#NiUnaMás
3 años sin Lucía: acciones en Mar Del Plata, Rosario, Esquel, y una peregrinación hasta los tribunales de La Plata
Crónica y reportajes fotográficos desde La Plata y Mar del Plata, donde dos marchas simultáneas recordaron a Lucía Pérez a 3 años de su femicidio, y reclamaron justicia. Las acciones, que se replicaron también al menos en Rosario y en Esquel, estuvieron impulsadas por Marta Montero y Guillermo Pérez, madre y padre, quienes hicieron una peregrinación desde Plaza de Mayo hasta la Cámara de Casación Penal bonaerense. En ese edificio de La Plata se debe resolver la anulación del fallo absolutorio a los tres femicidas que drogaron, violaron y mataron a Lucía. Qué le dijo la fiscal y cómo la trató el juez hace unas semanas a Marta. Las palabras que hoy dedicó junto a mujeres y organizaciones que la acompañaron. Y las fotos estremecedoras de la acción en Mar del Plata, donde habló Matías Pérez rodeado de una multitud de mujeres que, tres años después, sigue gritando: Lucía somos todas.
Marta Montero y Guillermo Pérez llegan a Plaza de Mayo a las ocho y veinte de la mañana. A la Capital Federal llegaron la noche anterior en el tren que tomaron después de que ella salió de trabajar del hospital como enfermera. Suelen venir a Buenos Aires en micro–siempre por un trámite judicial- pero esta vez el tren resultó la posibilidad más económica en la larga peregrinación de ir y venir y pagar que significa la construcción de justicia.

Foto: Nacho Yuchark
El recorrido incluye muchos pasos.
Marta y Guillermo lo saben, y decidieron que la manera de construirlo era mover los pies junto a otrxs.
A las nueve de la mañana arrancan. Caminan al frente junto a Gustavo Melmann, papá de Natalia, y detrás, en parejas, lxs siguen una hilera de personas que lleva carteles con la cara de Lucía Pérez rodeada de retazos de colores y, en algunos casos, mariposas de cartón.

Foto: Nacho Yuchark
Hacen 178 pasos cortos por cuadra,
durante veinte cuadras,
hasta Plaza Constitución.

Foto: Nacho Yuchark
Más de tres mil quinientos pasos junto a otrxs son el primer tramo del recorrido de hoy en la búsqueda de justicia. Algunxs, cuando entran a la estación de trenes, llevan la foto de Lucía en alto; otrxs cerquita del pecho. Es ahí cuando la vendedora de empanadas se saca la duda: “¿Está desaparecida o la mataron?”. La pregunta es un dolor que aparece casi automáticamente cuando vemos la cara de una chica en un cartel. Una mujer le responde: “La mataron. Es Lucía Pérez. Hoy se cumplen tres años de su femicidio que quedó impune. Estamos yendo a los tribunales de La Plata a exigir justicia”.

Foto: Nacho Yuchark
Lucía Pérez tenía 16 años cuando fue asesinada, un 8 de octubre pero de 2016. Los jueces Facundo Gómez Urso, Pablo Viñas y Aldo Carnevale del Tribunal en lo Criminal N°1 de Mar del Plata absolvieron a sus femicidas el año pasado en un fallo plagado de misoginia. A Matías Farías y a Juan Pablo Offidani los condenaron a ocho años de prisión y multa de 135 mil pesos por el delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad y en inmediaciones de un establecimiento educativo”, pero ambos quedaron absueltos de la acusación del delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado por resultar la muerte de la persona ofendida y favorecido por el suministro de estupefacientes en concurso ideal con femicidio”. Por su parte, Alejandro Maciel fue absuelto de la acusación de “encubrimiento agravado”.
Resumen: no hay nadie preso por el femicidio de Lucía.
Tras el fallo Marta y Guillermo presentaron de inmediato el pedido de destitución de los jueces por mal desempeño. Carnevale pidió luego la jubilación anticipada, la cual le fue concedida por la gobernadora Vidal. Pero sobre todo la familia reclama la anulación del fallo absolutorio y piensa en la realización de un nuevo juicio con otras garantías. La decisión está en manos del juez Carlos Natiello de la Cámara de Casación Penal bonaerense, hasta donde hoy marcharon Marta y Guillermo.

Foto: Nacho Yuchark
Marta ya estuvo en el edificio de la Avenida 7 hace unas semanas, donde cuenta dos hechos insólitos: la fiscal le dijo que la causa de su hija no estaba porque el defensor se la había “llevado a su casa”; después de esa explicación, fue al despacho del juez y éste la recibió a los gritos y con otra frase sorprendente: “Tengo 9 mil causas judiciales antes que la de tu hija”.
Marta, entonces, ahora camina junto a su marido desde la estación de trenes de La Plata hasta esos mismos tribunales, para construir con los pies y en la calle la justicia que el Estado le niega.
Cuando llegan, una ronda lxs abraza en la vereda. En la puerta del Tribunal les piden que se corra de la puerta, pero eso no sucederá: esa misma puerta después quedará, durante toda la tarde, cerrada. Los jueces, fiscales y judiciales salen por la puerta del fondo.

Foto: Nacho Yuchark
Son las dos de la tarde cuando Marta dice: “Hace dos semanas vinimos a preguntar en qué estado estaba el pedido de anulación del fallo absolutorio por el femicidio de mi hija. Cuando pedimos la causa nos dijeron que el defensor la tenía en su casa, nos lo dijo la fiscal encargada de acusar e investigar. No podemos confiar en nadie. A partir de eso la fiscal nos dijo que vayamos a ver al juez. Después de una odisea logramos entrar, el juez nos maltrató y echo. Me dijo: ‘señora, hay noventa mil causas adelante de la suya’, con un desprecio… Nosotros le pedíamos saber en qué estado estaba la causa. Ahora ya no pedimos: exigimos. Y la justicia la hacemos con acciones como ésta”.
Guillermo habla bajito pero contundente: “Ese 8 de octubre, a esta hora, ya la habían matado”, recuerda.

Foto: Nacho Yuchark
Pasaron las dos de la tarde y el dolor se intenta curar en ronda.
Se hacen guirnaldas con la foto de Lucía y carteles con colores y brillos.
Se cuelgan dos banderas que dicen:
“Lucía tus pasos por esta vida quedarán marcados en nuestros corazones”
“Pensando en vos siempre, siempre extrañándote”.

https://www.lavaca.org/notas/lucia-perez-la-oea-alerto-a-la-corte-suprema-por-la-grave-situacion-del-fallo-absolutorio/
Se comparte el mate, la comida y la charla.
A las seis de la tarde más mujeres llegan para hacer una foto colectiva que se replica al mismo tiempo en Mar del Plata, Rosario y Esquel.
Después del click Marta y Guillermo se paran y vuelven a caminar.
Esta historia continuará.
Hasta que sea justicia.
Lucía somos todxs.

La multitudinaria foto en Mar del Plata, donde mujeres y organizaciones acompañaron al hermano de Lucía, Matías Pérez.
Foto: Lina Etchesuri

Foto: Lina Etchesuri

Foto: Lina Etchesuri

Foto: Lina Etchesuri

Foto: Lina Etchesuri

Foto: Lina Etchesuri

El fotazo por Lucía en Rosario.

El grito Ni Una Menos en Esquel.
#NiUnaMás
La venda en los ojos: la justicia frente al abuso sexual contra niñas y niños
El 42% de las denuncias de violencia sexual corresponden a menores de 17 años en la ciudad de Buenos Aires. El ministerio de Justicia bonaerense reveló que entre 2017 y 2022, de más de 96.000 causas por abuso sexual, 6 de cada 10 tuvieron como víctimas a menores y se duplicó el número de denuncias: el 80% fueron mujeres, principalmente niñas y adolescentes de entre 12 y 17 años. ¿Cómo recibe el Poder Judicial a las infancias que se atreven a denunciar abusos? Las víctimas convertidas en “culpables” de un delito que padece a nivel mundial entre el 15 y el 20% de la niñez. La campaña conservadora y oficial: desestimar denuncias y motosierra. Lo que no quiere ver la justicia. Cómo encarar estos casos, y la enseñanza de Luna. Por Evangelina Bucari.
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Cecilia Basaldúa: el cuerpo desaparecido

Daniel y Susana denunciaron que desapareció el cuerpo de su hija, Cecilia Basaldúa, que reclamaban para realizar nuevas pericias. La historia de lo ocurrido y el rol de la fiscal de Córdoba Paula Kelm “que hizo todo lo posible para que los asesinos de Cecilia sigan hoy libres e impunes”.
Por Claudia Acuña
El 7 de noviembre Cecilia Basaldúa hubiese cumplido 42 años y no hay festejo porque no hay Cecilia: la desaparecieron, violaron y mataron en abril del año 2020, en Capilla del Monte y en pleno aislamiento por la pandemia de Covid. Su familia, como cada año, reunió amistades y familiares de otras víctimas de femicidios territoriales –el padre de Natalia Melman, el hermano de Laura Iglesias– en el mural que la recuerda en su barrio de Belgrano. Fue ese el marco elegido por Daniel y Susana, los padres de Cecilia, para compartir lo que significa buscar justicia para este tipo de crímenes. Con la voz partida por el dolor narró cómo fue la última reunión con la nueva fiscal responsable de la investigación: es la cuarta. La primera – Paula Kelm– desvió las pruebas para atrapar a un perejil, que fue liberado en el juicio oral y así la investigación del femicidio de Cecilia volvió en punto cero; el segundo estaba a meses de jubilarse y pidió varias licencias para acortar su salida; el tercero –Nelson Lingua– no aprobó el examen para ocupar el puesto y, finalmente, desde hace pocos meses, llegó ésta –Sabrina Ardiles– quien los recibió junto a dos investigadores judiciales y los abogados de la familia. Antes se habían reunido con el ministro de Justicia de la provincia de Córdoba, Julián López, quien le expresó el apoyo para “cualquier cosa que necesiten”. Fue entonces cuando Daniel y Susana creyeron que había llegado el momento de trasladar el cuerpo de su hija hasta Capital, donde viven y, además, habían logrado conseguir que se realice una pericia clave para la causa y que siempre, en estos cinco años, les negaron. Fue la joven investigadora judicial quien soltó la noticia: el cuerpo de Cecilia no está.

Gustavo Melmann, que sigue buscando justicia por su hija Natalia, junto a Daniel Basaldúa y Susana Reyes, los padres de Cecilia.
Según pudo reconstruir la familia después del shock que les produjo la noticia, fue en 2021 –cuando todavía estaban vigentes varias restricciones originadas por la pandemia– cuando el cuerpo fue retirado de la morgue judicial, a pesar de que Daniel y Susana habían presentado un escrito solicitando lo retuvieran allí hasta que se realicen las pruebas por ellos requeridas. La fiscal Kelm no respondió a ese pedido ni notificó a la familia de lo que luego ordenó: retirar el cuerpo de la morgue y enterrarlo.
¿Dónde? La familia está ahora esperando una respuesta formal y sospechando que deberán hacer luego las pruebas necesarias para probar la identidad, pero no dudan al afirmar que con esta medida han desaparecido el cuerpo de su hija durante varios años y definitivamente las pruebas que podía aportar su análisis.
A su lado está Gustavo Melmann, en el padre de Natalia, asesinada en 4 de febrero de 2001 en Miramar, quien desde entonces está esperando que el Poder Judicial realice el análisis de ADN del principal sospechoso de su crimen: un policía local. Por el femicidio de Natalia fueron condenados a prisión perpetua otros tres efectivos policiales. Uno ya goza de prisión domiciliaria. Falta el cuarto, el del rango más alto.
Melmann cuenta que se enteró de la desaparición de Cecilia Basaldúa por su sobrina, quien había ido al secundario con ella. “Fue el primero que nos llamó”, recuerda Daniel. También rememora que no entendió por qué le ofrecía conseguir urgente a un abogado “si yo la estaba buscando viva. Hoy me doy cuenta de mi ingenuidad”.
El silencio entre quienes los rodean es un grito de impotencia.
Daniel y Susana lo sienten y responden: “Nosotros no vamos a parar. Nada nos va a detener. Ningún golpe, por más artero que sea, va a impedir que sigamos exigiendo justicia. Elegimos contar esto hoy, rodeados de la familia y los amigos, porque son ustedes quienes nos dan fuerza. Que estén hoy acá, con nosotros, es lo que nos ayuda a no parar hasta ver a los responsables presos, y esto incluye a la fiscal Kelm, que hizo todo lo posible para que los asesinos de Cecilia sigan hoy libres e impunes”.

Los padres y hermanos de Cecilia, junto al mural que la recuerda en el barrio de Belgrano.
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Femicidios, cifras y vidas: lo que Bullrich oculta

Por el Observatorio de violencia patriarcal Lucía Pérez
Todas las administraciones del Estado se han adjudicado falsamente la baja de femicidios y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich acaba de rendirle tributo a esta tradición. Pero las cifras del Observatorio Lucía Pérez, construidas a partir de casos judiciales, denuncias y relevamientos provinciales, demuestran una realidad diferente.
Antes de los números, una aclaración: el 2023 fue el primer año en que el Estado nacional publicó estadísticas criminales sin clasificar. Lo hizo con un archivo Excel desordenado que abarcaba una década, sin distinguir delitos ni consolidar provincias. Algunas jurisdicciones directamente no informaron datos en categorías sensibles, como violaciones. Así, la ciudadanía no puede verificar ni auditar los números oficiales.
En ese vacío, las declaraciones de Bullrich remiten a una lógica conocida: la de la inflación. Como con los precios, la diferencia entre los números oficiales y la vida real se amplía cuando se manipula o se oculta información.
Por eso, este Observatorio público y autogestionado carga 12 padrones de manera diaria. Para realizar un seguimiento estructural de la violencia machista, y también para controlar el rol del Estado.
A diferencia de los 178 registrados que mencionó la ministra, el Observatorio Lucía Pérez contabiliza 217 femicidios y travesticidios en lo que va del 2025. Estos son las cifras que pueden verse y verificarse, ya que el OLP es un padrón público:

Otro dato que se oculta es el que representan los femicidios cometidos y sufridos por integrantes de fuerzas de seguridad, que están bajo la responsabilidad de la ministra.
En 2025, el primer femicidio del año fue el de una mujer policía asesinada con su arma reglamentaria (Guadalupe Mena). Y el último, ocurrido apenas el 26, también: Daiana Raquel Da Rosa.
Si bien existen medidas para en estos casos limitar su acceso por parte de los uniformados por “representar un riesgo inminente para la víctima”, como indica la resolución 471/2020 del Ministerio de Seguridad de la Nación, los datos muestran que esto no siempre se cumple. Según el relevamiento de funcionarios denunciados por violencia de género del Observatorio Lucía Pérez, 71 de ellos pertenecen a las fuerzas de seguridad. Es decir que muy probamente porten armas.
Armas reglamentarias, vínculos jerárquicos y falta de sanción disciplinaria conforman una trama donde la violencia institucional se reproduce dentro y fuera de las comisarías. ¿Y Bullrich?
Más preguntas que emergen: ¿cómo se mide el porcentaje de crueldad? Los “narcofemicidios” de Lara, Brenda y Morena muestran una violencia cada vez más planificada y asociada a redes delictivas con complicidad del Estado.
Otra cifra invisibilizada en este crimen social que es un femicidio es la de las infancias huérfanas. En lo que va de 2025, el Observatorio registra 139 infancias huérfanas por femicidios. En todo 2024 fueron 173. Y detrás de cada una hay un Estado que sigue sin garantizar la Ley Brisa, que establece una reparación económica y acompañamiento a hijas e hijos de víctimas de femicidio.
Mientras la violencia machista sigue cobrando vidas, multiplicando huérfanos y exponiendo la precariedad institucional, el Estado tergiversa y oculta.
La pregunta es: ¿por qué?

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