Nota
10 meses sin Santiago: un pedido de justicia por las calles de su barrio
Se cumplieron diez meses de la última vez que Santiago Maldonado fue visto con vida en la Pu Lof en Resistencia del Departamento de Cushamen. La familia lo recordó con una cálida marcha que recorrió 25 de Mayo, su pueblo natal, en la que participaron varios vecinos que buscaron romper el silencio. Fue también la primera vez que habló en público la madre del joven, Stella Peloso, que leyó un poema. Y aclaró: “Lo único que puedo decir es que quiero que se haga justicia. Y ojalá que sea cuanto antes”. Cómo está la causa, la agenda judicial que se viene y el espionaje ilegal a la familia. Voces y testimonios en esta crónica colaborativa de Revista Cítrica y lavaca.
Valentina y Julieta son hermanas, marchan juntas por la 9 y ambas llevan un cartel que pregunta qué pasó. La imagen en la hoja A4 pegada sobre el cartón es el rostro de Santiago Madonado. Alrededor, alguien grita su nombre y las dos cuadras que recorren 25 de Mayo, el pueblo natal del jovende 28 años, cuya desaparición y muerte conmovió al país en 2017, devuelve un mismo concepto a 220 km de Buenos Aires:
-Presente, ahora y siempre.
Valentina y Julieta, con el pañuelo verde color aborto legal en sus muñecas y mochilas, son vecinas de “veinticinco” y dicen que marchan porque no pueden no marchar. “Pasó muy de cerca. Él hacía murales acá, lo conocían todos y nos tocó a todos. Pero mucha gente hasta que no le pase, no va a luchar”.
Hay personas del pueblo, de municipios cercanos, de Buenos Aires. Es sábado, muchos comercios están cerrados y algunos vecinos observan y filman la marcha desde sus ventanas. “25 de Mayo es un lugar muy cerrado. A muchos le sorprendió que en todo el país saliera gente a reclamar por Santiago. Lo relaciono mucho con la época de la dictadura. En el colegio, muy católico, fue un obispo a decir que no habláramos del tema. Nos dejaban rezar por él, pero no hablar”. Valentina pegó un cartel en el pizarrón: a la tarde se lo sacaron. Los compañeros y profesores de Julieta tampoco ayudaban: “Era como si no pasó”. Ambas, repiten, no podían no estar hoy en la calle, marchando.
Tienen 17 y 13 años.
Y sólo ese dato otorga a esta marcha otra potencialidad.
El laberinto judicial
La última vez que a Santiago Maldonado lo vieron con vida fue el 1 de agosto de 2017, huyendo de una represión de Gendarmería en el marco de un operativo ilegal en la Pu Lof en Resistencia, del Departamento de Cushamen. Su cuerpo apareció flotando en el río Chubut el 17 de octubre. Desde ese entonces, el Gobierno -que incluyó pistas falsas dentro del expediente para torcer la investigación- intentó cerrar la causa diciendo que Santiago se había ahogado. Sin embargo, entre otras medidas, el juez federal Gustavo Lleral rechazó el pedido del Gobierno de que la causa cambie la carátula. También ordenó destruir las escuchas telefónicas tramitadas por el juez Guido Otranto y la fiscal Silvina Ávila, recusada por la familia, que a su vez impulsa un juicio político contra los magistrados por las tareas de espionaje ilegal.
La abogada de la familia Maldonado, Verónica Heredia, explica a lavaca y Cítrica por qué continúan denunciando una desaparición forzada. “El 1 de agosto había funcionarios públicos presentes: estaba el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, y la Gendarmería, que realizaba acciones, independientemente si eran legítimas o no. Hay acciones por parte del Estado en el marco de una actividad desplegada por el Estado en la que desaparece Santiago. Queremos una investigación de cómo se llega al 1 de agosto. ¿Quién da las órdenes? ¿En qué contexto? Luego, queremos una investigación de lo que pasó en la Pu Lof. Luego, sobre los hechos desde el 1 de agosto al 17 de octubre, día que aparece el cuerpo. Y, por último, desde ese momento hasta ahora con una investigación amenazada por funcionarios públicos y judiciales que intimidan e impiden a testigos claves que vayan a declarar”.
El 26 de abril, la familia presentó un recurso de queja a la Corte Suprema para denunciar que aún no se ha iniciado ninguna investigación. ¿Qué pasa con las escuchas? El martes será la audiencia en Comodoro Rivadavia porque la fiscal Ávila apeló la destrucción del material. “En su escrito, Ávila reconoce que tendría que haber hecho las escuchas en otro expediente, pero se excusó por la urgencia de encontrar a Santiago. Reconoce que se hizo un procedimiento que no corresponde a víctimas y testigos”.
En tanto, el 7 de junio será en Rawson la audiencia por el pedido de recusación de Ávila. “Evidentemente no tiene el mismo interés de encontrar la verdad como Sergio Maldonado. Hay intereses contrapuestos porque la fiscal vulneró sus derechos fundamentales”.
Por último, Heredia subrayó que buscarán ampliar la petición que realizaron en noviembre ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Montevideo. “Solicitamos que mantuvieran las medidas cautelares porque lo que está en peligro es la investigación. Además, Sergio y la familia están recibiendo ataques no sólo mediáticos sino por las redes, cada vez con más virulencia”.
Voz propia
A diferencia de otros actos y marchas, esta vez Sergio no escribió ningún documento para leer en público. “Estoy encontrando quién soy yo”, dice a Cítrica y lavaca. “Por ahi me costaba involucrarme en otras cosas porque sentía que había aparecido en esto por Santiago. Y ahora empiezo a entender que Santiago me va dejando moverme y tener mi voz propia. No es que antes no la tenía, pero antes como que estaba encerrado en la lucha por Santiago. Ahora me permito alternar, y por ejemplo, ponerme el pañuelo verde por el aborto legal, seguro y gratuito u opinar de otros temas. Y decido decir lo que me salga sin estar tan pendiente de si todo lo que digo esté relacionado con la causa”.
Este no fue un acto más para Sergio. Fue en su pueblo, donde hay muchas personas que apoyan a su familia, pero también “hay indiferencia, de gente que uno conoce de toda la vida”. Y agrega: “Por eso nos parecía importante venir acá y respaldar a mi vieja. Y que ella empiece a encabezar la lucha”.
Como Sergio no nació para tragarse las cosas, también aprovechó para sacarse otra espina atragantada: “Sentía importante mandarle un mensaje al cura de acá, porque mi vieja es bien católica, y el cura nunca se acercó a hablar con ella. Eso me duele”.
Entre abrazos y muestras de cariño, incluso de familias que recorrieron cientos de kilómetros para acompañar a los Maldonado, Sergio repitió varias veces “la fuerza que me dan las Madres y las Abuelas”.Y a diez meses de la desaparición forzada de Santiago, sigue buscando lo mismo: “Quiero saber la verdad. No sé si tanto la justicia, porque la justicia a veces te da la espalda. Lo que quiero saber es la verdad, quiero saber qué pasó con mi hermano”.
El acto de no acostumbrarse
Una de las que llegó a 25 de Mayo es Mónica Alegre, mamá de Luciano Arruga, el joven de 16 años de Lomas del Mirador, La Matanza, que fue visto por última vez con vida el 31 de enero de 2009. Luciano había sido hostigado y torturado por efectivos de la Policía Bonaerense previamente. Su cuerpo apareció cinco años y ocho meses después enterrado como NN en el Cementerio de la Chacarita. La fecha traza un paralelismo trágico: fue el 17 de octubre de 2014. Cuando se cumplian tres años, la familia se enteró que un cuerpo había aparecido en el Río Chubut. Era Santiago.
“Lo busqué desde un principio”, dice a lavaca y Cítrica. “Si bien nunca lo conocí, estoy segura que también hubiese levantado la bandera de El Negro, esté donde esté. Estoy acá exigiendo respuestas. Santiago Maldonado no se ahogó. El que quiera creerlo, esconde la cabeza abajo de la tierra. A Santiago lo mató la Gendarmería y lo desapareció el Estado. Yo voy a seguir pidiendo justicia como todos los días de mi vida como hace 10 meses. No vine a figurar, sino a pedir justicia por todos los pibes. El Estado no da respuesta. El Estado te miente. El Estado encubre. Saca a sus lacayos, a sus cuatro de copas para figurar y mentir. Nosotros sabemos la verdad”.
Mónica acompaña el reclamo de otras familias de víctimas de gatillo fácil o desapariciones forzadas, como las de Facundo Rivera Alegre (Córdoba) o de Daniel Solano (Río Negro). Y recuerda a Gualberto Solano, papá de Daniel, que murió en marzo sin poder saber qué pasó con su hijo, desaparecido en 2011. “El Estado también es responsable del abandono y la desidia de la familia. ¿Qué pienso a 10 años de lo de mi negro? Que todavía no me acostumbro a que todos los días haya un desaparecido, un pibe muerto por un tiro en la nuca, una madre destrozada, una familia destruida. No me acostumbro. Tenemos que cambiar. Y decir basta, no solamente un día puntual decir ‘hoy somos Santiago’, porque ¿qué pasa mañana? Todos los días tenemos que ser”.
La huella de un pueblo
Marilín y Victoria también son vecinas de 25 de Mayo. También son vecinas de la familia Maldonado. Victoria trabajó con Stella en la Escuela 25. “Estamos para que la gente vea que los seguimos apoyando”, dicen. “Hay mucha incertidumbre porque todo se tapa, y mucha bronca porque quieren ensuciar al chico. Siempre buscan una excusa de por qué estaba ahí. Queremos justicia. Punto. Santiago era un chico fenomenal, increíble. Hoy pensaba: mirá lo que son las casualidades que él dejó tantos murales acá. Quién iba a saber que iba dejar una huella en nuestra ciudad. Era buenísimo. Yo lo vi crecer. Por eso me da bronca cuando hay gente que nos da vuelta la cara porque piensa que no le va a pasar. Hoy vino más gente de afuera que de su propio pueblo, pero eso me genera orgullo. Quieren conocerlo”.
Es el caso de Belén y Lucía, de 13 y 8 años. Vinieron con sus madres, desde Pehuajó. “Queríamos conocer a la familia, y le pudimos dar un abrazo”, dice Belén, que pide dos cosas: “Si en la nota también pueden poner Belén Gómez, no solamente Belén. Y justicia por Santiago Maldonado”.
Lucía, desde las escalinatas donde se realizó el acto, con timidez también pide decir algo para que salga en la nota. “No puede ser que maten a una persona y no sepan quién lo mató”.
Cambiar la matriz
Rubén López, hijo de Jorge Julio López, fue otro de los participantes. “Estamos a 10 meses, que es tan poco y tan mucho a la vez. Es difícil, porque lo pasamos. Este septiembre van a ser 12 años que no sabemos qué pasó con mi viejo. En democracia las personas no tienen que desaparecer. Todo lo que se creyó el 10 de diciembre de 1983, con la vuelta de la democracia, pensando que todo se había solucionado, no ocurrió. En algún momento hay que hacer un borrón y cuenta nueva y empezar con la construcción de fuerzas policiales con un pensamiento distinto al que tienen hoy, que de alguna manera sigue siendo el mismo que tenían en dictadura. Aquellos que participaron y fueron educados en su proceder son los que siguieron educando en democracia, y lo ves cuando el Gobierno libera el accionar de las fuerzas policiales. Enseguida te secuestran y te torturan, como pasó con los chicos de La Poderosa”.
El mensaje
Llegó caminando desde su casa, poco antes de las tres y media de la tarde. La convocatoria era a las cuatro, pero Stella Peloso, la mamá de Santiago, llegó antes que nadie. De pie, abrigada, esperaba cerca del busto de Sarmiento. De a poco, la fueron rodeando. Se puso a recordar los murales que Santiago pintó acá, en 25 de Mayo. “Hizo uno del 12 de octubre, que tiene mucho que ver con lo que pasó. Y también uno contra los agrotóxicos. Él me decía que quería dejar un mensaje, y yo le preguntaba para qué. Ahora lo entiendo”.
También recordó a ese Santiago niño, que le gustaba mucho dibujar y se enojaba cuando ella le quería sacar los piojos. “Siempre fue igual, no quería que se matara ningún bicho. Si yo veía una araña, él venía, la levantaba con una palita y la llevaba al patio”.
Stella, que en el bolsillo llevaba el poema del actor Daniel Valenzuela que luego leería en el acto en la Plaza Mitre, de pronto sonrió. “Me acuerdo que una vez, Santiago fue a comprar caramelos y en el kiosco le cobraron 10 centavos de más. A partir de ese día, no fue más a ese kiosco. Se sintió estafado”.
Stella sintetiza así los valores de sensibilidad y de compromiso que tenía su hijo. Por eso, se pone seria. Y, con la misma firmeza con la que leerá en minutos, dice: “Lo único que puedo decir es que quiero que se haga Justicia. Y ojalá que sea cuanto antes”.
CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


CABA
Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

“Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”. Con esa consigna trabajadorxs de las artes escénicas salieron a exigir la derogación del decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro y pone en serio riesgo al sector teatral independiente. Hubo color y calor, pese a los tiempos oscuros y fríos. El apoyo de la gente en la calle, el fondo del planteo, y la inesperada reacción de Pluto.
Por María del Carmen Varela. Fotos: Sebastián Smok

El público en la calle, sumándose al reclamo en favor del Instituto Nacional del Teatro.
La cita fue en la puerta del cine Cacodelphia, en Diagonal Roque Saenz Peña 1150, desde donde partió la colorida y ruidosa caravana que dobló por 9 de Julio y continuó por Av. Corrientes, hasta llegar a Rodriguez Peña. A las dos de la tarde el tramo de la Diagonal entre Lavalle y Corrientes fue punto de encuentro para actores, actrices, músicxs, bailarinxs, cirquerxs y zanquistas que engalanadxs con trajes de colores, vestidos de puntillas, tapados simil piel y elegantes sombreros le pusieron alegría y movimiento a una lucha que viene desde hace tiempo y se agudizó con el decreto que pone fin a a la autonomía y financiamiento del INT, entre otros organismos afectados. Una de las consignas: “Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”.

¿Quién dijo que hace frío?
Al grito de “Señor, señora no sea indiferente, estamos defendiendo el teatro independiente” la caravana de la cultura logró su objetivo. Irrumpieron sobre el carril peatonal de una Avenida Corrientes poblada de gente en plenas vacaciones de invierno y nadie quedó indiferente. Aplausos, bocinazos, brazos en alto y muchas gargantas se unieron al canto. El reparto de volantes con el logo de ENTRÁ –Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa– puso palabras al reclamo:

¿Te imaginás la calle Corrientes sin teatros?
Las luces apagadas, las pizzerías vacías
Los artistas callejeros sin público
¡Esta peatonal es orgullo nacional!
Y eso es gracias a nuestro teatro
Hoy, nuestro teatro llena la calle de música y color
en este desfile en defensa del Instituto Nacional del Teatro
que para quienes se pregunten ¿qué es y de qué sirve?
Para fomentar y garantizar que el teatro llegue a todo el país
Hace dos meses, el gobierno firmó el decreto 345 que vacía al Instituto
con argumentos falsos sobre su funcionamiento y financiación
¡Al INT, que con los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar,
produce obras, abre salas, genera trabajo y construye cultura e identidad federal!
¡El Instituto no solo implica poco gasto, sino que genera tanto valor!
¡Defendámoslo!

Las familias y el apoyo a la creación, al arte y al significado del teatro.
El teatro que habla y Pluto en marcha
Nora es una de las mujeres que no resultó indiferente. Mientras paseaba por Corrientes se topó con la caravana y se sumó con canto y aplauso. “Me resulta muy conmovedor porque están defendiendo lo más precioso que tenemos, nuestra posibilidad de seguir creando. Esta puesta en escena me emociona, es poner en escena el deseo”.
¿Vas al teatro? “Todo lo que puedo, cuando puedo pagarlo”.

Los besos vuelan.
Las niñeces se sintieron muy atraídas por la caravana y no dudaban en acercarse a saltar y aplaudir. Frente al Teatro General San Martín, hicieron una parada y allí el Teatro habló:
- Ay, ay, ay, me duele todo
- Teatro, ¿qué pasa?
- ¡Me dieron una piña en la cara! Y en la panza y en las piernas. ¡Me tiembla todo!
- ¿Por qué?
- ¡Quieren desmembrarme!
- ¿Quién?

- El teatro explicándo por megáfono la situación.
- El decreto 345 quiere vaciar mi instituto
- ¿Al instituto que produce obras y abre salas en todo el país? ¿Al instituto que genera trabajo y construye cultura e identidad?
- Sí. (El Teatro llora y casi se desvanece)
- ¡Cuidado el teatro se desmaya!

- Al teatro le da un soponcio.
- Yo les juro, no hice nada, el instituto recauda los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar, pero parece que no sirvo para nada
- ¿Qué serían las noches sin tus risas y tus lágrimas? ¿Sin tu forma de imaginar? ¿Sin que nos animes a encontrarnos?
- ¿Alguien vio un teatro? (Señalan a los distintos teatros de calle Corrientes y gritan: ahí, ahí)
- ¡Quiero vivir! (grita el Teatro).
- Si, acá estamos y nos organizamos– replican todas la voces.

Pluto junto a las familias en la calle, observando y aplaudiendo.
La escena de un Teatro golpeado pero en resistencia, revitalizado por la suma de voluntades que lo quieren vivo, se repitió en la puerta del Teatro Astral, donde mucha gente salía de una función infantil. Una vez más, muchxs se acercaron y acompañaron. Pluto, o la persona con el disfraz del famoso perro creado por Walt Disney, saludaba niñxs a su paso aprovechando la alta concurrencia del Astral.
Una vez finalizada la performance del Teatro que quiere seguir contando historias, la caravana emprendió el regreso hacia el lado del Obelisco. Y hasta Pluto decidió abandonar el teatro comercial y se sumó a la fiesta del teatro independiente, mientras otra mujer con su familia se hacía oír con cuatro palabras: “¡Que viva el teatro!”

CABA
Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

Más allá de tu vereda.
Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse.
No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.
El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.
El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto.
En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.
Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.
Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”.
Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.
Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”.
Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.
Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.
Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.
Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.



Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.
«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».
Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración.
Hay orgullo.
Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera.
Jorgelina: “Hagamos más radios”.
Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.
Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:
“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.
Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental:
“Más allá de tu vereda,
hay otra realidad,
atrás de tu puerta”.
Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva:
“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle,
allí seguiremos estando”.
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