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Norma Punk: la jubilada que hizo llorar a Cavallo

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Una joven feminista investiga quién fue y qué hizo Norma Plá, la jubilada que en los 90 salió a la calle y encabezó los reclamos de jubilados por sus paupérrimos haberes: cualquier parecido con el presente, a cargo de quien lee. Se convirtió en mediática frente al menemismo, sin abandonar nunca la calle. Llegó a hacer llorar incluso al entonces ministro Domingo Cavallo y ha sido inspiración de canciones de Damas gratis, Bersuit, y la célebre Mi vieja, cantada por Pappo. Lo que muestra el film Norma También dirigido por Natalia Vinelli y Alejandra Guzzo. Un viaje a los 90 para mostrar que no todo fue pizza con champán, y que también hubo puebladas, piquetes, movilizaciones y efervescencia. El significado de aquella mujer revulsiva hoy, en medio del ataque a los jubilados (mañana hay nueva marcha) y al cine. Por Franco Ciancaglini.

Norma Punk: la jubilada que hizo llorar a Cavallo
Alejandra, Solve y Natalia. Foto: Lina Etchesuri.

Norma también no es un documental sobre la vida de Norma Plá en sentido biográfico o cronológico. No se trata de  una enumeración de fechas, discursos ni acciones de quien se convirtió, sin proponérselo, en la jubilada más célebre de la Argentina. Lo que ofrece esta nueva película es un registro de memoria y activación, un puente generacional y político que permite mirar –en clave joven y feminista– todo lo que representó Norma durante una década que hoy vuelve a la discusión pública: los años 90.

La protagonista no es solo Norma; también lo es Solve, una estudiante que comenzó la filmación con 24 años y la terminó con 27. El relato avanza entre  preguntas, ideas y su tránsito personal, mientras las directoras Natalia Vinelli y Alejandra Guzzo organizan las imágenes y las memorias. 

En ese cruce intergeneracional sobrevuela el espíritu punk de Norma Plá: su ironía, su irreverencia, su capacidad para politizar lo que parecía mera frivolidad noventosa. 

Y la pregunta que resuena, en plena romantización cultural y política del menemismo: ¿fue todo pizza y champán?

Resistencia al menemismo

La primera semilla del documental se plantó mucho antes de que Solve apareciera frente a cámara. Fue en 2009, cuando Natalia Vinelli, desde Barricada TV, encaró un proyecto inicial que está colgado en Youtube en formato working progress: con material de archivo y algunas entrevistas elaboraron un corto titulado 450 Norma Plá y la lucha de los jubilados en los 90.  

Ese material quedó en suspenso. En ese momento, los 90 no eran un tema “de moda”. Natalia: “Sentía que el corto, por cómo estaba hecho, me gustaba a mí, a dos amigas y a algunos ex compañeros, pero a nadie más. Me preocupaba que la reflexión sobre la década de los 90 y la resistencia que se gestaba –como pasos hacia el 2001– no llegara a las generaciones más jóvenes”.

Durante casi una década el proyecto durmió en cajones y discos duros. Hasta que, en pleno auge del feminismo, Natalia y Alejandra decidieron retomarlo con una idea distinta: que no fueran ellas quienes contaran la historia, sino una estudiante nacida después del 2000. Así apareció Solve, estudiante de Sociología de la UBA, hot graduada, cuya militancia explotó al pulso de la marea verde cerca de 2021.

Al retomar el proyecto el enfoque feminista de Norma Plá fue uno de los puntapiés para hacer este trasvasamiento generacional. Sin embargo, Milei: la movilización creciente de jubilados cada miércoles hizo que la figura de Norma Plá tomara una actualidad evidente al calor de similares políticas económicas, similares ajustes, y similares personajes promoviéndolas… 

La pregunta “¿Norma era feminista sin saberlo?” atraviesa el film, pero no es no es ya su eje. Solve dibuja este volantazo: “Los propios feminismos, al ritmo de cómo el documental se fue elaborando, transformaron esa pregunta en otra: su rol en la etapa política actual. La consigna principal hoy es ‘unir las luchas es la tarea’, y fue el movimiento de jubilados donde ese desafío se planta también con fuerza”.

El film registra esa constancia, de los 90 a hoy: todos los miércoles Norma marchaba con otros jubilados en Plaza Lavalle, frente a Tribunales, cortando Avenida Rivadavia frente al Congreso

Natalia describe: “Norma no se concentraba solo en el reclamo particular de los jubilados. También marchaba con estudiantes, viajaba a Jujuy, denunciaba el Pacto de Olivos. Tenía preocupaciones políticas más amplias sobre cómo enfrentar al menemismo de los indultos y las privatizaciones, en un contexto donde el lema  para el caso de los ferrocarriles era ‘ramal que para, ramal que cierra’”.

Solve conecta esos hilos con el presente: “Ella fue una gran armadora de la resistencia contra el menemismo. Hoy los feminismos entienden que la tarea tiene que ver con eso. Para mí, el documental dialoga con una estrategia sobre cómo plantarse en tiempos de neoliberalismo”. 

Norma Punk: la jubilada que hizo llorar a Cavallo

Unir las luchas

Participó en las 100 primeras marchas de jubilados de los 90. Hizo llorar al entonces ministro de Economía Domingo Cavallo planteándole que sus padres también eran jubilados (lágrimas que no le hicieron cambiar la política, obviamente). Le iniciaron decenas de causas, le tiraba huevazos a políticos y policías, la invitaban a programas como Polémica en el bar, y ha sido tema de canciones de Las manos de Filipi, Bersuit, Damas Gratis, Resistencia Urbana, y el célebre Mi vieja (Borensztein-Frigerio) interpretado por Pappo. Falleció en 1996 a los 63 años, aunque parece ser de esas figuras que nunca morirán. 

Lejos de la caricatura de frivolidad televisiva y apatía política, la tesis del documental es que los 90 fueron fértiles en luchas populares que prepararon el terreno para el 2001. En el mosaico de puebladas, piquetes, huelgas y movilizaciones, Norma Plá aparece como figura callejera y televisiva, símbolo de esos estallidos aparentemente aislados. 

Jubilada, mujer de pocas palabras, fue capaz de enfrentarse a funcionarios, medios y policías con una valentía que sigue llamando la atención al ver Norma también, conectando así la acción concreta con una estética; un gesto irreverente, punk, que es una marca que el film recupera a través de archivos televisivos, música y consignas que se entrelazan con las marchas recientes. 

Solve va conectando luchas pasadas con banderas actuales: la marea verde, las peleas contra la precarización, las marchas de jubilados de estos tiempos. Y no esquiva tensiones: aparecen los debates con militantes de aquella época que por momentos caracterizan con cierto desdén a la formación política de Norma. La pregunta sobre cómo se construye la memoria y quiénes son legitimados como protagonistas atraviesa la película, la historia, y se proyecta hacia la actualidad. 

La última escena, filmada en junio de 2025 durante una movilización, sintetiza esa idea: las pancartas de los jubilados conviven con las de las mujeres, los sindicatos, los estudiantes. 

¿La década perdida?

En plena descomposición del gobierno y al calor del derretimiento social y económico en curso, los paralelismos resultan inevitables. Y la pregunta impaciente también: ¿cuánvo va a saltar la olla? 

Natalia lo analiza a la luz del film: “Vivimos cada movilización como la última gran batalla: el 12 de junio, la pelea contra la Ley Bases, la marcha federal universitaria… a veces no son el pico de un proceso de acumulación. Norma, por ejemplo, resiste y construye alianzas durante seis años pero muere antes de ver el quiebre”. Solve: “Claro, no vio el 2001.  Tal vez ahora nos encontremos con un proceso donde estemos los próximos años en disputa. Los 90 también son un período de conquistas. Por eso hay que dar vuelta esa memoria. Y ejercitar hoy la posibilidad de contar las cosas que sí están pasando”.

Una de las cosas que sí están pasando es este propio documental, cuyas próximas proyecciones se anuncian desde las redes. De hoy hacia ayer: si los 90 fueron una década de resistencia invisibilizada, tal vez hoy toque volver a mirar a Norma para encontrar algunas pistas del presente. Natalia cierra así: “Recuperar la historia del pasado te permite romper con lo que decía Walsh: ‘Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores. La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan’. Si siempre empezás de cero, no aprendiste nada. En los 90 hubo Norma Pla, hubo Cutral Có, Jujuy, luchas estudiantiles contra el arancelamiento… Ese bagaje tiene que servir”. 

Filmar en la era motosierra

Como toda producción independiente en Argentina, Norma también tuvo que atravesar su propia lucha: conseguir recursos. El proyecto había sido aprobado por el INCAA, pero el triunfo electoral de Milei en 2023 cambió las reglas del juego. 

Los fondos desaparecieron y las directoras debieron recurrir a estrategias de autogestión y apoyo colectivo: crowfunding, más sponsors, la mano invaluable de Barricada TV, Cine Insurgente y la Universidad Tres de Febrero, entre muchas otras. 

Florencia Arias, parte del equipo de MundoA que coprodujo el film y a cargo de la estrategia de financiamiento, cuenta a MU: “Así como hay un una problemática absolutamente de emergencia con los jubilados, con los estudiantes, con la desocupación, hay una emergencia total en la cultura y contra la industria audiovisual en particular. Y la sensación de imposibilidad parece total, pero conectando con el film: en el año 94 salió la Ley de Cine. Y no fue por casualidad: surgió por una lucha, por una organización”.

Otra demostración de que luchar, sirve.

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Oíd mortales

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Este jueves se estrena Belén, la película escrita, dirigida y protagonizada por Dolores Fonzi basada en una historia que resume los injustos procesos que padecimos para justificar la criminalización del aborto. Qué significa recordar hoy cómo obtuvimos ese derecho. Por Claudia Acuña.

¿Escuchan?

Es la voz de la época.

Ese es el tono que sintoniza Belén, la película de Dolores Fonzi y es suya en todos los sentidos: la escribió, la dirige, la actúa, la siente y se la apropia en cada escena, con esa mirada atenta a su entorno y ese gesto de alerta siempre, sin ninguna posibilidad de relajar, porque lo que suena a su alrededor es el tic tac de una bomba social a la que nadie ahí arriba le presta atención. La realidad no será ese lugar inmutable, ya no, pero en ese palacio de la justicia tucumana su personaje –abogada, madre, esposa, creyente– es el único con las orejas atentas. Y con eso alcanza y sobra para que durante una hora y cuarenta minutos Dolores Fonzi convierta en cine aquello que nos sacudió hace apenas unos años.

Arriesgo: Belén es el equivalente a Argentina, 1985, pero feminista y contemporánea. Nos pasó a nosotras cuando hicimos Historia, hace un rato nomás.

En la película Belén es Camila Plaate y su lucimiento es uno de los tantos méritos de Fonzi-directora. Lo es también el guion, que escribió junto a Laura Paredes, su socia también en esta ficción. Ambas cualidades se evidencian especialmente en el momento más conmovedor: nada menos que la escena que resuelve toda la historia a pura actuación. La dimensión de lo que representa Fonzi como actriz puede medirse al comparar las dos películas que dirigió: Blondi y Belén son dos personajes tan diferentes porque su versatilidad es extraordinaria.

Oíd mortales

Dolores Fonzi y Laura Paredes.

Belén, en la vida, es el nombre de fantasía que ideó la abogada Soledad Deza para poder difundir sin exponerla el caso de esa mujer condenada en 2014 por un aborto espontáneo, a la que acusaron sin pruebas, sufrió tres años de cárcel y logró ser liberada por un movimiento social que sacudió todo el país y más allá: la propia Dolores Fonzi escribió a mano en una hoja el reclamo “Libertad para Belén” y lo levantó en el escenario de los Premios Platino al cine iberoamericano cuando recibió, en 2016, el galardón a la mejor actuación por su protagónico en La patota. No sabía que así nacería la idea de esta película: en la platea estaba Leticia Cristi, una de las responsables de la productora K&Z, que se interesó por la historia. Cuenta Fonzi que en aquella ceremonia realizada en Punta del Este el actor Guillermo Francella le preguntó “¿quién es Belén?”. Dirá entonces: “Ahora se va a enterar”. También cuenta que cuando la Belén real vio su historia en la pantalla tuvieron que parar la proyección para que se recuperara de la congoja que le produjo. Finalmente, sonrió: el cine también cura heridas sociales.

Pero fundamentalmente Belén son los ojos de Fonzi: su modo de ver.

Mirar es un acto político, nos advirtió John Berger.

Es arte y es contexto.

Escuchemos a Berger:

 “Si el lenguaje de las imágenes se utilizase de manera distinta, éstas adquirirían, mediante su uso, una nueva clase de poder. Podríamos empezar a definir con más precisión nuestras experiencias en campos en los que las palabras son inadecuadas: la vista llega antes que el habla. Y no sólo experiencias personales, sino también la experiencia histórica esencial de nuestra relación con el pasado: es decir, la experiencia de buscarle un significado a nuestras vidas, de intentar comprender una historia de la que podemos convertirnos en agentes activos”.

Oíd mortales

Es exactamente eso lo que nos ponen por delante Dolores Fonzi y esta Belén: aquello que necesitamos. También nos muestra que la mirada llega antes que los oídos: se escucha aquello que se mira. Escuchar la época es saber dónde mirar.

¿Escuchan?

En tiempos en que nuestra mirada está esclavizada por las pequeñas pantallas el cine nos libera de la domesticación de la imaginación. Por eso para el autoritarismo es un enemigo y para crear otras formas de ser y estar juntas, juntos, es aliento, abrazo, incentivo.

¿Escuchan?

En tiempos en los que el poder es sordo y ensordece, Belén nos grita qué hacer.

¿Escuchan?

Somos nosotras cambiando el mundo.

Derrotando la injusticia, el odio, la desigualdad.

Belén nos muestra que lo hacemos con jeans ajustados, con anteojos del sol como vincha y con nuestras hijas formulando las preguntas que nunca nos atrevimos a hacer.

¿Escuchan?

No tenemos las respuestas en la boca, sino en los pies.

Oíd mortales
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Cine

De México a MU Trinchera Boutique: Festival de Cine de Barrio

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¿Dónde habitan las historias que queremos contar? ¿De qué territorios surgen las realidades que no suelen ser narradas? ¿De qué modo contar lo que está oculto, lo ignorado, lo incómodo? ¿Cómo encontrar belleza en lo que se esconde tras las sombras? Estas y otras tantas preguntas buscaron responder quienes llevan a cabo el Festival de Cine de Barrio (FECIBA), que ocurre cada año, desde hace seis, en la Ciudad Autónoma de México. Cada edición se desarrolla en una zona distinta de la ciudad con la intención de descentralizar el acceso a la actividad cultural. Por primera vez serán exhibidos en la Argentina cinco cortometrajes —tres documentales y dos ficciones— que forman parte de una extensión del festival: Del barrio pa’llevar. La proyección será este jueves 9 de enero en el espacio cultural MU Trinchera Boutique (Riobamba 143, CABA) a partir de las 19 hs., con entrada libre y gratuita.

El desplazamiento cotidiano y rutinario para ir a trabajar; la violencia en un barrio marginal donde se venden drogas; el trabajo sexual y el intento por sacarlo de circulación; dos mujeres profesionales de distintas edades y su trabajo paralelo como vendedoras de feria; y la facilidad que maneja el estado para expulsar a las personas de los lugares que habitan. El Festival Cine de Barrio parido en la Ciudad de México -donde transcurren esas cinco historias de resistencia- desembarca en MU Trinchera Boutique como una «herramienta de detonación de los diálogos necesarios para encaminar los cuestionamientos propios de los barrios y buscar soluciones a problemas comunes o reencontrar el valor de las tradiciones y prácticas que sólo se encuentran en estos territorios”, según aseguran sus organizadorxs. Historias que, a la vez, rebotan en los territorios locales.

La calle en el cine

Lxs cineastas mexicanxs Yuli Rodriguez y Emiliano Escoto son parte de la organización de este evento que propone abrir un espacio para realizadores que se mueven fuera de los «grandes circuitos». Eliana Gilet, periodista uruguaya residente en México, y el fotógrafo Ernesto Álvarez participaron de la última edición del festival con su cortometraje Chingadamadrx y son quienes acercan esta propuesta por primera vez en suelo argento.

Cuenta Eliana el motivo: «La idea es hablar de nuevos centros y darles el mismo peso, no importa dónde se hagan las cosas. El territorio es clave al momento de contar historias porque es lo único que nos permite generar un criterio de lo que es real: es el lugar donde nos encontramos, que nos permite hacer un periodismo de calle y hacer cine”.

Eliana y Ernesto iniciaron una investigación en 2016 sobre casos de desalojos en la zona central de la ciudad de México. “Habíamos estado registrando muchos de estos casos y en el momento de hacer el corto teníamos cerca de cien casos reporteados. La gente era acusada de un delito, como si hubieran invadido el lugar, cuando en realidad había conflicto de vivienda de generaciones; no aparecía un dueño claro y nosotrxs podíamos comprobar que quien terminaba quedándose con esos lugares tampoco era un dueño legítimo. Había un proceso de criminalización y gente que estaba organizada y en lucha: ahí nació el interés por hacer el corto». Aunque levantaran la voz, no llegaba a los medios de comunicación y esto nos llamó la atención». Eliana destaca que aunque las temáticas sean locales, “plantean muchos conflictos universales, de la gente que está abajo y pelea, por eso es interesante poder compartirlo”.

Ese momento llega este jueves, a partir de las 19 hs, con entrada libre en Mu Trinchera Boutique: Riobamba 143, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Los cortometrajes

Combinados, de Luis Ángel Gómez e Israel Cancino

De México a MU Trinchera Boutique: Festival de Cine de Barrio

Combinados. Duración: 6´

El corto de ficción reproduce con humor y poesía las situaciones cotidianas en los medios de transporte. Las coreografías que repetimos involuntariamente, la ansiedad devenida de lo que ya no se tolera: la espera, la celeridad que rige nuestro andar, el tráfico atiborrado de gritos y desesperación.  Nos describe como un «girasol que crece en las grietas del pavimento enraizado entre dos tierras, acostumbrado a apuntar tus bellezas al sol capitalino. ¿Cuántas horas de tu vida has pasado en avenidas congestionadas?». Una curiosa aventura de cuerpos mecánicos, incomunicados, cerrados como capullos.

Mi esquina, mi trinchera, de Guinduri Arroyo

De México a MU Trinchera Boutique: Festival de Cine de Barrio
Mi esquina, mi trinchera. Duración: 10:30.

Documental que muestra la vida de Krizna, trabajadora sexual transgénero y activista de la ciudad de México. La prostitución está profundamente estigmatizada y criminalizada, una ocupación de alto riesgo que puede terminar de la peor manera. Con una mezcla de dolor y orgullo, Krizna asegura: “Las putas somos buenas personas”.

Cola de rata, de Armando Salomo Rosas

De México a MU Trinchera Boutique: Festival de Cine de Barrio

Cola de rata. Duración: 18:17.

Cortometraje de ficción realizado por estudiantes del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) sobre tres estudiantes universitarios que ingresan a un barrio que es punto de venta de drogas. Mientras realizan la compra, irrumpe un operativo policial y quedan atrapados junto a los vendedores.

No se gana pero se goza, de Xochitl Barraza

De México a MU Trinchera Boutique: Festival de Cine de Barrio

No se gana pero se goza. Duración: 21:24´

Xochitl, de 28 años y la maestra Mary, de 63, viven en distintos puntos de la Ciudad de México. Xochitl estudió sociología, Mary es profesora de educación primaria, se licenció en derecho y en pedagogía, sin embargo ambas tambén trabajan como vendedoras en una feria y ven la vida de forma similar. Su trabajo como comerciantes les ha permitido llevar vidas más amenas y aprender sobre ellas. 

Chingadamadrx, de Eliana Gilet y Ernesto Álvarez

De México a MU Trinchera Boutique: Festival de Cine de Barrio

Chingadamadrx. Duración: 4:44

En la Ciudad de México, ya no hace falta una sentencia judicial para vaciar una vivienda: la fiscalía ambiental usa el despojo como herramienta para expulsar antiguos vecinos sin permitirles defenderse y entregar sus casas al capital inmobiliario.

Proyección del FECIBA

Jueves 9 de enero, 19 hs

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Entrada libre y gratuita.

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Mu175

Agustina Llambí Campbell y Argentina, 1985: Producir sueños

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Es la productora de la película argentina que está haciendo historia. Desde que se filmó El Estudiante ejerce el difícil oficio de conseguir recursos para hacer arte. La relación con Amazon, filmar en pandemia, y lo que se viene: llevar a la pantalla Las aventuras de la China Iron.

Texto: Claudia Acuña

Fotos: Lina Etchesuri

Agustina Llambí Campbell y Argentina, 1985: Producir sueños
Agustina Llambí Campbell. Foto: Lina Etchesuri
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