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Estamos en el aire
Radio Prensa, de la Asociación de Prensa de Tucumán. Gracias a la exitosa gestión de la obra social, la organización gremial logró recursos y fuerza para crear sus propios medios: web, flamante radio y, pronto, revista.
T ucumán: Palito Ortega y Tomás Eloy Martínez. Tucumán: la casita de la Independencia troquelada por Billiken y las empanadas con el toque exacto de cebolla de verdeo. Tucumán: los oscuros ingenios azucareros y la tierra del gobernador Antonio Bussi condenado por genocida. Tucumán: el lugar donde hoy sus hijos juegan a la política. Allí está el afiche de Ricardo Bussi que lo proclama como el paladín del voto anti-K de la mano del partido familiar Fuerza Republicana. Para Ramiro Rearte, secretario adjunto de la Asociación de Prensa de Tucumán, la permanencia de Bussi es producto de una sociedad dual, que confunde. Agrega otro ejemplo: el de Rubén la Chancha Ale. Un barra brava del club San Martín de Tucumán devenido en respetado presidente de la entidad. Hombre del que también se sospecha el manejo de una red de explotación sexual de mujeres y niñas y los juegos de azar en la provincia. Ramiro dice que estas cuestiones no pueden hacerse a un lado cuando se habla de periodismo en Tucumán porque condicionan la construcción de la realidad que hacen los medios.
Ya se dijo: Tucumán Arde. Y la Asociación de Prensa decidió contar por qué.
Contar la realidad
Los Rearte son seis hermanos, hijos de un ama de casa y de un trabajador ferroviario que quedó desocupado en la década del noventa. Ramiro es el tercero, y de chico se vestía con ropa usada o regalada. Cuenta que el primer par de zapatillas lo pudo comprar cuando tenía 15 años. La crisis del 2001 lo agarró curtido. “En ese entonces tenía 22 años y cobraba 250 pesos por mes, de los cuáles dejaba 200 para mi familia y 50 me quedaba para gastos míos y de Valeria, mi esposa”. Sin embargo, siempre creyó que la realidad se puede cambiar, pero colectivamente.
En esa época, la gente se veía forzada a sacar comida de los comercios, las fuerzas de seguridad reprimían. La televisión porteña descubría en Tucumán casos de desnutrición infantil, mostraba a ‘Barbarita’, una nena de 8 años que pesaba 25 kilos e iba a una escuela con el comedor suspendido por falta de fondos.
Por ese época, también, Ramiro ya integraba la conducción del Sindicato de Prensa de Tucumán, donde “surgió la necesidad de contar la realidad desde los trabajadores porque muchos medios decían; esto no se puede publicar, esto tampoco y lo otro menos”. Este sueño se concretó tiempo después en la página de Internet Primera Fuente, que no sólo expresa lo que otros callan sino que en su momento creó puestos de trabajo para los periodistas y fotógrafos desocupados.
Historia sin fin
Uno de esos temas calientes que hacen arder a Tucumán es la contaminación que generan los cuatro ingenios azucareros que funcionan actualmente en la provincia. Ramiro explica que la existencia de estas fábricas atraviesa la historia de Tucumán, ya sea por la superexplotación de los trabajadores, por la desocupación que generaron o por la contaminación ambiental.
A fines del siglo 19 el diputado Juan Bialet Masset, luego de visitar la provincia, escribió sobre los ingenios: “Se estima más la ganancia de la proveeduría que la de la industria misma, la explotación es atroz y absorbe todo el producto del trabajo obrero, pagado en vales que debe gastar en dicha proveeduría. El jornal que se paga es de 30 pesos y la ración no es nada buena ni abundante. Los ranchos de ese ingenio son verdaderas pocilgas, estrechas, bajas, permeables”.
En agosto de 1966, el dictador Juan Carlos Onganía decidió la intervención de once ingenios tucumanos, lo que determinó el posterior cierre de las plantas. La medida no buscaba terminar con las condiciones de semiesclavitud de los trabajadores sino beneficiar a los grandes monopolios azucareros. La consecuencia directa fue que parte de la población de la provincia terminó engordando los cordones de pobreza que rodean a grandes ciudades como Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.
Cuarenta años después, el fiscal Gustavo Gómez intenta que las empresas existentes respondan por la falta de filtros para detener el hollín que despiden las chimeneas. Estos desechos son cancerígenos y afectan además de las personas, al aire, al agua y a la tierra. Además, Gómez inició una causa contra Julián Rooney uno de los directivos de la Minera La Alumbrera por contaminación. A diez años de la presentación, la justicia tucumana todavía debe expedirse sobre este caso. Quizás esto nunca suceda porque parte de las regalías que genera la explotación a cielo abierto en La Alumbrera generan ese manto de silencio que construye la impunidad. Un ejemplo: los millones que recibe la Universidad de Tucumán, integrante del directorio que debe fiscalizar los trabajos de La Alumbrera.
Los periodistas de Primera Fuente varias veces debieron declarar por estas causas, dada la información que publican periódicamente sobre el tema. Ramiro siente que es parte importante del trabajo que este medio hace en la provincia: investigar aquello que se oculta. Y a la vez evidencia lo que significa el oficio para él: “Lo concibo como decía Rodolfo Walsh: periodismo con militancia, porque sino es hacer campaña, lobby o contar más de lo mismo”
Diferencias
Como si fuera otra foto de la misma postal, Ramiro cuenta que los periodistas de La Gaceta, el diario más tradicional de Tucumán, cobran sueldos de 3 mil pesos, mientras que en Concepción, la segunda ciudad en importancia de la provincia, “hay otros periodistas que trabajan por un kilo de papas”. Para no hacer suyas esas diferencias, la Asociación de Prensa decidió incorporar a todos los trabajadores relacionados con la noticia, más allá de que sean empleados en blanco o no, y les da acceso a una obra social. En la actualidad la apt tiene 800 afiliados.
La Obra Social de Prensa la gestionan los mismos integrantes de la comisión directiva del sindicato. Lograron tener la misma calidad de servicios que las más exclusivas prepagas, y fue reconocida como la mejor obra social sindical del norte del país. El salto se dio cuando se estableció la libre elección de obra social. “Ahí, salimos a competir en el mercado”, dice Ramiro. Mal no les fue, en 1999 tenían 200 afiliados y diez años después, 50.000.
A esta altura de la experiencia parece que los integrantes de la Asociación de Prensa no tienen mucho que ver con los tradicionales sindicalistas de campera de cuero, y sobrepeso. Sin embargo, Ramiro insiste y detalla que cada compra es revisada y consultada por la Comisión Directiva que cuenta con 35 miembros. Y que fue un logro hacer una gestión clara y una buena utilización de los recursos.
Periodismo en el aire
Es sábado a la noche y sobre la peatonal Muñecas del centro de la ciudad, un círculo de gente rode a un imitador de Michael Jackson. Baila y canta Thriller, acompañado por un radio grabador. Pablo Marchetti, director de la revista Barcelona e integrante de Falopa, grupo invitado especialmente por la Asociación de Prensa para esta ocasión, considera que todas las versiones de este personaje son mucho mejores que la original. Sin dudas, tiene razón. Mientras, caminamos en busca de la combi que nos lleva a la fiesta de inauguración de Radio Prensa. Con los temas Foco Amarillo, Sexo-droga y Consuelito, interpretados por Falopa, comenzó la transmisión oficial de la nueva emisora. Un debut que hicieron coincidir con los primeros minutos del domingo 7 de junio, el día del periodista.
La idea de instalar una radio con los recursos propios del sindicato fue de Oscar Gijena, secretario general de apt y Ramiro tomó la posta: con sólo 30 años de edad es el director de la fm 90.1. “Este paso lo damos por la necesidad de hablar. En la radio actual se banaliza todo; dicen que hay censura, pero poca. Nosotros apostamos a la multiplicidad de voces que tenemos dentro del sindicato, a la discusión, al debate y al análisis. Eso es periodismo.”
Le pregunto cómo se dará la identidad de la radio. Y no duda: “Se la dará la defensa de los intereses de este lado, de la gente que no tiene posibilidad de expresarse a través de los medios, de los trabajadores. Con toda esta experiencia vamos a dar vuelta la palabra sindicalismo”.
Las últimas noticias dan cuentan de que hay otros proyectos que pronto van a tomar vida: Primera Fuente pasará a papel, en forma de semanario, y Ramiro y Valeria serán en septiembre los padres de Lorenzo.
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