hoy se encuentran desplazados, procesados o presos por distintas causas: el común denominador es la violencia de género. 

Mientras las abogadas ingresan junto a los padres de Cecilia a la reunión, afuera les esperan periodistas, agrupaciones feministas, trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos y familiares víctimas de violencia institucional. Repiten el colgado de banderas, los carteles con rostros de otras víctimas, y los cantos que se recitan como mantras: “¡¡Queremos fiscal, queremos fiscal, queremos fiscal!!” y “¡¡Justicia, justicia, justicia!!”.

Al salir, Giselle Videla -una de las abogadas de la familia- comparte lo conversado en la reunión: “Para iniciar nos han pedido disculpas puesto que en noviembre nos dieron la seguridad que tendríamos fiscal apenas finalizada la feria judicial. Como hoy no hay fiscal, y están subrogando fiscales de otros territorios que toman la causa por un plazo corto de tiempo, el avance es mínimo. Nos informaron en relación a esta situación que la designación de Nelson Lingua espera la firma del gobernador, Martín Llaryora. Ahora bien, nos enteramos que será designado como Fiscal reemplazante, y no como Fiscal titular puesto que Lingua no ha rendido el concurso que lo habilita para ese cargo; debe rendirlo ahora y recién en julio- agosto podremos saber si será finalmente el fiscal titular de la causa”. 

Para que se entienda: desde que el tribunal absolviera a Lucas Bustos en julio del 2022 reconociendo su inocencia y su no vinculación al crimen, y ordenara una nueva instrucción para dar con los responsables del femicidio, la causa demoró meses en ser asignada a un fiscal. Luego recaería en el Dr Raymundo Barrera de Cruz del Eje, fiscal que, hábil con el calendario, entre feria judicial y licencias llegó a junio del 2023, mes en el que se jubiló. 

Por la presión de la familia Basaldúa, en diciembre el mismísimo Fiscal General anunció la designación del Lingua el 3 de febrero; eso no sucedió y no hay certeza de que Lingua resulte el fiscal que definitivamente dirigirá la instrucción, puesto que no cumple con los requisitos.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

Preguntas sin respuesta

Es mediodía y el cielo se refleja en las ventanas del edificio neoclásico de la calle Caseros; da la impresión que adentro estuviera vacío, que sólo es una fachada. “Hoy, 25 de abril se cumplen cuatro años de la aparición del cuerpo sin vida de Cecilia Gisela Basaldúa” lee Susana de la pantalla de su celular; ella también lleva una remera con el rostro sonriente de su hija. Sigue:

Cuatro años de impunidad y de violencia sistemática por parte del Poder Judicial a quienes pedimos y exigimos justicia por ella. La causa volvió a foja cero en el 2022 luego de pasar por un juicio vergonzoso.

El tiempo pasa y los asesinos de Cecilia siguen libres e impunes. No tenemos fiscal ni respuestas” y continúa “¿Cómo vamos a llegar a la verdad? ¿Qué fue lo que pasó con Cecilia? ¿Por qué tardó tanto en aparecer? ¿Dónde está Mario Mainardi? ¿Por qué la fiscal Paula Kelm ordenó tan rápidamente detener a un joven sin tener pruebas? Todas estas preguntas nos conducen una y otra vez a un círculo cerrado de impunidad entre funcionarios judiciales que se jactan en demostrar un abuso de poder constante”. 

La carta leída en la vereda, casi sobre la calle, concentra todas las preguntas que la investigación del femicidio debiera responder. 

Y la carta también cierra como se espera que cierre la investigación: “Verdad y Justicia para Cecilia Basaldúa”.

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