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Es la educación pública, estúpido

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La marea humana inundó no solo la Plaza de Mayo sino todo el centro porteño. Desde el palco se habló de 800.000 personas, pero no contabilizaban la multitud movilizada en todas las calles, ni las masivas marchas en todo el país en defensa de un objetivo que es parte crucial de la genética y la identidad argentina: la educación pública. Fue mayor a la de por sí gigantesca convocatoria del pasado 24 de marzo, otra demostración sobre cuáles son los temas que movilizan en la calle a la sociedad argentina. Un límite al gobierno de Javier Milei, expresado muchas veces con los libros, que también fueron protagonistas de la tarde: se vieron muchísimos Nunca Más y ediciones de la Constitución Nacional, y se agregaron, entre miles, ESI, Pedagogía del oprimido, Farenheit 451, El Principito, El Anticristo, La razón de mi vida, Psicología de masas, Un mundo feliz, Las venas abiertas de América Latina, El Alquimista, Mujercitas, Macbeth, Crónica de una muerte anunciada.  Hubo un fuerte protagonismo de las universidades del conurbano, que han permitido a miles de familias contar con una primera generación de graduados. Se sumaron todas las facultades de la UBA, las privadas, los secundarios, las organizaciones de derechos humanos y el gremialismo. Creatividad, humor, convicciones, sentido común y potencia social: palabras e imágenes de una movilización histórica.    

Producción, textos y fotos: Lucas Pedulla, Lina Etchesuri, Franco Ciancaglini, Anabella Arrascaeta y Francisco Pandolfi/lavaca.org.

Es la educación pública, estúpido

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Cuatro jóvenes que apenas superan los 20 años, llevan tres carteles:

  • “Si los de abajo se mueven, los de arriban se caen. Las armas están en la biblioteca”.
  • Una frase de José de San Martín: “Cuando la patria está en peligro todo está permitido, excepto no defenderla”.
  • “Con este gobierno el abecedario es O-B-D-C”.
  • Son las doce del mediodía y la estación Ramos Mejía del tren Sarmiento, en La Matanza, rebalsa, mientras empiezan a llegar imágenes de Retiro y de Constitución (las otras estaciones que conectan el conurbano con la Ciudad de Buenos Aires) que preanuncian lo que se vio durante el día: una marcha conmovedora e histórica.
Es la educación pública, estúpido

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Que esos fueran los puntos de conexión muestra además la importancia que cobraron en los últimos años las universidades del conurbano bonaerense, que abrieron el acceso a la educación a cientos de miles de estudiantes cuyas familias jamás habían podido pasar por el nivel educativo terciario. En la estación hay un clima serio, a la vez de entusiasmo.

Agostina, 20 años, estudiante de Ingeniería Informática en la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), cuenta que es su primera marcha y está nerviosa: “Es la primera vez que algo así me pega tanto. Estoy emocionada”. Greta, 20, estudiante de Comunicación Social, también de la UNLaM: “Están vulnerando nuestros derechos, y todos necesitamos a la universidad pública y de calidad”. Candela, de 21, estudia Literatura en el Joaquín V. González: “Hoy tengo compañeros que no están pudiendo cursar, porque no llegan a pagar la SUBE”. El transporte también empieza a ser menos público. Y Sofía, de 19, estudiante de Educación Física, cuenta que su hermano votó a Milei: “Nos quieren ignorantes”.

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Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Universidad como élite

El tren llega. La estación colmada colma el tren. Apretada con otros cientos de cuerpos viaja Fabiana, 45 años, a siete materias de recibirse como Ingeniera Eléctrica en la Universidad Nacional de Hurlingham (UNaHU), gracias a una beca que hoy está en peligro: “La educación pública es el camino, no tiene porqué ser un privilegio. Se han dicho muchas mentiras y es nuestra obligación defender a todos aquellos que hoy no pueden estar porque están trabajando, o cuidando sus hogares”. Fabiana tiene cuatro hijos y uno está cuidando a los dos más pequeños para que ella pueda estar: “Tienen un pensamiento que los lugares estratégicos de poder solo puedan estar personas con privilegios”. 

Es la educación pública, estúpido

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Todo ocurre este martes, al día siguiente de la declaración del presidente Javier Milei por Cadena Nacional según la cual su éxito económico es una “hazaña” y un “milagro”, y pocos días después de la declaración en el Llao Llao planteando que quienes fugan dólares son “héroes” e incitando a comprar dólares “en negro”, ante el aplauso de una patética cúpula empresaria.

El tren llega llega a Once, y entre la multitud baja Yohia, 32 años, docente en la Facultad de Psicología de la UBA: “El gobierno quiere moldear otra idea y otra subjetividad, en un país donde hay consensos básicos que hemos construido. Uno es los derechos humanos, otro es la salud, y otro la educación. Atacan esto porque la orientación es al servicio de sectores empresariales y necesitan una universidad donde los conocimientos sean a favor del mercado. También atacan al salario. El objetivo es que vayan cada vez menos trabajadores y sea un lugar de élite”. Dato sobre calidad: la Universidad de Buenos Aires está considerada entre las 100 mejores del mundo.

La estación rebalsada ahora colma Plaza Miserere, las escalinatas de la estación, desborda hacia la calle. “Universidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode”, es el canto.

La marea confluye en Avenida Rivadavia. Comienza una marcha histórica. 

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Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

La papada y las facturas

Cunden los carteles:

  • “Nos quieren huecos para que los votemos”.
  • “Estudiá arte, no seas gendarme”.
  • “Cuando se lee poco, se dispara mucho”.
  • “Sin universidad pública no hay futuro”.
  • “Milei: tenés papada”.  

Por Callao avanzan columnas de universidades nacionales: San Martín (UNSAM), Tres de Febrero (UNTREF), General Sarmiento (UNGS). Esta última, en la semana previa a la marcha, publicó una serie de datos que explican esta movilización gigantesca:

  • El recorte del Gobierno alcanza a 2.5 millones de estudiantes.
  • En Argentina hay una universidad cada 350 mil habitantes, menos que Brasil (1 cada 35 mil) o México (1 cada 45 mil).
  • El gasto público representa 1% del PBI, como en los otros dos países, pero en Argentina 8 de cada 20 estudian en instituciones públicas, 5 más que en Chile y 7 más que en Brasil.
  • Y cierra: “Si Milei deja de regalarle 100.000 millones de pesos al año en exenciones impositivas a Mercado Libre, se pueden financiar los gastos de funcionamiento de las 62 universidades nacionales”.

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Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Sobre la calle, uno de los que marcha es el profesor e investigador Eduardo Rinesi, exrector de la UNGS: “Estamos ante un gobierno manifiestamente desaprensivo respecto a la educación pública, la vida comunitaria, la idea misma de que somos algo más que la pura suma aritmética de los átomos individuales. Una sociedad es esto: un movimiento colectivo hacia lo común, y una de sus dimensiones decisivas es, sin duda, la educativa”. 

¿Qué busca el gobierno? “Hacer de la sociedad una colección individuos egoístas, que vean al prójimo como un adversario, o como un depósito circunstancial de órganos que el día de mañana puedo necesitar y comprar en el mercado. Contra esa idea absolutamente ignorante y canalla y cruel, me parece que hoy la movilización popular está mostrando otra posibilidad”.

Enrico Riboni es un periodista italiano de larga trayectoria, que trabaja en Francia y está de visita la Argentina. Tras recorrer todo el centro plantea: “Es la movilización más grande que he visto en toda mi vida”.

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Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Cerca del Congreso discutían motociclistas y agentes de a pie de la Policía: “Si llegan, hay que arrearlos” ordena el de la moto. Otro le contesta, viendo la oleada humana que crecía: “Vamos a relajarnos. Lo positivo es que tenemos facturas”. Cuando la columna llega a Callao, la multitud obliga al desplazamiento de la policía. El protocolo antipiquetes de Patricia Bullrich nuevamente atravesado.  

Pasa una familia de tres integrantes. Cada uno con un cartel. “Papá Albañil”, “Mamá ama de casa”, “Hija profesional universitaria”. Van sonriendo. Es conmovedor.

Entre la juventud se ve con una sonrisa grande como esta marcha a Ángel, 75 años, docente jubilado: “Yo fui a escuela pública, mis hijos también, mis nietos están en universidades públicas. Es lo que puede lograr el equilibrio social que, más o menos, los que menos tienen tengan algo más, y parece que a esta gente que tenemos en el gobierno no le gusta mucho eso. ¿A vos te parece que los senadores se hayan aumentado mientras a nosotros nos recortan? Es una burla”.

¿Y qué espera? Ángel piensa y dice: “Que esto termine pronto”. 

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Entre Mujercitas y El Anticristo

Una de las consignas de la marcha fue que cada quien llevase un libro. Uno de los más vistos fue el Nunca más. Otro fue la Constitución Nacional.

Y siguen, en manos de la muchedumbre, transformándose en sí mismos en una lectura:

  • Pedagogía del Oprimido, de Paulo Freire.
  • Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano
  • El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry.  
  • El alquimista, de Paulo Coelho
  • Poder y desaparición, de Pilar Calveiro.
  • Psicología de las masas, de Sigmund Freud.
  • Mujercitas, de Louisa May Alcott.
  • Galileo Galilei, de Bertolt Brecht.
  • Pedagogía de la autonomía, también de Freire. 
  • Un mundo feliz, de Aldous Huxley.
  • Macbeth, de William Shakespeare,
  • 1984, de George Orwell.
  • Fahrenheit 451, de Ray Bradbury.
  • El Anticristo, de Nietzche.
  • Operación Masacre, de Rodolfo Walsh.
  • Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez.
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Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Nancy, 62 años, del Plenario de Trabajadores Jubilados, lleva ¿Quién mató a Rosendo?, una investigación de Rodolfo Walsh sobre el asesinato de Rosendo García, y el trasfondo sindical de la izquierda y la derecha peronista en los sesenta. “Habla de la burocracia sindical. Y a la CGT, que es parte, lo que le estamos diciendo desde que asumió es que llamen a una gran huelga. El disparate que dijo Milei anoche sobre el superávit lo consiguió gracias al ajuste que nos aplicó a los jubilados de diciembre hasta hoy. Este mes cobramos la jubilación en dos cuotas, no alcanza ni a cubrir la canasta básica. Y esto te lo digo a vos, joven: nuestro destino como trabajadores jubilados está atado al destino de ustedes como jóvenes desocupados, en negro, uberizados. Si esta lucha triunfa, como fue allá en el Cordobazo, nosotros vamos a tener posibilidades”. 

Ana, de Flores, también docente jubilada, exdirectora de educación especial, tiene en sus manos El anticristo, de Friedrich Nietzsche: “Está relacionado al ser humano. Y estamos en una época donde el ser humano está un poco borrado, o lo quieren borrar o desdibujar en su esencia. Pasa que los que no son humanos son los que tienen el poder hoy. Pero tengo la esperanza de que vamos a salir gracias a las personas que todavía hoy tienen un sentido de humanidad, que pueden ver al otro y sus necesidades. Eso es esta marcha”. 

Ana, de 72 años, jubilada, de Lanús, agita Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez: “Es que desde el primer día sabíamos que este Gobierno iba a hacer esto. No soy docente, no estudié en la UBA, pero vengo porque esta plaza representa en todo: sin la educación pública, nuestros hijos y nietos no van a poder desarrollarse. Y hay que tomar conciencia que nosotros somos los poderosos y tenemos el saber”. 

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Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Ciencia, Conan y jamoncito

La marcha avanza a paso lento por Avenida de Mayo en dirección a 9 de Julio. Es un primer indicador de la masividad que luego calcularán en más de 800 mil personas: generalmente, los embudos de movilización suelen generarse de 9 de Julio en dirección a Plaza de Mayo. Esta vez Congreso fue un epicentro muy fuerte donde había banderas que iban desde el PTS hasta La Cámpora, o de los Jubilados Insurgentes hasta gremios de la CGT.

Cecilia Moccia es la prosecretaria de Prensa de la Asociación de Personal Aeronáutico (APA y dice que esta marcha es la primera del plan de lucha convocado por la CGT: luego viene la movilización del 1º de mayo y el Paro General del 9. “El descontento va a crecer. Hoy no existe una única organización que nuclee a todos los sectores en lucha, es el problema político que tenemos, pero va a ser cuestión de tiempo de que eso se genere. Este gobierno es neofascista y apunta a la destrucción, no solo de la educación”. 

Sobre los pedidos de paro general, aporta una sonrisa: “Celebro que hace mucho tiempo que la CGT no se ponía al frente: tuvimos un paro a dos meses de la asunción, algo que no pasaba hace muchos años. Por supuesto que hay quienes siguen en la lucha, otros que se ponen un precio, pero al menos desde APA intentamos seguir el camino de defender Aerolíneas Argentinas, Intercargo y Fadea (Fábrica de aviones), parte del plan de destrucción de empresas públicas de este gobierno”. 

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Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Durante el embudo llega un mensajito de Ana Tauil, militante de Nietes (organismo que adhirió y cuyos integrantes están marchando con sus universidades), socióloga, que trabaja en el Observatorios de Crímenes de Estado de la Facultad de Ciencias Sociales en la UBA: “Hay un ataque a todo lo que produce la universidad como espacio que piensa otras lógicas, otros mundos, otras racionalidades, donde lo humano es mucho más que Capital Humano. La universidad representa otra forma de pensar la vida en comunidad”. 

Esta comunidad sigue avanzando a paso lento, pero el embudo hace posible disfrutar de más carteles:

  • “Sin ciencia no hay Conan”.
  • «Si hoy no aprobamos Calle, no podemos cursar Futuro. Son correlativas».
  • “La UBA, el Diego y mi vieja”. 
  • “Soy del 45% que no entregó al país”.
  • “Educar es combatir”.
  • “Al final la casta eran mis sueños”.
  • “Estudiá, no seas como Adorni”.
  • “Soy profesional gracias a la universidad pública”.
  • “Ahorrar en educación enriquece la ignorancia”.
  • “Que el privilegio no te nuble la empatía”.
  • “La universidad nos enseña a pensar y no a obedecer”.
  • “Por qué tanto miedo de educar al pueblo”.
  • “Los enfermos de cáncer no son variables de excel”.
  • “Estoy tan enojada que hice un cartel”.
  • “Jamoncito te vamos a fetear”.
  • “Abuela analfabeta, Madre terciario incompleto, hija médica formada en la universidad pública”.
  • “Este cartel es tan pedorro como el discurso de Milei”.

En algún momento el embudo se destraba.

Las miles y miles de personas seguimos marchando.

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Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Los milagros existen

Lala Buján, jubilada con la mínima, lleva el libro Psicología de masas de Freud bajo el brazo. “Milei es un títere, la gran pregunta es quién nos gobierna” dice, mientras acepta que la “psicología de masas” de las sociedad anda un poco trastocada.

“Él se mete con la educación porque prefiere los celulares que te cierran la cabeza. Lo que subyace a eso –señala mi celular- es mierda”. De fondo se escucha el cántico: Armas no, libros sí. ¿Podría ser celulares tampoco? “Eso, éste ganó por los celulares. Al libro lo podés consultar y absorberlo. Con esto –vuelve a señalar mi celular- no te queda nada”.

“Necesitamos un milagro”, dice sobre cómo sacarse de encima estas pesadillas. “Y creo en los milagros”.

Sobre la Avenida Entre Ríos se encolumnan distintas organizaciones y sindicatos que tienen una raíz común: el conurbano bonaerense. Y más precisamente, La Matanza. “Mi familia, que no se moviliza nunca hacia Capital Federal, hoy vino”, informa Lorena González, trabajadora estatal, pensando en sus dos padres y también en sus sobrinos: “Mi sobrina es primera generación: licenciada en Nutrición en la Universidad de La Matanza. El recorte educativo pega fuerte ahí, eso es lo que no vio este gobierno”, dice ella que formó parte del Estado que amplió las universidades nacionales a los distintos distritos.

Es la educación pública, estúpido

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Ella, como estudiante fue parte de las movilizaciones en los 90 contra otros recortes de fondos educativos. Y marca una diferencia: “Se crearon 30 universidades que quedan a cuadras de las casas de los laburantes. Es recuperar la idea de la educación como movilidad social, a su vez que un detonante o una excusa por todo lo que está pasando”.

A su lado la multitud parece darle la razón: “Soy primera generación de contador”, dice un cartel, al lado de otro que asegura: “Los hijos de obreros queremos estudiar”.

Luego se cantará “el que no salta, votó a Milei”, y si bien la mayoría respeta la consigna, por abajo alguien menciona que, al menos estadísticamente, debe haber muchos que lo votaron y hoy marcharon.

“La grieta hoy es otra”, culmina Lorena. “A esos pibes que lo votaron y son de abajo hay que abrazarlos también”.

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Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Ayuda terapéutica

Lucas tiene 21 años y vive en Palomar. Estudia profesorado de historia, en Haedo, en el instituto de superior docente 45. Ahora está pasando por la puerta de la UNA (Universidad Nacional de las Artes), que en su puerta puso un aviso, para que nadie pueda andar por ahí desentendiéndose de la situación: «Universidad cerrada. Docentes y estudiantes por la educación pública». Al lado de la inscripción hay dibujado un lápiz, al que de la parte de arriba le nace un puño. 

Fotos: lavaca

Lucas pasa por el costado, llevado por una marea de la que es parte. No se desentiende. Lleva puesta una remera negra. Un pantalón negro. Y unas zapatillas negras. Lleva colgado un cartel: “Vinimos vestidos de negro ya que estamos de luto porque el gobierno asesinó nuestra educación”. Explica: “La educación es la única herramienta para darle al pueblo, que pueda salir de la pobreza y así combatir todo tipo de injusticias”. 

Su mamá es ayudante terapeútica. Su papá está desempleado. Analiza la situación general: “Es un gobierno que está planteando muy mal las cosas. El discurso de ayer fue ridículo, dejó de lado lo que está viviendo la gente”. Y cierra: “La educación está cada vez peor; y si bien no le hecho la culpa solo a este gobierno, con este desfinanciamiento se van a notar mucho más las diferencias sociales”. 

Cuesta escucharlo a Lucas. Las canciones se suceden una tras otra, al compás de la música que generan al pasar miles y miles de pies, de carteles, de libros. «Qué cagazo, qué cagazo, obreros, estudiantes como en el Cordobazo», cantan miles de estudiantes que caminan por Bartolomé Mitre y Riobamba, en dirección a la Plaza de Mayo. Unos metros después, en la esquina de Callao, ya no pueden caminar más. Falta una hora para que se lea el documento y las calles están atestadas. 

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Parado, intentando infructuosamente ganar algún metro, está Mikel. En la mano izquierda sostiene un libro. Llego a leer: Curso de ingreso 2024.  El libro está como nuevo.Mikel lleva un cartel escrito a mano, de manera muy prolija, que explica el por qué: “Este libro está sin usar porque tuvo que salir a buscar un segundo trabajo para subsistir. Hoy marcho para que los estudiante no tengan mi presente. Hoy defiendo la esperanza de algún día poder ser universitario”. Las palabras marchando se leen por todos lados. En cartones, en hojas, en banderas; así se multiplican los sentires de este momento de la historia: «Me armo de libros, me libro de armas»; «La educación iguala las oportunidades»; «Estudiantes informados, jamás manipulados»; «No hay educación sin inclusión». “Por una educación que nos enseñe a pensar, no a obedecer”. Y así en cada esquina, en cada vereda, en cada calle.

Mikel vive en Morón y tiene 29 años. Vive con su marido y es el único que por ahora tiene un sueldo. “Bajo”, subraya. Pensó, soñó, que este año sí se le iba a dar. “Ahora mismo tendría que estar en el aula de la Universidad de La Matanza”. Lo esperaba la carrera de Ingeniería Informática. “Fue imposible en este contexto. Si estudio, no comemos”, resume. Y hace una comparación que profundiza el análisis: “Quienes apoyan a un gobierno como este, igual tienen el derecho de estudiar en la universidad pública. En cambio, las medidas de Milei solo están generando una mayor segregación, con el acceso a derechos para pocos”. 

Su mamá es manicura y masajista; su papá, obrero. “Iba a ser el primer universitario de la familia; estábamos muy contentos”. ¿Por qué pasa lo que pasa? “Yo sólo pude hacer un curso de ingreso y ahí estudié la historia de las universidades. Sólo eso, ya me abrió la cabeza. Las universidades son eso, abridoras de cabeza. Quien piensa no se deja pisar, entonces son de las primeras cosas a sacar, porque saben que un pueblo sin educación está condenado”.

Es la educación pública, estúpido

Corazón mentiroso

Sobre Avenida de Mayo y 9 de Julio, la marcha toma una nueva dimensión: las columnas que vienen del sur del conurbano y las que vienen del norte. Hay gente por todas partes: de la UADE a la UNGS, y de la CGT a movimientos sociales como el FOL (Frente de Organizaciones en Lucha). Allí está Maga Gargarello, 37 años, delegada de Florencio Varela, sur conurbano: “Somos laburantes precarizados, cooperativistas, que tuvimos la posibilidad, en algunos casos, de ser primera generación de la familia que llegó a la universidad. Además de ser gratuitas, son públicas y de calidad. En nuestras propias organizaciones también tenemos escuelas de oficio y espacios de aprendizaje y formación. Este gobierno viene por todo, y ese es el objetivo de atacar la educación”.

Hace unas semanas los movimientos sociales sufrieron una cruel represión sobre esta misma avenida, solamente por reclamar el envío de mercadería a más de 45 mil comedores: “La foto del barrio hoy es una pobreza que desde hace muchísimos años no se veía. Jubilados que hacen fila en nuestros comedores. Vecinos con oficios que perdieron su trabajo. Estamos discutiendo la comida: es tremendo. Nuestras compañeras hoy se están endeudando con Mercado Pago para comprarle comida a sus pibes, mientras el Gobierno anuncia que las asignaciones vamos a cobrarlas por Mercado Pago. Galperín así nos sigue sacando guita. No hay salida, salvo organizarte, porque ya no hay nada por perder”. 

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Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Las columnas llegan con este tono a la Plaza. Allí se baila Mentiroso, el hit de Karina la Princesita, y se canta con pasión su estribillo: Se acabó, tu mentira se acabó / Se acabó y te digo basta, basta, basta / Mentiroso, corazón mentiroso / No tienes perdón, estás muy loco”. Sin embargo, lo conmovedor llega con el Himno: se canta a voz ronca y a pura lágrima. Allí está Sandra, 53 años, trabajadora de la educación en San Martín. También lleva un libro preciso y sutil para esta movilización, Microfísica del poder, de Michel Foucault. Lo explica: “Me parece importante empezar a entender que en distintos espacios, y en los más obvios, hay poder y relaciones de fuerza. Nos empuja a cuestionar las obviedades, lo básico de un discurso y a pensar las palabras”. Este gobierno viene a cuestionar lo que nos parecía obvio hasta hoy: “Porque quiere tratar de quebrar las relaciones de fuerza y girarlas hacia otro lado, y es importante empezar a creer y volver a pensar aquellas cuestiones que nos definen”. 

Sobre el escenario se empiezan a escuchar oradores y referentes de los sindicatos docentes. También organismos de derechos humanos. Allí habla Adolfo Pérez Esquivel, uno de los cinco Premio Nobel que tiene Argentina, formados en la universidad pública: “Este gobierno compró 24 aviones de combate pero dice que no hay plata para la educación. Presentamos un pedido de juicio político porque no puede ser que destruya al país. Esto es grave” También habla Taty Almeida, de Madres Línea Fundadora, que dice que su hijo Martín fue desaparecido mientras cursaba su primer año de Medicina en la universidad pública: “No bajen los brazos. Piensen en las madres y en lo que sostenemos hace 47 años: la única lucha que se pierde es la que se abandona. Se lo decimos nosotras, que a pesar de los bastones y las silla de ruedas seguimos de pie”.

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Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Las comunicaciones telefónicas colapsan, no hay señal. Queda sentir el latido de esta plaza, las 800 mil personas que informan desde el escenario, la dificultad de salir. Dimensionar que es martes, día de semana, y que esta movilización sobrepasó la potencia que se pensaba. Vendrán análisis, adjetivos, operaciones, y mientras los cuerpos se alejan y los cortocircuitos informativos vuelven a hacer sonar celulares, llega una foto: la plaza colmada, todo lo que ya sabíamos, pero visto desde arriba. Lo que se ve es la historia pura.

Y cómo se la defiende.

También, al sacar los ojos de la pantalla, es posible divisar y sentir un último cartel que se divisa mientras el sol se oculta detrás esta movilización:

“Hasta que lo esencial se vuelva visible”. 

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Fotos: lavaca

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38º Encuentro Plurinacional: así comienza todo

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Crónica del viaje a Corrientes al Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intrersex y No Binaries. Los temas de conversación entre docentes sobre lo que ven en las escuelas: la dependencia del celular, el consumo, la aceleración. La motosierra aplicada a la educación. Y los temas del Encuentro: las violencias, el cuidado, la organización, junto a un río que grita auxilio.

Por Claudia Acuña

Fotos Line Bankel

Enviadas especiales a Corrientes

Colectivo hasta el tren, diez estaciones, dos subtes, otro colectivo y cinco cuadras a las corridas, todo bajo la lluvia torrencial y en una noche sin luna, hasta llegar a un lugar desconocido donde tampoco te conoce nadie. Así empieza el Encuentro para Marisa, impulsada desde Monte Grande hasta Caballito por una convicción que solo activa esta ceremonia: lo de lo amigable.

María es economista, acaba de cursar una maestría en cuidados, también vino sola y tampoco conoce a ninguna de las treinta y pico de mujeres de todas las edades que se asociaron para esta colecta que permitió alquilar el micro que nos llevara a Corrientes Capital, cita del 38º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intrersex y No Binaries.

Son casi 14 horas de viaje, porque hay tormenta, mucha niebla y porque el apuro no es por llegar, fue por venir. Ahora que ya están -ya estamos- juntas, de lo que se trata es de hacer lo que venimos a hacer: compartir.

Lo que circula es el mate, pero lo que domina el intercambio es algo todavía más difícil y escaso: la escucha.

La maestra de primer grado de una escuela del barrio de Once dirá que lo que la tiene muy preocupada es la dependencia del celular y la alteraciones que esta adicción genera en chicos y chicas muy chicos, muy chicas, que cada día tienen menos acceso al consumo, y más necesidad de consumir.

Piensa en voz alta: este ha sido el mayor fracaso político de mi generación.

38º Encuentro Plurinacional: así comienza todo

Cordobesas en murga: para algunas es el primer Encuentro del que participan.

Ella, que todavía no llegó a los 35, que nació en la Villa Itatí de Quilmes, que tuvo la posibilidad de elegir otro destino que el de su madre -fregadora de mugre ajena por horas- no ha sabido o no ha podido transmitirles a sus alumnos ni a sus vecinos que tener cosas o dinero para adquirirlas no es lo que te hace ni feliz ni importante, ni libre ni nada, pero eso es lo que sin duda y sin respiro desean todos y cada uno, desde los que tienen 6 años hasta los que a los 12 ya abandonan la escuela para pegar el salto hacia lo único que anhelan: conseguirla, como sea.

Una colega -docente del lejano oeste- pregunta si nota que los chicos están demasiado acelerados, alterados, con un ritmo físico mucho más intenso que lo habitual. 

Varias confirman. 

Consulto: ¿alguien las preparó para enfrentar situaciones de menores intoxicados por el consumo de sus madres amamantadoras?

Nadie.

Cuentan luego que en Capital ya empezaron a sufrir un plan piloto para que en las escuelas secundarias la prioridad se ancle en tres materias: lengua, matemática e inglés. Que ya comenzaron a desplazar docentes de otras áreas, o a no reemplazar esas vacantes cuando se generan, lo que ha significado una pérdida de -mínimo- el 10% de los puestos de trabajo en los colegios afectados por ese plan. 

Así, sin pausa, avanzan, dirá otra. 

La cuarta completa: “Ayer en Parque Rivadavia organizamos un festival para denunciar todo esto y éramos menos que los docentes afectados”. 

La quinta apunta a la cuestión que marca a fuego a este encuentro: “Seguimos sin poder generar reacción”.

No hay militantes de partidos políticos en este micro, pero sí mujeres que hacen política sindical, barrial, académica y ambiental. La mayoría ya ha participado de otros encuentros y por eso están particularmente atentas de “las nuevas”: saben que hay un antes y un después y esa diferencia la marca el durante. Y ese durante ahora mismo son ellas, las que preguntan y escuchan, las que hablan y miran a los ojos, las que rompen la impotencia con carcajadas. 

38º Encuentro Plurinacional: así comienza todo

Dos amigas recién llegadas desde Jujuy: el décimo Encuentro al cual asisten.

Una quiere saber el detalle de los talleres que comenzarán el sábado y seguirán en loop y en simultáneo hasta el domingo. Otra lee desde el celular en voz alta los ejes temáticos que plantea la oferta de esos talleres: 

Activismos y organización

Tierras y territorios

Cuidados

Salud

Trabajo y desocupación

Violencias

Trata

Coyuntura geopolítica

Religiosidades.

La tercera completa:

-De coger, ni hablar, ¿no?

La erótica del encuentro es esa risa, como lo será la carcajada masiva que representa históricamente la marcha de cierre y también cada momento compartido al lado de ese río que grita auxilio porque vale más que el oro y, como nosotras y como todo, está ahora mismo en peligro.

Algo que se llama feminismo debería escucharlo. Y honrarlo.

Ya veremos: esto recién comenzó.

38º Encuentro Plurinacional: así comienza todo

El río Paraná, segundo más largo de Sudamérica. Por allí pasa la Hidrovía cuya licitación enfrenta a Macri con Milei.

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Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

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La todavía ministra Patricia Bullrich había planteado durante la mañana: “Recordatorio para los que su ‘trabajo es provocar la crisis de este Gobierno’. ¿Quieren marchar contra Trump, Milei, el FMI y una modernización que ni conocen?”. La “modernización” parece ser conocida como reciclado de medidas contra la sociedad. Trump, Milei y el FMI también son bastante conocidos. La marcha de jubilados se realizó pese a todo. Y llegó a Plaza de Mayo. La charla de una mujer con Jorge Taiana, la indagatoria al policía acusado de tirar al piso a la jubilada Beatriz Blanco, y un llamado a la inteligencia.  

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos lavaca.org, Juan Valeiro y Line Berkel.

A Dolores le dicen Doly, y tiene un cartelito colgado con un piolín negro, que por lo casero llama la atención. Parece un imán, que a uno la lleva a hablar con ella. “Luche como un jubilado”, se lee a distancia.

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Doly en Congreso: «Todos los días mando mensajes: Caputo, ¿dónde está el oro?» Foto Juan Valeriro /lavaca.org

Al acercarse, Doly cuenta que viene de Lanús, tiene 71 años, viene todos los miércoles y que se entretiene por X cada vez que el Ministerio de Economía hace una publicación: “Le pregunto: ‘¿Caputo, dónde está el oro?’. Así todos los días”, ríe y al instante se pone seria cuando explica que la lucha de los jubilados “debería ser un ejemplo”, pero que cada vez se sienten más solos. Dice que no hay un solo motivo, sino muchos porqués.

  • “Porque meten miedo pegándonos todos los miércoles”. 
  • “Porque la sociedad no se moviliza en conjunto, sino por separado”.
  • “Porque los sindicatos tendrían que despegarse de la CGT que ya sabemos no hará nada”.
  • “Porque tendría que formarse una nueva CGT, como alguna vez sucedió”. 
Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Foto Juan Valeriro /lavaca.org

En la concentración de jubiladas y jubilados de este miércoles estuvo unos minutos Jorge Taiana, diputado recientemente electo por la provincia de Buenos Aires, por Fuerza Patria. Dolores le cuenta a lavaca: “Yo soy peronista, pero hablando con él me liberé”. El diálogo:

–¿Dónde están, Jorge? ¿Por qué no vienen a acompañarnos?

–A partir del 10 de diciembre voy a asumir en el Congreso y como legislador voy a tratar de…

–Jorge, el 10 de diciembre vamos a estar todos muertos. Los jubilados venimos todos los miércoles acá, y no hay uno que dé la cara. 

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

La movilización llegó a Plaza de Mayo. Foto: lavaca.org

Doly señala las vallas que dividen la avenida Entre Ríos y la plaza. “¿Sabés para qué son?”, pregunta en voz alta: “Para que quienes están en el Congreso no nos vean, para no escuchar lo que tenemos para decir”. Y ella dice: “Me jubilé en 2014 cobrando casi un 80% de la jubilación. Y en los últimos años, con Macri, con Alberto, con Milei, perdí casi la mitad del poder adquisitivo. Es un desastre. A mí me ayudan mis dos hijos y más o menos la pechugueo, pero sabés lo que es no poder comprarle un regalo a tu nieto. Antes lo hacía, y hace ya un montón de tiempo que no puedo, es muy triste”.

Por eso, Doly marcha.

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

La imagen de la revista MU de la referente de la Soberanía Alimentaria Miryam Gorban (fallecida el 22/10) también acompañó las marchas. La sonrisa y el cuchillo de cocina entre los dientes. Foto: lavaca.org

“No soy yo”

Este martes declaró Pablo Alexis Aldama, oficial ayudante de la Policía Federal Argentina, acusado por la agresión a la jubilada Beatriz Blanco en la represión desatada el pasado 12 de marzo –el mismo día que hirieron gravemente al fotógrafo Pablo Grillo y Jonathan Navarro perdió la visión de un ojo. Beatriz cayó de nuca a la vereda, golpe que le provocó lesiones en la cabeza. El policía, que desde enero cumple funciones en el Batallón II de Infantería, presentó un escrito de 55 páginas ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal 1, a cargo de María Servini, en el que pidió su sobreseimiento. 

Aldama acusa a la jubilada de 82 años de pegarle “desde atrás con un palo similar a un bastón” y romperle su casco de policía. Además, dice que él no fue quien empujó a Beatriz sino su superior, el Oficial Inspector Céspedez, aunque “accidentalmente”. 

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Beatriz Blanco, 81 años, la mujer golpeada por la policía el 12 de marzo. «Se cae hacia atrás sobre la vereda, aunque infiero que ello pudo responder a la propia inercia de la señora teniéndose en cuenta su avanzada edad». Según Bullrich Beatriz es una patotera (?). Según el policía acusado, se cayó sola. Foto: Line Berkel /lavaca.org

Así lo declara: “No soy yo, Pablo Aldama, quien tiene contacto con la Sra. Blanco al momento del hecho, la que por cuestiones que desconozco, se cae hacia atrás sobre la vereda, aunque infiero que ello pudo responder a la propia inercia de la señora teniéndose en cuenta su avanzada edad”. 

El efectivo reconoció haber usado gas pimienta “una sola vez para persuadirla de dejar de agredir al personal policial”. Y refuta a la propia Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), que en su informe afirma que uno de los efectivos extendió su brazo contra Beatriz y, a partir de ese impacto, cayó al piso. 

Sin embargo, es miércoles, y Beatriz marcha. 

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Foto: lavaca.org

3. La inteligencia es seguir

A las 10.55 de la mañana la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, escribió en la curiosamente llamada “red social” X”: “Recordatorio para los que su ‘trabajo es provocar la crisis de este Gobierno’. ¿Quieren marchar contra Trump, Milei, el FMI y una modernización que ni conocen? Perfecto, respeten el protocolo, sobre la vereda y sin violencia”. El posteo tenía la referencia de un video suyo anterior donde decía, en tono amenazante: “Entiéndase por Protocolo Antipiquete: las manifestaciones, sobre la vereda. No se corta la calle”.

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Micaela, fotógrafa agredidas de la semana pasada. Los puntos, hematomas y golpes. Foto: Line Berkel /lavaca.org

Menos de siete horas después, pasadas las 17, la calle no sólo estaba cortada sino que era la pasarela principal, liberada por la Policía de la Ciudad, por donde la marcha de jubilados y jubiladas avanzaba como hacía semanas no sucedía. Por allí camina, cámara en mano, Micaela, la fotoperiodista que recibió un palazo en el ojo en la represión de la semana pasada. Fue un oficial de la misma fuerza que ahora despeja las calles la que la dejó con el ojo izquierdo morado, un pequeño derrame, un punto debajo de su ceja y un malestar en todo ese lado de la cara –del cachete hasta la pera–, con una presión sobre las cervicales que le dan ganas de vomitar.

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Foto Juan Valeriro /lavaca.org

Al lado está Emiliano, su compañero, que tiene a su madre todavía convaleciente: Nora, de 70 años, fue empujada en la misma represión, y estuvo unos minutos inconsciente en el suelo, congelando la respiración de quienes la rodeaban. “Todavía siente un hormigueo en el brazo izquierdo –cuenta su hijo–. Le cuesta cortar la comida, la tienen que ayudar”. 

Hoy Nora no vino. Pero cientos, miles, sí, que marchan después de una radio abierta larga, y llegan hasta Plaza de Mayo sin inconvenientes, donde habrá otro acto más. Algunos se preguntan de la eficacia de los miércoles, pero entre tanta pregunta dubitativa, Silvia López, 69 años, trae un silbato que no deja de soplar y dos latas de atún que no deja de golpear. Vino de Ensenada, provincia de Buenos Aires, a 59 kilómetros de esta Plaza a la que asiste cada semana con su bastón porque tiene mal la pierna de toda una vida como peluquera y comerciante. Cobra la mínima que no le alcanza para mucho, como la garrafa que pagó ayer a 18.000 pesos. La cosa está dura pero, dice Silvia, hay que reafirmar la inteligencia.

–¿Cómo?

–Hay que seguir. Seguir viniendo. Para que te escuchen. Porque mientras la gente siga viniendo acá, ellos saben que el problema continúa.

Silvia sigue. 

Y también, como Doly y Beatriz, y tantos otros y otras cada miércoles, marcha. 

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Un clásico: la sonrisa de Juan José, y su momento de baile de cada miércoles, sobre su silla de ruedas. Foto Juan Valeriro /lavaca.org

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Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

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Cuatro detenidos, al menos cinco heridos. Una jubilada que quedó inconsciente al ser golpeada por la policía (video). Mujeres, periodistas, fotoreporteros y un sacerdote agredidos y esposados. En la foto de portada se ve al cura Paco Olveira y a Fidel Bravo esposados en el celular, y en primer plano al policía que atacó al periodista de lavaca. La denuncia presentada por Periodistas Argentinas y AReCIA y las deficiencias judiciales. A ocho meses de los ataques al fotógrafo Pablo Grillo y a la jubilada Beatriz Blanco, las marchas de uno de los sectores más castigados de la sociedad reclamando por sus haberes licuados siguen provocando una respuesta gubernamental recurrente: la violencia.

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi

Fotos: lavaca.org / Juan Valeiro

Hace dos semanas que la marcha de jubilados y jubiladas empezó a anunciarse en distintos horarios y no sólo a las 15 horas como es habitual. La convocatoria es para gambetear no sólo los inusitados operativos policiales, sino también un sol que se va recalentando, como tantas cosas. Este miércoles la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados convocó a las 17 horas. Pero cuatro detenidos y al menos cinco heridos antes pasó de todo. 

Primero fueron los whatsapps que se viralizaron con un mensaje urgente: “Detuvieron al padre Paco”. Todavía no eran las tres de la tarde. Las fotos mostraban al sacerdote esposado, sentado en el suelo, con el fotoperiodista Fidel Bravo, sobre Callao y Rivadavia. Lo subieron a un móvil policial. “¡Suelten al padre Paco, fachos pobres!”, gritaba una señora a un batallón de oficiales de la Policía Federal y Gendarmería que, detrás de las vallas, por las dudas convocaron a un camión hidrante. Del otro lado, los manifestantes no llegaban a 20.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Nora, la jubilada agredida que quedó inconsciente (abajo, el video del momento en que la golpearon).

lavaca se acercó hasta el estacionamiento frente al Senado, un lugar extraño para alojar detenidos, que las fuerzas al mando de la ministra Patricia Bullrich utilizan con frecuencia. Allí no estaban. “Fijate en las camionetas sobre Rivadavia o si no da vuelta al Congreso”, dijo un policía.

Sobre Rivadavia, un manifestante señaló el móvil al que los habían subido. Otro policía señaló: “Están en Hipólito Yrigoyen y Combate de los Pozos”. Ambos detenidos estaban sobre esa esquina, en el vehículo de la Unidad Judicial Móvil de la Superintendencia de Investigaciones Federales, patente NSN186.

“Ya salen”, informó un policía.

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Los carteles de jubilados, como editorial político.

Foto, anteojos y la lotería

La puerta del móvil estaba abierta. En los asientos delanteros, Paco y Fidel. Ambos sujetados por las mismas esposas, Paco de la muñeca izquierda y Fidel, de la derecha (foto principal de esta cobertura).

lavaca fotografió el momento y también lo filmó, cuando uno de los policías se acercó con violencia y empujando. “Te dije que ya salen, no me hagas poner violento”, dijo, como si la violencia fuera la de un periodista haciendo su trabajo al registrar la detención de un cura y un militante. Luego llevaron a Paco y a Fidel dentro de una casa de Lotería, porque un estacionamiento no bastaba para el surrealismo represivo.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

El padre Paco Olveira con la frente ensangrentada por un golpe policial.

Al quedar liberado, Paco Olveira dijo a lavaca: «Me pasó lo que te pasó a vos, que por querer hacer una foto casi te tiran al piso. En nuestro caso, primero hicimos un par de vueltas al Congreso, un rato antes de las dos. Estábamos por cruzar la valla pero paramos ahí, en la vereda. Empezaron a empujar a los jubilados. Como iba a terminar uno en el piso, les digo ‘vamos a rezar un padre nuestro’. Ahí al compañero (Fidel Bravo) le agarraron la bandera argentina y él la defendió. Lo tiraron para atrás y yo me agarré a él. Así, si lo llevaban, me llevaban a mí también. Creo que por eso estamos libres los dos; si no, el pobre iba a estar preso”.

–¿Les imputan algo? Hablaban de resistencia a la autoridad. 

–Sí, nos notificaron de supuesto atentado y resistencia a la autoridad. Igual no pude leer porque me rompieron los anteojos (muestra que falta el lente derecho). Con un ojo sí y otro no, no puedo ver nada, y no nos dieron copia.

Paco agradeció la solidaridad –entre quienes se acercaron estaba el diputado Eduardo Valdés y el secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano– y emprendió la vuelta a la plaza con la mochila abierta: “También me la rompieron”.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)
Jubilada en marcha.

La denuncia de Periodistas Argentinas y AReCIA

Antes de regresar a la cobertura, los periodistas de lavaca fueron a hacer la denuncia a la oficina del Ministerio Público Fiscal de Combate de los Pozos, donde siempre llevan a los detenidos de los miércoles a fichar. La repuesta habla de la deficiencia judicial de prevenir los ataques a la prensa: informaron que la atención era de 9 a 15 horas y derivaron un 0800.

Llamamos: hubo veinte (20) minutos de demora porque había cuatro personas en espera. Cuando atendieron la charla duró apenas cinco minutos; al explicar la causa del llamado, tras una breve y burocrática respuesta, cortaron. Un nuevo llamado permitió acceder al mail a donde presentar formalmente la denuncia. Para cuando finalmente la concretamos ya podíamos adjuntar los videos de los brutales ataques que sucedieron después de intentar, en vano, evitarlos.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

El policía intentando impedir que lavaca fotografíe a los detenidos.

Los periodistas que fueron a esas oficinas son Claudia Acuña y Lucas Pedulla, que en representación de la Asociación Civil Periodistas Argentinas y la Asociación de Revistas Culturales e Independientes de Argentina (AReCIA), respectivamente, presentaron un habeas corpus en diciembre de 2023 para prevenir estos ataques que, desde la fecha hasta hoy, se reiteran y agudizan. La causa tuvo su laberinto hasta que la Corte Suprema resolvió este martes la competencia del juzgado. Allì presentamos este martes el pedido de tratamiento urgente.

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Una de las marchas de este miércoles.

Gente marcada, mujeres golpeadas

En Congreso, una de las tantas marchas ya había empezado. La disposición del espacio era la habitual: vallado de punta a punta de la plaza, tránsito bloqueado y efectivos de la Policía de la Ciudad acordonando los alrededores para evitar que la movilización doblara por las calles aledañas. El mismo cordón aguardaba sobre Sáenz Peña para que el reclamo no se dirigiera hasta la Rosada.

Todo parecía lo habitual, pero los policías de la Ciudad –chalecos celestes– recibieron una indicación en sus handies.

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Bastón en mano, la policía de la Ciudad agrediendo a manifestantes previamente «marcados» por la Federal: surrealismo e inutilidad represiva.

“Al de gorrita negra, a tu izquierda, gorrita negra”, decía la voz que salía de los aparatos. Hacía allí fueron cinco agentes para rodear a un muchacho de gorrita negra. Al detenerlo y llevarlo detrás del cordón, Estefanía, una joven integrante de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, fue golpeada en el ojo por un policía varón, lo que revela la idoneidad de los cordones bullrichistas. 

La tensión policial escaló. Los mismos oficiales siguieron marcando personas. En el intento por detener a otras, la gente se defendió y los policías avanzaron con los escudos y a palazos. Así empujaron a Nora, una jubilada de 70 años que acompaña todos los miércoles. La socorrió Nicolás Chiarini, el mismo joven que le salvó la vida al fotógrafo Pablo Grillo –de cuyo ataque este miércoles se conmemoran ocho meses–. 

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Nora, 70 años, golpeada por la policía.

Otro de los marcados y cazados con violencia fue Nicolás Ríos, fotógrafo y militante de Convergencia Socialista. Al rato fue liberado y contó: “La misma Policía de la Ciudad me dijo que me detuvo porque dos horas antes me había marcado la Federal, mientras filmaba el inicio de la concentración. Les expliqué que yo no estaba haciendo nada y me largaron”.

En la Plaza la estaban atendiendo a Micaela Acevedo, fotoperiodista, a quien le partieron la ceja de un palazo. “Estábamos delante de todo, filmando, y empezamos a ver que estaban señalando gente. De repente, vino el jefe de policía y me pegó un palazo en la cara”, le dijo a lavaca, sentada en un banco de la plaza.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Micaela, palazo en la ceja.

Al su lado apareció en escena nuevamente el padre Paco, esta vez no detenido pero sí con la frente ensangrentada, llevado por el Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA Argentina). 

–¿Estás bien?– le preguntó Micaela.

–Mejor que vos, querida –respondió el cura–. No sé si me dieron con un palazo o con un escudo, de la nada vinieron a pegar. 

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

La capacidad de movilizarse pese a todo, y el triste rol policial.

Videollamada para la jubilada

A unos metros, sobre la plaza, estaba Nora, la jubilada que la Policía de la Ciudad había tirado al suelo hacía unos minutos.

Para dimensionar: la caída de Nora fue, en cuanto a la violencia, parecida a la de Beatriz Blanco (jubilada golpeada el mismo 12 de marzo que hirieron a Pablo Grillo), con todo el peso del cuerpo hacía atrás, cabeza contra el suelo. Después de la atención, Nora estuvo unos minutos inconsciente.

Al lado de Nora estaba su hijo Emiliano, fotógrafo como Micaela, la reportera herida en la ceja, que para colmo, es su pareja. Emiliano primero lloraba, pero luego se fue aliviando. De a poco su mamá, todavía acostada en el piso, se fue recuperando luego de estar varios minutos con la presión muy baja. La tensión se apoderó de la plaza mientras el CEPA y la CPM intentaban reanimarla. El SAME, por su parte, tardó varios minutos en llegar. Y antes de enviar una ambulancia, pidió hacer una videollamada con la jubilada herida: otra escena insólita. 

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Videollamada para diagnosticar a una mujer reprimida.

–¿Se cayó?– le preguntaron del otro lado del teléfono. 

–Me tiraron– respondió Nora.

Tras la videollamada con el SAME, ya repuesta, la mujer le cuenta a lavaca: “Estaba a 4 metros de la policía y de repente se vinieron a donde estábamos, corriendo. No me lo esperaba y me llevaron puesta, me pasaron por encima”.

¿Por qué no faltás nunca los miércoles? “Siempre he salido a la calle cuando me parece que es injusto lo que pasa, más que nada porque tengo tres nietos”, dice y es la primera vez desde el golpazo, que hace una mueca risueña. “A mis nietos los cuido, no quiero que salgan; pero en mi caso, es imposible no salir cuando ves tanta injusticia”. La ambulancia llegó unos minutos después y Nora y su hijo se subieron.

De fondo, por Hipólito Yrigoyen, estaba pasando la cuarta marcha de la jornada. 

Recién eran las 17:07, horario de la convocatoria oficial. 

La marcha, estaba arrancando. Pese a todo lo anterior: pese a todo.

(En el comienzo de este video se observa el momento de la agresión a la jubilada).

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