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Con remedio: Laboratorio FarmaCoop

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El ex Roux-Ocefa es el primer laboratorio del país recuperado por sus trabajadorxs y una de las 37 empresas sin patrón nacidas desde 2016. ¿Cómo son las maniobras y trampas empresarias? ¿Cómo se hace el vaciamiento? La lucha cooperativa contra los despidos y contra los propios miedos. Recetas para no resignarse a la crisis.

Con remedio: Laboratorio FarmaCoop
Faustina Godoy, Karina Rojas y Sandra Oyarzú. Fotos: Lina Etchesuri

En algún momento de su vida, más precisamente en el siglo III antes de Cristo, el médico griego de la Escuela de Alejandría, Herófilo de Calcedonia, dijo: “Cuando la salud está ausente, la sabiduría no puede revelarse, el arte no se manifiesta, la fuerza no lucha, el bienestar es inútil y la inteligencia no tiene aplicación”.

Ese mensaje de bienvenida es lo primero que puede leerse en la página oficial del laboratorio Roux Ocefa, cuya historia comienza en París en 1887 y continúa 131 años después -entre megadevaluaciones y presupuestos votados a represión- en Villa Luro, Ciudad de Buenos Aires, con un dato concreto: puede convertirse en el primer laboratorio recuperado de la Argentina y del mundo.

Emanuel Stoleman -31 años, operario de producción en sueros- tiene ese objetivo claro en su cabeza: cuenta que está estudiando contabilidad mientras revuelve el guiso del almuerzo y sus compañeros y compañeras acomodan los platos, vasos y cubiertos en una mesa larga. Luego de dos años de conflictos financieros, sueldos impagos, aguinaldos inexistentes, cambios patronales, acampes y amagues judiciales, va a ser el contador de la futura cooperativa. “Con confianza y compañerismo podemos salir de lo normal”. ¿Qué es salir de lo normal? “Cambiar un poco el rumbo del sistema que nos gobierna desde que nacimos”.

La filosofía, de París a Villa Luro, permanece intacta.

Cambiemos

La historia comienza en 1887 y en París porque allí nació Julián Augusto Roux, trabajador en Laboratorios Clin-Comar, un joven al que, según la biografía, su “espíritu visionario e inquieto” lo llevó a radicarse en Argentina en 1912. En 1935 fundó Laboratorios OCEFA -luego Roux-Ocefa-, que se convirtió en uno de los principales exportadores de la industria farmacéutica local durante la Segunda Guerra Mundial: fue el primer creador de soluciones parentales (sueros) y de bolsas para la recolección de sangre.

El inquieto y visionario Julián presidió el laboratorio hasta su muerte, en 1975. Desde entonces Roux Ocefa quedó posicionada como una compañía farmacéutica de excelencia que fabricaba y comercializaba más de 100 productos con una planta estable de 500 trabajadores y trabajadoras. Tenía ocho delegaciones regionales y una Fundación para acompañar y contribuir a la comunidad médica con investigación, docencia y divulgación científica. Luego de su muerte, la dinastía familiar continuó por generaciones con la empresa hasta llegar a su nieto, Julián Mariano Roux, conocido como “Juliancito”.

Omar Rodríguez -54 años, 34 en la empresa, encargado del sector de Esterilizaciones- dice que los conoció a todos y que recuerda como si fuera hoy una frase que escuchó el primer día que Juliancito llegó: “A esta empresa la destruyo en 10 años. Estoy esperando un cambio de gobierno que me favorezca”. Omar dice que, a veces, dos más dos son cuatro: “Ese cambio llegó”.

Crónica de una fuga

Faustina Godoy entró en 1988 como operaria. Cuenta que vivió “todo” -la hiperinflación, el menemismo, el 2001-, pero lo que la despertó del vaciamiento fue la calidad de la comida. “Nos traían viandas, luego sándwiches. Ahí dije: esto va directo a la calle”.

Bruno Di Mauro es uno de los más jóvenes: 28 años, operario de mantenimiento, entró en abril de 2012. “Los más grandes cuentan que todo arrancó hace más de diez años: menos producción, cero mantenimiento, se perdían repuestos y todo se ataba con alambre. De tres años a hoy, empezó un desdoblamiento de sueldos, pagos en cuotas, y en junio de 2016 entraron en concurso de acreedores. Sólo se endeudaban más. Un laboratorio no suele tener problemas de mercado: los problemas son financieros”.

El 2016 lo pasaron con movilizaciones a Casa Rosada y volantedas en el barrio. Pero el año nuevo fue drástico: el 2 de enero de 2017 intentaron suspender a todo el personal. Bruno: “Ocupamos. Nos quedamos tres meses y medio, con todo lo que significa: la mayoría acá tiene más de 45 y 50 años. En todo ese proceso no vimos un peso. Y, desde ahí, ya empezamos a discutir la posibilidad de una cooperativa de trabajo”.

Sin embargo, el sindicato (la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina, que dirige el triunviro cegetista Héctor Daer) no tenía la misma idea y presentó un posible comprador de la empresa, Carlos Villagra, a cargo de la Asociación de Farmacias Mutuales y Sindicales. Villagra se hizo cargo de los 50 millones de dólares de deuda de la compañía y prometió la activación de la planta en 45 días. No era un objetivo sencillo: en Villa Luro y Mataderos (la otra planta) quedaban 300 trabajadorxs y había un agujero financiero con 290 cheques rebotados que superaban los 21 millones de pesos.

En abril de 2018 asumió la nueva conducción. Bruno: “Nos depositaron 30 mil pesos a cada uno y nos prometieron pagar los sueldos. Con una propuesta así, decidimos levantar la medida”. Emanuel recuerda que el gremio envió a la puerta de la fábrica a 150 delegados con bombos y banderas: “Nos pareció terrible. Una compañera les dijo que no había nada para festejar. Habíamos perdido tres compañeros: uno se suicidó y otros dos murieron por depresión. Hubo familias destruidas en todo este proceso”. Sin bombos ni platillos, los problemas persistieron.

La crisis de la crisis

Emanuel resume la nueva fuga: “Villagra se fue porque decía que perdía mucha plata”. El sindicato acercó un nuevo candidato: Ariel García Furfaro, propietario del laboratorio Ramallo. Los trabajadores y las trabajadoras sólo tuvieron que googlear el nombre para entender lo que se venía. Bruno: “Tenía un modus operandi: comprar un laboratorio cerca de la quiebra, vaciarlo, llevarse las patentes y las máquinas y dejar a la gente en la calle”. Plantearon ante el juez Sebastián Sánchez Cannavó que se declarara nula la venta de acciones para evitar una nueva estafa: “Le dijimos que diera la quiebra, que nos otorgara la continuidad, pero que por favor no permitiera que se instalara esta gente”.

El juzgado la rechazó, apelaron, pero el 1º de marzo de 2018 arribó la nueva administración. La profecía se cumplía: “En seis meses echaron a 200 compañeros”. Entre ellas a Karina Roja, maquinista de llenado de sueros desde el 2013: “Soy de Loma Hermosa, San Martín, y venir a bancar el conflicto me insumía dos horas de viaje con un hijo de 12 años que mantengo sola. Estuve limpiando casas, trabajando en un kiosco, en una goloteca. Todo en negro. Remándola”. Y también Sandra Oyarzú, operaria, que vive con su mamá: “Me tiene que estar manteniendo con su jubilación de 8 mil pesos”.

El 24 de septiembre de 2018 se activó la mayor alarma. Bruno: “Nos echaron a todos, la fábrica quedó vacía y mañana se quieren llevar las máquinas que quedan”, recuerda el llamado telefónico. Al día siguiente empezaron el acampe y votaron poner a un enfermero para tomar la presión gratis en el barrio. Los vecinos les agradecieron con agua, lonas para que no se mojaran, colchones y comida.

La batalla seguía en dos frentes: la calle y el juzgado. El expediente había llegado hasta la Cámara de Apelaciones en lo Comercial, pero una jueza les trababa la firma: “Se estaba poniendo picante, y no queríamos seguir tirados en la calle”. Finalmente, la Cámara denegó la prórroga del concurso. “Volvimos al juzgado con el fallo, pero nos enteramos que el juez no dictó la quiebra sino una intervención por tres meses. Ahí dijimos basta: no tenemos más tiempo”. Convocaron a una conferencia en la puerta de la empresa el 2 de octubre de 2018, comunicando que iban a ingresar a la planta.

Cumplieron.

Y no volvieron a salir.

Con remedio: Laboratorio FarmaCoop
La frase de Los Redondos que les da impulso para salir adelante.

El que no abandona

Bruno cuenta que al juez no le gustó que hayan entrado. “Le dijimos clarito que no podíamos seguir esperando. No fue una convicción ideológica, sino una necesidad. A mí me mandó a buscar trabajo. Y, para un trabajador, entrar a esos lugares es como un palacio: no te quieren agarrar los escritos porque no vamos en saco y corbata, tienen diez secretarios y todos te dicen que te entienden. No, no entienden nada, porque es Omar el que tiene que ir después a su casa y decirle a sus hijos que tiene que dormir en la calle para que no cierren la fábrica”.

Los trabajadores están esperando que el juez dictamine la quiebra y que el INAES les otorgue la matrícula de la cooperativa. Bruno será el presidente: “No nos quedó otra que estudiar y capacitarnos en la industria, que en el mundo es la más rentable en términos de costos y beneficios: comprás por toneladas y vendés por miligramos. La ganancia es extraordinaria. Hoy es algo que discutimos: además de recuperar las fuentes de trabajo, es importante que empecemos a plantear otra forma de salud, de brindar medicamentos que no sean caros al pueblo y crear farmacias sociales”.

Querían bautizar al laboratorio Shangai, por un tema de Los Redondos (Sorpresa en Shangai), que dice: “El que abandona no tiene premio”. El INAES no los dejó: se llamarán FarmaCoop. Presentaron un proyecto técnico de viabilidad para ponerlo en funcionamiento que propone la recuperación de 100 puestos de trabajo en diferentes etapas, pero consideran que con 25 ya pueden poner todo en funcionamiento. “Si estuviera todo en regla, si no se hubieran robado las máquinas, si tuviéramos toda la mercadería, la activaríamos hoy”. Por eso, hacen guardia las 24 horas y el trabajo es la puesta en punto del laboratorio. Mientras tanto, comercializan productos de otras cooperativas que aglutina el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER) para costear el día a día.

Román Fernández tiene 30 años, es operario y llegó a Roux Ocefa en 2012 con la esperanza de estabilizarse y jubilarse. Hoy es uno de los que se turna para permanecer en el laboratorio durante el día. ¿Qué desafíos espera del trabajo sin patrón? “Es la primera vez que formo parte de una experiencia así. El sistema está diseñado para que nunca te salgas de los márgenes. Nunca un empoderamiento del obrero y la obrera. Nunca organización. Cada uno tiene que hacer su esfuerzo personal para sus logros personales. Te enseñan a ser egoísta. Y yo siempre lo discutí: no puede ser el único camino en la vida. Más allá del contexto económico, esto que nos pasa lo veo como una fortuna, porque es la demostración de que puede ser que exista algo que no sea lo que te digan de arriba. Acá hay experiencia y hay creatividad”.

Karina dice que le cambió la vida: “Ahora siento que soy muchísimo mejor persona que antes. Mi mentalidad cambió, y para bien. A partir de esto aprendí a pensar no sólo en mí ni en mi familia, sino también en la de los demás, en sus necesidades. Y eso te hace buena persona. Eso me satisface. Y eso nos hace sentir bien día a día”.

Como decía Herófilo de Calcedonia en el siglo III A.C:

La sabiduría puede revelarse (o rebelarse).

El arte manifestarse.

La fuerza luchar.

El bienestar ser útil.

La inteligencia tener aplicación.

Si es que hay salud.

Eso es lo que los trabajadores y las trabajadores de FarmaCoop están recuperando.

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

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Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

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También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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