CABA
El amor es más fuerte
Cómo ganó Andalgalá una batalla contra la megaminería. El Concejo Deliberante prohibió la actividad minera. Es el principio de un final feliz de una historia que comenzó con dos hombres, con una bandera argentina, deteniendo a los camiones de una corporación. Y siguió con todo un pueblo. Por Sergio Ciancaglini.
Hay textos que son como ciertos territorios o como algunos espíritus: áridos. Pero muchas veces en la aridez puede haber una secreta belleza, según se mire. Por ejemplo:
“VISTO:
La existencia de proyectos megamineros (Agua Rica y Filo Colordado) que se desarollan en la Cuenca alta del Río Andagalá poniendo en “riesgo y agraviando derechos amparados constitucionalmente”, como son los “bienes colectivos/comunes y los servicios ambientales que generan”(…)
El Concejo Deliberante de la Ciudad de Andalgalá sanciona la siguiente ordenanza:
Artículo 1º: Prohíbase la actividad minera metalífera (Oro, Cobre, Plomo, Plata, etc.), en la modalidad denominada a cielo abierto o a tajo abierto, y la actividad minera de minerales nucleares, uranio y torio, bajo cualquiera de sus formas, en las modalidades a cielo abierto o por galería, en yacimientos descubiertos o a descubrirse, en todas sus etapas: cateo, prospección, exploración, explotación, desarrollo, preparación, extracción y almacenamiento de sustancias minerales, en toda la extensión de la Alta Cuenca Hídrica del río Andagalá, Provincia de Catamarca”.
Esa ordenanza número 029/16 fue aprobada unánimemente por los siete concejales de Andalgalá el 8 de septiembre de este año. Captaron, tardíamente tal vez, el mensaje de la comunidad, tras años de asambleas, palazos, caminatas, detenciones, bloqueos de caminos, balazos, gas pimienta, insultos e insomnios.
“Los concejales ni nombran la lucha de la gente, pero por una vez nos beneficiaron”, dice con alguna desconfianza don Alberto Zozi.
La prohibición de la minería a cielo abierto se agregó a un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que este año dio la razón a los vecinos, que venían reclamando un amparo desde 2010.
En la mira municipal y judicial está centralmente Agua Rica, curioso nombre del proyecto de la canadiense Yamana Gold, que debía tres veces mayor que Bajo Alumbrera, de la suiza Glencore, asociada a Yamana y Goldcorp. Agua Rica sigue paralizada desde que en el planeta que gira alrededor de un algarrobo ocurrió algo infrecuente: cambió la historia.
Prostíbulos y casinos
Andalgalá está geográficamente ubicada entre la bendición y la maldición, a 240 kilómetros de la capital catamarqueña. Fernanda Vallejo, de la asamblea El Algarrobo: “La bendición es estar entre estos paisajes, en una tierra con un potencial enorme. La maldición es que este es un lugar codiciado por las corporaciones”.
La historia adjudica la primera explosión de la primera megaminera argentina, Bajo Alumbrera, a Carlos Menem, en octubre de 1997, aunque en realidad su avión no llegó a la inauguración por problemas climáticos. Su gobierno creó las leyes que facilitaron la llegada de la minería. Al anunciar Alumbrera, Menem dijo: “Esta es la Argentina que necesitamos, que se abre al mundo, que recibe inversiones, que promete un futuro”.
Cuenta don Alberto Zozi: “Estábamos todos chochos con la minería. Después nos fuimos dando cuenta. No había trabajo, no mejoró la situación”. El ex intendente pro minero del FpV, José Perea, reconoció que Alumbrera ocupaba apenas a 50 andalgalenses (sobre 20.000 habitantes) y en el período dorado de la mayor inversión minera de la historia, Andalgalá siguió y sigue siendo el departamento con mayor desocupación de una de las provincias más pobres del país.
Ruth Vega: “Desde el año 2000 empezamos a tener Internet aquí y pudimos investigar, ver lo que pasaba en otros lugares, la corrupción en lo económico, los impactos. Había gente que pensaba que la lucha era por más regalías. Otros proponían mayores controles, pero al final todos vimos que el problema es la megaminería en sí misma, que no trae beneficios y genera contaminación ambiental y social”. Detalles: se hacen explotar 340 toneladas diarias de roca. Sólo Alumbrera usa la misma cantidad de explosivos que el resto del país. Y consume tanta electricidad como toda Tucumán. Se calcula que utiliza 100 millones de litros diarios de agua. Equivalente a una piscina olímpica de 20 manzanas de extensión (cinco Plazas de Mayo) y dos metros de profundidad.
Marcelo Orellana, dueño de un hostel, dice sobre los efectos sociales: “Techint hizo el mineraloducto que traslada una especie de barro en el que van los minerales. Cuando terminaron la construcción, lo que quedó en Andalgalá fueron dos prostíbulos y un casino, que ahora ya no existen”.
Lo que enferma
El médico cirujano y cardiólogo Luis Alberto Flores coordinó un equipo de salud que elaboró el Informe Médico sobre aparición de enfermedades raras. Detectó un crecimiento de 2.400% de osteosarcoma (cáncer de huesos), 500% de esclerosis múltiple, 800% de cáncer en general, 300% de enfermedades respiratorias en niños, entre otras, contemporáneas a la aparición de Alumbrera. “Consideramos que está en relación directa como causa de la aparición de estas enfermedades”, plantea el informe. Al mismo tiempo, el kirchnerismo ampliaba y profundizaba la política pro minera del menemismo.
Otro hito: en Tucumán se inició una causa penal por contaminación contra Alumbrera, y se procesó a su entonces vicepresidente, Julian Rooney. El caso, iniciado en 1998, fue luego motorizado por el fiscal Antonio Gómez. Se descubrió la contaminación en la cuenca de los ríos Salí y Dulce, que desembocan en Río Hondo, por ejemplo. Las últimas noticias del caso: el 3 de agosto de este año fue procesado el actual gerente general de Minera Alumbrera, Raúl Mentz, y se sobreseyó a Rooney, que hoy es presidente de la Cámara de Comercio Argentino-Británica. El sobreseimiento fue apelado.
Por entonces, se había creado el grupo Vecinos por la Vida. En 2009 se sumaron dos novedades:
El proyecto Pilciao 16: concesión del subsuelo de Andalgalá a la empresa Billiton, que incluso contemplaba el pago de indemnizaciones. El futuro prometido ahora estaba en el sótano de las casas de los andalgalenses, que empezaron a ponerse nerviosos.
El anuncio de la construcción de Agua Rica.
Las arterias de Andalgalá
El profesor del polimodal Aldo Flores y el judicial Sergio Martínez vieron el documental Las fuentes del jardín de tus arterias, sobre los efectos del modelo extractivo. “Aldo dijo: tenemos que parar esto mañana mismo. Y yo le contesté: te acompaño”, cuenta Martínez.
El 14 de diciembre de 2009 fueron juntos, a las 6 de la mañana y con una bandera argentina de 10 metros de largo, al camino comunero que da a Agua Rica. Uno en cada extremo de la bandera. Sólo querían impedir el paso de vehículos de la empresa. Una radio transmitió el hecho, más vecinos se enteraron y empezaron a llegar. Uno relevó a Sergio, que tenía que ir a trabajar. Así se fueron turnando junto a la bandera. Al lado había un algarrobo. “No sabíamos si nos iban a sacar del forro del traste, y terminamos quedándonos”.
Fue como descubrirse a sí mismos, a sus vecinos y amigos. Allí fundaron la asamblea El Algarrobo. Agua Rica no pudo empezar a operar, como estaba previsto, el 3 de enero de 2010.
El 15 de febrero la decisión de desalojar el camino del juez Rodolfo Cecenarro fue puesta en práctica por la fiscal Marta Nieva con el envío de 100 policías, infantes y miembros del verdoso grupo Kuntur. Fue una violenta batalla contra los vecinos, mayoría de mujeres y chicos: hubo decenas de heridos y más de 40 apresamientos.
La entusiasta represión provocó una indignación inédita y una pueblada en Andalgalá: se destrozaron los vidrios de las oficinas de Yamana Gold y se incendió parte de la municipalidad. Apenas reflejos de la violencia institucional que la comunidad venía sufriendo. El juez de minas Raúl Cerda ordenó detener las obras mineras “para contribuir a la paz social”.
Los vecinos lo tradujeron así: con la mina, jamás habría paz social.
La bomba suprema
En este 2016 en Andalgalá se percibió el siguiente fenómeno culinario: estaban en el horno. Los datos: el cambio de gobierno nacional, la continuidad de las políticas pro mineras, y las designaciones en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. “Eso fue lo decisivo” reconoce Martínez: “Teníamos presentado un amparo ante la Corte Suprema. Cuando Macri anunció que iba a nombrar a Carlos Rosenkratz y a Horacio Rosatti dijimos: no queremos que esas personas toquen nuestra causa. Rosatti es experto en evaluaciones de impacto ambiental para las empresas, y Rosenkratz es un conocido lobista de grandes grupos privados. No quisimos esperar más, y decidimos hacer un acampe. Pero no en Andalgalá, sino en Buenos Aires, frente a Tribunales”.
La abogada Mariana Katz repasa las cosas que hay que hacer para que exista justicia o algo por el estilo: “Los vecinos habían presentado originalmente un amparo, que fue rechazado en 2010 por el juez Rodolfo Cecenarro, el que los había mandado a reprimir en la ruta. Apelamos esa decisión, fue a la Cámara de Catamarca, que también rechazó el amparo. Presentamos un recurso ante la Corte provincial y también nos rechazó. Entonces presentamos un recurso extraordinario ante la Corte Suprema de la Nación, en 2014”.
Cuatro años rebotando legalmente: la asamblea seguía junto al Algarrobo y haciendo una caminata cada sábado por Andalgalá, bajo la sospecha de que la justicia es algo demasiado importante como para dejar en manos exclusivas del Poder Judicial.
Mariana: “En 2014 se hizo un primer acampe frente a Tribunales y la procuradora Alejandra Gils Carbó dictaminó que los vecinos tenían razón: tenemos derecho a un ambiente sano y existía un peligro para la vida de la gente. Por eso la Corte tomó el caso. Pero como todo seguía sin resolverse, se decidió hacer este nuevo acampe”.
Dejaron pasar enero, por la feria judicial, organizaron familias, vacaciones y licencias. Sergio Martínez consiguió prestado un Gol modelo 2007, se sumaron Rosa Farías, Alejandro de la Cueva y Brian Chayle, cada uno con su bolso y un equipo de mate. Recorrieron 1.282 kilómetros y se instalaron en Plaza Lavalle el 1° de febrero. “Mariano Sánchez Toranzo, de la CTA, nos facilitó una carpa y baños químicos” cuenta Sergio. Recibieron a las Madres-Línea Fundadora Nora Cortiñas y Mirta Baravalle, y al Nobel Adolfo Pérez Esquivel, entre muchas otras visitas y adhesiones. “Parecía que teníamos que andar mendigando vida” recuerda Rosa Farías. Se agregaron andalgalenses, durmieron en las carpas, hicieron turnos, charlas, rifas. Vecinas y vecinos de Tribunales ofrecieron sus hogares para que los acampantes pudieran darse un baño: El Algarrobo oxigenando al ecosistema porteño.
En la asamblea cuentan una trastienda: “El 1° de marzo Ricardo Lorenzetti (presidente de la Corte) tenía que iniciar el año judicial con un discurso solemne. Preside un programa de Naciones Unidas para el medio ambiente (el Consejo Asesor Internacional para la Promoción de la Justicia, la Gobernanza y la Ley para la Sostenibilidad Ambiental). Dijimos: no lo vamos a dejar en paz, va a ser muy bochornoso iniciar el año judicial hablando de medio ambiente ante invitados internacionales, teniendo enfrente una carpa que reclama por un amparo durante seis años. Postergaron el inicio del año judicial, y el 2 de marzo salió la sentencia”.
Contra todos los tribunales catamarqueños, la Corte le dio la razón a ese amparo que plantea que fue ilegítima la aprobación del Informe de Impacto Ambiental de Agua Rica, que además no tuvo participación ciudadana. El fallo detalló todos los riesgos de avalanchas, contaminaciones, filtraciones de ácidos y lixiviados, el pasivo ambiental por generaciones enteras y el “peligro de daño ambiental inminente para el pueblo de Andalgalá” .
La Corte devolvió el expediente a la provincia planteando que hay que hacer estudios de impacto ambiental con bases científicas y participación ciudadana. Pérez Esquivel diagnosticó: “Sobre la minera, la Corte no dijo ni que sí ni que no”. Martínez: “Pero el efecto vino después. El fallo generó mucho ruido y un clima contra la minera a nivel político. El propio juez Cecenarro tuvo que dar vuelta todo, obedecer lo dicho por la Corte y suspender provisoriamente toda actividad de Agua Rica”.
La victoria
Algunos vecinos empezaron a meditar si no sería conveniente ir a instalarse a los cerros junto al Aconquija, con el fallo en la mano, para garantizar que Agua Rica no funcione más. La asamblea recusó a Cecenarro. Martínez: “Salvo la gobernadora Lucía Corpacci (FpV), ya no hay funcionarios ni políticos que hablen de la megaminería en Catamarca. Por primera vez en muchos años, a lo sumo se habla de pequeña y mediana minería. Y nosotros vamos por todo: pedimos una ampliación de la medida cautelar porque desde que empezó todo esto hay leyes nuevas, como la Ley de Glaciares, o la Ley de Bosques, y por eso planteamos que la paralización de la megaminería tiene que ser definitiva”.
El profesor Aldo Flores, que ya se jubiló y supone estar dedicado a la vida contemplativa, informa: “Acá nadie se agranda”.
Andalgalá siguió haciendo sus caminatas (van casi 360), las emisiones desde FM El Algarrobo, las asambleas. Y en septiembre el Concejo Deliberante prohibió la minería a cielo abierto, confirmando que jamás hay que perder la capacidad de asombro.
Charlando con políticos
El presidente del Concejo Deliberante de Andalgalá, José Luis Olas, radical del Frente Cívico y Social explica la ordenanza: “Toda la cuenca de nuestros ríos tiene que ser protegida, por su fragilidad, los glaciares, la biodiversidad. Además está el fallo de la Corte Suprema. Es un deber del funcionario público preservar todo esto para nosotros y para las generaciones futuras. Si no hacemos nada actuamos por omisión: somos cómplices”.
Pero el propio Frente Cívico siempre fue pro minero a nivel provincial: “Nosotros defendimos como andalgalenses nuestro pensamiento. El intendente (Alejandro Páez) siempre estuvo contra la minería, y en un momento eso le costó quedar fuera del partido”. Por su posición antiminera, Páez se abrió del radicalismo y del FCS en 2011. Ganó la intendencia con Proyecto Sur y el MST, la alianza se evaporó velozmente, y Páez volvió al radicalismo, que ahora está aliado al PRO. Un señor llamado Bauman dice que todo esto es la modernidad líquida.
Olas: “Todas las producciones locales fueron perjudicadas o relegadas por la política minera nacional y provincial, que siempre jugaron muy mal con nosotros. Pretenden imponer por la fuerza que seamos un distrito minero. Y la gente no lo quiere. Creo que la gobernadora Corpacci no viene escuchando al pueblo. Y se equivoca si cree que el tema es sólo Andalgalá: toda la provincia tiene mucha información y van a seguir los coletazos. Se despertó mucha gente”.
Carlos Sánchez, también radical y concejal del mismo Frente: “Alumbrera fue una muy mala experiencia que no dejó beneficios y terminó haciendo que los vecinos abrieran los ojos, y rechacen la instalación de Agua Rica, en la que además se ha violado la Ley de Glaciares: de 38 glaciares hay 8 ya afectados por los trabajos de exploración que se habían hecho”.
Se discute la validez de la ordenanza porque se supone que los recursos son propiedad de la provincia, no del municipio: “Pero nosotros aportamos otra mirada, que prioriza la autodeterminación de los pueblos. La provincia administra la minería, siempre que no afecte a las comunidades como la nuestra. Del mismo modo tomamos el artículo 41 de la Constitución que dice que no sólo es un derecho sino un deber defender el ambiente hoy y para el futuro. Entonces lo administrativo no puede estar por encima de esos valores”.
Acotaciones: “Supimos extraoficialmente que Yamana aparece en los Panamá Papers, sin identificar quiénes son los que la operan. Ni en la provincia saben quiénes son realmente”.
Sánchez aporta otros datos: “Aquí los únicos que están a favor de la minera son los que trabajan ahí. Hemos hablado con ellos, pero estamos pensando en un interés mayor que es la salud del pueblo. Con el agua contaminada, no hay vida posible”.
Gustavo Álvarez es concejal del FpV (que además gobierna la provincia): “No soy ni seré antiminero, pero es muy poco lo que ha dejado la minería al pueblo. Se enriquecieron unos pocos”. La posición es contradictoria con el FpV nacional y provincial, que es pro minero. “Es que ha faltado diálogo, se nos ninguneó. En Buenos Aires y en Catamarca toman decisiones con aire acondicionado y nosotros tenemos que acatar. Fijate que acá se violó la Ley de Glaciares, que hay mucha pobreza y se supone que debería haber mucha plata de la minera. No se ha hecho una minería con equilibrio”.
En Argentina no hay noticia alguna sobre una megaminería con equilibrio. “Totalmente de acuerdo, no lo discuto. Por eso tomamos esta decisión. No hay controles. El dique de cola de Alumbrera está sobre una falla geológica. Un peligro. Si es buena la megaminería, ¿por qué no la van a hacer a sus países? No, la hacen acá, y nadie dice nada: todos miramos para el otro lado haciéndonos los boludos”.
Policías en acción
En la asamblea las mujeres hablan sobre el machismo andalgalense. “Cuando fue Ni una menos la municipalidad no sabía qué era, pero quiso participar: organizaron una clase de trekking para mujeres y vino un cura que dio un sermón diciendo que teníamos que referenciarnos en la Virgen”, cuenta azorada Gabriela. “Es difícil cambiar una sociedad conservadora, pero se puede”.
Fernanda: “Influyen los medios. La gente se entera de lo que le conviene al poder. No sabemos qué pasa en el pueblo de acá al lado, pero sí sabemos de Lázaro Báez”.
Rosario, arquitecta: “Es increíble que digan que la única solución es la minería, hay un mundo de cosas que se pueden hacer y cultivar”. Nogales, membrillos, olivos, frutas y verduras de enorme calidad, viñedos, fábricas que aportan valor agregado a las producciones, potencial turístico, pero todo relegado por las políticas pro mineras.
Rosario distingue: “No somos anti-mineros, somos personas que quieren que se cumplan las leyes. Y los pro-mineros no son pro-mineros: quieren trabajar, es gente a la que le dijeron que esa es la única opción”. La única marcha pro-minera que quiso hacerse este año se suspendió: sólo había 25 personas.
Dato de época: la mitad de los adolescentes varones a los que consulté aspiran a ser policías, en una ciudad en la que la gente vive sin cerrar con llave sus casas. El resto querría un horizonte profesional: ingeniería, medicina, diseño. “Casi todos los chicos saben lo que significa la minería, el agua y lo que estamos haciendo” dice Aldo Flores, en viaje hacia los portones de Agua Rica y Alumbrera, bajo la conducción de don Alberto Zozi en terrenos que sólo pueden ser recorridos en 4×4.
En Alumbrera, tras el portón de la planta retrobombeadora que manda una especie de sopa de minerales hacia Tucumán a través del mineraloducto que suele derramarse, aparecen un guardia privado y un joven vestido de policía, sin identificación. “Les pido que se identifiquen” dice.
“Pedile identificación a los de la empresa que son ilegales y no pueden cerrar un camino que es de todos” responde Aldo, que sabe cómo mirar a alguien con desprecio. Luego, se da vuelta y, observando hacia la montaña, pronuncia cuatro sílabas, como un mantra: “Pe-lo-tu-do”. Luego encara al policía. “El que no tiene identificación sos vos”. El joven mira al suelo. Aldo me dice, para que lo escuchen. “Acá ves que la policía está para cuidar los intereses mineros, no para cuidar a la comunidad. Nosotros defendemos la vida, la de ellos también. No son nuestros enemigos. Nuestros enemigos son las grandes estructuras políticas, económicas. Igual ellos podrían cumplir otra función, y no ésta que están cumpliendo ahora”.
Alguna vez, con estilo quijtesco, Aldo se plantó con su bicicleta frente a camiones desmesurados de la minera, y no los dejó pasar. En el viaje de vuelta, corcoveando entre cerros y arroyos que son más de vergel que de desierto, dice: “Por vocación soy pesimista. Pero lo mejor está por venir”. Ante mi sorpresa, Aldo agrega un dato técnico, pertinaz en estas aventuras y desventuras, y de indescifrable valor político: el amor. “Es que la inconciencia y la irracionalidad están en el amor, que es lo más grande. Uno no piensa para estar enamorado. Nosotros estamos enamorados de nuestro suelo, de nuestra gente, del agua. Enamorados del sentido de la vida que encontramos en lo que estamos haciendo. Y por lo tanto, es algo muy fuerte”.
En esta breve concientización sobre la inconciencia, Aldo informa: “Las potencias que nos quieren enfrentar no sienten lo que sentimos nosotros, y por eso están con miedo. ¿Sabés por qué? Porque tenemos amor. Y porque no tenemos miedo”.
CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

- Revista MuHace 3 semanas
Mu 205: Hay futuro
- CABAHace 2 semanas
Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”
- #NiUnaMásHace 2 semanas
Femicidios en julio: la noticia es el horror
- ActualidadHace 2 semanas
Mendoza movilizada: sábado de caravanazo contra la minera San Jorge
- ActualidadHace 3 semanas
Mapuches en Neuquén: 10.000 personas movilizadas contra la represión y en apoyo a las comunidades originarias