CABA
El patrón del mal: perfil político de Jorge Triaca
Hijo de un ex ministro de Trabajo de Menem, es el rostro de los despidos: 174 por día en 2018. Los entretelones del escándalo con su casera Sandra. Las polémicas designaciones familiares. Y su rol en el tablero político de Cambiemos. POR LUCAS PEDULLA
En los pasillos de la actual Secretaría de Trabajo y Empleo, ex Ministerio, saben que cuando las papas queman, uno de los botones de los ascensores de uso público del edificio de Alem 650 amanece bloqueado. Puede ser por algún reclamo general por los 174 despidos por día que hubo en 2018 según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), alguna marcha de las CTA, movimientos sociales o CGT, o quizá por la presencia de la casera Sandra Heredia, que denunció de forma viral que trabajaba en negro para el ministro de Trabajo de la Nación, quien a su vez la designó interventora de un sindicato marítimo.
Sea como fuere, cuando las papas queman, en los pasillos de la actual secretaría saben que al piso 13 sólo se puede acceder por una puerta de ingreso en la escalera, casualmente siempre cerrada con trabas desde adentro y con custodia policial.
Son los momentos en los que nadie debe molestar a Jorge Triaca.
El heredero
El nombre de Jorge Triaca fue el único que no mencionó el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en la conferencia de prensa en la que anunció el “mejor equipo de los 50 años” de Cambiemos luego del triunfo de las elecciones en 2015. Sin embargo, es de los pocos que se mantienen desde entonces en su puesto.
Nacido el 30 de marzo de 1974, ariano, fanático hincha de Vélez, Triaca hizo la carrera académica típica del PRO: licenciado en Economía por la Universidad de San Andrés, con un posgrado en Políticas Públicas en la Universidad Torcuarto Di Tella. Sin embargo, sus verdaderos papiros indican que es uno de los cinco hijos del dirigente gremial Jorge Alberto Triaca, histórico secretario de la Organización de Unión de Obreros y Empleados Plásticos (UOYEP) y secretario general de la CGT Azopardo entre 1985 y 1989.
Pero sobre todo, Triaca padre es recordado por haber dejado de lado la representación sindical para meterse de lleno al inicio del Estado neoliberal: fue ministro de Trabajo entre 1989 y 1992, durante la primera presidencia de Carlos Menem. Su pasado gremial fue la estrategia para sumarlo como un interlocutor conocido con los sindicatos. Eso no le impidió realizar un ajuste sobre sus antiguos colegas, ni tampoco convertirse más tarde en el primer dirigente sindical aceptado como socio en el Jockey Club.
Triaca padre también fue interventor en 1991 de la Sociedad Mixta Metalúrgica Argentina (Somisa), la empresa siderúrgica estatal en proceso de privatización que ofreció entonces retiros voluntarios a los trabajadores, reduciendo una planta que contaba con 12 mil obreros. Su labor y la de su sucesora en la intervención, María Julia Alsogaray, fueron clave para la posterior adquisición por parte de la empresa Techint. El diputado del Frente para la Victoria por Santa Fe (FpV), Marcos Cleri, le recordó a Triaca hijo ese dato en el marco del plenario de comisiones de Presupuesto y Legislación Laboral en Diputados, donde en 2016 se discutió la Ley Antidespidos, luego vetada por el Presidente Mauricio Macri. Cleri dijo: “En San Nicolás no lo recuerdan muy bien, porque terminó entregando a cada trabajador a cambio de entregar un recurso estratégico fundamental”.
Triaca, con la voz quebrada, contestó: “Lamentablemente no está mi padre para responderle. Le correspondería a él hacerlo”. Recordó que él nació en un hospital de la Unión Obrera Metalúrgica y que su padre estuvo detenido durante la dictadura. “Tuvimos tres atentados en mi casa. Yo sé lo que se sufre cuando uno tiene un padre que cumple una función en representación del resto y sé que muchos serán criticados, como seremos criticados los que estemos acá, pero le vuelvo a repetir: uno tiene que respetar la tarea y trayectoria de otros y tampoco de asignarle responsabilidades a sus hijos por la tarea buena y mala que hayan hecho.
Triaca hijo sufrió a los 9 años un accidente automovilístico en el que perdió la movilidad de sus piernas. En una entrevista con La Tecla brindó los pocos detalles que se conocen del hecho: ocurrió en 1983, en un viaje a Bariloche con sus hermanos y su abuela.
El accidente marcaría también su carrera política. Entre 1998 y 2000 coordinó el “Programa de Apoyo Ocupacional para Personas con Discapacidad”, creado por la secretaría de Empleo y Capacitación Laboral del Ministerio de Trabajo, bajo la gestión de Antonio Erman González, quien debió renunciar en 1999 cuando se hizo público que cobraba –además de su sueldo como ministro– una jubilación de privilegio. Desde ese entonces le quedaron viejos conocidos en el Ministerio que al día de hoy lo siguen llamando “Jorgito”.
Triaca hijo formó parte también del gobierno de Eduardo Duhalde entre 2002 y 2003 en la subsecretaría de Coordinación y Evaluación Presupuestaria en la Coordinación de Créditos con Organismos Internacionales, dependiente de la Jefatura de Gabinete de Ministros.
Luego, entró en el PRO en 2003 y fue una pieza clave como director ejecutivo de la Fundación Pensar, el think-tank del macrismo.
En 2009 se convirtió en legislador. Renovó su banca en 2013.
Cinco años después llegaría al mismo sillón que ocupó su padre en el Estado.
Anti movimiento
egún un sondeo de la consultora Ágora, Triaca es el segundo ministro con peor imagen después de Marcos Peña. Sus declaraciones públicas no ayudan a que las cosas se reviertan: “No se registran despidos masivos en el país”, dijo en septiembre, mientras el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) computó 82.445 trabajadores menos sólo en el sector industrial entre noviembre de 2015 y mayo de 2018. La cifra es casi idéntica a la que registró CEPA: unos 81.447. De ese total, surge que:
- 24.495 son despedidos.
- 4310 son cierres de empresas.
- 3179 suspensiones.
- 580 retiros voluntarios.
A su vez, CEPA calculó que la evolución de los despidos y suspensiones en los primeros siete meses del año ascendió a 32.794 casos, un 30 por ciento superior sobre el 2017.
Triaca fue uno de los funcionarios que se sentó con los movimientos sociales en 2016 para discutir el proyecto de Emergencia Social aprobado luego por el Congreso. Allí también estaba presente la actual ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, y el ex vicejefe de Gabinete, Mario Quintana. Uno de los referentes de las organizaciones sociales describe a Triaca como el ministro “con más postura anti movimiento social”. ¿Qué significa eso? “Era el que menos entendía los reclamos. Consideraba que éramos un problema que debía atender Desarrollo y que su Ministerio tenía que atender el trabajo. Esa idea desactivó cualquier tipo de vínculo, sumado a que no hay ningún programa ni capacitación para cooperativas que implique una mirada desde nuestra perspectiva”. Quien mejor entendió ese juego fue la ministra Stanley (La superministra, en MU 127).
Sandragate
Vení, Sandra, te vamos a hacer conocida -dice Triaca en una entrevista con LN+. Se acaba de bajar del auto en su quinta en Boulogne.
-¿Quién es? -pregunta el periodista.
-Sandra, nuestra casera. Hace todo: tira el centro y cabecea. ¿Cómo andás, Sandrín? ¿Estás preparando el asado?
-¿El asado lo hacés vos? -se sorprende el periodista.
-Todo hace -retruca Triaca.
Corre octubre de 2016 en la quinta de la familia Triaca en Boulogne, en el partido de San Isidro, al norte del conurbano bonaerense. El propio ministro explica que allí vivieron toda su vida y que en 1981, cuando su padre y su madre se separaron, la casa quedó vacía, pero como la quinta da a la Panamericana “no la quiere comprar nadie”. Con sus hermanos encontraron las solución: “Decidimos armar como un club familiar”.
Allí, también, vivió Sandra hasta enero de 2018, cuando la relación de encanto se quebró luego de que se filtrara un audio del entonces ministro, que decía: “Sandra no vengas, eh. No vengas porque te voy a mandar a la concha de tu madre. Sos una pelotuda”. El escándalo fue viral, y cuando el Sandragate estalló por todos los canales de televisión, la “casera” fue invitada a varios programas. Allí contó que comenzó a trabajar en el Club Familiar a fines de 2012, que quien figuraba legalmente como su empleador era Carlos Triaca, uno de los hermanos, pero que trabajaba para toda la familia. Y denunció: “A mí me efectivizaron 20 días antes de que gane la conducción que hoy está (por Cambiemos). Estaba en negro”.
En muchas ocasiones, Triaca trabajaba como ministro desde la quinta en un despacho específico decorado con cuadros con camisetas de Vélez de todas las épocas y fotos con jugadores: “Es muy cholulo”, apunta alguien que trató con el Club Familiar.
Sandra le cogestionaba la agenda junto a su secretaria ministerial Claudia Vélez. “Era su asistente personal”, confiesa la misma persona. Sandra no sólo asistía a las reuniones privadas, sino que era quien las organizaba y las llevaba a cabo. El arduo trabajo empezó a pesar en 2017 y decantó en una decisión peculiar, curioso entretelón del escándalo que llegaría tan solo unos meses después.
Sandra comenzó a pedir a la familia un aumento porque consideraba que el sueldo de casera, con todo el trabajo de la agenda ministerial, le quedaba chico. Le respondieron que no le podían dar un incremento, pero había una solución: ir a trabajar a la delegación del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) de San Fernando. Sandra aceptó, aunque se sorprendió de ver el cargo que figuraba en su recibo de sueldo. La palabra no dejaba dudas: “Delegada interventora”.
La “casera” ya no sólo tiraba centros, cabeceaba, hacía asados y coordinaba la agenda del entonces ministro, sino que además empezó a reunirse con las empresas navieras de la zona, a atender a los empleados representados y a gestionar las libretas de embarque de un gremio que tenía a su titular, Omar “Caballo” Suárez, preso y procesado acusado por los delitos de extorsión y manejo irregular de fondos. La persona que trató con el Club Familiar apunta: “Ella no tiene ni terminado el secundario. Sin perjuicio de ello, es muy inteligente y pudo llevar adelante su trabajo. Se manejaba muy bien”.
Sandra contó por televisión que su horario en el SOMU era de 9 a 17, pero si había algún evento especial en la quinta familiar debía acudir con rapidez. “El famoso audio llega después de un día así. Triaca le había puesto a Sandra un auto del sindicato, pero ella no sabe manejar. Justo en ese momento no tenía chofer, y terminó tomándose el colectivo. Por eso llega tarde y Jorge la putea”.
El final es conocido. Sin perjuicio de que los actores son el ministro de Trabajo de la Nación y una empleada doméstica que tenía en negro, la persona que trató con el Club Familiar sólo puede definir lo que pasó con un concepto serio: “Fue una sitcom”.
En Cambiemos no hubo mucho tiempo para reírse.
La familia unida
Sandra destapó una olla que ya hervía. El escándalo repercutió a nivel político: según las encuestas salpicó directamente al presidente Mauricio Macri. El entonces ministro presentó su renuncia pero Macri le dio “un respaldo total”. En ese momento surgieron otras situaciones y designaciones que exponían al Club Familiar.
A fines de 2017, y a través del decreto 1.005, Macri cristalizó la designación de la hermana de Triaca, Mariana, como directora del Banco Nación. Según La Nación, a partir de “fuentes del sistema financiero”, la hermana de Jorge Triaca tenía un sueldo mensual de 150 mil pesos, es decir, 21 veces una jubilación mínima. Mariana estudió en el colegio Northlands, el mismo al que fue la reina de Holanda Máxima Zorreguieta, asidua visitante de la quinta familiar. Triaca defendió el nombramiento de su hermana y aseguró que no realizó ninguna “sugerencia” para que ocupara el cargo. “Más allá de que es mi hermana, es una profesional y aceptó una propuesta”. Y agregó: “Es una militante de Cambiemos desde hace mucho tiempo, y es una profesional que viene desarrollando esta tarea hace dos años en el banco estatal”.
Mariana, que finalmente renunció, no fue la única que aterrizó en el Estado: su cuñado, Ernesto Martí Reta, pareja de Mariana, fue nombrado en el directorio del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE); Lorena Triaca, otra de sus hermanas, fue directora de la Agencia de Inversiones; y su esposa María Cecilia Loccisano tuvo superpoderes en el Ministerio de Salud como coordinadora del área de Financiamiento Internacional. Todos debieron renunciar.
Premios y castigos
Apenas asumió Triaca despidió a 280 trabajadores del Ministerio de Trabajo. Luego, las cesantías siguieron por goteo. “No fue al estilo Agroindustria: acá fueron más repartidos. Con el decreto, por ejemplo, la secretaría de Seguridad Social, de 70 personas, pasó a Desarrollo. Y la que está paralizada es la secretaría de Empleo”. Esa área fue parte de una interna en 2017: “Acá había dos líneas: o estabas con Triaca o estabas con Sabor”. Ezequiel Sabor era secretario de Empleo -lo que en escala significa ser viceministro-, fue subsecretario de Trabajo durante el segundo mandato de Macri en la Ciudad y era un funcionario de buena relación con Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, quienes presionaron para que fuera el ministro de la gestión a nivel nacional. No sólo no ocurrió, sino que Macri desplazó a Sabor tras la masiva movilización de la CGT en agosto de 2017. Punto para Triaca.
Desde adentro del edificio de la actual secretaria explican su rol en los despidos masivos y la caída de fuentes laborales. “Lo que él hace es dejar hacer, dejar despedir, y promover la baja del costo salarial e imponer mayores niveles de flexibilización. Con la desjerarquización y el pasaje a Producción queda bajo una subordinación total”. Según esa lectura, pasar a depender del Ministerio de Producción implica subyugar el trabajo bajo la órbita del lobby empresarial, sin ningún tipo de mediación. “Están subejecutando presupuestos. Vemos críticamente tres cuestiones: Seguridad Social, Empleo y las áreas transversales, que son las que hacen la misma función ahora que se fusionaron las carteras. Más temprano que tarde llegará otra reducción. A eso se suma un retroceso muy fuerte en líneas de formación profesional: no hay cursos, programas de inserción, capacitaciones, todo el trabajo con empresas autogestionadas, el vínculo con las organizaciones sociales. Todo el paraguas de emergencia que había se fue transfiriendo. No es casual que el gran ganador en el recorte haya sido Desarrollo Social”.
Desde los pasillos de la ahora secretaría los trabajadores cuentan que a Triaca no le importa su mala imagen social; como ejemplo menciona el reconocimiento que le da “la gente” a su propio padre. Quizá se refiera al premio de Turf –carrera de caballos- que transcurre en Maipú y que que tiene una copa bautizada Jorge Triaca. En el blog de turf Campana de Largada escribieron la crónica de la última premiación, a fines del 2017: “En la entrega de distinciones estuvieron Laura Triaca y Jorgito Triaca, el Ministro, dos jovencitos a quienes conocimos de pibes, y ahora están grandes, hermosos”. Al final vuelven, sin embargo, a añorar al padre con un reclamo casi gremial: “Bien podía darse una vuelta por la hípica de nuestro país. Lo estamos necesitando, hoy más que nunca. Estaría bueno que alguien nos de bola”.
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Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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