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Gozar la salud

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Pabla Pérez San Martín es la autora de “Manual Introductorio de Ginecología Natural”, que recoge saberes y recetas ancestrales de toda Latinoamérica. Una bella edición que propone la autogestión del cuerpo femenino y nos entrena para lidiar con los médicos.

Gozar la salud

Durante siete años la escritora chilena Pabla Pérez San Martín recorrió un apasionante camino de investigación sobre la ginecología natural. Recogió decenas de testimonios en viajes por Sudamérica, estudió sobre la historia de la ciencia y la anatomía femenina, tomó nota de recetas basadas en hierbas para curar diferentes dolencias, indagó acerca del ciclo menstrual, la época fértil y la planificación familiar, la gestación y el parto natural. Así fue redescubriendo un saber que le pertenece, que habita su esencia y la de todas las mujeres.

El primer material editado a sus 21 años fue un fanzine y con el tiempo se convirtió en un libro. Hacía tres años que estaba estudiando sociología y en la materia Metodología de la Investigación llevaba seis trabajos dedicados a la salud femenina, pero a nadie parecía interesarle el tema. Persistió y su inclinación se fue transformando en una búsqueda permanente que la llevó hacia otros horizontes. Así su proyecto de escribir un manifiesto antipatriarcal se transformó en un  Manual introductorio a la ginecología natural. Después de tres ediciones e ilustrado por El Cometa Ludo, su compañero de vida, Pabla asegura que el ejemplar que tiene entre sus manos es un libro completo.

Ciencia y feminismo

Un calor agobiante, que la tuvo a maltraer por no estar acostumbrada a tan altas temperaturas, la recibió en Buenos Aires para la presentación del manual en una librería de San Telmo.  Con su sonrisa tímida y su acento fresco y musical afirma que el autoconocimiento es una herramienta de sanación. Y una postura política también, agrega Melisa Wortman, la editora argentina de su obra y la encargada de hacerle morisquetas para que salga riendo en las fotos. Trabajaron juntas a distancia y cuando se conocieron en una imprenta de Santiago de Chile se dieron cuenta de que el tiempo que les llevó parirlo fue de exactos nueves meses.

Más allá de la actividad universitaria, inspiraba a Pabla la necesidad de aportar algo práctico a las mujeres que la rodeaban y a sí misma: “Militaba en el feminismo.  Empecé a viajar y en Bolivia, Perú y Ecuador las mujeres ejercían un feminismo de asuntos cotidianos. Se juntaban en las plazas y hablaban de la jornada laboral, cosían las toallitas femeninas  de tela y  hablaban sobre el parto en casa. Ellas estaban militando, sin darse cuenta,  por los problemas cotidianos. En Chile yo había estado militando, como decía Emma  Goldman en el siglo 18, en la academia y para la academia. Primero el fanzine  fue una crítica hacia la violencia que se ejercía desde la medicina hacia la mujer: no nos dan información, no tenemos poder sobre nuestros cuerpos. Pero con el tiempo esa idea inicial se enriqueció con toda la información que fui recolectando”.

Conocerse lleva tiempo y trabajo, aclara Melisa Wortman. “Conocete e interactuá con la medicina patriarcal. No es una cuestión anarcopunk de `no vayas al médico’: andá, pero sabiendo qué preguntar, a qué decir no, a proponer alternativas”. Pabla: “Transformarse de niña a mujer es un proceso. Como dice Simone de Beauvoir, no se nace mujer, se llega a serlo, se aprende y también se decide”.

Para recorrer el camino del autoconocimiento confeccionaron el Calendario lunar, donde poder registrar los días de menstruación, ovulación, los días en que aflora el deseo y los encuentros sexuales, con la intención de detenerse, observarse y conocerse. Este año el calendario está dedicado a las guerreras anónimas, esas de quienes no suelen hablarnos en las clases de historia, pero que fueron mujeres valientes y necesarias.  Así recuerdan a las mujeres del movimiento obrero, las de la medicina, de las letras, las afrodescendientes en América, las del frente guerrillero y las luchadoras contra las dictaduras latinoamericanas.

Autogestión del cuerpo

¿Cuál es la mejor manera de dejar de depender del mercado, de la mirada del afuera, del deseo del otro? ¿Cómo descolonizar el cuerpo femenino? “Autogestión en el cuerpo. Tocarse, mirarse, anotar lo que una va sintiendo, reconocerse a través del ciclo, si estás en edad fértil. La autogestión no tiene que ver sólo con sanar una enfermedad sino con el placer. Demasiado dolor y culpa cargamos las mujeres y ahora nos toca sanarnos, pero también gozarnos. Hay discursos muy castigadores, incluso desde las terapias alternativas, en los cuales la mujer tiene que sanar su linaje femenino, la mujer es la culpable del machismo. Sí, claro que hay que sanar, pero también pasarla bien. Cuando empezamos a redescubrir nuestra sexualidad es otra cosa. La medicina la enseñan de esa manera. La sexualidad femenina parece estar asociada con una enfermedad venérea o con la reproducción. ¿Y el placer dónde está?”

Concebir la sangre como algo sagrado y no como un desecho de cada mes también es un desafío: “Cuando usás la copa menstrual cambia la percepción  de tu ciclo: yo soy esta sangre, yo la hice. Estamos llenas de fluidos y tenemos que conocerlos para establecer nuestra época de fertilidad, por ejemplo. Esos ejercicios nos van descolonizando de todos esos prejuicios que tenemos anclados, que todo debe ser muy limpio, muy blanco, el desodorante vaginal, el protector diario, ¿tenemos que funcionar así para quién? Hay un mercado lucrando con todo eso”.

Durante su embarazo, Pabla escuchó a los doctores decirle que el parto natural no es aconsejable porque las mujeres se mueren, que ya fue, que para eso ahora está la medicina.  Finalmente tuvo un parto natural y rápido. Después de haber parido a su bebé, Pabla se formó como partera en Pernambuco, Brasil, con una comadrona tradicional que aplica saberes ancestrales, utiliza rituales, hierbas. Viajan parteras de todo el mundo para aprender con  ella, que lleva cuarenta años dedicados a ayudar a mujeres a parir en sus casas. Aclara Pabla que hoy en día el parto respetado  no es accesible para todas ya que  se necesita bastante dinero: sería imprescindible que esté subvencionado por el Estado.

Presentó su libro en Montevideo, en Buenos Aires y sus próximos planes son presentarlo en Ecuador, Colombia y Bolivia, país por el que siente mucho cariño por todo lo que aprendió de sus mujeres. En su casa de Chile, en pleno campo a dos horas de Santiago, prepara los talleres que brindará en mayo en nuestro país para aprender a realizar botiquines caseros con hierbas naturales, a las que se refirió en su libro Del cuerpo a las raíces surgido de una investigación acerca de las plantas usadas por mujeres para sanar sus problemas de salud sexual.

Brujerías

Uno de los arquetipos en los que Pabla se interesó especialmente es el de la Bruja.  En la Edad Media  comenzó a perseguirse a las mujeres consideradas peligrosas por asociar sus prácticas sanadoras a la adoración del demonio. “He investigado y la mayoría eran mujeres sabias, sanadoras, parteras, mujeres que se atrevían a ser diferentes, que salvaban a pueblos enteros de pestes en Europa. Eso llegó a América, era parte de lo chamánico, y luego llegó la colonización, la cruz, y no permitieron más parteras ni curanderas porque era considerado brujería”.

El manifiesto feminista WITCH (Conspiración Terrorista Internacional de las Mujeres del Infierno, movimiento por la liberación de la mujer nacido en Estados Unidos, en 1968) se refiere a nueve millones de mujeres a las que prendieron fuego por considerarlas endemoniadas. Parte del manifiesto dice:

“No puedes simular ser Bruja ¡porque eres mujer y con sólo mirar dentro de ti ya sabes que eres Bruja! Construye tus propias reglas, sé libre y rebelde; forma tu propio círculo de hermanas y construye tus utopías. Los enemigos: todo lo que es represivo, autoritario, machista. Las armas: el teatro, la sátira, la poesía, la música, los esténciles, las pegatinas, la escoba, las pistolas, las muñecas vudú. Toda la magnífica imaginación sin límites, porque tu poder radica en que eres mujer, y se fortalece trabajando con las otras hermanas. ¡Eres bruja siendo mujer insumisa, furiosa, feliz e inmortal!”.

Mujeres que conocían sus períodos de fertilidad según los ciclos de la luna, que juntaban hierbas para aliviar y curar los malestares de sus cuerpos, que ayudaban a otras a parir naturalmente, que practicaban rituales de sanación. Sabiduría ancestral que sigue latente: “Si una se pone a conversar con mujeres, la información sale. Si escarbás un poquito encontrás en tu mamá, tu abuela, tu tía, relatos interesantes que están ahí, esperando ser redescubiertos.”

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Actualidad

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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