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Ley Gases: masiva movilización y brutal represión

La llamada Ley Bases fue aprobada en general, tras un empate que fue destrabado por el voto de la vicepresidenta Victoria Villarruel. Quedaba pendiente sin embargo la votación en particular, que podía desinflar ese triunfo conseguido con negociaciones del oficialismo que superaron las peores prácticas de la casta.
En la calle ocurrió otra cosa, que bien puede considerarse la Ley de Gases. La culminación nocturna fueron los masivos cacerolazos en todos los barrios porteños contra la ley. Antes, la represión había sido una constante desde después del mediodía, cuando se retiró la gran mayoría de los sindicatos que coparon la plaza durante la mañana: al cierre de esta edición Correpi confirmó a lavaca al menos 31 detenciones. Cómo fue el día, qué pasó. El testimonio y las fotos de quienes fueron atacados. La vendedora ambulante agredida por los gases, y por la factura de luz. La bandera de Aerolíneas Argentinas fabricada en 2001 y que volvió a la plaza hoy. Los que se quedaron todo el día, las imágenes y las miradas sobre lo que viene de ahora en más.
Fotos de Lina Etchesuri y Juan Valeiro.
A eso de las 4 de la tarde, muchas de las columnas de los sindicatos se van. Quedan algunas, algunos partidos y la nunca bien ponderada “gente suelta”. Vecinas y vecinos, asambleas, jubiladas y jubilados. Y manifestantes que arrojan algunos piedrazos, los menos, actitud que toman las fuerzas federales para avanzar de manera violenta sobre toda la masa de gente que protesta.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
De manera sincrónica, la Policía Federal, Prefectura y Gendarmería avanzan desde Callao por Hipólito Irigoyen, y también por Avenida de Mayo, a pura bala de goma y gases lacrimógenos. Avanza, una, dos, tres cuadras, en dirección a la 9 de Julio; avanzan lanzando cada vez más balazos de goma, y lanzando cada vez más gases. Avanzan hasta pararse sobre Rodríguez Peña, en la punta de la Plaza de los Dos Congresos y así la desconcentran totalmente.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
La dejan vacía.
Pero ahí no termina la represión. Porque mientras la gente se aleja por Avenida de Mayo, obligada por los balazos que les tiran, hay gases que infiltrados hacen caer en medio de la multitud huyendo. Grupos infiltrados fueron también autores de quema de auto, incluido un móvil de una radio cordobesa, como forma de justificar la represión policial.
Todo es desesperación. Ojos irritados. Gargantas que se cierran. La gente corre ahogada por los gases.



Fotos: Juan Valeiro para lavaca
Por la ley de gases. Un jubilado, 85 años, aplaude irónicamente a centímetros de la cara de los policías: “Cobardes, cagones, basuras”. Otra jubilada dice que es una vergüenza que esos mismos oficiales repriman a su pueblo: “Somos personas que podemos ser sus padres, sus abuelos. Y están ahí parados, reprimiéndonos”.
Gabriel, con los ojos ardidos, dice que “esto, así, se parece a una dictadura; no pueden bombardear a la gente que está protestando”. Lleva puesta una gorra con una estampa: “Abajo la Ley Bases”. Y se pregunta, indignado: ¿Uno no se puede quejar? ¿No falta el hambre?”.



Fotos: Juan Valeiro para lavaca
Una vendedora ambulante se rasca, también, los ojos. A su lado, los bultos todos tapados de lo que era mercadería para vender y ahora para llevar de vuelta a su casa. “Vine a trabajar. Y cuando vimos que se armó quisimos salir y no pudimos, nos pusimos al lado del banquito, con las cosas. Yo no soy manifestante, pensé que no me iban a tirar. Pero un policía nos pateó un gas”, relata. Los manifestantes la ayudaron: “Me dieron un poco de agua, limón me dieron”. Recién se está recuperando, mientras la policía sigue avanzando sobre Avenida de Mayo.
Ya calmada, cuenta que siempre trabajan en las movilizaciones, vendiendo bebidas. “Como había gente vinimos, no sabíamos que iba a pasar esto. Ahora tenemos que esperar al flete, pero está todo cortado. Me voy a sentar acá y tomar un poco más de agua”, dice tomándose el horror con tranquilidad.
¿De lo que pasa dentro del Congreso? “Ni idea, no vine a la manifestación, vine a trabajar. Sé que afecta todo pero… si yo no trabajo, ¿cómo pago el alquiler de donde vivo? ¿La luz, que me vino 74 mil pesos? No puedo quedarme en casa sentada”.
¿Tiene más gastos que antes? “Sí, agua, luz, Internet, el alquiler… gracias a dios tengo 3 años de contrato y eso se mantiene, pero las expensas subieron. Y bueno, me arriesgué hoy pensando que iba a estar más tranquilo… y ahora tengo que pagar el flete, ¡me cobra 15 mil pesos!”. Para que venga el flete, falta.
Mientras, del otro lado, dos jóvenes de menos de treinta pasan al lado de la Gendarmería y los alientan: les levantan los brazos, como diciendo “bien”, “vamos”. Y apuran el trote para salir de escena rumbo al Congreso.

Fotos: Juan Valeiro para lavaca
La historia en loop
Pos represión, la Policía Federal corta la calle Bartolomé Mitre y la Prefectura Nacional Argentina, Callao. De este otro lado de la Plaza no se puede estar a más de una cuadra del Congreso. Decenas de personas – ya no cientos- se concentran en esa esquina para expresar su rechazo a la Ley: le gritan a los efectivos, cantan canciones, expresan su rabia y la impotencia frente al violento operativo. Hay jubilados con barbijo, estudiantes, trabajadores; y está Federico, desplegando una bandera amarillenta de Argentina con un lema que es y no es actual: “No vendan Aerolíneas”.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
“Soy cuarta generación de familia trabajadora de Aerolíneas”, explica y cuenta que la bandera fue hecha por su madre durante el 2001, época en que la empresa pasó a manos del Grupo Marsans. “Mi vieja encabezó las manifestaciones”, relata él, que recoge el guante y la tela. “Mi abuelo me contaba que siempre me pasaba lo mismo: la gente se desesperaba porque estaba en riesgo Aerolíneas. Es un loop, cíclico. Y dependiendo de los gobiernos que pasan, para unos es una cuestión de soberanía, para otros una caja chica, pero siempre soportamos abates fuertes que nos meten”.
Si bien la última versión de la Ley Bases descarta una nueva privatización de la empresa (estatizada nuevamente en 2008), Federico alerta que la norma de igual forma atenta contra una empresa estatal de estas características: “Ahora se nos viene más complicada por la cuestion de cielos abiertos. La privatización es una pequeña batalla entre muchas. El desguace no es solo por las privatizaciones. Si bien era lo más fácil achicarla y cerrarla, lo que se viene con cielos abiertos es la batalla más grande. Hay ejemplos como Peré, donde desaparecieron las líneas peruanas. Aerolíneas sigue en riesgo porque la política de cielos abiertos es lo más amenazante”.

Fotos: Juan Valeiro para lavaca
Pedro Ávalos está en silla de ruedas. Es abogado y responsable del área de discapacidad de la Confederación de Jubilados. Dice que el 30% de las personas mayores de 65 años tiene alguna forma de discapacidad. Y como la discapacidad es un costo, la política de Milei es el recorte. En la práctica, se están cuestionando las pensiones no contributivas para las personas con discapacidad, lo que se paga a las personas que asisten a quienes tienen alguna discapacidad, se cuestiona todo lo que avanzamos a partir de la sanción de la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad. No son privilegios, son derechos ganados. Y esta Ley Bases es un nuevo recorte hacia nosotros. En el artículo segundo, todos los fondos fiduciarios se destinan a renta generales, entre ellas la de vivienda. El 5% de la vivienda social corresponde a personas con discapacidad. Con su aprobación, se termina cualquier posibilidad de acceder a la vivienda digna”.
A su lado está Nilda, que tiene unos aros amarillos, rojos, verdes y negros. Tiene 74 años, nació en Salta y es de la comunidad quechua. Flamea una whipala, mientras dice que “estas leyes atentan contra tratados internacionales que resguardan los derechos de los pueblos originarios”. Y explica el perjuicio de esta ley para los pueblos originarios: “Esta ley corta de lleno la soberanía, la autodeterminación que tenemos como pueblos naciones”. Y denuncia la inconstitucionalidad del alcance que puede tener el Régimen de Incentivo para Grandes Fortunas (RIGI): “Antes de que el gobierno intente hacer cualquier reforma a nuestros territorios, debe existir una consulta libre, previa e informada. Esta ley sólo quiere beneficiar a los grandes financistas del planeta, a quienes no les importa la vida”.
Quienes saben de valores son los trabajadores de la Unión Solidaria de Trabajadores (UST), una cooperativa de trabajo que recuperó sus puestos de trabajo en el CEAMSE y defiende los valores autogestivos hace 21 años, convirtiendo el basural en un centro agroecológico, polideportivo, gimnasio y biblioteca. Mario Barrios, su presidente, avanza con sus compañeros por Avenida de Mayo: “Para nosotros se juega el futuro. No estén potencian el RIGI, que autoriza y dejan que vengan por 30 años a explotar nuestros recursos sin comprar un alfiler”. Para Barrios tampoco es casualidad la fecha: “El 12 de junio del ‘56 fusilaron a Juan José Valle (general peronista que lideró una sublevación contra la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu), y hoy eligieron esta misma fecha para aprobar esta ley. Pero vamos a seguir peleando por los derechos de los trabajadores, todos los días, porque cuando bajás la guardia te sacan todo lo que lograste».
Liliana Patiño tiene 78 años, es jubilada y vive en Morón, conurbano bonaerense. Dice que vino a interpelar a los senadores, para que tengan “honor” y “dignidad”, dos conceptos que la Policía sepultó a gases, balazos y detenciones. “Saben lo que están haciendo, lo que están regalando, y no tienen vergüenza. Les pido que, al menos, justifiquen los sueldos que se dan a sí mismos. Saben que están regalando el país”. Liliana está enojada, como mucha gente en esta plaza: “No nos vamos a olvidar quiénes son. Si no les importa arrastrar por el barro sus apellidos, que al menos piensen en sus hijos que lo van a heredar. Están escupiendo a la patria, pero a ellos los va a escupir la historia”.
El nuevo hit
La noche ya cayó. Los últimos senadores hablan, mientras afuera la concentración se mantiene, dispersa. La Plaza de los Dos Congresos sigue vacía, pero no completamente: sentadas en uno de sus bancos están Marta y Alicia, tapándose con una bandera sus pies y compartiendo un mate en un termo rojo. A “Ali” se la escucha decir “¡sinvergüenza!” a un policía que pasa. Está enojadísima. Dice: “Estábamos hablando de los policías… A mí me dan pena las chicas policías, muy jovencitas; en este último tiempo, ¿qué otro trabajo pueden tener además que éste?”. Marta arriesga: “Un trabajo honesto, algo útil para la comunidad: paramédico, podóloga…”.
Las amigas discuten, putean, se ríen. Alicia se define como “la pesimista” y Marta como “la optimista”. O la realista y la terca, se dicen. Tienen pinta de que no es su primera movilización… Alicia: “Me sorprendió el operativo. Al mediodía éramos tantos que pensé que no iban a reprimir. Pero después se empezó a ver el avance y la provocación”.
¿Qué pasó que éramos tantos, y ahora están solas? “Los gases, la goma… La gente se escondió. Nosotras zafamos”.
Desde adentro del Congreso, ¿qué sabemos? “Siguen como si nada, les chupa un huevo”. ¿El partido ya está jugado? “La presencia en la calle siempre contribuye”, expresa Alicia. Marta: “No vamos a dejar la calle. Nos van a hacer mierda pero…”. Alicia: “Esto no termina hoy”.
Cómo definen al gobierno: “Es una aceleración del proceso que terminó en el 2001. Yo estoy realmente deprimida”. Marta: “No, yo no”. Alicia: “Están terminando con nuestra dignidad. Hoy venía en el subte, veía la indiferencia que hay… Yo soy de hablar en el subte, pero esta vez no hablé. Me pareció al pedo, el que está mirando el celular y boludeando, no sabe qué día es hoy…”. ¿Qué ibas a decir? “Que todas las personas que están en el vagón vivieron el Bicentenario, cuando se cumplieron 200 años desde que empezamos a no ser una colonia. Y lo vivimos todos, todos. Los que votaron a Milei, los que votaron al PRO, a Cristina, lo vivieron como un hecho trascendental. Y este -por la Ley Bases- es un hecho trascendental, también. Van a modificar la Constitución Nacional. Esto no es una ley más, que la mitad de la gente no tiene ni puta idea de qué se trata. Es una reforma que a cualquier otro gobierno le va a costar un huevo poder volver a reformarla. Me da bronca la indiferencia y también que quienes están a cargo se venden por dos monedas”.
Marta: “Lousteau que hoy parece un héroe, ya sabemos quién es”. Alicia: “Pero por lo menos dijo no”.
Dos personas que pasan por la Plaza escuchan y se prenden a la charla. “Pero dio quórum”, subraya una. “Y votó en contra del cuarto intermedio”, suma la otra. Marta concluye: “Ah, el sorete de siempre”. Alicia: “Típico de radical”.
Otra mujer se acerca, sola; se ve, tiene ganas de hablar. “Parece que hubo una guerra acá”, dice señalando el desastre. “Qué hijos de puta”, dicen las amigas, y las tres se quedan charlando mientras empiezan a sonar cacerolas de distintas partes de la ciudad.


Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Cerca del Congreso reina una tensa calma.
Algunos policías aprovechan para entrar por una puertita al Cine Gaumont para hacer sus necesidades.
Otras personas se agrupan en las esquinas.

Una jubilada plantó un parlante y ensaya un karaoke en la puerta del Congreso. Canta con pasión y también con alegría. Contagia, con el tema “Resistiré”:
Resistiré
Erguido frente a todo
Me volveré de hierro para endurecer la piel
Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
Soy como el junco que se dobla
Pero siempre sigue en pie
La señora termina y la hinchada se exalta y se emociona. “Argentina-Argentina”, completa con aplausos.
La señora se dobla en señal de reconocimiento. Se vuelve a erguir, y dice: “Acá estamos para decir que estamos presentes. Para decir que nada ni nadie va a decidir por nosotros. Porque nosotros somos el pueblo, carajo».
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Motosierra privada: despidos en Secco, proveedora de mineras y petroleras

Trabajadores de la empresa Secco (proveedora de insumos para petroleras, mineras y petroquímicas) denuncian 37 despidos desde mayo de 2024, sin motivos ni explicaciones. El jueves volvieron a cortar la autopista del Buen Ayre y este viernes tuvieron la séptima audiencia en el Ministerio de Trabajo bonaerense “sin ningún avance”. El gobierno nacional y el bonaerense. La persecución ideológica. Y lo que los sostiene: la unidad con el resto de las luchas. Por Francisco Pandolfi
Secco es una multinacional proveedora de energía y de equipos para las industrias petroleras, mineras, petroquímicas y siderúrgicas. De origen argentino, tiene más de 2.000 empleados en el país y opera también en Chile, Brasil y Uruguay. Desde hace un tiempo ingresó en el negocio del litio alquilándoles a las empresas mineras los motogeneradores para dar energía eléctrica.
El logo de la empresa (ovalado, fondo blanco, letras azules), está presente desde hace más de un año en cada una de las movilizaciones que se hacen en el país: de jubilados, de la salud, de la educación reclamando por los que hasta ahora son 37 despidos.
La sangría se viene dando de a tandas, como estrategia de dispersar el conflicto. Pero los trabajadores tienen su propia estrategia. Ayer jueves por la tarde protestaron cortando la Autopista Camino del Buen Ayre y este viernes tuvieron la séptima audiencia en el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, sin ninguna respuesta. “Necesitamos visibilizar el conflicto porque estamos solos”, dicen.

Trabajadores de Secco reclamando en Arminera, exposición de La Rural en la que la empresa tuvo un stand.
Juan José Luis es uno de los despedidos y habla con lavaca. “El 3 de mayo del 2024 fueron los primeros siete despedidos, de la central de Ensenada. Ahí empezó el conflicto. Tomamos la central durante seis meses y logramos la reincorporación en ese lapso. Luego, conseguimos un acuerdo de trabajo con el Ceamse que los tomó por 4 meses, hasta que el negocio pasó a ser del Chiqui Tapia y rompieron el trato. Ahí el conflicto se profundizó y el 25 de abril de este año despidieron a otros cinco compañeros, tres de ellos de Córdoba. El 30 de abril, 5 más, donde caí yo en la volteada. Así en tandas, hasta ahora somos 37 familias perjudicadas sin respuestas. No dan explicaciones de por qué nos despiden”.
Juan José denuncia “una persecución y un hostigamiento muy puntual”. Explica: “Son despidos discriminatorios porque quienes fuimos echados estamos afiliados a la Agrupación de Trabajadores de la Energía Móvil, que pelea por los derechos laborales, pero también por el buen tratamiento ecológico. Echaron a varios delegados y ex delegados. Somos la única organización gremial dentro de la empresa –afiliada a la Fetera (Federación de los Trabajadores de Energía Eléctrica de la Argentina) y a la CTA– y eso les molesta, porque nos precarizan. Nosotros empezamos a organizarnos por un baño, sí, porque no teníamos un baño, imaginate la precarización. Ese es solo un ejemplo. Otro: trabajar en condiciones que ningún trabajador debería ni aguantaría, por ejemplo, manejando 18 horas en la ruta”.
El contexto según Juan José: “El problema no es únicamente Milei, que ya sabemos su embestida contra los derechos en general. En nuestro caso el gobierno de Kicillof es parte de lo que estamos viviendo, porque el Ministerio de Trabajo provincial no dicta la conciliación obligatoria, ni trata con rigor a la empresa. Hoy tuvimos la séptima audiencia y Secco no hizo más que ratificar los despidos, ofreciéndonos un monto de dinero que es irrisorio: ¿qué hacemos con 4 millones de pesos? Es una locura. Pero más allá de la plata, nosotros queremos trabajar”.
La fórmula que encontraron para no desmotivarse fue movilizarse una y otra vez por sus fuentes de empleo, y sumarse a otras luchas: “Empezamos a acompañar a los jubilados todos los miércoles, a solidarizarnos con trabajadores despedidos de otras empresas como los de Georgalos, estamos generando un movimiento que va más allá de lo económico, más bien moral, para aguantar esta época”.
En la marcha de jubilados del 12 de marzo –la misma en que fue impactado por una granada de gas lacrimógeno el fotógrafo Pablo Grillo– la Policía detuvo a tres trabajadores de Secco. Juan José corrió otra “suerte”. “Ese día me balearon, tengo 12 postas de bala de goma en la pierna izquierda”.
Hace dos meses, desde MU fuimos a ver y contar el Congreso Minero, una especie de universo paralelo que ocurrió en La Rural. En la puerta, estaban reclamando los trabajadores de Secco. Dentro, en el stand de la compañía, un gerente que no quiso dar su nombre aseguró:
–Te voy a decir una sola cosa, y nada más– mientras uno de sus laderos miraba fijo la credencial del cronista–. A esas personas se les terminó el contrato.
Las personas despedidas eran de planta permanente, no contratadas
Juan José, sin haber encontrado una solución al reclamo, ¿cuáles son los pasos a seguir?
Necesitamos que esto se difunda, es la única manera que el Ministerio de Trabajo pueda accionar algo. Es la única esperanza que tenemos. Mantenemos intacta la convicción de pelear por nuestros puestos de trabajo y por un futuro digno. Seguir adelante es nuestra victoria, porque más allá de nosotros, son todos los derechos laborales y la democracia lo que está en peligro en Argentina.

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Mapuches en Neuquén: 10.000 personas movilizadas contra la represión y en apoyo a las comunidades originarias

Este jueves se realizó una gran marcha en la provincia. Reclamos contra la represión, el concepto de «gobiernos de las petroleras». Los mapuche siguen exigiendo que se cumplan las leyes y los fallos judiciales (incluyendo a la Corte Suprema) sobre el otorgamiento de sus personerías jurídicas, lo que genera la represión por parte del gobierno.
Por Francisco Pandolfi
Fotos Equipo de comunicación y prensa de la Confederación Mapuche de Neuquén.
Más de 10 mil personas –casi diez cuadras– se movilizaron este jueves contra la represión que el gobierno de Neuquén desató el domingo pasado ante las comunidades nucleadas dentro de la Confederación Mapuche de Neuquén (19 personas detenidas y varias lastimadas), cuando reclamaba frente a la Casa de Gobierno el otorgamiento de las personerías jurídicas que el oficialismo al mando de Rolando Figueroa prometió y niega sistemáticamente.

Fotos ECyP Confederación Mapuche de Neuquén.
La violencia contra la ley
La cabeza de la marcha mostró una bandera: “No a la represión, no a los gobiernos de las petroleras”. Y una consigna: “Unidad en las luchas”. Eso es lo que se vio en las calles neuquinas, entre comunidades originarias, sindicatos, organismos de derechos humanos y organizaciones sociales para repudiar la violencia estatal y la falta de cumplimiento gubernamental: en 2013 la Corte Suprema de Justicia ordenó a la provincia regularizar el marco legal de las comunidades originarias, pero doce años después sigue sin cumplirse.

Fotos ECyP Confederación Mapuche de Neuquén.
El pedido de reconocimiento de personería jurídica en este caso es de cuatro comunidades mapuche: Newen Kura (Rincón de los Sauces), Fvta Xayen (paraje Tratayén, Añelo), Kelv Kura (Portezuelo) y Ragilew Cárdenas (Picún Leufú), que se habían encadenado la semana pasada hasta que la policía provincial las desalojó a golpes, palazos y a punta de pistolas.
Un policía le gritó a Jorge Nawel, referente de la Confederación: “Salí o te arranco la cabeza», mientras le apuntaba con una escopeta.
La propia situación exhibe que son los mapuche quienes defienden la ley, la Constitución (nacional y provincial) y los tratados internacionales firmados por el país con respecto a los pueblos indígenas (Convenio 169 de la OIT, por ejemplo). La violencia es la que utilizan los gobiernos para seguir dándole largas y no resolver el conflicto.
En esta nota previa a la marcha se explican los detalles de la represión y la vulneración de derechos que está ejerciendo el gobierno local. https://lavaca.org/actualidad/neuquen-represion-en-modo-milei-bullrich-a-la-confederacion-mapuche/
La marcha tuvo música, tambores y cientos de banderas mapuche. Y carteles que describieron el clima entre la gente:
- “La era de los títeres, nos gobiernan las petroleras”.
- “La deuda es con el Mapuzungun”.
- “¿Dónde están los derechos de los niños?” (La policía se llevó a dos adolescentes de 15 y 13 años y a uno le fisuraron las costillas a golpes).
- “Figueroa represor”.
- “Tobares renunciá”.
Jorge Tobares es el Ministro de Gobierno neuquino. El pedido de su alejamiento fue una de las consignas principales de la protesta.

Fotos ECyP Confederación Mapuche de Neuquén.
La palabra de la Confederación: “Una de las razones por la que pedimos la renuncia del Ministro de Gobierno es que no se puede tener un interlocutor que miente descaradamente y agravia la palabra mapuche. Salió a decir por los medios que nos faltaba completar los trámites, cuando cumplimos en todo”.
La movilización finalizó frente a la Casa de Gobierno, con un acto multitudinario donde se oyó la voz de la Confederación Mapuche de Neuquén: “Es un día histórico para la lucha del pueblo mapuche y para toda la provincia. Para repudiar la represión, sí, pero sobre todo para defender el derecho a la protesta, el derecho al agua. El pueblo mapuche está de pie y más fortalecido que nunca”.

Fotos ECyP Confederación Mapuche de Neuquén.
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Adiós Mary, chau Milei

Nuevo acto y marcha de jubiladas y jubilados reclamando por la motosierra aplicada a sus haberes. La policía de la Ciudad intentó detenerla, pero la manifestación partió de Congreso hasta llegar a Plaza de Mayo. La despedida a María Teresa López, la jubilada fallecida por la negativa del PAMI a brindarle tratamiento oncológico y las definiciones y reflexiones sobre el gobierno.
Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos: Juan Valeiro
“Milei, fracasaste, game over”.
Así dice el cartel que creó Carlos para la marcha de hoy.
Una mujer lleva un papel en el que escribió a mano: “No soy terrorista. Soy jubilada pisoteada y humillada por este gobierno”.

Golpes y gases. Esta vez, por parte de la policía de la Ciudad, que luego se retiró lo cual permitió que la marcha culminara sin incidente alguno.
Carlos, 72 años, argumenta en el mismo sentido: “Lleva 19 meses y no podemos nombrar ni dos medidas a favor de Argentina, en cultura, educación, salud, trabajo. Los capitales no llegan, los pibes hacen colas de 150 metros para un laburo de 500 lucas con suerte. No hizo nada por la sociedad”.
Carlos vive con su pareja en Avellaneda, sur del conurbano. Sigue trabajando porque no le alcanza para sobrevivir. “Soy plomero y aunque tengo varios problemas de salud no puedo no trabajar. Los 300 mil pesos que gano no alcanzan para nada”. Cuenta que dejó “los gustitos” que se daba: alguna factura a la tarde, un yogur de vez en cuando. Pero lo que más lamenta no es eso: “Tuve que hacer más espaciosas las salidas con mis nietos. Es lo que más daño me hace. Este gobierno genera eso: mucho daño”.
El malestar social crece y la acción de las jubiladas y jubilados es una muestra que se ratifica cada miércoles. Hoy al mediodía tomaron el PAMI en la provincia de Mendoza; por la tarde, en Buenos Aires, se concentraron como cada semana ante el Congreso. Esta vez, además, caminaron a Plaza de Mayo bajo la consigna “marcha anti represiva y contra el veto presidencial”.

Geopolítica de la actualidad argentina, tras la vergonzosa intervención del supuesto futuro embajador norteamericano en Argentina, y el más vegonzoso silencio oficial al respecto.
También está presente el recuerdo de María Teresa López, la jubilada que murió este domingo de un cáncer terminal, mientras el gobierno le negaba acceso a sus medicamentos.
Las comparaciones son ilustrativas
Las leyes aprobadas por el Senado hace dos semanas –suba de las jubilaciones, ley de moratoria previsional y emergencia en discapacidad– ya están en Casa Rosada y el Poder Ejecutivo debe promulgar o vetar la ley antes del 4 de agosto. Este lunes, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, afirmó: “No tenemos los recursos para pagar el aumento a jubilados”. De confirmarse el veto, para revertirlo, la oposición tendría que reunir dos tercios en cada cámara del Congreso.
Carlos opina: “Ya compraron que no salga el rechazo al veto, quedó claro con el acuerdo de De Loredo en Córdoba con la Libertad Avanza. Yo soy radical, y me duele un montón. Pero la lucha sigue. Vetará la ley, y nos seguirá teniendo acá, como cada miércoles”.
La jubilación mínima es de 379.000 pesos. Con el aumento votado en el senado se iría a 441.600. Un número muy distinto del sueldo mensual, por poner un caso, de Demian Reidel, titular de la empresa pública Nucleoeléctrica y quien hasta pocas horas era el jefe de Asesores de la presidencia: $14.134.792,15.
O sea, 37 jubilaciones mínimas.

No suele faltar el accionar policial contra quienes manifiestan.
¿Qué es el equilibrio?
Antes de marchar se hace la habitual “radio abierta” frente al Congreso. Se habla de resistencia y de persistencia. De seguir en la calle para enfrentar el veto. De tener fuerza para lo que viene: “La motosierra que seguirá atacando”.
Hay una señora con una botella de agua en una mano y un libro en la otra, insultando a viva voz por la privatización de AySA (Agua y Saneamientos Argentinos). Hay trabajadores despedidos de las empresas Secco y Georgalos, y los que representan a los hospitales Garrahan y Posadas, en pleno conflicto salarial. Hay carteles contra el ministro de salud Mario Lugones. En otros casos las pancartas exigen justicia por Pablo Grillo, el fotógrafo que sigue rehabilitándose tras ser baleado por Gendarmería el 12 de marzo pasado. También está Beatriz Blanco, la jubilada que aquel día fue golpeada y tirada al suelo por la Policía.
Juan Manuel, 61 años, lleva un cartel que ahorra metáforas, calificando al presidente Milei como “paparulo” y sugiriendo con rima, dónde ubicar el veto. Ahonda en la opinión: “Dicen que no pueden aumentarnos para mantener el equilibrio fiscal y eso es una estupidez. En poquísimos países del mundo hay superávit fiscal porque ese no puede ser el eje del gobierno, sino que la gente viva bien, que no se muera de hambre”.
¿Si el veto se confirma? “En octubre habrá que votar legisladores que defiendan al pueblo y nosotros estar en la calle, así de sencillo”.

Vacaciones de invierno
Empieza la marcha desde Congreso a Plaza de Mayo, primero por Rivadavia, luego por Avenida de Mayo. Cuatro cuadras entre jubilados y organizaciones de derechos humanos y sociales fluyen hasta la calle Salta, cuando un cordón de la Policía de la Ciudad impide el paso incluso por la vereda, rompiendo el protocolo implementado por Patricia Bullrich.
Tras unos minutos de tensión y una lanzada de gas lacrimógeno por parte de la policía, con golpes a jubilados y reporteros gráficos, el cordón de uniformados se abre y la movilización continúa hasta la Casa Rosada.
Dato no menor: la policía porteña es la única que actuó hoy, a diferencia de los miércoles anteriores en los que prevalecieron las fuerzas federales (Gendarmería, Prefectura, Aeroportuaria y la Federal).
Durante la caminata se canta:
Se pensaban que nos habían cagado,
porque éramos unos viejos meados;
pero ahora, con lucha y con paciencia
va creciendo la nueva resistencia…
Luche que se van,
luche que se van.
Lo escuchan muchas familias con infancias que pasean por la zona, en plenas vacaciones de invierno. Los chicos preguntan. Los grandes contestan. Todos miran.
Las y los jubilados siguen cantando:
Qué lo vengan a ver, qué lo vengan a ver,
jubilados enseñan cómo luchar a la CGT.

En la marcha se recordó el conflicto en el Hospial Garrahan.
Economía oncológica
Ana es de Barracas y tiene 74 años. Dice que no le recomienda a nadie ganar poquito más de 300 mil pesos. Ni tener un marido que tampoco llegue a los 400 mil, ni tener que alquilar con esas jubilaciones. Cuenta que le da aliento la rebeldía de los jubilados que entraron al PAMI de Mendoza a reclamar por la gratuidad de todos los medicamentos, y también la ilusiona la marcha de hoy, la más multitudinaria de los últimos miércoles. “Estamos empeñados en seguir adelante, necesitamos un gran cordobazo, una movilización que una a todas las personas que sufrimos las consecuencias de este gobierno”.
Al llegar a Plaza de Mayo se lee un documento consensuado por todas las organizaciones que integran la mesa de jubilados. En el acto se nombra, se homenajea y se llora a María Teresa López, jubilada que falleció el domingo a la madrugada, quien no recibía los remedios oncológicos, negados por el PAMI en modo motosierra. Tenía 67 años, integraba Jubilados Insurgentes y era asambleísta ambiental de su ciudad natal, Caleta Olivia, donde denunció la contaminación del agua por empresas petroleras.
“Para nosotros fue un ejemplo porque luchó hasta el último día de su vida”, plantea Zulema, compañera de lucha y de calle. Ella y sus compañeros y compañeras tienen un cartel que dice: “Justicia por Mary. Lugones y PAMI son responsables”. Zulema recuerda las protestas con Mary frente al PAMI. Muchas veces aceleraron algún trámite, pero el recorte brutal del gobierno la dejó sin medicamentos.
“A pesar de que tenía un cáncer terminal, venía al Congreso todos los miércoles. La recordamos así, en la calle, porque nos da fuerza. Si ella en ese estado luchaba incansablemente, nosotros no podemos dejar esta pelea. Denunciamos al Estado, a Milei, a Lugones, y a todos los que están involucrados en el crimen de Mary y en este genocidio permanente ”.

Uno de los grupos de jubilados, en Plaza de Mayo.
En el acto, al jubilado que recuerda a Mary se le quiebra la voz. Como en la ceremonia de las Madres todos los jueves, en esta misma Plaza, propone un coro:
–Mary, presente: ¡ahora!
–Y siempre.
–¡Ahora!
–Y siempre.
Se despiden. Un hombre se va gritando “¡Fuera Milei cagador!”. Todos se saludan. No hace falta aclarar que las personas más movilizadas de esta época no necesitan que nadie las convoque: el próximo miércoles, a más tardar, volverán a hacerse oír.
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