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La realidad en movimiento

Concentraciones en Tribunales, en San José y Humberto 1°, en diversas esquinas espontáneamente pobladas, tomas en al menos 15 escuelas porteñas, cortes parciales y totales en Acceso Oeste, Panamericana y Autopista Buenos Aires-La Plata y la convocatoria a una concentración el próximo miércoles 18 de junio: esos fueron algunos de los síntomas y movidas en CABA de un jueves proyectándose hacia la semana próxima. El miércoles 18 tiene dos condimentos: los jubilados lo han transformado en el día de convocatoria de reclamos de cada semana frente al plan económico que sigue empobreciendo y marginando a grandes sectores de la población y que sigue sin resolver problema alguno mientras endeuda al país a cada minuto. Ese día, además, se debería resolver de qué modo se concretará la condena contra Cristina Fernández de Kirchner. Aquí lo ocurrido en Plaza Lavalle, frente a la Corte Suprema de Justicia, en un momento en el que es difícil proyectar el futuro de los próximos días, pero en el que crece la sensación de que, en muchos sentidos, esto recién empieza.
Por Lucas Pedulla
Fotos: Juan Valeiro
La cita era a las cinco de la tarde.
La convocatoria había circulado el día anterior y proponía una vigilia con acampe en la Plaza Lavalle, frente a la Corte Suprema donde los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti condenaron a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en la causa Vialidad. Si bien muchos no sabían explicar las expectativas respecto de esta movilización, la idea que compartían varias organizaciones era sumar otros focos de lucha y reclamo además de la sede del PJ y la casa de Cristina, en el barrio porteño de Constitución, como forma de descentralizar los puntos neurálgicos de estos días agitados. El combo se completó con cortes de ruta en distintos accesos y autopistas del Área Metropolitana de Buenos Aires.

La Plaza Lavalle, frente a Tribunales, como otro punto de protesta. Foto: Juan Valeiro.
Pero a las cinco de la tarde, en Plaza Lavalle, todavía no había mucha gente, y por eso sorprendió que, de pronto, un cordón de 30 efectivos de la Policía de la Ciudad rodearan un grupo de 12 personas: siete eran jubilados y uno estaba en situación de calle, a quien la policía le dirigió toda su cortesía. “Tenemos una orden de ver si en su valija hay elementos contundentes”, dijo el oficial.
La situación fue tan absurda que demoró a esas personas, que estaban en la vereda tomando mate, durante más de media hora.
El contenido de la valija: frutas, pines y algo de ropa.
Los policías, frustrados, se fueron.

Foto: Juan Valeiro.
Momento nuevo de la República
Por encima de cualquier valla sobresalía la altura de Horacio Pietragalla –nieto restituido, ex secretario de Derechos Humanos– que transitó estas calles movilizadas como un militante más. “La idea de esta manifestación es señalar a los tres responsables de una de las acciones más violatorias de todas las garantías constitucionales de los últimos tiempos –explicó–. Estamos en un momento nuevo de la República, distinto, que ya vivieron otros países como Brasil, con la detención de Lula, pero acá siempre se dudaba si se iban a animar. Bueno, se animaron, y hay que empezar a mostrar el malestar que generó”.
Ese malestar empieza su tercer día de vigilia, ¿qué percibe? “En el conurbano hay mucha gente enojada, pero que no tiene los recursos para llegar a Capital y protestar. Pero esto va a ir creciendo cada vez más a partir, también, del malestar que genera la política de Milei. Muchos argentinos ven en Cristina la posibilidad real de que cambie su realidad social, pero hoy le sacaron esa herramienta. Yo creo que esto recién empieza”.
Trae su memoria: “Las Abuelas y las Madres siempre nos indicaron que hay que llorar adentro de la casa y que en la calle hay que luchar. La historia es larga, y tenemos mucha historia atrás para darnos cuenta de lo que están haciendo hoy: es parte de lo que ya sufrimos”.

Foto: Juan Valeiro.
Cartón y arroz hervido
Daniela (37), Teresa (37) y Marina (34) son tres cartoneras del barrio El Roble, de Almirante Brown, sur del conurbano. Trabajan en una cooperativa de reciclado del MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos). “Vinimos a apoyar a Cristina porque, aunque vos no lo creas, vivíamos mejor, teníamos un sueldo digno –empezó Daniela–. Ahora está todo congelado, el municipio quiere privatizar el trabajo, el precio del cartón baja, el del plástico también, y no hay para aguantar”.
Esa necesidad la ve en el barrio no sólo con la ausencia de trabajo, sino con el incremento del consumo de drogas en los más jóvenes: “Mi sobrino está perdido en la droga. Tiene 21 añitos. Pero no es sólo el, son todos los pibes que antes, más o menos, se la rebuscaban, pero ahora no tienen ni con qué”.
Teresa apuntó que ya ni hablan de llegar a fin de mes, sino al final de la semana, con suerte: “Hoy en día está todo caro y no podés hacer ni un guiso. Sólo un arroz hervido”.
Marina dijo, sin vueltas, que hay enojo en los barrios, pero algunos no marchan por el miedo de ver las represiones en las calles. “Algunos se conforman con lo que tienen. Otros, que lo votaron, se enojan porque no llegan a fin de mes, y entonces le digo: organizate”.
Sin embargo, ellas vinieron, con todo lo que cuesta, para esta convocatoria. ¿Qué esperan de acá en adelante?: “Queremos que Milei se vaya. Yo digo que si nos organizamos todos, y salimos todos para un mismo lugar, podemos lograrlo. Pero si se quedan en sus casas, como muchos están haciendo, no creo que podamos hacer mucho. Hay que salir”.

Foto: Juan Valeiro.
Apurando jueces por TV
Para Mila –21 años y militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP)-, la condena está poniendo en juego el sistema republicano de la democracia. “Más que un fallo judicial, es un fallo político. Se esclarece una falta de división de poderes por la presión que el Poder Judicial recibe tan fácilmente del sistema político, mediático y económico. Si se pueden dar el lujo de apurar a los jueces por TV, estamos ante un sistema totalmente cuajado”.
Sobre las medidas: “Es el momento de salir a militar. No sólo hay que poner el cuerpo, sino poder visibilizar, en todos lados, esta situación. Si este no es el momento, ¿cuál es? Sobre todo si te decís peronista, porque estás ante un hito histórico. Hay un valor muy interesante en lo que hizo Cristina que fue entender que su prisión, o sea su condena, es parte de la historia del peronismo. Y la está escribiendo ella. Es una dirigente que nos está marcando la cancha: asumió las consecuencias para poder volver a reunir al peronismo”.
Mila no duda de que tienen que ser horas de unidad: “Y la tenemos que sostener porque no vaya a ser cosa que esto se planche y empiecen las internas y las disputas, ahora más agraviadas al no estar Cristina en juego. Creo que, muy a su estilo, esta es una medida de ajedrecista para escribir un nuevo capítulo en la historia, una nueva página. Ahora, si el PJ la corre de la presidencia, eso va a ser una vergüenza. Espero que puedan sostenerlo. Porque algo que ella dijo es que tenemos que volver a ser militantes políticos, y esa es una tarea del peronismo: poder interpelar a la época, porque la gente se va a seguir cagando de hambre, los jubilados van a seguir cobrando mal, la economía se va a seguir estancando”.
No es sólo cuestión de urnas: “Hay que interpretar cómo ganar al armado cultural que este proyecto significa”.
Tres gordos
María Eugenia Cassani, 32 años, secretaria de Derechos Humanos del Sindicato de Trabajadores Judiciales de la República Argentina, gremio dentro de la CGT: “Desde el punto de vista jurídico la sentencia es una aberración: es para disciplinar y castigar a quien logró una redistribución de los ingresos con un 50 por ciento para los trabajadores. Pero no van a disciplinarnos por más que la metan presa a ella o a quien quieran. La historia marca que tarde o temprano el pueblo volvió y se volvió a pensar en otra forma justa de construir y repartir la riqueza”.
No sabe si esto alinea u ordena la situación, aunque arriesgó: “Por ahí esto ordena detrás de la persona por lo que está pasando, pero también atrás de lo que hay que defender y no permitir que pueda volver a pasar. Espero que esto traiga la posibilidad de darnos discusiones, no en plan internas: la diferencia es discutir por cargos por un lado, o tratar de conseguir una síntesis superadora que nos permita representar a un montón de gente”.
Pregunta compleja: ¿por qué no está la CGT? “La CGT está, como estás viendo, pero creo que hay una gran diferencia entre algunos dirigentes: la CGT son los y las trabajadoras, no son tres gordos. Además la CGT somos sindicatos como nosotros, pero también un laburante que su dirigente no dice nada pero está acá y trajo a sus compañeros de laburo”.
¿A quién le hablamos?
Las dos amigas se llaman Giuliana, las dos son arquitectas y las dos forman parte del Centro de Estudiantes de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la UBA. “La democracia está en peligro –dijo la primera Giuliana, que tiene 28 años–. Venimos a bancar aunque esto es un día a día de ver para dónde va la cosa”.
La segunda Giuliana, de 34 años, sobre estas horas complejas donde es difícil separar la ficción de la realidad: “Lo cierto es encontrarnos en la calle, con los compañeros, con el peronismo unido, porque eso también te da fortaleza para poder seguir y profundizar el análisis. Lo que sí nos preocupa es pensar si le estamos llegando a la gente que no es parte de la militancia. Todo está muy polarizado, hay gente que salió a festejar, entonces a mí me queda la duda de si le estamos hablando, realmente, al que no es militancia”.
Su amiga coincide: “No tenemos que quedarnos ensimismados en nuestras propias conclusiones. Es un momento para salir a convocar y generar espacios de participación sobre lo que significan nuestros derechos y la democracia: a los jubilados les pegan todos los miércoles por ir a manifestarse, a Cristina la meten presa sin ninguna prueba. Son cuestiones muy graves que, de alguna forma, hay que poner en la boca de la sociedad”.
Trotskismo y Cristina
Esta plaza también tuvo sorpresas que algunos celebraron, como la presencia real y concreta de sectores de izquierda históricamente críticos con el peronismo: por allí recorrían militantes del Movimiento de Trabajadores Socialistas (MTS) repartiendo volantes que repudian la condena y también había jóvenes con buzos rojos del Partido Obrero.
Uno de ellos era Nacho, presidente del centro de estudiantes del Joaquín V. González, cuyo buzo tenía el rostro de Mariano Ferreyra (militante asesinado por una patota de la Unión Ferroviaria en 2010) y las siglas de la Unión de Jóvenes Socialistas (UJS), rama juvenil del PO dentro del Frente de Izquierda. “Vemos el fallo de la Corte como un avance sobre las libertades democráticas”, explicó, con jóvenes de La Cámpora a metros suyo, una postal que refleja estos días. “Sin reivindicar la figura política de Cristina, vemos una escalada contra el pueblo que empezó el 20 de diciembre de 2023”.
Nacho trazó una cronología represiva que comenzó ese día y nunca se detuvo, con los miércoles de palos y gases a jubilados como mejor ejemplo de esta política libertaria. Sumó el intento de frenar el derecho a huelga, la lucha del Garrahan y la pelea que están llevando a nivel docencia: “No sólo por los salarios, sino porque en la Ciudad están poniendo en marcha una reforma que quita materia específicas y borra mucho contenido de formación de pensamiento crítico, lo cual es una degradación. Más allá de las diferencias que podemos tener con el peronismo, tenemos que unir todas las luchas contra Milei a nivel nacional, contra Macri en la Ciudad, y contra el plan económico que ataca a los trabajadores”.
El miércoles se prevé una movilización masiva a Comodoro Py, ¿van a participar?
Nacho respondió: “Lo charlaremos en asamblea”.
De fondo, una voz confirmó lo que muchas organizaciones venían comentando por lo bajo respecto de las pocas condiciones dadas para sostener la medida: el acampe y la vigilia se levantaban. Pero surgió otra propuesta: “Vamos todos a la casa de Cristina en la calle San José”.
Algunos se retiraron, como con ganas de algo más.
Otros se quedaron y marcharon.
La voz anunciaba: “Nos estamos preparando para la batalla del miércoles”.
Así, una caravana de cientos de personas partió hacia San José y Humberto 1º. Pese a la noche fría, esa esquina siguió con gente y expectativas en la calle.
Los días, en Argentina, y sobre todo en esta semana, ya no cambian a las veinticuatro horas, sino minuto a minuto.
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Motosierra privada: despidos en Secco, proveedora de mineras y petroleras

Trabajadores de la empresa Secco (proveedora de insumos para petroleras, mineras y petroquímicas) denuncian 37 despidos desde mayo de 2024, sin motivos ni explicaciones. El jueves volvieron a cortar la autopista del Buen Ayre y este viernes tuvieron la séptima audiencia en el Ministerio de Trabajo bonaerense “sin ningún avance”. El gobierno nacional y el bonaerense. La persecución ideológica. Y lo que los sostiene: la unidad con el resto de las luchas. Por Francisco Pandolfi
Secco es una multinacional proveedora de energía y de equipos para las industrias petroleras, mineras, petroquímicas y siderúrgicas. De origen argentino, tiene más de 2.000 empleados en el país y opera también en Chile, Brasil y Uruguay. Desde hace un tiempo ingresó en el negocio del litio alquilándoles a las empresas mineras los motogeneradores para dar energía eléctrica.
El logo de la empresa (ovalado, fondo blanco, letras azules), está presente desde hace más de un año en cada una de las movilizaciones que se hacen en el país: de jubilados, de la salud, de la educación reclamando por los que hasta ahora son 37 despidos.
La sangría se viene dando de a tandas, como estrategia de dispersar el conflicto. Pero los trabajadores tienen su propia estrategia. Ayer jueves por la tarde protestaron cortando la Autopista Camino del Buen Ayre y este viernes tuvieron la séptima audiencia en el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, sin ninguna respuesta. “Necesitamos visibilizar el conflicto porque estamos solos”, dicen.

Trabajadores de Secco reclamando en Arminera, exposición de La Rural en la que la empresa tuvo un stand.
Juan José Luis es uno de los despedidos y habla con lavaca. “El 3 de mayo del 2024 fueron los primeros siete despedidos, de la central de Ensenada. Ahí empezó el conflicto. Tomamos la central durante seis meses y logramos la reincorporación en ese lapso. Luego, conseguimos un acuerdo de trabajo con el Ceamse que los tomó por 4 meses, hasta que el negocio pasó a ser del Chiqui Tapia y rompieron el trato. Ahí el conflicto se profundizó y el 25 de abril de este año despidieron a otros cinco compañeros, tres de ellos de Córdoba. El 30 de abril, 5 más, donde caí yo en la volteada. Así en tandas, hasta ahora somos 37 familias perjudicadas sin respuestas. No dan explicaciones de por qué nos despiden”.
Juan José denuncia “una persecución y un hostigamiento muy puntual”. Explica: “Son despidos discriminatorios porque quienes fuimos echados estamos afiliados a la Agrupación de Trabajadores de la Energía Móvil, que pelea por los derechos laborales, pero también por el buen tratamiento ecológico. Echaron a varios delegados y ex delegados. Somos la única organización gremial dentro de la empresa –afiliada a la Fetera (Federación de los Trabajadores de Energía Eléctrica de la Argentina) y a la CTA– y eso les molesta, porque nos precarizan. Nosotros empezamos a organizarnos por un baño, sí, porque no teníamos un baño, imaginate la precarización. Ese es solo un ejemplo. Otro: trabajar en condiciones que ningún trabajador debería ni aguantaría, por ejemplo, manejando 18 horas en la ruta”.
El contexto según Juan José: “El problema no es únicamente Milei, que ya sabemos su embestida contra los derechos en general. En nuestro caso el gobierno de Kicillof es parte de lo que estamos viviendo, porque el Ministerio de Trabajo provincial no dicta la conciliación obligatoria, ni trata con rigor a la empresa. Hoy tuvimos la séptima audiencia y Secco no hizo más que ratificar los despidos, ofreciéndonos un monto de dinero que es irrisorio: ¿qué hacemos con 4 millones de pesos? Es una locura. Pero más allá de la plata, nosotros queremos trabajar”.
La fórmula que encontraron para no desmotivarse fue movilizarse una y otra vez por sus fuentes de empleo, y sumarse a otras luchas: “Empezamos a acompañar a los jubilados todos los miércoles, a solidarizarnos con trabajadores despedidos de otras empresas como los de Georgalos, estamos generando un movimiento que va más allá de lo económico, más bien moral, para aguantar esta época”.
En la marcha de jubilados del 12 de marzo –la misma en que fue impactado por una granada de gas lacrimógeno el fotógrafo Pablo Grillo– la Policía detuvo a tres trabajadores de Secco. Juan José corrió otra “suerte”. “Ese día me balearon, tengo 12 postas de bala de goma en la pierna izquierda”.
Hace dos meses, desde MU fuimos a ver y contar el Congreso Minero, una especie de universo paralelo que ocurrió en La Rural. En la puerta, estaban reclamando los trabajadores de Secco. Dentro, en el stand de la compañía, un gerente que no quiso dar su nombre aseguró:
–Te voy a decir una sola cosa, y nada más– mientras uno de sus laderos miraba fijo la credencial del cronista–. A esas personas se les terminó el contrato.
Las personas despedidas eran de planta permanente, no contratadas
Juan José, sin haber encontrado una solución al reclamo, ¿cuáles son los pasos a seguir?
Necesitamos que esto se difunda, es la única manera que el Ministerio de Trabajo pueda accionar algo. Es la única esperanza que tenemos. Mantenemos intacta la convicción de pelear por nuestros puestos de trabajo y por un futuro digno. Seguir adelante es nuestra victoria, porque más allá de nosotros, son todos los derechos laborales y la democracia lo que está en peligro en Argentina.

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Mapuches en Neuquén: 10.000 personas movilizadas contra la represión y en apoyo a las comunidades originarias

Este jueves se realizó una gran marcha en la provincia. Reclamos contra la represión, el concepto de «gobiernos de las petroleras». Los mapuche siguen exigiendo que se cumplan las leyes y los fallos judiciales (incluyendo a la Corte Suprema) sobre el otorgamiento de sus personerías jurídicas, lo que genera la represión por parte del gobierno.
Por Francisco Pandolfi
Fotos Equipo de comunicación y prensa de la Confederación Mapuche de Neuquén.
Más de 10 mil personas –casi diez cuadras– se movilizaron este jueves contra la represión que el gobierno de Neuquén desató el domingo pasado ante las comunidades nucleadas dentro de la Confederación Mapuche de Neuquén (19 personas detenidas y varias lastimadas), cuando reclamaba frente a la Casa de Gobierno el otorgamiento de las personerías jurídicas que el oficialismo al mando de Rolando Figueroa prometió y niega sistemáticamente.

Fotos ECyP Confederación Mapuche de Neuquén.
La violencia contra la ley
La cabeza de la marcha mostró una bandera: “No a la represión, no a los gobiernos de las petroleras”. Y una consigna: “Unidad en las luchas”. Eso es lo que se vio en las calles neuquinas, entre comunidades originarias, sindicatos, organismos de derechos humanos y organizaciones sociales para repudiar la violencia estatal y la falta de cumplimiento gubernamental: en 2013 la Corte Suprema de Justicia ordenó a la provincia regularizar el marco legal de las comunidades originarias, pero doce años después sigue sin cumplirse.

Fotos ECyP Confederación Mapuche de Neuquén.
El pedido de reconocimiento de personería jurídica en este caso es de cuatro comunidades mapuche: Newen Kura (Rincón de los Sauces), Fvta Xayen (paraje Tratayén, Añelo), Kelv Kura (Portezuelo) y Ragilew Cárdenas (Picún Leufú), que se habían encadenado la semana pasada hasta que la policía provincial las desalojó a golpes, palazos y a punta de pistolas.
Un policía le gritó a Jorge Nawel, referente de la Confederación: “Salí o te arranco la cabeza», mientras le apuntaba con una escopeta.
La propia situación exhibe que son los mapuche quienes defienden la ley, la Constitución (nacional y provincial) y los tratados internacionales firmados por el país con respecto a los pueblos indígenas (Convenio 169 de la OIT, por ejemplo). La violencia es la que utilizan los gobiernos para seguir dándole largas y no resolver el conflicto.
En esta nota previa a la marcha se explican los detalles de la represión y la vulneración de derechos que está ejerciendo el gobierno local. https://lavaca.org/actualidad/neuquen-represion-en-modo-milei-bullrich-a-la-confederacion-mapuche/
La marcha tuvo música, tambores y cientos de banderas mapuche. Y carteles que describieron el clima entre la gente:
- “La era de los títeres, nos gobiernan las petroleras”.
- “La deuda es con el Mapuzungun”.
- “¿Dónde están los derechos de los niños?” (La policía se llevó a dos adolescentes de 15 y 13 años y a uno le fisuraron las costillas a golpes).
- “Figueroa represor”.
- “Tobares renunciá”.
Jorge Tobares es el Ministro de Gobierno neuquino. El pedido de su alejamiento fue una de las consignas principales de la protesta.

Fotos ECyP Confederación Mapuche de Neuquén.
La palabra de la Confederación: “Una de las razones por la que pedimos la renuncia del Ministro de Gobierno es que no se puede tener un interlocutor que miente descaradamente y agravia la palabra mapuche. Salió a decir por los medios que nos faltaba completar los trámites, cuando cumplimos en todo”.
La movilización finalizó frente a la Casa de Gobierno, con un acto multitudinario donde se oyó la voz de la Confederación Mapuche de Neuquén: “Es un día histórico para la lucha del pueblo mapuche y para toda la provincia. Para repudiar la represión, sí, pero sobre todo para defender el derecho a la protesta, el derecho al agua. El pueblo mapuche está de pie y más fortalecido que nunca”.

Fotos ECyP Confederación Mapuche de Neuquén.
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Adiós Mary, chau Milei

Nuevo acto y marcha de jubiladas y jubilados reclamando por la motosierra aplicada a sus haberes. La policía de la Ciudad intentó detenerla, pero la manifestación partió de Congreso hasta llegar a Plaza de Mayo. La despedida a María Teresa López, la jubilada fallecida por la negativa del PAMI a brindarle tratamiento oncológico y las definiciones y reflexiones sobre el gobierno.
Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos: Juan Valeiro
“Milei, fracasaste, game over”.
Así dice el cartel que creó Carlos para la marcha de hoy.
Una mujer lleva un papel en el que escribió a mano: “No soy terrorista. Soy jubilada pisoteada y humillada por este gobierno”.

Golpes y gases. Esta vez, por parte de la policía de la Ciudad, que luego se retiró lo cual permitió que la marcha culminara sin incidente alguno.
Carlos, 72 años, argumenta en el mismo sentido: “Lleva 19 meses y no podemos nombrar ni dos medidas a favor de Argentina, en cultura, educación, salud, trabajo. Los capitales no llegan, los pibes hacen colas de 150 metros para un laburo de 500 lucas con suerte. No hizo nada por la sociedad”.
Carlos vive con su pareja en Avellaneda, sur del conurbano. Sigue trabajando porque no le alcanza para sobrevivir. “Soy plomero y aunque tengo varios problemas de salud no puedo no trabajar. Los 300 mil pesos que gano no alcanzan para nada”. Cuenta que dejó “los gustitos” que se daba: alguna factura a la tarde, un yogur de vez en cuando. Pero lo que más lamenta no es eso: “Tuve que hacer más espaciosas las salidas con mis nietos. Es lo que más daño me hace. Este gobierno genera eso: mucho daño”.
El malestar social crece y la acción de las jubiladas y jubilados es una muestra que se ratifica cada miércoles. Hoy al mediodía tomaron el PAMI en la provincia de Mendoza; por la tarde, en Buenos Aires, se concentraron como cada semana ante el Congreso. Esta vez, además, caminaron a Plaza de Mayo bajo la consigna “marcha anti represiva y contra el veto presidencial”.

Geopolítica de la actualidad argentina, tras la vergonzosa intervención del supuesto futuro embajador norteamericano en Argentina, y el más vegonzoso silencio oficial al respecto.
También está presente el recuerdo de María Teresa López, la jubilada que murió este domingo de un cáncer terminal, mientras el gobierno le negaba acceso a sus medicamentos.
Las comparaciones son ilustrativas
Las leyes aprobadas por el Senado hace dos semanas –suba de las jubilaciones, ley de moratoria previsional y emergencia en discapacidad– ya están en Casa Rosada y el Poder Ejecutivo debe promulgar o vetar la ley antes del 4 de agosto. Este lunes, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, afirmó: “No tenemos los recursos para pagar el aumento a jubilados”. De confirmarse el veto, para revertirlo, la oposición tendría que reunir dos tercios en cada cámara del Congreso.
Carlos opina: “Ya compraron que no salga el rechazo al veto, quedó claro con el acuerdo de De Loredo en Córdoba con la Libertad Avanza. Yo soy radical, y me duele un montón. Pero la lucha sigue. Vetará la ley, y nos seguirá teniendo acá, como cada miércoles”.
La jubilación mínima es de 379.000 pesos. Con el aumento votado en el senado se iría a 441.600. Un número muy distinto del sueldo mensual, por poner un caso, de Demian Reidel, titular de la empresa pública Nucleoeléctrica y quien hasta pocas horas era el jefe de Asesores de la presidencia: $14.134.792,15.
O sea, 37 jubilaciones mínimas.

No suele faltar el accionar policial contra quienes manifiestan.
¿Qué es el equilibrio?
Antes de marchar se hace la habitual “radio abierta” frente al Congreso. Se habla de resistencia y de persistencia. De seguir en la calle para enfrentar el veto. De tener fuerza para lo que viene: “La motosierra que seguirá atacando”.
Hay una señora con una botella de agua en una mano y un libro en la otra, insultando a viva voz por la privatización de AySA (Agua y Saneamientos Argentinos). Hay trabajadores despedidos de las empresas Secco y Georgalos, y los que representan a los hospitales Garrahan y Posadas, en pleno conflicto salarial. Hay carteles contra el ministro de salud Mario Lugones. En otros casos las pancartas exigen justicia por Pablo Grillo, el fotógrafo que sigue rehabilitándose tras ser baleado por Gendarmería el 12 de marzo pasado. También está Beatriz Blanco, la jubilada que aquel día fue golpeada y tirada al suelo por la Policía.
Juan Manuel, 61 años, lleva un cartel que ahorra metáforas, calificando al presidente Milei como “paparulo” y sugiriendo con rima, dónde ubicar el veto. Ahonda en la opinión: “Dicen que no pueden aumentarnos para mantener el equilibrio fiscal y eso es una estupidez. En poquísimos países del mundo hay superávit fiscal porque ese no puede ser el eje del gobierno, sino que la gente viva bien, que no se muera de hambre”.
¿Si el veto se confirma? “En octubre habrá que votar legisladores que defiendan al pueblo y nosotros estar en la calle, así de sencillo”.

Vacaciones de invierno
Empieza la marcha desde Congreso a Plaza de Mayo, primero por Rivadavia, luego por Avenida de Mayo. Cuatro cuadras entre jubilados y organizaciones de derechos humanos y sociales fluyen hasta la calle Salta, cuando un cordón de la Policía de la Ciudad impide el paso incluso por la vereda, rompiendo el protocolo implementado por Patricia Bullrich.
Tras unos minutos de tensión y una lanzada de gas lacrimógeno por parte de la policía, con golpes a jubilados y reporteros gráficos, el cordón de uniformados se abre y la movilización continúa hasta la Casa Rosada.
Dato no menor: la policía porteña es la única que actuó hoy, a diferencia de los miércoles anteriores en los que prevalecieron las fuerzas federales (Gendarmería, Prefectura, Aeroportuaria y la Federal).
Durante la caminata se canta:
Se pensaban que nos habían cagado,
porque éramos unos viejos meados;
pero ahora, con lucha y con paciencia
va creciendo la nueva resistencia…
Luche que se van,
luche que se van.
Lo escuchan muchas familias con infancias que pasean por la zona, en plenas vacaciones de invierno. Los chicos preguntan. Los grandes contestan. Todos miran.
Las y los jubilados siguen cantando:
Qué lo vengan a ver, qué lo vengan a ver,
jubilados enseñan cómo luchar a la CGT.

En la marcha se recordó el conflicto en el Hospial Garrahan.
Economía oncológica
Ana es de Barracas y tiene 74 años. Dice que no le recomienda a nadie ganar poquito más de 300 mil pesos. Ni tener un marido que tampoco llegue a los 400 mil, ni tener que alquilar con esas jubilaciones. Cuenta que le da aliento la rebeldía de los jubilados que entraron al PAMI de Mendoza a reclamar por la gratuidad de todos los medicamentos, y también la ilusiona la marcha de hoy, la más multitudinaria de los últimos miércoles. “Estamos empeñados en seguir adelante, necesitamos un gran cordobazo, una movilización que una a todas las personas que sufrimos las consecuencias de este gobierno”.
Al llegar a Plaza de Mayo se lee un documento consensuado por todas las organizaciones que integran la mesa de jubilados. En el acto se nombra, se homenajea y se llora a María Teresa López, jubilada que falleció el domingo a la madrugada, quien no recibía los remedios oncológicos, negados por el PAMI en modo motosierra. Tenía 67 años, integraba Jubilados Insurgentes y era asambleísta ambiental de su ciudad natal, Caleta Olivia, donde denunció la contaminación del agua por empresas petroleras.
“Para nosotros fue un ejemplo porque luchó hasta el último día de su vida”, plantea Zulema, compañera de lucha y de calle. Ella y sus compañeros y compañeras tienen un cartel que dice: “Justicia por Mary. Lugones y PAMI son responsables”. Zulema recuerda las protestas con Mary frente al PAMI. Muchas veces aceleraron algún trámite, pero el recorte brutal del gobierno la dejó sin medicamentos.
“A pesar de que tenía un cáncer terminal, venía al Congreso todos los miércoles. La recordamos así, en la calle, porque nos da fuerza. Si ella en ese estado luchaba incansablemente, nosotros no podemos dejar esta pelea. Denunciamos al Estado, a Milei, a Lugones, y a todos los que están involucrados en el crimen de Mary y en este genocidio permanente ”.

Uno de los grupos de jubilados, en Plaza de Mayo.
En el acto, al jubilado que recuerda a Mary se le quiebra la voz. Como en la ceremonia de las Madres todos los jueves, en esta misma Plaza, propone un coro:
–Mary, presente: ¡ahora!
–Y siempre.
–¡Ahora!
–Y siempre.
Se despiden. Un hombre se va gritando “¡Fuera Milei cagador!”. Todos se saludan. No hace falta aclarar que las personas más movilizadas de esta época no necesitan que nadie las convoque: el próximo miércoles, a más tardar, volverán a hacerse oír.
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