CABA
Ya van a ver: la gesta hasta la Liga Profesional de Fútbol Femenino
¿El fútbol y el feminismo pueden jugar juntos? Relegadas y ninguneadas en sus propios clubes, entrenando en los peores lugares, las mujeres futboleras iniciaron una resistencia que pasó a la acción y logró hacer justicia con su actividad. Lo que pasa en las provincias, el Fútbol en Evolución, y lo que enseña tirar paredes y jugar colectivamente. DELFINA CORTI
A las 3 de la tarde de un miércoles de marzo, varias jugadoras de Boca están cambiadas fuera del vestuario de La Bombonerita para arrancar el entrenamiento. Las que llegaron más tarde por trabajo están terminando de cambiarse mientras escuchan cumbia a todo volumen. Algunas de las que están afuera están sentadas, tomando mate. Otras están paradas y charlan en círculo con algunos dirigentes y su entrenador.
–Es lo mismo de siempre – grita una.
Minutos más tarde, el técnico las llama a todas y les dice que no pueden entrenar en las canchas de La Bombonerita porque se pueden romper para el posterior uso de la Reserva y la Primera de fútbol masculino. Eso baja desde arriba. Las pueden usar siempre y cuando no pisen las áreas. Algunas susurran por lo bajo lo que otras gritan sin miedo a quedarse calladas:
-Hace dos meses que no tenemos cancha para entrenar.
-Lo sé. Hoy vamos a hacer físico en la canchita de afuera. Lo más probable es que vayamos a Ferro hasta que se solucione esta situación – les contesta el entrenador.
La “canchita de afuera” es parte de los terrenos de Casa Amarilla, pero bien podría ser una canchita pública en medio de La Boca. Está enrejada, aunque las rejas están rotas. Tiene dos arcos y áreas, pero gran parte del terreno es de tierra y está lleno de desniveles y pozos. A eso se le suma que en el momento en que las chicas pasan por un agujero de la reja rota –la puerta de la cancha estaba con candado– hay una familia haciendo un picnic en uno de los corners y un hombre durmiendo la siesta cerca de un lateral.
Las jugadoras cambian la cara mientras el preparador físico arma los circuitos de entrenamiento. Están acostumbradas a estas situaciones y así lo hacen saber: “Hace dos meses pusieron pasto sintético en la cancha de La Bombonerita donde nosotras entrenábamos. Desde hace dos meses que no tenemos dónde entrenar”, dice una de las referentes del plantel.
El plantel de Boca siguió preparándose en esas condiciones durante al menos diez días después de que Claudio Chiqui Tapia, presidente de la AFA, y Sergio Marchi, secretario general de Futbolistas Argentinos Agremiados, firmaran el acuerdo para que la liga de fútbol femenino sea profesional en nuestro país.
Messi y las modelos
Un día antes de que las futbolistas de la Selección Argentina jugaran el primer partido del cuadrangular final de la Copa América Femenina Chile 2018 frente a Colombia, la AFA presentó la nueva camiseta argentina, aquella que usarían las jugadoras en Chile y el fútbol masculino en el Mundial de Rusia 2018. En la publicación se podía ver a Messi junto a una modelo rubia con la camiseta albiceleste. “¿Y las jugadoras del seleccionado femenino? ¿Acaso no tendríamos que ser nosotras las que presentamos camiseta? VERGONZOSO”, publicó en su Twitter minutos después Lauchi Oliveros, arquera de la Selección. Esa fue la gota que faltaba para que las pibas, las mismas que estuvieron un año sin entrenarse por los problemas que atravesó la AFA y las deudas en el pago de sus contratos, dieran el golpe en la mesa.
El 16 de abril, las jugadoras argentinas le ganaron 3-1 a Colombia y dieron un paso importante para clasificar al Mundial 2019. Probablemente, nadie se acuerde de ese resultado ni quiénes metieron los goles porque la noticia aquel día fue la foto que se sacó el plantel: 20 jugadoras posaron con sus manos detrás de las orejas al grito de “Queremos ser escuchadas”.
El gesto de llevarse la mano a la oreja en el partido contra Colombia nació en el vestuario después de que se barajaran alternativas como taparse el escudo de la AFA y salir con un mensaje debajo de la camiseta. Estaban enojadas por la promoción de la camiseta, entre otras muchas cosas que les hacían ruido. Entre ellas: la exigencia profesional siendo amateurs, la falta de formación en las divisiones juveniles, canchas indecentes para entrenar, falta de indumentaria y calzado adecuado, falta de viáticos y representatividad en la Comisión Directiva de la Asociación del Fútbol Argentino; la falta de prevención y sanción de episodios de violencias contra las mujeres dentro de los clubes.
Meses después llegó el día en el que le pidieron a su DT, Carlos Borello, que las dejara solas en el vestuario para charlar entre ellas, porque esas cosas ya no se iban a bancar más.

Foto: Nacho Yuchark
El caso de todas
oco menos de siete meses entre aquella foto en la Copa América y llenar el estadio Julio Humberto Grondona con 11.500 personas. Ese fue el tiempo que les llevó ser escuchadas, reconocidas y acompañadas: “La cancha llena y el apoyo de la gente fue un premio en un país donde, en el fútbol, las chicas damos todo sin recibir nada a cambio”, enfatiza contenta Maki Urbani.
A fines de enero de 2019 ocurrió un caso clave: Macarena Sánchez fue la primera jugadora en Argentina y Latinoamérica en exigir la profesionalización del fútbol femenino después de que la UAI Urquiza la dejara libre a mitad de torneo sin posibilidad de sumarse a otro club.
El caso de Macarena fue durante años moneda corriente en el fútbol femenino. En el 2012, por ejemplo, la UAI Urquiza fichó a Amankay Maki Urbani, jugadora de la Selección Argentina. Era su primera experiencia fuera de Santa Fe. Durante dos años jugó y trabajó para la UAI como secretaria en la recepción odontológica de UAI Hospital Universitario. Aquel vínculo laboral que no reconoce el vínculo real existente entre el club y la jugadora es aquel que Maca Sánchez definió en su demanda como un mecanismo fraudulento que opera como pantalla para encubrir los derechos de las trabajadoras del deporte: “Estas prácticas son las que buscan ocultar la profesionalización existente de la práctica deportiva y disfrazarla de amateurismo”.
Y así como le ocurrió a Maca, la UAI también frenó la carrera deportiva de Maki Urbani durante dos años: “Después de darlo todo en la UAI, sentí que el fútbol no me estaba dando lo mismo. Así que decidí irme a Córdoba a estudiar kinesiología. Fue ahí cuando la UAI Urquiza me comunicó que no me iba a dar el pase para jugar en otro lugar”. Durante dos años, Amancay se entrenó en Belgrano de Córdoba sin poder participar en el torneo de la Liga provincial. Recién en 2016, pudo sumarse oficialmente al club.
“Lo que le pasó a Maca Sánchez, nos pasó a todas. La que diga que no, es porque no se quiere exponer. Cuando yo era jugadora, existían estas injusticias. Maca fue muy valiente en hacerle frente al club. Y esa valentía estuvo acompañada por la lucha feminista y las redes que ayudaron a que su caso se hiciera visible. Nosotras no teníamos esa posibilidad. En aquellos años, las charlas quedaban entre los dirigentes y las jugadoras. Y, muchas veces, por hablar a la jugadora se la sacaba de la lista y llegaba otra”, recuerda Rosana Gómez, ex jugadora de la Selección Argentina entre fines de los 90 y principios de 2000.
“El fútbol es eso que nos amalgama, que nos hace iguales cuando estamos adentro de la cancha. Y eso mismo es, también, la fuerza que nos hace transformar realidades. Creemos, sostenemos que el fútbol, seguramente, siempre fue feminista y nos ocultaron eso. Porque el fútbol es un juego que de tan colectivo, te demuestra que somos necesarias todas. Y te muestra también que el poder se reparte, es horizontal. Si vos no tenés grupo, no podés ganar nada”, reflexiona Mónica Santino, ex jugadora y DT de La Nuestra, equipo de la Villa 31.
Durante dos meses, jugadoras, ex jugadoras y movimientos feministas acompañaron el reclamo de Macarena Sánchez, lo hicieron propio y, en palabras de Santino, se convirtieron en la fuerza para transformar la realidad. En poco menos de dos meses de la demanda legal, “Chiqui” Tapia anunció la profesionalización del fútbol femenino que, según el presidente, tendrá cuatro puntos clave:
- La entidad enviará 120 mil pesos mensuales a los 16 clubes de Primera División para que firmen contratos con un mínimo de ocho jugadoras y un máximo de 11.
- El sueldo básico será equivalente a los futbolistas de la Primera C del torneo masculino.
- Las jugadoras accederán a obra social y atención médica.
- Se creará un torneo llamado Fútbol en Evolución, similar a la Copa Argentina, que se disputará con equipos del interior que hoy no compiten en el campeonato local de la AFA, integrado únicamente por clubes de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires.
El partido que viene
«Nunca pensé que esto se iba a dar, pero también tengo preocupaciones. ¿Qué sucederá con mis compañeras que por ahí no pueden acceder al contrato? ¿Generará eso una situación de conflicto? ¿Podrán poner plata los clubes para tratar de pagarnos a todas? Son dudas, se irá viendo todo en el camino. Este es un puntapié inicial”, dijo el 16 de marzo en Ezeiza Elisabeth Minning, arquera de Boca.
Las jugadoras festejan la noticia pero no dejan de ver a la profesionalización apenas como un puntapié inicial, hasta ahora explicitado en el interés de ciertos dirigentes y empresas que buscan adelantarse en un negocio.
También es cierto que la ayuda económica que aportará la AFA y la organización del torneo Fútbol en Evolución, se sabe, no van a alcanzar para todos los clubes por igual. “La lucha va a seguir. Todavía hay que crecer. Los clubes tienen que organizarse para armar inferiores. Las nenas más chicas todavía no tienen espacios para jugar al fútbol. En Boca, solo hay Primera. Recién a mitad de año va a haber una Reserva”, dice Camila Gómez Ares, jugadora de Boca.
En el interior del país la profesionalización es un lujo que se limita a los 16 equipos que participan del torneo de la AFA, todos ubicados en la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires. Tapia anunció que desde la AFA ayudarán económicamente a estos 16 clubes para impulsar su profesionalización, pero no aclaró cómo eso se llevará a cabo. Hasta ahora es otra de las tantas incógnitas que gotean después de un anuncio oficial con pocas precisiones y mucho marketing.
Rosana Gómez, cuando finalizó su carrera como jugadora, volvió a Rosario para dirigir al equipo femenino de fútbol de Rosario Central. Debido a su carrera como futbolista –jugó en Rosario Central, River y Boca– conoce ambos mundos: el fútbol de Buenos Aires y el del interior. Y afirma con certeza que el fútbol que se juega en las provincias es aún más amateur que el porteño. Da el ejemplo de lo que ocurre en la Liga de Santa Fe. Las jugadoras hace cuatro años no tenían ni liga ni equipos en Primera. Fueron ellas quienes pusieron de sus bolsillos para pagar una cuota deportiva que les permitiera jugar un torneo, y que el club les diera el nombre y la indumentaria.
“Espero que la gente del interior pueda hacerse fuerte en AFA. Lo creo posible porque Tapia llega a la presidencia por la fuerza de los equipos del interior. Es importante un proyecto donde tengamos las mismas oportunidades que los clubes de Buenos Aires”, enfatiza Rosana Gómez. Lo cree posible porque la lucha de este año demostró que todo es posible. Y, si se sigue por este camino, muchas sueñan con que Argentina se convierta en una de las grandes potencias a nivel fútbol femenino: “Así lo demandan el nombre y la tradición futbolera. Los medios, las redes y todos los que participaron para ayudar a las chicas son de los principales factores para el cambio. Ahora, hay que seguir para adelante. El desafío que tiene el fútbol femenino en Argentina es desarrollarse lo más rápido posible y estar a la altura de las grandes potencias, somos semilleros del mundo”, agrega Rosana.
Aquel miércoles de marzo, mientras las jugadoras de Boca hacían el último circuito, Yesica Yeyo Arrien –ex defensora de la Selección Argentina y Boca– les cebaba mates a las jugadoras.
“A nadie le gusta tener que entrenar en estas canchitas, pero estas canchitas fueron las que desencadenaron que las jugadoras lucharan. Ellas juegan en Boca y no saben la cantidad de beneficios que eso les da. Tener que reclamar el espacio para entrenar las acerca a la mayoría de las chicas del país. Hace que luchen por todas”, asegura Yeyo.
“Hace unos años, yo siempre tenía el sueño de jugar afuera para tener una experiencia nueva. Ahora siento que si bien en algún momento lo voy a querer hacer, poder estar acá y poder vivir de esto no lo cambio por nada. Sé que nos estamos acercando a esos sueños: vivir del fútbol, ser profesionales con todas las letras, jugar en los estadios, que la gente pueda ver nuestros partidos por televisión. Siempre quise lograr esto que estamos viviendo, poder vivir el fútbol acá, en mi país, y con mi familia cerca”, dice Camila Gómez Ares cuando frena para tomar agua.
Toda esta historia que hace poco hubiera parecido increíble, es recién el comienzo. En menos de un año, las jugadoras argentinas pasaron de ser invisibilizadas a ser reconocidas como profesionales del deporte. Alzar la voz fue el camino del cambio.
La foto de aquel 16 de abril en la Copa América, la demanda de Maca Sánchez, la cancha de Arsenal llena, el “Ya vas a ver / el fútbol va a ser de todes o no va a ser / y sí, chabón / llevamos en los botines revolución” que bajó desde las tribunas en el partido de ida del repechaje son las postales de estos doce meses y de lo que se viene.
Porque lo que se viene es más fútbol, más equipo y más lucha. Como dice Mónica Santino, todo esto se logró gracias al juego colectivo: “El fútbol nos enseñó que si no podemos hacer pases con una compañera y tirar paredes, es muy difícil avanzar en la cancha. El fútbol es una enseñanza de vida maravillosa, como el feminismo”.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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