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Hola Pajarito

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Un flamante mito urbano, surgido un sábado frío de agosto, sostiene que falleció Rogelio García Lupo, Pajarito, uno de los grandes periodistas que ha dado este oficio tantas veces infausto, y algunas veces maravilloso. Pero en lugar de los clásicos “adiós”, o “hasta siempre”, tal vez convenga decir “hola”, como un gesto en defensa propia que permita conocer y reconocer su trabajo, sus ideas y sus andanzas.
La noticia parece confirmar cierta estadística que nos confió hace muchos siglos una maga llamada María Elena Walsh: “Muere mucha gente buena, pero pocos hijos de puta”. Pajarito, que en noviembre debería cumplir 85 años, era poseedor de tecnologías escasas en el gremio: humor, seriedad, talento, profundidad, generosidad, estilo. Nos honró como lector de Mu, pero mucho más, y desde mucho antes, nos honró con su afecto. Aquí, la nota que hicimos con él en 2009: la publicamos hoy para celebrar una vida y, quién sabe, para escaparle al frío.

Diario sin motocicleta

Testigo de la historia en tiempo real, formó parte del grupo de jóvenes que ingresó al nacionalismo, pasó por la Cuba revolucionaria, y se conmovió con el peronismo en resistencia. Ese fue el trayecto que Rogelio “Pajarito” García Lupo compartió con Rodolfo Walsh, su amigo, a quien recuerda como un periodista ético e interesado en temas que los medios ignoraban. Perón, Frondizi, Scalabrini Ortiz, John William Cooke, Jauretche, la noche del 17 de octubre, lo que los jóvenes nacionalistas pensaban de Evita, Jorge Masetti, Operación Masacre, Héctor Ricardo García, el Che Guevara, García Márquez, el diario de la CGT de los Argentinos… algunos de los nombres y temas en esta recorrida por la vida de un maestro. Por Sergio Ciancaglini.
Hay un periodista que vive.
Sé qué es lo que consigue atraerme en esa historia difusa, lejana, erizada de improbabilidades. Rogelio García Lupo mira desde atrás de sus cejas, que caen sobre esos ojos cómplices que han seguido la historia en tiempo real. Va a hablar sobre Rodolfo Walsh, y sobre él mismo. Cada uno decidirá en qué medida va a hablar sobre una historia que nos toca, nos acaricia o nos golpea a todos.
Nació en 1931. Walsh en el 27. En 1944, cuando Rogelio estaba en 1º año y Walsh en 5º, se conocieron en las reuniones de una de las organizaciones más estridentes de la derecha, la Alianza Libertadora Nacionalista. “Había una inyección de juventud producto de la crisis mundial, la guerra, el interés por la política. En el 45 el nacionalismo llenaba el Luna Park con 25.000 personas. Y los partidos de la Unión Democrática marchaban con grandes retratos de Churchill, Roosevelt y Stalin. Los aliados que habían ganado la guerra traían el triunfo de la democracia, con el comunismo adentro. La Alianza era antibritánica, y tenía un núcleo de irlandeses y descendientes –más antibritánicos todavía- entre los que estaban Walsh y tipos peligrosos como Guillermo Patricio Kelly”. El niño Rogelio miraba asombrado, por ejemplo, a un personaje apodado El Capitán que narraba sus peripecias con Pancho Villa en México: “Contaba cómo habían invadido Estados Unidos, nosotros escuchábamos embelesados”. Muchos los consideraban fascistas: “Había fascistas sin duda, con ideología elaborada, y gente joven que no lo era, pero estaba contra el capitalismo y el comunismo. Era un ideario no muy democrático, más bien autoritario. Un punto clave era el neutralismo con relación a la guerra, idea en la que se encuentran los nacionalistas no fascistas, pero también gente de izquierda y de FORJA”.
FORJA, el grupo de jóvenes radicales yrigoyenistas creado por Arturo Jauretche tenía un lema: los argentinos queremos morir aquí. “Pero la Liga Obrera Revolucionaria Troskista que presidía Liborio Justo planteaba algo parecido. Liborio me ha contado que ellos planteaban no ir a la guerra, pero sí jugarse la vida por la revolución social”. En la ALN el adolescente Rogelio conoció a dos chicas cuyos novios de entonces militaban allí, Silvina Bullrich y Beatriz Guido. Con Walsh, un joven flaco de anteojos, se empezaban a reconocer en los actos. “Nos tratábamos de usted. Hola compañero, hola camarada”. El flujo de la época les hizo dirigir la atención hacia la figura de Juan Domingo Perón. “Pero para decírtelo brevemente, nos gustaba el coronel Perón, y no nos gustó el general Perón”. El coronel fue preso en 1945 y se produjo el 17 de octubre. Gente pobre, obreros, trabajadores cruzando el Riachuelo. No se trató de multitudes de leyenda, pero aquella movida cambió la historia al poner en el centro, frente al poder, a los nuevos protagonistas de la política: “Serían unas 25.000 personas. Nosotros, los nacionalistas, fuimos desde Belgrano en tranvía. Después ocurrió el tiroteo del diario Crítica, las balas rompieron vidrieras, nos estábamos desbandando, y nos metimos en Las Delicias, una bombonería frente al Castelar Hotel. Nos quedamos escondidos hasta las 6 de la mañana, cuando el ejército nos hizo salir. Pasamos la noche comiendo bombones de fruta”. Tras esa jornada entre las masas y las masitas, Perón fue liberado y en febrero de 1946, ya era el general que ganó las elecciones a presidente.
El entusiasmo por Perón se les esfumó rápido. “En el 47 se suscribieron las actas de Chapultepec, todo un acercamiento a Estados Unidos, restricciones a la soberanía nacional. Fuimos a protestar al Congreso y nos metieron a todos presos”. Eran unos 150, los pusieron en un patio interno del propio Congreso. Llegó un diputado para saludarlos: “Era un flaco vestido de negro, John William Cooke, que venía de una formación también nacionalista y después sería el Gordo Cooke, ya como delegado de Perón y nexo con la revolución cubana”. Otro que se acercó a los jóvenes antinorteamericanos fue Arturo Frondizi. “Todo era interesante” dice Rogelio.
Muchos de sus amigos y compañeros de andanzas ya eran empleados públicos. ¿Hoy se hablaría de cooptación? “Sí, cooptados, no sé si resignados, pero haciendo un esfuerzo por defender lo que para nosotros era indefendible”. Hubo un tiempo de dispersión que incluyó a varios de los que no se resignaban a ese peronismo que acaso estaba en su mejor momento. La ALN desbarrancó entre los que se convirtieron en empleados públicos, y el ingreso del sector fascista conducido por Guillermo Patricio Kelly al ministerio del Interior que manejaba Ángel Borlenghi. “Se convirtió en una oficina del ministerio, con empleados a sueldo, una institución no sé si parapolicial, pero sí parapolítica”.
Rodolfo y Rogelio se encontraban de vez en cuando “sabiendo que esa película no era para nosotros”. No eran gorilas, pero eran antiperonistas. ¿Cuál era, por ejemplo, la percepción sobre Evita, la mujer del puño crispado? “Yo tenía la idea de que esta señora hacía un tipo de filantropía propia de lo que mi abuelo contaba que hacían los conservadores en la provincia de Buenos Aires. Mi abuelo había sido boticario en Avellaneda. Conocía el mundo de Alberto Barceló. Veía a Eva como una prolongación de los conservadores. Para mí era un paternalismo llevado a un nivel inaceptable, y también Rodolfo la veía así”.

Hola Pajarito
Rogelio García Lupo, Rodolfo Walsh y el cónsul argentino en Chile, Roberto Rodrí- guez Ayam. La foto es de 1960, fue tomada en Santiago, en plena experiencia de la agencia Prensa Latina.

Evita, Jauretche y Gelbard

Eva muere en 1952. Rogelio fue exonerado como escribiente de Tribunales por no usar la corbata de luto. Simultáneamente iban conociendo a otras personas que pensaban parecido, y que aún no eran calles: Raúl Scalabrini Ortiz y Arturo Jauretche, por ejemplo. “Eso me motivó un realineamiento, una nueva visión del nacionalismo como cosa democrática. Pero además, eran esas personas de conducta. Scalabrini Ortiz vivía modestamente. Y Arturo también aunque tenía más dinero porque su mujer era una heredera. La honradez tenía mucha importancia para nosotros, porque el peronismo de pronto se encontró reproduciendo lo que se había criticado de la década infame”. Jauretche venía siendo perseguido por Evita. “Ella pensaba, y supongo que Perón también, que al respaldar al coronel Domingo Mercante (gobernador bonaerense) como candidato a vicepresidente, Jauretche planteaba una sucesión que no pasaba por Eva, lo cual era cierto. Jauretche creía que colocar a Eva en la fórmula traería un inevitable golpe militar. Terminó dejando la presidencia del Banco Provincia”.
Rogelio, echado por el peronismo, recaló en dos revistas peronistas. De abogado en potencia, a periodista. Trabajó en Continente y en Opinión Económica, órgano de la Confederación General Económica que acababa de fundar José Ber Gelbard (que sería ministro de Economía en 1973). Rogelio hizo campaña contra los contratos petroleros con la California Standard Oil acompañando a Adolfo Silenzi de Stagni (hombre de batirse a duelo defendiendo ideas como la de la soberanía sobre los recursos naturales). Rogelio fue preso en 1955. Después de un mes en Devoto, Gelbard pidió por García Lupo al ministro Borlenghi: “Que se quede un poco más. La cárcel educa a los jóvenes” fue la respuesta. Rogelio ríe: “tenía razón, me tocó estar preso con los comunistas y pude hacer una cantidad de amigos”.
Tanto Walsh como García Lupo apoyaron el golpe de 1955. “Rodolfo estaba influido por el hermano, que era oficial de la Armada y estaba en la conspiración contra Perón”. Las revistas peronistas cerraron, Rogelio entró a Noticias Gráficas, su primera experiencia en diario, en el que ubicó a Osvaldo Bayer –con quien habían hecho una amistad epistolar- como corresponsal en Berlín. Recupera la relación con otro amigo de la ALN, Jorge Masetti. Se sistematizó un lugar de encuentro, el bar La Paz de avenida Corrientes. “Íbamos nosotros, el periodista peronista, Rubén Arbo y Blanco, y como al lado estaba la revista Así, venía Héctor Ricardo García, que nunca consumía nada. Sólo escuchaba”. Discutían sobre periodismo, libros, películas, todas cosas que parecen esfumadas en etapas más actuales del trabajo de prensa: “Esta es una época cínica”.
Walsh en 1957 comienza el trabajo y la experiencia de Operación Masacre. “En realidad yo iba enterándome del trabajo a medida que se publicaba en las revistas. Rodolfo estaba en pareja con Estela Poupée Blanchard que era muy amiga mía, así que nos veíamos mucho”. Operación Masacre sólo pudo ser publicada en el periodismo nacionalista (Mayoría) y la primera edición la realizó otro hombre de la derecha, Marcelo Sánchez Sorondo. “También publicó algunas notas Leónidas Barletta en Propósitos, periódico paralelo del Partido Comunista. Es muy difícil explicar estas cosas a los que hacen investigaciones sobre los orígenes ideológicos de Rodolfo, pero era lo que pasaba”. A Rodolfo le interesaba publicar lo que estaba denunciando, y valoraba a quien se animara a hacerlo.
¿Cuánto de raciocinio metódico, cuánto de primicia, y cuánto de sensibilidad por las víctimas hubo en Operación Masacre? “Creo que lo principal fue su emoción frene a una gran injusticia. Un gran tema periodístico, y un gran tema ético”. Walsh se encontró con uno de los sobrevivientes de los fusilamientos de José León Suárez, y vio las cicatrices: “Me sentí insultado” escribiría luego. Rogelio: “Le hizo tomar una posición, pero además cortó cualquier expectativa que pudiéramos tener en la Revolución Libertadora. Los fusilamientos te hacían reencontrar con la historia argentina del siglo XIX, la violencia expuesta a lo bestia”.

¿Querés conocer al Che?

El curso acelerado sobre decepciones continuó con la llegada de Arturo Frondizi al poder. Rogelio trabajó para esa campaña, también Jauretche. García Lupo y Walsh se dedicaron juntos al trabajo con la comisión parlamentaria que investigó el crimen de un abogado, historia que merece todo un capítulo aparte y que Walsh transformó en libro: El caso Satanowsky.
Jorge Masetti fue a La Habana como enviado de Radio El Mundo, logró subir a la Sierra Maestra. Entrevistó a Fidel Castro y a Ernesto Guevara. Masetti había trabajado para el peronismo, que había creado Agencia Latina. El Che había trabajado para la misma agencia como fotógrafo de los Juegos Panamericanos de México. Masetti y Guevara criaron una amistad y una idea inspirada en la Agencia: Prensa Latina. La toma del poder fue en 1959, Masetti viajó a La Habana y volvió con la misión de formar un equipo para la agencia. Lo planteó en la mesa de La Paz. “Los peronistas de la mesa decían. Esos barbudos son todos gorilas, y ustedes que los defienden también. Claro, la revolución había sido aplaudida por La Prensa y por La Nación. Pero Masetti decía que la revolución era nacionalista y democrática. Y los comunistas estaban en contra”. El embrollo absoluto: “Lo que pasa es que Fidel venia de la falange española, y nosotros de la ALN, había amplias posibilidades de entenderse”.
Rogelio vivió en La Habana con Rodolfo y Poupée. “Fue una etapa muy atractiva, trabajábamos mucho y siempre había algo de qué maravillarse”. Rogelio había llegado junto a Carlos Infante, propietario de Radio Rivadavia. “Me instalé en lo de Rodolfo y al rato me llama Infante. ¿Querés conocerlo al Che? A la medianoche te paso a buscar. Fuimos al ministerio de Industria. Infante llevaba una bolsa. La puso arriba del escritorio. Eran cinco kilos de yerba Flor de Lis que la hermana de Infante le mandaba a Guevara. Nos quedamos hablando hasta las cuatro de la mañana”. ¿Primera impresión? “El Che era amable, seductor. Un argentino de clase alta bien educado y muy cálido. Totalmente igualitario, conversabas como charlamos vos y yo ahora. Creo que hablamos de las idas y venidas de los militares en el continente. Era un tipo con una atracción imposible de resistir, y convencido de que estaba embarcado en una revolución más allá de Cuba”. El Che no andaba con boina. “Mucho calor, imaginate, la boina era para los viajes a Praga. Venía siempre a Prensa Latina a informarse y charlar un poco”.
Se ha conocido cierto tono pasional con que Walsh describe a La Habana, y sus contactos a veces como prostituyente con mujeres cubanas. Rogelio elige la elegancia: “Bueno, Poupée a veces viajaba”.
Conocieron a Fidel en el centro de una especie de planicie blanca, como nevada. “Había estallado un polvorín, fuimos con Rodolfo, y cuando llegamos todo era blanco. En el medio estaba Fidel con el hermano de Camilo Cienfuegos, caminamos hacia ellos y Fidel nos empezó a gritar: ¡no enciendan candelas! Si prendíamos un fósforo íbamos a parar al Océano Pacífico”.
La vida cubana empezó a tornarse políticamente pesada. “Tomaban fuerza los comunistas y se creó una situación donde el Che era incómodo, con un proyecto continental que no encajaba con lo que quería la Unión Soviética. Al Che era difícil limarlo. Era un intocable. Pero Prensa Latina era un lugar de poder que el Partido Comunista quería controlar. Eso no tenía solución, porque además en la interna podían decirte, fatalmente: oye chico, tú eres extranjero. Creo que fue algo que a la larga funcionó también contra el Che. Me volví en octubre del 60. En marzo siguiente volvió Rodolfo. Masetti ya no estaba en la agencia, reemplazado por un español que era un soldado del PC que ordenó incinerar todo el archivo de los dos años de trabajo. Eso enfureció al corresponsal en Nueva York, Gabriel García Márquez. El español hacía higiene ideológica. Pero fue una operación doble, donde también los comunistas argentinos operaban contra el Che”.

Hola Pajarito
La credencial que acreditaba a Rogelio como periodista de la agencia Prensa Latina

Los muchachos peronistas

García Márquez ha elogiado a Walsh por su descubrimiento de las claves secretas de los mensajes del gobierno de Guatemala al de Estados Unidos, para coordinar acciones contra Cuba. De vuelta en Argentina, Walsh publicó una nota –y las claves- en Che, revista que dirigían Pablo Giussani y Julia Chiquita Constenla. Rogelio viajó a Punta del Este en 1961 a la reunión de la OEA con Jacobo Timerman, enviados ambos por Alejandro Romay de Canal 9. Allí se reencontró con Guevara, que confundió a Rogelio con Rodolfo y le dijo con más ánimo de broma que de reproche: “Este melenudo nos echó a perder una clave muy bonita que teníamos”. Rogelio advierte: “Yo tenía pelo en esa época”.
En tiempos de Onganía, Rogelio fue prohibido y trabajó en lo que consideraba su segundo oficio: la publicidad. “En 1968 Rodolfo hizo un viaje a Europa y cuando volvía, en Madrid, pudo ir a visitar a Perón, quien lo presentó con Raymudo Ongaro, de los gráficos, y creador de la CGT de los Argentinos. Nació la idea del semanario CGT de los Argentinos”. Walsh había sufrido una transformación a partir de Operación Masacre. ¿Se había incorporado al peronismo? “Yo creo que nuestra generación ya no estaba para meterse en el peronismo. Pero mucha gente que venía de la Federación Juvenil Comunista apareció cantando la marcha peronista porque era una estrategia de entrismo político”. ¿Fue el caso de Rodolfo? “Fue más bien la idea de contribuir a un proceso donde, confirmando la heterogeneidad ideológica del peronismo, se podía empujar en la misma dirección sin mezclarse demasiado”. Rogelio se levanta, busca y entrega para publicar en Mu sus ejemplares originales del semanario. “Rodolfo me llamó a mí, y a Horacio Verbitsky. No había que uniformizar el estilo. Cada uno escribía como quería, pero lo más claro posible, nadie quería pasar por intelectual y la idea era llegar a los trabajadores”. No había jerarquías en el grupo. “Todos escribíamos, titulábamos, o llevábamos paquetes de periódicos si hacía falta”. Eran tiempos de dictadura, y de internas gremiales feroces, donde del otro lado rugía el metalúrgico Augusto El Lobo Vandor. Walsh, denunció al vandorismo en el periódico, en una serie de notas que culminaron en otro libro, ¿Quién mató a Rosendo? Por lo tanto a veces iba armado al taller. Cuando el semanario, tras 50 números de 35.000 ejemplares cada uno, fue prohibido por los militares, el grupo decidió editarlo clandestinamente. “Yo todo esto lo hacía gratuitamente, así que iba muy trajeado desde mi trabajo publicitario, al taller clandestino que me había recomendado Jorge Abelardo Ramos. Hicimos cinco números clandestinos, de mil ejemplares cada uno. Era simbólico, para demostrar que podíamos eludir la prohibición”. ¿Por qué la decisión de entrar al semanario? “Y… era muy interesante estar ahí, pese a todos los problemas”.
Rogelio traza un retrato de su amigo Walsh “Un tipo discreto. No le gustaba demasiado exteriorizar sus estados de ánimo. Era muy fácil convivir y trabajar con él. Te imaginás que en La Habana uno se podía levantar con cara de palo, pero con él era todo llevadero. Yo lo veía como un tipo muy abierto. No sé cómo lo verían los demás. Leía mucho, pero siempre pensando que podía servirle para el trabajo, más que por placer. Tenía un humor irlandés, muy irónico, pero además tenía un nivel cultural superior al medio. En Cuba fue a entrevistar a Ernest Hemingway, porque era el único que podía hablar en inglés con él. Se formaba pensado en su inserción posterior en el mercado de trabajo”.
Rogelio pasó a Primera Plana en 1970 firmando con seudónimo porque seguía prohibido, y Walsh se acercaba cada vez más al Peronismo de Base que había creado Ongaro, luego a la Juventud Peronista, y a Montoneros. “Yo intuyo que debe haberle influido la decisión de su hija Vicky de participar en política. No digo que haya sido determinante, pero la idea de acompañar a la juventud tenía que ver con que en esa juventud estaba su propia hija”. Para Rogelio, había otro razonamiento en la propuesta armada que jamás logró digerir: “Nunca entendí la idea de asimilar la experiencia cubana a la Argentina. Este era un ejército muy estructurado, un aparato tremendo de control de la sociedad. En Latinoamérica, el único ejército que desentonaba porque no era fuerte ni profesional, era el cubano, con el liderazgo de Fulgencio Batista, sargento estenógrafo ascendido a general en jefe. Era una fuerza más bien policíaca. Los dirigentes cubanos tienen responsabilidad en haber alentado la idea de que en otros países los ejércitos podían ser derrotados del mismo modo”. Fracasó hasta Guevara. “Llevó a la práctica la idea y lo pagó con su vida en 1967. Pero la guerrilla argentina mantenía esa lógica cubana”.

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Semanario “CGT de los argentinos”, durante su etapa clandestina

La opción armada

Rogelio cuenta que habló mucho en esos años sobre la opción armada con Arturo Jauretche, que ya en 1973 dirigía Eudeba y llevó a García Lupo con él. “Analizábamos las noticias en tiempo real. Muertos todo el tiempo, enfrentamientos y esta lógica de la lucha armada. Jauretche decía que luchar contra el aparato represivo del Estado era absurdo. Se trataba en todo caso de ver cómo fragmentar el frente cívico militar de la derecha, pero no de modo armado. Había participado en 1933 del al alzamiento radical en Paso de los libres. Terminó preso, y presenciando el fusilamiento de sus compañeros. Decía que nadie imagina el grado de barbarie de la represión y de la burocracia del Estado aplicada a matar enemigos, si no lo vivió alguna vez”.
¿Cómo comprender hoy las razones de la generación del 70 para elegir aquellas opciones políticas? “Creo que esa generación participó de una revolución cubana recalentada, con un mito: si ellos pudieron, por qué no nosotros. Eso se juntó con la obsesión de Perón por volver. Hay un momento en que Perón parece un revolucionario cubano. Todo se mezcla. Tal vez algunos grupos de izquierda marxista analizaban las cosas con más frialdad, pero también ellos se embarcaron en ese torrente”.
En 1973 cae Salvador Allende en Chile. “¿Cuál es el balance de la generación setentista? Otro dogma. Esa era la demostración de que por las urnas no se va al socialismo, sino que hay que tomar las armas. Ese golpe funcionó como una vitamina militarista en la generación del 70. Lo que pasa es que todo es más fácil de ver ahora que en el momento”. Pero Walsh mismo había comenzado a cuestionar el militarismo y la lucha armada encerrada en su propia lógica y su propio discurso. “Efectivamente, él terminó planteando manejar la crisis políticamente y no intentar romper el cerco militarmente, porque no había la menor posibilidad”.

La tapa de la Mu 8, septiembre 2007

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Hipótesis sobre el presente

¿Qué sería hoy Rodolfo Walsh? “Nunca lo pensé. Los contemporáneos de Rodolfo se han dividido entre los que murieron prematuramente, y los que nos adaptamos a la nueva realidad del mundo. Creo que Rodolfo se hubiera convertido en un escritor, tal vez el más importante del país, escribiendo en condiciones adversas que por otra parte parecen favorecer el desarrollo de los grandes escritores. Rogelio se queda pensando. “Tenés el caso extremo, por poner a alguien de Prensa Latina, de Gabriel García Márquez. Es el techo de lo que pudo haber hecho Rodolfo. Para mí lo tenía definido”. Walsh escribió la Carta Abierta identificándose como escritor, y recuperando su firma, su propio nombre.
¿Estaría cercano a un gobierno como el actual, o no? “Más bien lo segundo. La idea de ampararse bajo el paraguas de un gobierno no figuraba en su código de vida”. Se trataría entonces de una diferencia con múltiples walshistas actuales: “La cosa política a él le llegó por vía de la investigación periodística. Nunca quiso hacer carrerismo político, ni calculó lograr una recompensa del Estado. Por eso mismo resultaron tan interesantes sus investigaciones. El asesinato de Satanowsky, los fusilados que viven, todo estaba fuera de la agenda periodística de la época. Por eso producían el efecto que produjeron”.
La última vez que se cruzaron fue en 1975 en el cine Metro. Rodolfo estaba en la “clandestinidad moderada” dice Rogelio. Walsh terminaba de ver una película con su hija Vicky, Rogelio llegaba con su mujer. “Nos dimos un abrazo, él salió y yo entré. No hicimos a tiempo de hablar”. Dos años después alguien llamó a Rogelio, para decirle que Walsh había sido tiroteado y capturado por los militares.
Le pregunto cómo reaccionó. “Inquietud personal. Las balas picaban cada vez más cerca”. Le pregunto entonces qué sintió con respecto a Rodolfo. Baja los ojos tras sus cejas, calla, piensa, y confiesa: “La verdad es que no sé bien qué decirte”.

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Detenciones injustificadas, golpes, humillaciones y persecución: la grave denuncia de las personas detenidas en la cacería de la Ley Bases

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Detenciones ilegales y acusaciones falsas. Patadas, palazos y balas de goma. Mujeres esposadas 15 horas en camionetas y pasillos, humilladas al ser desnudadas en celdas abiertas. Carceleros que tiran gas pimienta a los varones estando presos. Estas son algunas de las denuncias que exdetenidxs en la Ley Bases comunicaron en conferencia de prensa en el Serpaj, donde pidieron por la liberación de las cuatro personas detenidas, el rechazo a las apelaciones del fiscal federal Carlos Stornelli y el pedido de cierre de todas las causas. Además convocaron para este viernes una concentración con un festival en Plaza de Mayo, a un mes de la cacería, de 15 a 19.30 horas. Cómo viven hoy quienes estuvieron presos y qué dicen los abogados: “No hay elementos jurídicos para sostener esta barbaridad”. Y la voz de Emilia, pareja de Daniela, detenida: “Luchar no es un delito y estar organizados, tampoco”. 

Por Lucas Pedulla

Gabriel Famulari tiene 41 años y está sin documentos. Saca de su bolsillo el papel que le dieron en los tribunales federales de Comodoro Py para su reemplazo: una hoja A4 doblada en cuatro partes que dice “Acta de excarcelación”. Hace casi un mes fue detenido en la cacería que el Gobierno desplegó con cinco fuerzas de seguridad distintas durante las protestas de la Ley Bases, y fue liberado por falta de mérito -es decir, por falta de pruebas- cinco días después por decisión de la jueza María Servini. Sin embargo, es una de las siete personas a quien el fiscal federal Carlos Stornelli apeló la excarcelación. No se enteró por su abogado -un letrado de la Defensoría oficial- sino por un mensaje de WhatsApp. 

“Stornelli apeló mi libertad”, dice Gabriel a lavaca una vez concluida la conferencia que la Coordinadora Por La Libertad de lxs Presxs de la Ley Bases convocó en el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), para exigir la liberación de las cuatro personas que siguen detenidas: Daniela Calarco Arredondo, David Sica, Cristian Valiente y Roberto de la Cruz Gómez. Piensa Gabriel sobre esa apelación, que pesa sobre otras seis personas exdetenidas: “Somos nosotros como podría ser cualquiera, pero puntualmente somos gente que no está enrolada en organizaciones. Así hay más saña y por ahí piensan que, quizá, no tengas gente que salga a defenderte”.

Cuenta que, cuando lo llevaron al penal, en uno de los “interrogatorios ilegales” le preguntaron si estaba en alguna “orga”, de dónde era, en qué partido militaba. “Me rodearon un montón. Ese maltrato fue sistemático, porque te preguntaban siempre que podían. Y les dije: ‘Sabés que soy un perejil, porque si militara en algún lado ahora habría 500 personas afuera’”. Gabriel no milita en ninguna organización o partido, y el 12 de junio había ido tarde porque sabía que la ley se votaría de madrugada. “No estuve ni cuando tiraron los piedrazos. Sólo filmé una persona que estaban deteniendo en situación de calle. De hecho me subo a la vereda, tal como ordenaron los policías que estaban por la zona, y cuando me doy vuelta, sobre Callao, a media cuadra del Molino, escucho que dicen ‘ahora, ahora’, y me agarran por la espalda”. 

Desde entonces no recuperó su DNI. En el penal le dijeron que estaba en la comisaría 28 y en la comisaría 28 le dijeron que estaba en el penal. “En la 28 protesté y, a los 10 minutos, vino alguien que me dio mi tarjeta de débito y mi SUBE, que estaba todo junto en la billetera junto con el documento. Ya no sé qué pensar”, dice, y es tan sólo una de las historias cuyas vidas cambiaron para siempre hace un mes, tras 33 detenciones al voleo.

Cuatro de ellas todavía siguen detenidas. 

Detenciones injustificadas, golpes, humillaciones y persecución: la grave denuncia de las personas detenidas en la cacería de la Ley Bases
El flyer de convocatoria para el festival del viernes.

La barbaridad jurídica

La última persona liberada fue Facundo Gómez, el vendedor de cafés de Plaza Serrano (Palermo), a quien detuvieron mientras estaba hablando con su mamá. La noticia se conoció el jueves pasado, minutos antes de que comenzara la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, que fue masiva. Al mismo tiempo las partes se notificaron de los rechazos de las otras cuatro excarcelaciones. La decisión la tomó la Cámara de Apelaciones con los votos en contra de Martín Irurzun y Eduardo Farah. “Los votos tienen nulo fundamento técnico-jurídico”, dice a lavaca Daniel Vázquez, abogado de Daniela. “El fallo dice, en líneas generales, que tanto ella como los que quedan presos podrían entorpecer la investigación estando libres. Planteamos que es una barbaridad. Los detenidos están en un penal, la totalidad de la prueba instrumental y documental son de cámaras del Gobierno de la Ciudad y medios masivos. No hay ningún elemento de prueba que pueda ser entorpecido por los detenidos”. El único juez que votó a favor fue Roberto José Boico.

Las partes tienen 10 días para apelar ante la Cámara de Casación Federal. “No hay elementos jurídicos para sostener esta barbaridad -sostiene Vázquez-. Es la expresión de un gobierno ultraderechista con prácticas violatorias de la Constitución y los tratados internacionales. Lo estamos afrontando en las calles y, jurídicamente, en los tribunales”. El abogado también defiende a Sofía Ottogali, la primera de las liberadas, otra de las apeladas por Stornelli. “La fiscalía no fundamentó absolutamente nada. No hubo ningún planteo nuevo, ni siquiera un adorno”. Todos los abogados ya presentaron los memoriales por sus represantados y representadas, que fueron elevados a la Cámara. “Podría y tendría que resolver hoy, pero tiene la potestad de tomarse cinco días”, dice Claudia Leaños, abogada de Sasha Lyardet, la joven estudiante de la UNSAM, otra de las apeladas. 

Estos atropellos fueron presentados por familiares y exdetenidxs en el Serpaj, acompañados por organismos, legisladores y diputados de la izquierda y del peronismo. Otra de las que habló fue Emilia, pareja de Daniela y compañera en el MTR-Votemos Luchar (Movimiento Teresa Rodríguez): “Tuvimos la posibilidad de verla, y a pesar del contexto de mierda, la compañera está fuerte, entera, pero lo que principalmente la sostiene es que está organizada. Luchar no es un delito y estar organizados, tampoco”. 

A Daniela la acusan de quemar bicicletas del gobierno de la Ciudad, aunque Emilia explicó a lavaca que esta acusación es falsa y dio su versión de los hechos. David Sica está en situación de calle, y lo acusan de pegarle a una policía, cargos que él negó. Roberto de la Cruz Gómez es empleado de una panadería, lo acusan de tirar piedras, delito que también negó. El último es Cristian Valiente, trabajador de una verdulería, a quien denunciaron por tener una granada de mano, pero en realidad era un aerosol químico de los que usan las fuerzas para gasear manifestantes. Su hermano Jonathan dijo a lavaca: “Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”.

Las familias convocaron a una concentración con festival este viernes 12 de julio, a cumplirse un mes de las detenciones, en Plaza de Mayo. La cita es a las 15 horas y se extenderá hasta las 19.30. Habrá música en vivo con Sudor Marika, Paula Maffia, El príncipe idiota, La piba berreta, Saga.hfk, Flopa Lestani, Julio y Agosto (banda de Santiago Adano, uno de los exdetenidos) y La perra que los parió.

Compartimos el comunicado redactado por exdetenidxs y familiares, leído este miércoles en el Serpaj. 

Somos un grupo de liberadxs de los 33 detenidxs el 12 de junio en la movilización en contra de la votación de la Ley Bases.

Nos detuvieron ilegalmente, mediante acusaciones falsas y violencia brutal de la policía, con patadas, palazos y balas de goma en algunos casos. Nos llevaron a distintas comisarías y alcaldías sin decir en ningún momento cuál era la causa de detención, sin poder hablar con un abogado/a, sin poder usar los celulares, sin ver a ningún familiar, mucho menos a un médico. Desoyendo pedidos de Habeas Corpus, vulnerando nuestros derechos más básicos.

Las mujeres estuvieron/estuvimos 15 horas en una camioneta y pasaron/pasamos la noche ahí esposadas, para luego pasar el segundo día en el pasillo de una comisaría sin agua y donde la policía no les/nos dio ni un plato de comida. Cuando la causa pasó a fuero federal, las/nos trasladaron a la Unidad 29 en el edificio de Comodoro Py, las/nos desnudaron una por una en una celda a puertas abiertas donde había tránsito de gente, en lo que fue una situación de humillación más para ellas/nosotras. Las que no fueron/fuimos excarceladas el viernes 14, terminamos en el Complejo Penitenciario de Mujeres de Ezeiza.

Los varones fuimos/fueron a tres cárceles de máxima seguridad: Devoto, Ezeiza y Marcos Paz. Algunos fueron puestos contra una pared y les tiraron gas pimienta en la cara. Convivimos con ratas, cables de electricidad sueltos en habitaciones inundadas habiendo riesgo de quedar electrocutados.

Cabe destacar que en todo momento, tanto en las comisarias como en los penales, se nos preguntaba insistentemente si formábamos parte de alguna agrupación política, que habíamos hecho o si tirábamos piedras, lo que constituye interrogatorios extrajudiciales que las fuerzas de seguridad tienen prohibido por ley hacer.

Queremos remarcar la situación de ilegalidad de todas las detenciones y el contexto de violencia institucional por el que pasamos porque creemos que tiene que ver directamente con una estrategia política de este gobierno, que no somos lxs primerxs ni vamos a ser lxs últimos, pero nos preocupa ver como la criminalizacion de la protesta está en escalada. Y al mismo tiempo que aumenta la represión, nos entristece ver como vacían los espacios de memoria y de DDHH tan necesarios para nuestra historia y el fortalecimiento de la democracia.

2)

Desde que nos detuvieron sufrimos incontables delitos llevados a cabo por las fuerzas policiales y el personal del Servicio Penitenciario Federal pero ello no es nada comparado con el sentimiento indefensión que genera las irregularidades procesales de la causa por que:

No son peores las lesiones y amenazas, que los procesamientos que aún sufren David Sica, Cristian Valiente, Daniela Arredondo y Roberto De la Cruz Gomez, que siguen detenides después de casi un mes, y Facundo Gómez, excarcelado el pasado jueves.

No es peor ver las actas de detención ser llenadas horas después de las mismas y firmadas por el propio personal policial en lugar de ser firmadas por testigos, que las apelaciones de Fiscalía de las faltas de mérito de 7 personas de las que no hay ni una sola prueba.

No son peores los apremios ilegales, que la confirmación por parte de la sala del rechazo de las excarcelaciones de nuestros 4 compañeres. Todo este despliegue ilegal y antijurídico tiene un solo fin: amedrentarnos, hacernos creer que pueden hacer con nosotrxs lo que quieren.

Hoy en día toda esta estigmatización por parte del poder, desde que nos llamen terroristas que queríamos hacer un golpe de Estado hasta la privación de la libertad que aún continua en 4 casos, nos ha dejado secuelas. Muchxs de nosotrxs sufrimos persecución policial, política, laboral y mediática. Nos han amenazado y hostigado por redes sociales. Nos ha parado la policía para verdugearnos y hacernos requisa solo por mostrar el dni. Muchxs estamos con estrés post traumático que nos impide hacer nuestra vida normal, por lo que les pedimos que nos sigan acompañando hasta que se cierre este armado judicial.

Creemos que somos un ejemplo para mostrarle al pueblo que seas quien seas, hagas lo que hagas, si vas a protestar contra las políticas de hambre de este gobierno, sos un terrorista que puede terminar en un penal de máxima seguridad sin siquiera estar procesado. Tenemos claro que no fue contra nosotres, sino contra todes los que quieren seguir viviendo en libertad y democracia.

3)

Por último, queremos agradecer la solidaridad de las redes humanas tejidas por distintas personas y organizaciones de todo el arco político, que se nuclearon en la Coordinadora por la libertad de los presxs de la Ley Bases. Aprovechamos para que se amplíe la convocatoria y se sumen más organizaciones porque entendemos, ahora más que nunca, que la unión hace la fuerza.

Vamos a seguir con solidaridad, amor, lucha y trabajo, mucho trabajo, teniendo el objetivo principal de la Liberación de Cristián, David, Roberto y Daniela y el sobreseimiento de lxs 33 imputadxs.

Como dijo nuestro compañero Facundo: nuestras convicciones están intactas y seguimos defendiendo el derecho a la protesta y luchando por nuestro lugar en las calles.

Para ello, queremos invitarlos el próximo viernes 12 de julio, a un mes de las detenciones, a concentrarnos en Plaza de Mayo a partir de las 15 y compartir el Festival Solidario #Faltan 4, organizado por la Coordinadora por la libertad de los presxs de la Ley Bases.

¡Libertad a todos lxs presxs politicxs!

¡Cierre de todas las causas !

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Télam: tras 130 días de acampe y lucha, los trabajadores vuelven a la agencia

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Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

420 trabajadoras y trabajadores (de 700 al inicio del conflicto; alrededor de 300 tomaron retiros voluntarios) volverán a trabajar en una agencia dividida: el gobierno reconvirtió a Télam Sociedad del Estado en APE S.A.U., específicamente para el tema de la pauta oficial; y creó RTA Noticias bajo el paraguas de Radio y Televisión Argentina. “Claro que no es la empresa que queríamos, que no estamos de acuerdo con la división, pero volvemos a trabajar y eso se logró por la lucha colectiva y organizada”, dice a lavaca una de las delegadas del sindicato SiPreBA, que repasa la situación. El desgaste, las presiones, las y los compañeros que no están; la histórica agencia, que tampoco. Lo que se logró con la lucha: reconocimiento de antigüedad, del estatuto del periodista profesional, de los convenios colectivos y de la representación sindical. Y volver a trabajar. Lo que falta, y lo que empieza a partir de hoy.

Por Francisco Pandolfi

“Si se calla el periodismo, también se calla la vida”.

Esa inscripción pintada en un corazón de madera estuvo colgada durante cuatro meses en una de las carpas montadas en la puerta de la Agencia de Noticias Télam. Un medio público fundado el 14 de abril de 1945, que en sus 79 años intentó ser cerrado, privatizado y vaciado por gobiernos variopintos: peronistas, radicales, macristas y militares. Una agencia que se encargaba de dos actividades: por un lado la pata publicitaria, que distribuía la pauta oficial; por el otro la pata informativa, a través de una agencia de noticias federal con un alcance de punta a punta del país.

En la apertura de sesiones legislativas, el viernes 1º de marzo pasado, el presidente Javier Milei anunció por cadena nacional la promesa de “cerrar la agencia Télam”. Y cumplió, en un pestañear: el lunes 4, las dos sedes porteñas amanecieron valladas. Los trabajadores desde entonces no pudieron entrar a sus edificios y fueron “dispensados” de cumplir tareas.

Télam: tras 130 días de acampe y lucha, los trabajadores vuelven a la agencia
La postal del conflicto: la sede de Bolívar, vallada por la Policía. Al lado, los trabajadores montaron uno de los acampes. Foto: somostelam

Un paso importantísimo

La resistencia estuvo a la altura de los acontecimientos: ese mismo día, las y los trabajadores junto al Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), instalaron dos carpas en las puertas de los edificios de las calles Bolívar 531 y avenida Belgrano 347. La lucha colectiva se mantuvo, indeclinable. E instó a que cuatro meses después, el 1 de julio, el gobierno decretara la reconversión de Télam en APE S.A.U. (la Agencia de Publicidad Estatal Sociedad Anónima Unipersonal), que se encargará del eje publicitario. Las funciones periodísticas continuarán dentro de Radio y Televisión Argentina (RTA), en una agencia de noticias pública. Anteayer se sacaron las vallas y se levantó el acampe. El corazón de madera fue descolgado, cuidadosamente. 

Hoy, 130 días después, los trabajadores de Télam vuelven a trabajar.

Un empleado de la agencia desde hace más de 15 años cuenta que el lunes, ni bien quitaron el vallado, entró al baño del edificio de Bolívar y se le “explotaron los ojos de tanto llorar”. Dice que prefiere no dar su nombre hasta firmar el nuevo contrato. 

Andrea Delfino es una de las delegadas de Télam e integrante del SiPreBA. Le cuenta a lavaca que hace 34 años trabaja en la agencia, que es periodista en la sección economía. Ella fue una de las que anteayer ya firmó el nuevo contrato que la une a RTA Noticias. Detalla la situación: “Con la vigencia del DNU 70/2023, el gobierno reconvirtió a Télam Sociedad del Estado en APE S.A.U., que va a funcionar en el edificio de la calle Bolívar específicamente para el tema de la pauta oficial. Allí irán un centenar de compañeros, que ya trabajan en ese rubro. Cambia el nombre de la empresa, pero las condiciones laborales no se modifican”. 

Sobre el eje informativo, explica: “Todos los demás, o sea periodistas, camarógrafos, reporteros gráficos, infografistas, empleados de administración, recursos humanos, comercialización, pasamos a formar parte de RTA Noticias, una nueva unidad de negocio que funcionará bajo el paraguas de Radio y Televisión Argentina, igual que Radio Nacional y la Televisión Pública. Nosotros trabajaremos en el edificio de Belgrano”. Al margen de los datos, abre el corazón: “Estamos dando un paso muy importante al volver a trabajar. Muy importante –remarca Andrea, con la u del “muy” extendiéndose en el aire por un par de segundos–. Claro que no es la empresa que queríamos, que no estamos de acuerdo con la división, pero volvemos a trabajar y eso se logró por la lucha colectiva y organizada”. 

Radiografía de un vaciamiento

Como la relación de dependencia es con una nueva empresa, el lunes pasado se inició la firma de contratos, que continuará hoy y los próximos días. “Las condiciones son las mismas que teníamos hasta el 3 de marzo: se nos reconoce la antigüedad, el estatuto del periodista profesional, los convenios colectivos y la representación sindical de la Comisión Interna del SiPreBA para quienes somos delegados”.

Sin embargo, cambiaron muchos otros aspectos. Dice Andrea: “Dieron de baja el portal, la cablera y nos achicaron un montón en lo periodístico. En total éramos más de 700 trabajadores y quedamos 420 entre las dos empresas. O sea, hay 300 personas menos. Por lo tanto, habrá que hacer todo un reordenamiento de secciones, porque hay algunas que quedaron desmanteladas”.

Sergio Arboleya hace 30 años que trabaja en Télam, donde empezó como colaborador. Hace 15 que es editor de la sección Espectáculos. “Vengo usando la idea del milagro, porque en este contexto de ajuste salvaje, de recorte, de persecución en todo lo estatal, es una alegría haber sostenido el trabajo y en breve ya arrancaremos a producir noticias para la cablera de RTA. El aspecto milagroso se dio a partir de la resistencia, con tantos días de acampe, con una organización que realmente funcionó muy bien, con un manejo del SiPreBA que ha sido eficaz para lograr lo que parecía imposible: conservar los puestos de trabajo de aquellos que finalmente decidimos quedarnos”.

Respira profundo: “Esto resulta muy impresionante, pero no disimula la pérdida de un montón de colegas de enorme valor que se fueron un poco asustados por la política expulsiva de los retiros y que dejan un hueco enorme en la estructura periodística. Y también entender que la marca Télam, con esa simbología, con esa carga, ya no existe más. Hablábamos el otro día con un compañero sobre si podremos recuperar un poco el sentido de la agencia, en este nuevo lugar. Aún con las críticas que podía tener a sus gestiones y a nuestra propia falencia para plantarnos como colectivo de trabajadores a hacer realmente la agencia federal, plural, sabíamos que Télam funcionaba en una dimensión, con sus abonados en todo el país, con su red de corresponsalías que ahora han quedado prácticamente todas afuera”.

La gente que se fue lo hizo mediante retiros voluntarios que, semana tras semana, el gobierno nacional renovaba por decisión del ahora ex interventor de los medios públicos Diego Chaher (la semana pasada tomó su lugar el ingeniero aeronáutico y espacial Eduardo González). La delegada Delfino retoma: “Este conflicto tuvo mucho de psicológico, porque no hay nada peor que tener a la gente sin tareas; fue destructivo. Nos jugaron en contra muchas presiones, tanto externas como internas. En cuanto a las externas, la empresa extendió cada semana el programa de retiro voluntario, a la par que algunos medios publicaban notas que buscaban generar miedo: si no agarrabas el retiro, parecía que se venía el apocalipsis”.

Trabajar para volver a trabajar

Las presiones también las hubo internas y “bien intencionadas”. Describe un aspecto neurálgico de la resistencia: “Los fines de semana eran momentos clave y por eso los lunes o martes hacíamos las asambleas. En el fin de semana es común encontrarse con los seres queridos, que con la mejor intención te decían ‘pero te parece seguir yendo’; ‘hace frío y llueve’; ‘¿por qué estás haciendo una cobertura si en realidad estás dispensado de trabajar?’. Esa presión bien intencionada fue la más difícil de vencer y superar. Con el paso del tiempo, notamos que si nos hubiésemos quedado dispensados y tranquilos en nuestras casas viendo Netflix, esta resolución no hubiese pasado. Me parece importante resaltarlo, porque en una época en que se habla tanto del individualismo y que te hacen creer que solo te salvás por tu mérito, el resultado de esta lucha colectiva muestra lo contrario”.

Desde el 4 de marzo hasta la reconversión de Télam, cada semana se renovaba la dispensa a cada uno de las y los trabajadores. “El presidente que dice que en el Estado somos todos ñoquis, nos está haciendo ñoquis, porque nos está pagando sin trabajar”, solían repetir desde los acampes, como una manera de desarticular el relato oficial. Con la agencia fuera de funcionamiento, decidieron lanzar el sitio web somostelam.com.ar e informar desde ahí. Al frente del portal estuvo Andrea Delfino: “Decidimos arrancarlo con el fin de que la sociedad sepa que nosotros estábamos trabajando para volver a trabajar. Nos enfocamos mucho en cubrir los despidos en el sector público y en el privado. Era difícil mantener esperanza, pese a que en Télam finalmente no hubo despidos. Hubo días muy difíciles y las asambleas parecían terapias de grupo. Las reuniones nos contuvieron y nos organizaron; las conducciones de SiPreBA y de FATPren (Federación Argentina de Trabajadores de Prensa) siempre estuvieron poniendo el cuerpo, al igual que delegados de otros medios de comunicación. Cuando hablo de los lazos de la base, me refiero a los lazos sociales que se fortalecen en estas instancias, al contrario de lo que esperan quienes generan estas acciones para desorganizar a los trabajadores”.

¿Qué no pudo lograr el gobierno?

Andrea: Callarnos, cerrarnos. Nos silenciaron durante cuatro meses y hoy estamos volviendo a laburar. Si logramos un resultado positivo dentro de este contexto es porque fuimos muy tozudos. Y porque tuvimos bien claro lo que queríamos, que se resume en algo hermoso que dijo un compañero en una asamblea: “Yo no quiero ser el último que apague la luz; quiero ser el primero que prenda la computadora cuando volvamos”. Ese es el espíritu del colectivo Télam.

Hoy, algunas luces se volvieron a encender.

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Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases

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“Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”, dice el hermano de Cristian Valiente. Familias de personas que continúan presas realizaron ayer un encuentro para organizarse y desarmar las mentiras con las que se sostienen sus acusaciones. El caso de Cristian y el de de Facundo Gómez, que hablaba con su mamá cuando lo detuvieron: la justicia no tiene filmado sus supuestos “disturbios”, pero lo encarceló igual. Las causas armadas sobre los más vulnerables, mientras nunca se detuvo a quienes causaron los destrozos, por ejemplo, del auto de Cadena 3. Además, el fiscal Stornelli insiste con meter presas a siete personas que ya fueron liberadas por la jueza Servini por falta de pruebas. El terror que continúa, los ataques de pánico, las condiciones de detención: se puede colaborar económicamente con las personas detenidas (el alias: LIBRESYA) y existen 5 puntos de acopio de mercadería detallados en esta nota. Qué necesitan: abrigo, frazadas, comida. Las familias llaman al 10 de julio a una nueva conferencia y al 12 a una concentración en Plaza de Mayo.

Por Lucas Pedulla

Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases

Jonathan dice que está un poco nervioso porque nunca habló en público, y ahora hay un aula llena de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, en el barrio porteño de Constitución, dispuesto a escucharlo. Tiene 34 años y es el hermano de Cristian Valiente, una de las cinco personas -junto a Daniela Calarco Arredondo, David Sica, Facundo Gómez y Roberto María De la Cruz Gómez– que sigue detenida en Ezeiza tras la cacería del Gobierno durante el tratamiento de la Ley Bases en el Senado, hace ya tres semanas.

Todavía no pudo ver a su hermano porque no tenía su documento; espera hacerlo el próximo fin de semana.

Vino con su compañera, su hija y un perrito desde Moreno, oeste profundo del conurbano, a pedir por favor que lo liberen: “No tiene justificación. La gran mayoría están detenidos solamente por protestar. Y mi hermano, mientras estuvo detenido, le hicieron un desalojo en la casa: cuando salga ahora no tiene dónde estar”.

El lugar de donde desalojaron a Cristian era una pieza de un hotel céntrico. Allí había trabajado tres años como portero: “Uno con todos los derechos y dos, en negro”, cuenta el hermano. Denunció la situación y fue a juicio, que determinó que debía vivir allí hasta que le pagaran lo que debían. Casualmente, un derecho que la Ley Bases barrió en su capítulo de reforma laboral.

A Cristian -41 años, dos hijos- lo acusan por provocar “disturbios”, “arrojando piedras y otros objetos contundentes” contra la policía, pero sobre todo por haberle “secuestrado entre sus pertenencias” una granada de mano. En su indagatoria, él aclaró que no se trataba de una granada sino de un aerosol químico de los que usan las fuerzas de seguridad para gasear en las manifestaciones; y que lo encontró en las propias inmediaciones del Congreso, y se lo guardó para mostrarlo a un canal de televisión porque había vencido en 2022. “Decían que lo vendía en el mercado negro -dice Jonathan a lavaca, y no lo puede creer-. Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1808269566549622911

Este encuentro, motorizado por la Comisión de Solidaridad de la coordinadora por la liberación de lxs detenidxs y el cierre de todas las causas, fue el ámbito para que Jonathan pueda, por primera vez, dimensionar esa locura.

También pudo hacerlo Elena, la mamá de Facundo Gómez, 31 años, cuyo trabajo era ir con su carrito por Plaza Serrano, en Palermo, vendiendo cafés: “Lo detuvieron mientras hablaba por teléfono conmigo -dice mientras muestra un cartel con el rostro de su hijo, sonriente-. La causa debería caerse porque lo ponen arriba de una valla, diciendo que arengaba y tiraba piedras, pero la comunicación con mi hijo se detiene en el momento en que lo están deteniendo. Intenté llamarlo, hasta que me atendió una persona que supongo que era un policía, y me dice que le estaban haciendo averiguación de antecedentes. Le pregunto por qué, y me dice porque estaba en un lugar que no debía estar. Mi hijo grita bien fuerte: ‘¡Yo no estaba ahí!’”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1808262187380588878

Elena remarca que no hay registro fotográfico ni fílmico de Facundo, y su otra hija, Micaela, dice a lavaca que al fotógrafo que registraba su detención le rompieron la cámara: “Lo presentamos como testigo. Dijo que le pidió a Facundo que gritara su nombre, y cuando iba a hablar le pegaron una piña en el estómago”.

Elena dice que su hijo no aparece en los videos: “Ellos (la justicia) dicen que han mirado 100 horas, pero Facundo no aparece”. Y agradece la convocatoria: “Es una causa totalmente ilegal y armada para amedrentar y que no salgamos a protestar para que aceptemos todo lo que ellos quieren. Quiero la libertad de los cinco”.

El aula, llena, la abraza con un aplauso.

Crueldad sin paz

Una mesa afuera del aula junta donaciones (galletitas, paquetes de yerba, azúcar, latas de arvejas, jugos en polvo, lavandina, shampoo, toallitas) mientras otras personas de la coordinadora pasan con una caja de cartón para juntar dinero. Adentro, sobre la pared, una gigantografía de Rodolfo Walsh recuerda su Carta abierta de un escritor a la junta militar.

En bancos de madera, mientras tanto, se van sentando, entre otras personas, exdetenidos como Gonzalo Duro, Fernando Leone, Sofía Ottogali y Santiago Adano -liberadxs en las primeras 17 excarcelaciones, el viernes 14 de junio-, o Juan Spinetto y Camila Juárez Oliva, liberadxs en una segunda tanda de 11 faltas de mérito dictadas por la jueza María Servini, el martes 18.

Es que, además de las causas abiertas y la solidaridad por las cinco personas que aún siguen presas, la alerta continúa, porque el fiscal federal Carlos Stornelli apeló y pidió nuevamente la prisión preventiva sobre siete personas: Ottogali, Spinetto, Juárez Oliva, Sasha Lyardet, Nicolás Mayorga, Gabriel Famulari y Brian Ortiz.

“Nos siguen criminalizando cuando la jueza ya dictó la falta de mérito”, dice Camila a lavaca. La falta de mérito se dicta cuando se considera que no hay elementos suficientes para acreditar el hecho que se imputa. La propia Servini habló de la “orfandad probatoria” en las acusaciones de Stornelli. Camila, junto a Sasha y Nicolás, es una de lxs tres estudiantes de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) detenidxs: “Es una crueldad, porque todos los días me acuesto y miro la ventana porque no sé si un policía va a venir a decirme ‘agarrá tus cosas’, y ya en mi cabeza pienso que no tengo que agarrar ropa oscura para entrar al penal. Así está funcionando mi cabeza. Hasta que la Cámara no se expida, no estoy en paz”.

La sala II de la Cámara de Apelaciones, conformada por Roberto Boico, Eduardo Farah y Martín Irurzun, tiene ahora la palabra.

El docente Spinetto, otro de los “apelados” por Stornelli, dice lavaca: “Es ridículo, porque no aporta nada nuevo para apelar e insiste sobre algo que jurídicamente está zanjado. Básicamente lo que está haciendo Stornelli es continuar con la maquinaria de armado de causa. No tiene ningún sostén jurídico”.

Donaciones, acopio y concentración

La Comisión de Solidaridad abre el encuentro. Sus integrantes recuerdan que hay un alias (LIBRESYA) para contribuir a un fondo solidario común con montos de $500, $1000 o $2000. También subrayan que lxs detenidxs necesitan ropa de abrigo clara (no gris, sin capucha), frazadas de una plaza, y elementos de almacén. Los puntos de acopio:

  • ATE / INCAA: Lima 319, 1er piso, oficina 101.
  • SUTEBA Tigre: Santa Fe 11028, General Pacheco.
  • Mutual Sentimiento: Av. Lacroze 4181.
  • ATE Sur – Lomas de Zamora: Boedo 120.
  • ATE Alte Brown – Pte Perón: Somellera 481.

Luego habla Gonzalo Duro, trabajador judicial, uno de los exdetenidos: “En ese pabellón éramos 15 personas desconocidas y ahora somos amigas. Es una realidad y habla de la transversalidad del problema”. A continuación, Camila recuerda a Daniela Calarco Arredondo: “Le estamos tratando de juntar plata porque tiene que pagar el alquiler. También para pagarles el transporte a sus padres, que viven en Mar del Plata”. Grisel, hermana de Sasha, suma la preocupación por las apelaciones de Stornelli, y pide asistencia psicológica porque muchxs continúan con ataques de pánico. Valora la importancia de estos encuentros y pide, también, monitorear las trabas que les están poniendo los penales a las visitas familiares, para que el Sistema Penitenciario no siga “vulnerando derechos”.

Luego, y por un largo rato, pasan voces de diversos partidos y agrupaciones que hacen caracterizaciones del Gobierno. Algunos traen reclamos urgentes, como los trabajadores despedidos del Hospital Posadas o de la fábrica de neumáticos FATE, pero otros gritan pedidos de paro a la CGT. El músico Santiago Adano, otro de los exdetenidos, agradece con sensibilidad la solidaridad y el acompañamiento, pero sugiere avanzar en lo operativo del encuentro. Algunos no parecen escucharlo, y siguen. Otros sí, y piden acompañar, por ejemplo, la ronda de las Madres de este jueves en Plaza de Mayo para continuar la visibilidad por los detenidos. La propuesta es aceptada.

Las familias y exdetenidos, a su vez, proponen una nueva conferencia de prensa en el Servicio Paz y Justicia (Serpaj) para informar sobre la situación de las detenciones y las causas. En asamblea votan realizarla el miércoles 10. También votan, para el viernes 12, a un mes de la protesta, realizar una nueva concentración en Plaza de Mayo, con posibilidad de festival, buscando la convocatoria del amplio abanico político que movilizó la última vez, el día de las últimas excarcelaciones. Silvia, la mamá de Camila, recuerda que la urgencia de esos días fue lo que juntó a sindicatos, organismos, referentes de la izquierda y del peronismo: “Vengo a reforzar la idea de unidad, como lo hice desde el día uno”.

Cerca de las diez de la noche, la asamblea concluye.

Los ejes que se refuerzan:

  • Libertad a las cinco personas que siguen detenidas.
  • Pedir el rechazo de la Cámara a las siete apelaciones de Stornelli.
  • Cierre de todas las causas.

Leé la nota de tapa de la nueva MU: Qué es la libertad.
Sasha y su hermana, dos caras de lo que se vivió adentro y afuera tras la cacería policial el día de la votación de la Ley Bases. Sus reflexiones sobre la estigmatización, la persecución, y la vida en ¿libertad? Las redes y la calle. El ego y lo colectivo. Hablan Ramona y Santiago, también detenidos sin pruebas, con torturas. La organización entre familias. Y el reclamo por los que todavía están adentro.

Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases
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LA NUEVA MU. No podrán

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