#NiUnaMás
La máquina femicida
Cuatro casos que revelan cómo actúan la justicia y el Estado antes y después de un acto de violencia contra la mujer. Criterios, trámites y programas que no funcionan.
1 Bajo riesgo
Dieciocho días y 74 puñaladas antes de morir, Claudia Schaefer denunció a su esposo Fernando Farré en la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Era la primera vez que Schaefer -44 años, trabajadora en Bodegas Salentein, tres hijos con Farré, departamento en Palermo, casa alquilada en el country Martindale de Pilar- hacía una denuncia. El 3 de agosto acudió acompañada de su abogado de divorcio, José Cárdenas, y dejó constancia de la violencia sufrida con un relato estremecedor: “Fue en mi casa, terminábamos de cenar, yo jugaba con los chicos en la Play. Fernando había estado buscando durante el día motivos de discusión. Se puso a hablar con los chicos, les dijo: ‘ustedes saben que su mamá quiere separarse, esta casa la compramos con mi trabajo y dinero de mi familia, y ahora su mamá se quiere separar y romper la familia’. (…) Agarré mi teléfono y le dije que iba a grabar la conversación para que todos escuchen su forma de expresarse conmigo y con los chicos. Cuando vio el teléfono se me vino encima para sacármelo, me agarró del pelo y me tiró sobre un sillón. Me puso una rodilla en la cara para que me quedara quieta. No me podía mover. Gritaba pidiendo ayuda, los chicos estaban ahí”.
Tres especialistas del equipo interdisciplinario de la OVD escucharon a Claudia y redactaron el legajo 6503/2015, que incluía un informe de situación de riesgo:
Verónica Aumann, psicóloga.
Lidia Vega, trabajadora social.
Elvira Delbono, abogada.
El informe de riesgo concluía: “Teniendo en cuenta el relato de la Sra. Schaefer se evalúa que esta situación se encuadraría dentro de la problemática de una conflictiva de pareja, con episodios de agresiones verbales, agravadas en la actualidad por la pérdida laboral del Sr. Farré. Al momento de la presente entrevista y considerando lo impredecible de las conductas humanas futuras, se valora dicha situación como de BAJO RIESGO”.
En mayúsculas y negritas.
Analía Monferrer, secretaria letrada de la Corte Suprema a cargo de la OVD, dice a MU que no pueden hablar de casos concretos por el “deber de confidencialidad”, pero indica que hay varios niveles de riesgo: bajo, medio, alto, altísimo. Explica que hay diversos indicadores para distinguirlos: agresor con armas, episodios de violencia sistemáticos o esporádicos, niños presentes, denuncias anteriores, etc. “Riesgo bajo no significa que no se necesiten medidas de protección. De hecho, en casos de riesgo alto, ha pasado que los jueces tampoco han dictado medidas. Si bien la actuación judicial en muchos casos ha sido oportuna porque se dictaron medidas de protección, no han sido suficientes. Antes de la Oficina la crítica era que el Poder Judicial no respondía, ahora es que no es suficiente”.
Sin poder hablar sobre casos concretos, la pregunta intenta no ser abstracta: ¿qué piensa frente a una situación con tirón de pelos, empujones y rodillas en la cara, frente a los hijos? Monferrer: “Para eso hay diferentes indicadores. Por ejemplo: vos podés ver la foto de una mujer totalmente lesionada, con la cara deformada, y decir que fue terrible lo que le hicieron. Pero si esas lesiones se curan en menos de un mes, son lesiones leves. Por eso hay que hacer un análisis de todo el caso y sus antecedentes, no solo el hecho puntual relatado. Esta situación que describís puede ser, en un contexto determinado, riesgo bajo. En otro, puede ser riesgo alto. Otra situación: el agresor la golpeó muy grave, pero no en la cara. Eso puede determinar un nivel de riesgo que dice que el agresor todavía tiene algún límite que hace que esta persona no exceda el nivel de violencia para que otros no se den cuenta de las agresiones. Ahora, una vez que los golpes pasan al rostro, ya son visibles para cualquiera. Eso puede aumentar el riesgo porque quiere decir que no hay ya ni un estímulo externo que pueda frenarlo”.
¿Cuál fue el límite Farré? 52 años, egresado de la UCA, máster en Estados Unidos, cargos destacados en Coca Cola, L´Oréal y AVON, fotografías con Paris Hilton, Kate Moss y David Bowie, había sido despedido de la multinacional de belleza Coty.
La denuncia presentada ante la OVD siguió su curso en el Juzgado Civil N°106, que decidió su exclusión del hogar y una orden de restricción de 300 metros, ambas con vigencia hasta la audiencia fijada para el 14 de agosto. A Schaefer le otorgó el botón antipánico. En la audiencia, Schaefer y Farré acordaron la “no convivencia” y un régimen para sus hijos. El Juzgado fijó el 19 de agosto como fecha para que Farré retirara sus pertenencias. Para Schaefer, la cita fue el 21 de agosto a las 11 en el country Martindale de Pilar.
Schaefer llegó junto al abogado Carlos Quirno a las 11.10. Farré ya estaba en el country junto a su abogada Andrea Frencia, y su madre Nenina Castro. “Cuando saludé a la señora, me di vuelta y la vi a Claudia avanzar con la valija hacia adentro de la casa. Fue la última vez que la vi viva”. Los abogados se retiraron para hablar sobre el trámite de divorcio. “Habremos hablado no más de 30 segundos y ahí empezamos a oír gritos muy difíciles de identificar. Nos pareció que venían de otra casa”. Eran los gritos de Schaefer. Quirno dijo que rompió la ventana de la habitación para ver qué estaba ocurriendo. Ambos vieron la cara de Farré desencajada mientras la apuñalaba una y otra vez. “Nos miró y siguió”, declaró Quirno. Frencia se sacó los zapatos y salió corriendo del susto. Quirno llamó al 911 a las 11.24.
14 minutos.
Es el tiempo que transcurrió entre que llegó y la mataron. Schaefer, que dieciocho días y 74 puñaladas antes se había ido de una oficina de la Corte Suprema con un diagnóstico de “bajo riesgo”, murió dentro de un vestidor.
2 El costo de las pericias
El vestidor de Melina Romero era la habitación en su casa en Martín Coronado, localidad del municipio bonaerense de Tres de Febrero. Allí se cambió la noche del 23 de agosto de 2014 cuando su mamá la vio por última vez con vida. Salió a festejar su cumpleaños número 17 al boliche Chankanab, en el partido bonaerense de San Martín, y nunca regresó. Su cuerpo apareció el 23 de septiembre en los basurales de José León Suárez. Fue brutalmente asesinada. La buscaba la policía, la encontraron dos mujeres cartoneras, integrantes de un movimiento social.
A más de un año del femicidio no hay ningún detenido en la causa. Hay tres mayores imputados: el pai César Sánchez (46), Joel Fernández (19), alias Chavito, y Elías Fernández (21). También un adolescente de 16 años cuya identidad está reservada. Todos están en libertad. Ana María, madre de Melina, tiene un patrullero custodiando su casa las 24 horas del día: los acusados viven en el barrio. La mayoría fueron señalados por una joven de 17 años, amiga de Melina y principal testigo en la causa: contó cómo los varones violaron y asesinaron a la adolescente.
El expediente lo tramita la fiscal María Fernanda Billone, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de San Martín. El abogado Marcelo Biondi puntualiza: “La pericia toxicológica nos demoró la causa un año por falta de reactivos”. Los reactivos son las sustancias con las que se procesa las muestras recogidas y se las analiza en los laboratorios (La Plata, en este caso). Ana María: “Si mi hija hubiera sido la hija de un juez o un fiscal, los reactivos aparecen al otro día”. Las pericias se hicieron finalmente en el Cuerpo Médico Forense de la Nación, luego de un trámite engorroso. “No es lo mismo hacer una pericia al mes de la aparición del cuerpo que hacerla al año”, advierte Biondi. La causa incorporó la autopsia y las declaraciones de los forenses recién en agosto pasado. Observaron un “infarto agudo de miocardio” como causal de muerte, sin poder brindar más detalles. Biondi: “La conclusión es que fue una muerte violenta”.
La demora del hallazgo del cuerpo dificultó las pericias. “No querían que el cuerpo de mi hija hablara -dice Ana María-. Cuando la vi estaba desfigurada. No tenía cara. Murió por traumatismo de cráneo, pero cuando la tiraron estaba viva”. Ana María concluye: “Ya no puedo creer más en la justicia”.
3 Prohibición de acercamiento
María Belén Morán intentó creer en la justicia cuando el 29 de julio salió de la casa de su mamá en la localidad bonaerense de Manzanares en dirección al Juzgado de Familia N°1 de Pilar para denunciar que su ex pareja, Alberto Moreno, no cumplía con la “prohibición de acercamiento” que el juzgado había ordenado por 30 días. La medida había sido dictada ocho días antes y prohibía a Moreno arrimarse a más de 500 metros. Ocho días después María Belén Morán era asesinada con 12 puñaladas en plena calle, en pleno día. En su cartera llevaba la “prohibición de acercamiento”.
El Juzgado que dictó la orden está a cargo de la jueza Raquel Conte, que ante la consulta de MU aclara: “En esa causa salió que yo había intervenido, pero no fue así. Era la feria y yo estaba de vacaciones. Intervino la doctora Sendra (Silvia Celina Sendra, del Juzgado de Familia N°2 de San Isidro)”. La orden, sin embargo, llevaba su nombre: “Salió mal el oficio. Mi secretaria no lo advirtió”.
María Belén Morán -23 años, un hijo de 4 en común con Moreno- pasó los dos días siguientes a la denuncia que empujó al dictado de la “prohibición de acercamiento” en un refugio para víctimas de violencia machista en Pilar. Ella tuvo que refugiarse. Cuando salió se fue a vivir a la casa de su madre. Un día antes del femicidio llamó a la policía porque Alberto Moreno la había amenazado en tres ocasiones. El Juzgado no previó un detalle: luego de ordenar la medida perimetral a 500 metros, Moreno se mudó a 150 metros de la casa de la mamá de Morán.
La jueza Conte responde: “Cuando la señora pidió la medida estaba viviendo en un hogar de tránsito. No nos llegó esa denuncia. Quedó en la comisaría. No teníamos conocimiento. Uno no tiene la bola de cristal. La mamá decía por televisión: ´¿Cómo no se le puso custodia policial?´. Es imposible que se le ponga custodia policial: por más que la ordenemos, la policía no la puede brindar por incapacidad de personal. Ella ni había pedido botones de pánico porque estaba realmente protegida: estaba en un hogar de tránsito. La que se la llevó fue la madre, pero es más fácil acusar a un juez que leer la causa”.
César Gérez, padrastro de Morán, dijo sobre la denuncia: “Vino el patrullero y cuando lo vieron a él lo palmearon en la espalda. Le dijeron que se quedara tranquilo”. Qué dice la jueza: “La comisaría tendría que haber dado aviso al juzgado, como cualquier caso de violencia familiar”. Moreno no se quedó tranquilo. Los amenazó. Les dijo que compraran “tres cajones”: uno para Morán, otro para su madre, otro para su hijo. La policía no actuó. “Se pudo haber evitado”, advirtió su madre, quien criticó a la Comisaría de la Mujer de Pilar porque no le tomaron la denuncia contra Moreno por las amenazas. Se la negaron porque no tenía “un parentesco” con él.
El 29 de julio a las 9:15 Morán salió de su casa hacia el juzgado para denunciar que su ex pareja violaba la orden judicial. No llegó. Moreno la abordó en la intersección de las calles Río Orinoco y Rodolfo de la Colina. Una amiga presenció todo. Gritó. Le dijo que iba a llamar a policía. Declaró: “De lejos llegué a ver cuando la agarraba de los pelos y le golpeaba la cabeza contra el piso. En ese momento corrí y le grité ´hijo de puta´”. Su amiga ya estaba agonizando: una de las lesiones fue una puñalada en la nuca de 5 centímetros de profundidad. Llamó a una ambulancia y tapó a su amiga con una tela blanca.
Qué dice la jueza Conte: “Nosotros no sabíamos que la mamá la había retirado del hogar de tránsito. Nadie nos había dicho nada: ni la policía ni la mamá ni nadie. No hay constancia en la causa. Adivinos no somos. Además hay una imposibilidad de llamar constantemente a la gente para ver dónde viven. Es ilógico pedir eso. Si no, tendría que tener un call center para que los empleados del juzgado llamen por teléfono a la gente para saber dónde están”.
4 Violencia de género
Con la llegada del Operativo Centinela al sur del conurbano bonaerense no hacen falta call centers: la propia gendarmería usa las instalaciones de un polideportivo de barrio para montar su destacamento y brindar seguridad. Allí los jóvenes van al baño, allí los gendarmes tiran los colchones para dormir y allí uno de esos gendarmes violó a una niña de 15 años amenazándola con su arma reglamentaria, mientras otros dos le hacían de campana.
La abogada Verónica Heredia intentó seguir cada uno de los pasos institucionales indicados para poder garantizar el acceso a la justicia a la niña violada. El 13 de abril acudió ante el programa Las Víctimas contra las Violencias, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Fue a la dirección que figuraba en la web oficial: San Martín 323, 4to piso. Cuando llegó un policía del edificio le avisó que se habían trasladado a otra dirección: Av. Costanera España 2591, 4° piso sector D. Sólo la dejaba un colectivo especial que pasa cada media hora por Paseo Colón.
Llegó.
Al final del 4° piso había una mesa con dos mujeres. Se presentó, les dijo que era la abogada de una niña violada por gendarmes y que traía una nota para la doctora Eva Giberti, coordinadora del Programa. Le respondieron que no estaba, le recibieron la nota y le dijeron que la llamarían.
La llamaron días después: le avisaron que desde el Programa no podían “hacer nada” porque era sólo para “casos de emergencia” y sólo actuaban dentro del ámbito de la Ciudad de Buenos Aires.
Le dijeron que tampoco tenían equipo de abogados, pero que les pasara los datos de los gendarmes para ver “qué podían hacer”. Pasó los datos del expediente y el Ministerio de Seguridad (de quien dependen los gendarmes) solicitó copias. “Ni del Ministerio de Justicia ni del Ministerio de Seguridad se comunicaron con la familia o con los abogados”, aclara Heredia, que envió un correo solicitando que presentaran en el expediente un informe para que la niña declare en Cámara Gesell. Le respondieron que “no”, pero la derivaron con una abogada para que la asesorara.
Entonces, el 22 de septiembre, fue al lugar donde funciona el área de Violencia Sexual del Programa. La abogada que la atendió le dijo que para poder actuar debía recibir una orden “desde arriba: Presidencia o Alak”.
La doctora Heredia decidió intentar por otra vía. Llamó a la línea 144, promocionada para la “contención, información, asesoramiento para la prevención de la violencia de género”. Eran las 13:14. Luego de dos minutos de música clásica la atendió una mujer: “Atención, contención e información sobre la violencia de género”, anunció.
–Soy abogada de una nena de 15 años que fue violada en un barrio al sur del Conurbano.
-¿Violación? Violación no. Acá es violencia de género. Acá estamos para asesorar y orientar sobre violencia de género.
-¿Entonces qué es violencia de género?
-Bueno, a ver, ¿me decís en el sur del Conurbano? Entonces tenés que ir al Servicio de la Niñez del municipio.
-Ya fui y no me dieron ninguna solución.
-¡Qué raro! Bueno, entonces te doy la dirección de la sección Mujer: Irigoyen 3863.
-¿Hipólito Irigoyen?
-No sabría decirte, pero te doy el teléfono: 4229-2519. Ahí tienen área de equipo interdisciplinario de violencia de género: psicólogas, abogados, trabajadores sociales.
La doctora Heredia llamó a ese número a las 13:27. Atendió una mujer:
-Hola, Género.
-Soy abogada de una nena de 15 años que fue violada y quería ver qué asistencia podrían darle.
-¿15 años?
-Sí.
-Esto es para la Mujer, te paso al área de Niñez: 4247-2564.
La abogada marcó el número.
13:28: ocupado.
13:29: ocupado.
13:30: ocupado.
La abogada cortó.
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Octubre con 18 femicidios, 2 travesticidios y 20 intentos de asesinato: datos actualizados del Observatorio Lucía Pérez sobre la violencia patriarcal
Mientras se celebraba el Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias en San Salvador de Jujuy, la propia provincia se conmocionó ante la noticia del femicidio de Natividad Cañizares, de 68 años. Fue el 12 de octubre. Cuando la multitud se preparaba para marchar desde las afueras hacia el centro de San Salvador de Jujuy, llegó la noticia de que Natividad había sido apuñalada por su ex pareja, un ex policía que fue detenido por los propios vecinos. Natividad ya había denunciado sin éxito el peligro en el que se encontraba. Ella vivía a cuatro cuadras de Florencia la casa de Florencia Sayes, asesinada en ese mismo barrio el mes anterior por su pareja. Florencia tenía una hija.
El contexto del que el Estado no parece hacerse cargo a fondo: el Observatorio Lucía Pérez registró en lo que va del año 158 huerfanxs por femicidios.
En lo que va del año el Observatorio, primer padrón autogestionado y público de violencia patriarcal, registró 254 femicidios y travesticidios en todo el país. Es decir 254 crímenes en los 306 días que lleva este año transcurridos.
Tomando solamente octubre, en el mes se registraron 18 femicidios en las provincias de Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, Chaco, Jujuy, Salta y Tucumán; y 2 travesticidios, ambos en la provincia de Buenos Aires. Y hubo 24 intentos de femicidio, lo que da cuenta de la violencia más que cotidiana que sufren las mujeres.
Pero los crímenes van más más allá: durante 2024 ya fueron asesinadas en el marco de esos femicidios, 20 infancias. En octubre, por ejemplo, fue asesinada Mía Morena Zapata, tenía 16 años, y vivía en González Catán, ciudad bonaerense. El dato eleva la cifra de muertes hasta hoy por estos crímenes a 274.
Otro dato estremecedor. Contando los 20 intentos de femicidio de octubre, el total anual hasta ahora se eleva a 213 tentativas de asesinato.
Un tema que no aparece en las agendas mediáticas, políticas, o judiciales: en 2024 se produjeron 84 desapariciones de mujeres en plena democracia, sin que el Estado, las policías o el poder judicial hayan logrado una respuesta sobre el destino de esas personas.
En el mes que culminó continuó la movilización social exigiendo justicia y un freno a laviolencia y la impunidad. Se organizaron 19 movilizaciones, lo que implica que durante el año ya hubo 268 marchas y reclamos en la calle contra la violencia patriarcal en todo el país.
Por otra parte, el número de funcionarios denunciados por distintas formas de violencia de género asciende a 568.
El Observatorio Lucía Pérez es una herramienta de información, análisis, debate y acción creada por Cooperativa lavaca. Toda la información producida es de público y libre acceso en www.observatorioluciaperez.org
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Cierre del Encuentro: la fiesta de la resistencia
(Desde Jujuy, en el Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias, por Anabella Arrascaeta/ Fotos: Lina Etchesuri).
“Hay una lucha ideológica y hay una lucha del sentir que no está solamente en la cabeza, no está solamente en el discurso. Nuestras abuelas dicen: ‘solamente luchamos por lo que amamos, y para amar tenemos que sentir’”, dice Avelina Rogel, autoridad espiritual de los pueblos indígenas del Ecuador, parada frente a la Casa de Gobierno en San Salvador de Jujuy. Avelina nos regala así una clave que atravesó el 37 Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias: las luchas que se sienten.
Estas son algunas que se entrelazaron entre las más de 50.000 personas que habitaron el segundo día del Encuentro.
El agua
“Somos agua sagrada y el agua sagrada no se corrompe, las voces de las mujeres no se corrompen, el cuerpo de nuestras mujeres con toda la dignidad se levanta como cuerpo caminante”. Esa voz de mujer originaria irrumpió en la Plaza Belgrano, en el segundo día del Encuentro, cuando llegó la Marcha del Agua, que desde hacía doce días estaba caminando desde la Puna hasta la Casa de Gobierno jujeña.
Las mujeres que vinieron caminando tomaron el micrófono, después lo hicieron también los varones. Dijo una de ellas: “Para mí fue una sorpresa hoy llegar acá y que no se vea ningún policía, porque todos los años que llegamos caminando está plagado de policías, no nos dejan acercarnos a esta casa, que es nuestra casa del pueblo”.
Es que cada 12 de octubre de cada año las comunidades llegan hasta San Salvador de Jujuy para decir lo que debería ser obvio: “Necesitamos defender el agua, decir: abajo las mineras, abajo el litio”. Este año, su llegada se encontró con mujeres de todo el país que se reunieron para poner el cuerpo al espacio de convergencia más masivo de los feminismos. Además, se encontró con que esta misma semana en esta misma ciudad sucedió el “XIII Seminario Internacional: Litio en Sudamérica” con la presencia de los gobernadores del noroeste argentino, autoridades gubernamentales, y empresarios de la industria del litio.
Avelina y los abrazos: el encuentro de la vida.
Dice Avelina Rogel: “Además del encuentro de mujeres, es el encuentro de la vida, es el encuentro de la conciencia de entender que es momento de sumarnos, que todos y todas somos corresponsables de sostener la vida. Y me refiero a la vida diversa, porque también el sistema nos ha llevado siempre a pelearnos y a dividirnos. Por ejemplo: hoy entró la Marcha del Agua y nos preguntamos ¿dónde está toda la marea feminista?”. Aunque la plaza Belgrano estaba colmada no todas se acercaron a escuchar, pero Avelina y otras mujeres de distintas comunidades decidieron habitar el Encuentro: fueron a asambleas, sahumaron la Universidad tomada por las y los estudiantes, y marcharon por las calles de San Salvador. Cuando la noche llegó, bailaron en la misma plaza que a la mañana las recibió.
La educación
La Facultad de Humanidades de la Universidad de Jujuy está tomada como respuesta al ahogo presupuestario que se concretó con el veto a la Ley de Financiamiento Educativo. Las estudiantes jujeñas decidieron en una asamblea de más de 200 personas convocar en el marco del Encuentro a una Asamblea Nacional de Estudiantes de todo el país. La respuesta fue masiva.
También frente a la Casa de Gobierno hicieron una lista con más de 25 oradoras de distintas provincias y organizaciones que compartieron qué pasaba en sus facultades, la mayoría tomadas. “El gobierno nos decretó la guerra y las tomas nos marcaron el camino de cómo hay que seguir y qué tenemos que discutir”, se dijo en el micrófono trazando así un horizonte hacia a dónde ir.
La asamblea bordó su lucha con su contexto. Pidió, por ejemplo, por una educación antiextractivista, por el sistema de salud público, por los salarios docentes, por las y los jubilados, por quienes se están quedando sin trabajo. También fue sumamente crítica con los partidos políticos que aportaron los votos para vetar la ley, desde el peronismo, el radicalismo, el PRO, hasta la Libertad Avanza. Hablaron también docentes que reconocieron a las y los estudiantes al frente de una lucha que ya está siendo histórica.
La primera moción que se hizo, y se repitió durante toda la tarde, fue la de convocar a una nueva marcha federal que se votó masivamente a mano alzada.
Después, cada una se fue con sus compañeras a marchar.
La vida
Mónica Cunchila, mamá de Iara Rueda, estaba lista para iniciar la marcha de cierre del Encuentro cuando alertó: “Mataron a otra”. En esta misma ciudad hoy asesinaron a Natividad Cañizares, una mujer de 68 años, apuñalada por su ex pareja, un ex policía que fue detenido por los propios vecinos. El femicidio fue a cuatro cuadras de donde vivía Florencia Sayes, asesinada el 28 de setiembre y cuyo nombre había marcado la ceremonia del primer día de este Encuentro. “Nos siguen matando, por eso seguimos exigiendo que la justicia trabaje, que exista presupuesto”, dijo Mónica entristecida, sosteniendo una foto de su hija.
La marcha, que arrancó desde la autopista hasta adentrarse en la ciudad, tuvo dos paradas simbólicas. La primera fue frente al mural que se realizó en la previa al Encuentro con los nombres de las mujeres asesinadas en la provincia. Ahí se gritó cada uno de esos nombres a los que la multitud acompañó con el grito de “Presente”.
La segunda fue frente al mural que recuerda a Marina Vilto, detenida-desaparecida durante la última dictadura cívico militar. Otro grito: “30.000 detenidos desaparecidos”. La misma multitudinaria respuesta: “Presentes”.
La risa
La marcha con más de 50.000 personas que cerró el 37 Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias en Jujuy, llegó a donde todo había arrancado: el lugar exacto donde hace un año reprimieron ferozmente para intentar aplastar el Jujeñazo. Nadie olvida en esta provincia lo que significaron esas jornadas: durante todo el recorrido las organizaciones jujeñas que marcharon con la marea se posicionaron radicalmente contra el gobierno de Javier Milei, contra el ex gobernador de Jujuy ,Gerardo Morales, y contra los funcionarios del actual gobernador, Carlos Sadir.
Cuando finalmente la marcha llegó a la plaza, en el escenario ya esperaban las músicas con sus instrumentos, y donde hubo violencia, se armó una fiesta masiva y a cielo abierto.
Como respuesta al extractivismo, al vaciamiento, a la violencia, a los asesinatos, a la represión, bailamos.
Juntas y hermanadas.
Nuestra venganza es ser felices.
#NiUnaMás
Arrancó el Encuentro en Jujuy: acá estamos nosotras
En la primera jornada del Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias pasó de todo: un fuerte acto frente a la Legislatura, con el recuerdo del Jujeñazo que ocurrió en ese lugar en 2023; una contundente marcha que recorrió el centro de la ciudad; una acción de familias víctimas de femicidios cuyas voces aparecen en esta nota; y un pañuelazo inmenso por el aborto legal. Desde hoy y por tres días habrá actividades, talleres, marchas, conversaciones y acciones en distintos lugares de la capital, donde se esperan más de 50.000 personas. Mientras, la Facultad de Humanidades de la Universidad de Jujuy se encuentra tomada contra el ahogo presupuestario. Y la Marcha del Agua llegará mañana para confluir en otra gran movilización.
Crónica y reportaje fotográfico desde San Salvador de Jujuy.
Por Anabella Arrascaeta.
Fotos Lina Etchesuri
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
En pleno centro de la ciudad de San Salvador de Jujuy, en un enorme playón que suele ser estacionamiento, frente a la Legislatura local y al borde del río que está seco, arrancó el 37º Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias. Desde hoy y por tres días habrá actividades, talleres, marchas, conversaciones y acciones en distintos lugares de la capital.
Y sobre todo habrá gente, mucha gente, aún cuando la crisis económica se hace sentir, y el dinero que cuesta llegar hasta acá impacta en los bolsillos de las personas y de las organizaciones: el cálculo es que se esperan más de 50.000 personas circulando todo el día en 20 cuadras a la redonda.
El epicentro es Plaza Belgrano, frente a la Casa de Gobierno, totalmente copada por una feria que no deja espacio vacío. Uno al lado del otro cientos de puestos -con gazebos, con mesas, con mesitas, con mantas, con tablón- venden comida, artesanías típicas, bombachas, corpiños, remeras, peluches, libros, y más. Un flujo constante recorre la plaza, y las calles de alrededor, donde también está la iglesia principal de la ciudad y el Cabildo recién estrenado. Como todo lugar turístico, hay también gente que pasea y se mezcla con la marea.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
Desde la plaza la gente va y viene a las escuelas y espacios culturales de alrededor para debatir en cientos de talleres. Y entre el ir y venir, se encuentra.
Una de las definiciones de la palabra encuentro es justamente “acto de coincidir”.
Coinciden, entonces, las familias de víctimas de femicidios que se reconocen por las remeras, o los carteles con las fotos de sus hijas, madres, hermanas, sobrinas, y se abrazan y escuchan una a una contar sus historias.
Coinciden, también, los cientos de pañuelos verdes que estaban anudados en mochilas, carteras y muñecas, y frente a las familias hacen silencio conmovidas y acompañan su ceremonia. Y cuando termina, en un acto no de magia pero sí mágico, se vuelve a formar la marea verde que grita por aborto legal en cualquier lugar. Un grito profundo y urgente con personas de todas las edades y procedencias, porque en casi todos los territorios están faltando las pastillas que garantizan los procedimientos, porque, denuncian, el gobierno nacional dejó de comprarlas y muchas provincias todavía no se hicieron cargo de garantizar ese derecho..
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
Es entonces cuando aparece el hit que se repite durante todo el día. La calle canta:
“Milei basura, vos sos la dictadura”.
Y así este acto de coincidencia masiva es también una marcada de cancha: acá estamos nosotras.
Por qué Jujuy
La jornada arrancó con una ceremonia protagonizada por mujeres pertenecientes a pueblos originarios, que sahumó el inicio desde el escenario. Después, la comisión organizadora, conformada por mujeres referenciadas en organizaciones de la provincia, tomó la palabra: Miriam Morales, Secretaria de Género de CTAA, fue la encargada de recordar que el escenario está ubicado en el mismo lugar en donde un año atrás se desató la feroz represión mientras cientos en las calles se manifestaban en contra de la Reforma Constitucional inconsulta que el gobierno conducido por Gerardo Morales impuso a la fuerza. “En el 2023 postulamos esta sede y ustedes nos apoyaron” recordó sobre por qué Jujuy. “En este lugar se desató la represión que fue parte del laboratorio que tenemos hoy en todo el país. En este lugar apresaron a más de 100 personas”. Días antes de que este Encuentro comenzara, fueron reactivadas varias de la causas judiciales abiertas contra personas que se manifestaron ese día, y el próximo lunes el juez definirá si las eleva a juicio. Desde la organización entienden esta provocación como un acto intimidatorio en la previa a la llegada de multitud a la provincia. “Sepan que resistimos y acá estamos”, desafiaron desde el escenario.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
La gente que escuchaba el relato respondió, primero, cantando contra el gobierno nacional.
Luego: “Paro general”.
Y por último: “Universidad de las trabajadoras, y al que no le gusta, que se joda”.
La reforma constitucional inconsulta como símbolo de la antidemocracia, la reivindicación de los pueblos originarios, el cuidado del ambiente, de la vida, el freno a la violencia machista y la defensa de la memoria, la verdad y la justicia: Jujuy es hoy el territorio donde se denuncias a viva voz todas estas violencias y confluyen sus resistencias.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
Del dolor a la organización
Mónica Cunchila cerró el acto frente a la Gobernación. Ella es parte de la organización de este Encuentro y, fundamentalmente, mamá de Iara Rueda, la joven de 16 años asesinada en plena pandemia del coronavirus en Palpalá. Como indica la tradición de derechos humanos, Mónica llevó una foto de su hija en el pecho y relató con voz potente: “En 2020 cambió la provincia de Jujuy: en ese momento asesinaron a 5 mujeres en 40 días. Hace poco se cumplieron cuatro años de cada uno de esos femicidios”. Iara estuvo desaparecida durante una semana y su caso se convirtió en un símbolo de la violencia machista, la inacción judicial y la complicidad policial. La provincia entera compartió su búsqueda, comandada por la familia, mientras policía y justicia incumplieron los protocolos que se deberían haber activado para encontrarla: por eso hay siete policías que irán a juicio.
Cuando la encontraron estaba sin vida, con manos y pies atados. Su familia logró que por su femicidio fueran declarados culpables Raúl Cachizumba, Mauricio Abad y Tomas Fernández.
Mónica Cunchila mamá de Iara Rueda. Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
Desde entonces, Mónica se organizó junto a las familias de víctimas de toda la provincia y creó una red que se acompaña en los pedidos de justicia. “Le hice un juramento a mi hija: hasta que no se haga justicia, no me voy a cansar, y no me voy a callar. Vamos a luchar por cada una de ellas”, gritó hoy desde el escenario.
Al lado de Mónica, otra mujer sostenía un cartel con la foto de Florencia Sayes, asesinada hace dos semanas en esta misma provincia. Tenía 31 años y una hija de 5. En sus últimos días había publicado en sus redes: “Nací para ser libre, no asesinada”. Su ex pareja, Lucas Fernando Farfán, de 34 años, fue detenido e imputado por el femicidio.
En lo que va del año, desde el Observatorio Lucía Pérez, se registraron 242 femicidios y travesticidios, cinco en Jujuy. Ese dolor es el que marca el primer día de este encuentro.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
Matilde es docente y llega a la Plaza con su nieta Lara de 11 años. Es la única mamá que no lleva foto de su hija: su nieta se entristece al verla y ella prefiere ahorrarle la amargura a una niña que corre entre los puestos y abraza a quien la saluda. Matilde es la mamá de Camila Peñalva, de 25 años, asesinada en 2020 en la localidad de Huacalera. Tenía dos hijos: Lara y Aaron, que hoy tiene 5 años. Matilde hizo hoy más de 100 kilómetros con su nieta para encontrarse con otras familias.
La misma distancia recorrió Carlos, que llegó desde Ledesma con la foto de su hermana: Rosa Aliaga, asesinada hace nueve años. Su femicidio sigue impune.
Julia, la tía de Alejandra Nahir Alvarez lleva su cara en una remera fluor que resalta la sonrisa. Su ahijada fue asesinada en 2020, dos días atrás se cumplieron cuatro años. Julia se estremece, pero las lágrimas se le caen cuando habla del hijo de Alejandra, que en el momento del crimen tenía 6 meses y hoy cuando ve una foto dice: mamá te amo.
Como el asesino de Alejandra fue condenado a perpetua, al igual que el de Iara y el de Camila; Julia dice que ahora todos los familiares quieren luchar por que Carlos y su familia puedan conseguir justicia para Rosa.
Esa frase es la síntesis de lo que este grupo de familias que cuelgan sus banderas en la reja de la gobernación y nombran a cada una de las asesinadas significa: justicia y lucha por y para todas.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
Facultad tomada
A una cuadra de la Plaza Belgrano está la Facultad de Humanidades de la Universidad de Jujuy, donde suceden una decena de carreras. Al entrar, los bancos y mesas de clases están en el patio. Y alrededor cuelgan banderas que gritan: no al veto. Cuando la Ley de Financiamiento Universitario fue finalmente vetada, quienes estudian en la facultad, junto a docentes y no docentes, decidieron la continuidad de la toma que había arrancado un día atrás.
Melina tiene 27 años y estudia Trabajo Social. Sintetiza así lo que está pasando: “En la Facultad de Humanidades hace mucho que venimos peleando, es una lucha constante y viene creciendo. Empezamos con el comedor, que estuvo cerrado porque decían que no había presupuesto. Logramos la apertura, pero no alcanza. Luchamos también por el boleto estudiantil gratuito y universal que este gobierno lo quería sacar; y ahora en la asamblea que se armó pedimos por el presupuesto universitario que no alcanza, por el aumento del salario de los docentes y los no docentes, por las aulas en las que no hay ni bancos, y porque cuando llueve, llueve más adentro que afuera”.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
Bianca, de 27 años, abre el foco: “Acá en la provincia hay un montón de reclamos: el problema habitacional estuvo siempre: muchas personas no pueden acceder a una casa; la inseguridad; también que una mujer va a denunciar un hecho de violencia y no quieren tomar la denuncia; se suma el recorte en salud a nivel provincial; y últimamente, lo que estamos sufriendo, son los desalojos en las comunidades del interior”.
Este sábado, a las 15 horas en Plaza Belgrano, las Facultades de Jujuy convocan a una asamblea con estudiantes de todo el país que hayan venido al Encuentro.
En esa misma plaza, a la misma hora, también este sábado, estarán llegando las comunidades de la Marcha del Agua, que desde hace días caminan desde la puna en defensa de los territorios y la vida.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
La mirada trava
El día terminó con la Marcha contra los Travesticidios, Transfemicidios, Transhomicidios y Lesbicidios que avanzó cantando:
“Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las travas en la cara de la gente”.
Mientras se avanzaba se pidió justicia por Ana Paula Costas, una mujer trans de 43 años, que volvía a su casa en el barrio Alto Comedero cuando fue atacada a golpes. Estuvo doce días internadas antes de morir, el último 9 de septiembre.
“Es necesario estar acá”, dice la activista y pensadora Marlene Wayar. ¿Por qué?. “Porque es super necesario hacer la red travesti-trans para la reparación histórica y para la junta de todas las luchas en momentos en que nos quieren disgregar, dispersar y mantenernos quietas en casa. Es super importante que afinemos las redes, sepamos bajar algunas diferencias, y pongamos todo el empeño en un enemigo común que se está llevando el país por delante”.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
Y sigue: “La violencia hacia la comunidad travesti trans es un continuo siempre, pero lo que está creciendo radicalmente son las violencias pasivas, las que dejan que nuestras viejas sigan paradas en espacios de prostitución sin hacer un peso, que sigan sin comer, que sigan sin asistencia sanitaria, sin ser incluidas en en el PAMI. Esas violencias han crecido exponencialmente, y las otras continúan, son parte de una sociedad que todavía, en ese sentido, no la ve”.
En este encuentro aún queda mucho por ver.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
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