Primera entrega de una serie que hará un registro fotográfico colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, que será entregado a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. La iniciativa es coordinada por la fotógrafa Alejandra López y la editora Claudia Acuña y se propone transmitir el valor de la constancia, de los pies en el espacio público, de la gota a gota que horada la piedra, la no violencia contra la violencia, su valor social, su peso histórico, sus más de 40 años de coreográfico diseño: media hora, todos los jueves. Aquí, la cobertura realizada por el reportero gráfico y docente Martín Acosta.

Martín Acosta (1960) es fotógrafo desde 1979. Se inició en la fotografía publicitaria para luego trabajar en medios como NA, Clarín, Página 12, La Nación y Reuters. La propuesta con la que elaboró esta serie gira entorno a las Madres, la ronda, la Pirámide y la Plaza de Mayo, articulando el presente con el pasado a través de fotos de su autoría tomadas en 1982.

Dice Acosta sobre la serie que ocupa estas páginas: “La relación establece una conexión entre la ronda durante la dictadura -con una gran presencia de Madres en soledad- con la ronda hoy, tras cuarenta años de democracia, donde la presencia de las Madres es acompañada por militantes y activistas que se suman a la lucha por la verdad y justicia. Las Madres han venido marchando siempre en sentido inverso al de las agujas del reloj los días jueves a las 15:30 horas desde el 30 de abril de 1977, en forma ininterrumpida”.

Una de las que continúa: Josefa Pina de Fiore, Madre de Plaza de Mayo perteneciente a la Asociación, saluda después de marchar en la Ronda 2.388 en reclamo de Verdad y Justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado durante la represión ilegal en la última dictadura militar.

Dice el autor sobre las dos fotos de esta columna: “La vista aérea intenta establecer una relación temporal con la actualidad al proponer un punto de vista no tradicional para la fotografía en los años ochenta”. Abajo, Nora Cortiñas, perteneciente a Línea Fundadora, portando la fotogafía de su hijo Gustavo Cortiñas, militante de la organización Montoneros secuestrado en Castelar, provincia de Buenos Aires, el 15 de abril de 1977 por miembros de las Fuerzas Armadas argentinas.