Mu26
El virus divino
Crónica del más acá
F río y sombrías predicciones. Maldición. Si hasta de un beso hay que desconfiar. Terrible, porque hasta el beso de la muerte, finalmente, es un beso.
Estas agudas reflexiones iluminaban mi trastornado cerebro mientras untaba una tostada con manteca y alcohol en gel y veía una peli en la tv que se llama Exterminio, en la que un virus vuelve loca a una parte de la población que insiste en masticarse a la otra parte. Y encima el virus es muy contagioso. Impresionado por mi astucia en la oportunidad para elegir cine, apagué la tv.
Me fui a la compu con un trago de alcohol 96 grados y las manos lavadas con acaroína y puse una espantosa versión de una extraordinaria novela: Soy Leyenda, en la cual el único trabajo actoralmente respetable es el de una adorable pichicha llamada Sam. Pero otra vez el virus que infecta y la masticación de otros y etc., etc., etc. ¿La gripe afecta el cerebro o siempre fui así de estúpido?
Resolví no buscar respuestas, sospechando la verdadera y volví a prender la Tele. En un noticiero de Telefé, una joven conductora afirmaba que la población está muy confundida con el tema de la pandemia (siempre me sonó a una gran cantidad de osos panda, lo juro…) y a continuación, un señor con cara de soy-médico-yo-te-explico-salame afirmaba que a lo que había que estar atento era a la fiebre alta, que ahí estaba el corazón del asunto… para decir inmediatamente después, fresco e impávido, que podía haber numerosos casos en los que la fiebre no apareciera.
Ahora sí que lo tengo claro.
Yo seré un tarado para elegir películas, pero al menos no salgo en Tele.
La conductora -que seguía siendo joven pero ahora empezaba a mostrar una imbecilidad que no era evolutiva sino generacional o qué sé yo- advirtió al doctor que miles de personas estaban preocupadas por saber si había que tomar el antiviral para prevenir la puta gripe.
Pensé en aquello de tomar aspirinas para prevenir el dolor de cabeza.
Hacía mucho que no miraba televisión abierta y entonces pensé: si vamos a morir todos, y no por causas heroicas, ni siquiera por una más o menos decente catástrofe nuclear, si no por un estúpido virus de una estúpida gripe, pues bien: veamos Tinelli.
Así, de una, audaz y determinado.
Total, ya estaba en el baile.
Y entendí.
Entendí que es posible que haya miles de personas que tal vez pregunten por el carácter preventivo del antiviral, entendí que la joven conductora tenía una imbecilidad que no era genética, entendí que hay gente que puede pensar que Soy Leyenda es una buena película y que la novela de Richard Matheson es mala, entendí que tal vez el virus sea un acto de justicia de una divinidad borracha o harta o ambas cosas a la vez.
Miré estupefacto, boquiabierto.
Miré, aburrido como un oso en un ascensor, ese concierto de gritos, berretadas, antigüedades devenidas vejestorios impresentables, vulgaridades.
Miré un crimen de lesa inteligencia, pero un crimen fatigado, casi a desgano, como una suerte de puñalada asestada por un moribundo.
Me reí 2 (dos) veces. Dos. Y me da un poquito de vergüenza… haberme reído.
¿De qué se trata esto, que Yo también estoy viendo, tibio en mi casa, provisto estúpidamente de alcohol, ajeno a besos y encuentros?
¿Soy o me hago?
¿Son?
¿Qué cosa son esta gente?
¿Qué es lo que hacen?
¿Por qué hacen esto?
¿Por qué?
No se trata de Olmedo o el Colón, de la cumbia o Beethoven.
Nonononononononono. Es otra cosa: lo que no se puede nombrar.
A las 12 apagué, me lavé las manos con intensidad paranoica y me fui a dormir.
Y tuve una pesadilla, lo juro, en la que llamaba a mi mamá y no me escuchaba.
Mu26
Habeas corpus
Marlene Wayar. Integra un movimiento que comenzó luchando contra la represión, el odio y la muerte y que en el camino fue construyendo su propia teoría sobre el significado de una nueva identidad de género. Una filosofía política que trasciende lo sexual y que plantea el fracaso de un sistema que convierte a las personas en basura y la necesidad de romper el lenguaje para romper las viejas formas de pensamiento. “Somos parte de la construcción del futuro”, dice esta intelectual que soportó la violencia de policías y prostituyentes y sobrevivió para pensarlo.
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Mu26
El sexo de la revolución
Judith Butler. La traducción de este texto llegó nueve años tarde a las librerías locales y eso habla de su contenido, que -si bien ya fue revisado por la autora- aún transmite lo esencial: la relación entre género y poder.
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Mu26
El gran mito argentino
El nuevo libro del historiador Ezequiel Adamovsky es la primera investigación sobre la clase media argentina. Le llevó diez años. Así descubrió que esa identidad social es un invento creado en el 45 por Gino Germani y José Luis Romero. El racismo de clase, el reparto del ingreso, Perón, Frondizi, el 2001 y Kirchner son los temas que resume en esta charla .
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