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Represión contra quienes reclaman alimentos y el odio a la prensa

Una manifestación que reclamaba hoy por la ausencia de alimentos para comedores populares y merenderos en medio de una situación de emergencia alimentaria, terminó en otra acción represiva del gobierno, que se ensañó con los manifestantes y también con la prensa que estaba cubriendo el hecho. El saldo fue de al menos 10 detenidos y decenas de heridos por fuerzas de seguridad (Policía Federal Argentina, Policía de la Ciudad y Gendarmería). Un caso fue el de Edwin Caicha (foto), salvajemente golpeado por la policía cuando ya estaba detenido e indefenso.
Los hechos ocurrieron sobre la Avenida 9 de Julio de Buenos Aires, frente al ministerio de Capital Humano que conduce la coach Sandra Pettovello.
Fotos: Juan Valeiro
La manifestación había sido convocada para reclamar por la situación social ante la emergencia alimentaria y la falta de respuestas de parte del gobierno, que hasta ahora se dedicó principalmente a desfinanciar a comedores populares y merenderos.
El Secretario de Desarrollo Social, Pablo de la Torre a cargo del Ministerio de Capital Humano, se comprometió a recibir a los referentes de las organizaciones sociales. Por eso la movilización resolvió marchar hacia la sede de las oficinas de Capital Humano ubicadas en Pellegrini y Juncal.
Video en el que se observa a Edwin Caicha cuando es detenido y arrastrado, y minutos después aún en el piso con el rostro bañado en sangre. La policía, profundizando formas ilegales de represión.
En ese momento un operativo policial se lanzó sobre los manifestantes. Se atacó violentamente a la gente con el arsenal habitual en estos casos: balazos de goma a mansalva (y disparados a la cabeza), gas pimienta, golpes, y la acción de camiones hidrantes, desatando una cacería por el microcentro porteño.
“Hoy el Gobierno nacional ha demostrado una vez más la crueldad hacia la clase trabajadora. En un acuerdo que teníamos con el Secretario Pablo De La Torre, que dijo que iba a recibirnos, fuimos encerrados y salvajemente reprimidos por la Policía Federal. Evidentemente era mentira que iba a recibirnos.”, dijo Omar Giuliani, Secretario de Acción Social de la CTA y Secretario General de la FeNaT.

Detenidos
La nómina de detenidos, en la Alcaldía 4, ubicada en Parque Patricios.
1. Carlos Ardila Guerra
2. Ignacio Corral
3. Fabián Verón
4. Roberto Retamoso
5. Dario Gonzalez
6. Ariel Sánchez Flores
7. Franco Vitez
8. Jeremías Sanabria
9. Jorge Barrera
10. Edwin Caicha
Caicha es el único que no está en la Alcaldía 4: se encuentra hospitalizado en el Hospital Ramos Mejía, como efecto de la represión a la que fue sometido.
Ensañamiento con el periodismo
Fue evidente la actitud de las fuerzas represivas (Policía Federal Argentina, Policía de la Ciudad y Gendarmería) contra la prensa que cubría los hechos. La periodista Florencia Fossati, de Radio Continental, denunció que policías de la Ciudad la acorralaron y comenzaron a golpearla.
“Les dije que no me pegaran, que era periodistal. Me contestaron: ‘qué me importa’, y siguieron pegándome. Patricia Bullrich había dicho que iba a tomar cartas en el asunto de la represión al periodismo pero no fue así. Hay que terminar con esta naturalización del odio a la prensa”.
El periodista de Crónica TV Diego Ricardi recibió un balazo de goma en la pera, lo que confirma la tendencia policial de disparar a la cabeza, convirtiendo así a las balas de goma en un tema posiblemente letal.
Una situación especial fue la vivida por Edwin Caicha, detenido en perfecto estado por la policía y que minutos después apareció desfigurado y ensangrentado por la golpiza a la que fue sometido, pese a que ya estaba detenido e indefenso. Por esa golpiza tuvo que ser internado enel Hospital Ramos Mejía.

Detenciones y violencia. Fotos: Juan Valeiro.

Hambre y dengue
Norma Morales, Secretaria General Adjunta de la UTEP contó a lavaca en la puerta de la Alcaldía de Parque Patricios que los abogados estaban interviniendo en los casos de las detenciones. No tenían claro al anochecer la cantidad de heridos, aunque se contaban por decenas.
“Frente a nuestros planteos sobre la cuestión alimentaria la única respuesta que recibimos es bala, gases lacrimógenos, represión brutal. Creemos que a este gobierno no le importa nada lo que está atravesando nuestro pueblo. Esto no tiene que meternos para adentro, no tenemos que quedarnos en nuestras casas mirando cómo nuestros abuelos lloran de bronca porque hay un solo plato de comida que ellos pueden compartir con su familia. A nosotros nos duele, no lo podemos naturalizar. Pedimos reflexión a este gobierno, tienen que cambiar de actitud”.

Escena de los enfrentamientos. La policía acorraló a los manifestantes. El ministerio les había dicho que se reunirían. Fotos: Juan Valeiro.
Otro tema del momento: “La otra situacion compleja que estamos atravesando es el tema del dengue. Hoy a la madrugada me sonó el teléfono anunciando que una compañera de la economía popular murió por dengue hemorrágico en Quilmes, y no hay ninguna política para acompañar y cuidar. Entonces claramente a este gobierno no le impronta la vida del pueblo, no le importa cuidar a nuestra comunidad, y en función de eso nosotros tenemos la responsabilidad y la obligación de seguir visibilizando con jornadas pacíficas, porque hoy salimos a hacer una jornada pacífica y la respuesta que tuvimos fue la represión”.
¿Existirá la posibilidad de reflexión? Norma: “No somos el único sector que está reclamando y visibilizando la situación crítica que estamos viviendo como país. Están los trabajadores estatales, y muchos vecinos que le está llegando la boleta de la luz, del agua, y donde ya hay un clima de bronca, un clima de salir a expresarse para que se vayan todos. Entonces me parece que si todos juntos logramos salir, reclamar y hacernos sentir, este gobierno va a tener la obligación de recapacitar.

Fotos: Juan Valeiro.
¿Van a seguir enla calle? “Claramente, esto que pasó hoy no nos tiene que dar miedo, yo no tengo miedo. Mi miedo es cada vez que llego a mi barrio enterarme que un abuelo se terminó suicidando porque no soporta vivir de esta forma. Mi miedo es que uno de nuestros jóvenes de nuestros barrios populares se termine suicidando porque no puede ayudar a su familia y por la situación de violencia que se genera por la misma situación económica. Ese es mi miedo, nosotros no le tenemos miedo a la represión, no le tenemos miedo a la bala. Mi miedo es que suene el teléfono y me digan una muerte más porque no tienen comida, por el dengue, porque no soportan vivir de esta forma”.

Fotos: Juan Valeiro.
Suicidios en los barrios
Nombras dos veces el tema, ¿están viendo suicidios en los barrios?
Lamentablemente sí, tenemos la semana pasada un pibe de los barrios populares de Avellaneda que se terminó suicidando porque esta situación económica genera conflictos familiares. Ese pibe se vio atado de manos, no tenía trabajo, no podía ayudar a la familia, y al verse tan inservible y no poder ayudar, se terminó suicidando. Eso no lo podemos naturalizar, eso nos obliga a seguir estando en la calle. Tenía 18 años. Por eso este gobierno tiene que reflexionar, no les puede dar lo mismo. Así como a nosotras en los comedores no nos da lo mismo tener que cerrar días de la semana y no poder entregar comida a nuestra comunidad, por eso es que tenemos que salir a la calle y encontrar estrategias para visibilizar. Y necesitamos el abrazo de toda la sociedad, porque hoy somos nosotros pero más tarde van a ser esos vecinos que están retirando la comida porque también la pasan mal, mañana vamos a estar todos en la calle porque el ajuste brutal que está implementando este gobierno lo vamos a sentir toda la sociedad.
Norma asegura que hay un proceso de construcción de unidad de las organizaciones sociales de todo el país. “Hoy fue una acción más de ese plan de lucha que habíamos anunciado un mes atrás, claramente con esta situación vamos a profundizar este plan de lucha. Acá la estamos pasando mal todos y en ese marco tenemos que ir a profundizar la unidad”.

Fotos: Juan Valeiro.
Johana Duarte, del Movimiento Evita dijo a lavaca: “Lo de hoy fue una represión brutal, y una emboscada a quienes nos movilizamos. Fue la respuesta de Milei, de Pettovello, de todo un gobierno que no da respuesta ni resuelve la emergencia alimentaria que se profundiza cada día más en nuestro pueblo. Fue brutal, porque mientras nos habían prometido que iban a recibir a una comisión, que se estaba dirigiendo al ministerio, en ese mismo momento la policía hizo una emboscada, salieron a cazar a trabajadores”.
“El pueblo se va a seguir organizando, a mayor intento de disciplinamiento, amenaza, amedrentamiento de este gobierno criminal, mayor nivel de organización, porque no estamos dispuestos a morirnos de hambre”.

Fotos: Juan Valeiro.
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Jubilados: el triunfo es seguir

El Congreso de la Nación convirtió en ley el primer triunfo social que se logró al sostener en la calle, todos los miércoles y durante casi dos años, un reclamo que ni los gases ni los palos ni las detenciones arbitrarias pudieron desalentar.
Lo que deriva, ahora, es también el primer gran desafío político para un gobierno agobiado por la debilidad de su plan económico –debilidad que ahora quiere atribuir a esta decisión legislativa– y desgastado por una retórica abusiva que lo está dejando sin aliados y rodeado únicamente por aduladores, odiadores y especuladores.
La aprobación de un aumento de las jubilaciones del 7,2%, un incremento del bono de 70.000 a 110.000 y la extensión de la moratoria extinguida por decreto fue suficiente para que, además, comenzaran los reproches públicos de la interna oficialista, que tuvieron a la gran perdedora de esta pulseada –la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich– como vocera.
La estrategia de la ministra de sofocar con palos y criminalización el reclamo social dejó ayer en evidencia su fracaso, tal como había sucedido en su anterior gestión al frente de esa cartera en tiempos de Mauricio Macri presidente.
Lejos de aprender la lección, la repitió cosechando idéntico resultado. Lo sintetiza Beatriz Blanco, 81 años, la jubilada golpeada, tumbada y gaseada durante una la jornada de protesta del 12 de marzo (en la que también fue atacado el fotógrafo Pablo Grillo que continúa su arduo proceso de rehabilitación): “Si no aflojamos, lo logramos: esa es la lección de hoy”.
Beatriz no está confiada ni esperanzada: “Estoy decidida”, dice para definir qué espera en los próximos días, cuando se defina si el Congreso apoya o desactiva el anunciado veto del presidente Milei.
Esa decisión que define el estado de ánimo de Beatriz tiene un por qué: “ya no estamos tan solos y eso nos permite creer en nosotros. Nuestra fuerza es seguir”.
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La independencia de los jubilados

Hubo marcha alrededor del Congreso vigilada por 26 vehículos de Gendarmería y Policía Federal como anticipo de las movilizaciones convocadas para la semana próxima. Sin embargo fue un 9 de Julio sin violencia contra quienes manifiestan, mientras lavaca planteaba una pregunta a jubiladas y jubilados: ¿De qué hay que independizarse?
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos: lavaca.org
“Tengo 48 años de aportes y no llego a 500 mil pesos de jubilación. No puede ser que ni siquiera tenga para un gustito de comprarme un dulce de batata” dice a lavaca Hugo, 74 años, mientras marcha alrededor del Congreso. Tiene una barba blanquísima que le envidiaría Papá Noel. Vino desde Villa Domímico. Su síntesis para un 9 de Julio: “De lo que tenemos que independizarnos es de este gobierno, que no da para más”.

El 9 de julio de 1816, el Congreso de Tucumán, integrado por representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata, proclamó la Independencia de estas tierras. Ese día, las manifestaciones populares se concentraron en los alrededores de la Casa de Tucumán, coreando el grito de «Viva la Patria».
209 años después, este 9 de julio de 2025, afuera de ese Congreso de la Nación integrado por diputados y senadores, jubiladas y jubilados proclaman de qué falta todavía independizarse en un contexto de jubilaciones licuadas (el haber mínimo a $379 mil), de barrida de la moratoria previsional y de la gratuidad los remedios.
Hugo sigue describiendo la situación tras sus 48 años de aportes, a través de un montón de preguntas: “¿Dónde está lo que pagué durante tantos años? ¿Cómo como? ¿Cómo vivo? ¿Quién me explica eso?”. Agrega otro elemento: “Soy epiléptico, tomo un remedio que me sale 200 mil pesos. Con mi señora ya no comemos a la noche. Esto es una esclavitud”.

Un dolor en el pecho
Graciela, 78 años, es de Libertad, Merlo: “Tenemos que independizarnos de esta mierda de gobierno y de todo lo que nos explotan día a día. Estoy viviendo mal, no me puedo comprar los remedios que necesito. Nos han quitado todo a los jubilados. Este es un gobierno democrático, elegido por una votación, pero tremendamente dictatorial”.
Un poco más joven, Osvaldo tiene 72 julios. Llegó desde Claypole donde vive. Dice que hay que independizarse de lo que define del siguiente modo: “Es una mafia que está regalando el país, todos los bienes naturales. Volvimos a depender de Estados Unidos, nos endeudan cada vez más, es un desastre”. Cuenta que cobra la mínima y que tiene un dolor en el pecho cada vez que lo visita alguno de sus seis nietos: “Me piden un yogur y no se los puedo comprar. Mis hijos no me ayudan aunque quieran, porque están peor”. Hace una pausa. Confiesa. “Te digo la verdad: ya no ceno, me tomo un té, no me da para otra cosa”.

Lo que quiere Milei
Alrededor del Congreso, esta vez sin vallas, dos ejércitos desproporcionados están apostados para evitar vaya a saber qué: Gendarmería Nacional (15 vehículos) y Policía Federal (11 vehículos). Pero no pueden impedir que los y las jubiladas marchen alrededor del palacio legislativo, al grito de “qué vergüenza, pegarle a un jubilado por dos pesos con cincuenta”, aunque evidentemente los haberes de los llamados efectivos son otros.
Surgen algunas preguntas entre los manifestantes:
¿Cuánto cuesta un operativo así de desmedido?
¿Por feriado se les paga doble a ese montón de uniformados?
¿Qué sentido tiene tanta parafernalia de seguridad?

Este jueves está prevista la sesión en el Senado para tratar el aumento de jubilaciones. Opina Hugo: “Milei ya dijo que lo volverá a vetar. Y eso que sería un miserable aumento, es una vergüenza, es un desalmado, una mala persona”. Argumenta Graciela: “No tengo expectativas, porque aunque el Congreso apruebe todo, el señorito que tenemos por presidente lo veta. Él quiere a los jubilados sin nada, muertos”.

Señalando la corrupción
Teresa dice que pasó los ochenta y que es de un territorio innombrable: La Matanza. Se presenta como militante comunitaria en Laferrere, con acción en la casa de salud barrial, y cuando se le pregunta por el día patrio, se enciende: “Hay que independizarse de la corrupción”, dice y señala al Congreso: “Si pueden tirarlo abajo, tírenlo, porque no me representa a mí ni a ninguno de los que estamos acá. Nosotros hacemos la patria grande, con este bastoncito que ves hice mucho por esta Patria, la amo y me la están robando. Luché mucho por ella, hijo. Mucho”. Nos pide que escuchemos un tema de Horacio Guarany,
“Qué te ha pasado justicia”. Lo que se cantaba en el siglo pasado:
A ver, señor diputado,
¿qué le ha pasado que se olvidó
del bendito pueblo obrero
que usted en campaña siempre nombró?
Tengo mis hijos pidiendo,
que por la calle siempre se ven
y usted se aumentó la dieta,
y yo a la dieta la hago muy bien.
Alicia, 80 años, es otra de las jubiladas con esa dieta (cobra la mínima, $304.723,90 más el bono de $70.000), y dice que hay que independizarse de todo: “Somos una colonia. Se han posesionado de nuestros recursos naturales, el agua, el litio, el petróleo, están regalando las mineras, la educación, la salud, la jubilación. En realidad, no tenemos nada”.

¿Qué necesitamos?: “Otra independencia”, sintetiza Alicia, que integra Jubilados Insurgentes.
Mónica, 72 años, de la Asamblea de Vecinos de Boedo, viene siempre los miércoles sin importar si llueve o hace frío, y la hace corta: “Hay que independizarnos del presidente cipayo que tenemos, de Estados Unidos y de Israel”.
A su lado está Ricardo, 84, de Lanús, conurbano sur: “Llegamos al 9 de Julio con despidos masivos, garrote y gaseo a trabajadores del INTI, de Vialidad Nacional, con una CGT traidora. Esto, con huelga y un plan de lucha se termina. En 1919, los trabajadores de la Semana Trágica luchaban por trabajar ocho horas en lugar de doce y se cargaron 700 cuerpos. Hoy la clase argentina trabaja por salarios de hambre y no se para de manos”.
Pertenece a una agrupación llamada Bastones en rebeldía y dice que viene por quienes no pueden estar por razones de salud. “Acá tiene que venir más gente, somos seis millones de jubilados…”. Se enoja, mueve la cabeza y cuenta que tiene siete categorías para englobar a quienes no vienen cada semana a lo que se transformó en el epicentro de la resistencia a este gobierno: 1) Los indiferentes 2) Los indecisos 3) Los adormecidos 4) Los que naturalizan todo 5) Los resignados 6) Los mesiánicos 7) Los hiperindividualistas. Dice que no tiene necesidad económica, pero que prefiere seguir marchando.

Las 14 organizaciones que integran la Mesa de jubiladas y jubilados en lucha convocan para el próximo miércoles 16 de julio, desde las 15, a una “gran marcha antirrepresiva entre todos los sectores que hoy padecen la crueldad de este gobierno”.
Llaman a marchar el jueves 17 con los trabajadores del Hospital Garrahan.
El 9 de julio de 1816 marcó la independencia política “de España y de toda dominación extranjera”, pero siguieron existiendo muchas formas de dependencia: económica, cultural, productiva, mental. Toda relación entre aquellos eventos de Tucumán y las cosas que ocurren 209 años después, ¿serán pura coincidencia? A más tardar la semana próxima las calles volverán a decir lo suyo.

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Otro ataque a la salud pública y al Garrahan: las movilizaciones que se vienen

No solo no soluciona el problema, sino que lo empeora: el gobierno difundió un reglamento que degrada las condiciones laborales de los profesionales de la salud residentes en hospitales nacionales al buscar convertirlos en “becarios”. Asambleas y la decisión: paro y un abrazo al Garrahan el próximo jueves 10, y la convocatoria a una gran marcha federal por la salud el jueves 17 de julio.
Por Francisco Pandolfi
Residentes sí, becarios no. Ese es el nuevo lema que hoy levantan (y denuncian) residentes de los hospitales nacionales del país, ante el nuevo reglamento que dictaminó el 2 de julio el ministerio de Salud de la Nación para las residencias médicas.
¿Qué son las residencias? Tienen como objetivo capacitar y especializar a egresados de carreras como medicina, enfermería, psicología y bioquímica, entre otras, en el marco del trabajo asistencial y académico.
¿Qué aduce el gobierno nacional para la formulación del nuevo reglamento? “Recuperar su rol formativo y permitir que los residentes puedan elegir bajo qué modalidad realizar este tramo de su formación y cómo administrar el monto de las becas percibidas. A fin de jerarquizar el carácter formativo de esta etapa, el nuevo reglamento recupera el concepto de beca (excluyendo cualquier encuadre como empleo público, relación laboral o contratación de obra o servicio) y ofrece a los residentes la posibilidad de elegir entre dos modalidades diferentes: Beca Institución (el hospital otorga la beca) o Beca Ministerio (contrato con el Ministerio de Salud). No es empleo público, no es una relación laboral. Es una etapa formativa con financiamiento estatal”.
Ante la Resolución 2109/2025, las y los residentes del Hospital Garrahan a la cabeza, y todos los profesionales de la salud del sistema de residencias nacionales realizaron ayer una conferencia de prensa en Plaza de Mayo, donde denunciaron: “Este modelo de residencias, ampliamente utilizado a nivel global y que rige en Argentina desde hace más de 30 años y que fue perfeccionándose en el tiempo, garantizó profesional altamente capacitado en cada rincón del sistema de salud. La nueva normativa desmantela las bases fundamentales del sistema, se nos atribuye libertad de elección ante dos opciones de las cuales ninguna resuelve la problemática salarial de base, y además ambas implican la pérdida de múltiples derechos laborales adquiridos; pretende transformar lo que hasta ahora era un régimen formativo en servicio, remunerado y con derechos reconocidos, en un esquema de becas sin vínculo laboral claro, ni aporte y con importantes recortes en licencia, descanso y condiciones de trabajo”.
Entre los puntos “más alarmantes”, destacaron:
- Aumento de la carga horaria y del número de guardias (de 70 horas semanales a 93).
- Eliminación del descanso post guardia (lo que implica pasar de 24 horas de corrido a 30).
- Reducción del valor de la hora trabajada: en caso de la Beca Institución, $3.200 de cobrarse un bono hospitalario. En Beca Ministerio: $2.200.
- En la Beca Institución, mayor dinero en mano, pero a expensas de la pérdida del aguinaldo, aportes previsionales y obra social.
- En la Beca Ministerio, menos dinero en mano, obra social estatal y sin posibilidad de cobrar bonos institucionales.
- En caso de rescisión de contrato, no se contará con indemnización.
- Renovación de contrato de forma anual a pesar de concursarse por formación de 3 a 4 años.
Como cierre de la conferencia, sentenciaron: “No se puede aludir a la libertad cuando se nos acorrala entre dos opciones de precarización extrema. La residencia sí es un trabajo. Exigimos la inmediata derogación de la resolución y la apertura urgente de instancias de diálogo con las y los residentes de todo el país. Sin residencia como fuente de personal capacitado, no hay futuro posible para la salud de Argentina”.
Abrazo y marcha federal
Josmar Flores Arnéz es licenciado en bioimágenes, tiene 37 años recién cumplidos y hace 16 que trabaja en el servicio de neurointervencionismo del hospital. Además, es delegado de la junta interna de ATE. Habla con lavaca: “La modificación en las residencias no sólo es una degradación de las condiciones laborales de las y los residentes, sino también implica la degradación del sistema de salud completo, porque cambian la forma de contratación quitando derechos laborales. Lo que decretan es que dejan de ser trabajadores, para hacer las tareas por una especie de bono, a través de una metodología de becas”.
Esta nueva medida se enmarca en una política de ajuste a la salud pública en general, y al hospital Garrahan en particular. El miércoles pasado, en la Cámara de Diputados se estaba tratando la emergencia para el Garrahan, pero la sesión se levantó por discusiones entre el bloque oficialista de La Libertad Avanza, y el peronismo. La emergencia quedó sin tratar…
¿Cuál es la emergencia? Josmar Flores plantea cuatro puntos clave:
- Una recomposición salarial del 100%.
- Que la persona que recién ingresa cobre lo mismo que estipula la canasta básica familiar: un millón ochocientos mil pesos.
- El aumento del presupuesto del hospital.
- Mejora en las condiciones de trabajo: que se reconozca un régimen de insalubridad especial para el hospital.
¿Cómo sigue la cuestión? “Todos los trabajadores del hospital, incluidos los residentes, hacemos asambleas conjuntas y acabamos de decidir ir a paro los próximos dos jueves –cuenta Josmar–. El 10 llamamos a un abrazo solidario al hospital, en la puerta sobre Combate de los Pozos; y 17 convocamos a toda la población a una gran marcha federal, que en la Ciudad Buenas Aires irá desde Congreso a Plaza de Mayo”.
Cierra: “Este gobierno nos ataca por muchos ángulos y la única manera de cambiar la realidad es seguir por este camino”.
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