Trae poesía y rock en un espectáculo fuerte y conmovedor que nos cachetea del bajón. Tiene múltiples formas de nombrarse y sus hijes la bautizaron, en vez de mamá, “Xaxa”. Creció artísticamente –y sigue– con Susy Shock y Marlene Wayar, y se mueve entre distintas artes. ¿Qué significa “bizarro”? Una historia sin moldes. Por María del Carmen Varela.

Alguien que aún confía en que puede en el cemento nacer una flor. 

Esta autodescripción –o pequeño manifiesto– pertenece a Garnier, Garni o Xaxa. “Tengo múltiples maneras de nombrarme y explotar en múltiples personalidades”, dice, mientras lleva los párpados cargados de asombro y desprende de sus ojos claros un chispazo que parece haber quedado instalado desde la niñez que encaja muy bien con su voz entusiasta. Un arito metálico le adorna la nariz y una gorra acaricia su corto pelo rubio. Inquiete, carismátique, intrépide. Así, con e, porque este lenguaje que supimos conseguir es el que mejor le calza: “Abrazo fuertemente la e por más que hoy moleste y haya gente que no lo entienda”.   

Garni canta, compone, actúa, conduce, escribe, cría a mellizxs y trabaja como hermanager, palabra que inventó para definir su labor junto a la artista Susy Shock y a la activista, escritora y psicóloga social Marlene Wayar. “Para mí son mis hermanas más grandes. A veces soy madre, a veces soy hermane, a veces soy alguien que las piropea mucho, les digo que las amo con todo mi corazón. Y siempre aprendiendo, no me pienso separar de estas señoras travestis que me han abrazado tan profundamente”. 

Bizarrock

¿Cómo seguir cantando cuando todo se cae a pedazos? ¿Se derrumba tu mundo? ¿Todo se volvió gris? ¡A cantar!”

Esa es la fervorosa propuesta de Garni en su nuevo show teatral-musical Un amor bizarro: EP Performático, cuyo estreno fue a fines de marzo en MU Trinchera Boutique y que promete convertirse en evento mensual con invitades.

Es la primera vez que Garni lleva adelante un unipersonal. Dice: “Algunes amigues me dijeron: felicitaciones, empezaste tu carrera como solista. Ahora bien, a mí me trae muchas contradicciones internas porque nunca hago arte de manera solitaria , siempre he trabajado en equipo desde que comencé en mi adolescencia. No es una manera romántica de recordar mi pasado ni mi génesis en esto llamado arte. Es así, fue así y así es como yo lo disfruto”. 

Rock y poesía son los condimentos fuertes de este espectáculo potente y creativo parido por Garni. Una oportuna consecuencia de su trayectoria artística que arrancó en la adolescencia en Entre Ríos y se fue nutriendo de gestos, voces y palabras que se cruzaron en su camino y supo ser cuenco para albergar todas esas sustancias amorosas, Un amor bizarro es uno de esos shows que provocan un abanico de sensaciones. La garra vocal de Garni y su fina sensibilidad en el relato poético intercalado con canciones encendidas, furiosas,  fruto de la propia experiencia y la conexión visceral con la realidad. La destreza instrumental de Vitto y Henry que acompaña el cantar y pega en el pecho con la contundencia de lo genuino. 

Garni grita, susurra, conmueve, inhala vitalidad, exhala gozo. Y contagia. 

Polilenguajose

Algunas canciones nacieron durante la pandemia, otras vienen de otro tiempo y sus letras guardan altas dosis de actualidad. Fueron cantadas en Las Noches Bizarras, un espectáculo autogestionado que surgió post 2001 en el lugar que habitaba Soledad Penelas –música, cantante y emprendedora textil junto a Alejandra Faisal en Moda Inclusiva– conocido como Casa Mutual Giribone. Allí se reunían artistas, se organizaban meriendas para infancias, talleres y espectáculos. 

Pero todo empezó a sus 18 años recién cumplidos, cuando Garni fue a ver al dúo Surcardones, conformado por Susy Shock y Pablo Cardón. “Ahí siento que una especie de rayo de Zeus me atraviesa el alma y siento, como me ha pasado pocas veces en mi vida, con muchísima claridad, que yo tenía que estar cerca de esa persona que había visto, que era Susy”. 

Una vez terminado el show se le acercó para preguntarle si daba clases de teatro. “Y le digo que me  había conmovido mucho lo que había hecho, pues Susy era muy teatral en su canto y las partes teatrales eran muy musicales. Me impregnó de esa manera de hacer arte que es como multilenguaje: somos polilenguajoses porque como artistas nos servimos de todo lo que tenemos alrededor para expresar”. 

Arrancó así a estudiar teatro con Susy y dos meses después se fueron de viaje junto a otrxs artistas de Giribone a Amaicha del Valle, en Tucumán. Visitaron las ruinas, convivieron con gente lugareña y se nutrieron de sus saberes. Otro viaje comunitario que organizaron fue a la ciudad entrerriana donde nació Garni, Concepcion del Uruguay. Allí se reencontró con su primer elenco de teatro, sus amigues, y le propusieron hacer un recital. Así, hace veinte años, nació Talkin’ to Machines. “Yo digo que es una banda mítica porque nunca llegamos a grabar un disco, solamente nos podían ver cuando tocábamos en vivo, en los recitales, de hecho en Internet prácticamente no hay material subido”. Tocaron en sótanos, centros culturales, en el marco de Las Noches Bizarras. “Nos fuimos empapando del universo travesti trans. Con la llegada de Marlene Wayar a Giribone se nos amplia el panorama de quiénes somos, quiénes queríamos ser, cómo nos construimos, cómo nos queremos ver, qué nos atrevíamos a desear, cómo queremos gozar de este mundo. Lo ideológico ya estaba, lo que se nos amplió fue la manera de pensarnos a nosotres mismes, darnos cuenta de que la identidad es algo que siempre va a estar en construcción. 

Garni dice que Susy le dio el teatro, el arte, y la autogestión. “Aunque yo ya traía información de lo comunitario, lo popular, venía del teatro en los barrios, en la cárcel”, dice sobre sus inicios, a los 14 años en Concepción del Uruguay con Félix Gutiérrez, un profesor loco “que había sido perseguido” y le introdujo en todo el universo del arte como resistencia, como un puente hacia la transformación social. De la mano de Félix, Garni participó de la fundación del primer centro cultural de Concepción del Uruguay, “sin saber siquiera qué era un centro cultural, nunca habíamos ido a uno”. 

Félix también era un experto en autogestión: “Él nos explicaba: tiene que haber una sala de teatro, un camarín, una biblioteca, una sala de reuniones, si no alcanza la plata para pagar el alquiler, haremos otras cosas para pagarlo. Fue una etapa maravillosa, de mucha creatividad y que a mí me imprimió este amor, esta pasión que siento, esta afinidad por los movimientos sociales y de empoderamiento político, comunitario a través del arte, desde diferentes expresiones, la fotografía, la música, el teatro, la plástica, los títeres”. 

Un poco de todo eso hace Garni.

El calderito

Buenos Aires o Ciudad Autómata de Buenos Aires es la canción que da inicio al show. “Abrigos caros en barrios privados / Nuevos pobres durmiendo acartonados” canta. 

Esta ciudad recibió a Garni a sus 17 años, apenas terminada la escuela secundaria. Afirma que la ama y la odia con la misma intensidad. ¿Por qué? “La odio y me abraza, la odio y me da alas, la amo y me destruye, la amo y me aleja”, canta en Madre adoptiva, madre de calle, la quinta canción de Un amor bizarro. 

Durante toda la función, el video de un dron sobrevolando la ciudad de la furia es el telón de fondo de lo que sucede en escena con Garni, Henry Genovese en guitarra y Fabrizio Vitto Troilo en piano, voces y bajo. Los recortes visuales fueron seleccionados por Federico, hijo de Garni y mellizo de Juana. Buenos Aires sedujo a Garni y se vino urgente a “buscar información nueva”. Sigue: “Esta ciudad está abarrotada, desbordada de información y acá mis pupilas comenzaron a sorprenderse con las nuevas postales a las que me enfrentaba día a día”.

Garni no mira para otro lado. “Este no es el país que soñé cuando era adolescente y empezaba a hacer teatro. Realmente soñaba con una sociedad empática y amorosa que pueda sostener a cada una de las personas que la integran, y estamos lejos de eso. Pero lejos de frustrarme y quedarme encerrade en mi casa, prefiero escribir canciones y poesías y salpicarle este amor al público”. Un espíritu que se sobrepone a la adversidad, o como Garni describe: un calderito que nunca se apaga, es el que le apuntaló ante la tragedia. Cuando sus mellizxs no habían cumplido todavía un año –ahora tienen 15 – su mamá, su papá y su hermana murieron en un accidente de auto. “Hay una fuerza inexplicable que tiene el ser humano de reconstruirse luego de experiencias que pueden ser fatales y nefastas. Lo viví en carne propia, aprendí que había una fuerza que me hacía seguir viviendo y escribiendo canciones. Quizás es algo que traemos, estoy constituide de eso, esa llamita que hace que quiera seguir inventando mundos, animarme a cosas nuevas”. 

Si algo aprendió Garni gracias al arte es que es necesario deshacerse de las estructuras y los condicionamientos. “Ante todo soy une artista que muta” asegura, y así va siendo su transición. “Tengo una capacidad enorme de fluir entre un género y otro y reírme de todo lo estereotipado. Generé también un personaje que se llama Benito con el cual yo fui explorando mi propia masculinidad y este personaje fue creciendo y yo fui entendiendo que ese lado mío tan potente, tan fuerte, que tenía que ver con una energía más ambigua, siempre había estado pero yo no la podía entender. En ese buscarme a mí me abracé a esta nueva forma de llamarme que es Garni, es el nombre que elegí y empecé a conectar más con esta energía abierta, en construcción constante”.  

Juana y Fede, sus hijes, le rebautizaron Xaxa. “Me dijeron no sos mamá, no sos papá, vos sos Xaxa, y me pareció una manera maravillosa de habitar la xaternidad, desde una manera libre, relajada, auténtica, porque yo hago todo por mantener la coherencia en el ambiente más privado e íntimo que es mi casa, mi nido, y cuando salgo al mundo y voy al supermercado o voy a eventos o actúo me siento muy feliz de poder ser quien yo soy en la intimidad de mi casa y en el afuera: siento que se ha aunado todo y fueron las personas que más amo y respeto quienes me fueron ayudando”. 

La atmósfera de Un amor bizarro tiene un tono post punk que le sienta bien al clima de época. Garni aclara que bizarro también significa valiente, osado, aunque por lo general lo apliquemos a lo que nos parece raro. Quien sueña con ver crecer flores en el cemento asegura: “Con espinas haremos una flor”.