CABA
Acordes de la época
Pil Trafa y la Orquesta Típica Fernández Fierro. Tango y punk se suben al escenario para dar testimonio de una época densa. Temas de ayer que suenan actuales. Y nuevos, contra Monsanto y el modelo.
En el barrio del Abasto el vino se toma en vasos de vidrio, esos que tienen el cuello petiso y parece un santo grial del adoquín. Cargan dos hielos y tres cuartos de blanco. Desde una foto enorme colgada en la pared un tipo con musculosa y panza mira la escena, que se completa con el escenario de fondo que comienza a montarse. Las luces están todavía apagadas. Tango y rock se ceden el turno desde los parlantes.
A Enrique Hector Chalar todos lo conocen como Pil Trafa. Es el mítico cantante de la pionera banda punk Los Violadores, de Pilsen, y ahora también pone su voz en Pil y los Violadores de la Ley. Junto a su nueva banda lanzó recientemente el disco Último hombre. El sexto tema se llama Nuevos Cartoneros y a la voz la acompaña un sonido apocalíptico que tiene como cómplice a parte de la Orquesta Típica Fernández Fierro. Ahora mismo, para la charla, Federico Terranova, violinista, y Yuri Venturin, contrabajista de la Orquesta, comparten con Pil una mesa del Club Atlético Fernández Fierro.
Al Colón, no
La aventura empezó hace varios meses. Pil invitó a las cuerdas de la Orquesta a grabar en su disco. Ellos le devolvieron la invitación y Pil, junto a su banda, fue a uno de los tantos miércoles de show al CAFF a verlos tocar. Pil, bicho de bajo eléctrico y batería, como él mismo se describe, se imaginó cantando entre bandoneones y surgió la pregunta que se iba a convertir en acción ¿Hacemos algo juntos?
En medio de este interrogante, a la Orquesta Típica Fernández Fierro le propusieron hacer un show en el Teatro Colón, “pero teníamos que llevar algún artista más conocido que nosotros”, recuerdan con elegancia. Ofrecieron ir con Pil y su banda. La idea no prosperó: desbordaba los márgenes de la apuesta que desde el Colón estaban dispuestos a hacer. Ambas bandas, acostumbradas al hacelo vos mismo, pusieron en marcha un show y ahora en la mesa, con vasos petisos, relatan anécdotas del encuentro del viernes 19 de febrero en el escenario del Xirgu Espacio UNTref .
Música en tiempos de crisis
Arrancaban los 80 cuando Pil leyó la primera nota sobre punk en la revista Expreso Imaginario. Y se sintió representado: él no estudiaba música, pero veía ahí algo nuevo que se corría del virtuosismo y la prolijidad que caracterizaba la época. Era lo que necesitaba: nacían Los Violadores. En 1983 lanzaron su primer disco e hicieron pogo con la historia con el tema Represión, que le valió palazos y calabozos.
La Orquesta Típica Fernandez Fierro es también hija de otra época convulsionada. Los primeros acordes, violentos y potentes, sonaron en 2001. Más tarde se consolidaron como cooperativa, una forma de organizarse arriba y abajo del escenario.
Las dos bandas son reflejo de su época.
Dice Pil: “En las crisis tiene que haber renovación, porque hay ideas. Cuando fue la crisis del 2001 ¡cuántas cosas que pasaron! Cosas interesantes, movilizadoras, inquietantes. En el 81 no podía haber mucho: era una mordaza en la boca, desafiar con Represión era muy fuerte. No había nada y había que hacerlo todo. La historia de ellos también es punk: son una cooperativa, autogestión, como cuando empezó el punk: hacelo vos mismo porque nadie lo va a hacer por vos”.
Yuri agrega: “Arrancamos tocando en la Orquesta sin saber tocar los instrumentos. No era como antes que estabas 10 años estudiando hasta poder recibirte de músico y ahí si tocar. Teníamos 20 años. Arrancamos porque las ganas eran las que mandaban. Lo nuestro fue: hacelo ya porque es ahora y porque hay que hacerlo”.
Cambalache y Monsanto
Para Pil el tango Cambalache, de Discépolo, es uno de los temas más punk de la música argentina. “Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé”, cantaban en el 1935. Ahora, en 2016, Pil y la Fernandez Fierro cantan juntos en Nuevos Cartoneros: “Sepultado está el modelo dos metros bajo el suelo”.
En su último disco Pil incluyó el tema Nonsanto que refleja su interés por la problemática de los transgénicos: “Le tiré con todo lo que le podía tirar, con todo lo que me salió. Alguna vez la preocupación fue la represión, ahora pasó por este lado. Se meten en la comida, donde uno no tiene defensa. Esa es una idea que tengo de composición: darle duro a algo que uno sabe que no es bueno. Hace poco estuve en Córdoba tocando, acompañando a la gente de Malvinas Argentinas. Es grave. En la provincia de Buenos Aires, el Ministro de Agricultura es ex CEO de Monsanto, ¿qué podemos esperar? Todo eso de la patria sojera es duro, tierra arrasada, tierra quemada. En el disco hay también otras aristas, pero esto me movilizó. Tengo siempre una respuesta a situaciones, un planteamiento, puedo decir: estoy de esta vereda. Casi siempre estoy de la vereda de enfrente y eso me pone bien”.
¿Qué música es la de hoy? Yuri se sincera: “La música de esta época que me representa es la que hacemos nosotros. No es egocentrismo: se hace la música que se hace primero que nada para uno mismo”. En su playlist, Pil incluye a la Fernández Fierro, sigue con Bowie y suma: “Me gusta escuchar música de tierra, la balcánica, la cumbia colombiana, el ballenato; artistas de los años 40 y mucha música celta”
El punto de encuentro
La Orquesta Típica Fernandez Fierro batalla una pelea con su propio cuerpo desde hace tiempo. Los músicos, reunidos en cooperativa, llevan adelante el Club Atlético Fernandez Fierro (CAFF), punto de encuentro de la música que empieza a asomar y suena cada vez con más fuerza. La última clausura que sufrió el local fue en julio del 2015, en medio de protestas por el cierre de milongas y mientras la Orquesta se iba de gira por Europa. Yuri amplía la mirada: “Más allá de los problemas que podemos tener nosotros en el club, da mucha bronca la violencia y el cinismo con que se maneja el gobierno. Cagaron a tiros a una murga, y así con todo. El discurso de pobreza cero no sé cómo se va a lograr con gente en la calle, con represión. Y con todas las voces silenciadas: hoy en día uno mueve el dial y cuesta mucho encontrar una voz crítica al gobierno. Otra vez volver a endeudarse. Son tantas cosas que uno se pone a enumerar y es realmente tremendo. Han llegado al poder por la manipulación mediática más que nada. Con el discurso de la libertad y el republicanismo están arrasando con todo de una manera tremenda. Como dice una canción: en todo lo que podamos lo vamos a joder. A nosotros no nos resulta atractivo interpretar canciones que traten de temáticas sociales, si a veces aparecen de manera poética, pero no perdemos la ocasión de plantar nuestra postura en el escenario. Consideramos que el escenario es una responsabilidad, más ahora que se están cerrando todos los canales de críticas hacia este gobierno autoritario y antipopular. No nos vamos a quedar callados aunque nos juegue en contra. Hoy en día hay que saber que criticarlos es complicarse las cosas”.
Para ellos, la vereda en la que hay que pararse es la misma de siempre: arremangarse y seguir haciendo, junto con otros. El CAFF integra una red de centros culturales que trabajan codo a codo para poder funcionar acorde a las regulaciones y sin prepotencias gubernamentales.
En este contexto de hostilidad política, ¿qué poder tienen estos proyectos autogestivos?
Yuri: “Nosotros somos una orquesta de tango, podemos ser buenos, más o menos o directamente malos, pero existimos. Desde que asumió Macri como jefe de gobierno porteño, el Festival de Tango de la Ciudad nunca más volvió a convocarnos, cuando habíamos tocado en todas las ediciones anteriores. La única que te queda es la autogestión”.
Pil: “Por eso hoy estos lugares son islas culturales y de encuentro” .
Las dos bandas se encuentran en la música. Yuri termina cantando la canción Nada ni nadie nos puede doblegar, de Los Violadores. Es de 1985 e integra el disco Y ahora qué pasa, eh? La pregunta y la letra vuelven a tomar vigencia cuando Yuri entona y lanza:
“¿Dónde está el cambio?
¿Dónde estamos vos y yo?
Si no somos del rebaño
qué problema ¿no?”.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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