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La historia recuperada
La Federación de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados produce esta obra del dramaturgo Mauricio Kartun que interpreta un elenco sólido y solidario.
–¿Está inscripto en alguna organización de trabajadores, en algún sindicato, en algún gremio?
–No.
–¿Participó de alguna huelga, de algún piquete?
–No.
–¿Algo que agregar?
–Nada.
–Después firmará su declaración, señor Vanzetti. ¿Desea agregar o modificar algo, señor Sacco?
–No señor.
–Lo lamento señores, pero quedan detenidos.
–No hicimos nada.
–Rutina policial, señor.
Este diálogo podría corresponder a cualquier causa policial actual. Sin embargo, esta conversación entre Bartolomeo Vanzetti, Nicola Sacco y el teniente Stewart ocurrió hace casi 90 años. Vanzetti era vendedor de pescado. Sacco, zapatero. Eran pobres, anarquistas e italianos. Un 5 de mayo de 1920 fueron detenidos por haberse atrevido a denunciar el asesinato de su compañero, Andrea Salcedo, en una comisaría. Y siete años más tarde fueron ejecutados en la silla eléctrica por crímenes que no cometieron.
La obra Sacco y Vanzetti es una reelaboración de la primera versión teatral (correspondiente a Roli y Vincenzoni) compuesta por el dramaturgo Mauricio Kartun en la que pone en escena las cartas escritas por los anarquistas, los interrogatorios, las actas del juicio y los alegatos. Y hoy es también la historia que Viviana Ruiz -la directora-, una docena de actores, la Federación de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (Facta), y los trabajadores del hotel recuperado Bauen necesitaron rescatar porque consideraron que la epopeya de estos dos ácratas hace eco y se reproduce cotidianamente en nombres comunes de gente que se encuentra desaparecida o asesinada por cometer el heroico acto de abrir la boca y decir la verdad.
En el bar del Bauen toma la palabra Fernando Martín, el actor que da vida a Nicola Sacco en las tablas. Cuenta que la obra comenzó a realizarse en el Teatro de la Comedia de La Plata y que los compañeros de Facta y del Bauen vieron esa puesta y les gustó. Querían reabrir el auditorio del hotel, pero no daba la estructura para repetir lo que hacían en La Plata. Dice Martín que los muchachos ahí mismo sentenciaron: “Si pudimos recuperar el Bauen del saqueo y la barbarie en que lo dejaron, cómo no vamos a poder poner una obra de teatro”.
Eso: ¿cómo se hace una obra de teatro?
Enseguida comenzamos a armar la producción e invitamos a los colegas de la obra platense. Pero la mayoría no pudo seguir porque tenían otras obligaciones. Incorporamos nuevos actores y con nuevo elenco armamos el Colectivo de Trabajo Sacco y Vanzetti.
El Colectivo sólo tiene cuatro meses. Ya montaron una obra de teatro con funciones tres días a la semana “a un precio muy barato respecto a otras obras” y con descuentos para estudiantes, jubilados y organizaciones sociales. Y armaron una estructura que implica escenógrafos, vestuaristas, fotógrafos, boleteros, gente de limpieza, diseñadores, sonidistas, iluminadores. Los actores del Colectivo saben lo que significa un proyecto autogestivo. Todos tienen o tuvieron proyectos propios que sostienen o sostuvieron sobre sus espaldas. La novedad, según Martín, es que el colectivo de trabajo produce algo que no está hecho: lo hace. “La Federación nos facilitó la gestión de un préstamo, que iremos devolviendo. En este contexto trabajar en un proyecto autogestivo, en una empresa recuperada y con el apoyo de una Federación de Cooperativas es algo que nos entusiasma y nos pone en un compromiso. Esto lo convierte en un proyecto político”.
En contraste con su personaje, Martín es muy histriónico y conversador. Para Martín la historia de Sacco y Vanzetti sigue vigente: “Los anarquistas, entre otros, pelearon para estar con sus hijos, para tener derecho a la educación, para ir al teatro. Hace poco más de un siglo ahorcaron a los cinco mártires de Chicago por luchar por ocho horas de trabajo y hoy, ¿cuánto se trabaja en un supermercado? Hoy la gente no viene al teatro porque labura todo el día o porque no tiene guita. O por las dos cosas. Las condiciones objetivas de injusticia, opresión y de inequidad se repiten, tal vez con otra forma. Pero están y se mantienen”.
Fernando Santiago está sentado en el mismo lugar que un día antes estuvo tomando un café su colega Martín. Santiago encarna a Bartolomeo Vanzetti y, a diferencia de su partenaire, es de pocas palabras. El actor explica que no está unido de forma militante a la política, pero sí está ligado al teatro con una excusa: hacer obras con compromiso. Y resalta: “Yo no hago teatro para hacer política; yo soy actor y mi militancia es el teatro”.
Esta obra los atraviesa. Dice Santiago: “Siento que necesito subirme al escenario cuando se habla del ser humano como lo hace esta historia y con la carga que implica el personaje de Vanzetti. Yo con 50 años tengo motivos para hablar de injusticia en este país, y puedo hacer un parangón con aquella historia”.
Martín señala que para concursar por la obra tenía que preparar cuatro personajes. El actor sólo preparó el papel de Nicola Sacco. Hay un hecho a tener en cuenta que pueden movilizar a cualquiera: tanto el actor como su hijo tienen la misma edad que tenían Sacco y su hijo Dante cuando el primero fue ejecutado.
Natalia Marcet personifica a Luiggia Vanzetti (hermana de Bartolomeo). Se presenta como una de las antiguas del staff y se define feminista y militante de una red de mujeres llamada Magdalena Project. Cuenta que al hacer el casting le llamó la atención la poca presencia de esta mujer en la obra, sobre todo por la gran importancia que tuvo Luiggia en la vida de su hermano y en la historia. Ella emigró de Italia hacia Estados Unidos para estar al lado de Bartolomeo hasta su muerte. Luego de la ejecución, siguió luchando. No sólo consiguió que le entregaran las cenizas del cuerpo de Bartolomeo, sino que logró que 50 años después el gobierno de Estados Unidos pidiera perdón por la absurda ejecución. “Además Vanzetti escribió muchas cartas a Luiggia, pero las respuestas de ella no aparecen. Las busqué en Italia, conozco gente que vivió en el mismo lugar que ellos, pero las cartas no están. Y otra vez aparece la voz de la mujer acallada. Pero seguiré investigando”, decreta Natalia.
La otra Natalia del elenco se apellida Rey y es la encargada de llevar al escenario a Mary Splaine, una testigo falsa que declara contra Sacco. Dice que deseó mucho estar en la obra. Que la vio en La Plata y que lloró mucho. Y que salió muy enojada. Ella quería estar en el escenario y no sentada en la platea. Cuenta que un día la llamó la otra Nati porque estaban buscando un reemplazo. Y quedó. Admite que no le gusta el papel que hace, pero lo comprende: “Cuántas veces no se hace nada y eso es lo que define. Cuántas veces una se calla y permite la palabra de otro que no es la justa”. Natalia Rey también forma parte de otro proyecto autogestivo “bancado por el laburo de cinco personas” que se llama Travesía Teatro y que tiene lugar en Ciudad Evita.
Norberto Trujillo es el fiscal Katzman. Es pelado y tiene cara de malo. Cuando me acerco sonríe y su mirada se vuelve tierna. Admite: “El personaje es lindo porque en la actuación se disfruta hacer de malvado. Además me encanta estar en la obra porque además dirigí Severino. La otra historia. En aquella puesta lo reinvindico, y acá mando a asesinar a dos”.
Al final de la entrevista, Fernando Santiago agrega: “está bueno el anarquismo porque es esperanzador y es poético a la vez. Y todo lo cotidiano, lo actual puede entrar en una ficción para dale poesía a la realidad.” Hace silencio y remata: “Ver la política poéticamente. Eso es.”
Un ejemplo de esa poética es el diálogo mantenido entre el juez Tayer, responsable de mandar a la silla eléctrica a Sacco y Vanzetti y el abogado Thompson, defensor de los dos pensadores libertarios al final de la historia:
–Quiero advertirle que su insolencia esta traspasando todos mis límites. No me diga que no se lo advertí. Continúa en esa actitud y va a ser usted el que termine en el banquillo de los acusados.
–Con el respeto que me merece, señor, el banquillo de los acusados, hoy, en esta sala, es el lugar más limpio.
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Cuántas minas que tengo
En los primeros siete meses de este año las exportaciones mineras alcanzaron el récord de 1.221 millones toneladas, un 13 por ciento más que el año anterior. En valor, las ventas externas del sector minero argentino llegaron a 1.475 millones de dólares. El principal destino fue Suiza, en segundo lugar se ubicó Alemania, seguido por Estados Unidos, Filipinas y Canadá. Las empresas explotadoras pagan entre un 5 y un 10 por ciento de retenciones y tienen varios beneficios: doble deducción de los gastos de exploración, exención del impuesto a las ganancias, devolución de iva y un compromiso de estabilidad fiscal y cambiaria por 30 años. Éstas son las ganadoras.
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¿Quién oyó gritar a Luciano Arruga?
Un adolescente de 16 años desaparece el 31 de enero en Lomas de Mirador tras ser interceptado por la policía. La justicia demora 35 días en investigar el hecho, después de que familiares y organismos de derechos humanos hicieron pública la denuncia. Hay testigos que afirman que lo vieron golpeado en un destacamento policial y pruebas que involucran a 8 agentes. Un caso que revela hacia dónde se dirige hoy la violencia de Estado.
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