CABA
Pensar en movimiento
Atenas angustiada por la bancarrota. Madrid movilizada contra las privatizaciones y los desalojos. Dos ciudades que se rebelaron contra banqueros y políticos gritaron que “se vayan todos” en clave 2011. Ahora se enfrentan a otra etapa de la misma batalla y se convierten para la mirada argentina en un espejo que proyecta luz.Diferencia
Las cosas que tienen en común Grecia y España son tantas, que abruman. Están unidas hasta por la coronita de la reina Sofía, pero las noticias que publican estos días los diarios hablan de otras coincidencias, que señalan con tono humillante: récord de desocupación, fuga de depósitos y burbujas especulativas que estallan haciendo añicos los sueños posmodernos, incluida la frutilla de ese postre, el euro. El abismo que las diferencia, en cambio, no es noticia: a los griegos se los ve angustiados y a los españoles, movilizados.
Jet lag
De los ¡16 millones! de desocupados que viven en ese territorio llamado “eurozona”, Grecia y España albergan a casi el 60%. “Si se perdiera el control de la crisis, este sombrío escenario podría terminar siendo demasiado optimista, ya que ninguna frontera resistiría el pánico de los mercados y la recesión se instalaría en todos los países”, es la amenaza expresada en impúdico potencial por el gurú de “una agencia calificadora internacional”. ¡Eurolandia está en bancarrota por culpa de estas indisciplinadas! El gurú clama castigo: ajuste, recortes, privatizaciones, despidos, gestión política con mano dura y derecha. El tono monocorde del diario europeo que leo en el avión me suena así de viejo hasta que encuentro una noticia que sintoniza otros tiempos. La primera ministra alemana y su colega francés han tomado el timón del Titanic en la cumbre que, en Cannes, reúne a los responsables del desastre. Reciben allí el consejo de expertos. Bill Gates, por ejemplo. Zarkosy muestra entusiasmo y conclusiones: se compromete a impulsar un impuesto global a las transacciones financieras. La Tasa Tobin. ¿De dónde salió esta idea? El Premio Nobel James Tobin la creó en 1971; la oenegé Attac –en la que se camufló un sector del PC tras la crisis del Muro– la convirtió en campaña en 1997; el Foro Social Mundial de Porto Alegre le dio su explícito respaldo en 2001 y ahora la impulsan los okupas de Wall Street y los indignados de Grecia y España. Detalles que no menciona el diario.
Crimen
Una vez Naomi Klein me preguntó quién había anunciado el 19 y 20 y no dudé: César Aira en su relato Cumpleaños. “Cualquier cambio es un cambio de tema”, escribió Aira en las vísperas de diciembre de 2001 y de eso se trataba justamente aquel grito callejero. Por cábala busco una novela que explique hoy a Grecia y la encuentro en El Corte Inglés de Madrid: Con el agua al cuello, de Petros Márkaris. Allí, el inspector Jaritos debe enfrentarse al enigma de una serie de crímenes idénticos: un vengador decapita a 4 hombres de la banca, incluido el gurú de una calificadora internacional que imagino como el redactor de la nota que leí en el avión. La investigación avanza al igual que el ajuste económico, que incluye a los propios policías. Así nos enteramos de que los empleados públicos griegos cobraban 14 sueldos anuales y acaban de perder uno, además del 25% del salario. La tensión que producen los homicidios se suma a la que pende sobre otras cabezas: la de aquellos que no saben si serán cesanteados. Y aunque hasta la apacible mujer de Jaritos está angustiada porque vio por su ventana volar a la vecina que se suicida al no poder pagar sus deudas, la novela no comienza con un velorio sino con una fiesta: la del casamiento de la única hija del inspector. El devenir de la trama tiene, entonces, el peso de ese festejo que termina convirtiéndose en deuda. ¿Ese es el crimen de los griegos?
Luz
Ya en Atenas, en una reunión con 30 delegados de asambleas barriales, me cuentan que hay 16.000 casas sin luz porque no han podido pagar el servicio, que es estatal. Que en los próximos días se concretará el despido de 30 mil empleados públicos y que recortaron la pensión de los jubilados un 40%, a la vez que aumentaron en 10 años la edad para retirarse: de 45 pasó a 55 años. Todo de golpe y por decreto. La mitad de los presentes es desocupada y la otra mitad espera serlo. Todos arman cigarrillos con tabaco y papel porque el costo de un atado ya es un lujo que se cotiza a 8 euros. La mayoría son jóvenes que compartieron un mismo parto político: el estallido que comenzó el sábado 6 de diciembre de 2008, ahí en Exárjia, el barrio donde estamos.
Gas
Alexandros Grigorópulos tenía 15 años cuando fue asesinado por un disparo policial. Hay que entender el contexto para entender la reacción que despertó ese crimen: Exárjia es un barrio de tradición anarquista y se jacta de ser una zona liberada de policías. Cualquier uniformado que por allí camine es considerado una provocación y no hacerla explícita, una debilidad. Alexandros estaba con 3 amigos cuando pasó un patrullero. Le gritaron que se vayan todos. Dos policías bajaron, uno disparó. A las pocas horas el barrio entero salió a la calle y con furia. El domingo, otra vez. El lunes, cuando todos pensaban que ya era una noticia vieja, los estudiantes secundarios sitiaron la central policial. “Vi a esos chicos tan chicos enfrentar a la policía en su propia cueva y pensé: nos están dando una lección”, me cuenta uno de los integrantes de la asamblea. ¿Cuál era? “Basta de tener miedo”. Las protestas duraron una semana e incluyó movilizaciones masivas, quema de 4 edificios públicos, 5 bancos, una docena de grandes comercios y la toma de dos universidades. Desde entonces Exárjia está rodeada por policías que exhiben ametralladoras y un collar con media docena de tubos de metal. Me explican que son gases lacrimógenos y que en la última protesta la policía arrojó 300 litros, según publicaron los diarios luego. En Exárjia están preparados para eso: no gastan en cigarros, pero todos tienen una máscara antigás en el ropero. Pienso que una cosa es consecuencia de la otra y con eso me consuelo.
Sistema
Atenas volvió a salir a la calle a principios de julio y al grito de “No vamos a pagar”. Calculan que unas 200 mil personas permanecieron en la Plaza de Constitución, frente al Parlamento, durante 14 días. Cada uno de esos días, a las 9 de la noche comenzaba puntualmente la asamblea. “La mayor parte de las exposiciones eran relatos personales de la crisis, casi una catarsis. Después de escuchar docenas y docenas de esas historias lo que te quedaba era una pregunta que te quemaba la cabeza: ¿qué vamos a hacer con esto?”, me dice un muchacho que participa ahora de la asamblea de uno de los barrios más urgidos por la crisis. (Atenti: acá la palabra pobre no cuadra si se tiene en cuenta su acepción latinoamericana). En un determinado momento –sigue el muchacho– decidieron que era imposible pensar nada en ese espacio y plantearon como estrategia replegarse a los barrios. ¿Qué había pasado? “Los partidos”, es su respuesta. La izquierda griega tradicional, muy ligada a las instituciones y, por lo tanto, en peligro por su crisis, actuó como un agente disciplinador, fastidioso al comienzo y violento al final. Tal como lo relató Raúl Zibechi en una nota titulada Las dificultades para manejar nuestros desacuerdos, “El 20 de octubre, jornada de huelga general, una gran manifestación pretendió acercarse al Parlamento con la intención de tomarlo, o sea de ingresar a la fuerza en un recinto sagrado de la democracia electoral. Más allá de la viabilidad de esa intención, y de que pueda considerarse correcta o no, miles de personas deseaban hacerlo. Se encontraron con una doble barrera formada por policías y militantes del Partido Comunista (KKE), que se movilizó para defender el Parlamento y controlar la manifestación. Hubo duros enfrentamientos. El saldo fue de decenas de heridos, hubo un muerto por los gases lacrimógenos, y una fuerte desmoralización que puede llegar a frenar el proceso de luchas. En los hechos, los comunistas griegos actuaron como defensores del sistema”. Le pregunto al muchacho si cree que los partidos lograron su objetivo de disolver la asamblea. Me responde: “Son los responsables de intentarlo y, sin duda, lo primero que pensamos cuando se habla de este tema porque es lo que tenemos más cerca y más nos molesta. Pero lo que llevó al repliegue no fue eso, porque si no el movimiento sería más débil que ellos y no es así. Lo que nos llevó a los barrios fue la necesidad de organizarnos para enfrentar algo más fuerte: el miedo”. Recuerdo entonces el comienzo de la dispersión de la Asamblea Interbarrial de Parque Centenario, un domingo de abril de 2002: las trompadas entre integrantes del MST y el PO por el control del megáfono. La Interbarrial había arrancado aquel verano con más de 3.000 participantes y en septiembre apenas sumaba 60. Corrijo entonces mi perspectiva: quizá no fue la parodia sino la tragedia lo que la diluyó. El comienzo de la dispersión fue por algo más fuerte. ¿Junio y Puente Pueyrredón?
Precios
La visita a El Partenón cuesta 12 euros y ninguno de mis acompañantes griegos puede pagarla. Un litro de nafta cuesta casi 2 euros, pero ya nadie usa auto. Por 1,40 se puede viajar en subte y mis acompañantes me enseñaron qué hacer con el boleto: como es válido durante una hora y media, en los molinetes hay siempre gente esperando a que alguien lo deje allí para volver a usarlo. La vida cotidiana se ha tornado así de árida en un país que siempre ha sido amable y que ha mantenido la educación, la salud y los servicios esenciales en la esfera pública y al alcance de la mano. “No entiendo por qué los alemanes en lugar de criticarnos no quieren imitarnos”, se queja un funcionario en la novela de Márkaris. Ese estupor es el que se percibe en los hombres, que parecen mirar el futuro como a un jarrón que se rompió en mil pedazos: no me queda claro si la pelea actual es por restaurarlo o cambiarlo. El gran misterio, sin embargo, es qué quieren las mujeres: en las reuniones no opinan ni preguntan. Callan y acompañan. Lo cierto es que en medio de lo que me parece una bancarrota del ánimo, las asambleas sostienen centros culturales barriales donde se comparten cenas, teatro, música y libros. Intentan así tejer una red permanente capaz de contener al movimiento y darles refugio a los lazos que anudó la calle. Quizá, también, porque en grupo parecen animarse, pero a solas la angustia carga pilas enchufada a la tevé. “Mi miedo político es el fascismo. Con el cuestionamiento al euro surgieron grupos nacionalistas que ganaron terreno entre los jóvenes, convirtiendo ese descontento en odio y nos toca a nosotros encontrar la forma política de responderlo para que no gane. Mi miedo personal es la ruina, que acecha a toda mi familia y mis amigos. Pero mi terror es la mañana: cada día me levanto, escucho las noticias y compruebo que estamos peor”, me confesará al despedirse uno de los muchachos. Me lo dice porque quiere preguntarme cómo hicimos en Argentina cuando se abrió el abismo. Le respondo la verdad: todavía lo estamos pensando.
Medidas
«Primero es y luego se piensa. Siempre ha sido así en los grandes movimientos que han cambiado el mundo. Ahora, por ejemplo, estamos viviendo un mundo de horror. Lo construido por las generaciones anteriores se está diluyendo. Y frente a esto aflora el miedo, pero también la magia”, me dice Juan Gutiérrez en el patio seco que el Medialab de Madrid tiene en el barrio de El Prado. Juan es filósofo, tiene 79 años y un entusiasmo juvenil, que recuperó tras revisitar su experiencia en el Mayo del 68. “Veo este 15M y veo un cambio. En el 68 queríamos tomar el cielo por asalto, no pudimos y cada cual aterrizó como pudo y a su manera: no hay todavía escrita una historia de cómo retomamos la vida en ese mundo que queríamos dejar atrás para crear uno mejor. Los del 15M tienen un planteamiento que ha superado a cualquier pensar conocido por mí hasta ahora. Lo veo como un erizo que dice que no. Y así, define la realidad de otra forma, partiendo de la dignidad humana que se rebela contra un mundo que se la niega. Ese no expresado por el 15M ni siquiera se preocupa por estar a tiro de la realidad. Es rotundo. Simplemente hace público aquello que no tiene justificación. Sólo dice que este no es el mundo que debiera ser. No que otro mundo es posible”.
¿Dice que este es imposible?
Ni siquiera juega entre lo posible y lo imposible. Simplemente denuncia: este mundo es acusable. Luego, cuando se lo mira bien, aparece lo mágico: dentro de este erizo de púas se crea un nosotros tierno, no violento, de respeto mutuo.
¿Qué peligros de la experiencia del 68, proyectados hacia hoy, sirven como alerta?
Durante muchos, muchos años, pensé que en el 68 le habíamos dejamos el campo abierto a la derecha más salvaje. Ese era el recuerdo que tenía hasta hace unos pocos años, cuando a raíz de un encuentro que se realizó por el 40 aniversario, escuché a las mujeres que habían sido mis compañeras en aquel movimiento. Me asombraron diciendo: “Hemos educado a nuestros hijos de una forma totalmente distinta a como fuimos educadas nosotras”. Recién entonces entendí que el cambio había sido ese. Queríamos cambiar el mundo y no lo conseguimos, pero nos habíamos cambiado a nosotros. Porque desde entonces hemos aprendido a romper fidelidades malas, de sumisión, de obedecer sin entender. Aprendimos que en lugar de usar a Dios como sistema de medición había que medir a Dios. Y el resultado fue demoledor.
El primer alerta de Juan, entonces, está dirigido a los recuerdos, que no sólo requieren tiempo sino procesos colectivos. El segundo es más poético: Juan usa Dios como alegoría de familia, institución o poder. Y también como metáfora política para comprender el 15M. “¿Cómo entender hoy esta cosa tan nueva? Quizá por su rasgo más inexplicable: su magia. La ternura que alberga el erizo lo convierte en invulnerable, porque para disparar necesitás un arma, pero también un blanco y el 15M tiene dentro un componente de tanta ternura que lo hace inatacable. A mí me recuerda al movimiento político más exitoso de la Historia: el cristianismo. Porque los cristianos no proclamaban la conquista del poder. Decían: hay un más allá. Y sólo con eso, con esa desmentida casi naif del poder real, se hicieron poderosos. Creo que en los próximos tiempos vamos a tener que pensar lo político en dos planos. Por un lado, seguirá la política de los partidos, con todas sus geografías y rigideces que la tornan vulnerable. Y por el otro, esta forma fluida, no jerárquica, que se constituye como un factor de poder, como una potencia capaz de inundarlo todo en tanto siga expresando la voluntad social. La tensión, entonces, se dará en el juego de estos dos planos. En gran parte de Europa, por el momento, parecería que la política de los partidos no está dispuesta a ceder un milímetro y en lugar de más democracia, apuesta a menos. Parece que, al menos aquí en España, la gente esté dispuesta a darle batalla”.
Oráculo
Una joven muy joven lee las conclusiones de la Comisión de Economía en la asamblea general del movimiento 15M, ante 500 personas sentadas en el piso de la Plaza del Sol y en una tarde de domingo fría y nublada. Es una de las oradoras que desfilarán durante las cuatro horas en las que se escucharán las conclusiones de las comisiones que crearon desde el primer día de la acampada y que continúan hasta hoy trabajando, cuando el movimiento se replegó en barrios, en grupos de reflexión, en diferentes campañas, movilizaciones, reclamos. A una cuadra de allí, justo a la vuelta del Ayuntamiento de Madrid, un grupo de 100 personas ocupó el Hotel Madrid (“Nuestro Bauen”, me dirán al recibirme), un edificio de tres pisos donde se han refugiado familias desalojadas por los bancos y que en el momento mismo en que escribo estas líneas está siendo desalojado. En la web ya hay videos caseros de la Plaza de Sol ocupada por personas que protestan contra el operativo al grito: “Un desalojo, otra ocupación”. ¿Cientos? ¿Miles? ¿Suficientes? Pienso: es el momento I Ching del estallido. La línea partida que indica la tensión de un cambio cuyo resultado es inesperado. Me consuelo: al menos se está jugando.
Literatura
En la puerta del coqueto Círculo de Bellas Artes de Madrid un grupo de niñas entrevista a Amador Fernández Savater para el taller de tevé que hacen en la escuela. Le preguntan qué libro está leyendo. De eso hablará Amador en la conferencia express que dará en el marco del Ciclo Ñ que organiza el ala más tradicional de eso que por costumbre llamamos cultura. Se trata de una charla contra reloj, sin repetir y sin soplar, donde Amador deberá explicar el cruce entre Jacques Rancière, la literatura, la política y el 15M. Dirá entonces a la carrera: “Rancière dice que literatura y política comparten la potencia liberadora de la ficción. La política no de los políticos, sino de los movimientos que quieren cambiar las cosas: esa es la que es capaz de crear un personaje y un nombre colectivo que produce una nueva realidad interrumpiendo la que hay. ¿Qué es producir nueva realidad? Modificar lo que se puede hacer, decir, y pensar sobre la realidad: nuevos temas, nuevos sujetos, nuevas voces, nuevos problemas, nuevos argumentos y nuevas afectividades. Cosas que antes no se veían y de repente se ven. Un nuevo nosotros”. Suelta tres ejemplos: el Hombre Ciudadano de la Revolución Francesa, el Proletario de la revolución marxista y aquel Nosotros Somos el Pueblo que derrumbó el Muro de Berlín. ¿Cuál es el personaje que crea el 15M? Amador sólo tiene preguntas y tres hipótesis:
Los Indignados: “Al principio me parecía una etiqueta mediática, no encontraba mucha gente en la acampada de Plaza del Sol que se identificara con esa palabra, pero ahora la relación ha cambiado. ¿Qué tipo de sujeto propone Los Indignados? No son trabajadores, ni siquiera los precarios, no es tampoco un ciudadano. Es más bien una persona, categoría más amplia y más difusa, que no puede ser representada. Se trataría de un sujeto colectivo que se rebela contra la representación tradicional: sindicatos, partidos. Y que nos propone pensar la política de otra manera”.
Somos todos: “Una frase que sonaba mucho en la acampada de Sol. Ahora en Estados Unidos suena casi la misma consigna: ´Somos el 99%´ ¿Qué nos está diciendo este sujeto? Discute aquello de que el movimiento es una minoría. Discute la política literal, que exige siempre pruebas de cantidad.
Sol: sería un personaje colectivo, real y simbólico a la vez. Sol es una identificación fuertísima para el movimiento del 15M de Madrid. Sol, creo, representó un pequeño mundo dentro de este mundo, un taller de democracia al aire libre, de democracia real, horizontalidad, respeto, inteligencia colectiva: esa es la metáfora Sol. Una metáfora de metáforas. Y una energía: el paso de potencia a la impotencia, de lo imposible a lo posible. Evoca el despertar y también un lugar de encuentro”.
Deja vú
El punzante chirrido de un acople suena en el parlante para anunciar que el tiempo express se acabó. Amador propone seguir la charla en el café, pero en la calle hay ruido de bombos y cornetas. La CGT desfila por Madrid en defensa de la escuela, el transporte y hasta la aerolínea pública. Miles de personas llevan una remera verde con la leyenda: “Educación pública para tod@s”. No sé si estoy viendo el futuro o el pasado, pero la confusión me dura hasta la noche, cuando bajo el iluminado Palacio Real la Orquesta Sinfónica de Madrid brinda un recital en defensa de la escuela pública, mientras algunos gritan: “Altezas: vayan a trabajar”. No hay allí cámaras ni periodistas: ni de medios comerciales ni de los otros. Al día siguiente ni la noticia de la marcha sindical ni la del sinfónico recital aparecerá en ninguno de los periódicos dominicales. En la Indymedia local hay publicada una convocatoria a una charla sobre el asesinato de Marcelo Ferreyra: sí, el militante del PO asesinado por la patota ferroviaria en Avellaneda. Recuerdo entonces por qué hicimos lavaca.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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