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Verdad y consecuencias del veto a la movilidad jubilatoria: el día que puede cambiar todo

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La votación en el Congreso liquidó una etapa. Javier Milei ganó dos veces, y perdió quizás otras dos.

Por Anabella Arrascaeta y Lucas Pedulla Fotos Juan Valeiro/lavaca.org

La votación en el Congreso liquidó una etapa. Javier Milei ganó dos veces, y perdió quizás otras dos. Ganó al conservar el veto. Y al ganarle a la oposición, a costa de desprestigiar al Congreso. Perdió, aunque eso está por verse, al atacar a jubiladas y jubilados: al hacerse fuerte con los débiles. Lo hizo el menemismo en los 90 (con Domingo Cavallo y Norma Pla como protagonistas) y fue un hito que todavía se recuerda: los principios del fin. Lo hizo Macri en 2017, y tuvo como respuesta los primeros cacerolazos contra su gobierno, que en varios sentidos comenzaba a terminar. Está por ver entonces qué perdió Milei hoy en términos electorales.     

La noticia indica que el gobierno consiguió eliminar una fórmula ínfima de aumento planteada por una gran mayoría del Congreso, que en realidad intentaba remendar la caída de los ingresos de los jubilados producida por la política económica oficial. Vetó eso: lo ínfimo, con aval parlamentario y esos votos que cambiaron de posición de modo pornográfico gracias a las trampas de la llamada “casta”, que quedó claramente liderada por el propio Presidente.

El otro daño es al propio sistema representativo. A la democracia y a la lógica. Una política de desmantelamiento y destrucción, aquella que Milei definió ante medios internacionales como “un topo que ama destruir al Estado”. ¿A qué costo?

Eso es lo que a partir de hoy comenzará a estar en juego.

Este miércoles, las mutaciones más emblemáticas se dieron en el bloque legislativo del partido más antiguo del país, la Unión Cívica Radical, y en el de Innovación Federal, subordinado a algunos gobernadores.

Verdad y consecuencias del veto a la movilidad jubilatoria: el día que puede cambiar todo

Foto: Juan Valeiro para lavaca

La secuencia que se pudo conocer comenzó con los supuestos tironeos y cenas de reconciliación entre Milei y Mauricio Macri. Los tironeos le permitieron a Macri negociar mejor. Consiguió que los trolls del oficialismo dejaran de atacarlo con cuestiones relacionadas con su causa por el Correo, con un posible alivio también en términos judiciales propiciado por el gobierno ante jueces amistosos, y promesas de beneficios para distritos con gobernadores afines: CABA (con Jorge Macri pulseando los fondos coparticipables), Neuquén (Ignacio Torres) y Entre Ríos (Rogelio Frigerio). De esta última provincia llegó una de las sorpresas: dos días antes de la votación, el gobierno designó en Salto Grande a Pedro Galimberti, diputado nacional por Entre Ríos y de excelente relación con Frigerio. Habían competido en la interna de Juntos por el Cambio, finalizada la cual se convirtieron en aliados inquebrantables. Frigerio sugirió a Galimberti para Salto Grande y todo se produjo en sintonía con la actualidad: al salir de la Cámara el radical, se eliminó un teórico voto contra el veto, y se sumó a favor el de su reemplazante, Nancy Vallejos, que es del PRO, como Macri y Frigerio. De paso, el señor Galimberti accede a un salario que triplica al que tenía como diputado, pero además se efectiviza en dólares (y se repite el modelo de la senadora Lucíla Crexell a quien enviaron a la UNESCO como embajadora de 20.000 dólares mensuales, tras su apoyo a la Ley Bases).  

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Foto: Juan Valeiro para lavaca

Los arreglos de Milei culminaron con Macri promocionando el apoya al veto, e influyendo seguramente en otros votos y abstenciones que lo favorecieron. Otro intercambio muy comentado en el Congreso es el que obtuvo Rodrigo de Loredo: un subordinado político, Pablo Yannibelli, fue designado por Sandra Pettovello como rector organizador de la Universidad de Río Tercero, en Córdoba.

La historia de este veto es infinitamente más larga, y se irá conociendo. Mientras tanto este miércoles Milei tuiteó: “Hoy 87 héroes le pusieron un freno a los degenerados fiscales que intentaron destruir el superávit fiscal que los argentinos con tanto esfuerzo logramos conseguir”. La tercera parte del ajuste que permitió ese superávit se pagan reduciendo las jubilaciones. En la calle una señora de 84 años lo sintetizò así: “Con este gobierno por fin tenemos libertad. Libertad para morirnos de hambre”.

Veto a las jubilaciones: Quiénes dieron vuelta su voto

Son las 15.30 y hace cuatro horas que se inició la sesión. Ese es el momento en que la Cámara de Diputados de la Nación decidió negarle 15 mil pesos de aumento a las y los jubilados, cifra que equivale a “una docena de empanadas” tal como graficó Rodrigo De Loredo, presidente del bloque radical que primero impulsó la ley y hoy posibilitó que quede firme el veto presidencial.

Esa incongruencia marcó este día.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Hubo 248 diputados y diputadas presentes y 8 ausentes. 153 votaron a favor de la ley, 87 lo hicieron en contra (o sea: a favor del veto) y 8 se abstuvieron, ayudando así a conseguir lo que el gobierno necesitaba: hundir al Parlamento. Para lograrlo Milei se sacó una foto el día anterior a esta sesión y en la Casa Rosada con cinco diputados de la UCR, aunque quizá sea más preciso denominarlos macristas: Martín Arjol (Misiones), Luis Picat (Córdoba), José Federico Tournier (Corrientes), Mariano Campero (Tucumán) y Pablo Cervi (Neuquén). 

El flash provocó que la Convención Nacional de la UCR emitiera un comunicado llamando a que los legisladores integrantes de esa fuerza sean coherentes. 

No.

Durante las exposiciones de hoy insistieron. “Los que den vuelta los votos van a tener que dar explicaciones»,  increpó a sus compañeros Pablo Juliano.

 “Se van a publicar los datos fiscales de agosto y van a ser muy holgados, va a quedar demostrado que el gobierno tenía cómo pagarlo, es inmoral», les advirtió otro radical, Martin Tetaz.

El jefe del bloque De Loredo y Tetaz intentaron, minutos antes de la votación, salvar algunos de los artículos votándolos por separado.

No. 

A los cinco fotografiados de ayer, al momento de la votación se sumaron dos más, que huyeron para no votar: Gerardo Cipolini (Chaco) y Roxana Reyes (Jujuy).

A la acrobacia política del radicalismo se sumó la voltereta del bloque Innovación Federal. Agustín Domingo, jefe del bloque, anunció en su alocución: “No vamos a votar en contra de esa decisión política que tomó el Presidente, pero tampoco vamos a convalidar”, aunque luego comunicó que el bloque completo se iba a abstener, y así convalidar el veto. Fueron 8 diputados en total: además de Domingo (Rio Negro), Alberto Arrúa (Misiones), Carlos Fernández (Misiones), Pablo Outes (Salta), Yamila Ruiz (Misiones), Daniel Vancsik (Misiones), y Yolanda Vega (Salta). 

Sí.

Al veto presidencial en el Congreso le sobró así apoyo parlamentario.

No.

«Pueden vencer pero no convencer», sintetizó Miguel Angel Pichetto, diputado de Encuentro Federal, un sector que hasta ahora se consideraba dialoguista.

En tanto, en la Casa Rosada se estaba produciendo otra foto, esta vez con senadores que mañana tendrán que negar o aprobar, entre otras cuestiones importantes, los millonarios fondos reservados a la SIDE, esa entidad encargada de investigar secretos.

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Arriba: Luis Picat, José Federico Tournier, Mariano Campero, Pablo Cervi, Agustín Domingo y Carlos Fernández. Debajo: Martín Arjol, Alberto Arrúa, Yamila Ruiz, Daniel Vancsik, Yolanda Vega y Pablo Ismael Outes.

La calle brama

Aunque no lo parezca, hay una Gloria insurgente.

La frase no es poética ni romántica, sino descriptiva: sobre la esquina de Rodríguez Peña y Rivadavia, frente a una Plaza de los Dos Congresos colmada en rechazo al veto del presidente Javier Milei de la movilidad jubilatoria, está Gloria, con sus 69 años y sus compañeros y compañeras del colectivo Jubilados Insurgentes, que todos los miércoles, a las 15.30, marchan alrededor del Congreso junto con otros colectivos de jubilados. 

Esa impronta -sensible, política, persistente e insistente- viene marcando la agenda pública frente a las políticas de ajuste del Gobierno, siendo los jubilados y las jubiladas quienes están en la primera línea de cada conflicto desde diciembre a la fecha. Todos los miércoles la presencia oscila, en general sin cobertura mediática, pero esa lucha llenó este miércoles la Plaza: “Estamos marcando la experiencia vivida y diciéndole, a toda la sociedad, que la única manera que tenemos los trabajadores, activos y pasivos, de defender derechos y conquistarlos, es la lucha en la calle. No tenemos otra herramienta”.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca

Gloria mira la plaza: “La sociedad tiene que estar plena acá, acompañando, porque es una cuestión de tiempo: es un problema actual, pero también para la posteridad. Ya hemos pasado muchísimas luchas. Hubiéramos preferido poder estar un poco más cómodos, pero siempre les digo a mis hijos: prefiero morir en la calle y no sentada en un sillón”. 

Bastones, antiparras y convicciones

Sonia (74), Isabel (77) y Nilda (69) están en el medio de la Plaza. Son amigas de la vida y de las marchas. Sonia tiene un cartel que pregunta: “¿Vos podés vivir con $230.000? Juicio político! Nos están matando”. Ella no puede, y por eso sigue trabajando vendiendo libros: “Tengo 50 años de marcha. Lo que nos queda de vida no queremos vivirlo así. Por suerte, hoy vino mucha gente joven”, celebra, aunque aclara: “A la que no entiendo es a algunos jóvenes de ahora. Mucho desafecto. Hay una teoría de la crueldad que está haciendo mella”. Nilda tiene solo su jubilación: “Reconozco que me tienen que ayudar. Vengo porque no quiero que mis hijos vivan mal. Me rompí para que ellos estudiaran”. A Isabel tampoco le alcanza, y por eso limpia casas: “Vengo de una generación militante de los setenta. A mi mamá Evita le dio una máquina de coser, pero este Estado es muy cruel: vino a devastar el país”. Isabel tiene bastón: “Pero vengo igual, papi, porque esto es para ustedes”.

Sobre Callao y Rivadavia está Mercedes, tiene 69, es vecina del barrio, y caminó las diez cuadras que la separan de su casa con una cacerola, una cuchara que la hace sonar, un silbato, y unas antiparras: “¿Por qué te pensás que son? ¡Porque hay gases!”, responde ante lo obvio, aunque no es una obviedad que una jubilada deba manifestarse con protección para sus ojos. “Uno tiene que tratar de cuidarse pero sin dejar de salir -explica-. Hay que morir de pie. Hay que enseñarle a los jóvenes que hay que tener convicción. La convicción viene con uno, pero a veces se pierde: mirá a los diputados y a los senadores”.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Mercedes ya no come queso, ni pescado, ni carne, tampoco se da “el lujo” de salir a tomar un cafecito, y tiene que pagar expensas que superan los 150 mil pesos por mes. Desde su cacerola y sus antiparras, Mercedes propone, situada en lo que significa este día: “Hay que reconstruir la política. Desde el peronismo, el radicalismo. Hay que trabajar con gente con convicciones”. ¿Es lo más difícil en estos momentos? “Falta, sí, pero yo ya estoy jugada. Prefiero morir de pie -repite-. No me interesa más nada: luchá, salí a la calle a luchar. Tenemos que estar más juntos, con nuestras diferencias políticas”.

Mercedes pregunta: ¿Sabés qué?, bajaría las banderías políticas y pediría que nos abracemos todos”, dice, señalando a todo lo que la rodea: Polo Obrero, MST, MTE, ATE, SUTNA, y siguen las banderas de sindicatos, partidos y movimientos sociales. 

Y reitera como un mantra: “Hay que buscar gente con convicciones”.

Marta: la enseñanza del Himno

A unos metros, Marta cuenta que sigue dando clases de matemática, física y química en una escuela porque alquila y no le alcanza. Responde, increíblemente, con una sonrisa: “Es un día extraordinario, porque tenemos la oportunidad de luchar”, dice a sus 80 años, lo que indica que vivió muchas épocas. “Además, hay que defender nuestros derechos”. 

Con la juventud, dice, sería muy simple, y apela al recuerdo emotivo, sensible: “Tienen que recordar que los abuelos que vienen hoy son los que lo llevaron a pasear hace algunos años atrás, a la plaza o la calesita. Eso tiene que estar presente en el recuerdo de ellos”.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Tiene una bandera argentina que lleva atada al cuello como una capa de superhéroa, con inscripciones que escribe ella, con fibrón negro, antes de cada marcha. Una dice: “La patria no se hace, la patria no se vende, la patria se construye”. 

Señala otra: “Se levanta a la faz de la tierra una nueva y gloriosa Nación, coronado su sien de laureles y a su planta rendido un león”. Entonces vuelve, increíble y hermosamente, a sonreír: “Ahí va a terminar Milei. No lo digo yo: lo dice el Himno Nacional Argentino”. 

“No defiendan lo indefendible”

Son las tres y media de la tarde y los movimientos de la policía en la calle ya disponen la coreografía. Sobre Callao, frente al Congreso, hay un espacio sólo ocupado por las fuerzas, debido a que los cordones de Rivadavia y en Yrigoyen, en cada esquina del Palacio, evitan que la movilización se amalgame. Sobre ese hueco aparece un camión hidrante apuntando en dirección a Rivadavia, varias motos, y también federales con armas largas. El tablero está claro: son las tres y media y la Cámara baja está por votar.

Mercedes tiene 66 años, se jubiló hace tres meses después de trabajar 40 años como enfermera en Hospital de Clínicas, y llora: “No me alcanza para el alquiler, no me alcanza para comer. Gracias a Dios compañeros me consiguen algún remedio. Le pido a Milei que no siga contra los jubilados. Lo único que hicimos fue trabajar, trabajar y trabajar, nada más. Por favor, chicos, ustedes tienen que luchar por el futuro. Son la juventud. No sé cuánto nos queda a nosotros de vida”.

Verdad y consecuencias del veto a la movilidad jubilatoria: el día que puede cambiar todo

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

De fondo se empieza a escuchar un estribillo: “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, uno de los primeros cantos tras conocerse el resultado de la votación, que no alcanzó los dos tercios necesarios para rechazar el veto presidencial. 

El otro es aún más directo: “Hijos de puta”. 

La bronca empieza a correr y se traslada sobre el vallado que, en Callao y Rivadavia, únicamente separa al Congreso de la multitud. Allí se vuelca la rabia.

El vallado cae y muchos cruzan. La policía responde con disparos y el hidrante avanza. Ante el caos, la multitud corre en dirección a la avenida Corrientes. Muchas personas lloran, entre ellos jóvenes. Los jubilados no pueden correr: allí van con andadores, con bastones, con lo que sea que hayan ido para ayudarse a caminar por las calles porteñas. 

Entonces la actitud de muchos jóvenes es la misma: muchos se hacen cargo de un jubilado, de una jubilada. Uno de los periodistas de lavaca se acerca a una señora, mientras suenan los disparos. “No te preocupes por mí. Corré vos que podés”, dice. Le decimos que no, y la acompañamos hasta un kiosco, donde queda resguardada. La escena se repite por miles, una práctica que contrarresta la teoría de la crueldad expresada previamente con otra que marca exactamente lo contrario, en una calle que, en lugar de colapsar ante el miedo, en cada protesta se reconoce más a sí misma.

Luego, sobre Riobamba y Mitre, en otro de los vallados, esos mismos jubilados se plantan cara a cara con los policías, que constantemente amagan, con un movimiento de mano, sacar gas pimienta, pero ya no pueden.

Uno les dice: “Te reís de los viejos, lacra”.

Otro les avisa: “No se le pega a los viejos: te vas a jubilar con un sueldo de mierda”.

Otra les grita: “Me estoy muriendo, sinverguenzas. Se van a morir de angustia. Ya les va a tocar”.

Otra los convoca: “Dense vuelta: este tipo no tiene piedad con nadie: si no la tiene con un viejo, menos las va a tener con ustedes”.

Y Antonio les advierte: “Con todo respeto te lo digo: vas a llegar a mi edad y te van a cagar la vida. Dense cuenta ahora lo que están haciendo. No les insulto ni nada, es con respeto, pero vos no naciste de un repollo: tenés madre y padre, que seguro tienen mi edad. No defiendan lo indefendible. Te repito: no defiendan lo indefendible”. 

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

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La justicia identificó y procesó al policía agresor de la jubilada Beatriz Blanco

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La jueza María Servini de Cubría, titular del juzgado Criminal y Correccional Federal 1, identificó y procesó al integrante de la Policía Federal que golpeó a la jubilada Beatriz Blanco el 12 de marzo de este año.

Se trata del inspector Nicolás Emanuel Céspedez y fue imputado por lesiones agravadas.

La jueza le impuso un embargo de 40 millones de pesos y, sin bien lo eximió de prisión preventiva, le ordenó que informe sus movimientos y lo citó el lunes próximo para notificarlo. Servini consideró que el uso desmedido de la fuerza ejercida contra una anciana de 82 años fue evidente: «No hace falta ver su documento de identidad para notar su fragilidad».

La justicia identificó y procesó al policía agresor de la jubilada Beatriz Blanco

Beatriz Blanco tras ser golpeada por el inspector Nicolás Céspedez.

Céspedez golpeó a la jubilada haciéndola caer de nuca, y además ni él ni ninguno de los otros policías intentaron ayudarla, por lo que tuvo que ser inmediatamente evacuada y hospitalizada.

La jueza Servini describe Beatriz fue rociada con gas pimienta y luego empujada “sufriendo un traumatismo cefálico en la región de la nuca (occipito -parietal derecha/izquierda) que derivó en el diagnóstico de Traumatismo encefalocraneano sin pérdida de la conciencia con herida cortante en región occipital”

Plantea el procesamiento: “…el imputado hizo uso desmedido, desproporcionado y exagerado de la fuerza contra una mujer mayor de 82 años de edad, indefensa que no presentaba peligro para la autoridad, lesionándola y apartándose así de la normativa vigente que rige en la materia”.

Agrega: “… se encuentra probado que existió por parte de Nicolás Emanuel Céspedez, dolo directo, o sea éste tuvo la voluntad de atacar físicamente a la Sra. Beatriz Blanco, y habiendo tenido tiempo para reaccionar con otra conducta no lo hizo”. El delito se agrava cuando el hecho se comete «Abusando de su función o cargo, cuando fuere miembro integrante de las fuerzas de seguridad, policiales, o del servicio Penitenciario».

Otro párrafo crucial: «Sobre la especial calidad del sujeto activo que prevé la fórmula legal, corresponde indicar que: ‘El fundamento es que no solo se atenta contra la vida humana, sino que además el autor omite cumplir con el deber de otorgar seguridad y protección a los ciudadanos, defraudando así las expectativas depositadas en el correcto desempeño de su cargo o función»

Concluye la jueza: “Todo ello me permite concluir que las lesiones sufridas por Beatriz Blanco, derivadas de la conducta del imputado que se juzga en este acápite, efectivamente implicó una acción totalmente arbitraria por parte de Céspedez y en un claro abuso de su función, en carácter de miembro de una fuerza de seguridad”.

El próximo lunes 22 Céspedez deberá presentarse en el juzgado para ser notificado de su procesamiento.

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Miércoles de jubilados: bautismo represivo, el baño de Milei y la mirada en la reforma laboral

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Otra marcha de jubilados, reprimida con camiones hidrantes y atacada por un presidente que aseguró: “Estamos bañando gente”. Lo que sigue planteando la gente que no se resigna a las cloacas del presente.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos: Juan Valeiro

Un día antes de la marcha convocada por la CGT y las CTA a Plaza de Mayo contra la reforma laboral, la nueva ministra de Seguridad de la Nación, Alejandra Monteoliva, tuvo su bautismo en los miércoles de jubilados y jubiladas al rociar a jubilados, jubiladas y reporteros gráficos con violentos chorros de camión hidrante. La escena asombró al fotorreportero Rodrigo Abd, premio Pulitzer y World Press Photo, que desde agosto no cubría la manifestación de jubilados porque un hidrante, precisamente, le perforó el tímpano al golpearlo con el chorro.  

“Por suerte no me tuvieron que operar”, suspira el profesional de Associated Press (AP). “El tímpano se recuperó bien, pero el oído quedó débil”. Hoy pasó a saludar y lo que vio fue más violencia: “Me entristece que el sistema no haya encontrado soluciones integrales a los jubilados, a los profesionales del Garrahan. Pasan los meses y seguimos igual”.

Miércoles de jubilados: bautismo represivo, el baño de Milei y la mirada en la reforma laboral

Dentro del Congreso, el día había arrancado movido con la flamante senadora por La Libertad Avanza (LLA), Patricia Bullrich, cruzándose con el senador de Fuerza Patria, José Mayans, por la presidencia de la Comisión de Trabajo y Previsión Social, que quedó en manos de la exministra de Seguridad, quien quiere conseguir dictamen para empezar cuanto antes el debate por reforma laboral en la Cámara alta. Mientras tanto, en Diputados, la nueva composición de LLA, sumados a los aliados, les permitió conseguir quórum para discutir el Presupuesto 2026. Uno de los puntos más calientes es el artículo 75, que busca derogar las leyes referidas a la emergencia en discapacidad y a los presupuestos universitarios. También elimina los fondos destinados para el Hospital Garrahan. (El final de la historia, durante la madrugada, determinó que el gobierno no pudo lograr apoyo para esos brotes de motosierra, que ya habían sido descartados por el parlamento y además por el Poder Judicial. Por lo tanto dejaba trascender que vetaría el nuevo presupuesto).

Miércoles de jubilados: bautismo represivo, el baño de Milei y la mirada en la reforma laboral

Afuera, la imagen parece idéntica al resto de los miércoles: un Congreso separado de la gente por una larga hilera de vallas que atraviesa todo el ancho de la Plaza. Sin embargo, esta vez un detalle cambia: hay un resquicio que la Policía Federal y Gendarmería ¿adrede? deja abierto entre dos vallas, y la gente empieza a pasar, de a una; tardan ¿adrede? más de veinte minutos hasta que las Fuerzas unen las estructuras con alambre.

La gente insulta. Mueve las vallas.

Uno de los policías federales habla en handy y pide refuerzos. Los refuerzos son:

  • un camión hidrante de bomberos de la Policía Federal,
  • dos camiones hidrantes de la Policía Federal,
  • un camión hidrante de Gendarmería Nacional,
  • la policía motorizada con más de una decena de motos,
  • una centena de gendarmes y federales detrás de una valla.
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Pedro en la silla

Resultados: la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) informó que hubo al menos tres heridos por gas pimienta.

Entre los chorros hidrantes y el gas pimienta, Pedro cruza la calle inundada en su silla de ruedas. Tiene 70 años, es vecino del barrio porteño de Caballito, y tiene una discapacidad por las secuelas de la polio que lo afectó en 1956. “Sobreviví a la polio, sobreviví al Covid y vengo a poner el cuerpo todos los miércoles acá”, dice, alejándose de la lluvia de Gendarmería y la Policía Federal.

Su interpretación: “Esta ministra (por Monteoliva) tiene que demostrar que no es menos que Bullrich. Bueno, hoy fue el estreno. De alguna manera tienen que frenar la protesta. Lo hacen con agua, pero también con las mentiras de la prensa. Pero seguimos adelante porque acá se nos va la vida. Vivo de mi jubilación, patrocino gratis a personas con discapacidad, y hay que seguir esta lucha”.

Miércoles de jubilados: bautismo represivo, el baño de Milei y la mirada en la reforma laboral

Dato: Más tarde Milei contó en uno de los streamings bancados por el gobierno, lo que pasó durante la represión: «Todos los genios de la defensa de los trabajadores ninguno laburó en su vida, como los de ahora. No saben lo que es trabajar, bañarse tampoco, por eso cuando aparece la caprichosa… Hoy hablé con la ministro (de Seguridad, Alejandra Monteoliva) y me dijo ‘ya hicimos una descarga’, y dije: ah bueno, estamos bañando gente». Esto provocó las carcajadas de sus fans.

Traducción: la represión a manifestantes jubilados, periodistas, fotógrafos y personas con discapacidad es tomada como un baño de gente. La frase posiblemente refleja mucho más sobre la pulcritud de quien la emite que sobre las personas a las que agrede.

Miércoles de jubilados: bautismo represivo, el baño de Milei y la mirada en la reforma laboral

Pensando en (el) mañana

Tras el momento represivo, las y los jubilados marchan alrededor de la plaza de los Dos Congresos. A diferencia de otros miércoles, cuando hubo varias rondas, esta vez se moviliza de forma unificada. “Igual tenemos que ser muchos más”, cuenta a lavaca Ana María Tapia, de la agrupación Jubilados Insurgentes. Mira al palacio legislativo y dice que no puede creer que ya se esté discutiendo esta reforma laboral: “En vez de bajar las horas y hacer turnos de 6, formando más turnos y generando más trabajo, se sube a 12 horas. Más esclavos, imposible. Retrocedemos 60 años como mínimo. Es terrible, pero vamos a seguir luchándola, no lo vamos a permitir”.

Mario y Rubén integran el Movimiento Activo de Trabajadores y Jubilados y acaban de terminar de marchar. Dice Mario, al lado de su nieta que lo acompaña la mayoría de los miércoles: “Una reforma laboral que nos hace volver a los viejos tiempos de la esclavitud. Si llegamos hasta acá es porque hasta hoy, las direcciones sindicales se borraron de la escena. Recién aparecen mañana convocando una movilización, cuando acá se necesita parar el país, no hay otra”.

Miércoles de jubilados: bautismo represivo, el baño de Milei y la mirada en la reforma laboral

Dice Rubén: “Es una estrategia que tiene este gobierno de llevarnos al siglo XIX, lo que representa una apabullante derrota de la clase trabajadora. Yo te puedo hablar una hora seguida, pero todas las penurias que estamos viviendo se resumen en sólo tres letras: “FMI”.

Se va otro miércoles, distinto, particular, con vistas al día de mañana, literal. Ana Valverde, de la Unión de Trabajadores Jubilados (UTJ), reparte volantes invitando a marchar este jueves a la marcha a Plaza de Mayo, concentrándose en 9 de Julio a las 14 horas. Dice que la CGT, en verdad, tendría que haber convocado un paro. “Un plan de lucha. vos pensá que allá adentro están entregando nuestras jubilaciones, el financiamiento del Garrahan, y la emergencia de discapacidad, pero ninguno de los trabajadores puede venir porque les descuentan el día, con riesgo a que los echen. Sin plan de lucha, es difícil”. 

La foto

Miércoles de jubilados: bautismo represivo, el baño de Milei y la mirada en la reforma laboral

La foto que publicamos aquí fue tomada por el fotógrafo de lavaca Juan Valeiro. Sobre esa imagen realizó un posteo en instagram Cora Gamarnik, licenciada en Comunicación Social, doctora en Ciencias Sociales, ​ Docente e investigadora del fotoperiodismo, coordinadora del área de Estudios sobre Fotografía de la Facultad de Ciencias Sociales, UBA, e investigadora adjunta de Conicet.​ Plantea Cora:

«Reprimir una imagen

Reprimir a quien la sostiene

Reprimir a quien la produce

Reprimir una imagen que habla a su vez de una represión anterior

Represión al cuadrado

Foto de @juan.valeiro para @mu.lavaca

represión a la marcha de los y las jubiladas

17 de diciembre de 2025. Ciudad Autónoma de Buenos Aires».

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Ituzaingó: los trabajadores ocupan la fábrica de ascensores Cóndor y proyectan una cooperativa

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Mientras se discute la reforma laboral en un contexto brutal de recesión económica e incremento del desempleo, el destino de miles de trabajadores parece ser simplemente la calle. Ascensores Cóndor en Ituzaingó es un ejemplo de empresa en situación de vaciamiento, pero también de otra forma de búsqueda: tras cinco meses sin cobrar, sus 34 trabajadores ingresaron a la planta y proyectan formar una cooperativa para sostener las fuentes de trabajo. “El camino no es solo irse con las manos vacías”, dice uno de ellos a lavaca. Retrato de una época de crisis, y la estrategia de la autogestión.

Por Lucas Pedulla

Argentina es un país que tiene un día a día tan imprevisible que lo que pasó cinco meses atrás puede parecer de otro siglo. Por entonces, en ninguno de los portales de las empresas periodísticas tradicionales aparecía en agenda la reforma laboral que mañana movilizará a miles de personas frente a la Casa Rosada. Tampoco que la empresa metalúrgica Ascensores Cóndor, una fábrica líder con 50 años de historia, dejaba de pagarle a sus trabajadores, coronando un proceso que había empezado, al menos, otro año atrás.

En este país que cambia todos los días, hay 34 obreros que siguen en la misma situación: hace cinco meses que no cobran un peso. Por eso, luego de semanas de resistencias, de acampes y de festivales en el barrio para juntar lo indispensable para bancar la olla, decidieron dar un paso al frente: iniciar los trámites para conformar una cooperativa de trabajo y recuperar sus fuentes de vida y esperanza.

Saben que el contexto es brutal: Acindar (en Rosario) suspendió 2.500 trabajadores, Whirlpool (en Pilar) cerró y dejó a 220 familias en la calle –lo que desató un efecto dominó en el Parque Industrial–, y el secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Aber Furlán, denunció que desde la llegada de Javier Milei al gobierno el gremio perdió más de 26 mil laburantes.

Dentro de la fábrica en el barrio Villa León, en Ituzaingó, municipio al oeste del conurbano bonaerense, el obrero Miguel Franco –51 años, 16 en la empresa, 5 hijos– asegura a lavaca: “Esperemos ser un faro para demostrar, en esta crisis, que se puede hacer algo”.

La chispa

Los trabajadores ubican el comienzo del desplome hace diez años, tras la muerte del dueño fundador. La empresa pasó entonces a manos de los hijos que, de a poco, se fueron peleando entre sí. Todo comenzó a sentirse en la producción: antes de la pandemia llegaron a fabricar 35 ascensores por mes –cada uno tiene un valor de alrededor de 30.000 a 40.000 dólares–, pero el número empezó a bajar: primero a 25, luego a 20. También bajó el número de trabajadores: fueron 220 en el momento de esplendor, luego 180, quedaron 70, y hoy resisten 34.

“Ellos empezaron a hacer que caiga la empresa”, dice Pablo Zamorano, 42 años, 15 en Cóndor, una hija. “Llegamos a estar en un nivel muy alto, fuimos una de las primeras marcas de ascensores. Pero el dueño murió y con su familia haciéndose cargo esto empezó a decaer. Armaron un esquema de vaciamiento, ni siquiera compraban materia prima. Hace un año empezaron a pagarnos el sueldo en cuotas, y hoy nos dejaron sin obra social, sin ART. Este año empezó peor y hace más de cinco meses que no cobramos nada”.

Los dueños firmaron retiros voluntarios con algunos trabajadores y establecieron planes de pago que sólo cumplieron durante un mes, lo cual demuestra la voluntad de los patrones, ni siquiera con una reforma laboral que pretende establecer bancos de horas y licuar indemnizaciones y jubilaciones, sino con la legislación actual. “A otro compañero, con 40 años de trabajo acá, le pagaron con un hornito de 150.000 pesos”, se indignan los obreros. 

Miguel ubica el desplome en el contexto actual: “Hay una caída económica en todo el país. Lo que vivimos es terrorífico: suba de precios, sueldos planchados, un enfriamiento terrible. No sabemos a dónde vamos a llegar, porque todas las semanas están echando gente. Esperemos cambiar la situación y que la gente se dé cuenta de que este Gobierno no va”.

Pablo responde por qué una cooperativa: “El esfuerzo que estamos haciendo todos nos da la esperanza de armarla, para que ya no nos saquen el sueldo como lo hicieron. No conocía esta posibilidad, pero nos da ánimos. Nos va a servir a todos para no seguir sufriendo”. 

Miguel destaca el apoyo y asesoramiento de otras experiencias del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), la banca de la delegación de Morón de la UOM, y la del sector político-gremial más importante de todos: “La familia, porque la banca que nos están dando es tremenda. Imaginate: estoy también al cuidado de mi papá, 93 años, con una jubilación retro. Pero él me apoya, también mi señora y mis hijos: ahí hay futuro”. 

Los trabajadores saben que, en este contexto, la experiencia de Ascensores Cóndor puede ser una chispa y una inspiración para otras fábricas que estén en una situación similar. Miguel dice mirando a los ojos: “Lo tomo como un faro. Puede salir mal, puede salir bien, pero también es hacerle ver a la gente que está pasando el mismo problema que esto se puede hacer. Estamos cuidando nuestros puestos de trabajo, que es lo principal. Nos hemos hecho virales, hemos salido en varios lados, y por algo es: por algo venimos y por algo estamos en este mundo. Ojalá sea el inicio, la esperanza de saber que, cuando pasan estas cosas, el camino no es sólo irse con las manos vacías, sino también luchar”.

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