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Bayer en Pergamino: peor el remedio

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La mayor productora de agrotóxicos, Bayer-Monasanto, protagoniza en Pergamino, uno de los lugares más fumigados del país, un típico caso de “ayuda” para higienizar su imagen: instaló en el hospital público salas de espera con sus logos y leyendas. Una paciente que debió llevar a su hijo afectado por los plaguicidas relata a MU la paradoja. La repuesta de Bayer y del gestor de la idea; cómo se articulan “donaciones” durante la pandemia; y por qué Pergamino es el lugar ideal para intentar lavar una mancha que no se borrará fácilmente. Por Anabel Pomar.

Bayer en Pergamino: peor el remedio

La intrusión de empresas y corporaciones en el sistema público no es nueva. Sobran ejemplos de cómo las industrias sucias o tóxicas hacen donaciones o distintas actividades dentro de lo que denominan  la responsabilidad social empresarial (RSE). Desde costosos equipamientos, laboratorios, “alimentos”, “semillas”, dinero; hasta computadoras, útiles escolares y un largo etcétera buscando mejorar su imagen pero sin abandonar sus prácticas productivas y los impactos que las mismas generan.

Una inversión en marketing por otros medios.

Estas campañas de greenwashing -como se las conoce en inglés, lavada de imagen verde- se observan sobre todo en aquellos lugares en los que las empresas tienen físicamente sus plantas productivas o donde realizan las explotaciones de nuestros bienes naturales comunes. Es decir, donde las afectaciones se hacen carne de modo concreto. 

Los hospitales y el sistema de salud no son la excepción de estos intentos. En contexto de pandemia del Covid-19 en los pueblos fumigados estas políticas mostraron su cara más cínica.

Es este mundo del revés lo que provocó que en Pergamino, una tarde de sábado del mes de julio, se llegara a la siguiente situación. “Mi nene se sentía mal”, empieza relatando a MU una vecina que prefiere no dar su nombre porque teme, precisamente, que su relato pueda afectar la calidad de la atención de salud que recibe su hijo. El niño, de tan solo 7 años, tiene en su cuerpo niveles de glifosato 120 veces superiores a lo admisible según su peso. También daño genotóxico. “Consecuencia de los agrotóxicos tiene varios problemas de salud. A él lo atiendo en un lugar fuera del partido, pero ese día ante una urgencia tuve que acudir a la guardia pediátrica del Hospital Provincial San José”.  

Producto de la pandemia y para evitar el cruce entre posibles contagios de coronavirus con pacientes que sufren otras patologías, les hicieron esperar en un nuevo lugar, especialmente acondicionado. Así descubrió que las casillas de “rápida evaluación y derivación” de color claro tienen el logo de Bayer, empresa tres veces condenada por actuar con malicia y negligencia y enfermar de cáncer justamente con su herbicida base de glifosato, el mismo químico que llevaba en su cuerpo ese niño que llegó hasta la guardia.  

Debajo del logo de Bayer estampado al costado de la casilla puede leerse: “Sala de espera área verde pediátrica”. Debajo otros dos logos, a sendos lados, el del Hospital Zonal San José y el del Ministerio de Salud provincial. 

“No tengo más que palabras de agradecimiento para con el personal médico. Siempre nos han tratado bien pero tener que pasar por una situación así es indignante. Yo no pude esperar allí. Cuando me encontré con eso me sentí muy mal”, relata la vecina con voz quebrada. 

Conocida como la perla del norte, la ciudad de Pergamino, en la provincia de Buenos Aires, es el epicentro de las principales empresas del agronegocio y del desarrollo de tecnologías transgénicas y de biotecnología. 

La ciudad no permanece exenta de las consecuencias de ese modelo que afectan el ambiente y la salud. El agua potable de toda la ciudad tiene casi una veintena de sustancias peligrosas que ponen en riesgo la vida. Si bien esto último no tiene tanta repercusión a nivel nacional, cada vez es más creciente la organización vecinal de Madres de Barrios Fumigados, la Coordinadora por el Agua y la Salud de Pergamino y Paren de Fumigar Pergamino, entre otros colectivos, que buscan romper el cerco. Terminar con la complicidad silenciosa con un modelo productivo dependiente de corporaciones tóxicas fuera del escrutinio de la mayoría de la comunidad, que hasta les pide asistencia para mitigar afectaciones de las que son señaladas o investigadas como responsables.

Favor con favor  

Bayer enmarcó estas donaciones como parte del “compromiso de la empresa en el marco de esta pandemia que es el de maximizar el esfuerzo en la producción, logística y abastecimiento para que la población tenga acceso a medicamentos y tratamientos médicos e insumos clave para los alimentos y la agroindustria”, según respondió a MU. Sigue: “La empresa estará realizando donaciones destinadas a reforzar el equipamiento de hospitales  comunitarios ubicados en la Provincia de Buenos Aires, específicamente de las localidades de Rojas, Pergamino y Zárate, donde tenemos plantas operativas, además de facilitar instalaciones tales como campamentos y casillas para ser utilizadas en los procedimientos de triage que permiten la derivación de los pacientes que se acercan a los establecimientos asistenciales”. 

 Desde el hospital donde están ubicadas las seis casillas, en una calle interna posterior utilizada como entrada de proveedores en el contrafrente del edificio, no brindaron ninguna información oficial sobre el tema. 

La donación fue vehiculizada en calidad de comodato a través de la Cooperadora del Hospital Zonal San José y motorizada por el doctor Gastón Lanternier, titular de la Asociación de Profesionales del Hospital, además presidente de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud (CICOP) local. Lanternier confirmó a MU esta información y argumentó: “Los médicos trabajamos para el hospital y hacemos todo lo que está a nuestro alcance para ayudarlo. Este es un lugar chico, nos conocemos y las cosas se hacen así, más por contactos personales que por las vías institucionales. Conozco a un alto ejecutivo de Bayer y de ese modo, en este contexto de pandemia, fue que le solicité la ayuda. En calidad de médico. Sabemos que es una empresa grande, que está acá (NdR: presente en la zona desde los 70  con el nombre de Monsanto, luego adquirida por Bayer en 2018) y que puede ayudar. Incluso ofrecieron instalar todo un hospital de campaña pero no consideramos que fuera necesario”.  

Ante la consulta sobre exponer a pacientes con afectaciones oncológicas o problemas asociados a los agrotóxicos a ser atendidos en un lugar con los logos de Bayer, que fabrica sustancias tóxicas vinculadas con esas enfermedades, Lanternier señaló: “Es un tema muy difícil de responder; de ninguna manera se quiso hacer vivir a esos pacientes un hecho tan chocante”. Situación que no dudó en definir como “lamentable” tras admitir que esas casillas sanitarias terminaron provocando más rechazo en la comunidad que brindando el beneficio buscado. “Si no hubiera sido en contexto de pandemia no hubiésemos pedido ayuda. No quisimos lavarle la cara a nadie” asegura, antes de finalizar la entrevista que terminó por diluir su presentación de gestor de la idea en un simple intermediario en la concreción de ese comodato. 

Bayer informó también que “estará destinando un monto de 155 mil euros” para ayudar a localidades bonaerenses durante la pandemia. En Pergamino, lo haría a través de la Asociación Civil Centro Providencia y CONIN con donaciones destinadas a la compra de insumos para el Hospital local y alimentos. CONIN tiene una larga y estrecha relación con Bayer-Monsanto y es conocida por su permanente promoción de los transgénicos como forma de terminar con el hambre.  

Lanternier por su parte dice que el Hospital no ha recibido dinero de manera directa por parte de Bayer pero sí “de manera indirecta”, tal como publicitó la empresa: los aportes llegan a  través de la Fundación por Pergamino.

La Fundación por Pergamino se presenta como organización no gubernamental con el objeto de colaborar y ayudar a “propiciar el desarrollo local del Partido Pergamino y la región”, promoviendo actividades de interacción pública-privada y de trabajo en red para el aumento de la productividad mediante el agregado de valor con visión sustentable en lo social, ambiental y productivo/económico. Durante la pandemia realizaron distintas campañas solidarias para colaborar “con los más necesitados y el personal de la salud”. “Recaudamos -dicen en su sitio público- un total de $3.198.657 gracias a las 105 donaciones de ciudadanos y organizaciones. También promovieron la campaña Una Tonelada de Vida. “Si sos productor agropecuario, sumate a esta campaña para donar un parte de tu soja”. El dinero recaudado, publicitan,  “será destinado a la compra de alimentos e insumos sanitarios para los más afectados”.

En su portada, entre otros sponsors figuran Rizobacter, Bayer, Semillas Don Mario, Asociación de Cooperativas Argentinas, Agritest, la Sociedad Rural de Pergamino, La Asociación de Ingenieros Agrónomos del Norte de Buenos Aires (AIANBA), junto al propio Municipio, la Fundación UNNOBA y el INTA. 

Bayer en Pergamino: peor el remedio

El conteiner de espera con los logos de Bayer frente al Hospital de Pergamino, instalado como
“donación” ante el coronavirus pero usado por vecinxs fumigadxs.

Aguas turbias

En abril de 2019 la justicia federal acreditó en el agua potable que consumen los pobladores de la ciudad de Pergamino la presencia de 18 sustancias químicas altamente peligrosas para la salud y utilizadas por la agroindustria. Esto en el marco de la investigación que lleva adelante  el juez Carlos Villafuerte Ruzo, Titular del Juzgado Federal de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional Nº 2 de San Nicolás, por un reclamo impulsado  por personas afectadas, y la presentación de la doctora Sabrina Ortiz quien es, además, la abogada querellante una de las damnificadas en el hecho que se investiga. 

El juez dictó el procesamiento sin prisión preventiva a tres productores rurales Fernando E. Cortese, Mario R. Roces y Víctor H. Tiribo, por considerarlos “prima facie” coautores penalmente responsables del delito de “contaminación del ambiente en general, de un modo peligroso para la salud, mediante la utilización de residuos calificados peligrosos (agrotóxicos)” y les fijó un embargo a cada uno de ellos por tres millones de pesos.

La investigación judicial relevó inicialmente la situación de tres barrios con campos localizados alrededor de Villa Alicia, Luard Kayad y La Guarida de esa ciudad bonaerense. En estos campos destinados a la producción agrícola se aplican agrotóxicos que en muchas ocasiones tienen como componente activo el glifosato o derivados del mismo. 

Elementos como el 2-4D, atrazina y clorpirifós fueron hallados al comienzo en pequeñas muestras tomadas en el suelo y en las aguas de esos predios. Un estudio posterior determinó la existencia de una gran cantidad de moléculas de plaguicidas en el agua, que no resultaba apta para consumo humano, y también en el suelo. 

La contaminación fue acreditada por estudios ordenados por el juzgado y con la participación de prestigiosos especialistas como la doctora Virginia Aparicio (INTA Balcarce), el docor Damián Marino (UNLP) y el doctor Medardo Ávila Vázquez. 

El 30 de agosto de 2019 la medida cautelar, que hasta entonces había alcanzado sólo a los barrios mencionados, extendió la prohibición del uso de pulverizaciones y fumigaciones a todo Pergamino, al acreditarse en la causa daño genético en niños y adultos expuestos a la contaminación.

También dentro de esta causa se realizó el pedido de  incorporar a la investigación a un cuarto barrio de Pergamino, Santa Julia, donde la comunidad relevó 43 casos de cáncer. En ese lugar, en las muestras de agua de red, se encontraron 19 agrotóxicos altamente peligrosos para la salud.

“La asociación entre las condiciones ambientales y los resultados de estudios de genotoxicidad son una de las mayores preocupaciones de la comunidad científica”, expresó la doctora Delia Aiassa en el informe que está en la base de la decisión del juzgado. “Las principales fuentes de contaminación se atribuyen a las actividades que se realizan en la industria y la agricultura”. 

El informe también señala que esos grupos de contaminantes no necesitan estar constantemente en el ambiente para provocar daños, debido a sus altas tasas de transformación. 

Los alcances que tiene esa situación puede observarse también por fuera de los folios, de los informes, y de la fría letra pericial. Solo basta detenerse y escuchar las historias de las personas fumigadas. Aquellas que, además, hoy deben esperar en una guardia pediátrica de un hospital público junto al logo de la marca del mayor productor de los venenos que también vende los remedios para tratar las enfermedades que él mismo provoca. 

Portada

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

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Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

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También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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