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Power Verde
Jeremy Rifkin. Las empresas energéticas son dinosaurios que pronto van a desaparecer. Es la hora del poder de las calles y de Internet. ¿Quién lo dice? Un gurú del sistema.
El cambio climático, el agotamiento de los hidrocarburos, la crisis económica: todo está relacionado. Y, según el economista, escritor y asesor político Jeremy Rifkin, tienen una solución común: abandonar el modelo agotado de la Segunda Revolución Industrial y abrazar la tercera, basada en las energías renovables e Internet. Su alegato es contundente y urgente: no hay tiempo que perder ni otra solución posible, el futuro es ahora y está en manos de las nuevas generaciones nacidas en la era de Internet. Rifkin, a quien nadie podrá acusar de antisistémico, resume estos principios en su nuevo libro La Tercera Revolución Industrial, editado por Paidós, y que constituye casi un manifiesto: le pide a los jóvenes que tomen las riendas de un movimiento que modificará por completo el modelo energético, político y empresarial. Una revolución basada en el poder lateral que, según Rifkin, ha sabido demostrar su influencia tan bien en las calles. Así presentaba su teoría durante la gira europea de promoción de su libro:
¿Internet y las energías renovables son el binomio de la economía del futuro?
Si, se trata de una nueva revolución industrial, la Tercera Revolución Industrial, que creará millones de empleos en España y miles de oportunidades para pequeñas y medianas empresas. Hará que la economía vuelva a crecer y enderezará la seguridad energética y el cambio climático en el mundo. La Segunda Revolución Industrial está agotada, el petróleo se está acabando, la tecnología es muy vieja, estamos inmersos en una crisis económica que ha dejado a millones de personas en el mundo sin trabajo y la gente joven sale a la calle por todo el planeta para decir “basta”. La Tercera Revolución Industrial, basada en las energías verdes y organizada y administrada desde Internet es la esperanza para las nuevas generaciones.
¿Y en qué se basa exactamente esta Tercera Revolución Industrial?
Se basa en cinco pilares. El primero: la Unión Europea se ha comprometido a que el 20% de su energía sea renovable a partir del 2020. El segundo pilar se basa en la recolección de la energía verde. Las energías renovables se encuentran en todas partes: en el sol, el viento, las olas, incluso en la basura. Tenemos suficiente energía limpia como para proveer a la raza humana hasta el final de la historia, pero, ¿cómo la almacenamos? En edificios. El objetivo es conseguir que cada edificio se convierta en una pequeña planta de energía verde que lo haga autónomo para que no necesite ninguna energía extra. El pilar tres se basa en lograr un almacenaje óptimo para aprovechar al máximo esta energía. El cuarto pilar es Internet, que se convertirá en el sistema nervioso de esta revolución. En la Tercera Revolución Industrial las tecnologías de la comunicación convergen con las nuevas energías para convertirse en el canal de transmisión de la energía verde. La energía limpia almacenada en los edificios podrá ser redirigida y vendida por todo el mundo a través de un software instalado en nuestras casas igual al que ahora usamos para compartir y almacenar información en Internet. Por último, el quinto pilar se basa en el transporte verde. Podremos recargar nuestros coches eléctricos en cada esquina gracias a las pequeñas plantas de energía instaladas en los edificios. Estos cinco pilares deben de desarrollarse al unísono, si uno crece más rápido que otro o se ponen en marcha de forma aislada se perderá la inversión. En el momento en que se pone en marcha esta nueva infraestructura se crean miles de trabajos.
No parece que actualmente ésta sea la prioridad de los gobiernos…
Debería serlo, de otro modo no habrá esperanza para la gente joven. Las nuevas generaciones han salido a la calle en un movimiento histórico que empezó en Madrid con el 15-M y que se ha ido extendiendo por todo el mundo. Pues yo les digo: la Tercera Revolución Industrial es su revolución, una revolución del siglo 21 basada en el poder lateral y la democratización de la energía y de la información. Creo que este movimiento tiene el mismo potencial que el de 1848 y el de 1968, aunque hay un gran ‘pero’: saber si la gente joven puede ser más sofisticada e ir más allá. Las nuevas generaciones deben empezar a tomar el mando, las generaciones mayores no lo van a hacer por ellos. Deben movilizarse no sólo en la calle, sino en las urnas, en las empresas y la industria, en la sociedad civil. Es su turno.
Sus teorías no deben gustar mucho a las compañías energéticas. ¿Hay presiones desde este sector para que este cambio no se produzca?
El problema es que son un lobby muy poderoso, gastan miles de millones de dólares en comprar candidatos, cargos políticos, elecciones… Pero lee mis labios: no los necesitamos. Ahora la gente podrá tener su propia energía sin ellos… No me preocupa la industria energética, pronto serán dinosaurios.
Usted da la impresión de ser un optimista. ¿Lo es realmente o es que está obligado a serlo?
Nunca he sido optimista, pero tampoco soy pesimista, nada de esto es útil. Estoy esperanzado, pero no soy naif, estoy convencido de que Internet y las energías distributivas crearán una poderosa economía que será sostenible y limpia, que generará millones y millones de trabajos y detendrá el cambio climático. Sé que es una gran desafío, que será muy difícil, pero no veo un plan B. La otra opción es no hacer nada, pero entonces el mundo se desmoronará, de hecho, ya se está desmoronando. Así que la pregunta que cada humano de este planeta debe hacerse es: “¿Dónde quiero estar de aquí a 20 años?”.
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Expo Asco
Cuando la fotógrafa Lina Etchesuri fue a Expo Agro trajo una cosecha, de la que aquí publicamos apenas una selección. El azar, que nunca es casual, nos entregó un link: Amador Fernández Savater, desde España, nos informaba de la salida de un interesante libro, Teoría de la Jovencita, editado por Acuarela. Se trata de un texto cosido a imágenes (a nuestro gusto, mucho menos reveladoras que éstas) donde se analiza la relación entre el uso del cuerpo femenino y la máquina que vende capitalismo en tiempos de crisis terminal. Lo interesante de este texto, además, es que no lo escribe ni un autor ni un colectivo: Tiqqun.
“Tiqqun es el nombre de un medio, un medio para construir enérgicamente una posición. Toda posición es una taxonomía, una topografía espiritual, una inteligencia política de la época: una toma de partido”. Este planteamiento encontró lugar en una bella revista publicada en francés de idéntico nombre y breve existencia: Tiqqun 1, en 1999 y Tiqqun 2, en 2001. Los contenidos pueden consultarse en su web.
Ahora, Tiqqun dibuja en este libro el campo de batalla: de qué modo un bolso, un culo, una sonrisa, un perfume, pueden ser armas en una guerra. Librada entre nosotros y en el interior de cada uno.
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El planeta soja
Una vuelta por el campo según Expo Agro. Nuestro enviado especial, Darío Aranda, recorrió el escenario donde monta su marketing el agronegocio. Clarín y La Nación son los dueños del tinglado. Las corporaciones exponen allí ideología, marketing y estrategias. Y el Estado, también.
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