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Es la educación pública, estúpido
La marea humana inundó no solo la Plaza de Mayo sino todo el centro porteño. Desde el palco se habló de 800.000 personas, pero no contabilizaban la multitud movilizada en todas las calles, ni las masivas marchas en todo el país en defensa de un objetivo que es parte crucial de la genética y la identidad argentina: la educación pública. Fue mayor a la de por sí gigantesca convocatoria del pasado 24 de marzo, otra demostración sobre cuáles son los temas que movilizan en la calle a la sociedad argentina. Un límite al gobierno de Javier Milei, expresado muchas veces con los libros, que también fueron protagonistas de la tarde: se vieron muchísimos Nunca Más y ediciones de la Constitución Nacional, y se agregaron, entre miles, ESI, Pedagogía del oprimido, Farenheit 451, El Principito, El Anticristo, La razón de mi vida, Psicología de masas, Un mundo feliz, Las venas abiertas de América Latina, El Alquimista, Mujercitas, Macbeth, Crónica de una muerte anunciada. Hubo un fuerte protagonismo de las universidades del conurbano, que han permitido a miles de familias contar con una primera generación de graduados. Se sumaron todas las facultades de la UBA, las privadas, los secundarios, las organizaciones de derechos humanos y el gremialismo. Creatividad, humor, convicciones, sentido común y potencia social: palabras e imágenes de una movilización histórica.
Producción, textos y fotos: Lucas Pedulla, Lina Etchesuri, Franco Ciancaglini, Anabella Arrascaeta y Francisco Pandolfi/lavaca.org.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Cuatro jóvenes que apenas superan los 20 años, llevan tres carteles:
- “Si los de abajo se mueven, los de arriban se caen. Las armas están en la biblioteca”.
- Una frase de José de San Martín: “Cuando la patria está en peligro todo está permitido, excepto no defenderla”.
- “Con este gobierno el abecedario es O-B-D-C”.
- Son las doce del mediodía y la estación Ramos Mejía del tren Sarmiento, en La Matanza, rebalsa, mientras empiezan a llegar imágenes de Retiro y de Constitución (las otras estaciones que conectan el conurbano con la Ciudad de Buenos Aires) que preanuncian lo que se vio durante el día: una marcha conmovedora e histórica.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Que esos fueran los puntos de conexión muestra además la importancia que cobraron en los últimos años las universidades del conurbano bonaerense, que abrieron el acceso a la educación a cientos de miles de estudiantes cuyas familias jamás habían podido pasar por el nivel educativo terciario. En la estación hay un clima serio, a la vez de entusiasmo.
Agostina, 20 años, estudiante de Ingeniería Informática en la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), cuenta que es su primera marcha y está nerviosa: “Es la primera vez que algo así me pega tanto. Estoy emocionada”. Greta, 20, estudiante de Comunicación Social, también de la UNLaM: “Están vulnerando nuestros derechos, y todos necesitamos a la universidad pública y de calidad”. Candela, de 21, estudia Literatura en el Joaquín V. González: “Hoy tengo compañeros que no están pudiendo cursar, porque no llegan a pagar la SUBE”. El transporte también empieza a ser menos público. Y Sofía, de 19, estudiante de Educación Física, cuenta que su hermano votó a Milei: “Nos quieren ignorantes”.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Universidad como élite
El tren llega. La estación colmada colma el tren. Apretada con otros cientos de cuerpos viaja Fabiana, 45 años, a siete materias de recibirse como Ingeniera Eléctrica en la Universidad Nacional de Hurlingham (UNaHU), gracias a una beca que hoy está en peligro: “La educación pública es el camino, no tiene porqué ser un privilegio. Se han dicho muchas mentiras y es nuestra obligación defender a todos aquellos que hoy no pueden estar porque están trabajando, o cuidando sus hogares”. Fabiana tiene cuatro hijos y uno está cuidando a los dos más pequeños para que ella pueda estar: “Tienen un pensamiento que los lugares estratégicos de poder solo puedan estar personas con privilegios”.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Todo ocurre este martes, al día siguiente de la declaración del presidente Javier Milei por Cadena Nacional según la cual su éxito económico es una “hazaña” y un “milagro”, y pocos días después de la declaración en el Llao Llao planteando que quienes fugan dólares son “héroes” e incitando a comprar dólares “en negro”, ante el aplauso de una patética cúpula empresaria.
El tren llega llega a Once, y entre la multitud baja Yohia, 32 años, docente en la Facultad de Psicología de la UBA: “El gobierno quiere moldear otra idea y otra subjetividad, en un país donde hay consensos básicos que hemos construido. Uno es los derechos humanos, otro es la salud, y otro la educación. Atacan esto porque la orientación es al servicio de sectores empresariales y necesitan una universidad donde los conocimientos sean a favor del mercado. También atacan al salario. El objetivo es que vayan cada vez menos trabajadores y sea un lugar de élite”. Dato sobre calidad: la Universidad de Buenos Aires está considerada entre las 100 mejores del mundo.
La estación rebalsada ahora colma Plaza Miserere, las escalinatas de la estación, desborda hacia la calle. “Universidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode”, es el canto.
La marea confluye en Avenida Rivadavia. Comienza una marcha histórica.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
La papada y las facturas
Cunden los carteles:
- “Nos quieren huecos para que los votemos”.
- “Estudiá arte, no seas gendarme”.
- “Cuando se lee poco, se dispara mucho”.
- “Sin universidad pública no hay futuro”.
- “Milei: tenés papada”.
Por Callao avanzan columnas de universidades nacionales: San Martín (UNSAM), Tres de Febrero (UNTREF), General Sarmiento (UNGS). Esta última, en la semana previa a la marcha, publicó una serie de datos que explican esta movilización gigantesca:
- El recorte del Gobierno alcanza a 2.5 millones de estudiantes.
- En Argentina hay una universidad cada 350 mil habitantes, menos que Brasil (1 cada 35 mil) o México (1 cada 45 mil).
- El gasto público representa 1% del PBI, como en los otros dos países, pero en Argentina 8 de cada 20 estudian en instituciones públicas, 5 más que en Chile y 7 más que en Brasil.
- Y cierra: “Si Milei deja de regalarle 100.000 millones de pesos al año en exenciones impositivas a Mercado Libre, se pueden financiar los gastos de funcionamiento de las 62 universidades nacionales”.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Sobre la calle, uno de los que marcha es el profesor e investigador Eduardo Rinesi, exrector de la UNGS: “Estamos ante un gobierno manifiestamente desaprensivo respecto a la educación pública, la vida comunitaria, la idea misma de que somos algo más que la pura suma aritmética de los átomos individuales. Una sociedad es esto: un movimiento colectivo hacia lo común, y una de sus dimensiones decisivas es, sin duda, la educativa”.
¿Qué busca el gobierno? “Hacer de la sociedad una colección individuos egoístas, que vean al prójimo como un adversario, o como un depósito circunstancial de órganos que el día de mañana puedo necesitar y comprar en el mercado. Contra esa idea absolutamente ignorante y canalla y cruel, me parece que hoy la movilización popular está mostrando otra posibilidad”.
Enrico Riboni es un periodista italiano de larga trayectoria, que trabaja en Francia y está de visita la Argentina. Tras recorrer todo el centro plantea: “Es la movilización más grande que he visto en toda mi vida”.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Cerca del Congreso discutían motociclistas y agentes de a pie de la Policía: “Si llegan, hay que arrearlos” ordena el de la moto. Otro le contesta, viendo la oleada humana que crecía: “Vamos a relajarnos. Lo positivo es que tenemos facturas”. Cuando la columna llega a Callao, la multitud obliga al desplazamiento de la policía. El protocolo antipiquetes de Patricia Bullrich nuevamente atravesado.
Pasa una familia de tres integrantes. Cada uno con un cartel. “Papá Albañil”, “Mamá ama de casa”, “Hija profesional universitaria”. Van sonriendo. Es conmovedor.
Entre la juventud se ve con una sonrisa grande como esta marcha a Ángel, 75 años, docente jubilado: “Yo fui a escuela pública, mis hijos también, mis nietos están en universidades públicas. Es lo que puede lograr el equilibrio social que, más o menos, los que menos tienen tengan algo más, y parece que a esta gente que tenemos en el gobierno no le gusta mucho eso. ¿A vos te parece que los senadores se hayan aumentado mientras a nosotros nos recortan? Es una burla”.
¿Y qué espera? Ángel piensa y dice: “Que esto termine pronto”.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Entre Mujercitas y El Anticristo
Una de las consignas de la marcha fue que cada quien llevase un libro. Uno de los más vistos fue el Nunca más. Otro fue la Constitución Nacional.
Y siguen, en manos de la muchedumbre, transformándose en sí mismos en una lectura:
- Pedagogía del Oprimido, de Paulo Freire.
- Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano
- El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry.
- El alquimista, de Paulo Coelho
- Poder y desaparición, de Pilar Calveiro.
- Psicología de las masas, de Sigmund Freud.
- Mujercitas, de Louisa May Alcott.
- Galileo Galilei, de Bertolt Brecht.
- Pedagogía de la autonomía, también de Freire.
- Un mundo feliz, de Aldous Huxley.
- Macbeth, de William Shakespeare,
- 1984, de George Orwell.
- Fahrenheit 451, de Ray Bradbury.
- El Anticristo, de Nietzche.
- Operación Masacre, de Rodolfo Walsh.
- Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Nancy, 62 años, del Plenario de Trabajadores Jubilados, lleva ¿Quién mató a Rosendo?, una investigación de Rodolfo Walsh sobre el asesinato de Rosendo García, y el trasfondo sindical de la izquierda y la derecha peronista en los sesenta. “Habla de la burocracia sindical. Y a la CGT, que es parte, lo que le estamos diciendo desde que asumió es que llamen a una gran huelga. El disparate que dijo Milei anoche sobre el superávit lo consiguió gracias al ajuste que nos aplicó a los jubilados de diciembre hasta hoy. Este mes cobramos la jubilación en dos cuotas, no alcanza ni a cubrir la canasta básica. Y esto te lo digo a vos, joven: nuestro destino como trabajadores jubilados está atado al destino de ustedes como jóvenes desocupados, en negro, uberizados. Si esta lucha triunfa, como fue allá en el Cordobazo, nosotros vamos a tener posibilidades”.
Ana, de Flores, también docente jubilada, exdirectora de educación especial, tiene en sus manos El anticristo, de Friedrich Nietzsche: “Está relacionado al ser humano. Y estamos en una época donde el ser humano está un poco borrado, o lo quieren borrar o desdibujar en su esencia. Pasa que los que no son humanos son los que tienen el poder hoy. Pero tengo la esperanza de que vamos a salir gracias a las personas que todavía hoy tienen un sentido de humanidad, que pueden ver al otro y sus necesidades. Eso es esta marcha”.
Ana, de 72 años, jubilada, de Lanús, agita Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez: “Es que desde el primer día sabíamos que este Gobierno iba a hacer esto. No soy docente, no estudié en la UBA, pero vengo porque esta plaza representa en todo: sin la educación pública, nuestros hijos y nietos no van a poder desarrollarse. Y hay que tomar conciencia que nosotros somos los poderosos y tenemos el saber”.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Ciencia, Conan y jamoncito
La marcha avanza a paso lento por Avenida de Mayo en dirección a 9 de Julio. Es un primer indicador de la masividad que luego calcularán en más de 800 mil personas: generalmente, los embudos de movilización suelen generarse de 9 de Julio en dirección a Plaza de Mayo. Esta vez Congreso fue un epicentro muy fuerte donde había banderas que iban desde el PTS hasta La Cámpora, o de los Jubilados Insurgentes hasta gremios de la CGT.
Cecilia Moccia es la prosecretaria de Prensa de la Asociación de Personal Aeronáutico (APA y dice que esta marcha es la primera del plan de lucha convocado por la CGT: luego viene la movilización del 1º de mayo y el Paro General del 9. “El descontento va a crecer. Hoy no existe una única organización que nuclee a todos los sectores en lucha, es el problema político que tenemos, pero va a ser cuestión de tiempo de que eso se genere. Este gobierno es neofascista y apunta a la destrucción, no solo de la educación”.
Sobre los pedidos de paro general, aporta una sonrisa: “Celebro que hace mucho tiempo que la CGT no se ponía al frente: tuvimos un paro a dos meses de la asunción, algo que no pasaba hace muchos años. Por supuesto que hay quienes siguen en la lucha, otros que se ponen un precio, pero al menos desde APA intentamos seguir el camino de defender Aerolíneas Argentinas, Intercargo y Fadea (Fábrica de aviones), parte del plan de destrucción de empresas públicas de este gobierno”.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Durante el embudo llega un mensajito de Ana Tauil, militante de Nietes (organismo que adhirió y cuyos integrantes están marchando con sus universidades), socióloga, que trabaja en el Observatorios de Crímenes de Estado de la Facultad de Ciencias Sociales en la UBA: “Hay un ataque a todo lo que produce la universidad como espacio que piensa otras lógicas, otros mundos, otras racionalidades, donde lo humano es mucho más que Capital Humano. La universidad representa otra forma de pensar la vida en comunidad”.
Esta comunidad sigue avanzando a paso lento, pero el embudo hace posible disfrutar de más carteles:
- “Sin ciencia no hay Conan”.
- “Si hoy no aprobamos Calle, no podemos cursar Futuro. Son correlativas”.
- “La UBA, el Diego y mi vieja”.
- “Soy del 45% que no entregó al país”.
- “Educar es combatir”.
- “Al final la casta eran mis sueños”.
- “Estudiá, no seas como Adorni”.
- “Soy profesional gracias a la universidad pública”.
- “Ahorrar en educación enriquece la ignorancia”.
- “Que el privilegio no te nuble la empatía”.
- “La universidad nos enseña a pensar y no a obedecer”.
- “Por qué tanto miedo de educar al pueblo”.
- “Los enfermos de cáncer no son variables de excel”.
- “Estoy tan enojada que hice un cartel”.
- “Jamoncito te vamos a fetear”.
- “Abuela analfabeta, Madre terciario incompleto, hija médica formada en la universidad pública”.
- “Este cartel es tan pedorro como el discurso de Milei”.
En algún momento el embudo se destraba.
Las miles y miles de personas seguimos marchando.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Los milagros existen
Lala Buján, jubilada con la mínima, lleva el libro Psicología de masas de Freud bajo el brazo. “Milei es un títere, la gran pregunta es quién nos gobierna” dice, mientras acepta que la “psicología de masas” de las sociedad anda un poco trastocada.
“Él se mete con la educación porque prefiere los celulares que te cierran la cabeza. Lo que subyace a eso –señala mi celular- es mierda”. De fondo se escucha el cántico: Armas no, libros sí. ¿Podría ser celulares tampoco? “Eso, éste ganó por los celulares. Al libro lo podés consultar y absorberlo. Con esto –vuelve a señalar mi celular- no te queda nada”.
“Necesitamos un milagro”, dice sobre cómo sacarse de encima estas pesadillas. “Y creo en los milagros”.
Sobre la Avenida Entre Ríos se encolumnan distintas organizaciones y sindicatos que tienen una raíz común: el conurbano bonaerense. Y más precisamente, La Matanza. “Mi familia, que no se moviliza nunca hacia Capital Federal, hoy vino”, informa Lorena González, trabajadora estatal, pensando en sus dos padres y también en sus sobrinos: “Mi sobrina es primera generación: licenciada en Nutrición en la Universidad de La Matanza. El recorte educativo pega fuerte ahí, eso es lo que no vio este gobierno”, dice ella que formó parte del Estado que amplió las universidades nacionales a los distintos distritos.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Ella, como estudiante fue parte de las movilizaciones en los 90 contra otros recortes de fondos educativos. Y marca una diferencia: “Se crearon 30 universidades que quedan a cuadras de las casas de los laburantes. Es recuperar la idea de la educación como movilidad social, a su vez que un detonante o una excusa por todo lo que está pasando”.
A su lado la multitud parece darle la razón: “Soy primera generación de contador”, dice un cartel, al lado de otro que asegura: “Los hijos de obreros queremos estudiar”.
Luego se cantará “el que no salta, votó a Milei”, y si bien la mayoría respeta la consigna, por abajo alguien menciona que, al menos estadísticamente, debe haber muchos que lo votaron y hoy marcharon.
“La grieta hoy es otra”, culmina Lorena. “A esos pibes que lo votaron y son de abajo hay que abrazarlos también”.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Ayuda terapéutica
Lucas tiene 21 años y vive en Palomar. Estudia profesorado de historia, en Haedo, en el instituto de superior docente 45. Ahora está pasando por la puerta de la UNA (Universidad Nacional de las Artes), que en su puerta puso un aviso, para que nadie pueda andar por ahí desentendiéndose de la situación: “Universidad cerrada. Docentes y estudiantes por la educación pública”. Al lado de la inscripción hay dibujado un lápiz, al que de la parte de arriba le nace un puño.
Fotos: lavaca
Lucas pasa por el costado, llevado por una marea de la que es parte. No se desentiende. Lleva puesta una remera negra. Un pantalón negro. Y unas zapatillas negras. Lleva colgado un cartel: “Vinimos vestidos de negro ya que estamos de luto porque el gobierno asesinó nuestra educación”. Explica: “La educación es la única herramienta para darle al pueblo, que pueda salir de la pobreza y así combatir todo tipo de injusticias”.
Su mamá es ayudante terapeútica. Su papá está desempleado. Analiza la situación general: “Es un gobierno que está planteando muy mal las cosas. El discurso de ayer fue ridículo, dejó de lado lo que está viviendo la gente”. Y cierra: “La educación está cada vez peor; y si bien no le hecho la culpa solo a este gobierno, con este desfinanciamiento se van a notar mucho más las diferencias sociales”.
Cuesta escucharlo a Lucas. Las canciones se suceden una tras otra, al compás de la música que generan al pasar miles y miles de pies, de carteles, de libros. “Qué cagazo, qué cagazo, obreros, estudiantes como en el Cordobazo”, cantan miles de estudiantes que caminan por Bartolomé Mitre y Riobamba, en dirección a la Plaza de Mayo. Unos metros después, en la esquina de Callao, ya no pueden caminar más. Falta una hora para que se lea el documento y las calles están atestadas.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Parado, intentando infructuosamente ganar algún metro, está Mikel. En la mano izquierda sostiene un libro. Llego a leer: Curso de ingreso 2024. El libro está como nuevo.Mikel lleva un cartel escrito a mano, de manera muy prolija, que explica el por qué: “Este libro está sin usar porque tuvo que salir a buscar un segundo trabajo para subsistir. Hoy marcho para que los estudiante no tengan mi presente. Hoy defiendo la esperanza de algún día poder ser universitario”. Las palabras marchando se leen por todos lados. En cartones, en hojas, en banderas; así se multiplican los sentires de este momento de la historia: “Me armo de libros, me libro de armas”; “La educación iguala las oportunidades”; “Estudiantes informados, jamás manipulados”; “No hay educación sin inclusión”. “Por una educación que nos enseñe a pensar, no a obedecer”. Y así en cada esquina, en cada vereda, en cada calle.
Mikel vive en Morón y tiene 29 años. Vive con su marido y es el único que por ahora tiene un sueldo. “Bajo”, subraya. Pensó, soñó, que este año sí se le iba a dar. “Ahora mismo tendría que estar en el aula de la Universidad de La Matanza”. Lo esperaba la carrera de Ingeniería Informática. “Fue imposible en este contexto. Si estudio, no comemos”, resume. Y hace una comparación que profundiza el análisis: “Quienes apoyan a un gobierno como este, igual tienen el derecho de estudiar en la universidad pública. En cambio, las medidas de Milei solo están generando una mayor segregación, con el acceso a derechos para pocos”.
Su mamá es manicura y masajista; su papá, obrero. “Iba a ser el primer universitario de la familia; estábamos muy contentos”. ¿Por qué pasa lo que pasa? “Yo sólo pude hacer un curso de ingreso y ahí estudié la historia de las universidades. Sólo eso, ya me abrió la cabeza. Las universidades son eso, abridoras de cabeza. Quien piensa no se deja pisar, entonces son de las primeras cosas a sacar, porque saben que un pueblo sin educación está condenado”.
Corazón mentiroso
Sobre Avenida de Mayo y 9 de Julio, la marcha toma una nueva dimensión: las columnas que vienen del sur del conurbano y las que vienen del norte. Hay gente por todas partes: de la UADE a la UNGS, y de la CGT a movimientos sociales como el FOL (Frente de Organizaciones en Lucha). Allí está Maga Gargarello, 37 años, delegada de Florencio Varela, sur conurbano: “Somos laburantes precarizados, cooperativistas, que tuvimos la posibilidad, en algunos casos, de ser primera generación de la familia que llegó a la universidad. Además de ser gratuitas, son públicas y de calidad. En nuestras propias organizaciones también tenemos escuelas de oficio y espacios de aprendizaje y formación. Este gobierno viene por todo, y ese es el objetivo de atacar la educación”.
Hace unas semanas los movimientos sociales sufrieron una cruel represión sobre esta misma avenida, solamente por reclamar el envío de mercadería a más de 45 mil comedores: “La foto del barrio hoy es una pobreza que desde hace muchísimos años no se veía. Jubilados que hacen fila en nuestros comedores. Vecinos con oficios que perdieron su trabajo. Estamos discutiendo la comida: es tremendo. Nuestras compañeras hoy se están endeudando con Mercado Pago para comprarle comida a sus pibes, mientras el Gobierno anuncia que las asignaciones vamos a cobrarlas por Mercado Pago. Galperín así nos sigue sacando guita. No hay salida, salvo organizarte, porque ya no hay nada por perder”.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Las columnas llegan con este tono a la Plaza. Allí se baila Mentiroso, el hit de Karina la Princesita, y se canta con pasión su estribillo: “Se acabó, tu mentira se acabó / Se acabó y te digo basta, basta, basta / Mentiroso, corazón mentiroso / No tienes perdón, estás muy loco”. Sin embargo, lo conmovedor llega con el Himno: se canta a voz ronca y a pura lágrima. Allí está Sandra, 53 años, trabajadora de la educación en San Martín. También lleva un libro preciso y sutil para esta movilización, Microfísica del poder, de Michel Foucault. Lo explica: “Me parece importante empezar a entender que en distintos espacios, y en los más obvios, hay poder y relaciones de fuerza. Nos empuja a cuestionar las obviedades, lo básico de un discurso y a pensar las palabras”. Este gobierno viene a cuestionar lo que nos parecía obvio hasta hoy: “Porque quiere tratar de quebrar las relaciones de fuerza y girarlas hacia otro lado, y es importante empezar a creer y volver a pensar aquellas cuestiones que nos definen”.
Sobre el escenario se empiezan a escuchar oradores y referentes de los sindicatos docentes. También organismos de derechos humanos. Allí habla Adolfo Pérez Esquivel, uno de los cinco Premio Nobel que tiene Argentina, formados en la universidad pública: “Este gobierno compró 24 aviones de combate pero dice que no hay plata para la educación. Presentamos un pedido de juicio político porque no puede ser que destruya al país. Esto es grave” También habla Taty Almeida, de Madres Línea Fundadora, que dice que su hijo Martín fue desaparecido mientras cursaba su primer año de Medicina en la universidad pública: “No bajen los brazos. Piensen en las madres y en lo que sostenemos hace 47 años: la única lucha que se pierde es la que se abandona. Se lo decimos nosotras, que a pesar de los bastones y las silla de ruedas seguimos de pie”.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Las comunicaciones telefónicas colapsan, no hay señal. Queda sentir el latido de esta plaza, las 800 mil personas que informan desde el escenario, la dificultad de salir. Dimensionar que es martes, día de semana, y que esta movilización sobrepasó la potencia que se pensaba. Vendrán análisis, adjetivos, operaciones, y mientras los cuerpos se alejan y los cortocircuitos informativos vuelven a hacer sonar celulares, llega una foto: la plaza colmada, todo lo que ya sabíamos, pero visto desde arriba. Lo que se ve es la historia pura.
Y cómo se la defiende.
También, al sacar los ojos de la pantalla, es posible divisar y sentir un último cartel que se divisa mientras el sol se oculta detrás esta movilización:
“Hasta que lo esencial se vuelva visible”.
Fotos: lavaca
Actualidad
Cometierra: la censura, los femicidios, la literatura y la república de Dolores Reyes
La escritora Dolores Reyes no necesita a fanáticos para promocionarle los libros, pero lo hicieron. Y no son fans. Los ataques oficialistas y gubernamentales (con Victoria Villarruel a la cabeza) pretendiendo censurar su novela Cometierra, distribuida en la provincia de Buenos Aires como parte del material para lectura de los últimos años de la enseñanza media, generaron el efecto inverso: consolidaron como best seller al libro que ya lleva 17 ediciones, mientras ahora volverá a imprimirse.
Como homenaje volvemos a publicar aquí la nota realizada en MU 182, La república de las brujas, que es a la vez el anuncio de la continuación de Cometierra con otra novela –Miseria– que los fanáticos de la censura tal vez se lancen a promocionar próximamente. Algo similar podría ocurrir con las obras de otras autoras cuestionadas, como Inés Garland, Aurora Venturini, Sol Fantin y Gabriela Cabezón Cámara.
Cometierra es el personaje de esa novela tan cuestionada y alabada: una adolescente a la que le llevan botellitas llenas de tierra que pisaron mujeres, niñas y jóvenes que se encuentran desaparecidas, para que ella la coma y cuente lo que la tierra le permite ver.
En la nota Dolores cuenta cómo es escribir en medio de la maternidad de 7 hijos. Su trabajo como docente en el conurbano. Su paso por un taller literario. Habla de la inspiración, de lo cotidiano, de Liniers como territorio de brujerías y desapariciones.
Nos cuenta: “La adolescencia es una etapa donde se pone más de manifiesto un cierto desamparo, y a la vez es una etapa súper vitalista: todo es posible. Los pibes son preciosos, tienen una energía increíble. Todo es posible en el sentido de la potencialidad de esa edad y de esas vidas, y a la vez están muy desamparados”.
La construcción de un mundo y ciertas consultas de Finlandia sobre La Salada. La voz de lo que es nuevo y desde dónde escribe Dolores Reyes. Aquí, el texto completo de La república de las brujas.
Por Anabella Arrascaeta
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Otro trabajador del subte murió de cáncer por el asbesto usado en vagones comprados en tiempos de Macri
Jorge Navarro llevaba 30 años como trabajador del subte, era tornero, y hace años padecía un cáncer de pulmón por exposición al asbesto. Es el cuarto trabajador fallecido por esta causa. Desde el sindicato denuncian que hay además 107 trabajadores afectados, cinco de ellos con cáncer. El asbesto, o amianto, es un material que se utilizó en la fabricación de vagones españoles para subtes que fueron comprados durante la gestión de Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires. Aclaración: publicamos el mapa del subte con asbesto, que debe ser permanentemente actualizado. Desde ahora habrá que agregar un fallecido más (4 en total) y en los últimos meses la cifra de afectados pasó de los 86 que mostraba el mapa, a 107.
Por Anabella Arrascaeta
A las 3 de la mañana de este jueves, después de dos meses de agonía, murió Jorge Navarro, trabajador del subte, de profesión: tornero. Estaba internado en el Hospital Británico, bajo cuidados paliativos y tratamiento del dolor, desde que había agravado su cáncer de pulmón producto de la exposición al asbesto, tal como lo reconoció la auditoría médica en 2020.
Desde hacía treinta años Jorge trabajaba bajo tierra en el área de mantenimiento del Taller Constitución del subte, en todo lo relacionado a tornería en el eje de los trenes, en las ruedas, o en otras piezas.
Jorge Navarro es el cuarto trabajador del subte fallecido por la misma causa, su muerte se suma a la de Jorge Gabriel Pacci, 56 años; Juan Carlos Palmisciano, 71; y Jorge Visquet, 53. Además, desde la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP, conocida como Metrodelegados) denuncian que hay 107 trabajadores afectados de los cuales cinco están cursando cáncer de pulmón: uno es trabajador de base, cuatro son supervisores.
A su vez hay 2.179 trabajadores y trabajadoras bajo vigilancia médica por haber sido ingresados al RAR (Relevamiento de Agentes de Riesgos) lo cual habilita que les realicen estudios que detecten el problema: placa radiográfica para asbesto, espirometría y tomografía computada de alta resolución, con la obligación de guardar las historias clínicas por 40 años. Aunque cada vez son más los ingresados, desde el sindicato denuncian que falta incorporar alrededor de 1.400 trabajadorxs que están en las estaciones. MU publicó una investigación sobre el tema en la edición 185, que puede leerse aquí.
“Nuestra desesperación”
Consultado por lavaca, el histórico referente de los metrodelegados y actual secretario general del gremio, Roberto Beto Pianelli, dijo:
“Esto nosotros lo estuvimos anticipando. Que iban a seguir apareciendo enfermos producto de la exposición al asbesto, y que van a fallecer compañeros, lamentablemente. El daño que han hecho es irreparable. Los períodos de latencia de la enfermedad, hasta que aparece, a veces son prolongados. Por eso nuestra desesperación y nuestra lucha ha sido para sacar el asbesto que todavía queda en el subterráneo para que nuevos trabajadores, o aquellos que no se hayan enfermado todavía, no sigan expuestos a este peligro permanente”.
Francisco Ledesma, que trabaja en el subte reparando trenes desde 1994 y actualmente es Secretario de Salud del sindicato dice camino al velatorio de su compañero: “Es triste y da bronca, desde que descubrimos el asbesto todos los días sabemos que hoy podemos tener un nuevo afectado, un nuevo enfermo por cáncer, un nuevo compañero muerto. Ahora estamos en un pico de angustia, de bronca, de impotencia. Por Jorge y porque el gobierno de la Ciudad no termina de tomar la decisión para que haya más empresas que se encarguen de sacar el asbesto de los subtes, ni se sabe quién va a proveer las nuevas flotas. Y en el mientras tanto nosotros tenemos que seguir trabajando cada día con el asbesto alrededor. Este año pedimos audiencia tres veces con el presidente de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase): no nos dijeron que no, dan evasivas, pero lo real es que nunca nos recibieron”.
Trabajadores de la Línea B del subte junto a integrantes del equipo de la secretaria de Salud del sindicato.
El veneno en el aire
El asbesto, o amianto, es un mineral natural de estructura fibrosa, cuyo uso se extendió con la revolución industrial porque tiene gran resistencia a la combustión. Se emplea como aislante en revestimientos y en tejidos resistentes al fuego y al calor. Sus fibras son flexibles y se descomponen con facilidad. Cuando esto sucede el material queda en el aire, puede ser inhalado y provocar graves patologías en el cuerpo. Por ejemplo, hay 86 trabajadores afectados con neumoconiosis por exposición a asbesto. “La enfermedad que produce el asbesto no es lineal”, explica Ledesma: “Los afectados pueden pasar toda la vida sin manifestaciones. O al revés, a quien nunca pareció afectado un día le dicen: te tocó el número, tenés cáncer”.
El riesgo es tal que en el país está directamente prohibido. Aunque hubo legislaciones anteriores que marcaban la peligrosidad del material fue en 2003 con la Resolución 823 del Ministerio de Salud de la Nación que se prohibió en todo el país la producción, importación, comercialización y uso de fibras de asbesto.
Algunos datos para entender la magnitud del peligro:
- La Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) considera al asbesto una sustancia comprobadamente cancerígena.
- La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través del Programa Internacional de Seguridad Química establece que la aparición de los efectos crónicos por exposición al asbesto es independiente de la dosis de exposición. Es decir, no se puede calcular una dosis de exposición “segura”.
- La Organización Internacional del Trabajo (OIT), a través del Convenio N° 162/86 sobre la seguridad en el uso del amianto, recomendó la sustitución del asbesto por productos o tecnologías menos nocivas.
- La Organización Mundial de la Salud informa que la mitad de las muertes por cáncer de origen laboral se deben al asbesto.
La imagen de uno de los 86 diagnósticos de neumoconiosis confirmados por el Hospital Británico.
El asbesto sigue allí
En 2011 la ciudad de Buenos Aires, con Mauricio Macri como jefe de gobierno, compró a España 36 vagones de subte para la Línea B que en ese país habían sido retirados de circulación once años antes. Pagó 13,7 millones de euros. Siete años después, en 2018, se conoció que había un trabajador del Metro de Madrid enfermo de asbestosis por la inhalación de asbesto. Este trabajador desarrollaba sus tareas en los mismos vagones que Macri había comprado y que ahora manipulaban trabajadores de la Línea B de Buenos Aires.
Se encendió una alerta. Tanto que en febrero de ese año Sbase dispuso sacarlos de servicio ante las sospechas, y un mes más tarde el sindicato convocaba el primero de cientos de paros para denunciar la exposición a este material cancerígeno.
En ese inicio fueron los propios trabajadores y trabajadoras organizadas quienes mandaron a testear piezas de distintas formaciones para detectar si tenían asbesto. Luego Sbase reconoció la presencia. Y en 2020 la jueza Elena Liberatori hizo lugar a un amparo ambiental presentado por el sindicato y dictó una medida cautelar que ordenaba la prohibición del contacto con piezas o lugares con asbesto.
El conflicto que había iniciado en la Línea B se fue extendiendo por todos los ramales y se empezó a testear en las otras líneas, tanto en los vagones como en oficinas y otras instalaciones. De hecho, Jorge Navarro, que falleció ayer, era trabajador de la Línea C.
Además de encontrarse asbesto en formaciones de trenes que estuvieron en funcionamiento en distintas líneas, también se lo encontró en instalaciones fijas del subte: gabinetes de subestaciones con fusibles, tableros eléctricos de cuartos de bombas, centros de potencia, juntas de bombas, ductos viejos de ventilación de fibrocemento asbesto, bandejas portacables, motores de cambio de señales, cables con trenzas de asbesto, depósitos de baños de fibrocemento asbesto en toda la red, techo del cuarto de descanso de conductores del Premetro y pastillas de freno de algunas escaleras mecánicas.
Los trenes españoles fueron el disparador que permitió descubrir que el problema no ha hecho más que extenderse. Los lugares y los vagones con asbesto (incluso los que dejaron de utilizarse) siguen estando allí, sin que la empresa le de una solución de fondo a ese veneno que continúa en ese ámbito especialmente cerrado del subterráneo.
Dice Francisco: “Hay compañeros que empiezan a afectarse porque en su sector hay etiquetas de asbesto confirmado que pega la misma empresa para señalizar. Pero siguen dejándolo allí, con la etiqueta, sin solucionar el tema. Hay muchos que empiezan a alterarse, tienen problemas familiares, dicen ‘nos vamos a morir’. Algunos compañeros y compañeras se automedican, pero no van al médico para hacer un tratamiento psicológico. La situación es compleja y excede al asbesto que todavía no han quitado. Trabajar en el subte es claramente hacerlo en un ambiente insalubre que te puede enfermar y te puede matar, como lo demuestra lo que le pasó a Jorge Navarro”.
Nota
Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas
En el atentado número 30 contra su vida, Andrés “Pillín” Bracamonte –líder de la barra brava de Rosario Central desde hace al menos 25 años– fue asesinado a balazos este sábado junto a su segundo, Daniel “Rana” Atardo. Ocurrió en el marco de un partido de Central contra San Lorenzo. Hubo una posible zona liberada, luces cortadas en la zona, y un crimen que se veía venir pese a la aparente calma de la violencia en Rosario en los últimos meses. Publicamos aquí las crónicas del medio cooperativo rosarino El Ciudadano, que dan cuenta del hecho, las primeras hipótesis, un perfil de Bracamonte y el contexto. Todo puede seguirse además en El Ciudadano (elciudadanoweb.com). Y agregamos una reflexión del periodista y diputado Carlos del Frade quien anticipa que estos asesinatos tendrán igual o mayores efectos que todo lo que ocurrió tras el crimen del “Pájaro” Cantero.
La muerte de Pillín: las hipótesis detrás del crimen que agita la pelea entre bandas y un sugestivo corte de luz antes de las balas
Quizás por haber sido víctima de 29 ataques a balazos, estaba regalado en una calle donde tampoco le llamo la atención que la luz estuviera cortada antes de que lo asesinaran. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
Con 29 ataques a balazos en el lomo, Andrés Bracamonte, único barrabrava capaz de sostenerse 25 años en el paravalancha canalla sabía que lo querían matar. Desde antes del último ataque, en agosto pasado, tenía esa certeza. Pero igual estaba regalado en la esquina de Avellaneda y Reconquista, con la luz cortada, sin sospechar lo que vendría. Algunos aseguran que contaba dinero de la recaudación.
El asesinato de Samuel Medina, el Gordo Samu, yerno del Guille Cantero abrió una serie de hipótesis que hoy desembocan en la muerte de Pillín. Una daba cuenta de una pelea entre Los Monos y Bracamonte que sus allegados desmienten. El Gordo Samu era allegado a Pillín, viajaban juntos y su muerte está orientada hacia una banda de un barrio periférico manejada desde Buenos Aires que la fiscalía tenía entre manos, según allegados a la investigación. Uno de los integrantes de esa banda fue golpeado personalmente por Pillín, algo que en la jerga se considera una especie de humillación. Pillín lo sabía, pero llama la atención que estuviera tan regalado en la esquina de Reconquista y Avellaneda. También llama la atención que un rato antes del ataque a balazos cortaran la luz de la calle en el marco de un partido de Central. Lo mataron a oscuras; a él y a su sucesor. Una versión da cuenta de que la pelea con el grupo del barrio periférico fue para evitar comercialización de sustancias en la cancha: Pillín no quería la Federal encima de ellos.
La escena del crimen, en las afueras del estadio de Rosario Central.
La banda señalada, que ya fue allanada, está vinculada directamente con una banda contraria a Los Monos. Si esta hipótesis se confirma habrá dos sectores en disputa, por un lado las dos grandes bandas que operan en Rosario y por otro lado la sucesión del paravalancha.
El perfil de un duro: a Pillín lo habían intentado matar 29 veces en los 25 años que estuvo al frente de la barra de Central
Andrés Bracamonte estuvo al frente de la barra canaya desde fines de siglo pasado, cuando era uno de los 7 jefes de fracciones internas y se quedó con todo. Desde entonces hubo plomos contra él: lo hirieron, lo rozaron, pero logró reponerse una y otra vez. Esta vez no pudo. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
—¿Es verdad que a Pillín lo balearon 29 veces?
—Sí, de locos, pero sí. Espero que podamos festejar las 30 con él sentado a mi lado.
Así confirmaba el número de gambetas a la muerte que llevaba Andrés Bracamonte un amigo que había ido a acompañar al hospital donde lo revisaban por heridas menores y roces de bala. Era el sábado 10 de agosto y Rosario Central acababa de vencer 1 a 0 en el Gigante de Arroyito a su archirrival Newell’s Old Boys. Y en medio de un torrente de personas a pie que caminaban por los bordes del parque Alem iba Pillin en su auto, despacio, junto a su pareja, y en avenida de los Trabajadores y José María Drago rociaron a ambos a balazos.
No habían ido a ver el partido, Pillín tenía restricción para entrar.
Según contaron testigos, un motociclista se acercó al auto y disparó ocho veces. Escapó. El entorno del jefe de la barra reaccionó rápido, pero no logró dar con el tirador. A Pillín una bala le entró en la espalda; también salió. No afectó ningún órgano, dijeron después en el hospital. A su pareja las balas le dieron en la zona costal derecha y en el codo derecho. También la atendieron sin que su vida estuviera en riesgo.
Pillín un cuarto de siglo al frente de la barra de Central. Había llegado a la cima antes del año 2000: era 1999 cuando quedó como jefe indiscutible de todas las fracciones. Y en los 25 años que se mantuvo fue acusado, condenado, detenido, liberado y baleado 29 veces.
De esos ataques, hay pocos registros en las crónicas policiales. Pero en el entorno del mandamás los tienen contados.
En julio de 2002, Pillín atacado por un desconocido que logró impactarle tres balas en el cuerpo. Fue en la puerta de un gimnasio ubicado en Ovidio Lagos al 1000. Pillín estaba en la puerta y vio a un desconocido cruzar la calle. Ese hombre extrajo un arma y le efectuó cuatro disparos, tras lo cual escapó a la carrera hacia la esquina donde al parecer lo aguardaba un auto.
Pillín recibió tres impactos de bala, dos en cada brazo y un tercero en la pierna derecha; el tirador falló el cuarto, que tenía como destino la otra pierna. Un balazo le provocó una fractura y el que recibió en el otro brazo le cortó una vena, lo que le produjo una importante pérdida de sangre.
En 2006 fue baleado por desconocidos en la puerta de su casa donde vivía entonces, en la zona norte. Recibió cuatro balazos: uno en el abdomen con orificio de salida, uno en cada pierna y otro en un tobillo. Rápidamente recibió el alta.
En febrero de este año, desconocidos balearon el frente de Los Álamos Club de Campo, el country de Ybarlucea donde vivía actualmente. Dejaron una nota amenazante contra el líder de la pesada.
Mediático
Pillín no pudo entrar a la cancha desde 2018. Antes del partido que Central disputó ante Talleres por la Copa Argentina, Bracamonte fue detenido mientras repartía entradas de protocolo, destinadas a dirigentes, en las inmediaciones del estadio de Lanús, donde se disputó el partido. Sólo quedó unas horas demorado. Pero la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) dispuso su prohibición de ingreso a los estadios.
En junio de 2010 fue uno de los diez barrabravas argentinos que no pudieron ingresar a Sudáfrica y fue deportado a la Argentina. Bracamonte, quien tenía tres causas judiciales en trámite, había sido autorizado por la Justicia local a salir del país.
Tres años antes el programa Crónicas Extremas del canal América filmó desde adentro a Los Guerreros, la barra canalla, con Pillín como estrella principal. Eso incluyó una visita a La Carpita, que el capo de la pesada también administra.
Causas judiciales
En diciembre pasado, Pillín pasó una semana preso, pero recuperó la libertad antes de la Navidad. Fue por una causa que involucra a un dirigente de la Uocra local por asociación ilícita, pero finalmente logró que sólo pesara sobre él una causa por extorsión.
Esa causa contra el gremio de albañiles reflotó un caso por lavado de activos que pesaba sobre Bracamonte, a raíz de la incautación de un cheque por el pase de un futbolista en su vivienda de Ybarlucea. Tras la imputación cuatro años atrás la causa quedó congelada, pero en diciembre la Justicia local decidió pasarla al fuero federal. Ante la apelación, la Cámara definió, finalmente, que la causa debía seguir bajo la órbita provincial.
Parecía intocable desde cualquier arista. Pero la suerte, si de tal cosa se trataba, esta vez le falló.
Daniel “Rana” Atardo, segundo de Pillín. Ambos asesinados ayer en Rosario.
Vienen días bravos
Este es el texto que escribió y distribuyó el periodista y diputado provincial santafesino Carlos del Frade, que este domingo a las 21 organizará un vivo en su Instagram @defradecarlos sobre las causas y consecuencias del asesinato de Pillín.
Por Carlos Del Frade
El asesinato del Pillín corta en dos la historia del presente criminal en Rosario.
Tendrá la misma o una mayor profundidad de lo que sucedió después del asesinato del Pájaro Cantero.
Era el único jefe de una barrabrava de primera división que permaneció por treinta años liderando esos negocios que surgen desde la cancha chica del fútbol y se expanden en la cancha grande de la realidad.
Más allá de las primeras informaciones, es claro que los últimos tres atentados contra él y su gente en los partidos de Central como local exhibían una voluntad manifiesta de matarlo.
Vienen días bravos en la ex ciudad obrera.
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