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Agro escuela: el discurso transgénico en la educación

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Manuales escolares realizados por empresas como Monsanto. Empresarios que “capacitan” a los chicos. Cómo son los convenios que firmó el gobierno. Qué dicen los libros que elogian el agronegocio. Y hasta dónde llega la educación transgénica. Esta investigación fue publicada en la edición 123 de MU. ▶ DARIO ARANDA

Escuela pública. Alumnos de entre 5 años y 17. Una sola mirada: los transgénicos son beneficiosos, los agroquímicos no son tóxicos y el modelo de agronegocio -con la soja como principal cultivo- es una bendición para Argentina y el mundo. Ese el discurso que imparte, literalmente, el gobierno nacional en articulación con entidades socias de Monsanto, Bayer, Syngenta y Nidera, entre otras.
Doctrina transgénica
La resolución 349 del Ministerio de Agroindustria-fechada el 28 de octubre de 2016- institucionaliza y profundiza una práctica que provenía del gobierno anterior: empresas y organismos oficiales trabajan en conjunto para impartir talleres, cursos y seminarios en escuelas públicas. El nombre del programa es sugestivo: “Escuelagro”.
“El programa pone el foco en los jóvenes, quienes no sólo son el futuro sino también el presente. Escuelagro es unir en una misma mesa escuelas agrarias, productores e instituciones del medio junto a gobiernos municipales y provinciales y el trabajo de los ministerios nacionales”, indica la resolución y precisa que se desarrollarán “encuentros sistemáticos en las diversas escuelas secundarias agrarias y rurales”.
Entre las temáticas a impartir sobresalen biotecnología (básicamente, industria transgénica) y “buenas prácticas agrícolas”, eufemismo instalado por las empresas de agroquímicos para habilitar fumigaciones diez metros de las viviendas. Con una gran campaña publicitaria, el agronegocio logró que periodistas y funcionarios, y ahora profesores, hagan propio el término “buenas prácticas agrícolas” según el cual se podrían controlar los efectos nocivos de los agroquímicos
El programa aclara que para el financiamiento se contará con “Aportes No Reintegrables (ANR – Subsidios)” para la organización y adquisición de insumos que permitan llevar a cabo los encuentros. “Los mismos podrán ser otorgados a municipios, escuelas nacionales y/o provinciales, asociaciones cooperadoras, organizaciones no gubernamentales y/o quien resulte ser organizador de los encuentros citados (incluso empresas)”, señala. Entre los objetivos también figura el asesoramiento y capacitación destinada a los directivos y docentes.
En la resolución, firmada por el ministro Ricardo Buryaile, el gobierno se compromete a facilitar “el traslado de expositores, materiales didácticos y demás elementos que requiera la realización de los encuentros”. Entre las impulsoras del proyecto está Beatriz “Pilu” Giraudo, ex presidenta de Aapresid (Asociación de Productores de Siembra Directa, socia de las grandes multinacionales del sector), actual coordinadora de Políticas para el Desarrollo Sustentable del Ministerio de Agroindustria; y Victoria Zorraquín, directora de Escuelas Secundarias Agrarias y Rurales de Agroindustria.
Zorraquín es una de las fundadoras de la ONG Educere, donde “actualiza” y “acompaña” a docentes y cuenta con financiamiento de Aacrea (Asociación de Consorcios Regionales), el INTA y de la multinacional Nidera.
El semillero
Uno de los primeros encuentros de Escuelagro se realizó en Bartolomé Bavio, en el partido bonaerense de Magdalena. “Encuentro de escuelas agrarias y rurales para generar valor al interior de las aulas”, publicitó el Ministerio de Agroindustria, con la presencia del secretario de Agricultura, Ricardo Negri, que disertó sobre la bondades del agronegocio. Participaron escuelas públicas de Baradero, Berazategui, Berisso, Brandsen, Ciudad de Buenos Aires, Campana, Cañuelas, Chascomús, Escobar, Exaltación de la Cruz, Ezeiza, Florencio Varela, General Belgrano, General Guido, General Rodríguez, Lomas de Zamora, La Plata, Lobos, Luján, Marcos Paz, Mercedes, Monte, Moreno, Navarro, Quilmes, Salto, San Andrés de Giles, San Antonio de Areco, San Pedro, San Vicente y Zárate.
La jornada se repitió en Daireaux, al oeste bonaerense. “Queremos lograr una manera distinta de interactuar con las escuelas y comunidades educativas, esa es la semilla que queremos sembrar un poco en sus cabezas y otro poco en su corazón”, aseguró el secretario Negri a los alumnos.
El 15 de junio de 2017 se profundizó la política de educación transgénica. “Los ministerios de Educación y Agroindustria impulsarán la educación agraria en todo el país”, fue el título de la gacetilla de prensa del propio gobierno. La foto mostraba a los ministros Buryaile y Esteban Bullrich en la firma de un convenio para “fortalecer la educación agraria”. Se precisó que también se firmó un acta compromiso con 45 empresas y entidades del sector para que sean “fuente de capacitación”.
Precisaron la participación activa de Aapresid, Aacrea y del sindicato Uatre (Unión de Trabajadores Rurales y Estibadores), una de las entidades gremiales más desprestigiadas del país por perjudicar a los trabajadores que debiera representar. También firmaron más de 45 empresas y organizaciones -el Ministerio no precisó cuáles- “para facilitar el acceso de las escuelas rurales a la innovación agroindustrial. Se busca un acceso fluido, ágil y sencillo a las innovaciones y nuevas prácticas que se llevan adelante en la agroindustria, para lograr una alta capacitación en docentes y directivos de las escuelas y una mejor inserción laboral de los alumnos”.
Productor hogareños
“Biotecnología y mejoramiento vegetal” es el nombre de uno de los manuales que el Gobierno utiliza en el Programa Escuelagro. Fue editado (incluso con el sello en la tapa) por Argenbio, organización de lobby científico-político fundado por las empresas Syngenta, Monsanto, Bayer, Basf, Bioceres, Dow, Nidera y Pioneer, todas productoras de transgénicos y agroquímicos. Una de las editoras del manual es Clara Rubinstein, de Monsanto.
También imparten a los alumnos un material de Aapresid que afirma que el agronegocio cuida el suelo, contribuye a reducir el calentamiento global, ahorra agua y produce alimentos de forma sustentable. A los agrotóxicos los llama “fitosanitarios” y, en la página 29, alerta que el insecticida Raid (de uso hogareño) es más tóxico que los utilizados en el campo. En base a información de la multinacional Basf afirma que el glifosato es igual de tóxico que el Lisoform.
En la página 32 da un paso más: compara la toxicidad de los agroquímicos con lavandina, aspirina y sal de mesa. Con la leyenda “nada es veneno, todo es veneno”.
La Comisión Nacional de Biotecnología (Conabia) es la encargada de aprobar los transgénicos en Argentina. Está dominada por las mismas empresas que producen las semillas y se basa en estudios de esas mismas empresas para asegurar que no son perjudiciales. También aportaron una cartilla de quince páginas para dar clase en las escuelas titulada “Biotecnología agropecuaria, hacia un mundo sustentable”.
En la página diez resume: “Los cultivos transgénicos permiten aumentar la productividad, competitividad y sustentabilidad de las prácticas agrícolas, reduciendo el impacto de la agricultura sobre el medio ambiente, incrementando la seguridad alimentaria y ofreciendo productos de mayor calidad a los consumidores. Además, promueven la innovación y el desarrollo”.
Un afiche colorido que utilizan en las escuelas tiene un título en color verde, letra mayúscula: “El impacto de los transgénicos”. Y, en contradicción con numerosos estudios científicos (y contra lo que sucede en el campo), afirma con dibujos de insectos, maíz y dinero: “37 por ciento menos de insecticidas, 22 por ciento de mayor rendimiento, 68 por ciento de mayores ingresos para el agricultor”.
Expoagro es la gran feria de agronegocio que tiene como socios a las diarios Clarín y La Nación, junto a todas las empresas locales e internacionales de transgénicos, agroquímicos y maquinaria agrícola. El 14 de marzo pasado, la gacetilla del Ministerio de Agroindustria tenía título celebratorio: “Acuerdo educativo-empresarial en Expoagro”. Allí se explicaba que el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, firmó acuerdos con 27 empresas (que se suman a las 55 que ya participan) para el Programa Escuelagro. No precisaron el total de compañías, pero sí remarcaron la presencia de Syngenta, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina.
El maestro empresa
La Sociedad Rural Argentina (SRA) fue un actor central del avance del agro en el Siglo XIX y primeras décadas del Siglo XX. Pero con el modelo transgénico, década del 90, los actores fundamentales fueron (y son) las entidades Aacrea (Asociación de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) y Aapresid (Asociación de Productores de Siembra Directa), siempre con un supuesto discurso “científico-técnico” y de “diálogo” muy estilo PRO.
Ambas entidades centran sus actividades en el trabajo con los productores, en su relación íntima con las grandes multinacionales del agro, el lobby ante sectores políticos, la incidencia en los granes medios de comunicación, la presencia en organismos de decisión (Ministerio de Agroindustria, INTA, Conabia) y, fundamental, la instalación de políticas públicas.
Aapresid fue uno de los actores principales en la creación e impulso de la “Red BPA (Buenas Prácticas Agrícolas)”, donde confluyen todas las empresas de agrotóxicos y que funciona como espacio de lobby político y técnico para maquillar las consecuencias del modelo basado en uso de químicos. En la red sobresale la Cámara de Sanidad Animal y Fertilizantes (Casafe, integrada por Monsanto, Bayer, Syngenta, Dow y todas las empresas de agrotóxicos), Asociación de Semilleros de Argentina (ASA), Argenbio (académicos con vinculaciones con empresas del agronegocio), INTA, ACREA, Facultad de Agronomía de la UBA y el Ministerio de Agroindustria.
El manual censurado
En 2011, el Ministerio de Educación de Nación y la Secretaría de Ambiente imprimieron 350.000 ejemplares del manual Educación Ambiental. Ideas y propuestas para docentes, donde de manera integral y crítica abordaba los temas de actualidad, entre ellos megaminería y agro. Dos actores principales imposibilitaron que se distribuya en las escuelas: el gobernador de San Juan, José Luis Gioja, por su alianza con la minera Barrick Gold, y Aapresid en la defensa de los negocios transgénicos.
La entonces presidenta de Aapresid y actual funcionaria de Macri, Beatriz “Pilu” Giraudo, sinceró en una entrevista radial cómo operaron para censurar los manuales: “Empezamos a tener distintas reuniones. Primero entre privados. Rápidamente, con una gestión de Silvina Gvirtz (en ese entonces Directora General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires) nos pusieron en contacto con las editoriales”. Giraudo detalló que tuvieron reuniones con el Ministerio de Educación de Nación y con el secretario de Agricultura, Lorenzo Basso. Confirmó que Acsoja (la entidad que nuclea a productores y grandes empresas de la soja) financió “la revisión de todos los manuales que están en el ámbito educativo”.
Los 350.000 manuales oficiales nunca se distribuyeron. Los alumnos de escuelas públicas no pudieron acceder a lecturas críticas sobre minería y agronegocio. El manual ambiental fue el libro censurado del kirchnerismo. “Había que evitar su nociva divulgación”, justificó Giraudo.
Aapresid redobló la apuesta: impulsaron un programa llamado Aula Aapresid, donde ellos mismos ingresan a las escuelas públicas y difunden las bondades del modelo transgénico. “Se busca difundir en ámbitos educativos, gubernamentales y en otras organizaciones el impacto que tienen la producción agropecuaria y la utilización de la biotecnología sobre el medio ambiente, la economía y la sociedad. Su ejecución está a cargo de los Grupos Regionales Aapresid. El objetivo principal es difundir un modelo de producción agropecuaria sustentable basado en las Buenas Prácticas Agrícolas, así también como en la aplicación de la biotecnología”, resumen en su página de Internet.
Según datos difundidos por Aapresid, en 2017 impartieron 144 charlas en escuelas de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, entre otras provincias. Nicolás Bronzovich, “líder de Aula Aapresid”, apuntó a los críticos: “Algunos protestan, desinforman, tienen una posición ideológica”. Y aseguró: “Nosotros nos paramos desde la ciencia”.
En agosto pasado, durante el Congreso Anual de Aapresid en Rosario, en el colegio Boneo reunieron a más de 500 alumnos de una decena de escuelas de Santa Fe. En la jornada unificaron Aula Aapresid y el programa oficial Escuelagro. “Los referentes del sistema productivo siembran en los adolescentes la ‘semillita’ de la vocación productiva”, celebró la gacetilla de prensa de la entidad.
“Esto es magia. Son talleres dictados por productores, funcionarios y especialistas”, destacó la funcionaria, Victoria Zorraquín.
El director de Agricultura de la Nación e integrante de Aapresid, Ignacio Garciarena, fue elocuente: “Es una instancia maravillosa, donde chicos que están queriendo definir su vocación encuentran un espacio que les ‘rompe la cabeza’”.
Nicolás Bronzovich, empresario agropecuario y referente de Aula Aapresid, resumió: “Este tipo de encuentros permite que se transmita el conocimiento, que se comunique lo que hacemos en el sector y se destierren aquellos prejuicios que ya están instalados. De la mano de estos chicos eso es posible”.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Actualidad

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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