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El lejano oeste: La escuela nº49 de Moreno, sin Sandra y Rubén

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Retrato de la escuela que explotó en Moreno. La comunidad que despertó para reclamar por la educación y la vida. Los números del desastre, y las historias atrás de los números. Barro, clases que no arrancan y futuro. Por Ezequiel Scher.
Al lado de una hoja cuadriculada pintada en birome con la leyenda “Eras mi segunda mamá”.
A centímetros de un envase cortado que funciona como florero de unos claveles rosas de plástico.
A sesenta cuadras de la estación de tren de Moreno.
Entre calles con cráteres de barro y con arroyos escupidos con basura.
Abajo del letrero de la escuela que explotó por dentro.
Acá, las nenas y los nenes todavía lloran.
Ya es fin de mes y en un acto de ocho cuadras donde el eco de las casas de ladrillos sin revoques grita “Sandra y Rubén: presentes”, las nenas y los nenes andan con caras enrojecidas y con mocos y con lágrimas en cataratas. Miran hacia la Iglesia Familiar Cristiana de la Asamblea de Dios, que hace las veces de colegio, donde los docentes entregan semanalmente las fotocopias -pagadas de sus bolsillos- con tareas para no olvidar lo aprendido. Miran hacia ahí porque su escuela, en frente, está cerrada.
Por una rendija, se puede ver que algo la están arreglando. Dicen los obreros que están cambiando la instalación de gas y reparando las zonas destruidas en la explosión. Dicen, pero eso no alcanza.
“El límite tendría que estar más lejos de la muerte y más cerca de la dignidad”, flamea un cartel de la escuela provincial 79. El 3 de agosto, en el cementerio Parque del Buen Retiro, sobre el pasto mojado que rodea la lápida de Rubén, Roberto Baradel, secretario general del sindicato Suteba Provincia, anunció que las clases no volvían en esa zona hasta que las condiciones no estuvieran dadas. El gas y todo lo otro. El run run dice que las clases no vuelven hasta octubre.
Aunque Gabriel Sánchez Zinny, director general de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, asegure que se “usa políticamente la situación”, por lo bajo, desde el propio Ministerio de Educación aseguran que la Región 9 -Moreno, San Miguel, Malvinas y José C. Paz- es la peor de Buenos Aires.
Hay repartidas en las 264 entidades educativas de Moreno:

  • Paredes electrificadas
  • Pérdidas de gas
  • Estufas apagadas para evitar pérdidas
  • Pozos cloacales que se desbordan
  • Cielorrasos que se desploman
  • Faltante de meriendas
  • Y nenes llorando.

Varias docentes que denunciaron la situación recibieron amenazas planteándoles, como Sánchez Zinny, que “dejen de hacer política”. Y una de ellas, Corina De Bonis, fue secuestrada el 12 de septiembre por dos hombres que la golpearon y le propinaron una amenaza flotante: “El que avisa no traiciona: la próxima, el cementerio”.
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Postales del abandono

Una mamá cuenta que su hijo volvía con dolor de cabeza desde comienzos de año. Nunca supo por qué, pero ahora que se evidenció qué había en el aire cree que es por lo mismo: el 2 de agosto, minutos antes de que los alumnos de la escuela Nº 49, la Nicolás Avellaneda, entraran a clase, un escape de gas, denunciado ocho veces antes al Consejo Escolar del distrito, explotó, como una bomba, y lanzó por el aire -sin metáforas- los cuerpos de Sandra Calamano y de Rubén Rodríguez, la vicedirectora y el portero.
Murieron.
Estaban preparando el desayuno para 500 chicas y chicos que iban ahí todos los días y que, por veinte minutos, sobrevivieron a la que podría haber sido una de las mayores tragedias de la historia argentina.
Esa mañana, como todas hace 17 años, Hernán Pustilink iba a la escuela, a su tercer grado, y lo llamó Marisol, una compañera: “Explotó la sala de profesores y encontraron el cuerpo de Sandra en lo del vecino”, le dijo. No podía ser la vicedirectora, que los sábados comandaba la orquesta infantil, que organizaba el taller de estampado. No podía ser Rubén, que hacía treinta años abría las puertas y decía buen día. Pero podía ser, porque la palabra mágica es de pesadilla: “Naturalizamos. Porque pasó lo que dijimos en montones de asambleas y lo que denunciamos en el Consejo Escolar de Moreno”.
Hernán se refiere a lo que, en números y más acá de anécdotas de terror, se desprende de un informe que realizó el Frente de Unidad Docente de la provincia de Buenos Aires con cifras y datos recolectados en 2000 colegios.
El 95% tiene “condiciones inadecuadas” en las instalaciones de gas
El 88% malas condiciones edilicias
El 82% mal suministro de agua
El 91% condición inadecuada de instalación eléctrica
Otros números indican que el 75% de los establecimientos del distrito no tiene gas natural y, según el Área de Investigación de Salud Laboral de Sutepba, en el 61,3% no hay una instalación segura y cuidada. Sólo en el 24,4% se realiza un mantenimiento correcto.
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La caja de Pandora

Para Marcela Corvalán, maestra de sexto grado de la escuela 49, con la explosión también se visibilizó eso llamado “la realidad” que es acaso sus condiciones laborales y de enseñanza. Como si la caja de Pandora en la que vive hubiera salido a la luz: “Esto lamentablemente muestra la realidad de que las cosas no están en condiciones. Estas dos muertes abren la realidad al país”, dice.
“Son dos héroes”, sintetiza Hernán, mientras saluda a Demian, un nene que patea las calles sin vereda en una mañana de frío porque no tiene escuela: “Si no hubiera explotado con ellos, hubiera sido veinte minutos después con todos los alumnos”, repite, en una imagen que no es peor de la que ocurrió, sino tan solo parte de la misma realidad.
Los rostros de Sandra y Rubén fueron graffiteados en una esquina cercana a la escuela. Quedarán allí para siempre. Para que nadie olvide, en el lugar olvidado.
El lejano oeste: La escuela nº49 de Moreno, sin Sandra y Rubén

La nave del olvido

Es el oeste del oeste. El olvido del olvido. Si hay diferencia en infraestructura entre una escuela privada y una pública, si hay distancia entre una pública de Capital y una de Provincia, todavía peor es entre las primeras estaciones del Sarmiento y las últimas. En los subtes porteños, hay carteles con un número de emergencias y una breve explicación de qué es el monóxido de carbono. Acá, nada de eso.
Acá está Mabel, que lleva una remera con la cara de su compañero y agarra un micrófono para admitir con dolor que sigue esperando que aparezca Rubén y le diga que todo es una pesadilla. Recuerda ese 2 de agosto, cuando una amiga del alma la llamó para pedirle que se acercara a la escuela. “Tranquila”, le pidió. “Sabía que algo había pasado”.
Sergio Siciliano, subsecretario de Educación, es el único de los funcionarios de alto rango que se acercó a la escuela. Estuvo con Mabel, dijo que estaba ahí para escucharla. Cara a cara, sobre la calle mezcla de asfalto y de barro, no pudo casi ni respirar. Mabel le ladró: “No es que no hacemos los reclamos. Nos viven pidiendo planillas y planillas. Somos un número. Un número para ustedes, nada más. Por favor, te lo voy a pedir: hagan las cosas como deben ser. Dejen de echarle la culpa al gobierno anterior. Háganse cargo ustedes de una buena vez. Porque, si se hicieron tan mal las cosas en el gobierno anterior, hagan las cosas bien ustedes. ¿Entendés? ¿Me entendés? Basta de intervención. No sirven para una mierda esas cosas. Déjense de joder: atrás de un escritorio no solucionan nada. Hoy perdimos a la vicedirectora y a mi marido, auxiliar. Hoy estarían con nosotros si se hubieran hecho las cosas bien. ¿Me entendés?”.
Tres segundos de silencio. El viento sopla en Moreno. El funcionario dice sí. Atrás, algunos que lo secundan mueven la cabeza como muñequito de perro. Y, cuando siente que el sermón terminó, que el mal trago pasó, reciben lo peor. Mabel, que va a extrañar a su amor para siempre, se lo marca bien clarito: “Acá, por cinco minutos, esto no fue una masacre”.
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Quién es quién

En las marchas del 3 de agosto, del 24 del mismo mes y del 3 de septiembre hay un cartel que se repite: “Sánchez Zinny renunciá”. Se refiere al director de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia, que se compone a su vez de cuatro subsecretarías: Recursos Humanos, Administración, Educación y Territorial. La segunda cartera tiene, en parte, la responsabilidad de la infraestructura.
La última la encabeza Florencia Castro. Según la web del gobierno, entre sus tareas se encuentra la de “establecer las condiciones necesarias para el mantenimiento de la infraestructura de los edificios educativos de la provincia a fin de garantizar la habitalidad de los espacios destinados al desarrollo de la enseñanza. Elaborar y coordinar los proyectos de obras de construcción, ampliación, refacción y refuncionalización de los mismos”. De ella dependen los Consejos Escolares, una institución republicana, cuyos miembros se votan en cada elección. En Buenos Aires, el mapa de la Educación está dividido en 25 regiones, con 135 distritos. Moreno es el 73.
El director de esa área es Marcelo Di Mario -ex asesor de la exministra de Salud, Zulma Ortiz, y ex empresario farmacéutico (Farmatrack S.A.)- quien por estos días mantiene dos grandes focos de conflictos: Mar del Plata y Moreno. La ciudad balnearia tenía intervenido por el Poder Ejecutivo su Consejo Escolar, el interventor renunció, Di Mario asumió ese cargo, pero “por el estado de las escuelas” alumnos y docentes tomaron el Consejo.
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Moreno presenta otra situación irregular: a días de haber ganado la elección el Frente para la Victoria, el Consejo Escolar, que debe garantizar la situación en los establecimientos, fue intervenido por el oficialismo provincial.
Sebastián Nasif fue el interventor hasta el 10 de agosto. Renunció. Argumentó que, tras la no-tragedia, fue amenazado de muerte. En marzo, había firmado un acta donde aseguraba el “mantenimiento, condiciones de seguridad y funcionabilidad” de las escuelas del distrito. Luego de las repetidas denuncias, envió un gasista matriculado, Cristian Ricobene, a la Nicolás Avellaneda. Estuvo con Sandra mirando las instalaciones. Al día siguiente, la escuela explotó.
Acusado de homicidio culposo, el gasista estuvo detenido, pero pagó la fianza y salió libre. La fiscal de la causa, Gabriela Urrutía, plantea la posibilidad de que haya actuado con negligencia. “Usan a mi marido como un perejil. Después de lo de la escuela, terminó arruinado. Él se fue a dormir sin pensar en que dejó algo mal hecho. Lo están ensuciando. El culpable de todo esto, del abandono de las escuelas, de que la plata nunca llegue, no puede ser un simple laburante”, dice Valeria Pereyra, su pareja.
Vidal y Sánchez Zinny le echan la culpa a la “política”. Nasif, a la oposición y al gasista. El gasista, al Estado. Los docentes gritan presente para recordar a Sandra y a Rubén. Piden presupuesto. La Dirección dice que, en 2017, el 85% de la plata estuvo puesta en salarios. Que este año el porcentaje aumentó. Los docentes aseguran que no alcanza. Y el panorama, FMI mediante, no es el más esperanzador.
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De abrazos y Salidas

ara Eccleston fue una de las maestras estadounidenses que trajo Domingo Sarmiento, en su plan de importar especialistas en educación, a fines del siglo XIX. Fue la única capacitada en infantes -hoy, educación inicial-. Todas las mañanas, las madres se acercan al jardín 907 de La Reja -una de las cinco localidades del Municipio Moreno- para buscar el desayuno. No hay clases porque no están dadas las condiciones, pero si no se acercan sus hijos y sus hijas no van a tener qué meterse en la panza. Esa escuela se llama Eccleston, aunque difícilmente la norteamericana haya pensado que el sistema que soñó terminaría en esto: “Denunciamos que había escape de gas. ¿Qué hicieron? Lo cortaron. Vienen nenes chiquitos acá y tienen frío. Cambiaron los caños, pero siguió habiendo olor a gas. No podemos exponerlos a esta situación”, cuenta Gladys, que lleva un pin en el corazón que recuerda a sus compañeros fallecidos. Desde esa conexión se hace la pregunta obvia: “¿Tiene que pasar lo que pasó en la 49 para que lo arreglen?”.
A Chichi Baranzini la confundían con la madre de Sandra, pero es su suegra. Marcelo Rudy, su hijo, también es docente, como ella. La historia familiar transcurre en las aulas e incluye los “sábados de puertas abiertas”, como los llamaba la vicedirectora. Durante la semana, la 49 funcionaba como lugar de desayuno, almuerzo y merienda; su idea fue extenderlo a un día más en el que pudieran ir a hacer talleres. “La corrupción mata y acá tenemos la prueba”, dice Chichi, como si fuera un capricho del diccionario usar la misma muletilla oficialista.
Mientras, recibe abrazos que, como siempre, ayudan a combatir las tragedias. “Aunque sea virtual, cada abrazo lo siento”, agrega, sabiendo que lo colectivo es el único plan viable.

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Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

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¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?

Por María del Carmen Varela

Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?

La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.

Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.

¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.

Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.

En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.

Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.

NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA

Miércoles 30 de julio, 21 hs

Próximas funciones: los viernes de octubre

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Artes

Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

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“Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”. Con esa consigna trabajadorxs de las artes escénicas salieron a exigir la derogación del decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro y pone en serio riesgo al sector teatral independiente. Hubo color y calor, pese a los tiempos oscuros y fríos. El apoyo de la gente en la calle, el fondo del planteo, y la inesperada reacción de Pluto.

Por María del Carmen Varela. Fotos: Sebastián Smok

Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

El público en la calle, sumándose al reclamo en favor del Instituto Nacional del Teatro.

La cita fue en la puerta del cine Cacodelphia, en Diagonal Roque Saenz Peña 1150, desde donde partió la colorida y ruidosa caravana que dobló por 9 de Julio y continuó por Av. Corrientes, hasta llegar a Rodriguez Peña. A las dos de la tarde el tramo de la Diagonal entre Lavalle y Corrientes fue punto de encuentro para actores, actrices, músicxs, bailarinxs, cirquerxs y zanquistas que engalanadxs con trajes de colores, vestidos de puntillas, tapados simil piel y elegantes sombreros le pusieron alegría y movimiento a una lucha que viene desde hace tiempo y se agudizó con el decreto que pone fin a a la autonomía y financiamiento del INT, entre otros organismos afectados. Una de las consignas: “Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”.

Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

¿Quién dijo que hace frío?

Al grito de “Señor, señora no sea indiferente, estamos defendiendo el teatro independiente” la caravana de la cultura logró su objetivo. Irrumpieron sobre el carril peatonal de una Avenida Corrientes poblada de gente en plenas vacaciones de invierno y nadie quedó indiferente. Aplausos, bocinazos, brazos en alto y muchas gargantas se unieron al canto. El reparto de volantes con el logo de ENTRÁ –Encuentro  Nacional de Teatro en Resistencia Activa– puso palabras al reclamo:

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¿Te imaginás la calle Corrientes sin teatros?

Las luces apagadas, las pizzerías vacías

Los artistas callejeros sin público

¡Esta peatonal es orgullo nacional!

Y eso es gracias a nuestro teatro

Hoy, nuestro teatro llena la calle de música y color

en este desfile en defensa del Instituto Nacional del Teatro

que para quienes se pregunten ¿qué es y de qué sirve?

Para fomentar y garantizar que el teatro llegue a todo el país

Hace dos meses, el gobierno firmó el decreto 345 que vacía al Instituto

con argumentos falsos sobre su funcionamiento y financiación

¡Al INT, que con los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar,

produce obras, abre salas, genera trabajo y construye cultura e identidad federal!

¡El Instituto no solo implica poco gasto, sino que genera tanto valor!

¡Defendámoslo!

Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

Las familias y el apoyo a la creación, al arte y al significado del teatro.

El teatro que habla y Pluto en marcha

Nora es una de las mujeres que no resultó indiferente. Mientras paseaba por Corrientes se topó con la caravana y se sumó con canto y aplauso. “Me resulta muy conmovedor porque están defendiendo lo más precioso que tenemos, nuestra posibilidad de seguir creando. Esta puesta en escena me emociona, es poner en escena el deseo”.

¿Vas al teatro? “Todo lo que puedo, cuando puedo pagarlo”.

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Los besos vuelan.

Las niñeces se sintieron muy atraídas por la caravana y no dudaban en acercarse a saltar y aplaudir. Frente al Teatro General San Martín, hicieron una parada y allí el Teatro habló:

  • Ay, ay, ay, me duele todo
  • Teatro, ¿qué pasa?
  • ¡Me dieron una piña en la cara! Y en la panza y en las piernas. ¡Me tiembla todo!
  • ¿Por qué?
  • ¡Quieren desmembrarme!
  • ¿Quién?
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  • El teatro explicándo por megáfono la situación.
  • El decreto 345 quiere vaciar mi instituto
  • ¿Al instituto  que produce obras y abre salas en todo el país? ¿Al instituto que genera trabajo y construye cultura e identidad?
  • Sí. (El Teatro llora y casi se desvanece)
  • ¡Cuidado el teatro se desmaya!
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  • Al teatro le da un soponcio.
  • Yo les juro, no hice nada, el instituto recauda los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar, pero parece que no sirvo para nada
  • ¿Qué serían las noches sin tus risas y tus lágrimas? ¿Sin tu forma de imaginar? ¿Sin que nos animes a encontrarnos?
  • ¿Alguien vio un teatro? (Señalan a los distintos teatros de calle Corrientes y gritan: ahí, ahí)
  • ¡Quiero vivir! (grita el Teatro).
  • Si, acá estamos y nos organizamos– replican todas la voces.
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Pluto junto a las familias en la calle, observando y aplaudiendo.

La escena de un Teatro golpeado pero en resistencia, revitalizado por la suma de voluntades que lo quieren vivo, se repitió en la puerta del Teatro Astral, donde mucha gente salía de una función infantil. Una vez más, muchxs se acercaron y acompañaron. Pluto, o la persona con el disfraz del famoso perro creado por Walt Disney, saludaba niñxs a su paso aprovechando la alta concurrencia del Astral.

Una vez finalizada la performance del Teatro que quiere seguir contando historias, la caravana emprendió el regreso hacia el lado del Obelisco. Y hasta Pluto decidió abandonar el teatro comercial y se sumó a la fiesta del teatro independiente, mientras otra mujer con su familia se hacía oír con cuatro palabras: “¡Que viva el teatro!”

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Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

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Más allá de tu vereda.

Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse. 

No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.

El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.

El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto. 

En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.

Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.

Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”. 

Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.

Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”. 

Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.

Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.

Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.

Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.

Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.

«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».

Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración. 

Hay orgullo.

Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera. 

Jorgelina: “Hagamos más radios”.

Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.

Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:

“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.

Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental: 

“Más allá de tu vereda,

hay otra realidad,

atrás de tu puerta”.

Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva: 

“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle, 

allí seguiremos estando”.

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